domingo, 23 de julio de 2017

Mis queridos lectores:


Tras un intenso año de noticias, que hemos tratado de plasmar como realmente ocurrieron y sin tener que soportar las presiones que infunden los poderes a los medios convencionales, llega la hora del merecido descanso estival, aunque en estos momentos, he de reconocer que el panorama que nos circunda no ha perdido un ápice de interés y que produce cierta desazón abandonar  la tarea diaria, aunque las compensaciones que se ofrecen a cambio, en el plano amistoso y familiar, merezcan realmente la pena.
Quiero, como otras muchas veces hice anteriormente, agradecer la fidelidad de todos los que siendo para mí absolutamente desconocidos, han tenido la deferencia de sentarse a leer mis artículos todos los días y sin los que sería imposible continuar, por aquello de que la vanidad del autor podría verse seriamente afectada y también porque en cierto modo, entre ustedes  y yo, se ha establecido cierta querencia, difícil de explicar al no existir entre nosotros más vínculo que el mensaje que trato de transmitir cuando me siento en la soledad de esta habitación, para contar una noticia.
Mucha gente abomina de la política, convencida de que los que la llevan a la práctica forman parte de un grupo de individuos despiadados, capaces de hacer cualquier cosa por obtener una parcela de poder, pero su razonamiento pierde fuelle desde el instante en que quiéranlo o no, la política maneja sus vidas y las de todos, condicionando  el destino de los pueblos y por tanto, parece lógico que al menos, sepamos a qué atenernos, por medio de la poca o mucha información que se nos transmite, para después tomar las decisiones que consideremos oportunas, acorde con lo que esté ocurriendo.
A ustedes, está claro, y a mí, este mundo de truculencia teatral y luchas encarnizadas, escandaloso y violento, donde los haya, carente de sentimientos y tragicómico, que a veces muestra con crudeza extrema todo lo que los seres humanos son capaces de hacer, nos fascina y es por eso y porque la resignación y la mansedumbre nunca resultaron ser buenas consejeras para el género al que pertenecemos, que muchos decidimos defender la transparencia por encima de la opacidad y atrevernos a opinar libremente sobre la complicada realidad cotidiana que nos aflige, en este mundo globalizado que camina a pasos agigantados, si no se remedia, hacia una rápida auto destrucción, para desgracia de cuántos amamos tanto a la Tierra.
En el plano nacional, ha sido este un año especialmente farragoso, en el que hemos sufrido los efectos de un tsunami de corrupción que no parece tener visos de amainar, a la vista de lo que vamos conociendo, pero también, un periodo en el que se han venido sucediendo una serie de cambios, que preludian, por su intensidad, el final de una era de alternancia en el poder, que no complace en absoluto a las cabezas principales del bipartidismo, pues parecen haberse alineado en un frente común, dejando de lado las diferencias ideológicas que parecían separarles, con tal de no dejar marchar ciertas posiciones de privilegio, que han ostentado durante demasiado tiempo.
Hemos tenido, guerras partidistas llevadas hasta las últimas consecuencias, repetido elecciones, soportado estoicamente el manido discurso de las presunciones de inocencia de los que después resultaron culpables, visto a toda una Infanta, sentarse en el banquillo de los acusados, para declararse por voluntad propia, poco menos que idiota y buscado sin conseguirlo, una explicación lógica, a que el PP continúe en el Gobierno.
Nos han mentido, manipulado e intentado hacer creer historias que resultaban inconcebibles, utilizado en beneficio propio, a través de promesas electorales que nunca se cumplieron, apretado hasta la saciedad, obligándonos a malvivir mientras los corruptos malversaban a manos llenas los recursos que por cierto, eran nuestros y hasta acusado de producir presiones a gente que por causas ajenas a la voluntad de los ciudadanos, simplemente, se ha muerto, tratando de crear una intensa cortina de humo que tape la podredumbre que se cierne impunemente  alrededor y que pone en el punto de mira, a los “prohombres” que en muchos casos no son, más que probados delincuentes.
También hemos tenido alguna que otra alegría, sería imperdonable negarlo, como la irrupción de nuevas Fuerzas en el Parlamento, que por cierto y pese al evidente enojo de los viejos Partidos, han venido para quedarse y con la intención de tratar de transformar este Sistema decididamente deteriorado, por el mal hacer de los que se consideran a sí mismos, salvadores de una Patria, que sin embargo, a todos nos pertenece.
Y en esta tesitura, hemos llegado al verano caliente que estamos  viviendo y en el que por primera vez, las noticias continúan sucediéndose al mismo ritmo vertiginoso, que en épocas más frías, por lo que da cierto recelo marchar, aparcando esta práctica delirante, por unas cuantas semanas, en las que podría suceder cualquier cosa, que lamentaríamos perdernos.
Sin embargo, resultaría incoherente defender los derechos de los trabajadores y renunciar a las vacaciones, al mismo tiempo, por lo que toca, a partir de hoy, desconectar, cerrar el equipo y mirar a los días que se avecinan, con esperanza e ilusión, sin que nada ni nadie estropee esta oportunidad anual de cambiar de paisajes y practicar otras actividades  no relacionadas con el submundo de la política.
Si ustedes están a punto de hacer lo propio, deshiníbanse,  saquen partido de las situaciones que vivan, amen cuánto tengan que amar y déjense llevar, aunque sólo sea brevemente, por la fuerza natural de sus sentimientos. Toquen con la punta de los dedos, la felicidad y no miren atrás, que ya habrá tiempo, cuando volvamos a la rutina, de retomar contactos, luchas e intenciones, para lo que se avecine luego.

Así que me atrevo a mandarles un beso.

jueves, 20 de julio de 2017

Una decisión personal


Las peripecias que vivimos los ciudadanos de un tiempo a esta parte y que no nos permiten recobrar la serenidad ni un solo momento, quizá por aquello de que nos encontramos en una Era en la que las comunicaciones han adquirido una velocidad que permite conocer los acontecimientos, apenas al minuto de producirse,  reproducen continuamente un patrón de violencia enmascarada, que sin embargo parece pasar desapercibida a nuestros ojos, porque sólo algunas veces los delitos que se cometen reiteradamente a nuestro alrededor, concluyen en tragedia, como si desgraciadamente nos hubiéramos habituado a convivir con la corrupción y todas las consecuencias que su práctica reiterada acarrea, no afectase a todos los ámbitos.
Da la impresión que hace tiempo que dimos por sentado que todo aquél que se encuentra, por su profesión, en contacto diario con el poder, recibe con el cargo, ya sea empresarial o político, una patente de corso para la utilización de los caudales que le corresponde administrar y que esa picaresca de que se nos acusa a los españoles desde que “El Lazarillo de Tormes” se convirtiera en un best seller de su época, fuera un gen dominante que hemos ido heredando irremediablemente a través de los siglos y que propicia una tendencia a estafar, cada cual al nivel que puede, a cuántos incautos encontremos en nuestro camino, procurando un enriquecimiento personal que sólo se frena cuando la justicia descubre los delitos, si es que no se encuentra mientras tanto, otro modo para continuar ejerciendo con impunidad, cualquier movimiento oculto que engrose nuestra cuenta corriente.
El suicidio de Miguel Blesa, es uno de esos acontecimientos trágicos que marcan un antes y un después en nuestra percepción de estos hechos y que repentinamente nos ayudan a poner los pies en la tierra demostrando que a veces en la vida, la realidad supera a la  ficción, pero que nos ofrece la posibilidad de recolocar todos y cada uno de los elementos de una historia, volviendo a traer a nuestra memoria el recuerdo de lo que en ella ocurrió, cuestión que no debe nublar jamás, la desaparición del protagonista.
Porque aunque  hasta hace relativamente poco tiempo, Miguel Blesa era una figura archifamosa   en el ámbito de la economía, amigo íntimo de ex Presidentes y que en su vida cotidiana se codeaba con los dueños de las grandes fortunas de todo el mundo y muy particularmente con los empresarios de más altos vuelos en este país nuestro, para nosotros era un perfecto desconocido, hasta que de repente, se convirtió en portada de todos los medios de comunicación, por haber estado realizando durante años una serie de actividades que traspasaban todos los límites de la ética y la legalidad, actividades de las que por cierto, no mostró nunca ningún síntoma de arrepentimiento.
Muy al contrario, acusó sin ningún pudor a los estafados por las preferentes de haber ignorado la letra pequeña de los enrevesados papeles que los Bancos les presentaban, llegando a enfrentarse con actitud francamente agresiva a la gente que le esperaba en las puertas de los juzgados, reclamando la devolución de los bienes que habían perdido sin remisión, en las oscuras maniobras orquestadas a nivel nacional, por la banca española.
Nunca se compadeció de las historias que había generado aquella estafa, mientras al mismo tiempo se despilfarraba a manos llenas el dinero, por medio de las tarjetas  black, que se otorgaban a personalidades consideradas de renombre, que después tuvieron que vérselas con la justicia, ni tuvo jamás, un gesto de caridad frente a la tragedia que vivían quienes lo habían perdido todo, sin saber que se jugaba con su dinero en operaciones de alto riesgo.
De su posterior caída en desgracia, no puede culparse a los medios, cuya obligación primera es informar con veracidad de lo que ocurre, sino a la naturaleza de sus delitos Dio los pasos que dio y corrió los riesgos que quiso, probablemente convencido de que el poder que ostentaba le conferiría para siempre una impunidad, que desapareció en cuanto se puso en marcha el efecto dominó que levantaron las investigaciones realizadas sobre sus actividades personales.
De nada le sirvieron entonces, ni sus contactos, ni sus coqueteos con las más altas instancias, ni la soberbia de querer mantener el orgullo erecto  como respuesta a lo que  hizo, así que cualquiera de los relatos que hemos oído en el día de hoy, por parte de algunos de los pocos amigos que aún le quedaban, acusando directamente a las presiones sufridas por parte de los medios, no tienen, perdónenme, ningún sentido e igual que decidió mantenerse en una línea de total intransigencia, mientras se paseaba por los juzgados del país, libremente, la decisión de marcharse de la manera que lo ha hecho le corresponde únicamente a él. Era adulto, libre y listo.
Si merece o no, ahora que ya no está, compasión por parte de los ciudadanos en general, se convierte en una cuestión de conciencia. El respeto, ha de ser necesariamente obligatorio, sobre todo para sus familiares y allegados, pero el hecho de morir no convierte a la gente en mejor de lo que fueron mientras vivieron, a pesar de que eso sea lo que parece, por tradición, en esta tierra nuestra.



