jueves, 28 de junio de 2012

El camino de la miseria


Finalmente, el PP consigue aprobar su nefasta Reforma Laboral en el Congreso, contando como no podía ser de otra manera, con los votos de sus correligionarios conservadores de CIU y da paso libre a una nueva forma de esclavitud, que deja los derechos laborales al nivel de hace cincuenta años.

A partir de ahora, y dentro de la estricta legalidad implantada por esta derecha que nos gobierna, los trabajadores españoles podrán ser despedidos sin móvil concreto, podrán ser obligados a trasladar su destino si la empresa así lo decide y habrán de acatar sumisamente la voluntad de quien los contrata, aceptando reducciones de jornada o macro horarios, si se dan las circunstancias para ello, salarios asiáticos, y siempre con la espada del desempleo oscilando amenazadora sobre la fragilidad de sus nucas.

Con un descaro estremecedor, aún tienen la osadía de decir que las medidas se toman en aras de un mayor crecimiento, mientras la situación económica del País empeora su gravedad convirtiéndolo en un enfermo agónico que recorre con pasos agigantados el camino de la miseria.

La mayoría absoluta con que cuenta el Partido Popular en el Parlamento, no da opción para una oposición rotunda de los otros grupos políticos, lo que deja a los ciudadanos en una indefensión total, ante el mayor ataque masivo que contra la clase trabajadora se haya cometido en la Nación, superando incluso las injusticias que recordamos, en los oscuros años de la Dictadura.

Abierta la puerta del despido libre, pronto p0odremos comprobar la facilidad que se les ha dado a los empresarios para dar cerrojazo a todos los negocios que no alcancen los rendimientos previstos por ellos, que en lugar de conformarse con una obtención menor de beneficios, pretenden sacar más rendimiento económico del sudor de sus empleados, como viene siendo costumbre, en este país de pícaros en el que nos ha tocado nacer.

La amenaza de los empleos de cuatrocientos euros ya se cierne implacable sobre los operarios de muchísimas empresas, que preparan a marchas forzadas un cambio de la jornada completa por otra reducida, apelando a que los estragos de la crisis no les deja otra salida, si se quieren evitar los despidos.

A la cabeza de estas entidades se encuentran todas aquellas relacionadas con temas sociales, en la mayoría de los casos subcontratadas por los gobiernos autonómicos, y que han perdido gran parte de las subvenciones que hacían de ellas negocios más que rentables, sin que importara realmente, ahora lo sabemos, si cumplían o no una función para con los más necesitados, que son precisamente los más tocados por el devenir de estos acontecimientos, provocados fundamentalmente por la feroz avaricia de una Banca en quiebra.

El espejismo que pone esta reforma ante los ojos de los jóvenes, morirá como la carroza de Cenicienta en cuanto traspasen la barrera de los treinta años, ya que cuando superen esa edad, la impiedad de los contratadotes no tendrá ningún rubor en cambiarlos por otros individuos menos maduros, con los que volver a aprovecharse de las ventajas aportadas por el Estado, tanto económicas, como en lo relacionado con el pago a la Seguridad social, asumido por las arcas públicas precisamente, hasta ese preciso momento.

Los socios catalanes, que son los únicos que han apoyado sin reservas la aprobación de la Ley, dejan abierta la incógnita del precio que habrá de pagar el gobierno central por una colaboración que resulta bastante extraña para los que recordamos con claridad los muchos enfrentamientos habidos por cuestiones relacionadas con la defensa a ultranza de su catalanidad, que tánto molestaba y molesta al reconocido españolismo de Rajoy y los suyos.

Ahora cada cual se encuentra exactamente en la posición que de ellos se esperaba y han pasado los tiempos de crear confusión en los votantes, vistiendo disfraces de preocupación por las clases humildes, en un alarde de inusitado populismo.

Los compañeros de pensamiento vuelven a unirse en la defensa de su doctrina y la derecha demuestra una vez más, que nunca hará nada por mejorar la situación de los trabajadores y mucho por conservar los privilegios de aquellos a los que pertenecen.

