miércoles, 31 de mayo de 2017

Sin signos de arrepentimiento


 En medio de un escándalo de proporciones mayúsculas, que tiene  a ciudadanos y Partidos de la oposición estupefactos, Manuel Moix continúa en su cargo impertérrito, concediendo entrevistas, sólo a los medios que le son afines y sin prestar ninguna atención a la  polvareda que ha levantado entre sus compañeros de profesión, que no entienden cómo el gobierno no le ha cesado de manera inmediata.
Sin mostrar el menor signo de arrepentimiento y esgrimiendo el   argumento que le parece del todo ético que los hijos hereden de sus padres,  este impresentable Fiscal anticorrupción, que a González y Zaplana les parecía estupendo, en las vergonzosas conversaciones que mantenían, mientras intentaban encontrar el modo de escapar de la acción de la justicia, ni siquiera parece haberse planteado la opción de dimitir y de seguro, como siempre ocurre con los presuntos corruptos del PP, esperará hasta que a Rajoy no le quede otro remedio que sustituirle por otro, si es que desea poder ofrecer una imagen de cierta credibilidad, cuando se siente a declarar como testigo, en la sala del caso Gurtel.
 Pero que al Presidente haya que obligarle a través de presiones, a entender lo que todo el mundo ve con meridiana claridad, todas y cada una de las veces que suceden cosas similares a ésta, no puede, sino aumentar la sospecha de que en el fondo conocía a la perfección  lo que sucedía y sucede a su alrededor  y aun así, nunca tuvo ni tiene la valentía de actuar en consecuencia, cesando fulminantemente a esta cohorte de probados y presuntos delincuentes, que han saqueado las arcas de su amadísima patria.
Imperturbable, como si la situación no fuera con él y su responsabilidad como Presidente comenzara y terminara en el único afán de complacer a Europa, el profundísimo agujero que van cavando incontables cargos de su Partido en el erario público español y el tener a su lado a toda una caterva de facinerosos sin escrúpulos, a los que nada importa hacer lo que sea, con tal de enriquecerse, no sólo no parece causarle ningún tipo de preocupación, sino que  ni siquiera se plantea jamás, como sería de recibo, pedir a la Sociedad una disculpa en toda regla que desde hace mucho tiempo merece y tratar de resarcir el daño que sus queridos compañeros de formación infringen a diario a los más desfavorecidos, privándoles seguramente, de las ayudas que por derecho les corresponden.
Todos sabemos de antemano que Moix no dimitirá y que con toda probabilidad ya estará negociando ventajosas opciones, para su inevitable cese, pero es que la ausencia de moral que demuestra, como otros muchos antes ya lo hicieron, es en sí, una imperdonable falta de respeto hacia los ciudadanos, que comparten también, todos aquellos que se empeñan en mantenerle en el cargo.
Hartos de soportar la despótica tiranía de esta casta  corrupta, que pretende tenerlo todo ganado sólo con presentarse ante la gente con trajes a medida y corbata, los sufridos habitantes de todo el territorio nacional, no pueden, sino desear vehementemente que la oposición se decida a llegar a un acuerdo y triunfe la Moción de censura, que nos libre de este tormento que no parce tener fin.

Ojalá que así fuera.

martes, 30 de mayo de 2017

De mal en peor


                                                                                                                
A sólo unos días de que se celebre la Moción de censura presentada por Podemos y con un PSOE en el que el Presidente de la Gestora, Javier Fernández, ha dejado en manos de Pedro Sánchez la  decisión de  apoyarla o no, la actualidad  viene pegando fuerte y hoy nos sorprende con la extraordinaria noticia de que el Fiscal anticorrupción, Manuel Moix, posee el 25% de una Sociedad en Panamá, que comparte con sus tres hermanos y que dice haber heredado de su padre, sin que hasta el momento haya hecho nada por  desvincularse de ella, o declararla en Hacienda, como manda la Ley que debiera respetar escrupulosamente, sobre todo por el cargo que ocupa.
Moix, que ya se encontraba bajo la sospecha de haber estado haciendo todo lo posible por impedir que las investigaciones del caso Lezo siguieran adelante y que ha sido directamente acusado por muchos de sus compañeros de una conducta más que reprobable, estaba, a la vez que se encargaba de seguir la pista a los implicados en el escándalo de las sociedades off short, repitiendo las mismas actitudes que supuestamente trataba de erradicar y que supondrían un presunto fraude al erario español, que le pone en un serio apuro para continuar ejerciendo el papel que le fue asignado por el PP, al parecer, a instancias de Ignacio González.
La reacción de sus compañeros y subordinados no se ha hecho esperar y aunque Moix se ha apresurado a decir que anoche mismo se había puesto en  contacto con Maza, para ofrecerle explicaciones sobre la Sociedad, el Fiscal General del Estado ha negado ante los medios esta mañana tener ningún tipo de información sobre el caso y se ha comprometido a examinar el tema, a la mayor brevedad posible.
Por la similitud con lo que ocurrió hace unos meses con el Ministro Soria, el hecho, que podría calificarse como extremadamente grave, por la naturaleza del cargo de Moix, viene a corroborar tácitamente la falta de ética profesional que parece acompañar a este individuo y que le inhabilita para continuar en su cargo, ofreciendo una oportunidad de oro a  la oposición, para exigir su inmediata dimisión y también, las responsabilidades pertinentes que pudiera haber tenido Rajoy, en su nombramiento.
Entretanto, el Presidente, que se encuentra de visita en Portugal, de la que por cierto, podría aprender mucho, sobre la independencia de la justicia, no sólo no ha podido escapar, como suele ser su costumbre, de las preguntas de los informadores, viéndose obligado a afirmar que Moix contaba con su apoyo, aunque visiblemente nervioso porque acababa de enterarse que tendrá que declarar obligatoriamente  de forma presencial en el caso Gurtel y responder a todas las preguntas que se le hagan en la sala, lejos de la seguridad que parece ofrecerle su soledad ante el plasma que tanto gusta de  utilizar, cada vez que tiene que pronunciarse sobre  temas difíciles.
Así que todo va de mal en peor, para este Partido Popular al que se le están acabando los argumentos para justificar su permanencia en el Gobierno, por lo que el sólo pensamiento de tener que enfrentarse a Iglesias el día de la Moción, lo haga Rajoy u otro, debe estar convirtiéndose en un insoportable  tormento, pues nada ni nadie podrá evitar que se relaten en la tribuna del Congreso, una a una, toda esta suerte de evidentes ilegalidades que confluyen inevitablemente en un terreno pantanoso que se expande
bajo los pies del Presidente y que ofrecen al líder de Podemos,  una oportunidad de oro para deslegitimar al gobierno de Rajoy y para  convertirse en el único que ha sido capaz de enfrentarse a él, aumentando su prestigio ante los ojos de una ciudadanía, hastiada de escándalos de corrupción que afectan directamente, su bienestar y el de sus familias.
Que Rajoy apoye reiteradamente, a cada uno de los muchos corruptos que vienen apareciendo a diario en el país, aunque después olvide para siempre sus nombres, no habla precisamente a favor de su honestidad, ni de su valía como político para continuar ejerciendo el cargo para el que le eligieron los ciudadanos.
Cada nueva noticia, cada asunto que gira en torno a él, sólo sirve para aumentar la sensación de haber sido estafados y de que ahora se impone, si hay justicia real, una compensación que enmiende en la medida de lo posible, todo el daño que se nos ha infringido, mientras se nos privaba de nuestros derechos.


lunes, 29 de mayo de 2017

Chivatos de alto standing



Parece que mientras más se escarba en el caso Lezo, más información comprometedora va surgiendo y no sólo en el plano de la corrupción que presuntamente cometieran el ex Presidente de la Comunidad de  Madrid, Ignacio González  y  muchos que le acompañaron en su aventura, sino también, en otro asunto  mucho más grave, que tiene que ver con el hecho de que quiénes se encuentran ahora detenidos y acusados por la justicia,  fueron informados de antemano del curso de las investigaciones, siempre por chivatos de alto standing,  que con su deleznable actuación permitieron a los imputados ir unos cuántos pasos por delante, de las acciones llevadas a cabo por la justicia.
Hemos sabido hoy que González y algunos de sus más estrechos colaboradores fueron alertados de que sus teléfonos se encontraban intervenidos y que incluso llegaron a contratar a una empresa que contrarrestara la situación, efectuando un barrido en los lugares que se suponía, podrían estar instalados los micrófonos.
Este suma y sigue de ilegalidades que van aflorando a través de los medios y que van construyendo alrededor del PP de Madrid un círculo de fuego que cerca, cada vez con más fuerza, a la mismísima cúpula de Génova, no da la impresión de que vaya a detenerse a medida que  transcurran los días, sino que más bien, parece augurar que lo que pueda llegar en el futuro, aún podría ser peor, sobre todo si el ex Presidente madrileño y su círculo más íntimo de familiares y amigos también implicados, se deciden por fin a  contar la  temida verdad que en tantas ocasiones ha parecido querer aflorar y que al final se ha silenciado, como en el caso de Bárcenas, por motivos que seguramente nunca conoceremos.
Pero esta vez, es tanta la información que se maneja y tan evidentes las pruebas que se van acumulando en varios frentes, en contra de los acusados, que la posibilidad de continuar huyendo hacia delante, como si nada hubiera ocurrido, se le hace a Mariano Rajoy y los suyos, absolutamente inmanejable, colocándoles inevitablemente en el punto de mira de los investigadores y la justicia, como responsables únicos que son, no sólo de lo que está sucediendo en su propio Partido, sino muy fundamentalmente, de las consecuencias que estos delitos tienen para la marcha de un país, a cuyos ciudadanos se ha obligado a pagar sin piedad, los terribles efectos de la crisis.
Que los presuntos culpables de casos de corrupción pertenecientes al PP, hayan podido estar recibiendo información detallada del transcurso de las investigaciones y que estos chivatos de alto standing ni siquiera hayan podido ser descubiertos por los encargados de enjuiciar  los casos de corrupción a los que aludimos, que permanezcan en sus puestos impertérritos, saliendo impunes de sus deleznables acciones, puede dar una idea muy concreta del entramado que podría estar funcionando a nuestro alrededor y de la catadura moral de los individuos a los que el país  ha confiado el poder, a través de las urnas.
Así que por muchas excusas que quieran ofrecer los Partidos del arco parlamentario, la Moción de censura, presentada por Podemos o por cualquier otro, eso da igual, más que oportuna, se está convirtiendo en urgente, sobre todo, porque si el PP continúa ostentando el poder, la herencia que nos dejará cuando acabe la legislatura, puede llegar a ser del todo desastrosa.