miércoles, 19 de julio de 2017

Un trágico final


La noticia de la muerte de Miguel Blesa, que nos ha sorprendido esta mañana, sobre todo por las extrañas circunstancias en las que ha ocurrido, ha conseguido eclipsar totalmente la detención de Villar y abre unas incógnitas momentáneamente incontestables, para todos los preferentistas a los que presuntamente estafó y que le han perseguido durante años en todas sus apariciones públicas, para intentar recuperar los ahorros que les fueron incautados por los Bancos, en un engaño que ha llegado a afectar a más de un millón de personas.
 Todos los informativos matinales contaban con estupor la noticia que se había producido sobre las ocho, en una finca destinada a la caza, en Córdoba y todos los indicios, según la policía, parecían apuntar a que el   Presidente de Caja Madrid, se había quitado la vida disparándose en el pecho, con un rifle de su propiedad, que solía emplear en partidas cinegéticas.
Blesa, que había llegado a la finca de madrugada, acompañado de varios amigos, con los que había estado desayunando hasta el momento en que se ausentó, con la excusa de mover el coche de sitio, no volvió a regresar al lugar y sólo el ruido de la detonación que se produjo en las cocheras, alertó a los trabajadores del lugar y a las personas que allí se encontraban, dando lugar al posterior descubrimiento del cadáver, sin que se pudiera hacer nada por reanimarle, a pesar de que se hicieron varios intentos.
La autopsia, que se hará mañana, terminará por aclarar los auténticos motivos de la muerte, pero llaman la atención en este suceso una serie de incongruencias que podrían abrir una duda razonable en la hipótesis del suicidio  y que ya ha llamado la atención de muchos de los informadores que han estado siguiendo la noticia, durante todo el día.
Lo primero, han sido las declaraciones de su entorno más próximo, que aseguraban que Miguel Blesa no estaba pasando por un mal momento psicológico y que parecía dispuesto a aceptar las causas que tenía pendientes con la justicia, con total entereza, por lo que nada hacía preludiar que  un suceso de estas características pudiera producirse, precisamente en estos momentos.
Otro indicio que podría contradecir las primeras impresiones sacadas a lo largo de esta mañana, es el hecho d que Blesa, si ya tenía en mente suicidarse, se sentara a comer tranquilamente con sus amigos, pues los suicidas, estadísticamente, no suelen optar jamás por ingerir alimentos, cuando el acto que van a realizar, es inminente.
Y por último, el método utilizado tampoco parece ser el más frecuente, pues el hecho de dispararse con un rifle de ciertas dimensiones, dentro de un vehículo, no parece fácil, sobre todo, cuando uno puede utilizar otros elementos mucho más cómodos de manejar, como pastillas o incluso alguna pistola, mucho más pequeña en tamaño, que el arma elegida en este caso.
Las reacciones de los políticos no se han hecho esperar y desde primeras horas de la mañana hemos estado oyendo opiniones de líderes de diferentes Formaciones que han construido un amplio abanico de veredictos sobre lo ocurrido y que han ido, desde las quejas del Partido Popular sobre cómo se ha tratado a ciertos personajes de relevancia, por parte de los medios, en una argumentación que recordaba a la utilizada en el caso de Rita Barberá, hasta los que lamentando en primer lugar la muerte, no han podido evitar referirse a todas las personas a las que Blesa presuntamente perjudicó con sus gestiones y que continúan esperando que sus casos se resuelvan.
En manos de los investigadores, todo está hoy aún, cogido con alfileres y  cualesquiera que hayan sido las circunstancias reales del fallecimiento, no se puede, sino lamentar su trágica desaparición, aunque su marcha ni borre sus errores, ni elimine sus posibles delitos, de cuya responsabilidad probablemente hayan de hacerse cargo sus herederos, aunque con su muerte se cierra toda posibilidad de conocer toda la verdad sobre lo que pasó, que quedará silenciada para siempre.
Hombre evidentemente polémico, que pasó de tenerlo todo a ser conocido por todo el país como uno de los peores delincuentes, quizá no pudo soportar el abandono a que se ha visto sometido en los últimos años por parte de los que consideraba como íntimos amigos, llegando a la conclusión de que no quedaba para él otra salida que desaparecer, aunque también pudiera ser que todo se haya tratado al final, de un desgraciado accidente.
En honor a la verdad, solo a sus familiares corresponde el dolor de llorar su muerte. La gente a la que presuntamente defraudó, no le echará de menos, sobre todo porque muchos de ellos arrastran consigo historias, tanto o más trágicas que esta de hoy, que sin embargo, nunca tendrán la repercusión mediática que merece la muerte de Blesa.
Cuando se conozcan los resultados de la autopsia, volveremos a hablar. El sobresalto de hoy encontrará en ese informe, muchas respuestas.


