jueves, 29 de junio de 2017

Intrigas palaciegas


Se ha enfadado y mucho, el Rey emérito Juan Carlos, por no haber sido invitado a la celebración de los cuarenta años de la entrada de la Democracia, confirmando con ello, todos los rumores que desde hace tiempo vienen afirmando que no existe una buena relación con su hijo Felipe y con su nuera y dejando muy claro que aún conserva el carácter que siempre se le atribuyó y que nunca salió a la luz durante sus años de reinado, en los que fue tratado, quizá, con extrema tibieza.
Muchos nos dimos cuenta desde el principio de la sonada ausencia real en el acto y es verdad que Juan Carlos tenía el mismo derecho a estar en él, que muchos de los viejos políticos que asistieron como invitados, pues ocupó igualmente un papel  protagonista en el comienzo de la transición, por lo que se podría deducir  que a alguien no le interesaba su presencia, probablemente por motivos personales.
Es incomprensible justificar esta ausencia alegando un olvido, pues las cuestiones protocolarias, cuando se trata de la casa Real son escrupulosamente revisadas y de obligado cumplimiento, por lo que resulta muy natural que Juan Carlos haya podido llegar a pensar que su hijo no quiere de ningún modo coincidir en público con él, debido tal vez, a la mala prensa que tuvo en sus últimos tiempos de mandato.
Estas intrigas palaciegas, que recuerdan a lo que ocurría en las cloacas de los castillos en la Edad Media, aportan sin embargo, un punto de morbo a la monótona vida política del  país, en la que casi todas las novedades diarias tienen que ver con la aparición de casos de corrupción o con las luchas partidistas que se organizan entre los líderes más conocidos y que parecen no tener fin, ni orden, ni concierto.
Así que resulta curioso que además de no estar, Juan Carlos fuera someramente mencionado en el acto de ayer, sin que  se le atribuyera el papel que tuvo en aquellos momentos  y que toda la atención mediática se centrara en lo expresado por su sucesor, como si interesara de algún modo borrar cualquier huella que hubiera podido dejar el Rey emérito, en su paso por la Jefatura del Estado.
Todos sabemos y ya sabíamos con anterioridad, que Juan Carlos tenía una vida personal ciertamente rocambolesca y que los encargados de vigilar sus movimientos hicieron lo posible y lo imposible por conseguir que sus aventuras nunca trascendieran. Lo que no se entiende, es que la prensa al completo consintiera esta conspiración de silencio y durante años colaborara sumisamente en mostrar a los españoles una imagen idealizada del que fuera su Rey, que se empezó a romper en mil pedazos cuando apareció, no sin cierta controversia, en aquella imagen africana, al estilo Clark Gable, en Mogambo.
La posterior abdicación a favor de su hijo, que siempre nos pareció forzada por una especie de complot familiar  en la que no se le dejó otra salida que entregar la corona y el cetro, subió la temperatura de lo que durante tanto tiempo se había callado y la transición real se produjo en un ambiente ciertamente tenso, pues coincidió además en el tiempo, con el juicio de Urdangarín y la Infanta, en el que tampoco salía muy bien parado el Rey saliente.
Puede que todas estas cosas hayan terminado por convencer a Felipe VI, que por motivos obvios conocería a la perfección las andanzas de su progenitor, de que resultaba necesario  establecer ciertas distancias, pues el papel de la Monarquía, a causa del cambio político producido en España durante los últimos años, ya ha sido bastante cuestionado, como para encima tener que ofrecer explicaciones sobre asuntos oscuros que habrán tenido que afectar y mucho al ámbito familiar, difíciles de perdonar, para quién pretende empezar desde cero.
Así que la ausencia del rey emérito, incluso podría interpretarse como una especie de venganza reparadora de los daños sufridos y también, como auto afirmación en el poder de quién luce hoy por hoy la corona, pero no me negarán que la acción ha sido por lo menos, de muy mal gusto y hasta pensada con un poco de mala leche.
Todos ustedes sabrán ya, que quién subscribe no es sospechosa de defender la Monarquía y que raras veces se hace mención a esta obsoleta institución en ninguno de mis artículos, pero nos guste o no, el Rey sigue siendo el Jefe del Estado español y debe por tanto a los ciudadanos ciertas explicaciones, cuando se produce un hecho de estas características.

Todos sabemos que no se va a cumplir con esa obligación y que nunca conoceremos cuáles han sido las verdaderas razones de tan sonada ausencia, en un acto como el de ayer, pero de vez en cuando y sin que sirva de precedente, no está nada mal elucubrar y hasta divertirse un poco imaginando lo que ocurre en las trastiendas de Palacio, ya que pagamos su mantenimiento entre todos.

miércoles, 28 de junio de 2017

Sombras en el corazón


Con grandes dosis de solemnidad y un punto de rancia nostalgia que ha sido el factor común de todos los discursos pronunciados, se celebraban esta mañana los cuarenta años del nacimiento de nuestra Democracia en el Congreso, en un acto al que han acudido algunos de aquellos primeros diputados, incluidos Felipe González y Aznar, en representación de los Presidentes que hemos tenido desde entonces.
Concebido para el lucimiento en la tribuna de Ana Pastor   y el actual Rey Felipe VI, el evento ha ido transcurriendo con las bancadas llenas hasta la bandera, aunque ahora ocupadas por gente bien distinta de la que conformara aquel primer Parlamento y en un momento difícil en la vida política española, que recuerda a los ciudadanos cómo se han ido deteriorando las cosas y cuántas ilusiones se han ido desde entonces rompiendo por un camino, que todos iniciamos con la ilusión propia de quien ve la luz por primera vez, después de haber vivido en la oscuridad, durante casi medio siglo.
Si les digo la verdad, causaba cierta tristeza contemplar a qué ha quedado hoy reducido aquel ímpetu que demostraba entonces gente como González y Guerra y el verles en sus asientos, cargados de años y de canas que no han querido o sabido defender con la dignidad propia de quiénes son capaces de mantener sus principios hasta el final, duele en el alma a muchos de los que confiaron en los vientos de cambio que prometieron en aquellos momentos y que después se han ido transformando en mera acomodación, quizá porque abandonar la lucha es el camino más fácil cuando uno ha conseguido situarse, por encima del nivel del pueblo.
Un poco antes de que comenzara la sesión, Podemos celebraba un encuentro con familiares de  víctimas del franquismo y caídos en la defensa de la Democracia,  que continúan reclamando un reconocimiento que nunca termina de llegar y que en justicia, les corresponde no sólo por la importancia que tuvieron como artífices de una lucha en la que se ponía en juego la vida, sino porque en muchos casos la perdieron, intentando que todos los demás tuviéramos la oportunidad de ganar una libertad, de la que entonces carecíamos.
Sin embargo, nadie ha tenido a bien hacer mención a estas víctimas, mil veces vilipendiadas, olvidadas y castigadas con la indiferencia de todos los Gobiernos y hemos tenido que conformarnos con el enardecido discurso que exaltaba a esos grandes hombres que se encargaron de hacer viable una transición, que ya en aquel momento cerró en falso muchas y dolorosas heridas, en pos de una línea de hermanamiento nacional, que perjudicaba claramente y sin contemplaciones, al bando de los perdedores de la guerra.
Y sin embargo, nada de aquello hubiera sido posible sin el extremado riesgo que corrieron en las calles los ciudadanos y ciudadanas más valientes, que consideraron abiertamente y sin ningún género de dudas, que con la muerte del dictador, había llegado el momento de abandonar la clandestinidad de los lugares oscuros en los que hasta entonces se habían reunido, para tomar por asalto las calles y hacerlas suyas, ejerciendo una presión que hizo insoportable el mantenimiento del régimen dictatorial, aunque en el camino se perdieran vidas.
Mientras hoy se condecoraba a Martín Villa, Ministro de Interior con Suárez, en una sala del Congreso, las familias de los obreros asesinados en la Catedral de Vitoria por unas fuerzas de seguridad que se encontraban bajo su mando, recordaban que está reclamado por la justicia argentina, la única que se ha puesto hasta ahora,  del lado de estas víctimas silenciadas, que sin embargo tienen derecho a dignificar su lucha y su nombre.
Presumir de la transición olvidando ex profeso las sombras que oscurecieron sus primeros años y fundamentalmente la valiosísima colaboración de aquellos viejos luchadores a los que no importaba enfrentarse a la cárcel o a la muerte, es atribuir un mérito falso a una serie de políticos que jamás hubieran podido actuar como lo hicieron, si no hieran estado muy seguros de que les respaldaba un nutrido número de gente comprometida con una causa común, a la que no se podía renunciar sin plantar cara a las adversidades del momento.
Ninguno de nosotros sería hoy como es, ni tendría hoy lo que tiene, ni pensaría hoy como piensa, de no haber sido por esos valientes y sin ellos, probablemente España hubiera continuado sosteniendo durante algunos años más, la férrea disciplina impuesta por el aparato de una Dictadura, perfectamente preparada para aguantar, a base de represión, la comodidad de sus múltiples privilegios.
Y de nada hubieran servido, ni las presiones internacionales, ni las supuestas buenas intenciones de los que luego se convirtieron en leyenda, porque nuestro destino estaba escrito de otra forma y sólo nuestra decisión, nuestro empeño y nuestro sufrida renuncia al esclarecimiento puntual de la oscura verdad silenciada durante tanto tiempo, hizo posible que las cosas salieran de la manera que salieron y que hoy podamos contar el episodio, como lo estamos relatando.
Quizá por eso, duele la indiferencia de estos que son considerados como grandes hombres de una Patria, que muchos defendieron teniendo que aprender a perdonar y a soportar, a los que hasta entonces eran sus enemigos. Y esas sombras, que quedaron ancladas al corazón, abriendo una rendija para que un poco de luz iluminara nuestra salida de un pasado trágico y violento, aún se encuentran latentes en el interior, esperando, cada vez que se celebra un acto como el de hoy, un poco de comprensión y reconocimiento.
Por todos los que aún vivimos, por los que hace tiempo que se fueron y sobre todo por los que vendrán, el derecho a que nuestra Historia sea escrita tal como fue, es una asignatura pendiente que supone un baldón en el recuerdo.