Y luego dirán que a  la izquierda nunca se le dio bien gestionar la economía, si es que algo dejan, para que pueda invertirse en lo público.

domingo, 28 de mayo de 2017

En nombre de la unidad


Mientras Pedro Sánchez  termina de asimilar su apabullante triunfo sobre Susana Díaz  y la justicia empieza a investigar las cuentas de Gallardón, en relación con el caso Lezo, la Moción de  censura de Podemos se topa de pronto con una inesperada observación de Compromís,  que ruega que se considere la posibilidad de aplazarla, hasta que existan indicios de que pueda  salir adelante, aunque fuera el PSOE, como primer Partido de la oposición el que la presentara  y  todos tuvieran que apoyar a su candidato, para que ocupase la Presidencia del Gobierno.
Pero el día 13 de junio se cerca y los de Sánchez, que ni siquiera habrán celebrado para entonces su  Congreso, temen arriesgarse a ser tachados de radicales por los muchos susanistas que aún ocupan posiciones importantes en el Partido, por lo que no se atreverán a ir más allá de abstención, si el candidato es Iglesias, ni tampoco a lanzarse al vacío presentando en este momento una moción propia, aunque todo parece augurar que estarían de acuerdo en la necesidad de que se haga, porque existen motivos para ello, del todo suficientes.
Todo esto, que pudiera tener algún sentido si se  analizaran por separado las circunstancias que se dan en las entrañas de cada una de estas Formaciones políticas, pierde sin embargo toda coherencia, cuando se consideran  uno por uno los gravísimos acontecimientos que se están produciendo en la vida política española y que tienen, como todos sabemos, al PP como principal protagonista y a su dirigente, Mariano Rajoy, intentando hacer todo lo posible, por salvar la desastrosa imagen que su Partido está ofreciendo ante los ciudadanos, sin ahorrar en medios para conseguirlo.
Empecinado en continuar con su estrategia de que el tiempo todo lo cura y menospreciando  descaradamente la Moción de censura de Podemos, a la que ni siquiera piensa responder, según fuentes cercanas a Moncloa, Rajoy cuenta tristemente desde el principio, con que el estigma de la desunión que siempre ha caracterizado a la izquierda española le favorezca en este caso también y con que su siempre leal, Soraya Sáenz de Santamaría, salga de nuevo al ruedo sin red que la proteja, para quedar a merced del durísimo discurso que de seguro pronunciara Iglesias durante sus intervenciones, pues en  ocasiones como éstas, los españoles ya estamos acostumbrados a que  su Presidente se encuentre desaparecido.
Pero no estar, no significa en absoluto que los problemas que se discutan en la Moción no existan, ni tampoco que los ciudadanos vayamos a exculpar a Rajoy de la responsabilidad que le corresponde enteramente, pues ya el hecho de no querer comparecer, supone un inaceptable menosprecio hacia los cinco millones de electores de Podemos y también de todos aquellos ciudadanos que habiendo votado a otras Fuerzas , consideran como una obligación ineludible, que el Presidente dé la cara en el Parlamento cuántas veces sean necesarias, como último responsable que es, de cuánto ocurre en este país, bajo el mandato de su gobierno.
Así que lo ideal sería que antes del día 13, los Partidos de izquierdas fueran, por una vez y para que sirviera de precedente, capaces de arbitrar unas vías de entendimiento, por el bien de la población, que consiguiesen echar a Rajoy del poder, pues jamás hubo en España mayores motivos para garantizar el triunfo de una Moción de censura, que los que se dan en estos momentos.
Al fin y al cabo, garantizar el bienestar de los ciudadanos, atender a sus más urgentes necesidades y procurar que sean respetados hasta el último de todos sus derechos y libertades, es  la labor primordial para la que los electores contraten, por medio de sus votos, a los políticos y los asuntos internos que sacuden a los Partidos, las luchas domésticas por el poder y los forcejeos de los unos contra los otros, por tratar de obtener más representación en el Parlamento,  poco o nada interesan cuando lo que está en juego es el saqueo continuado de las arcas públicas,  la presunta  manipulación descarada de la justicia o la permanencia en vigor de leyes lesivas, como la Reforma Laboral, la Wert, La mordaza, la permisividad con los desahucios o los interminables recortes en la Sanidad o la Educación públicas, que las están convirtiendo en una sombra de lo que fueron, por no hablar de la desaparición de las ayudas sociales de primera necesidad, como la dependencia, tan necesaria para cuidadores y enfermos.
Habría que pedir pues al PSOE y a su recién llegado Secretario General, a los nacionalistas catalanes y vascos,  a los movimientos que se integran en Podemos y en general, a todos aquellos que como la misma sociedad, contemplan a diario los gravísimos hechos que están sucediendo, que dejen de mirarse el ombligo y que apoyen sin condiciones la moción del día 13, como haríamos los ciudadanos si nos correspondiera a nosotros apretar el botón que pudiera hacer posible la salida de Rajoy del Gobierno.
Echar balones fuera, esgrimiendo argumentos que no vienen al caso, no puede sino demostrar que o no creían realmente en las afirmaciones que hacían sobre la conducta de Rajoy o que priman para ellos otros intereses, por encima del bienestar de los ciudadanos, lo que proporciona un retrato bastante exacto de los índices de fiabilidad  que acompañan a cada cuál, de cara a futuros comicios.
El momento es ahora y puede que si lo dejan pasar, se arrepientan durante toda la vida.


miércoles, 24 de mayo de 2017

Una convivencia imposible



Mandan  las normas, que Pedro  Sánchez tenga que convivir con la Gestora que lo sustituyó tras su defenestración, durante  un mes y que no pueda ejercer sus funciones como Secretario General del PSOE, hasta después de la celebración del Congreso en que se le proclame oficialmente como tal y que se presume  será bastante movido, pues las gravísimas heridas abiertas no parecen haberse cerrado, al menos por parte de los perdedores, que tratarán por todos los medios de colocar al mayor número posible de su gente en la próxima Ejecutiva Federal, para contrarrestar la imparable fuerza que parece acompañar a los de Sánchez, en estos momentos.
Esto se parece bastante a obligar a un condenado a muerte a compartir celda con su verdugo y no puede, sino generar nuevos enfrentamientos entre dos bandos perfectamente delimitados en este Partido, en lugar de propiciar la concordia que sería necesaria para salir airosos de los tiempos difíciles que se han vivido durante varios años y que  han derivado en una confirmación aplastante de Pedro Sánchez, por parte de una militancia harta de soportar la manera tiránica de gobernar, de los barones afines a Susana Díaz, que pensaban ganar esta batalla, prácticamente sin mojarse las manos, pero que la han perdido, viendo a la vez amenazado su futuro en la Formación, en un corto espacio de tiempo.
No sabemos si Pedro Sánchez está realmente dispuesto a perdonar las múltiples y variadas traiciones que recibió, de parte de sus declarados oponentes, pero parece, por lo ya anticipado en sus discursos de campaña, que en su propuesta de cambio no pueden tener cabida estos recalcitrantes personajes, que han sido, y así hay que decirlo, los  principales culpables de la paulatina derechización que ha sufrido el PSOE y por supuesto, de la abstención en la investidura de Rajoy como Presidente  y de algunos acuerdos tácitos alcanzados con él después y que han provocado la indignación de toda la izquierda parlamentaria.
Así, que tener que cohabitar a diario con los mismos que fueron artífices de su anterior caída, no debe ser plato de gusto para el equipo de Sánchez, ni para él mismo, pues al menos, ha de quedarles como recuerdo de aquello que pasó, un regusto amargo que sin duda provocará una desconfianza hacia los miembros de La Gestora,  imposible de superar y que seguramente durará en ellos para siempre.
Tampoco será fácil para Fernández y los suyos asumir la rotundidad de su fracaso, ni  ponerse a las órdenes de este Secretario General renacido de sus propias cenizas, que les ha ganado por la mano y con insultante amplitud, un terreno que creían dominar hasta el punto de haber estado tomando decisiones de suma importancia, incluso al margen del Parlamento.
Los primeros roces ya se evidenciaban ayer y se podría asegurar, sin temor a equivocarse que no serán los últimos, hasta que llegue el ansiado Congreso. Los Barones ya han iniciado algunos movimientos en sus feudos, como por ejemplo, intentar adelantar la celebración del Congreso andaluz por temor a que le salga algún competidor de importancia a Susana, proveniente del sector sanchista.
Así que a Pedro le convendría no perder de vista lo que ocurra a su alrededor e incorporarse cuanto antes a las labores propias de su cargo, poniendo sobre la mesa con contundencia, toda la autoridad que le han otorgado sus militantes y que le convierte, esta vez sí, en la cabeza visible de su partido, para evitar nuevas y nefastas injerencias.
Es verdad que resulta imprescindible mirar al futuro para tratar de recomponer este PSOE hecho añicos, que Sánchez recoge gustosamente, pero en este caso, como en otros muchos, sería un error olvidar la historia pasada, no sea que algunos alberguen la esperanza de poder repetirla.