De repente se han olvidado las fronteras y las discusiones se limitan al color de las banderas que ondean en los organismos oficiales y al uso de las lenguas que cada cual considera como suya, pero no hay diferencia en las agresiones que se proponen contra los pueblos, ni espíritu de lucha para favorecer a los humildes, como sería la obligación de cualquier gobernante comprometido seriamente con el bienestar de su País.

Los nefastos efectos de esta Reforma empezarán a ser sufridos por multitud de ciudadanos a partir de mañana y aún no ha terminado la carrera de fondo emprendida por nuestros políticos para satisfacer las presiones que les llegan desde la severísima Europa.

Debiéramos pensar razonadamente y en justicia, en ir organizando una multitudinaria respuesta, o empezar a despedirnos de una fase de nuestras vidas que no volveremos a disfrutar jamás, de permanecer impasibles.





miércoles, 27 de junio de 2012

Cigarrillos para un Casino




A Esperanza Aguirre se le empiezan a reflejar en las pupilas las eses del dinero y hace el cuento de la lechera con la idea de ganar la batalla a sus odiados catalanes, consiguiendo que el Complejo Las Vegas se ubique en el Madrid que dirige con mano de hierro y se ofrece amablemente a derogar la Ley del Tabaco, para todos aquellos que se decidan a visitarlo, como si la salud de los jugadores tuviera, en realidad, menos importancia que la del resto de los sufridos mortales.

Acude solícita en su ayuda la Señora Botella, reclamando un lugar para los apestados fumadores en los sitios de ocio, intentando demostrar que la severidad de la ley, tal vez, estaba pasada de rosca, ahora que nos habíamos acostumbrado a los rigores del invierno en las esquinas de los bares y restaurantes.

En vista de lo que está sucediendo con la sanidad y con esto de que habremos de pagar el precio completo de los medicamentos que veníamos utilizando de toda la vida, bien es verdad que poco importa si unos cuantos pobres más se mueren a consecuencia de los cigarrillos, o si los empleados de la hostelería vuelven a convertirse en fumadores pasivos, con tal de que algún que otro negocio levante el vuelo, y produzca jugosos ingresos en las arcas municipales, tan mermadas por la mala gestión de Presidenta y Alcaldesa.

Antes, nadie hizo caso a que los fumadores nos sintiéramos especialmente perseguidos, ni a que mientras se discutía la Ley reclamáramos el derecho de que existieran lugares en los que seguir practicando nuestro espantosos vicio, ni se oyeron las justas reclamaciones de los dueños de negocios hosteleros que habían invertido sólo dos años atrás, en acondicionar sus locales, dividiéndolos en parcelas en las que cupiera todo el mundo.

Poco se hablaba entonces de la hipocresía que representa que sea el estado quién fabrique el veneno que se nos prohíbe consumir para nuestro bienestar y que encima lo grave con jugosos impuestos que revierten directamente en la Hacienda Pública, sometiendo el producto a escandalosas subidas cada vez que se necesita dinero, y sin tener que dar explicaciones de los abusos que con nosotros se comete.

Ha bastado con que aparezca este moderno Mr. Marshall, con los bolsillos bien repletos de dólares, euros o quién sabe qué tipo de divisas, para que de repente, la fastidiosa Ley del Tabaco pueda modificarse y hasta puede que se nos vuelva a permitir el placer del cigarrillo, después de una buena comida en cualquier restaurante.

Artur Mas, que de momento no se ha pronunciado sobre el asunto, no tardará tampoco mucho en transigir con las exigencias del americano, ya que si no lo hace, perdería toda posibilidad de llevarse el gato al agua en tan jugoso negocio y la oportunidad de dar a su enemiga Aguirre una lección de catalanidad, de esas que no se olvidan en toda una vida.

De todos modos, los españoles, fumadores o no, nos hemos convertido en meros instrumentos en manos de esta clase política, a la que lo único que verdaderamente le importan son las cifras que se generen para su propio bienestar.

Aún nos queda por ver a Aguirre, Botella y Más, esperando al benefactor de las apuestas con un puro en la boca cada uno. Para entonces, hasta puede que les parezca que la situación de Cuba no era tan mala como se han encargado de publicar, por activa y por pasiva, desde hace tantos años. Cosas más raras se han visto.







martes, 26 de junio de 2012

Por una ley contra la falsedad




Se está haciendo imprescindible tomar alguna medida legal, que sancione la descarada manera de mentir al pueblo que tienen los políticos.