Alguien lo tiene que decir. Aunque sólo sea por la satisfacción de hacer saber que no se olvida a los auténticos actores de aquel momento.

martes, 27 de junio de 2017

El lenguaje de los gestos


No ha hecho falta más que fijarse en los rostros de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias,  un poco antes de que comenzase su encuentro, para comprender que se daban una serie de circunstancias que lo diferenciaban notablemente del que se produjo hace unos meses e incluso para atreverse a predecir que los resultados de esta reunión que se celebraba hoy en el Congreso, podrían encaminar a la izquierda española a una etapa nueva de unidad, que no parece gustar nada a la coalición de derechas.
El lenguaje de los gestos que hemos percibido y que mostraba a un Pedro Sánchez distendido, ahora que han quedado atrás las continúas amenazas que recibiera en el pasado, por parte de sus propios compañeros, dejaba entrever una especie de secreta satisfacción, que se hizo mucho más evidente mientras posaba estrechando la mano del que iba a ser su interlocutor y cuya sonrisa reflejaba también, el convencimiento personal de que parecía haber llegado el ansiado momento de llegar a un acuerdo.
Ya nos hubiera gustado asistir a la reunión y haber podido escuchar, de primera mano, las cosas que allí se han discutido, pero por las declaraciones posteriores que ambos líderes han brindado a la prensa, se entiende que la pasada acritud con que se trataron en aquel primer intento de alcanzar un acuerdo, ha quedado enterrada en el ayer y que pronto podría empezar una colaboración que ofrezca resultados bien distintos a los que Rajoy y Rivera habían previsto, para el transcurso de esta legislatura.
Libre de la presión de los Barones y habiendo derrotado ampliamente al sector de Susana Díaz, el lastre que ataba a Pedro Sánchez a la derechización sufrida por el PSOE, ha desaparecido por completo y sólo queda por salvar el escollo de las preferencias demostradas por los actuales diputados socialistas, que sin embargo están obligados por sus estatutos, a obedecer las líneas propuestas por sus dirigentes.
El nuevo Comité Federal y muy especialmente la recién elegida Presidenta, Cristina Narbona, son, para tranquilidad  de Sánchez, absolutamente partidarios de un retorno a la izquierda y quizá por eso y también porque Iglesias viene últimamente haciendo esfuerzos inconmensurables por moderar su lenguaje y su gestualidad, el acuerdo, parece ser un hecho.
Esto al menos, debe haber pensado Rivera, tras oír las declaraciones posteriores al encuentro y visiblemente contrariado, se ha atrevido a poner directamente en duda la necesidad de escuchar a Sánchez, recurriendo al manido argumento de que volver a incurrir en los mismos errores del pasado, podría volver a llevarnos a un callejón sin salida, aunque obviando el pequeño detalle de cuánto le molestaba haber perdido esta vez, todo el protagonismo.
En el fondo, lo que quiere decir el líder de Ciudadanos es que a su Formación le parecería una aberración el hecho de llegar a acuerdos con Podemos, cosa que a priori, por cierto, parece muy natural, pues la ideología demostrada por Rivera y los suyos dista mucho de parecerse en nada al pensamiento de la izquierda y también porque sus intereses políticos discurren por otros derroteros, mucho más cercanos a las propuestas del liberalismo global, que a los supuestos ofertados por los Partidos de progreso.
 Dudo mucho que su encuentro con Sánchez pueda aportar  ningún tipo de novedad a lo tratado en la de hoy con Iglesias y que no va a quedar otra opción que tantear a los nacionalistas catalanes y vascos si se quiere conseguir apear a Rajoy del poder, en un breve espacio de tiempo.
Y nada tiene de malo intentarlo, porque explorar nuevas vías de negociación y procurar al mismo tiempo desbloquear de una vez, el diálogo con los independentistas que mientras ha gobernado Rajoy ha resultado ser prácticamente nulo y sobre todo, brusco e inapropiado, no puede, sino aportar ventajas a quiénes se atrevan a abordar el problema sin prejuicios iníciales y también a un sector político cansado de ser continuamente denostado por el gobierno de Rajoy, que no ha sido capaz de avanzar ni un ápice, en la resolución del conflicto.
Así que sería deseable que los nacionalistas tuvieran a bien aceptar como una proposición de paz, esta gestualidad que se ha evidenciado en el encuentro de Sánchez e Iglesias, empezando a procurar que funcionen estas ofertas tácitas que pueden leerse entre líneas, comprendiendo a la vez,  que nada será posible mientras Mariano Rajoy y sus socios continúen gobernando, por razones evidentes, que ellos, mejor que nadie conocen, en estos momentos.
Por el contrario, Iglesias y Sánchez deben plantearse que un nuevo fracaso en sus negociaciones acabaría de un plumazo con la esperanza que han puesto la mayoría de los ciudadanos en sus manos, ofreciéndoles una segunda oportunidad de oro, que raras veces se brinda y que nada puede haber, más importante, que cumplir con la obligación de oponerse contundentemente al transcurso que han tomado los acontecimientos en este país, que aunque siendo multinacional, que dirían los socialistas, se siente en su totalidad, indignado con las líneas seguidas por los populares, durante sus años de mandato.

Sólo nos queda, la ilusión de que pueda ser posible que termine esta negra etapa de nuestra historia y poder mirar al futuro, con la esperanza de vivirlo sin miedo, ni asperezas.

lunes, 26 de junio de 2017

No sabe, no contesta


Con actitud desafiante y un punto de chulería snob, que no ha cuadrado con las primeras imágenes que de él tuvimos después de su detención, Luis Bárcenas se ha enfrentado esta mañana a la Comisión de investigación sobre la financiación ilegal del PP,  adoptando esa postura que algunos suelen elegir cuando se les hace una encuesta y bien por no querer que se conozca su opinión sobre lo que se les pregunta o por mera ignorancia, no se deciden por ninguna opción, quedando en un absurdo limbo que suele aparecer en el grupo de los que no saben, no contestan.
Hablando con quién ha querido hablar y faltando a todas las reglas de la educación, cuando a él se dirigía alguien a quién no quería responder, Bárcenas ha cambiado absolutamente la estrategia seguida cuando creía que se encontraba sólo, lejos del amparo del Partido Popular, por lo que todo el mundo intuye que ha llegado a un acuerdo tácito por el cual se compra de algún modo su silencio, volviendo al  redil que abandonó momentáneamente tras su expulsión de la Formación conservadora, cuando amenazaba con tirar de una manta, que nunca llegó a levantarse.
Pero el silencio de Bárcenas, por mucho que haya costado conseguirlo, no borra las oscuras acciones que han venido ocurriendo en la sede de Génova durante muchos, muchos años, ni destruye los famosos papeles que aparecieron en toda la prensa nacional, en los que todos pudimos leer las iníciales  de los principales pesos pesados del PP, incluido Rajoy, como perceptores de cantidades de dinero negro, procedente de una caja B que guardaba las “donaciones” aportadas por empresarios, a los que luego se concedían jugosos contratos relacionados con las Instituciones públicas.
Dice Bárcenas, que él nunca se benefició personalmente de tales emolumentos, aunque resulta ser de dominio público la existencia de esa cuenta en Suiza en la que se encontraron  cincuenta millones de euros  a su nombre y que si no eran suyos, a alguien deben pertenecer, aunque quizá nunca sepamos su nombre, ni por qué utilizaba a Luís Bárcenas como testaferro.
Atacado por los Partidos de la oposición, en mayor o menor grado y manteniendo el tipo con cierta soberbia, el intercambio de opiniones con el representante del PP, nos ha parecido, cuanto menos, curioso y en cierta medida, ha delatado abiertamente un cambio radical en las relaciones entre Bárcenas y el que fuera su antiguo Partido, por lo que parece evidente que a partir de ahora, la actitud del ex tesorero va a ser la de devolver al PP el buen nombre que él mismo puso en entredicho con sus afirmaciones pasadas y sobre todo, que ya no hay esperanza en que aparezcan nuevas informaciones que seguramente quedarán ocultas en cualquier recóndito lugar, para siempre.
Así que me temo que si no es por la perspicacia de los jueces y su empeño en conocer la verdad, el PP seguirá disfrutando de esa impunidad que le ha acompañado durante tanto tiempos, dejando a los ciudadanos la espantosa sensación de que los políticos pueden delinquir todo lo que quieran a través de la corrupción, sin que ninguno pague por ello.
De modo que de esta Comisión de investigación, uno no tiene más remedio que quedarse con las impresiones personales que pueden sacarse, a través de las actitudes que demuestran los personajes que intervienen en ella, continuar haciendo cábalas sobre lo que verdaderamente ha ocurrido, en perjuicio  nuestro y no olvidar nunca  que de los delitos cometidos por estos individuos, solos o en compañía de otros, ha dependido en gran manera, el mal funcionamiento de unas Instituciones públicas, a las que se han esquilmado los recursos con los que contaban para beneficio de la totalidad de los ciudadanos.
Quizá por eso, es cada vez más urgente habilitar acuerdos que posibiliten desalojar al PP del gobierno. La podredumbre que se intuye a su alrededor y la desvergüenza de presentarse ante la sociedad como si nada hubiera ocurrido, dan lugar a una situación excepcional y sobre todo, a que los ciudadanos se vean obligados a convivir con un tipo de delincuencia que quizá debiera ser considerada como traición, pues de sus consecuencias se deriva la pobreza que soportamos los españoles.