martes, 23 de mayo de 2017

Mánchester frente al terror


Vuelve el terrorismo a sacudir el corazón de Europa, esta vez, en un concierto presenciado fundamentalmente por adolescentes, en un estadio de Mánchester, dejando tras de sí una dolorosa estela de muerte y una psicosis de terror que se extiende igual que la pólvora por toda la ciudad, provocando desalojos y carreras continuas por las calles y plazas.
Esta guerrilla urbana,  que se ha convertido en una plaga incontrolable, en el mundo moderno y que está obligando a cambiar todos los protocolos de protección establecidos hasta el momento, por la sorpresa con que se produce y por la poca preparación real que requieren este tipo de atentados, no parece que pueda ser fácil de desterrar, pues desgraciadamente ya hemos podido comprobar que basta la presencia de un solo individuo en algún lugar concurrido, para desatar un cataclismo de imprevisibles consecuencias, que ningún aparato de ningún estado podrá jamás controlar, pues no es posible prever en qué momento va a producirse.
Ha pasado en Mánchester, como ocurrió en Madrid, que las víctimas eran mayoritariamente muy jóvenes y por tanto, más vulnerables a la hora de saber qué hacer ante un suceso como éste, pues la experiencia que da la vida, puede ayudar y mucho, a intentar habilitar soluciones de emergencia que a un adolescente ni se le pasarían por la cabeza, por la propia inmadurez de sus pocos años.
Así, estas muertes resultan aún más dolorosas e incurables para los familiares y amigos que nunca podrán entender, por mucha terapia que reciban, que nadie pueda tener un motivo real para querer llevar a cabo una acción de semejante vileza, privando de su derecho a vivir, a niños de edades tan cortas.
Mucho más asombro causa enterarse de que el autor de la masacre solo contaba con unos pocos años más que sus víctimas y que al parecer actuó en soledad, probablemente influenciado por esas corrientes de captación que circulan a través de una red, en la que las enormes lagunas jurídicas existentes, permiten cosas como éstas.
Da escalofríos imaginar qué grado de alienación hace falta para tomar la decisión de morir matando a inocentes y qué clase de sociedad hemos creado, para que cierta juventud prefiera sacrificar su propia existencia, a intentar buscar una salida digna, para poder disfrutar de la alegría que reporta crecer, con sus errores y sus aciertos.
No se puede, sino pensar que este mundo que ofrecemos, como un tesoro, a nuestros descendientes, no parece colmar sin embargo, ni sus ilusiones, ni sus anhelos y que habrá que replantearse si esa marginalidad creciente que se produce ante nuestra propia pasividad, sin que hayamos intentado construir nuevas fórmulas que permitan erradicarla, no será en sí, una premonición de futuro que termine sumiendo en una tremenda melancolía a la totalidad de los jóvenes, conduciéndoles a un camino sin retorno.
Hoy, la grandeza del dolor, vuelve a hacer imposible tratar otro tema que no sea éste y la única noticia a resaltar, ha de ser, necesariamente, la solidaridad con los que sufren y el deseo vehemente de que todos los seres humanos sean capaces de encontrar un medio para creer en la paz y difundirlo entre los otros, para que cunda el ejemplo.






lunes, 22 de mayo de 2017

La justicia del pueblo


Gana Pedro Sánchez las Primarias del PSOE, demostrando a Susana Díaz y sus leales barones que dirigir un Partido no puede significar jamás un ejercicio de tiranía y que el respeto hacia las personas y sus pensamientos, ha de estar, necesariamente, por encima de todo lo demás, pues la violencia ejercida sobre los demás suele despertar de inmediato una  reacción de rebeldía, que ejercida con cierta inteligencia, acaba provocando un efecto boomerang, imposible de evitar por la fuerza de su contundencia.
Y contundente e incontestable ha sido la victoria de Sánchez, a quién se defenestró sin contemplaciones con una especie de golpe de estado encubierto y muy fundamentalmente, sin consultar a aquellos que lo eligieron, haciendo sentir a esa militancia de base que no tiene aspiraciones de poder personal y que lucha todos los días, por fidelidad a unos principios, que su opinión, en este Partido centenario, no sólo resultaba para la cúpula dirigente en general, del todo irrelevante, sino que se lesionaban además todos los derechos contemplados en  los Estatutos de la Formación, convirtiendo a las bases en una masa gris a la que se puede manejar al antojo de los que ostentan el poder, lesionando gravemente su libertad de expresión y su derecho participativo en las decisiones importantes.
Creyó Susana Díaz, hasta ayer tarde, que lo tenía todo ganado y que España era Andalucía, dónde los estómagos agradecidos y las presiones ejercidas sobre los socialistas de a pie, le han otorgado una posición de poder absoluto, que resultó evidente en el recuento de votos anoche, pero que en nada le aseguraban el beneplácito de los militantes del resto del país, que quizá siempre tuvieron la certeza de que la orquestación del golpe de estado de Ferraz, la tuvo como directora y también de que esa soberbia política que demuestra en cada una de sus intervenciones, le resta la necesaria elegancia que debe caracterizar a un político de empaque y que ha de ser compañera inseparable de su valía y su carisma.
Creyó, que contando con el respaldo de las viejas glorias y el aplauso de sus privilegiados barones territoriales, no podía más que salir vencedora de la contienda y no ahorró, durante todo el camino, insultos y descalificaciones que más que llegar al corazón de su militancia, la retrataron a la perfección como persona y como política, empujándola sin remisión hacia ese segundo puesto que tantas veces ha denostado con desagradable ironía, como si ya tuviera el mundo en sus manos y no hubiera otra opción que seguir el camino marcado por su dedo, igual que en una dictadura fascista.
Ayer, aterrizó de bruces en la realidad y la justicia del pueblo, sabia como ninguna, le ofreció de repente la oportunidad de probar el amargo sabor de la derrota, esta vez, al contrario que en el caso de Sánchez, a través del lenguaje de las urnas, limpiamente y sin conspiraciones, aplicándole un correctivo de humildad que estaba necesitando hace tiempo y que ciertamente, no olvidará en toda su vida.
No se puede, sino felicitar al ganador y no ya porque Sánchez vaya a ser quién consiga unir los jirones de este PSOE medio deshecho que agoniza por haberse apartado tanto de su camino, sino porque merecía, en justicia, una compensación moral por todo lo ocurrido y una oportunidad real de poder demostrar su auténtica valía, sin las durísimas presiones ejercidas desde las baronías, que tuvo que soportar durante su anterior etapa como Secretario General del Partido.
Han tenido que ser los militantes, tan imprescindibles y valiosos en cualquier Formación que se precie, los que hayan determinado a través de sus votos libres, qué lugar corresponde en su Partido, a cada cual y su pensamiento, irrebatible por los resultados de la consulta, será el que a partir de ahora haya de marcar las líneas que se deben seguir y qué fronteras no se deben traspasar, bajo ningún concepto.
Decía Susana Díaz, en el Debate, que el problema del PSOE era Pedro Sánchez, acusándole directamente de los malos resultados obtenidos en las últimas elecciones. Naturalmente, erraba. El problema era y aún es, el abandono de los principios ideológicos que siempre caracterizaron al socialismo y la derechización evidente que algunos de sus líderes, empezando por González y siguiendo por la propia Presidenta andaluza, han protagonizado de un tiempo a esta parte.
A partir de hoy, no cabe, si no reconducir el camino y ese canto de La Internacional, con que Sánchez y los suyos celebraron el triunfo, parecía preludiar la reconciliación con la izquierda.
Muchos, lo escuchamos con emoción. Hacía mucho tiempo que no se veían puños en alto en ningún acto de los socialistas.
Las caras de los perdedores, la prisa en escapar de los medios para no tener que enfrentarse a las explicaciones que se les iban a exigir y la inmediata dimisión de Hernando, el peor de todos los que traicionaron a Sánchez después de su caída, fueron dignos de ser observados con minuciosidad, aunque pasaran del todo inadvertidos, por la fogosidad del momento.
Díaz, en su intervención, ni siquiera fue capaz de pronunciar el nombre del ganador, incapaz de asimilar su derrota y empezando a entrever, que el tiempo en que manejaba los hilos del PSOE a su antojo, se habían terminado para siempre.