La costumbre de aparecer ante los informadores negando por activa y por pasiva la implantación de medidas que más tarde se adoptan, en su sentido más contundente, se ha convertido en algo habitual para nuestros gobernantes y se repite prácticamente a diario, si las cuestiones que se tratan pueden acabar por resultar impopulares y aún más, cuando afectan a la economía de todos los españoles.

Hace unos días, oímos y vimos a Rajoy y a su Ministro De Guindos afirmar con una rotundidad casi chocante que el rescate solicitado a Europa sería competencia, única y exclusivamente de la Banca. En las mismas ruedas de prensa, ambos aseguraron con la misma contundencia, que de ningún modo entraba en sus planes una subida del IVA, ni volver a rebajar los sueldos de los funcionarios, ni, por supuesto, tocar las pensiones, como se venía rumoreando.

Pero he aquí que el “guerrero invisible” ha debido aprovechar su tiempo dedicado a la reflexión para concluir que resulta del todo impensable que la Banca española, dada su condición de inestabilidad caótica, pueda de ningún modo responder al pago de la deuda contraída y hoy nos despertamos con la esperada noticia, de que no sólo se subirá el IVA en los próximos días, sino que además lo hará en los productos de primera necesidad que gozaban de un canon reducido, incrementándolo, en algunos casos, hasta en un 10%,

Por si alguien no sabe exactamente a qué productos nos estamos refiriendo, aclararé que a todos aquellos relacionados con la alimentación, los transportes de todo tipo, la hostelería, y también en los impuestos relacionados con la compra de viviendas, además de retirar de los recetarios de la Seguridad Social, cuatrocientos medicamentos de uso común y que habrán de ser costeados por los contribuyentes.

Esto quiere decir que a partir de ahora, llenar la cesta de la compra se convertirá en un reto de difícil superación para un nutridísimo grupo de españoles, para los que ya resultaba suficientemente embarazoso llegar a fin de mes y que se encontrarán, además, con que subir al autobús les resulta más caro, o que en su declaración de la Renta no podrán desgravar por la hipoteca que tienen pendiente.

Si la Ley reclamada al principio existiera, se podrían exigir responsabilidades directas a los que hace tan sólo unas semanas volvieron a practicar con el pueblo la estrategia de la mentira, ya que como estamos a punto de comprobar en carne propia, la deuda del rescate va a ser devuelta en su totalidad, por los mismos ciudadanos que desde el principio de esta crisis se han visto asaltados periódicamente en su modesto estado de bienestar, por unos gobernantes sin corazón, que además se complacen con intentar ocultar la crudeza de unos hechos, que al final se acaban descubriendo, cuando la proximidad de la pobreza se hace para nosotros cada vez más inminente.

Y mientras tanto, ya llegan noticias de anónimos que tratan de acogerse a la Amnistía Fiscal promulgada por el PP, sobre todo desde la Comunidad Valenciana, como no podía ser de otra manera, y cuyos nombres son escrupulosamente protegidos por el Estado, probablemente para evitar un levantamiento popular que proclame la injusticia de semejantes entuertos.

Y el Presidente ya ha anunciado su asistencia a los partidos de fútbol que falten a la selección española hasta finalizar la Eurocopa, por supuesto sin aclarar quién se hará cargo de las facturas que se devengan de estos fastos y con la desfachatez de decir que va a apoyar a los jugadores, en lugar de apoyar a todos los españoles, a los que está llevando con su manera de gobernar, a las mismas puertas de la ruina.



lunes, 25 de junio de 2012

Absurda disciplina de Partido


Anuncia María Dolores de Cospedal la decisión de expedientar al senador por León, Juan Morano, por votar a favor de las ayudas al carbón en la Ley de presupuestos, rompiendo la disciplina de partido, además de tener que abonar una multa por el mismo concepto.

Está claro que los problemas de la minería, que tienen en pie de guerra a los trabajadores del sector, no se contemplan con los mismos ojos desde los lugares en los que se encuentran las cuencas, que desde los cómodos sillones de Madrid, dónde parece considerarse una falta grave atender a un problema de conciencia, cuando choca diametralmente con una directriz impuesta por el partido a sus militantes, tánto como para ser considerada motivo de sanción.