domingo, 25 de junio de 2017

Un esperado encuentro


El tórrido comienzo de un verano, que los expertos auguran casi como insufrible en algunas zonas del país, a causa de un cambio climático que muchos aún se atreven a negar, parece afectar también a la temperatura de la vida política y promete ser seguramente muy interesante, por los cambios que podrían producirse, si finalmente se logran cierto tipo de acuerdos entre los Partidos considerados, a prior,i de izquierdas, que hasta ahora se han negado, por razones diversas, la posibilidad de una necesaria unidad, que apacigüe las ínfulas que sostienen en el poder al férreo bloque de derechas, formado por PP y Ciudadanos.
Tras una larga etapa de aparentes desacuerdos y digo aparentes, porque las circunstancias ambientales dificultaron en el pasado, cualquier atisbo de entendimiento, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, se reúnen el próximo Martes, ya con la crisis  del PSOE resuelta, para procurar aunar criterios que por ideología debían ser parejos, en cuestiones que afectan fundamentalmente a los derechos sociales y laborales que se han ido perdiendo a lo largo de los años de mandato de los populares y también, cómo no, de los gravísimos casos de corrupción que se ciernen en torno a los conservadores y que en cualquier otro país, hubieran provocado hace tiempo, la dimisión del Gobierno en pleno.
Intentando dejar atrás, de una vez, los hechos que dieron lugar a la investidura de Rajoy como Presidente y evitando recurrir al manido argumento de culpabilizar al contrario de los mil y un errores cometidos, llegan estos dos pesos pesados de la política española a esta esperadísima reunión, con una ilusión supuestamente crecida a causa de la inesperada victoria de los sanchistas, sobre los dinosaurios de la vieja guardia, que permite albergar ciertas esperanzas de que las cosas, ahora sí, pueden funcionar, en parte  también, porque la moderación  en el discurso de la Moción de Censura que protagonizó Pablo Iglesias, hace  factible el acercamiento.
Mucho parecen temer los populares  que tal cosa llegue a suceder, pues andan sumidos en una campaña acelerada de propaganda negativa en la que ya se da como cierta la existencia de dos Podemos, uno rojo y otro azul, en alusión al intento de Sánchez de abandonar la línea de derechización que tanto daño ha hecho al PSOE, pero que a los de Rajoy ha favorecido considerablemente.
No puede gustarle a nuestro señor Presidente la perspectiva de quedarse en minoría, apoyado únicamente por sus leales socios de Ciudadanos y mucho menos, si ya intuye que es posible una mayoría de progreso que incluya también a sus enemigos nacionalistas y que a la vez, eche por tierra ese recalcitrante empecinamiento en resolver el problema catalán sólo por  vía judicial, que tantos dolores de cabeza, nos está trayendo.
Tampoco a Rivera parece agradarle en absoluto esta posibilidad en la que su Partido perdería todo protagonismo, pues ya se había acostumbrado este líder, modelo de máxima ambición, a ser el socio imprescindible con el que todos debían contar, si querían hacerse con el poder y que tantas líneas le ha regalado en las páginas de la prensa, a lo largo de estos pocos meses, potenciando una sobrevaloración de su ego.
 Todo, evidentemente, está en el aire, hasta que no se produzca el encuentro, pero la inquietud que ha empezado ya a generarse entre los conservadores y el hecho de que hayan surgido  los primeros rumores de que Rajoy pudiera convocar nuevas elecciones, proporciona un balón de oxígeno a la izquierda, indicándole, con meridiana claridad, que el camino escogido es el correcto y que es el único por el que se podría conseguir, con holgura, echar a Rajoy del Gobierno.
Dice Margarita Robles, que una nueva Moción de Censura, no entra en la hoja de ruta del PSOE, de momento.

Tal vez, no haga ninguna falta, porque si Rajoy se ve obligado a ir a un nuevo proceso electoral, los sanchistas saldrían reforzados numéricamente en el Parlamento y tal vez, hasta se podría conseguir una subida considerable en escaños que asentara más firmemente los cimientos de los acuerdos, pero esto es una suposición y ahora toca abordar el presente con decisión, para que la esperanza no se escape otra vez por la puerta.

miércoles, 21 de junio de 2017

Tiempo de redención


Sólo unos días después de haber sido proclamado Secretario General de su Partido, Pedro Sánchez se pone en contacto telefónico, primero con el líder de Podemos y después con Albert Rivera, con la intención de arbitrar una reunión en la que poder intentar un acuerdo que permita empujar a Mariano Rajoy de la Presidencia del gobierno, acuerdo que tiene difícil, dada la conocida distancia ideológica existente entre sus dos interlocutores, que ya han manifestado por separado, su negativa a volver a reunirse, tras el fracaso cosechado anteriormente y el posterior apoyo de Ciudadanos a la investidura de Rajoy.
La profunda brecha que se abrió entre Iglesias y Rivera y que ha ido aumentando de tamaño, cada vez que el Partido naranja ha refrendado con sus votos algunas de las propuestas del PP, pilla a un Pedro Sánchez, recuperado tras el batacazo sufrido en Octubre pasado, en medio de una tormenta de opiniones y acciones absolutamente contradictorias y queda claro que será él, como líder del principal Partido de la oposición, el que  tendrá que decidir a quién le interesa acercarse, ahora que ha conseguido librarse de las presiones ejercidas por los barones y de ciertos sectores de influencia, pero teniendo en cuenta que la decisión que se atreva a tomar, podría inclinar la balanza en un sentido u otro radicalmente diferente y que de ello, dependerá el futuro de los españoles.
Mucho ha luchado Sánchez, o al menos eso ha manifestado en reiteradas y retransmitidas ocasiones, por devolver a su Partido al entorno de la izquierda política  y todos, también su militancia, habíamos creído entender en su mensaje, que entre sus prioridades se encontraba, desalojar, a la mayor brevedad posible al PP de Moncloa, procurando un acercamiento rápido y eficaz, con las Fuerzas parlamentarias que compartiendo una gran parte de su pensamiento y abominando de la nefasta realidad a la que nos están llevando los innumerables casos de corrupción que hemos conocido, estuvieran dispuestas a alinearse a su lado, para que tuviera otra oportunidad de ser proclamado Presidente.
Así  que el empeño en atraer a Rivera, que ha demostrado por activa y por pasiva su fidelidad a los populares, incluso en determinados asuntos que resultaban en sí mismos, vergonzosos, parece, por lo menos, desesperanzador y sólo se entiende, si se parte de la base de que para Sánchez sería bastante comprometedor, tener que contar numéricamente, con los nacionalistas.
Todos, la verdad, nos ilusionamos y mucho, cuando le oímos mencionar la plurinacionalidad  del país, con total naturalidad, en la tribuna de su Congreso y también cuando vimos que entre los votos a favor de la Moción de Censura presentada por Podemos y las abstenciones de PSOE, vascos y catalanes, se superaban los obtenidos por el PP y sus socios naranja, porque se abría una posibilidad real de apear del poder a Rajoy, pero la mayoría de los diputados socialistas en el  Congreso, a día de hoy, apoyaron abiertamente a Susana Díaz y  por tanto, Sánchez continúa teniendo al enemigo en su propia casa, por lo que quizá no quiera arriesgar el terreno ganado, provocando un nuevo enfrentamiento          entre los partidarios de defender a muerte la unidad territorial de España y los que estarían dispuestos a conceder la celebración del Referendum  catalán, entre los que quizá se encuentre él mismo.
Pero en política,  tratar de nadar y guardar la ropa puede traer a veces inesperadas consecuencias y hay momentos, en los que no queda otro remedio que empezar a tomar partido, corriendo el riesgo de perder, pero dejando claras las posiciones que uno defiende, pues por encima de las opiniones de los políticos, ha de estar el bienestar de los ciudadanos, a los que no complacen nada estas veleidades absurdas de ir cambiando de ideas, según soplen los vientos.
Nos guste o no, los nacionalistas catalanes y vascos forman  parte del Parlamento y sobre todo de la realidad del país y sería un error olvidar la importancia que han tenido y aún tienen y que no va a desaparecer por arte de magia, aunque los Partidos mayoritarios se nieguen a aceptar su presencia o sólo estén dispuestos a admitirla, cuando sus votos facilitan la aprobación de determinadas leyes, como le ha ocurrido al PP, con el asunto de los presupuestos.
De manera, que habrá que empezar por escuchar lo que piden, negociar, propiciar acercamientos que borren el infausto recuerdo de estos últimos años, en que han sido constantemente demonizados por el Partido en el gobierno y propiciar un restablecimiento de relaciones, que arbitre nuevas vías de negociación, porque como todos sabemos, hablando se entiende la gente.
Así que el renacido Pedro Sánchez, haría muy bien en explorar este abrupto camino que en principio le enemistaría con los miembros más recalcitrantes de su Partido, pero que le permitiría a la vez, operar, sin tener que contar para nada con la dudosa aprobación de Rivera y los suyos, para iniciar una vuelta real a la lucha por el poder, dejando atrás errores que ya en una ocasión le costaron perder la posibilidad de ser el Presidente de la nación y de los que después, dijo, se arrepintió, aunque no lo confesara abiertamente.
Sería bueno para todos, conceder a Rivera el papel para el que sin duda está destinado su Partido y que no es otro, que el de sustituir al PP, como principal fuerza de la derecha, pues el desgaste producido en los de Rajoy por los casos de corrupción y otros asuntos de sobra conocidos por todos, posibilitan absolutamente esta maniobra de sucesión, como ha ocurrido, por ejemplo en Francia, con Macron, en un brevísimo espacio de tiempo.
Sánchez debe aprender esta lección y evitar incurrir en los gravísimos fallos que han llevado a los Partidos socialistas europeos, al borde del abismo.
Para ello, aquí y ahora, es imprescindible mantener los principios ideológicos que se abandonaron en el pasado más reciente, redefinirse como líder perteneciente a la izquierda y asociarse con Formaciones cuyo pensamiento guarde cierta afinidad con el propio, sin permitir, en modo alguno, otras injerencias.
Triunfar sin arriesgar, es hoy por hoy, del todo imposible.