martes, 18 de julio de 2017

La caída de un intocable


Mucho tiempo llevaban los periodistas deportivos denunciando sin éxito la multitud de irregularidades que parecían estar cometiéndose en la Federación Española de Fútbol y mucho también, sospechando que a través de su dirección, que ha ostentado Ángel María Villar, por un largo periodo de veintinueve años, se venían ocultando turbios asuntos relacionados directamente con una interminable trama de corrupción, que parece  haber llegado hoy a su fin, con la detención del citado Presidente y el registro, que a estas horas aún continúa, de la sede federativa y otros lugares, en los que la policía podría encontrar la información necesaria para llevar ante la justicia, a quienes se decida imputar por estos delitos.
Regularmente, hemos venido leyendo y fundamentalmente oyendo a través de la radio, el relato esperpéntico de cómo supuestamente se compraban y vendían cargos y privilegios dentro del máximo organismo representante del que se considera deporte estrella en este país y de cómo este Presidente, que durante todo su mandato se ha negado de manera sistemática y ciertamente sospechosa a  hablar con los medios, se veía una y otra vez, salpicado por una serie de dudas razonables que ponían claramente en entredicho su manera bastante opaca de actuar y sobre todo, que existiendo estas razones, conseguía mantenerse en el cargo, casi siempre por el apoyo de los Grandes Clubs, que sin duda le deben una impagable ayuda, durante el tiempo que ha durado su mandato.
El silencio ensordecedor impuesto por la Federación en torno a estas llamativas irregularidades, que por causas que desconozco, al ser  poco entendida en la materia, se ha extendido también al ámbito arbitral, había construido una pantalla protectora en torno al Presidente de la Federación, que parecía hasta hoy mismo, imposible de traspasar, a pesar de que la existencia de infinidad de indicios inculpatorios, le señalaban directamente como posible autor material de ciertos hechos definitivamente turbulentos.
Pero desde  que el Futbol dejó de ser simplemente  un deporte, para pasar a convertirse en uno de los negocios millonarios más rentables de cuantos se asientan en el país, la primaria belleza que pudo acompañar a la práctica limpia del balompié, no sólo ha ido transformando la importancia real que debiera ceñirse a lo que ocurre en el terreno de juego, sino que ha convertido a los Clubs en jugosas empresas capaces de ofrecer a sus dueños substanciosos beneficios, que se han visto sensiblemente incrementados por la llegada de las retransmisiones televisadas y a los jugadores, en inaccesibles estrellas que cobran su peso en oro, convirtiéndose en una moneda de cambio de inestimable valor para quiénes los poseen y se enriquecen con su compraventa, aunque esto les convierta, a nivel personal, en meros objetos.
Durante los últimos años, hemos visto con estupor, cosas que resultarían del todo incomprensibles en cualquier otro ámbito laboral, como la condonación o aplazamiento de las deudas millonarias que los grandes Clubs tienen con el Estado o la imputación de jugadores de la más grande categoría profesional, como defraudadores a la Hacienda pública, sin que los unos ni los otros, hayan pagado con las penas que corresponderían realmente , a estos delitos monetarios que afectan gravemente la vida diaria de todos los ciudadanos.
Era pues  de esperar, como muchos ya nos habían anunciado, que alrededor de este mundillo, en  el que la impunidad parecía ser la norma compartida por su gente de élite, surgieran avispados personajes sin escrúpulos dispuestos a aprovechar las innumerables ocasiones que se les brindaban a través de unos organismos Oficiales realmente muy poco investigados y que la corrupción se instalara en ellos de manera permanente, con la complicidad de todos los que han visto y no han denunciado, durante demasiado tiempo, lo que allí ocurría.
La detención de Villar, que viene finalmente a dar la razón a los periodistas que se atrevieron a destapar los asuntos que se movían bajo el amparo de los muros de la Federación  y que no puede, sino causar satisfacción en todos aquellos que exigimos una justicia igualitaria, no debiera sin embargo, servir para cerrar un capítulo negro de este deporte nacional, sino para que se abran nuevos y variados caminos de investigación, que puedan mostrar lo que hay debajo de esa punta de iceberg, en la profundidad de estas turbias aguas.
Que hayamos tenido que esperar veintinueve años para llegar adonde estamos hoy, no puede, sino apuntar que en este tema ha habido mucho más que cierta negligencia y que en este mundo globalizado en el que nos vemos obligados a vivir, quedan aún cuestiones que por las connotaciones económicas que conllevan, por norma, no se tocan.
Así ha sido, en el caso de la Federación Española de Fútbol, durante los años del bipartidismo y sólo  la llegada de nuevos Partidos al poder, ha supuesto un revulsivo para el inmovilismo que rodeaba este tabú tradicional que tanto dinero mueve, de un lado para otro.

 Para los que creemos que el Futbol es sin duda, el opio de nuestro pueblo y no logramos entender las pasiones soeces que últimamente se levantan alrededor de estos negocios escandalosos, la única exigencia coherente es que termine por conocerse toda la verdad, que se equiparen las penas impuestas para este tipo de delitos, con las que se impondrían a los ciudadanos normales, en caso de que las cometieran y que no haya piedad con los estafadores, corruptos,  corruptores, inductores y autores de estas gravísimas violaciones de la Ley, sobre todo para que sepan, que no existen islas de impunidad en las que protegerse, sine die, puesto que en el fondo son ciudadanos, exactamente igual que nosotros, aunque ellos aún no lo admitan.

lunes, 17 de julio de 2017

Tiempo de esperanza


Mientras miles de españoles se desplazan a sus destinos vacacionales y la interminable ola de calor sigue e haciendo estragos entre los que no tienen la suerte de poder emigrar hacia lugares menos asfixiantes, las bases de la izquierda española vuelven a cruzar los dedos, esperando que esta vez, las reuniones entre los equipos de Podemos y el PSOE consigan romper el maleficio que los acompañó la última vez que intentaron alcanzar acuerdos y por fin, se puedan solucionar los pequeños escollos y los miedos, cuyas consecuencias estamos pagando los ciudadanos, al tener que soportar que Rajoy continúe en el gobierno.
Mucho más distendidos que antaño y habiendo desaparecido de escenas personajes tan siniestros como Hernando, cuya traición a Sánchez merecería un análisis completo, socialistas y podemitas están congregados  esta tarde, para cambiar impresiones sobre la situación de un país, que espera de ellos la valentía de ahondar en profundidad en las muchas cosas que los unen y no en la incidencia de las pocas  cosas que debieran separarles, aunque algunas de ellas, como el tratamiento de la cuestión catalana, tengan una gran importancia en el momento actual, por razones que no merece la pena abordar aquí, pues de sobra ya las conocemos.
Lo cierto es que la realidad paralela que se está viviendo en Cataluña estos días, no puede ni debe enturbiar estas negociaciones largamente esperadas por los votantes que apoyaron con su voto un cambio hacia el progreso y que los interlocutores, liberados ahora de algunas cadenas que les ataban a compromisos incomprensibles, la vez anterior, han de poner toda su buena voluntad en que estos encuentros triunfen, si no quieren defraudar de manera irreversible a los millones de votantes que confiaron en que serían capaces de llevar  a cabo una fuerte oposición conjunta contra el bloque de la derecha, para tratar de sacar a los ciudadanos del abismo en que se encuentran sumidos, desde que Mariano Rajoy asumiera el poder, allá en 2011 y empezara a poner en práctica su tiránica política de recortes sociales y económicos, mientras convivía  íntimamente con miles de corruptos afiliados a su partido, que han protagonizado un saqueo de las arcas públicas de dimensiones gigantescas, haciendo desaparecer recursos necesarios para el bien estar común, como los destinados a la  Educación o la Sanidad y que afectan directamente, para mal, a la vida de todos los españoles.
Otra cuestión que debe abordarse sin demora es la derogación inmediata de una Reforma Laboral que no solo ha dejado sin empleo a cientos de miles de ciudadanos, sino que ha convertido, además, en indignas, las condiciones de trabajo en las que se ven obligados a desenvolverse una gran mayoría de los empleados y que colocan en situación de riesgo a infinidad de familias, a las que a pesar de tener trabajo, les es imposible afrontar los gastos esenciales para la supervivencia, debido a los sueldos irrisorios que perciben, a cambio de cumplir larguísimas jornadas, que podrían compararse en cierto modo, con las que soportan los trabajadores del tercer mundo.
Transformar esta realidad, que resulta ser común a todos los rincones de nuestro territorio, sin distinción de nacionalidades o autonomías ha de convertirse para la izquierda en cuestión prioritaria, si no quiere ser confundida  en sus planteamientos con los que provienen de las filas de la derecha, pues de marcar esa diferencia esencial entre unos Partidos y los otros, dependerá en gran parte el futuro de todo el territorio en que vivimos, hablemos la lengua que hablemos y tengamos las características que tengamos, cada cual, en su lugar de procedencia.
Y fomentar esa esperanza, esa ilusión que nos mueve a levantarnos cada mañana, sin haber perdido la fe en que es posible cambiar nuestro destino, a mejor, depende en gran parte de que estos hombres y mujeres que nos representan y que juraron defender nuestros intereses en los programas que marcaron sus campañas electorales, sean capaces, aunque sólo sea por la excepcionalidad del momento, de cumplir sin paliativos esas promesas en las que creímos y que ya se frustraron anteriormente, por cuestiones meramente partidistas.
Olvidados los malos momentos, volvemos a confiar en que sea posible abrir las ventanas que nos permitan respirar un aire limpio, con el que proseguir un camino con menos obstáculos que el que nos ofrecen Rajoy y sus aliados, con sus políticas totalmente obsoletas.