Ya les digo yo que algo intentará, pero la verdad, a partir de ayer, se ha quedado sin argumentos. 

domingo, 21 de mayo de 2017

Un largo y cálido domingo


Bajo el influjo de los vientos africanos, que llenan de arena nuestras ciudades y zumban en nuestros oídos recordándonos la procedencia de muchos de nuestros antepasados, bajo un sol abrasador, que aunque escondido, produce un insoportable bochorno que transforma el aire en irrespirable, a la inmensa mayoría de los ciudadanos de este país, sólo preocupan hoy dos noticias: quién resulte ganador en la Primarias del PSOE  y el ansiado fin de la liga futbolera y no, necesariamente, por este orden.
En medio del trasiego de un gentío que va y viene de las playas más cercanas, a las que se habían desplazado huyendo literalmente de los primeros rigores de un verano nonato, vota la militancia socialista, al parecer mayoritariamente y con sus tres candidatos convencidos, cada cual en su fuero interno, de ser imprescindibles salvadores de este cisma evidente, aunque habrá que esperar al recuento, para que  finalmente podamos descubrir por quién se ha decidido una militancia, maltratada hasta la saciedad, por los vaivenes egocéntricos de los unos y los otros y que no debe saber muy bien a qué carta quedarse, pues esta votación se asemeja bastante al juego de la ruleta rusa en el que no se conoce  nunca en qué lugar de la recámara, se encuentra la bala que te mata.
 Me decido a escribir a media tarde, antes de conocer los resultados de la cruenta batalla, que indiscutiblemente dejará víctimas en el camino, en cuanto el ganador inicie ese tiempo nuevo que huele sin embargo a viejo, porque la guerra parece haber durado mil años y porque sea quién sea vencedor, el análisis de lo que suceda en esta jornada necesita ser hecho pausadamente, por ir atando cabos de lo que podría suceder a partir de mañana y sobre todo, para obtener la satisfacción que proporciona contemplar los gestos de los perdedores, aunque en este país nuestro, ya se sabe que por sistema, perder, perder, no pierde nadie y siempre se encuentra un hueco por el que escapar airoso de esos momentos en que los electores te colocan por debajo de tus oponentes, sin tener que ofrecer explicaciones de por qué lo hacen.
Mucho más trascendental, miren ustedes lo que son las cosas, resulta ser para las multitudes si será el Madrid o el Barcelona, el que consiga quedar primero en esta accidentada liga, cuyo resultado pende de un hilo, hasta el último día y ya les digo yo, que habrá esta noche muchos más seguidores del equipo que resulte vencedor, celebrando en Cibeles o Canaletas, de los que pueda haber a las puertas de Ferraz, por aquello de que en nuestro tiempo el fútbol es el opio del pueblo y la política, la única culpable de todas las desgracias que nos acontecen, sin que por cierto, hagamos nada por propiciar un cambio de rumbo, que mejore en algo nuestras vidas, a pesar de que con la lucha, se ganan derechos.
Con la huelga de la Estiba convocada  y sus trabajadores dispuestos a parar el tiempo que sea necesario para lograr sus objetivos, al señor Rajoy se le viene encima una semana incierta en la que no sólo habrá de estar muy pendiente de los  casos de corrupción en los que se vean implicados nuevos miembros de su Partido, sino también, de tener que aceptar sumisamente el resultado de las Primarias socialistas, si al final no las gana su candidata favorita y es Sánchez a quién le toque decidir si apoya o no la Moción de censura de Podemos, que podría entonces apearle violentamente del poder, de manera sorpresiva y urgente.
Y si a esto le sumamos el declarado “madridismo” de Rajoy, y por un azar, fuera el Barcelona quién se alzara con el triunfo, no me quiero ni imaginar el berrinche que podría suponer para el Presidente, el giro de la situación, ni el mal rato que puede pasar esta noche, si estas complicaciones se convierten en realidad, dejándole de pronto, a la vez, sin socia de gobierno y sin copa de  liga.
Pero las aflicciones de unos suelen ir en  relación directa con la felicidad de otros  y en esto de las alegrías y las penas, la vida a veces, se encarga ella solita de hacer justicia, colocando a cada cual en el lugar que verdaderamente merece, porque así es el destino y nadie entre nosotros puede, afortunadamente, cambiarlo.

Por eso, no he querido esperar a mañana, cuando todo esté decidido, para publicar este artículo. Mientras dura la incertidumbre, hay esperanza y en algunas ocasiones, las cosas pueden transformarse repentinamente, ofreciéndonos la ocasión de recibir alguna sorpresa, de esas que hacen que uno pueda seguir adelante con ilusión, porque en el mundo y hoy en nuestro país, todo es todavía, posible.

jueves, 18 de mayo de 2017

Amistades de conveniencia


El  Gobierno de Mariano Rajoy logra sacar adelante el llamado Decreto de la estiba, en el Parlamento, gracias a curiosos e incomprensibles apoyos que sólo se entenderían, si se supiera a ciencia cierta que podrían después ser correspondidos de algún modo y que dejan boquiabiertos a los ciudadanos, que hace tiempo consideraban que los nacionalistas catalanes de Mas, se habían convertido en enemigos irreconciliables del PP, a causa de la reiterada negativa de los conservadores, a conceder la celebración del Referéndum.
  Esta mañana, en que la tensión podía palparse en el ambiente,  una representación de los estibadores que ocupaban la parte alta del Congreso ha tenido que oír desde la tribuna que “mientras más levantan el puño, más se alejan del suelo”, ha sido finalmente desalojada por la Presidenta Ana Pastor, mientras eran aplaudidos por los Partidos de la oposición, que han votado en contra del Decreto.
Pero volviendo a los apoyos, el Decreto jamás hubiera podido salir delante de no ser por la abstención de los ocho diputados del PDECAT (Antigua Convergencia de Cataluña) y la noticia del día se centra principalmente en este punto, pues no hay más remedio que preguntarse qué ha podido ofrecer Rajoy a los de Mas, para lograr limar de repente la aspereza de sus relaciones y sobre todo, cuándo se ha producido ese diálogo entre ambas fuerzas, que a ojos de los ciudadanos juraban haber abandonado cualquier  tipo de contacto, por motivos que todos conocemos.
¿Puede ser que la exacerbada defensa de la unidad de España que siempre ha mantenido Rajoy, haya empezado a languidecer y el Gobierno y sus socios de Ciudadanos estén pensando en alguna manera de poder dividir a los nacionalistas catalanes, atrayendo a los de Mas, con alguna promesa?
¿O quizá la abstención ha venido como pago por la inacción del Gobierno en el caso Palau, que podría afectar gravemente a la Formación que preside Mas, ofreciendo en bandeja a los catalanes una indeseada imagen de putrefacción, que se sumaría a la que ya están descubriendo en la familia de quién era considerado Padre de su patria y que no es otro que Jordi Pujol, acorralados por la Justicia?
¿Pudiera ser que de repente ambos líderes hayan decidido abandonar su irreconciliable enemistad y este acuerdo de hoy represente el comienzo de un tiempo nuevo en el que la buena voluntad se imponga sobre la sinrazón, restableciendo una comunicación absolutamente inexistente y volviendo a acercar posturas que antaño fueron consideradas como naturales, entre Formaciones de parecida ideología?
Porque con el PNV, ya se contaba desde que hace sólo unos días, se alcanzara con ellos un ventajoso acuerdo para poder sacar adelante los presupuestos y tampoco existían con los nacionalistas vascos, al menos de momento, problemas de tal gravedad como los que se han venido sucediendo desde que los catalanes comenzaran a reivindicar seriamente su Independencia y el apoyo de los Ciudadanos de Rivera, parece tenerlo Rajoy garantizado para el resto de la Legislatura, como todos estamos comprobando a diario y a pesar de que siempre afirmaron que ellos serían  absolutamente severos  con los casos de corrupción, pero que no han debido considerar tan importantes, como para romper con sus socios del Gobierno.
Unos pocos minutos después de la aprobación del Decreto, los puertos españoles se convertían en un hervidero y los representantes de los estibadores anunciaban una huelga que comenzará la próxima semana, bajo el lema de “ni un paso atrás”, que ya se ha hecho famoso, por la geografía de todo el territorio patrio.
Saben que cuentan desde el principio, con el sostén moral de una ciudadanía que respalda su valentía al afrontar una lucha que podría considerarse como de toda una Sociedad, a la que la Reforma laboral aprobada por Rajoy ha ido empobreciendo y que su resistencia ante los abusos que Europa propone para con ellos, bien podría convertirse en un ejemplo a seguir para cientos de miles de trabajadores de otros sectores, si finalmente logran sus objetivos.
El retrato de este Parlamento dividido, en esta cuestión, en dos bloques bien diferenciados, no solo  comienza a colocar a cada cual, en el lugar al que verdaderamente pertenece, sino que seguramente,  va acarrear a los de Mas un duro enfrentamiento con sus socios nacionalistas de otras Fuerzas, pues para ER y la CUP, su abstención de hoy, facilitando a Rajoy sacar adelante el Decreto de la estiba, bien podría ser considerada una imperdonable traición, que podría dar en breve, al traste, con la frágil unidad de los Partidos independentistas.
Tampoco nos ha gustado a los ciudadanos, esta rendición repentina, que para más INRI, afecta negativamente a las condiciones laborales de un sector imprescindible para el buen funcionamiento de las importaciones y las exportaciones de todo tipo de materias, en este país nuestro.
Lo que de verdad desearíamos, es que se pusiera, al menos, el mismo énfasis en la lucha contra la corrupción y que el Gobierno, igual que hoy, se empeñara con igual fuerza en recabar apoyos para terminar con esta plaga, que de no haber existido, nos hubiera evitado la humillación de tener que ser rescatados por los usureros europeos  que nos han conducido a todos, al borde del abismo.