martes, 20 de junio de 2017

Asfixiados


La gravísima situación que están sufriendo nuestros niños, en  Institutos y  Escuelas, debido a las altísimas temperaturas que nos está trayendo este final de la primavera, mantiene en pie a padres y docentes, exigiendo a las administraciones autonómicas una rápida solución para paliar  este problema de pobreza energética, que afecta precisamente, a la salud de los más indefensos.
No sólo el frío hace estragos en las condiciones de vida de las familias, como hemos podido ver los pasados inviernos, sino que en un país como el nuestro, en el que se están notando especialmente los efectos del cambio climático, habría que incidir  en el aumento de las temperaturas que se están produciendo, incluso antes de que llegue el verano, convirtiendo las aulas, lugar habitual de trabajo de estos menores, en auténticas saunas dónde resulta prácticamente imposible respirar y en las que ya se han producido varios casos de golpes de calor, acompañados de lipotimias.
Los efectos de la maldita crisis y la pésima gestión económica del gobierno central y de las administraciones autonómicas, han terminado con los recursos necesarios para hacer frente a este problema y a día de hoy, la respuesta que se viene dando desde las Consejerías de educación, sin que haya distinción según los Partidos que las regentan, es la posibilidad de acortar la jornada, a criterio de los padres, cuando empieza a apretar el calor, cosa que no es posible en todos los casos al encontrarse los progenitores, por norma, trabajando y sin posibilidad de acercarse a los Centros a recoger a sus hijos.
El Consejero de la comunidad de Madrid, se ha atrevido incluso a sugerir que los niños se entretengan en hacer abanicos de papel, con los que aventarse mientras se encuentran en las aulas, sugerencia que ha hecho saltar todas las alarmas en la sociedad, que no entiende que mientras en todos los organismos oficiales se encuentra instalado y funcionando el aire acondicionado, en la Educación pública se carezca incluso de ventiladores, como  si nos hubiéramos trasladado a  los años cincuenta del siglo pasado.
Arbitrar una solución permanente que corrija para siempre este grave problema que acontece en las Escuelas, tanto en verano como en invierno, ha de preocupar, igual que preocupa a la Sociedad, a todos los Partidos políticos que conforman el Parlamento y encontrar a la mayor urgencia posible el montante necesario para acondicionar decentemente las aulas de todo el país, ha de ser necesariamente obligatorio, pues no se concibe que precisamente todos aquellos que nos representan en las Instituciones políticas, gocen de sustanciosas ventajas en su lugar de trabajo, mientras las mismas, se niegan, reiteradamente, nada menos que a nuestros niños.
Asfixiados y con la maldita sensación de ser ignorados por los encargados de adecuar los edificios destinados a la Educación pública, mientras se continúa beneficiando notablemente a la privada y concertada, docentes, padres y alumnos, se echan este  final de curso a la calle, reclamando con toda justicia, una cierta igualdad con esos  sesudos políticos, a los que todos hemos confiado, a través de los votos, nuestros destinos, sin esperar que sus reacciones al enfrentarse a problemas como el que hoy tratamos, pueda siquiera asemejarse a las que estamos viendo en ellos.
Vergüenza me daría a mí, pasearme por los pasillos y despachos del Congreso, de los Ministerios, de las Presidencias autonómicas y sus Consejerías, a una temperatura media de veinticuatro grados, mientras los menores soportan en las escuelas e institutos, cuarenta, porque los recursos destinados a estos fines, hace tiempo que se marcharon a causa de la corrupción o el despilfarro, dedicándose a fines personales, a campañas electorales o a engrosar cuentas en Suiza.


lunes, 19 de junio de 2017

Tragedia en el país hermano


La terrible ola de calor que hemos estado padeciendo  estos días trae consigo luctuosas consecuencias y se cobra 62 víctimas mortales en un incendio sobrevenido el centro de Portugal, a causa de un rayo que ha prendido como la yesca, árboles y vegetación reseca, por la falta de lluvias.
Hay además, otros 62 heridos afectados por esta tragedia que pone en evidencia la falta de medios reales para combatir estos sucesos, a veces provocados, a veces fortuitos, que ocurren en la Península Ibérica, todos los años.
Llora el país vecino a estos muertos que en su mayoría se vieron atrapados dentro de sus coches por la voracidad de unas llamas que empujadas por un fuerte viento se extendieron como la pólvora en muy poco tiempo, dando lugar a uno de los sucesos más graves de cuántos han sucedido en el país hermano y también en el nuestro.
El fuego, que continuaba activo a primeras horas de esta mañana, ha necesitado de la colaboración española, siempre  dispuesta para este tipo de acontecimientos, que van a resultar difíciles de olvidar para aquellos que han conseguido salir vivos de entre el humo y el fuego.
Mientras los bomberos luchaban con todas sus fuerzas para controlar los puntos por los que se propagaba el incendio, un individuo arremetía contra los musulmanes que salían de una mezquita en Londres, imitando las acciones terroristas llevadas a cabo en la capital del Reino Unido y otras partes del mundo, por islamistas radicales, simpatizantes de la causa de ISIS.
La impotencia, era en ambos casos, el de Portugal y el británico, una sensación generalizada que recorría las venas de la gente de bien, que no puede entender, ni el hecho de que no se tomen más medidas contra los incendios forestales, ni que se vaya propagando poco a poco una incomprensible islamofobía, que ya ha empezado a mostrar sus más terribles consecuencias.
 Los tres días de luto decretados en Portugal, sin duda servirán a sus dirigentes, para reflexionar intensamente sobre qué hacer en un futuro casi inminente y para establecer, quizá, unos protocolos de actuación mucho más efectivos, aunque sólo sea por respeto al recuerdo de tantos muertos.
El otro problema, tiene más difícil solución, pues este método del ataque directo sobre la gente corriente, requiere, también en el caso de los imitadores del otro signo, poca preparación y sólo se puede rogar que no sean muchos los que se atrevan a ponerlo en práctica, aumentando la violencia en las calles de las grandes ciudades y provocando en la gente una sensación de inseguridad, nociva para la Sociedad al completo.
No es éste el modo de combatir el problema del terrorismo y esto ha quedado sobradamente demostrado, a lo largo del tiempo. La gente de paz, practique la religión que practique y pertenezca a oriente o a occidente, está por el bien común, condenada a entenderse, si no se quiere provocar un enfrentamiento crónico entre dos tipos de culturas, perfectamente capaces de convivir, si quieren, en perfecta armonía, apelando siempre al respeto.
Las hordas radicales de uno y otro bando, la práctica de la violencia indiscriminada, queriendo pagar muertes con muertes, no puede, sino incrementar el fracaso de   las políticas represivas impuestas y ofrecer a los que nos siguen en el tiempo, un futuro mucho peor y menos enriquecedor que el que les proporcionaría un mestizaje pacífico, que sólo será posible desterrando la idea de que lo diferente es peor que lo nuestro.