Suena, en plena canícula, un cierto rumor a libertad. Ya sabemos que a muchos les da miedo, pero si se quiere avanzar, habrá que abandonar el inmovilismo y correr riesgos.

domingo, 16 de julio de 2017

El triunfo de Junqueras


En esto del Proceso catalán, como la antigua Convergencia tiene tanto  callar, a causa de la terrible corrupción en que han incurrido una buena parte de sus miembros, corresponde, sin ningún género de dudas, hacerse con la bandera del independentismo a Esquerra Republicana, que capitaneada por Oriol Junqueras y habiendo llevado siempre en su programa la lucha por la secesión, ha encontrado un filón para acercarse por fin al poder, se resuelva como se resuelva el conflicto.
Hemos asistido esta semana a un cambio en las Consellerias de la Generalitat, que algunos medios han calificado de purga, por la coincidencia de que las personas salientes empezaban a generar dudas sobre la conveniencia de celebrar el Referendum, que sin embargo, no ha conseguido convencer a los de Esquerra para aceptar ningún tipo de responsabilidad real, dejando en manos del PdeCAT, lo que pudiera ocurrir en el transcurso de estos meses y sobre todo, con el enfrentamiento con el Gobierno español, que continúa anclado en la postura del inmovilismo, sin aportar ningún tipo de iniciativa, sino es la judicial, para lograr un acercamiento.
Entretanto, Junqueras se pasea por los platós de televisión y las emisoras de radio, inquebrantable en sus principios y ejerciendo como Jefe absoluto del movimiento separatista, aunque sin arriesgar ni un ápice de su bien trabajada popularidad, que sin duda terminará por convertirle en President de la Generalitat, en el caso de que la única salida que quede sea la de convocar nuevas elecciones en Cataluña, en un corto espacio de tiempo.
Porque en el caso hipotético de que el Gobierno español accediera por fin a la celebración legal del Referendum del primero de Octubre, no todos los líderes catalanes llegarían a ese punto con las mismas posibilidades de adjudicarse el ansiado triunfo y habría que decir que Puigdemont sería seguramente quién más perdería en el camino que lleva hasta esas urnas, no sólo porque la responsabilidad de gobierno suele desgastar y bastante, sino también, porque su Partido no se encuentra precisamente en el mejor de los momentos, si uno se atiene a los múltiples frentes judiciales que tienen abiertos por corrupción algunos de los que fueran sus más emblemáticos líderes, como es el caso de los Pujol, que se han convertido, presuntamente, en los mayores defraudadores de las arcas públicas de esa Cataluña a la que tanto decían amar, mientras esquilmaban a la vez sus recursos, sin ningún pudor, como todos hemos conocido.
Así que la cuenta atrás para los de Puigdemont ha empezado y más pronto que tarde tendrán que responder ante su electorado  de todas sus vergüenzas, alisando con ello, el camino imparable que ha iniciado Oriol Junqueras hacia el poder, sin haberse mojado las manos, más allá de las meras palabras, en la preparación del Proceso.
Pero es que si el intento fracasa, si el Referendum queda nuevamente reducido a un mero testimonio sin validez legal y el Gobierno de Puigdemont queda inhabilitado por la naturaleza del naufragio, la necesaria convocatoria de elecciones autonómicas, con Pedro Sánchez e Iglesias necesitando el apoyo de Esquerra para poder mover a Rajoy del Gobierno, potenciaría de manera indispensable la figura de Junqueras como futuro ganador, para luego convertirse en el principal valedor de futuras negociaciones con un Gobierno español, que podría avalar, esta vez sí, la celebración legal de un Referendum.
Quizá por eso, Junqueras prefiere en estos momentos permanecer al margen de cualquier labor de gobierno, manteniendo a los suyos a la expectativa de una perspectiva mejor y  sabiendo que la tentativa del primero de octubre se perderá, aunque seguro de que los únicos perjudicados por el fracaso serán sus actuales socios del PdeCAt, a los que realmente, nunca le unieron ninguno de los principios de su pensamiento.
Por ello, se negó al ofrecimiento de Puigdemont, de ocupar la vicepresidencia y por ello, no consentirá seguramente que ninguno de sus compañeros de un paso al frente al lado de los antiguos convergentes.
La ambición de poder gobernar en soledad, de ser el auténtico motor de la gestión de su ansiada independencia, si se consigue echar a Rajoy, le puede.
Si es válido o no para conseguir sus objetivos, lo sabremos en cuanto haya de cambiar el enardecido discurso que promociona en todos los medios, por la cruda realidad de administrar el territorio al que pertenece.

Pero ese es un capítulo que aún está por escribir y no conviene adelantar acontecimientos.

jueves, 13 de julio de 2017

Ola de calor


Puede que la mayoría de las veces resulte baladí hablar del tiempo y que sea éste un tema recurrente cuando no se sabe qué decir, pero las temperaturas que se están alcanzando a lo largo de este verano en este país nuestro, en el que muchas provincias del centro y el sur están sobrepasando los 45º C,  obliga a mencionar el tema como noticia preferente, quizá porque los efectos del cambio climático  que  auguraban una buena parte de los expertos  parecen estar cumpliéndose, convirtiendo las ciudades afectadas en auténticos desiertos por los que resulta prácticamente imposible transitar y en los que las tórridas noches impiden absolutamente el descanso, si no es posible recurrir al aire acondicionado, para aliviar los síntomas que padecemos.
Verdad es que toda la vida han existido días estivales en los respirar no era fácil y que particularmente en el sur, nunca se ha podido vivir con comodidad durante los meses de Julio y Agosto, pero estas olas de calor, cada vez más largas e insufribles, que parecen haber llegado para quedarse y que se suceden unas a otras con una frecuencia bastante inusual, están empezando a afectar gravemente a la salud física y mental de los ciudadanos, que ya no saben qué recursos utilizar, para escapar de ellas.
Porque la utilización de los aparatos refrigeradores producen un efecto rebote que calienta aún más, si cabe,  el ambiente que nos rodea y la contaminación, sobre todo en las grandes ciudades, convierte el aire en prácticamente irrespirable, como si desapareciera tras una densa neblina imposible de aclarar, que produce la sensación de estar contemplando un vasto incendio.
Las previsiones no son nada buenas y los meteorólogos se ven desbordados por la cantidad de códigos de riesgo que llegan a sus manos cada día, ofreciendo a quiénes les escuchan, la impresión de que estos records de temperaturas que estamos batiendo este año, pudiera ir creciendo en tiempos venideros, si las grandes potencias no hacen nada por detener la tragedia que se nos viene encima, tomando conciencia real de lo que le estamos haciendo al planeta y arbitrando soluciones efectivas que reviertan en lo posible, los efectos terribles que estamos padeciendo.
 Si  a esto añadimos el estado en que se encuentran los embalses, por la más que preocupante falta de lluvias y las increíbles tormentas desencadenadas totalmente fuera de tiempo, el daño irreparable que se está cometiendo contra las personas y también contra los frutos que hasta ahora ofrecía naturalmente la tierra, pinta un panorama desolador que podría acarrear consecuencias muy graves para nuestro país y en especial para algunas zonas que no son precisamente las más favorecidas, cuando se habla de economía.
Sin embargo, el acuerdo para frenar el cambio climático ha de ser necesariamente mundial y las perspectivas actuales, con Trump pronunciándose en contra de esta concienciación necesaria, por ejemplo, no favorece en absoluto la búsqueda  de soluciones que habiliten un camino que sin embargo es posible iniciar, aunque para ello sea preciso hacer una serie de sacrificios imprescindibles, si no queremos terminar con la vida de nuestro planeta.
 De manera que se impone actuar con sensatez y  con visión de futuro, por encima de las realidades  del presente y propiciar el pensamiento, sobre todo para aquellos que sólo ansían el enriquecimiento desmedido, de que si el mundo se extingue y que si se asesinan los recursos naturales que durante milenios la tierra nos regaló, poco o nada quedará de esta vida actual que tenemos y menos aún de los planes de incremento patrimonial que mantienen como prioridad, los que manejan el poder en la sombra.
Mucho se han preocupado estos poderosos en denostar los pronósticos de los expertos, seguramente para no tener que poner límites a su inconmensurable ambición, llegando a tachar de locos y agoreros, a los que nos alertaban del grave peligro que corremos, pero los polos se derriten y los fenómenos meteorológicos más diversos se desencadenan a diario alcanzando magnitudes hasta ahora desconocidas por el hombre y provocando terribles e incontrolables tragedias.