Ya decíamos el otro día que en Europa se considera el carbón una fuente de energía ciertamente obsoleta y que se busca el objetivo final de un cierre paulatino de los pozos en los que miles de familias españoles tienen su única fuente de ingresos y los populares, aunque no lo dicen, han visto una manera de cumplir con esta meta, negando las ayudas que el sector venía recibiendo hasta ahora, sin atreverse a dar carpetazo a una cuestión que les tiene enfrentados con los mineros que marchan en este momento hacia la Capital, en justa reivindicación de su derecho al trabajo.

Más de una voz en el seno de la formación conservadora, ha mostrado a las claras su disconformidad con estas medidas, seguramente por una proximidad geográfica que les identifica con la suerte que correrán estas familias, y han apoyado las acciones llevadas a cabo en el gremio, uniéndose a los encierros o a las huelgas, y haciendo comentarios a la prensa que criticaban con dureza las propuestas de su propia formación, probablemente convencidos de estar haciendo lo correcto.

Estas opiniones personales no han gustado nada a las élites populares, que se han apresurado a incoar expedientes contra quienes se han atrevido a disentir, como si fuera delito desobedecer la voz de un amo que ni siquiera se trata del Presidente del Gobierno, ya que en este caso se sabe certeramente, que el futuro de la minería española se encuentra en una cuerda floja que Europa se está encargando de destensar, hasta que al final, se acabe rompiendo.

El expedientado en cuestión, ya ha manifestado que por su edad y condición, sabe perfectamente lo que hace y que no piensa permitir injerencias en su manera de pensar, ya que le parece que de este modo, se está minando su libertad de expresión, a la que tiene derecho como ciudadano de un país democrático.

Y es evidente que tiene razón, pero el aparato político de cualquier partido, y en este caso del Popular, seguramente no está dispuesto a consentir cismas internos que puedan poner en peligro sus relaciones con los que mandan en la Comunidad, y menos aún en el delicado momento en que el montante del rescate aún no se encuentra en manos españolas, siendo por tanto observados con lupa nuestros movimientos, por si acaso no resultásemos merecedores de tan apetitoso “regalo”.

Poco importan desde luego a los valientes mineros españoles y a todo aquel que apoya su batalla, estos entresijos de la macroeconomía que se traen entre manos los políticos durante el fatídico desarrollo de esta crisis y menos aún, si al Partido Popular le conviene o no que sus militantes anden mezclados con luchas que probablemente, parecen más propias de la izquierda, pero es seguro que si la sanción contra el senador por León es llevada a la práctica, será entendida como una medida represiva más por quienes en este momento se encuentran en plena reivindicación de sus derechos.

Por eso quizá sería conveniente respetar las opiniones de las personas cuando su conciencia no les permite aceptar según qué disciplinas, en lugar de rizar el rizo con expedientes sancionadores que podrían dejar al descubierto una cierta inclinación a la tiranía.

O tal vez convendría emplear parte de los presupuestos en viajar a los sitios donde se vive la tragedia y confraternizar con los afectados por las medidas que se están tomando, para tomar conciencia de cuál es verdaderamente la raíz del problema y estudiar si puede haber otra alternativa menos drástica que lo solucione, sin pasar por el drama del despido que deje sin futuro a más españoles aún de los que ya tenemos.









domingo, 24 de junio de 2012

Una nueva "conspiración"


Si Aznar hubiera oído el clamor popular que se manifestaba en las calles en contra de la guerra de Irak y no hubiera mentido sobre la autoría de los atentados de Madrid, sin duda nunca habría perdido las elecciones de 2004.

Pero prefirió formar parte de las fotos de las Azores, e inventar oscuras conspiraciones en contra de su faraónica figura, prestando una inusitada atención a los vientos bélicos que llegaban de Washington y creyendo en armas de destrucción masiva que nunca existieron, sin atender la voz popular que se declaraba abiertamente en contra de su postura y que ya temía una reacción islamista de nefastos resultados.