Últimamente, estamos llorando a demasiada gente.  

domingo, 18 de junio de 2017

La rosa revivida


Mientras termina la Celebración del Congreso del PSOE, que consagra a Pedro Sánchez como líder indiscutible del mismo y que pronunciará su discurso final con notables ausencias, como las de Felipe González, Zapatero y por supuesto, Susana Díaz, la ola de calor sigue haciendo estragos en el país, preludiando un verano que se augura, en todos los sentidos, muy ardiente.
La nueva ejecutiva del PSOE, en la que Sánchez ya ha intentado colocar a gente de su absoluta confianza, para no caer en los mismos errores del pasado, empieza a pronunciarse con timidez,  sobre temas que a  los antiguos  barones provocarían un ataque de pánico y parece tener claro que su sitio  en el panorama político español ha de estar necesariamente a la izquierda, dejando atrás unos cuantos años en los que una descarada maniobra de derechización, había ido desgarrando poco a poco, los principios del socialismo.
Avergonzados aún, por la abstención en la investidura de Rajoy y envalentonados por la lección que las bases han ofrecido a sus dirigentes, a través de sus votos, los Sanchistas inician un camino de regeneración basado en una libertad de expresión y decisión, imposible hace sólo unos meses, en el seno de su propio Partido y con la firme convicción de que ahora es posible llegar a los acuerdos que entonces resultaron inviables, por la oposición denodada de Susana Díaz y sus amigos de la vieja guardia, que imponían un acercamiento al PP, del todo incomprensible.
El mero hecho de reconocer que España es un  Estado multinacional ya supone un avance en el comienzo de las negociaciones con Podemos y es un guiño tácito que se hace al nacionalismo catalán, en pos de un entendimiento futuro, si finalmente se lograra desalojar a Rajoy del poder y Sánchez intentase de nuevo, llegar a ser Presidente del gobierno.
Una militancia enardecida, que ha visto con sus propios ojos cómo se puede transformar la historia, si se propicia una unidad real, frente al poder establecido, parece decidida a renovar los irrespirables aires que se concentraban en los despachos del PSOE, dejando atrás el miedo y la desesperación que provocaban las presiones continuas a que se sometía a la gente y a recuperar la esencia de su ideología, capitaneados por un líder por el que casi nadie apostaba ni un céntimo.
La rosa, ha revivido surgiendo de un puño que vuelve a alzarse en alto en los mítines y asambleas, sin tener que avergonzarse por ello y la izquierda española, se congratula de poder acoger nuevamente a quiénes parecían haber decidido abandonar su histórico lugar ideológico, para acercar posturas con la derecha.
Mañana, el futuro de este PSOE y de su líder que han hecho del descaro y la rebeldía, un símbolo, en los últimos tiempos, emprende un nuevo camino que para los ciudadanos pone un punto de esperanza en que las cosas puedan cambiar por fin y que todos podamos librarnos, limpiamente, de la oscura maldición del gobierno de la derecha.


jueves, 15 de junio de 2017

Vientos de alegría


Con los ecos de la Moción  de censura resonando aún en los medios de comunicación y los comentarios de todos los participantes en ella dirigidos   directamente a captar la atención de la ciudadanía, sale Francisco Granados de la cárcel, en la que ha permanecido durante  treinta y dos meses, como preso preventivo, por el caso Púnica, abriendo un nuevo frente  dirigido a otros antiguos responsables de la Comunidad de Madrid, como Esperanza Aguirre, Ignacio González y también, la propia Cristina Cifuentes.
Presumiendo de inocencia y concediendo desde el primer momento entrevistas por doquier, se lamenta Granados de haber sido injustamente imputado por la justicia, incidiendo en que los hechos han ocurrido así, porque, a su parecer, fue elegido  para dar importancia a un asunto de poca monta, que en realidad no la tiene, fundamentalmente por el cargo que hasta entonces ocupaba en el PP y no por las incontables pruebas que contra él se han ido encontrando, incluido el millón del altillo, durante estos últimos tiempos.
Sin ningún deterioro físico y con ese punto chulesco que siempre le caracterizó, intacto, al menos aparentemente, Granados, que por cierto no ha sido juzgado aún, ha dado la impresión de estar enviando un mensaje  directo a los que fueran sus antiguos compañeros, quizá en base de lo que sabe y aún no se ha decidido a decir, pero que se podría tomar como una llamada de atención, digna de ser tenida en cuenta.
Casi al mismo tiempo, Mariano Rajoy se reunía con sus principales asesores, para analizar el resultado de la Moción de censura, que no debe haberle parecido tan magnífico como presumen los suyos, a juzgar por la urgencia y Pedro Sánchez, hablaba ya con Pablo Iglesias, inaugurando quizá una nueva etapa en su relación, que puede que se consolide tras la celebración del Congreso socialista.
De momento, parece que ha ofrecido el cargo de Presidenta del Partido a Cristina Narbona, y un puesto en su nueva ejecutiva a Patxi López y, sorpréndanse, a Fernández Vara, que ahora nos hemos enterado que se apresuró a felicitarle por su victoria, la misma noche en que ganó las elecciones, intentando protagonizar un intento de integración de sus oponentes, aunque mucho dudamos que pueda ofrecer absolutamente nada a  Susana Díaz, a la que seguramente debe considerar como principal instigadora del golpe que le derrocó el pasado Octubre.
Muy interesante me ha parecido el cometido encargado a López,  como responsable de los asuntos territoriales, a nivel nacional, pues el vasco ha de tener necesariamente una sensibilidad especial al conocer perfectamente la realidad de Euskadi, que puede resultar muy valiosa en la gestión del conflicto catalán, de cara a un futuro no muy lejano.
También Narbona  puede aportar un talante distinto desde la Presidencia del Partido, pues aunque por edad pertenece a la vieja escuela, siempre fue considerada como una mujer rompedora y cabal, sobre todo en asuntos relativos a cuestiones ecológicas, por las que lleva luchando desde hace tiempo.
Parece pues, que se abre un tiempo nuevo en el  ámbito de la política nacional, que pone un punto de ilusión renovada  en una población, hastiada del tedioso discurso de un PP, demasiado preocupado por zafarse como va pudiendo de los casos de corrupción que diariamente le van acorralando y muy poco  de arreglar, de verdad, los auténticos problemas que preocupan a la Sociedad y que son cada vez más acuciantes.
Satisfechos los de Podemos, por haber conseguido de nuevo revolucionar el cotarro político y seguros de que habrá, en breve, motivos suficientes para volver a hacerlo, no pueden ocultar el gozo que produce el haber cumplido con su deber y el hecho de haber perdido la Moción, de la manera en que ha ocurrido, puede ser interpretado como que la elección del camino ha sido buena y que deben continuar en esa línea.
No voy a pararme en el comentario machista de Hernando, sobre Irene Montero.  Este señor, no merece ni un solo minuto de nuestro tiempo y ya se  califica él solo, cada vez que abre la boca, como todos sabemos.
Soplan vientos de alegría, que alejan la calma oscura en la que estábamos viviendo. A ver si desplegamos las velas y conseguimos, por fin, llegar a buen puerto.


Retrato de un Parlamento


 Fracasa la Moción de Censura presentada  por Podemos, pero  aunque todos esperábamos ya este resultado  y se conocía de antemano la intención de voto de los diferentes Partidos en el Congreso, se podría decir que estos dos días de intenso debate, han servido fundamentalmente  a los ciudadanos para clarificar en qué parte del arco político se encuentra cada cual y a qué  dan mayor importancia nuestros supuestos representantes en el Parlamento.
Buscaba yo, sin demasiado éxito, lo admito, una manera de describir lo que ha sucedido finalmente, en el momento de la votación y un camino por el que descubrir por qué todos los que podrían  haber sido apoyos a las teorías que postulaba Pablo Iglesias, se han decantado por la abstención, provocando con ello que Mariano Rajoy continúe siendo el Presidente del Gobierno.
Este retrato hiper realista, que queda grabado en las cabezas de  los ciudadanos, ayudándoles a razonar si mereció la pena el voto que regalaron a determinadas Fuerzas en las últimas elecciones, esconde además, un sinfín de pequeños matices que merecen ser analizados minuciosamente por los ojos del espectador y que podrían cambiar, en un futuro no muy lejano, la percepción que todos hemos tenido sobre el modo de manejar la política que hasta ahora venía impuesto a la fuerza , por los Partidos de la vieja  escuela, pero que ha sufrido, a raíz de la llegada y posterior consolidación de Podemos, un fuerte revés que no parece que pueda tener marcha atrás y que abre nuevas vías a una imprescindible negociación entre los partidarios del progreso, sobre todo, por la acuciante necesidad de erradicar los innumerables casos de corrupción que están sacudiendo el país y que tienen como protagonistas principales, a rancios políticos conservadores, que han perdido la credibilidad y el respeto, de cara a próximos comicios.
Hoy no ha sido posible echar a Rajoy, por muchos y variados motivos, pero principalmente porque esta Moción de censura ha pillado a trasmano a un Pedro Sánchez, apenas recuperado de su inimaginable éxito y al que aún queda el mal trago de tener que pasar por un Congreso de ratificación en el que no le quedará otro remedio que volver a cruzarse con los barones y la baronesa que propiciaron su defenestración y a los que va a tener que convencer de que el radicalismo que le atribuyeron no es tal, sino que sólo es una recuperación de su propia ideología, por lo que haber votado a favor de Podemos, bien podría ser considerado por la vieja guardia como una confirmación de las teorías que esgrimieron cuando le arrebataron el poder y que complicaría nuevamente la situación en que se encuentra el socialismo, en estos momentos.
 Pero en las palabras y los gestos de su representante en la tribuna se ha podido leer con claridad que lo hacían porque no les quedaba otro remedio e incluso que se daban las circunstancias óptimas, aunque no se ha dicho explícitamente, para iniciar en breve un acercamiento con los de Iglesias, en pos de conseguir finalmente una unidad de criterio, que pueda desterrar por fin, a la derecha del poder, aunque para ello haya que contar con los votos nacionalistas, de los que tanto abominaban, los partidarios del viejo PSOE,
No servirían los mismos argumentos en el caso del PNV, sobre todo después de haber ayudado a Rajoy en la aprobación de los presupuestos, pero precisamente esa actitud camaleónica, bien podría ser aprovechada, en el supuesto de que se convoque una nueva Moción, sobre todo, si se promete a los vascos algo que pueda ser de su interés, como el acercamiento de presos u otra buena inyección económica que ayude en sus planes a estos negociadores expertos.
Lo importante, es que los síes y las abstenciones que han resultado de la votación sobrepasan los 170  noes que ha obtenido Mariano Rajoy, gracias a la colaboración incondicional de su socio Rivera y que por tanto, le ha debido quedar muy claro que una mayoría parlamentaria reprueba su gestión, vigilando estrechamente sus movimientos y sin tener ninguna voluntad de colaborar en ninguno de los futuros proyectos que pretenda llevar a cabo su gobierno.
Su victoria, no puede ser más inquietante y las arenas movedizas que se deslizan bajo sus pies y el de sus aliados naranja, pueden, si los casos de corrupción continúan aumentando, el problema catalán no se resuelve y la manipulación de la justicia termina por hacerse evidente, terminar por hundirles en un breve plazo de tiempo, otorgando la razón a las tesis de un Pablo Iglesias que   sólo no puede considerarse perdedor, sino que sale muy reforzado como figura política presente, a pesar de que por todos los medios se ha intentado desesperadamente menospreciarle ante los españoles.