Así que negar la evidencia, volver la espalda a las negociaciones y acuerdos a los que se debe llegar por el bien común, no es más que una prueba evidente de la deshumanización que aflige irreparablemente a los poderosos y que debe ser combatida con urgencia, antes de que los daños ocasionados a la Madre Tierra, la conviertan en inhabitable.

miércoles, 12 de julio de 2017

Negocios electorales


Finalmente, se celebran los actos de conmemoración del asesinato de Miguel Ángel Blanco, con ciertos abucheos hacia la intervención de manuela Carmena, en Madrid, generando un clima de desunión que no se veía desde hace tiempo en cuestiones relativas al terrorismo, que en el ámbito nacional parece haber desaparecido desde que ETA anunciara el abandono de las armas, en aquella aparición de la que todos desconfiamos al principio, pero que luego resultó ser cierta.
La sociedad española y muy particularmente la vasca respiró tímidamente con aquel anuncio y a medida que han ido transcurriendo los años, aquella convivencia que parecía imposible, se ha ido paulatinamente normalizando, aunque queden, no se puede negar, muchas heridas aún abiertas y algunos se nieguen a reconocer la evidencia de que la violencia terminó, por suerte y para siempre.
Uno se pregunta, no obstante, por qué cada cierto tiempo, el PP decide remover las conciencias de los ciudadanos, bien atribuyéndose un mérito que no le corresponde en absoluto, en la desaparición de la banda, bien convocando a los familiares de las víctimas para celebrar algún acto conmemorativo del estilo de los que hoy se llevan a cabo por todo el país, como si al desaparecer ese enemigo que durante más de cincuenta años mantuvo en jaque a la Sociedad en general, hubieran perdido una de las bazas principales que han garantizando en cierto modo,  su permanencia en el poder, quedando  huérfanos de un argumentario que les ha dado múltiples  y apetecidos frutos, a lo largo de su trayectoria política.
Porque quieran o no, la aparición en escena de los familiares de las víctimas de ETA, por la razón que sea, suele venir acompañada en todos los casos, por una extensa polémica y acaba por servir para levantar irreconciliables enemistades entre  Partidos de un signo o de otro, logrando que se olviden, al menos durante unos días, otras cuestiones menos relacionadas con los sentimientos, como la corrupción, el paro o los recortes.
No se podría decir lo propio cuando las tragedias suceden a otras personas, menos cercanas al PP y hoy mismo hemos leído con estupor que el Ayuntamiento de Guadalajara reclama a Ascensión Mendieta los gastos del levantamiento de la fosa común en que se encontraron recientemente los restos de su padre, como si el dolor experimentado durante más de ochenta años por los familiares de los represaliados por el franquismo, hubiera de ser necesariamente diferente al que padecen éstas víctimas de primera clase, a las que el PP ofrece toda su ayuda, por supuesto, sin reclamar a cambio costo alguno, por el gasto ocasionado en ninguno de los actos a los que asisten.
Tampoco hemos visto jamás que se organice ningún evento conmemorativo de la muerte de aquellos defensores de la Democracia que lucharon contra los golpistas durante la guerra civil y ni siquiera que sean, por parte del PP, reconocidos como víctimas de una barbarie, que sin embargo, todos sabemos que existió y que en un buen número de casos, continúa existiendo, al negarse a sus familiares reiteradamente la posibilidad de recuperar los restos que aún permanecen enterrados en muchas cunetas del país y que constituyen una vergüenza en la opinión de mayoría de los ciudadanos.
Debe ser que los conservadores creen que estas otras víctimas no han sufrido bastante o quizá lo que ocurre, es que sus historias desgarradoras que se han prolongado hasta hoy, afectando a más de tres generaciones, no aporta la posibilidad de un enaltecimiento de la política practicada por el PP, ni reporta votos agradecidos a perpetuidad, como ocurre en el caso de las familias de los caídos en los atentados de ETA.
Así que realmente, ese interés que demuestra permanentemente el PP por airear el dolor de las víctimas, depende en gran parte, de la procedencia de los autores de los atentados y casi en su mayoría, de la ideología defendida por las Asociaciones creadas para defender su recuerdo.
Verán, si yo fuera familiar de un fallecido a manos de ETA, me negaría tajantemente a que mi dolor fuera recurrentemente utilizado como moneda de cambio, pues consideraría una profunda falta de respeto, que el sufrimiento de tanta gente fuera considerado únicamente como un negocio electoral.
La angustia, la amargura de haber perdido a alguien en estas espantosas circunstancias, a manos de quién haya sido, han de ser necesariamente iguales, independientemente de las circunstancias en que se hayan producido las muertes.
Esto, que la gente de bien tiene meridianamente claro, no parece entenderlo el PP. Es una pena que haya que estar recordándoselo permanentemente.



martes, 11 de julio de 2017

Veinte años después


La conmemoración del vigésimo aniversario del asesinato de Miguel Ángel Blanco, a manos de ETA, ha levantado una absurda polémica entre el Partido Popular y la Alcaldesa Manuela Carmena, que se ha negado a colgar una pancarta en el Ayuntamiento de Madrid, aduciendo que el recuerdo de las víctimas no puede ni debe ser simbolizado por una sola persona, aunque las connotaciones de la muerte de Blanco supusieran un antes y un después, en el modo de ver el problema para la mayoría de la gente.
Este gesto, que ha sido tratado por los populares como una imperdonable ofensa, llegando incluso a insinuar que la Alcaldesa podría sentir ciertas simpatías hacia la causa separatista vasca, guarda sin embargo otras razones que merecería la pena analizar, aunque entendemos que su sola mención pueda incomodar severamente a los conservadores, ya  que durante años han procurado inútilmente apartar de estos homenajes improvisados, a esas otras víctimas procedentes de los atentados de los trenes, quizá porque el relato de los acontecimientos anteriores a la terrible tragedia, no les favorece en absoluto.
Mucho hemos hablado de la utilización de las víctimas por parte de determinados Partidos político y para nadie resulta una novedad que el PP ha sabido como nadie reconducir el dolor infringido a las familias de los caídos y heridos en los atentados de ETA, para atraerlos sin reservas a su causa, a base de promesas y privilegios que siempre les han colocado a la cabeza de las preferencias de los populares, pero que establecen un agravio comparativo sin precedentes, con el modo en que se ha actuado en el caso de los atentados yihadistas, en Madrid, de terrible recuerdo.
Puede que esta estrategia que muchos hemos venido denunciando desde hace mucho tiempo, les haya funcionado a la perfección mientras que el Ayuntamiento de la capital era gobernado por gente de su Partido y hasta que a ciertas Asociaciones de víctimas de ETA, claramente posicionadas a su lado, les haya parecido normal que en algunas ocasiones se celebraran estos homenajes por separado, ofreciéndose por supuesto, lugares de mayor relevancia a los unos que a los otros y llegando a hacer el intento de que la cobertura informativa fuera mucho mayor, en el caso de las que se podrían calificar como víctimas institucionalizadas por el PP, como si las otras nunca hubieran existido.
Nadie pretende y menos aún Carmena, que durante años, por su oficio, ha juzgado con equidad a etarras, siendo continuamente amenazada por la banda separatista, restar ni un ápice de su importancia al secuestro y posterior asesinato de Blanco, ni a las terribles circunstancias que rodearon a su muerte, pero en estos veinte años que nos separan de aquellos días aciagos, han ocurrido algunas cosas, que de otro modo, también hicieron ver a los ciudadanos   que la violencia y el terror indiscriminados no sólo podían reducirse a las acciones que nos llegaban desde Euskadi y que existían otros peligros más crueles si cabe, que también acechaban la tranquilidad social, como ha quedado sobradamente probado, con otros atentados de parecida envergadura, que han ocurrido después, a lo largo y ancho del planeta.
Aquellos muertos de los trenes, que el Gobierno Àznar se empeñó inaceptablemente en atribuir a la banda ETA, exponiéndose incluso a utilizar toda clase de mentiras para apoyar sus argumentos, se convirtieron sin embargo, en las victimas que a la  sociedad se le aparecieron como más cercanas, pues como en el caso del atentado de Hipercor, de infausto recuerdo, los casi doscientos muertos formaban parte de entornos que a todos nos resultaban familiares, pues cualquiera de nosotros, podría haber viajado aquella mañana, en alguno de aquellos trenes.
Así que volviendo al caso que nos ocupa, las razones aducidas por la alcaldesa de Madrid, no son tan descabelladas como se pretende argumentar, ni por supuesto, significan un desprecio hacia la figura de Miguel Ángel Blanco, que siempre quedará en nuestro recuerdo.
Se trata, más bien, de un acto de justicia que pretende, supongo, dignificar a esas víctimas incomprensiblemente arrinconadas por el Gobierno popular y que sin embargo, merecen el mismo respeto y consideración, sin que nadie se haya dignado aún, a proponerlos como símbolo, en ningún acto conmemorativo.
De esto que digo, saben mucho los familiares de aquellos muertos, de cuya opinión sobre lo que ha ocurrido desde aquel 11 de Marzo de 2004, con todo lo referente a su tragedia, todos podríamos aprender, para que comprendiéramos mejor por qué a veces resulta necesario hacer determinados gestos, si se quieren cambiar determinadas cosas, que desde el principio estuvieron mal hechas.