miércoles, 17 de mayo de 2017

Medidas sin consecuencias


La oposición al completo votó ayer tarde en el Congreso la reprobación del Ministro de Justicia, Rafael Catalá, del Fiscal General del Estado, José Manuel Maza y del Fiscal Anticorrupción, Manuel Moix, por considerar que han intentad por todos los medios entorpecer la investigación del caso Lezo, en el que Ignacio González y otras muchas personas, acaban de ser imputados, hace apenas unos días.
A pesar de ser éste  un hecho sin precedentes, en el que se evidencia el desacuerdo de una mayoría de parlamentarios con las políticas llevadas a cabo, en el campo de la Justicia, por el PP, la medida, que a priori podría parecer importante, debido a la gravedad de los hechos en que se basa, no tendrá consecuencia alguna y a no ser que el Presidente Rajoy decida cesar a los reprobados, todos y cada uno de ellos podrá continuar en el cargo que actualmente ocupa y ejerciendo las mismas funciones y de la misma manera que lo han venido haciendo, quedando su reprobación reducida a una especie de anécdota, que demuestra las enormes lagunas que existen en nuestras leyes, en relación a casos como éste.
Ninguno de los tres parece haberse dado por aludido, tras la tensa sesión de ayer y ya han aclarado que no piensan presentar su dimisión, aunque su comportamiento pueda ser calificado  como vergonzoso y parezca más propio de una República bananera, que de un país democrático que se precie.
Al mismo tiempo que se producía la reprobación, Cristina Cifuentes, Presidenta de la Comunidad de Madrid, comparecía ante los medios para tratar de desligarse de la recomendación de la UCO de que sea imputada por cohecho y malversación y su discurso recordaba, supongo que muy a su pesar, a los que solía emitir Esperanza Aguirre, cuando los casos de corrupción en los que se veían implicados sus más estrechos colaboradores, la iban cercando más y más, haciendo prácticamente imposible que continuara ejerciendo como política. Por la mañana, el vice consejero de Cifuentes, Miguel Ángel Ruíz, dimitía al ser imputado en el caso Púnica, augurando tiempos difíciles para el equipo de los populares y para la propia Presidenta.
Entretanto, las conversaciones de Ignacio González, que se han convertido en una fuente inagotable de información, daban fe de que Esperanza Aguirre conocía desde siempre la financiación ilegal de sus Campañas electorales y que al menos dos de ellas, las ganó con la ayuda económica ofrecida por empresarios, a cambio de ciertas concesiones.
Habiendo pasado el mal trago de las reprobaciones, Mariano Rajoy continúa en su línea de imperturbable sosiego, como si todo lo que está ocurriendo a su alrededor y que afecta directamente a pesos muy pesados de su Partido, nada tuviera que ver con su gestión y que incluso fuera natural que los Gobiernos intervinieran descaradamente en la marcha de los asuntos de la Justicia, convirtiendo en muchos casos a los fiscales, en auténticos abogados defensores de malhechores, sobre todo cuando se les acusa de corrupción y militan en las filas conservadoras.
 Así que esta es la triste perspectiva que nos aguarda, si como parece, nadie está dispuesto a secundar la Moción de Censura que piensa presentar Podemos y habrá que ir haciéndose a la idea de que no nos quedará más remedio que soportar a los populares en el poder, hasta que finalice la legislatura, pues la cobardía de esta oposición casi al completo, les conduce como borregos, detrás del camino que marca Rajoy, haga lo que haga y ocurra lo que ocurra a su alrededor, forzosamente.
Maniatados por la animadversión de los otros Partidos en el Parlamento, a Podemos no le queda otra que tratar de defender, al menos, su honorabilidad, para poder demostrar, aunque sólo sea de palabra, su total desacuerdo con las políticas aplicadas por el PP y también con la incomprensible pasividad que permite a Rajoy continuar en el puesto que ocupa y que retrata con luz y taquígrafos, el pensamiento real de PSOE, Ciudadanos y nacionalistas, aportando a los ciudadanos, una información impagable, de cara a próximos comicios.
Queda pues demostrado, que ni las Comisiones de investigación, ni las comparecencias, ni las reprobaciones siquiera, sirven absolutamente para nada, cuando el poder decisorio se encuentra ligado a la voluntad del Presidente.
La total indefensión que padece esta sociedad, no puede ser más evidente y si no sucede un milagro, Rajoy cumplirá escrupulosamente sus cuatro años en Moncloa. A ver la herencia que nos deja.



martes, 16 de mayo de 2017

Los años de la inercia


Con los ecos del Debate socialista abriendo las portadas de  la prensa y  el recién nombrado Presidente francés manteniendo su primer contacto con Ángela Merkel, la actualidad se mantiene centrada en estos dos temas y son las opiniones, según de qué lado vengan, las que marcan las líneas de la información y los contenidos que la forman.
Todos los Partidos políticos se han atrevido a comentar lo que ocurrió ayer en Ferraz, sacando sus propias conclusiones sobre el evento y deseando suerte al candidato que más convendría que ganara a la corriente que representan, pues de ello depende en gran medida, que la Moción de Censura de Podemos, salga adelante o no y por tanto, que Mariano Rajoy pueda respirar sin agobios, si por ejemplo, es Susana Díaz la que vence en el duelo.
Entretanto, no paran de aparecer grabaciones en las que se narra una dinámica de corrupción que parecía ser  algo habitual entre cargos de gran importancia y no sólo en la Comunidad de Madrid y conversaciones que avergonzarían, por sí mismas, a cualquier político que se considerase decente y que sin embargo, una parte de la oposición, como Ciudadanos o PNV, parecen tolerar de buen grado, sin atreverse a tomar ninguna medida que pueda detener este intolerable estado de degeneración que sacude al PP y que debiera  hacer tambalearse a la figura del mismísimo Presidente.
Sin embargo, todo sigue su curso con absoluta normalidad, aunque la población perciba un conformismo feroz e intolerable, en una situación como ésta, pues con toda probabilidad, quienes votaron a Ciudadanos o PNV, por no hablar de los nacionalistas catalanes, ni de los socialistas, deben sentirse absolutamente defraudados con su actuación en el Parlamento.
También Europa parece dispuesta  a que Mariano Rajoy termine esta legislatura que preside y deja meridianamente claro, que nada importan a los señores del poder económico, las prácticas corruptas que suceden en los países de la Unión, mientras cobren aquello que se les debe.
Sólo los movimientos ciudadanos, que celebran el sexto aniversario del 15M y los Partidos que surgieron de allí, plantan cara a la insostenible realidad que se da entre nosotros, proponiendo que se canalice cuanto antes una Moción de censura, aunque se pierda, por la reiterada pasividad demostrada por esta oposición cautiva, incapaz de rebelarse contra lo injusto.

La Historia, probablemente reflejará esta época como una de las más inmovilistas y sobre todo, como unos años en los que muchas veces se tuvo la oportunidad de cambiar el rumbo de los acontecimientos, pero en los que se impusieron los intereses partidistas, por encima de los de la nación, para desgracia  de todos los que la habitamos y la querríamos de otra manera.

lunes, 15 de mayo de 2017

Dos contra uno



La expectativas levantadas por el debate celebrado entre los candidatos a las primarias del PSOE se han visto seriamente mermadas en cuanto han empezado las intervenciones de los participantes en el evento, celebrado en Ferraz, quedando bastante claro que a pesar de que la iniciativa estaba, supuestamente, destinada a que Díaz, Sánchez y López, presentaran por separado las que serían sus propias iniciativas para dirigir el Partido, la lucha real ha parecido estar organizada en dos bloques perfectamente alineados en contra del que fuera su Secretario General, hasta el pasado año y que se ha visto absolutamente sobrepasado por una situación que quizá no esperaba, al menos por parte del vasco.
Reclamando una imposible unidad, hasta el presente día, Susana Díaz, revestida de la soberbia que le da el hecho de ser apoyada por la inmensa mayoría de los pesos pesados de la Formación que pretende dirigir, no ha tenido ningún problema en bañar su discurso en una aparente solemnidad, despreciando hábilmente las posturas defendidas por Sánchez desde que fuera apeado violentamente de su cargo, llegando a tildarle de ser el único problema con que se enfrenta en la actualidad el PSOE y por supuesto, de  la desunión que se viene manifestando desde que la Gestora se hiciera cargo de la dirección del Partido, llegando incluso, a reconocer tácitamente, su participación personal en aquellos hechos de infausto recuerdo.
Convencida de su elección, metida de lleno en su papel de salvadora y sin tener hacia López, más que buenas palabras de aliento, centrar su intervención en tratar de convencer a sus militantes de que el futuro del socialismo sólo será posible, si se pone en sus manos, Díaz no ha ahorrado esfuerzos en poner como ejemplo, una y otra vez, sus supuestos logros, a cargo de la Junta de Andalucía, ni en pavonearse de haber triunfado en todas las elecciones a las que se ha presentado, aunque en las últimas haya necesitado el apoyo de Ciudadanos para hacerse con el poder, después de tres intentos.
 A Sánchez, que ha desaprovechado  la ocasión que se le brindaba, en fallidos intentos de demostrar la más que evidente derechización del Partido, le ha faltado cohesión en los argumentos y sobre todo, la contundencia necesaria para enfrentarse con sobradas razones, a la que es sin duda, no sólo su principal enemiga a título personal, sino también de la propia ideología que debe caracterizar al socialismo, si pretende conservar una identidad que se ha ido desdibujando en los últimos tiempos, hasta confundirse en el panorama político español, con la propia derecha.
Con breves referencias a la  abstención, aunque sin atreverse a culpar directamente a su adversaria de haber sido la artífice principal de haber otorgado con ella el poder a Rajoy, un Pedro Sánchez absolutamente acorralado por sus dos oponentes y visiblemente nervioso por la situación que se estaba produciendo, ni ha dado la talla, ni ha sabido redirigir el debate hacia su terreno, conformándose sólo con hacer guiños a una militancia, seguramente hoy defraudada por la actuación del que consideran su líder.
Curiosamente, ha sido Paxi López el indiscutible ganador del debate, probablemente, porque su brega en el País Vasco en tiempos de dificultad extrema le ha proporcionado los mecanismos necesarios para desenvolverse con soltura en todo tipo de situaciones y aunque se ha notado mucha más animadversión por su parte hacía Sánchez que hacia Susana Díaz, ha sido el único en comprometerse a llevar a cabo ciertas  medidas muy interesantes, en el orden interno del Partido, como la supresión de avales para  poder ser candidato a las primarias o que la militancia pueda presentar una moción de censura, si la gestión del Secretario General elegido no le satisface, poniendo sólo en sus manos, la posibilidad de apearle del cargo, sin que el Comité Federal intervenga.
Centrado únicamente en tratar  reconducir la  desunión actual, la contundencia de sus argumentos y el aplomo con que los ha expuesto, ante  la mirada atónita de sus oponentes, podría suponer para López un inesperado apoyo de la militancia con el que nadie a priori contaba y que puede dar una de esas sorpresas que ya se produjeron en elecciones anteriores en este Partido, pues mucha de su gente debe estar harta de tanto enfrentamiento.
Habrá  que esperar al fin de semana para conocer los resultados definitivos de este crudísima guerra y gane quien gane, ya les digo yo, que no le será fácil poner en pie cualquier tipo de proyecto.