Liderar la Moción de censura, sabiendo de antemano que se iba a perder, no ha debido ser nada fácil, pero la valentía de defenderla, prácticamente en soledad y el hecho de poner a los ciudadanos al corriente, punto por punto, de todo lo que ocurre a su alrededor y a su costa,  supone ya en sí, una grandiosa victoria para quién se atrevió y la votación de esta mañana, demuestra con claridad meridiana, quién está totalmente en contra de esa corrupción, quiénes en cierto modo la toleran, mirando de momento hacia otro lado y quiénes son, en gran medida, cómplices de ella, sustentando y me refiero a Ciudadanos, a un gobierno que por sus acciones, resulta ser del todo insostenible.

martes, 13 de junio de 2017

El nacimiento de un estadista


 Hay momentos, en la vida política de un país, en los que todas las previsiones auguradas por los expertos resultan ser invalidadas por circunstancias ajenas a la que sería su propia estimación y se transforman tomando un rumbo diferente al que se esperaba, fluyendo torrencialmente hacia un punto diametralmente opuesto, bien porque los escenarios condicionan los acontecimientos, bien porque los actores principales deciden, por sorpresa, abandonar el guion, creando en directo un discurso que los aparta de la línea que podría considerarse como habitual, cuando se   piensa en ellos.
Puede que para muchos y fundamentalmente para el PP, esta Moción de Censura  que comenzaba a las nueve en punto de esta mañana, con la subida a la tribuna de Irene Montero, fuera tomada hasta ayer mismo con cierta ligereza y hasta  una incomprensible ironía, pero ha bastado el comienzo de la intervención de la portavoz de Podemos y  el tono fresco y desafiante de sus palabras, para demostrar que lo que estaba ocurriendo en el Congreso de los Diputados, no sólo no se trataba de una broma, sino que además había sido minuciosamente estudiado y trabajado, por los de la Formación morada, como después ha quedado en evidencia, a lo largo de toda la mañana.
Le ha tocado a Irene Montero el papel de fiscal y lo ha asumido con un entusiasmo que para sí hubieran querido el defenestrado Moix y algún otro, en el ejercicio de sus funciones, pillando desprevenidos desde el primer momento a los censurados con una toda una avalancha de información y datos que ha incluido hasta 65 nombres de imputados en casos de corrupción, relacionados con el PP, cuestión en la que se ha centrado gran parte de su intervención, en la que sin embargo, se han enumerado además, una a una, toda suerte de irregularidades y presuntos delitos de los que todos hemos tenido conocimiento, llegando a decir que la Sede central de la corrupción estaba situada en Génova 13 y terminando con la exigencia irrenunciable de que se devuelva el dinero robado a los españoles, provocando bastante incomodidad, en la bancada de los populares.
Mucho ha debido ser el impacto provocado por Montero, porque Rajoy se ha apresurado a responderle, a pesar de que se dudaba de que lo hiciera, prácticamente hasta ese momento, pero el argumentario del Presidente, manido hasta la saciedad, ha dado la impresión de haber estado preparado para responder a  una persona distinta y ha sonado como forzado a ser adelantado, a causa de la dureza empleada por quién le precedió en la tribuna.
Careciendo de cualquier atisbo de razón y sin poder negar la evidencia de las pruebas fehacientes de lo que ocurre en su Partido, la retórica de Rajoy, decimonónica, aburrida e inconsistente, no ha podido con la frescura y la espontaneidad del discurso de Montero, hasta el punto de que no le ha quedado otra salida que recurrir  a la archinombrada Venezuela, en un intento desesperado de frenar lo que se le venía encima, irremediablemente.
No esperaba él, encontrar hoy a un Pablo Iglesias absolutamente trasformado, seguramente por la experiencia adquirida y también por haber aprendido de los errores cometidos, muy alejado en las formas del discurso capaz de levantar pasiones y odios, en igual medida y basado, fundamentalmente en defender un programa de gobierno, pensado, analizado, razonado y sobre todo posible y argumentado punto por punto, párrafo a párrafo y cita por cita, que parece haber decidido pasar del ensayo a la actuación, a cuerpo abierto, enfrente de unos ciudadanos que han seguido, a pesar de la hora, su intervención, con interés extremo.
La impresión, ha sido la de haber asistido a un crecimiento personal y profesional de este político, al que todos empezamos a conocer como líder de un movimiento asambleario, que se ha presentado esta mañana ante nosotros, por primera vez, con el empaque y la seriedad necesaria que suelen caracterizar a los grandes hombres de Estado. Durísimo  en el ataque y sin hacer ningún tipo de concesiones al Presidente , pero siempre correcto en las maneras y con las dosis de predisposición precisas, para ceder cortésmente el puesto a cualquier otro candidato, aludiendo veladamente a Pedro Sánchez y hablándole a corazón abierto.
Un poco eslavo de la corrección parlamentaria y dando la impresión de estar esforzándose en todo momento por conseguirla, Iglesias, en su largo discurso, no se ha olvidado de ningún tema, saltando hábilmente de los reproches justificados contra la manera de afrontar los mismos que hasta ahora ha tenido el PP, a ofrecer soluciones posibles para todos y cada uno de ellos, deteniéndose especialmente en el problema del independentismo catalán, cuya solución parece cada vez más lejana, por la actitud personal del Presidente.
Claro, conciso y contundente, pero a la vez, mesurado en las palabras y respetuoso con las formas, Iglesias ha conseguido por fin, a mi parecer, imponerse a esa imagen belicosa que muchos le achacaban como su principal defecto para  llegar al poder, ganando quizá, una serie de adeptos que hasta ahora le rechazaban por su apariencia y que seguramente hoy habrán entendido perfectamente que está del todo preparado para ser Presidente.
Sin apartarse ni un ápice  de su línea ideológica, la lección ofrecida sobre el conocimiento de los problemas del país y su apuesta por otro tipo de soluciones, perfectamente explicadas a lo largo de su intervención, han sido, sencillamente, magistrales.

Aunque se pierda la moción, queda claro que hemos asistido al nacimiento de un estadista.