Al lado de la decisión de Carmena, nos encontramos muchos ciudadanos a los que cansa el empecinamiento del PP, en establecer categorías entre las víctimas del terrorismo. Ninguno de nosotros fuimos jamás simpatizantes de ETA y compartimos de corazón el dolor y las vicisitudes que se han  visto obligados a soportar los familiares de estas personas, pero una vez aclarado esto, deberíamos mencionar que tampoco nunca creímos en esa teoría de conspiración que durante años trató de establecer como cierta el PP, intentando justificar acciones inexcusables, por lo que quizá ha llegado el tiempo de exigir un trato igualitario  para las familias de estas otras víctimas, a las que no podemos olvidar, por lo que debemos agradecer a Manuela Carmena, la intención de su gesto.

lunes, 10 de julio de 2017

Solos ante el peligro


En todo esto de la corrupción, llama la atención que nadie valore suficientemente el temple de los funcionarios que se ven obligados a lidiar a diario con estas tramas mafiosas en Organismos oficiales y Ayuntamientos e incluso que a más de uno se le haya acusado de delinquir, cuando las cosa se han puesto feas para todos esos políticos, que hace tiempo  empezaron a pensar que el dinero de todos estaba destinado a enriquecer sus cuentas personales, convirtiendo en rutina, una de las mas deleznables acciones que puede protagonizar quien se supone un servidor público.
Una de estas abnegadas funcionarias, que como la gran mayoría, ha procurado cumplir exclusivamente con sus obligaciones, denuncia ahora que fue amenazada de muerte por uno de los empresarios relacionados con la trama Gurtel, que llegó a mencionar a sus hijos en la conversación, afirmando que sus amigos, más que amenazar, mataban, como si estuviéramos viviendo un remake de “Chicago, año 30”.
Mucho valor le ha echado esta mujer, que seguramente podía haber evitado cualquier riesgo, cediendo simplemente a las aspiraciones del empresario que las demandaba, pero que  decidió, probablemente movida por un sentimiento de absoluta honradez y sobreponiéndose al miedo que debió sentir en esos momentos, denunciar, dejando muy claro con su acción, que encontrándose en una tesitura que podría haber resultado económicamente favorable a sus propios intereses, optó por mantenerse firme en sus principios, a pesar de que la situación en que se vio envuelta, conlleva una gravedad que horrorizaría a cualquier persona normal, por la violencia que encierra.
Quiero decir con esto, que la vida de estos funcionarios no debe resultar nada fácil y que con toda probabilidad, si se les llamara con más frecuencia a declarar ante la justicia, en casos similares a este, muchos de los secretos sumarísimos que se cuecen en los despachos de los corruptos, podrían salir inmediatamente a la luz, pues la información que deben poseer y que muchos de ellos no se habrán atrevido a desvelar por miedo, ha de ser necesariamente muy jugosa, dado el trato habitual que mantienen. por cuestión meramente laboral, con estos delincuentes habituales, defraudadores de las arcas públicas.
Por otra parte, el calvario que seguramente habrán tenido que sufrir una buena parte de ellos, pues no queda otro remedio que dudar que el caso de esta mujer sea el único que se ha dado, entre los miles  que se barajan en los medios judiciales, no ha debido ser precisamente plato de gusto para ellos ni para sus familias, sobre todo porque las estadísticas dicen que cuando un delincuente se ve acorralado, es capaz de hacer lo que sea y en estas tramas de  gigantescas dimensiones, los métodos empleados coinciden plenamente con los que suelen utilizar las mafias de todo el mundo, siempre que hay grandes sumas de dinero por medio y prima el interés de algunos en permanecer anclados a cargos de cierta responsabilidad, en los que poder continuar obteniendo dinero fácil, sin ninguna consideración hacia los ciudadanos a los que perjudican.
Yo animaría a esos funcionarios, cumplidores de sus funciones y honrados a carta cabal, a hablar y a los medios judiciales a ofrecerles todas los medios necesarios para garantizar su seguridad y la de los suyos, puesto que si por circunstancias totalmente ajenas a su voluntad, se han visto envueltos en estos oscuros asuntos que suceden a diario en este país nuestro, tienen derecho a que se habilite una salida digna que les permita trabajar en paz, lejos de una delincuencia que no es la suya y que trata de amordazar, sin paliativos, su libertad de expresión y pensamiento.
La mala prensa que el PP se ha encargado de atribuir a los funcionarios de todo el país, ha conseguido ensuciar la imagen de estos trabajadores, a los ojos de la opinión pública. Yo les rogaría que por un momento, se pusieran en su lugar y reflexionaran muy seriamente sobre cómo se sentirían si en su lugar de trabajo y simplemente por negarse a tapar algún asunto oscuro, alguien les amenazara seriamente con quitarles la vida, o con agredir a sus familiares más directos.

No me negarán que merecen todo nuestro apoyo y respeto.

domingo, 9 de julio de 2017

Un gesto insuficiente


Parece que la mediación de Zapatero, en el conflicto de Venezuela, ha empezado a dar algunos frutos y al líder de la oposición Leopoldo López le ha sido conmutada su condena en la cárcel, por un arresto domiciliario, acallando de algún modo las críticas que acusaban al ex Presidente español de estar del lado de Maduro, críticas que compartían algunos pesos pesados de su Partido, como Felipe González, por ejemplo.
  El gesto, que abre una posible vía de negociación que pueda solucionar lo que está ocurriendo en el país hispanoamericano,  no podía ser aplazado por más tiempo, pues la opinión internacional por el caso de los presos políticos venezolanos, auguraba que más pronto que tarde podría producirse alguna acción que potenciara directamente la salida de Maduro del poder y que evidentemente, estaría avalada, como en tantas otras ocasiones, por las principales potencias de Occidente.
 Lo que sí es verdad es que la situación allí se está convirtiendo en insostenible y que sean quiénes sean los que están detrás de la oposición venezolana, claramente identificada con la derecha más conservadora, el único camino para la pacificación inmediata del conflicto, serían unas elecciones generales en las que el pueblo pudiera expresarse con total libertad y que los perdedores tuvieran que acatar el resultado de las mismas, ganase quien ganase.
Aquel momento del triunfo general del chavismo, hace ya tiempo que pasó y como ha sucedido  otras veces a lo largo de la Historia, la muerte de un determinado líder termina de raíz con la etapa que protagonizó mientras vivió y que nunca podría prolongarse tal cual, si el poder es asumido por alguien que no está preparado para afrontar la gobernabilidad y la enorme cantidad de problemas que trae consigo relevar a un personaje carismático al que nunca se podrá suplantar, por mucha voluntad que se tenga.
La progresiva caricaturización de Maduro, su grotesca manera de actuar ante los medios y las medidas excepcionales que viene tomando en los últimos tiempos, se han convertido en el caldo de cultivo perfecto para que la derecha aumente a diario la presión ejercida contra su persona y sobre todo, para que los dueños de los grandes intereses económicos extranjeros, intenten abrir una puerta por la que penetrar a un país, que hasta ahora resultaba inexpugnable, por lo que su apoyo incondicional a la oposición y la influencia ejercida sobre los medios de comunicación partidistas, no puede ser más evidente.
Puede que si los ánimos se serenaran y se pusiera en libertad a los presos políticos encarcelados, aportando cierta normalidad a la situación que se vive en las calles venezolanas, los motivos que aducen los detractores del movimiento chavista quedaran reducidos a la nada, ofreciendo a los que se encuentran ideológicamente al lado de los que aún gobiernan, una oportunidad de ganar limpiamente unas nuevas elecciones, en el caso de que finalmente fueran convocadas, pero Maduro, sobra.
La semi libertad de Leopoldo López, aporta un poco de esperanza a los que ven en el diálogo la única vía para la solución del problema y por ahí habría que incidir si se quiere conseguir que finalmente Maduro ceda de buen grado a marcharse, como ya debiera haber hecho, hace bastante tiempo.
 Cuando ya se han vivido unos años, por desgracia, se han visto demasiadas cosas similares a ésta y el recuerdo de lo que pasó, por ejemplo, en Chile o Argentina, tras unos disturbios muy parecidos a los que están sucediendo en Venezuela, vuelve a la memoria, sin que se pueda evitar  la evocación de la durísima represión surgida de los golpes de Estado protagonizados por Pinochet y Vileda, contra todos los que en algún momento apoyaron a la izquierda y que se saldó con un negro balance de muertes y desapariciones, que no querríamos que se repitieran en Venezuela, de ninguna de las maneras.
Para que esto no vuelva a suceder y para que la izquierda venezolana pueda preservar su derecho a seguir existiendo, la renuncia voluntaria de Maduro,  parece inaplazable.