Rajoy no parece haber aprendido nada de aquella experiencia y sigue permitiendo que su partido vuelva a ampararse en la teoría del complot, cada vez que un suceso salpica de manera deshonrosa a alguno de sus correligionarios, a la vez que recae en el gravísimo error de ignorar la disconformidad popular con sus medidas, ocultándose en la penumbra de la ausencia, como si el País estuviera siendo gobernado por un personaje invisible y no mereciera siquiera la cortesía de una explicación, en asuntos de indudable trascendencia que afectan al conjunto de sus ciudadanos.

Retorna la idea de una maquiavélica maniobra en el caso Dívar, apoyada en su totalidad por toda la prensa afín al Partido Conservador, que exige ahora un trato igualitario que nadie niega, para los demás miembros del CGPJ, entre los que-dicen- es habitual generar esta serie de gastos a cargo del Estado, sin que hasta ahora se haya dado en investigar en qué invierten sus señorías lo que se les asigna por ley, tal y como se ha hecho con el Juez dimisionario.

Pero ni hoy ni entonces ha podido probarse la maquinación adjudicándola a persona o personas que hubieran incurrido en este delito y los rumores de su existencia no han sido ni son mas que una forma de tapar el verdadero meollo de la cuestión que se trata, intentando que no salpique de lleno, con su verdad, a la formación que gobierna sin querer admitir una sola mancha en su más que cuestionable trayectoria.

Porque aunque la anestesia futbolera se está encargando de minimizar los auténticos y graves problemas que atañen al pueblo español, nunca viene mal aderezar lo que sucede con intrigas dignas de ser investigadas por el CSI, sugiriendo sin nombrar a nadie, la participación del principal partido de la oposición en los hechos, en este caso como venganza por la insidia cometida contra Garzón, aunque olvidando que el malogrado juez, tampoco debe ser santo de la devoción de los socialistas, ya que destapó el caso Gal y llevó a prisión a Vera y al entonces Ministro, Barrionuevo.

Y el Presidente mientras, anulando la celebración del Debate del Estado de la Nación, premiando la ineficacia de la Banca con un rescate que para sí quisieran todos los dueños de los negocios que han fracasado a consecuencia de la crisis, viajando a Polonia para apoyar a la selección española, y negando la indignación de los trabajadores con la Reforma Laboral que ha implantado, en acto de sumisión total a las directrices que se le envían desde una Europa, inflexible con cualquier opinión que contradiga su feroz neo capitalista.

Si la invención y la manipulación fueran constitutivas de delito, podría decirse sin temor a error, que el Partido Popular encabezaría la lista de los imputados por esa causa y sin embargo, tampoco tiene la valentía de demostrar un apoyo feroz a quienes desde sus filas se consideran inocentes y han cobrado afición a abandonar a los pies de los caballos a todo aquel que por el motivo que fuere, pudiera manchar de algún modo el mito inexistente de la transparencia que tratan de inculcar a unos españoles más cultos de lo que ellos se piensan.

Si el señor Dívar debe agradecer a alguien que se haya forzado su dimisión, ha de ser desde luego, a sus compañeros de pensamiento, que no atreviéndose a que fuera admitida la querella contra él, dándole así la oportunidad de probar su inocencia, han permitido impertérritos que salga por la puerta de atrás, con un halo de culpabilidad que le acompañará de por vida.

Ahora, durante algún tiempo, tendremos que oír a los enfáticos tertulianos afines al PP, barajar la nueva conspiración y pedir reiterativamente que se escarbe en los gastos de quien denunció al Juez, mirando con lupa sus actividades rutinarias.

Para ellos, parece, ha perdido totalmente su importancia la situación económica del país y quién tendrá que hacerse cargo, en la medida en que se le imponga, de la devolución de un rescate que, en `principio, debiera ser asumido únicamente por la banca.

Pero el señor Rajoy, no sólo debiera escuchar a los que le bailan el agua, otorgándole una razón que no tiene, en su manera de afrontar el gobierno de este País.

Un buen gobernante, si es que aún quedan, se debe fundamentalmente, a lo que dicta la opinión de su pueblo. Sólo le bastaría mirar atrás para entenderlo, como probablemente comprobó en carne propia Aznar, sin que haya podido olvidarlo nunca desde entonces.











jueves, 21 de junio de 2012

En nombre del pueblo español




Al pueblo español no le sirve la dimisión de Dívar como Presidente del Consejo General del Poder Judicial, sabiendo como sabe, que se ha producido de una manera forzada y a regañadientes.