Lo importante, es que la gente pueda elegir con total libertad y eso, parece estar asegurado, si el voto es secreto.

domingo, 14 de mayo de 2017

El peso de la verdad


Las conversaciones que se van conociendo, entre Ignacio González y Zaplana, no sólo no tienen desperdicio, sino que van aumentado en tono y contenido, dejando perpleja a la población, por el descaro con que parecían intentar manejarlo todo estos dos pesos pesados del PP y también por el tipo de información que manejaban y que llega a comprometer seriamente, al mismísimo Presidente del Gobierno.
 Entre las últimas grabaciones emitidas hay una en la que se asegura que cierto empresario cercano al PP posee un audio en el que se afirma que Mariano Rajoy recibió dinero en B, a través de Bárcenas y de la que se dice sirvió después como objeto de chantaje, para obtener del PP ciertos favores relacionados con una cadena de televisión, muy conocida por su afinidad con la extrema derecha.
Poco ha tardado el gobierno en negar, cómo no podría ser de otra manera, a través de su portavoz, esta peligrosísima noticia, argumentando que Rajoy, por su carácter, jamás habría accedido a ningún tipo de presiones relacionadas con el cargo que ocupa y que nunca ha tenido conocimiento de la existencia de esa cinta, que según los medios se grabó poco antes de que Bárcenas fuera declarada persona non grata en el PP, a causa de sus implicaciones en asuntos relacionados con la corrupción, por los que está siendo juzgado  por la justicia.
Pero el peso de la verdad y la enorme cantidad de pruebas fehacientes que se están saliendo a la luz, a raíz de la detención de Ignacio González, en el caso Lezo, convierten en inverosímiles las explicaciones ofrecidas hasta ahora por los líderes del PP y habrá que ahondar mucho más y parece que sí se puede, para llegar al esclarecimiento de unos hechos que muchos de los imputados en Gurtel, Púnica y ahora Lezo dan por ciertos y que sólo la cúpula popular niegan una y otra vez, tratando de escapar como puede, del cerco a que están sometidos en estos precisos momentos.
Sería del todo incomprensible que el Gobierno, con  Rajoy a la cabeza, admitieran conocer toda la información que sobre la podredumbre de su Partido se está formulando y mucho más aún, si se tiene en cuenta que estos hechos no fueron, como hubiera sido de recibo, denunciados en su momento, por lo que la presunción de inocencia a la que todo el mundo tiene derecho, no puede, sino quedar en entredicho, pues muchas de las cosas que se oyen en las grabaciones entre González y Zaplana, después, acabaron cumpliéndose.
Esta cinta en cuestión, que podría ser uno de los ases que Bárcenas guarda celosamente en su manga y que en cualquier momento puede aparecer, si se ponen las cosas aún más feas, para el ex tesorero y su esposa, sería en sí misma, prueba suficiente para exigir la inmediata dimisión de Rajoy y hasta para que la justicia decidiera imputarle, como lo ha hecho con muchos de los principales líderes conservadores, por asuntos similares a éste.
Todo dependerá en gran parte de lo que González y Zaplana decidan declarar  y también de que coincida o no con lo ya expuesto por otros acusados en diferentes casos de corrupción, que  en su momento, admitieron que Rajoy conocía todas las ilegalidades que se cocían en Génova, sin olvidar que su nombre aparece como perceptor de ciertas cantidades en negro en los famosos papeles de Bárcenas, que todos conocimos a través de los medios.
Replegado en su fortaleza de soledad, el Presidente, calla esperando que el transcurrir del tiempo desdibuje el negro panorama que se cierne a su alrededor, mientras el cerco se va cerrando, cada vez con mayor intensidad, en torno a su persona, dando a los ciudadanos una idea muy aproximada de la clase de política que  hacían los populares, mientras a ellos se les exigía una insoportable austeridad, que ha terminado por llevar a cientos de miles, hasta el umbral de la pobreza.
Tiene pues, toda la razón Pablo Iglesias cuando dice que vivimos un momento excepcional y que resulta imprescindible que la oposición actúe en consecuencia, sobre todo para que se pueda evitar que continúen produciéndose historias parecidas en fondo y forma a éstas que ahora sabemos que existieron y que han sido protagonizadas, en su totalidad, por personas pertenecientes al Partido del Gobierno.
Dar la espalda a hechos de tal importancia, escudándose en comisiones de investigación que dilatarían en el tiempo el conocimiento real de lo ocurrido, ni es de recibo, ni solucionaría de inmediato la situación que vivimos en el presente, así que con toda probabilidad, sólo una Moción de Censura, apoyada por la oposición al completo, podría terminar con el reinado de Rajoy y los suyos, sin honor y de una vez para siempre.
Puede que al PSOE no convenga precisamente ahora, en pleno proceso de primarias, cargar con la responsabilidad que conlleva una acción de esta contundencia o que a los nacionalistas vascos y catalanes les parezca que para apoyar la Moción, deben primero recibir a cambio ciertas prebendas, pero la extrema indefensión en que se encuentran los ciudadanos, mientras siguen siendo gobernados por dirigentes sólo preocupados por su propio enriquecimiento, justifica la urgencia en actuar, si no quieren convertirse  en cómplices de esta epidemia de corrupción que azota al país y que está diezmando los recursos que nos pertenecen a todos, a la velocidad del viento.
Si es cierto que Mariano Rajoy es el principal enemigo político de PSOE, Esquerra Republicana o la antigua Convergencia, resulta incomprensible su negativa a sumarse a la única solución posible para apartarle del poder y sería su obligación como opositores, apartar momentáneamente sus problemas partidistas, para formar un bloque común, que seguramente acabaría por beneficiar a unos y otros, en cualquiera de las exigencias que se encuentran sobre la mesa.
No debe, el miedo a que Podemos adquiera un protagonismo indeseado por todos ellos, impedir que se tomen medidas excepcionales, por el bien del país y de los ciudadanos que lo habitan.
Esta es, la hora de los valientes y permitir que pase la ocasión, dejaría un espantoso recuerdo en la memoria de unos electores, a los que quedará a partir de ahora meridianamente claro cómo actúa cada cual y si están a favor o en contra de lo que está ocurriéndonos a todos, mientras Rajoy continúa en el poder tranquilamente.
No voy a hablar de Ciudadanos. Hace tiempo que quedó definida su postura en éste y en otros asuntos similares, ocurridos con anterioridad, sin que hayan movido un solo dedo.



viernes, 12 de mayo de 2017


Cercado por incontables casos de corrupción y en un tiempo en el que se van conociendo a través de los medios pruebas incontestables de la existencia de una trama organizada en la que figuras de enorme relevancia en el seno de este Partido, el PP, con el Presidente de Gobierno a la cabeza, no puede ni debe continuar dando la espalda a la evidencia de que este mal de nuestro tiempo ha terminado por convertirse, en su caso, en una incurable epidemia y ni la huida hacia adelante, que tantas veces han utilizado como estrategia sus principales mandatarios, ni la decisión de declarar a través de plasma, que se maneja en Génova para la comparecencia de Rajoy  en la Gurtel, como testigo, pueden ya  frenar este torrente imparable de información que indica que la única salida honrosa que le queda al Gobierno en estos momentos, es la de dimitir en pleno, asumiendo de una vez, todas las responsabilidades políticas que se le suponen en estos hechos y que nunca aceptaron, escudándose en la intragable teoría de que se trata de casos aislados, protagonizados por algunos, de los que ya ni se pronuncian sus nombres.
Se pregunta la sociedad, atónita ante las noticias que le sobrevienen cada día y las sucias maniobras que se están emitiendo en forma de conversaciones telefónicas, filtraciones y chivatazos a presuntos culpables de delitos monetarios que afectan a la economía de todo el país, a dónde están, para Mariano Rajoy y los suyos, los limites de esa decencia que defendía airadamente ante Pedro Sánchez, en uno de los debates que mantuvieron ante las cámaras de televisión y si verdaderamente, conocen el significado literal de esta palabra, que para los ciudadanos en general, tiene que ver con la honradez y la limpieza, en este caso, al ocupar una serie de cargos que se costean con las aportaciones obligatorias de todos los contribuyentes, a los que se ha perdido cualquier atisbo de respeto y a los que se maltrata, sin que nadie pueda hacer nada, desde el momento en que jamás se produce entre las filas del PP, ocurra lo que ocurra, ni una sola dimisión voluntaria de ninguno de sus miembros.
Qué vergüenza, para un Presidente de Gobierno, tener que escapar literalmente, cada día, de las preguntas de los informadores, acelerando el paso por los pasillos del Congreso o allá dónde se le reclamen sus respuestas, seguramente por no tener qué decir, que pueda convencer a la opinión pública y a los ciudadanos en general, incluidos sus propios votantes, de una inocencia indefendible en la que ya nadie cree, a la vista de todo lo acontecido y de un desconocimiento inexplicable de unos asuntos, de los que necesariamente ha de estar informado al detalle, por ocupar el cargo que ocupa, pero de los que no le interesa para nada hablar, quizá por no embarrar aún más, el negro pozo de podredumbre en que se halla sumida la Formación que preside y que terminará lanzándole algún día, de la peor manera, fuera del mundo de la política.
Por no quedarle, no le queda a este Presidente, ni el decoro necesario para dirigirse a los ciudadanos para admitir la gravedad del momento que estamos viviendo, como si las presuntas injerencias de personas imprescindibles en su entorno en el mundo de la justicia o avisar con antelación a los investigados de su inminente detención, desde puestos de responsabilidad extrema, pudiera ser considerado como algo natural y no quedara más remedio que convivir con esta clase de políticos indecorosos, a los que nada importa, por supuesto, el bien común y mucho el conservar un poder que les fue otorgado a través de las urnas, pero que no les pertenece a perpetuidad, como parece que se cree en las filas de los conservadores.
A la vista de lo que ocurre, no cabe sino preguntarse hasta dónde deben llegar las implicaciones de los Partidos en asuntos siempre relacionados directamente con la corrupción, para que el país se decida por fin a decir basta y a exigir una Ley que permita apartar de sus cargos a aquellos que no responden a las expectativas que de ellos se esperaban, sin tener que esperar cuatro años, para poder votar de nuevo, si nada lo remedia y el PSOE y otras fuerzas siguen negándose a dar su apoyo a la Moción de Censura que piensa presentar Podemos y que nunca fue, en todos los años de nuestra joven Democracia, tan merecida como ésta.
Buscando una explicación medianamente convincente, la razón de que la gente piense seguir votando al PP, debe estar directamente relacionada o con un desinterés extremo por lo que ocurre en el país en el que viven o en esa estúpida creencia de que la economía siempre funciona mejor, cuando la llevan gobiernos de derechas.
El mundo laboral español y la situación de riesgo que sufren cientos de miles de familias, contestan, por sí mismos, a la segunda premisa y en cuanto a la primera, a más de uno no le vendría nada mal estar en permanente contacto con lo que sucede a su alrededor, pues querámoslo o no, todos somos al fin, manejados en nuestras vidas, por las políticas que llevan a cabo quienes nos gobiernan.
A ver si se va a convertir en verdad, que los españoles nos merecemos estos políticos que tenemos, los mismos que vacían sin ningún pudor las arcas del Estado de todos, convirtiendo sus cargos en un vehículo de enriquecimiento personal, que para más inri, impide, cada vez con más fuerza, el buen funcionamiento de las Instituciones, atentando contra nuestra salud, impidiendo que nuestros hijos reciban una enseñanza de calidad y convirtiendo a nuestros mayores en pobres de solemnidad, después de haber cotizado toda una vida.
Díganme, por favor, si no se han traspasado ya todos los límites de la decencia.