Ojalá y no tengamos que lamentar su tozudez en permanecer en el poder y que todo pueda arreglarse por la vía de la buena voluntad, para que aunque solo sea  por una vez, podamos celebrar el triunfo de la diplomacia sobre la fuerza bruta. El pueblo venezolano, merece que se haga el intento.

miércoles, 5 de julio de 2017

Trío de Ases


No hay muchas oportunidades de ver a tres ex Presidentes del Gobierno español, que nunca se llevaron especialmente bien, reunidos, pero la deriva que están tomando los acontecimientos en Cataluña nos ha ofrecido hoy esa excepcional ocasión, sentando a González, Áznar y Zapatero en un mismo foro de opinión y analizando una cuestión que a día de hoy, sólo debiera preocuparles como meros ciudadanos corrientes, pues hace años que abandonaron las tareas de Gobierno.
Pero de todos es sabido que no  es plato de gusto para quiénes fueron estrellas absolutas de la política española,  verse obligados a renunciar a su antiguo protagonismo, por lo que periódicamente, los tres personajes mencionados suelen aparecer ante los medios intentando sentar cátedra sobre determinadas cuestiones, como si su experiencia pasada les hubiera concedido de por vida, estar en posesión de la verdad y no hubiera otras opciones que tomar que la que ellos plantean, convencidos que de llevarse a la práctica, tendrían asegurado el éxito.
Nadie parece reconocer en esta España que su tiempo pasó, ni que los acontecimientos que se producen en un momento de la Historia, casi nunca tienen nada que ver con los que ocurrieron anteriormente, por lo que los consejos vertidos por estos ex Presidentes, que por cierto han cambiado considerablemente desde que dejaron el cargo que ocuparon, tienen sólo la validez que se les quiera dar, teniendo en cuenta que se encuentran, teóricamente, retirados de las prácticas políticas y varios de ellos, hasta claramente enfrentados con quiénes dirigen ahora, sus propios Partidos.
La sugerencia de Felipe González, que hace ya tiempo que a todos nos parece que ha sufrido una tremenda derechización que le hace del todo irreconocible, sobre la posible aplicación del artículo 155 en Cataluña, si Puigdemont y los suyos persistieran en la idea de la independencia y que ha contado, asómbrense, con el inmediato apoyo de Áznar, que se ha atrevido casi a exigirlo, por la supuesta excepcionalidad del momento, no hace, sino embarrar aún más las malas relaciones ya existentes entre el Gobierno representado por Rajoy y los independentistas catalanes, que bien podrían interpretar estas palabras como una amenaza que posibilite presentarse ante su pueblo, como mártires de la causa que defienden.
Sólo Zapatero, un poco más comedido en sus afirmaciones y de hecho, enfrentado a González últimamente por las críticas que ha venido haciendo sobre su mediación en Venezuela, parece haber apostado por el diálogo como única salida para la resolución del conflicto, quizá porque siempre fue el más moderado de los tres y también por su implicación personal en la aprobación del Estatuto de Cataluña.
Perfectamente atildados, enfundados en trajes, a simple vista, de gran calidad y auto convencidos de pertenecer a un selecto club de expertos en política, en el que sólo tienen la suerte de entrar quiénes por méritos lo merecen, la impresión que han dado esta mañana estos tres ex Presidentes a los ciudadanos ha sido la de que con el paso del tiempo, sus abismales diferencias políticas han quedado aparcadas en el pasado en el que convivieron, dando paso a un acercamiento tan evidente, que no deja adivinar ya a qué Partido pertenece en la actualidad cada cual y que los  hace absolutamente concordantes con la línea que predican los líderes conservadores europeos, muy lejana del pensamiento de la izquierda.
  Pensar que hace sólo unos años oíamos a José María Áznar, desde la tribuna del Congreso, aquella famosa frase de “váyase Señor González” o a Zapatero acusar directamente a el ex Presidente del Gobierno conservador de la participación española en la Guerra de Irak, en contra de la opinión de los ciudadanos y de la suya propia, según dijo, se ha convertido a día de hoy, vista la deriva que ha tomado este trío de ases, desde su salida del poder, en una mera anécdota que por sí misma hace dudar de la credibilidad de una clase política que, afortunadamente, quedó atrás, aunque a ellos les cueste tanto reconocerlo.
Las risas en el set y la complicidad demostrada gestualmente esta mañana entre quiénes a todos nos parecieron enemigos irreconciliables para siempre, son la demostración palpable de que en política, no sólo se puede cambiar de opinión, según soplen los vientos, sino que si éstos son favorables, se puede incluso, renunciar a los principios más fundamentales, con toda naturalidad, como si las personas que una vez votaron la opción que entonces se les ofrecía, no merecieran el más mínimo de los respetos.

Eso se llama, en lenguaje llano, perder la dignidad. Quizá por eso, las opiniones de estos tres individuos, importan a los ciudadanos de hoy, un pito.

martes, 4 de julio de 2017

Todo, menos diálogo


El cese de  Jordi Baiget como Conseller de Empresa de la Generalitat, viene a sumarse a los muchos problemas que se ciernen alrededor de la posible celebración del Referendum, colocando  a Puigdemont en el punto de mira de una actualidad que se escribe de manera diferente en  Cataluña y en Madrid, propiciando un mayor recrudecimiento de un conflicto que probablemente no hubiera llegado al punto en el que está, si se hubiera dado, por ambas partes, una oportunidad al diálogo razonado al que todos parecen haberse negado desde el principio, enrocados en sus diferentes posturas de fuerza.
El delito de Baiget, que no ha sido otro que dudar de la posibilidad de que pueda llegar a celebrarse legalmente el Referendum, ha debido molestar y mucho a las Fuerzas que desde el principio han reclamado con fervor el derecho a la Independencia y muy fundamentalmente a ER y CUP, profundamente convencidos de la necesidad de una desconexión que siempre postularon desde sus posiciones ideológicas y que  incluso seguirían defendiendo en el caso de que la consulta se perdiera, cosa que probablemente no ocurriría en el caso del PDeCAT, que durante años pactó con el Gobierno español, sin que se les notara por ello, ni siquiera molestos.
La medida adoptada por Puigdemont, seguramente por haber sido duramente presionado  por sus socios independentistas, ofrece sin embargo un balón de oxígeno al gobierno de Rajoy, que no ha tardado en empezar a calificar al President de la Generalitat como un tirano al que no le duelen prendas a la hora de destituir a cualquiera que no esté totalmente de acuerdo con su propio pensamiento.
El modo en que se ha producido el relevo parece darles aparentemente la razón y hasta podría decirse que visto desde fuera, el modus operandi de Puigdemont no ha sido precisamente elegante, pero llegados al punto en que nos encontramos, la Generalitat y sus socios no pueden, si quieren mantener posiciones, permitir que se resquebraje la firmeza de sus pensamientos, de cara a la galería y menos aún, que pudiera abrirse alguna grieta por la que el Gobierno español encontrara el modo de dar al traste con el programa previsto, meticulosamente estudiado y preparado, para lograr el fin propuesto.
 Todo lo contrario ocurre, por supuesto, en el PP, que ávido por hallar algún resquicio que le permita salir airoso del atolladero en que nos ha metido la flema de su Presidente, busca a diario un modo de enmendar los gravísimos errores cometidos en el pasado y mantenidos en el presente, de los que sólo nos sacaría la celebración de nuevas elecciones generales y autonómicas en Cataluña, siempre que tuviéramos la suerte de que las ganaran interlocutores distintos y dispuestos a negociar, cosa que ya no puede ocurrir, entre estos enemigos declarados que representan los intereses de ambas partes.
Pedro Sánchez, que tras reunirse hoy con el Rey se ha atrevido a proponer la necesidad de abordar urgentemente una reforma constitucional que clarifique estos temas, reconociendo la multinacionalidad del país, sí parece haber entendido con meridiana claridad que los pasos que el Gobierno Rajoy y también el antiguo PSOE, han venido dando no han conseguido llegar a ninguna parte, convirtiendo el problema catalán en un pulso entre dos posturas contrapuestas, que nadie puede ganar si no se avienen a ceder, parte de sus reivindicaciones iniciales,  para poder llegar a un acuerdo.
Así, ni las manifestaciones de Baiget podrían considerarse motivo suficiente  para su  cese, ni el aprovechamiento de la situación que provoca su marcha, debiera en ningún caso, ser aprovechado por el PP, como si se tratara de un triunfo propio.
Porque en el fondo, yo creo que ni los españoles ni los catalanes querríamos que los acontecimientos transcurriesen así, ni que si finalmente pudiera celebrarse el Referendum, se hiciera bajo un clima de desasosiego, sino bajo todas las garantías legales, como ha ocurrido en otros lugares del mundo.
Lo que nos diferencia, no obstante de los demás, es el modo en que ha sido tratado el problema desde el principio y ese españolismo feroz demostrado por el Partido en el poder, que en nada se diferencia del nacionalismo más radical que pudiéramos encontrar en Cataluña, o en cualquier otra parte del planeta.
Así que exigir a los demás cosas que nosotros mismos no seremos jamás capaces de cumplir, no solo nos incapacita a la hora de tomar decisiones, sino que además resulta, por lo menos, grotesco.