Tampoco le sirven las palabras de Alberto Ruiz Gallardón, Ministro de Justicia, instando a mirar hacia adelante para tratar de recuperar la credibilidad de los Jueces.

El pueblo español está harto de simular que mira hacia otro lado cuando se producen esta suerte de hechos y calla, porque sabe que tiene la batalla perdida, si trata de exigir que en lugar de la dimisión, se esclarezcan los hechos que la motivaron y se pidan las responsabilidades que hubieren lugar a su protagonista, en la misma medida en que se haría con cualquier hijo de vecino, de quien se sospechara una malversación de caudales públicos, sobre todo si no detentara cargo político alguno y se tratara, por ejemplo, de un intento de fraude en su declaración de la renta.

Al pueblo español no le enternece saber que Dívar es el primero de los presidentes del CGPJ que dimite, ni le conmueve que se vea forzado a pedir la jubilación tras el abandono de su cargo.

Al pueblo español lo que de verdad le interesa es saber la verdad sobre sus viajes de lujo a Marbella y conocer exactamente de dónde salieron los caudales que los costearon, aunque las querellas presentadas hayan sido desestimadas, como si esto fuera algo natural que podría estar sucediendo todos los días, cuando se habla de gente que pertenece a esas instancias.

El pueblos español no quiere mirar hacia adelante, sino hacia atrás, y que alguien le cuente con toda suerte de detalles, todos y cada uno de los asuntos de corrupción que se han producido en el país durante los últimos tiempos, con los nombres y apellidos de sus protagonistas y la cifra exacta que se baraja en cada uno de ellos y que quizá puede ser bastante próxima a la que ha pedido nuestro presidente para el supuesto rescate de la Banca, porque, naturalmente, no ha sido devuelta a las arcas del Estado, ni nadie cumple pena por los delitos cometidos.

El pueblo español no ha minado la imagen de los jueces, ni ha firmado sentencias absolutorias en casos flagrantes, poniendo en la calle a los acusados, o aceptando su libertad condicional a cambio de sumas millonarias, cuya procedencia no se ha dado en investigar en ningún momento.

El pueblo español se encuentra en un punto de cansancio, en el que ni siquiera se atreve a denunciar ciertas leyes impuestas, que podrían rayar claramente la inconstitucionalidad, porque está seguro de que sus denuncias ni siquiera serían admitidas a trámite, en un aparato judicial que no brilla, precisamente, por su objetividad a la hora de juzgar según qué clase de delitos.

La fama de que gozan actualmente sus señorías, ha sido ganada a pulso por su manera de actuar y sobre todo por su afición a una interpretación de las leyes que con demasiada frecuencia, resta importancia al quebrantamiento que de las mismas suelen hacer los cargos públicos, dando como por sentado, que estos fenómenos son casi naturales y que hay que aprender a convivir con ellos.

Haría bien el señor Gallardón en acudir a las hemerotecas para estudiar con ahínco las innumerables historias de esta clase que se encuentran reflejadas en las páginas de todos los periódicos, y cotejar después si puede ser motivo de alegría para el pueblo español, al que supuestamente representa, que casos de gravísimo calado hayan sido resueltos siempre a favor de los encausados, como si no fueran por todos conocidos los hechos que han dado lugar a que se llevara a juicio a este tipo de gente.

Así pues, la dimisión de Dívar, no supone para el pueblo español más que otro nombre a sumar a la larga lista de casos sin esclarecer de los que se tienen noticias y un nuevo motivo para aumentar la desconfianza que ya tiene en el funcionamiento de una justicia que necesita, esa sí, una urgente revolución que cambie radicalmente el rumbo que ahora lleva, si no quiere acabar convirtiéndose en un fantoche, incapaz de provocar otra cosa que risa.



miércoles, 20 de junio de 2012

La lucha de los mineros


Tradicionalmente, el sector de la minería ha solido encontrarse a la cabeza de muchos de los logros sociales y laborales conseguidos en los últimos siglos.