jueves, 11 de mayo de 2017

Para cerrar heridas


Casi cuarenta y dos años han tenido que pasar, para que el Parlamento español apruebe, con la excepción del PP, la exhumación de los restos de Franco, que fueron sepultados en el Valle de los caídos, tras su fallecimiento en 1975 y que resulta ser el único monumento europeo que ensalza la victoria de las tropas fascistas que se produjo tras una cruenta guerra civil y  que trajo como consecuencia, un oscuro periodo dictatorial que duró hasta la misma muerte de quién la presidiera durante más de cuatro décadas.
Se da la circunstancia, ya lo hemos referido otras veces, de que este monumento fue construido, en condiciones absolutamente infrahumanas por presos pertenecientes al bando republicano y que muchos se dejaron allí la vida, quedando sus cuerpos sepultados bajo el conjunto monumental que durante mucho tiempo ha servido para celebrar actos que recordaban por su fondo y su estética, a los que protagonizaron los seguidores de Mussolini y Hitler, sin que hasta ahora, ninguno de los gobiernos que han pasado por la Moncloa, tras la llegada de la Democracia, se hubiera atrevido a proponer su desaparición, aunque sólo fuera para cerrar heridas que continúan abiertas en el corazón de los familiares de esos vencidos que durante años fueron maltratados, perseguidos y vejados por  el régimen tiránico del general y que en  algunos casos, continúan sin hallar los restos de sus muertos, para poder devolverles la dignidad que les robaron, entonces, aquellos golpistas.
Es por ello, que aunque la resolución aprobada hoy en el Parlamento no resulta ser de obligado cumplimiento para este Gobierno, si que constituye, en cierto modo, una especie de bálsamo sanador para todos aquellos que durante los oscuros años de la Dictadura continuaron defendiendo la libertad y también, el honor de los que perdieron la vida en la absurda contienda, cuya memoria fue silenciada mientras proliferaban los homenajes y los privilegios para los que apoyaron el golpe de estado, creando una situación que dividía claramente al país en dos y que permanece aún anclada en el corazón de los españoles, por no haber sido jamás remediada por los encargados de administrar una justicia, absolutamente ineficaz, poco atrevida y factible de ser cambiada, según se alternaban los Gobiernos.
La aplicación de la Ley de Memoria Histórica, que trajo una esperanza a los que tanto tiempo habían esperado un poco de respeto para los suyos, quedó absolutamente sepultada con la llegada al poder de Mariano Rajoy, que no ha invertido un solo euro en esta materia, por considerar, lo ha dicho y recalcado muchas veces, que a nadie importa ya lo ocurrido en el pasado y que su obligación, como Presidente, no es otra que mirar al futuro, aunque el precio a pagar por esta afirmación sea el de intentar hacer desaparecer este negro episodio de nuestra Historia, seguramente porque sus preferencias personales han de encontrarse necesariamente, mucho más cerca de los que fueron los vencedores.
Su postura, que ha quedado meridianamente clara en el día de hoy, cuando ha obligado a sus parlamentarios a votar en contra de la exhumación del cadáver del dictador, tiene sin embargo un trasfondo demasiado amargo para una gran parte de la población, pues demuestra taxativamente su desprecio hacia el resto de los Partidos que forman el Parlamento y por ende, a los ciudadanos que los votaron y de los que nunca podrá, por esta y por otras acciones, considerarse Presidente.
El demoledor efecto de intentar conservar a toda costa un monumento claramente dedicado al fascismo y su empecinamiento en mantener vivo un lugar de nefasto recuerdo para los que perdieron allí a sus seres queridos, en condiciones sórdidas, puede dar una idea de cuáles son las raíces reales del pensamiento de Rajoy y los suyos y dar por sentado que nada harán, mientras se les mantengan en el Gobierno.

Sin embargo, el error de no asumir la Historia, tal como sucedió, los reiterados intentos de intentar disfrazarla con inaceptables subterfugios, que en el fondo recuerdan demasiado a los argumentos empleados durante la Dictadura, no sólo no hará desaparecer la verdad. Para eso, existen, a nivel mundial, expertos historiadores, que ya se han encargado de narrar con objetividad lo acaecido en ese pasado que a Rajoy le interesa olvidar y también, en este presente que hoy vivimos, dejando plasmadas en los libros, para las generaciones posteriores, todas y cada una de las actuaciones que ha  tomado este Presidente y por supuesto, también y muy especialmente, su negativa a condenar los símbolos del fascismo y no sólo en el día de hoy, en esta sesión del Parlamento.

miércoles, 10 de mayo de 2017

Una regeneración necesaria y urgente


Lo que viene ocurriendo en este país nuestro, en torno al mundo de la justicia y muy especialmente en lo que se relaciona con las terribles presiones que están sufriendo los fiscales encargados de los casos de corrupción, no puede, sino calificarse como un hecho insólito e inaceptable, que trata de modificar el camino recto que deben seguir, sin excepciones, los encargados de aplicar la Ley y que choca frontalmente con el derecho de los ciudadanos a ser defendidos contundentemente de cualquier delito que contra ellos se cometiera, individual o colectivamente.
No pasa últimamente un solo día sin que se pongan en tela de juicio las actuaciones de determinados cargos nombrados directamente por el gobierno para luchar, supuestamente, contra la corrupción, ni un solo momento en que no vayan quedando claras las continuas injerencias del Estado en asuntos que atañen directamente a políticos investigados por este tipo de delitos y que sugieren la intención de querer parar como sea la posibilidad de que pudiera incrementarse la larga lista de condenados pertenecientes al PP, que por desgracia, todos conocemos.
La última e inoportuna filtración que se ha producido sobre el caso Lezo y que ha traído como consecuencia la petición de la dimisión del Fiscal anticorrupción, Manuel Moix, por la oposición al completo, se complementa hoy con la noticia de que fue posiblemente el número dos de interior, José Antonio Nieto, quién avisó a Ignacio González de que estaba siendo investigado y que su detención parecía ser inminente.
A la hora en que escribo este artículo, el citado en segundo lugar, trata de defenderse en una comparecencia en el Congreso de las acusaciones que se vierten sobre su persona, pero en el mundo en que vivimos, resulta infinitamente difícil ocultar cualquier movimiento a los ojos de los demás, pues los medios con los que se cuenta a la hora de seguir una investigación han  dejado de ser, como hasta hace bien poco, absolutamente rudimentarios, para ser dotados de una sofisticación que asombraría a cualquiera que nada supiera sobre las técnicas empleadas para estos fines y con las que por supuesto se cuenta, cuando se trata de cuestiones de extrema gravedad, como ésta a la que nos referimos y que afecta a los mismos cimientos de una Democracia, que ha entrado en un doloroso trance de crisis, precisamente por estos argumentos.
Puede que en un pasado no muy lejano, el abuso del nepotismo fuera una práctica habitual en el Partido Popular, sin que las conversaciones y encuentros mantenidos entre sus miembros más relevantes llegaran nunca a conocerse, a causa de esa nefasta mayoría absoluta con la que contaban en el Parlamento,  pero la inesperada irrupción en la política española de nuevas Formaciones y la fragmentación sobrevenida, tras el resultado de las últimas elecciones, ha puesto en el ojo del huracán todas y cada una de las acciones de los altos cargos del Partido en el gobierno, que además de ser ahora examinadas con lupa, pueden a la vez, ser cuestionadas y juzgadas con una contundencia inimaginable hace solo unos años, pero que ha hecho despertar a la Sociedad del letargo en el que la tenía sumida la alternancia en el poder, de socialistas y conservadores.
Este despertar, fundamentalmente influido por el torrente de información vertido por esos medios de comunicación a los que se pretende a toda costa silenciar, con medidas disuasorias de escasa legalidad en un estado de derecho, genera, como no  podría ser de otra manera, una indignación que exige con urgencia la regeneración de ciertas instituciones judiciales y muy fundamentalmente, que quiénes las dirijan a partir de ahora sean elegidos por un consenso necesario que garantice  plenamente su limpieza.
Echando la vista atrás y mirando los casos ocurridos en otros países del mundo, lo que está pasando en este nuestro sería, sin atisbo de duda, motivo suficiente para exigir la dimisión de todo el Gobierno.