lunes, 3 de julio de 2017

Fuego amigo


Como todos sabemos, desde que ocurrieron los hechos que forzaron la dimisión del Ministro Soria, su marcha no fue en absoluto voluntaria, sino motivada por unas publicaciones que le relacionaban directamente con una Sociedad constituida en un Paraíso fiscal, que primero negó, pero que luego tuvo que admitir, a causa de las presiones de la prensa.
No parece que al que fuera Ministro de energía le complaciera en nada tener que abandonar precipitadamente las mieles del poder y ahora, convertido en un personaje casi anónimo, amenaza con la aparición de unas memorias en las que afirma, según el diario El Mundo, que el detonante que encendió la mecha que le forzó a renunciar,  fue el Ministro Montoro, que aconsejado por Soraya Sáenz de Santamaría, filtró a Rajoy la existencia de una cuenta en Suiza, a nombre de la madre de Soria.
Esta información, que sale sólo unos días después de que Montoro fuera reprobado en el Congreso y que se une a la campaña que contra el Ministro parece haber iniciado en serio el diario ABC, sea  cierta o no, pone en entredicho la confidencialidad a que tienen derecho los contribuyentes, situando al Ministro en una difícil posición, de la que ha tratado de escapar, negando sin demasiado convencimiento hoy ante los medios, cualquier filtración, sabiendo como sabe que de poder probarse tal cosa, habría incurrido en un delito.
Lo que extraña en toda esta historia es que todas las noticias referentes a Montoro estén apareciendo en periódicos considerados ideológicamente afines al PP, por lo que no cabe, sino preguntarse qué desconocido interés puede estarse moviendo en las trastiendas de estas empresas de la información, para que por todos los medios a su alcance estén procurando el cese o la dimisión, también forzosa, del Ministro de Hacienda, al que tanto defendieron, por ejemplo, de los ataques de la oposición, cuando sacó adelante una amnistía fiscal, que después han puesto en entredicho los tribunales, hace pocas fechas.
En plena batalla por tratar de convencer a la oposición para que apoyen el techo de gasto propuesto, a Rajoy no deben gustarle nada esta guerrilla solapada entre facciones que se produce en su propio Partido, pues ya debe tener bastante con lidiar con los incontables casos  de corrupción que le complican a diario su permanencia en el cargo, por lo que habrá de andarse con pies de plomo a la hora de tomar decisiones de la importancia de la que estamos barajando, ya que su intervención directa significaría que la balanza pudiera inclinarse en uno u otro sentido y ya sabemos lo poco que le gustan esas dificultades, a nuestro flemático Presidente.
Pero, para no mentir, esto del fuego amigo en el PP no resulta ser nada nuevo y a lo largo de los últimos años, los ciudadanos hemos podido asistir en numerosas ocasiones a este tipo de oscuras maniobras entre compañeros, por lo que se podría afirmar que ha quedado inaugurada la temporada de acoso y derribo a Montoro y que no es precisamente la oposición, la que la protagoniza.
El controvertido Ministro de Hacienda, ya lo saben, no ha sido nunca santo de nuestra devoción y muchas veces hemos criticado duramente la gestión que ha llevado a cabo mientras ha durado su mandato, pero las fuentes de que proceden las últimas informaciones hacen saltar todas las alarmas de que  debajo de la superficie que representan las noticias, se oculte algo mucho peor, que el PP no quiere que pueda saltar a los medios, de ninguna de las maneras.
Mucho van a tener que trabajar los investigadores de la prensa libre si desean descubrir de qué se trata, pero  nos tememos que los días de Montoro como  ministro del PP, están escrupulosamente contados y que más pronto que tarde, los ciudadanos nos vamos a poder deshacer de él y esta vez, sin tener que mover un solo dedo.
De todos modos, estaremos a la espera de lo que pueda ocurrir en los próximos días, en este verano caliente en el que la política acompaña en rigores a la climatología, porque mucho nos tememos que la historia no ha hecho más que empezar y que los acontecimientos venideros podrían ser muy propicios para borrar la sonrisa de Montoro, definitivamente, de su boca.

Nada hay peor, de todos modos, que ser literalmente acribillado por quienes uno creía sus amigos, en este  mundo deshumanizado en el que todos vivimos. A veces, aquello que uno pregona con desmesurado afán, termina por volverse en su contra, demostrando que en política nunca puede ser cierto que exista cohesión ni unidad y que algunos, harían lo que fuera por ejercer a toda costa su voluntad, aunque fuera su propio padre el que se despeñara por el precipicio.

domingo, 2 de julio de 2017

Madrid era una Fiesta


Se engalana la capital con la bandera del arcoíris y se  llena de miles de personas desinhibidas, que muestran su alegría por poder revelar libremente su condición sexual, que durante años tuvieron que ocultar por miedo a la represión policial y a la intolerancia monstruosa de una sociedad beata e ignorante, incapaz de comprender que el mundo está compuesto por gente diversa y que precisamente en esas diferencias, se encuentra su belleza.
 Al mismo tiempo que en Alemania se aprobaba, con el voto  en contra de Merkel, el matrimonio entre personas del mismo sexo, la caravana del Orgullo, se abría paso por las principales calles de Madrid, haciendo trizas cualquier signo de intransigencia que aún pudiera dar lugar a brutales agresiones como las que se vienen produciendo últimamente y demostrando que la gente que en ella participaba, fuera de la condición sexual que fuese, estaba dispuesta a defender, por encima de todo la libertad y el derecho inalienable a vivir la vida, cómo y en compañía de quién se quiera.
Volcado en esta celebración, el Ayuntamiento de Manuela Carmena ha convertido a la ciudad en uno de los referentes mundiales en este tema y es una pena que personas de la categoría moral y humana de Pedro Zerolo, cuya falta aún lloramos, no pudieran estar ayer presentes para ver cómo se hacía realidad aquél sueño por el que tanto lucharon, en los tiempos difíciles, demostrando una valentía que les hace merecedores de un enorme reconocimiento.
Muchas disculpas debe esta sociedad nuestra a este colectivo, por el sufrimiento durante tanto tiempo infringido y muchas explicaciones de por qué se dejó vencer por las malas influencias de aquellas Instituciones represoras y organismos religiosos recalcitrantes, que denostaban todo aquello que en su estrechez de miras, no podían comprender, demonizando a personas buenas y honradas que sólo por su condición sexual, fueron tratados peor que los más peligrosos delincuentes.
Y mucho hemos de congratularnos de haber sido capaces de vencer en tan poco tiempo aquellos miedos y de haber aprendido a aceptar a la gente por lo que es y sin establecer barreras que nos impidan una pacífica convivencia, pues la intimidad de los seres humanos ha de ser respetada en todos los casos y sin excepciones, aunque los estigmas grabados a fuego en la mentalidad de la gente en el pasado, siga desgraciadamente latente, en algún que otro neandertal, incapaz de evolucionar con el paso del tiempo.
 Decía Pablo Iglesias ayer, que la celebración de esta semana grande del colectivo LGTBI, era uno de los motivos por los que se sentía orgulloso de ser español. No se puede, sino estar totalmente de acuerdo y baste recordar que nuestra Ley sobre los matrimonios entre personas del mismo sexo, lleva de adelanto a la alemana, un buen puñado de años, a pesar de que en la actualidad el país teutón sea considerado como el más importante en Europa.
Los que ayer participaron en la caravana y los que sin estar en ella, la apoyábamos con el corazón, se podría decir que sólo estamos cumpliendo con la obligación que tiene todo individuo de garantizar el derecho a la libertad y  por consiguiente, a procurar que nadie atente contra ella, salvaguardándola como un tesoro que nos costó demasiado tiempo conseguir, aunque nuca desistimos en el intento.
Estos vientos de fresca sinceridad que se han apoderado de las calles de Madrid y la incansable tenacidad de los que han hecho de esta causa su bandera, pueden dar una idea clara de la enorme transformación que hemos sufrido todos, para bien, de un  tiempo a esta parte, siendo capaces de desterrar para siempre obsoletos estereotipos, concebidos para la anulación personal de todo aquel que se atreviera a abandonar un redil, marcado por la tiranía y el oscurantismo.
El ejemplo ofrecido por Madrid, que debiera ser adoptado por muchos lugares en los que la condición sexual aún se castiga con extrema crudeza, no puede, sino causar en nosotros una profunda admiración, quizá porque estamos seguros de que cuando se empiezan a construir caminos, resulta casi imposible que se pueda volver atrás y el futuro habrá de ser necesariamente mejor que el presente, como no podría ser de otra manera.