lunes, 12 de junio de 2017

Noche de vigilia


 En vísperas de la Moción de censura que aguarda a Rajoy, mañana en el Parlamento, las espadas de los dos principales contrincantes, Iglesias y el propio Presidente, han de estar necesariamente en alto, por lo que auguro yo que les aguarda, a ellos y a sus asesores, una larga noche de vigilia,
Tras el lamentable espectáculo ocurrido en la Asamblea de Madrid, por las  gravísimas acusaciones vertidas por el Partido Popular contra los representantes de Podemos y en vista de que los medios, en general, ha recriminado reiteradamente la actitud de los de Cristina Cifuentes, la estrategia de que un buen ataque es más efectivo que la mejor de las defensas, ha quedado absolutamente anulada, por lo que los populares habrán de ingeniárselas, al menos, para recuperar la educación y el buen tono que debe presidir cualquier debate serio que se precie.
Con la abstención del PSOE garantizada, pues el momento que atraviesan los de Sánchez no es el mejor para correr demasiados riesgos, la terrible soledad de Podemos, ante el desarrollo de esta Moción, queda en parte paliada, pues al menos no van a encontrar enfrente a una oposición en bloque votando a favor del Gobierno y con ello, se abre una esperanza de que  el líder socialista se atreva, más adelante, a protagonizar un   trance similar, con ciertas posibilidades de éxito.
Es esta Moción, una cuestión más ética que práctica, aunque la gravedad del momento la justifique plenamente y por ello, se  puede entrever que Iglesias y los suyos no tendrán ningún tipo de reparo en colocar  la carne en el asador, con la intención de convencer a los ciudadanos de que cumplen con el compromiso adquirido en las urnas, al denunciar desde la oposición, toda esta suerte de ilegalidades, corruptelas e irregularidades que se vienen sucediendo rutinariamente a nuestro alrededor y a las que nadie parece dar la importancia real que tienen, a juzgar por la falta de denuncias efectivas que se gestionan desde el Parlamento.
Verán, alguien debe poner a Rajoy, de una vez, entre la espada y la pared ante los ciudadanos, enumerar uno a uno, los incontables casos de corrupción en que se han visto implicados los suyos, referir con el mayor grado de aproximación posible, el montante de lo que se ha hurtado a las arcas públicas y derivado a cuentas personales o societarias, aquí o en el extranjero, afear su descarado intento de manipulación de la justicia y sobre todo, exigirle que se devuelvan las prestaciones de todo tipo que se han ido
sustrayendo a la Sociedad, en forma de Reformas y recortes, no sólo económicos, sino también de derechos fundamentales, como el de la libertad de expresión, que en cierto modo blinda al Partido en el gobierno frente a cualquier conato de protesta.
Y puesto que no es lícito que estas cosas sucedan en el país, sin ningún tipo de consecuencias, el único mecanismo legal que posee la oposición para revelar sin pautas de tiempo, esa verdad que se trata a diario de maquillar, dudando de nuestro nivel de inteligencia, no es otro que esta Moción de Censura que nadie se ha atrevido hasta ahora a presentar, a pesar de que todos los demás partidos saben, igual que Podemos, que es la más justa de cuántas se han dado desde la llegada de la Democracia, por la seriedad de los asuntos a que nos estamos refiriendo.
Consultada la Sociedad, el veredicto ha sido implacable y no admite discusión posible, por su contundencia. Que Iglesias guste como presidenciable o no, es otro tema que daría para varios artículos, pero que suya es la razón en este momento, nadie lo pone en duda.
Muchas veces nos hemos quejado de la distancia real que separa a políticos y ciudadanos y de las fatales consecuencias que esto acarrea para que este país, logre tener un buen funcionamiento.
De nuevo, queda demostrado que ésta es la pura verdad, puesto que a casi ninguno parece importarle que Rajoy siga gobernando, con la que está cayendo.


domingo, 11 de junio de 2017

La voz no silenciada


 Llevaba Ascensión Mendieta, de 91 años de edad, ochenta años sin poder  reencontrarse con Timoteo, el padre que le arrebataron durante la Guerra Civil y que fue fusilado, como otros tantos hombres y mujeres, en Noviembre de 1939  y protagonizando una lucha denodada contra el tiempo, sin quererse marchar hasta no tener la certeza de poder devolver a su progenitor, al que nunca olvidó, la dignidad robada en aquellos años oscuros de niebla y de forzado silencio, en los que a muchos se nos prohibieron hasta los recuerdos y  en los que no pudimos hacer  nada más que luchar en clandestinidad y llorar en la intimidad, a nuestros muertos.
Tuvimos, unos leves momentos de esperanza, cuando se aprobó la Ley de Memoria histórica y se empezaron a levantar las tierras apelmazadas de las fosas comunes ubicadas en cientos de cunetas, momento que se nubló, otra vez, sin remisión, en cuanto Mariano Rajoy tomó las riendas del Gobierno, destrozando las ilusiones de todos aquellos que continuaban sin encontrar a los suyos y entre ellos Ascensión, cuyos ojos empañados de lágrimas, nos hirieron en lo más profundo del corazón, la primera vez que la vimos.
Fue su voz nunca silenciada, salida de ese cuerpo menudo y anciano, con indomable firmeza, un revulsivo para las conciencias de los escépticos y una daga capaz de horadar los sentimientos de los compartíamos su historia, que es la Historia de todos, a la que aún queda un capítulo por cerrar, escrito con la sangre incolora que aún  mana de aquellas heridas abiertas.
Hace sólo unos días, Ascensión ha podido cumplir su sueño y la emoción que la embargaba mientras le confirmaban los forenses que los restos de su padre habían aparecido, por fin, en una fosa de Guadalajara, no era, sino el reflejo de nuestra propia sensación, su alegría, era nuestra alegría y el final feliz de su vida, un colofón de oro, para este guion inacabado, que todos empezamos a escribir, hace ya tanto tiempo.
Las búsquedas, que no han terminado ni terminarán mientras la conciencia colectiva de los españoles no asuma que todo aquello que ocurrió fue un error que jamás debe volver  a repetirse y que vencedores y vencidos de aquella espantosa contienda han de gozar, obligatoriamente, de los mismos e   inalienables derechos, pueden llegar para algunos, sin embargo, demasiado tarde, como ya llegó para otros tantos que murieron, sin haber encontrado a sus seres queridos.
Hay, es verdad, que enterrar los odios y rencores que crecieron como la mala hierba entre nosotros con aquella maldita guerra, pero es imposible olvidar, dar un paso adelante y perdonar, si no se cierran todos los duelos que se produjeron hace ya ochenta años y que siguen sin resolverse.
Y no hay que callar. Ya lo callamos todo mientras la dictadura difamaba, ultrajaba y humillaba nuestro propio nombre y los de nuestros muertos.
Es el nuestro, un grito bronco y desesperado que no reclama más que justicia y la nuestra, una espera que se hace interminable, que mina con su incesante goteo, la paz que precisamos para seguir viviendo.
La tenacidad de Ascensión, la desgarrada lucha que ha protagonizado, sin rendirse, ni a las adversidades, ni a la intolerancia, ni al desprecio, constituye hoy un ejemplo a seguir para todos los que anónimamente continúan aguardando también, el reencuentro.

Por ellos, por ella, por nosotros y porque brille al fin la verdad de lo que pasó con los nuestros, es imposible abandonar, pues dejar de buscar sería, como renunciar a que se reconozca, por fin, el verdadero calado de nuestro sufrimiento.

jueves, 8 de junio de 2017

La incógnita Echeverría


Mientras se celebran las elecciones en el Reino Unido y Corbyn y May se baten en un duro duelo por imponerse el uno sobre el otro, las incógnitas que rodean a la muerte del español Ignacio Echeverría, que trató de defender a una mujer del ataque de los terroristas, permanecen abiertas, convirtiendo su identificación en un calvario para sus familiares,  que en España empieza a recordar a lo ocurrido con las víctimas del Yak 42, cuando las cosas empezaron a torcerse por la negativa de las autoridades a que los allegados pudieran ver los cadáveres que llegaron en ataúdes perfectamente sellados y que se entregaron, como supimos después, de un modo absolutamente arbitrario, produciendo el escándalo que todos, por desgracia, conocemos.
También en Londres, se ha negado durante varios días a la familia, conocer el paradero de Ignacio, alegando que los protocolos ingleses son en todos los casos así, llegando incluso a vetarle la entrada a los hospitales en los que se trataba de curar a los heridos, por si podían identificar   entre ellos a este muchacho, antes de conocerse que había muerto.
Por lo increíble que resulta que en una ciudad como Lóndres y siendo ocho los muertos, que nadie haya podido averiguar con más presteza la identidad del joven español, resulta bastante insólito lo que se ha tardado en asumir su fallecimiento y no es de extrañar que la gente haya empezado a preguntarse si se no se está ocultando información, fundamentalmente porque en este país ya se tiene la experiencia de que estando tan próximo un proceso electoral, ciertas noticias pueden afectar gravemente a los resultados que se obtengan y que cierta clase política sería capaz de cualquier cosa, con tal de que eso no ocurriera.
Verdad es que la familia ha aparecido esta mañana ante los medios, visiblemente emocionada porque quince minutos después iban a poder estar, al fin, ante el cadáver de su hijo y hermano y que el aura de  héroe anónimo que se ha tejido sobre la figura del español, en cierto modo, podría paliar la terrible noticia de su trágica muerte.
Pero no se puede olvidar que también a las víctimas del yak 42 se les rindió un improvisado homenaje a su llegada a suelo español y que sólo la sospecha de los familiares sobre el funcionamiento de los protocolos establecidos, hizo, después de muchos años de lucha, que pudiera llegarse a la verdad, por lo que quizá habría que aprender sinceramente de su experiencia y reclamar una segunda autopsia de Echeverría, en cuanto el cuerpo se encuentre en España.
La narración de lo que ha ocurrido con este joven español, no ha quedado en absoluto establecida y los medios han alertado de que esta mañana se había producido una fuerte discusión entre los familiares y el juez, que no parecía dispuesto a dar vía libre al traslado del cadáver, al menos hasta el sábado, a pesar de que las labores forenses han debido concluir y su condición de víctima impone acortar a sus seres queridos, el periodo de inmenso dolor que deben estar viviendo.
Puede que de verdad no ocurra nada  y esta víctima inocente del terror sea únicamente uno más de los que se dejaron la vida en las calles de Londres, a manos de un fanatismo incomprensible, pero el derecho de su familia y de los ciudadanos a conocer exactamente lo que ocurrió, resulta ser inalienable y por lo tanto, exigible a quiénes corresponda, sean españoles o ingleses.
Recopilando, la lentitud en la identificación, la negativa a la entrada de la familia en los hospitales y el inaceptable retraso en entregar el cuerpo, constituyen motivos suficientes para que el gobierno español exija a los británicos una explicación.

Y pasadas experiencias, nos dicen que debieran hacerlo.

miércoles, 7 de junio de 2017

A euro, a euro!