martes, 9 de mayo de 2017

Explotados por las estrellas


Tras la polémica levantada por las declaraciones de Jordi Cruz, uno de esos cocineros estrella que merecieron ganar estrellas Michelín, dando el salto después a programas de televisión emitidos en horario de máxima audiencia, en los que alcanzaron mayoritariamente mucha más popularidad que por sus propias elaboraciones culinarias, no va a quedar otro remedio que puntualizar lo enormemente favorecidos que se han visto estos empresarios de altos vuelos, en ésta y en otras profesiones, como la abogacía o el periodismo, por esa Reforma laboral que aprobara Mariano Rajoy al principio de su primera legislatura como Presidente y que establece ciertas medidas que disfrazan descaradamente un trabajo que debiera ser bien remunerado, de prácticas de aprendizaje, que permiten a los dueños de los negocios una especie de explotación encubierta de jóvenes que intentan desesperadamente iniciar su andadura en profesiones para las que fueron exhaustivamente preparados, pero cuya recompensa consiste, exclusivamente, en una especie de privilegio mal entendido, al trabajar en despachos, cocinas o bufetes de cierto renombre.
En este sentido, los inaceptables argumentos esgrimidos por Cruz, al que se le ha debido subir a la cabeza el éxito alcanzado como jurado de Master Chef y que considera que sus trabajadores en prácticas deben sentirse suficientemente recompensados por el buen trato que se les dispensa en un restaurante, que según sus propias afirmaciones, no sería rentable, de no ser por la inestimable colaboración prestada gratuitamente por estos colaboradores en concreto, habría que aclarar que cualquier persona, se dedique a la profesión que se dedique y trabaje dónde trabaje, merece, por su condición de ser humano, prioritariamente, el respeto y la consideración de sus superiores y además, el inalienable derecho de percibir un salario, acorde con el trabajo realizado, pues la rentabilidad de los negocios, no es asunto de su competencia, sino la de aquel que los montó, me imagino que tras realizar un estudio previo de viabilidad, que garantizara ciertos beneficios.
Justamente en la hostelería, se vienen dando una serie de casos sangrantes que a este Gobierno parecen importarle bien poco, pero que afectan gravemente la dignidad y las aspiraciones de futuro de nuestra juventud, que  no encuentra, de momento, otro camino para poder salir del domicilio paterno, que éste de transformarse en los primeros camareros doctorados y posesores de varios masters en diversas materias, a los que se contrata en innumerables ocasiones a prueba, sin sueldo, para sustituirlos al siguiente mes, por otros incautos deseosos de encontrar una estabilidad laboral que nunca llega, pues la promesa que les hacen los empresarios cuando les entrevistan por primera vez, se las lleva el viento.
Si a esto sumamos el caso de esta especie de becarios, que en muchos casos, hasta viven en el mismo lugar en el que prestan sus servicios y cuya jornada laboral excede casi siempre de lo razonable, cualquier explicación que puedan ofrecer estos cocineros de altos vuelos, cuyos precios por plato, escapan a las posibilidades económicas de la inmensa mayoría de los ciudadanos de este país, no sólo hiere ostensiblemente la sensibilidad de los ciudadanos, sino que resultan ser un insulto imperdonable que merece ser respondido, por lo menos, con un boicot a los Restaurantes que regentan y por supuesto, a los programas de Televisión en los que participan y en los que tratan de ofrecer una imagen de amabilidad que no se corresponde en absoluto con la actitud demostrada con los que son, lo reconozcan o no, parte de sus plantillas.
La explotación encubierta de nuestros jóvenes, que realizan en estas cocinas labores de todo tipo y que nada tienen que agradecer realmente a quiénes les mantienen en estas condiciones de trabajo, por muchas estrellas Michelin que posean, sobrepasa, con mucho, todos los límites de la honestidad profesional y humana de quiénes lo permiten y que si de verdad tienen, como ellos presumen, aspiraciones docentes, debieran abrir escuelas a las que pudieran acceder estos estudiantes en prácticas, aunque fuera solicitando una subvención al Gobierno.
Transmitir los conocimientos que uno posee sobre una materia con humildad, procurar que los que vienen detrás los adquieran y los perfeccionen, con el paso del tiempo, nunca pude ni debe implicar, el abuso descarado del trabajo realizado por los que comienzan en una profesión, que eligieron para que les sirviera como medio de vida y no como una vía de aprendizaje que no termina nunca, pues son muy pocos o ninguno, los que consiguen dar el paso a la codiciada remuneración que merece el reconocimiento de sus funciones.
Si al señor Cruz no le renta su negocio sin la extraordinaria colaboración de estos becarios, que lo cierre. No sería el primero ni el último que ha de hacerlo, en esta interminable crisis y además, ya les digo yo que podría vivir cómodamente con los emolumentos que obtiene por su colaboración en televisión española. ¿O acaso lo hace gratis, como forma de aprendizaje en un medio que no le resulta familiar o por el mero hecho de trabajar a las órdenes de verdaderos profesionales del mundo televisivo al que todavía no pertenece?



lunes, 8 de mayo de 2017

La incógnita Macron


Votan los franceses desencantados por la actuación de los Partidos tradicionales, decidiéndose por el mal menor, pues entre las opciones que quedaron para esta segunda vuelta en las elecciones, o se abría la puerta a una nueva entrada del fascismo en Europa, encabezado por Marine Le Penn, o se corría el riesgo de apostar por esta incógnita que representa Macron y que hoy por hoy, no es más que un riesgo imposible de calcular, pues nadie sabe cuáles son las intenciones que trae el que será el nuevo Presidente de la República francesa, del que no se conoce nada más que el hecho de haber protagonizado una carrera fulminante en un solo año, aunque se puede calcular fácilmente, que simboliza la continuación de las políticas de recortes europeas.
Haciendo un  símil con lo que ocurre en nuestro país, se diría que Macron podría ser considerado como el Albert Rivera francés y que su triunfo se debe únicamente a dos causas fundamentales que no pueden obviarse en el momento de crisis que atravesamos y que son, en primer lugar, la clarísima decadencia de la Socialdemocracia en nuestro Continente y en segundo lugar, el pavor que representa para la sociedad en general que personajes como La Penn, puedan hacerse con el poder, sirviendo de ejemplo a otras naciones en un futuro cercano, consiguiendo destruir la Comunidad e instalando entre nosotros regímenes de derecha radical, muy lejanos del pensamiento de las mayorías.
El hecho de que todos los grandes lideres europeos hayan recomendado encarecidamente el voto a Macron, ya denota que cuentan de antemano con su sumisión y su apoyo en las líneas marcadas para este futuro ciertamente desesperanzador que se nos viene encima y la pérdida paulatina de credibilidad que han sufrido los Partidos tradicionalmente votados en los países de alrededor, hace que al menos de momento, parezca imposible que puedan instalarse entre nosotros gobiernos de progreso, sobre todo después de la decepción que han supuesto dirigentes como Hollande, que en su momento creó una esperanza de que las cosas pudieran cambiar, derivando después, como ha pasado con el PSOE español, hacia una inaceptable ideología de derechas que ha terminado por dar al traste con sus más elementales principios ideológicos.
Es por eso, que no somos capaces de alegrarnos del triunfo de Macron, aunque sí del fracaso de Le Penn, a la que considerábamos como un verdadero peligro, quizá porque las circunstancias en que se han celebrado estas votaciones y el camino que ha ido tomando la indignación de las clases trabajadoras en el país vecino, no permite hacer predicciones de lo que pueda suceder de ahora en adelante, con este recién llegado Presidente, que crea de por sí una desconfianza basada en sus propias reticencias para confesar cuál es su verdadera ideología, como debiera ser imprescindible, en cualquier político que se precie.
Con esta duda y con la pugna encarnizada que mantienen los candidatos a las primarias de un PSOE, hecho añicos ante la vista de la sociedad y sin ningún pudor en demostrarlo descaradamente, abrimos una semana en la que la corrupción sigue atenazando más y más al PP, convirtiendo en insostenible su permanencia en el poder y en la que Podemos ha empezado a consultar a sus adscritos sobre si son o no partidarios de presentar la Moción  de Censura, que se da casi por segura, aunque sea en soledad, por los niveles de hartazgo que provocan nuestros gobernantes en la gente.
El ambiente, que empieza a calentarse y no sólo en este país plagado de contradicciones en el que vivimos, no puede resultar más interesante de relatar, para quién trata de mirar, con objetividad, las cosas que nos están sucediendo.
Al menos, hemos respirado con el fracaso de Le Penn. Alguna alegría teníamos que tener, aunque fuera pequeñita.