 No sabía yo que las estrategias de venta utilizadas en los mercadillos de barrio, con sus ofertas  escritas sobre un papel de estraza y sujetas por  medio de una pinza de plástico, a los hierros que forman los entramados de los tenderetes, se hubiera convertido en  objeto de estudio para los mayores accionistas de la Banca española y menos aún, que estas técnicas pudieran llegar a ser aplicadas, literalmente, por los sesudos economistas que deben formar los equipos de asesores que gestionan los intereses de los principales banqueros, pudiendo proporcionarles toda una estructura que hasta ahora era propiedad de alguno de sus oponentes, al mismo precio, pongamos, que unas bragas.
Pero he aquí que esta mañana nos hemos levantado con una noticia que corrobora tal afirmación y que no es otra que la adquisición por parte del Santander, del Banco Popular, que ha sido vendido por el significativo precio de un euro, después de varios días en los que ya se evidenciaba su caída en desgracia, aunque esta vez, dicen los expertos, que su rescate no nos va a costar nada a los ciudadanos.
En esto del mundo de la Banca, al igual que ocurre con los negocios de las eléctricas, del gas o del agua, se da la curiosa circunstancia de que a pesar  que somos los primordiales consumidores de lo que producen y por tanto, los principales productores de los beneficios que obtienen, nunca nos ha quedado nada claro su funcionamiento y sólo sabemos con certeza, hasta ahora, que cada vez que se habla a gran escala de una operación de rescate de este tipo, nuestros intereses económicos acaban por verse gravemente afectados, pues las promesas de políticos, banqueros, economistas de gran prestigio o Presidentes de ciertas entidades, termina por llevárselas el viento y nuestra contribución a su causa se va reflejando mensualmente en las oscuras facturas que de su parte, recibimos, ya sea en forma de ininteligibles conceptos o de curiosas comisiones.
No es la primera vez que en este país nuestro se compran negocios ruinosos por un precio ridículo, para evitar la vergüenza  de tener que declarar la bancarrota, aunque esta vez, se da la circunstancia de que el traspaso de poderes se produce entre entidades privadas, por lo que mucho nos tememos, que además de las pérdidas que sufran los accionistas, en este caso del Popular, pueda producirse en breve un despido masivo de trabajadores, pues no tiene el Santander una capacidad de realojo que permita mantener intactas las plantillas de las sucursales adquiridas en todo el territorio patrio.
Tampoco ha quedado muy claro qué pasará con los depósitos de los clientes, a los que algo sí que debe garantizar ese fondo creado para estos casos, pero que nunca suele funcionar, ni cuál es, seguro que lo hay, el agujero que dejan los que se embolsan el euro, fruto de esta venta, que más que una aperción bancaria de calado, parece una tomadura de pelo, maquiavélicamente urdida para engañar al personal, pues de otro modo, cualquiera de nosotros hubiera podido pujar un poco más alto, con tal de ser, aunque fuera por un momento, dueño de todo un señor Banco.
Pero estas cosas, que sólo vienen sucediendo aquí desde que el PP llegara al poder en 2011 y nos pusiera al tanto de la desastrosa herencia que nos había dejado Zapatero, y que el mismo gobierno ha practicado en alguna ocasión, deshaciéndose a precio de saldo de aeropuertos y autopistas o comprando   Bancos considerados malos, para después sanearlos con nuestra ayuda inestimable, suelen esconder, además de los efectos colaterales que producen, oscuras historias de tarjetas black, pensiones millonarias para sus ex consejeros y hasta evasiones de capitales a paraísos fiscales que no terminan de aclararse nunca, por mucho empeño que pongan en ello, los encargados de administrar justicia.
Por eso, cabe preguntarse por qué razón interesa a este gobierno nuestro que operaciones de este tipo continúen  realizándose, sin hacer ningún tipo de averiguaciones sobre lo que se cuece en la trastienda o si se hacen, por qué se oculta a los ciudadanos  las verdaderas razones por las que innumerables entidades bancarias han fracasado tan estrepitosamente en los últimos años y quiénes han sido, en realidad, los responsables de su hundimiento.
Habrá pues que esperar a que la prensa indague sobre lo acontecido en el Banco Popular y a que nos ofrezca un relato convincente de la situación, poniendo nombres y apellidos, que seguramente ya nos resultarán familiares, a los sufridos contribuyentes, a los que el sistema exige funcionar, obligatoriamente, a través de los bancos.
Entretanto, Ana Patricia Botín, exhibe ante todos el artículo conseguido en estas curiosas rebajas y aumenta con ello, su imperio y su influencia en ese poder en la sombra del que nadie quiere hablar, pero que para nuestra desgracia, maneja nuestras vidas y la de nuestros descendientes.
Un banco, por un euro. Estén atentos, por si surgen nuevas ofertas. 


martes, 6 de junio de 2017

Cosas de casa



A sólo unos días de la celebración de la Moción de Censura planteada por Podemos y con el Partido Popular poniendo obstáculos a la Comisión de investigación sobre su financiación ilegal en el Congreso, nos trae la tarde un nuevo sobresalto, esta vez desde Notre Dame, en Paris, dónde un hombre armado con un martillo ha intentado agredir a un policía, siendo detenido después, pero habiendo causado un momento de pánico.
Todo apunta a que la llegada del verano y las vacaciones, que suelen atraer a un gran número de turistas a las grandes ciudades europeas pudiera convertirse en una época propicia para actuar, desde el punto de vista de los terroristas y que esta suposición será seguramente motivo suficiente para que muchos de los viajeros renuncien a sus planes de ocio, haciendo mella en un sector de enorme importancia que mueve millones en los países de la Comunidad, sobre todo porque no hay visos de que el problema vaya a solucionarse en breve, como todos estamos viendo.
Que el miedo nos complique la vida de este modo y que continúen sucediendo a nuestro alrededor acciones del enorme calado de las que estamos viviendo, supone en sí, un triunfo tácito para las aspiraciones de los islamistas y por ello, quizá sería bueno intentar sobreponerse al dolor y optar por continuar con la vida, tal como lo tuviéremos previsto.
Ayer mismo, hablábamos de que existen otras opciones para combatir esta plaga de nuestro siglo y no quisiera yo ahondar hoy más en el tema, por no ofrecer ningún tipo de publicidad a nadie que predique la violencia, por lo esta tarde de Junio, prefiero volver a casa, para centrarme en la importancia real que va a tener para los ciudadanos esa Moción de Censura, tan denostada por la clase política, en la que por fin podremos oír enumerados uno a uno, desde la tribuna del Congreso, todos los casos de corrupción e irregularidades cometidas por miembros del PP, se atreva o no el Presidente a responder personalmente y a pesar de la hora impuesta por la Presidenta  Ana Pastor para el comienzo del acto, las nueve de la mañana, en la que una buena parte de la gente estará trabajando, aunque ya se encargarán los medios de comunicación y sobre todo la red, de que lo que allí se diga, pueda llegar a todo el mundo.
Aterrorizados por todo lo que se les  viene encima, Comisión de investigación, Moción de Censura y declaración presencial de Rajoy en la sala del caso Gurtel, los populares no han tardado nada en recurrir a la archiconocida teoría de la conspiración que utilizan cada vez que se encuentran en un grave aprieto y Rafael Hernando, retomando ante los medios las mismas palabras que ya hemos oído en tantas ocasiones sobre asuntos que después han resultado ser del todo ciertos, nos ha parecido esta mañana, francamente esperpéntico.
Sin poder escapar ilesos de la terrible realidad que les asfixia, los conservadores se refugian en el Senado, como único bastión que les queda, del que fuera su poder pasado, sin entender que la opinión de esta Cámara, que para una gran mayoría de los ciudadanos debiera haber desaparecido hace ya tiempo, no tiene ningún valor y que el centro político del país está en esos escaños que ocupan los diputados en el Congreso, dónde ya ni gozan de mayoría absoluta, ni de buena reputación, como seguramente quedará demostrado ampliamente, después del día 13.
Puede que estén gobernando el país e incluso que si la Moción fracasa, como se prevé, lo sigan haciendo, pero no les quedará otro remedio que aprender la lección de que están siendo estrechamente vigilados en todas las acciones que cometen y sobre  todo, que ya nada volverá a ser lo mismo ni para Rajoy, ni para los suyos, pues con toda probabilidad, la reacción de la sociedad dará un empujón definitivo a Iglesias, que quedará en la memoria general como el único que se atrevió a desafiar con valentía y con todos los medios legales a su alcance, la tiránica manera de gobernar del PP, sin censuras ni medias verdades que maquillen la gravedad del momento.
Muy pendientes estaremos también de las reacciones los otros Partidos políticos. Cuando uno se enfrenta a la verdad y la niega o trata de ignorarla, escudándose en vanos argumentos que carecen todo sentido, está, en cierto modo, traicionando deliberadamente a todos los que confiaron en él y en este caso particular, dejando pasar la oportunidad de cambiar todo aquello que afecta de manera tan negativa al funcionamiento de las instituciones y al bienestar general de la ciudadanía.
Por eso, no es importante ganar o perder la moción, como algunos se piensan, ni tampoco si Iglesias se atreve o no a postularse como Presidente.

Este es un momento en el que el retrato de cada uno de los Partidos que forma que  nuestro Parlamento, va a quedar perfectamente  definido ante la Sociedad y llegará el día en que pase factura a todos y cada uno de ellos, pues la gente, cuya inteligencia suele menospreciarse con tanta alegría, ni olvida, ni perdona.