Con frecuencia se asocia a los mineros con una clase de hombres curtidos en las profundidades de la tierra, a los que difícilmente se puede manipular cuando se deciden a emprender una lucha por sus reivindicaciones y capaces de mantener, siempre que ha sido necesario, periodos de huelga generalmente largos, apoyados por la solidez de unos sindicatos insobornables y la solidaridad de unas familias dispuestas a secundar sus reivindicaciones, sin rendirse jamás.

Desde Europa, se contempla actualmente la minería como una fuente de energía decididamente obsoleta y en los últimos tiempos, se han ido cerrando pozos con cierta periodicidad, lo que hace temer por la continuidad de un sector, claramente derrotado por las nuevas formas renovables, tan en auge entre cualquier gobierno moderno que se precie.

Pero los trabajadores que ven amenazados sus puestos no parecen estar de acuerdo con las previsiones que se hacen para su futuro y están dispuestos a luchar contra la injusticia que supondría la desaparición de un oficio con larga tradición en nuestro país y han empezado a demostrar de manera unitaria, su disconformidad con las normas dictadas desde los sectores comunitarios de la economía.

Puede que el Gobierno Rajoy crea que su simple poder de seducción bastará para convencer a los mineros de que retornen a sus casas, conformándose con las medidas que para ellos se preparan, pero bastaría con echar la vista atrás para comprender que dada su trayectoria, nada de eso sucederá e incluso pudiera contagiarse su actitud beligerante a otros sectores, igualmente quemados por los efectos que esta crisis está provocando en las relaciones laborales en España.

Incluso en la época franquista, en que cualquier manifestación de cualquier tipo era constitutiva de delito, los mineros de las cuencas españolas siempre se caracterizaron `por la valentía de enfrentarse a la represión sin temer las consecuencias y de mantenerse en su postura si alguno de sus compañeros era despedido, hasta conseguir su readmisión o su liberación, en el caso de que hubieran sido detenidos,

Admirados desde otros sectores por su arrojo, los mineros vuelven a combatir por sus derechos, otra vez a la vanguardia de todos los trabajadores del país, poniendo en práctica acciones continuadas en contra de la reforma general y muy particularmente, de las medidas que afectan a su sector, anunciando su intención de no dar un paso atrás en su lucha.

Aplaudidos en silencio por todos aquellos que no se atreven aún a seguir su ejemplo, su planificación de la protesta no tiene fecha de caducidad y ya se prevén encierros y huelgas generales hasta que no se clarifique su situación, sin resignarse a formar parte en un futuro, de las largas listas de desempleados que ya son el azote de esta nación.

Su temple y su sentido de la justicia, que tanto difiere de manera de hacer de la clase política que nos gobierna, merece pues toda la solidaridad y el apoyo que sus conciudadanos podamos darles. La dura batalla que tienen por delante podría, de ganarse, marcar un punto de inflexión en todas aquellas que pudieran ser emprendidas en otros sectores y su triunfo sería además, una manera clara y contundente de hacer ver el descontento general que existe con estas reformas y recortes impuestos, por decreto, a instancias de una Europa que no cesa de hacer injerencias en asuntos que atañen a nuestro país.

La seriedad de su protesta, sin bombos, platillos ni cantinelas de comparsa, sobrecoge especialmente las conciencias de la gente de bien, que estamos y estaremos, siempre, de su parte.







martes, 19 de junio de 2012

Periodismo de ayer y de hoy


Se cumplen cuarenta años del caso Watergate, cuya investigación terminó forzando la dimisión del entonces Presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, por su implicación en un asunto de espionaje en la sede del Partido Demócrata, que destaparon dos periodistas del Washington Post, desconocidos hasta ese momento en el medio en el que se desenvolvían.

La prensa de entonces, considerada el cuarto poder por la fuerza de su influencia, era temida y respetada por la clase política, que se sentía vigilada de cerca por la objetividad de unos observadores minuciosos, capaces de llevar hasta las últimas consecuencias una investigación, cayese quien cayese en ella y costase el tiempo que costase.

Pero aquella clase de periodistas intrépidos, incorruptibles y directos, que hacían de sus crónicas auténticas armas cortantes, sin admitir órdenes ni imposiciones de ningún organismo institucional ni opositor, se fue acomodando al ritmo de una vida tranquila y parece haber quedado como algo meramente anecdótico, inexistente en los tiempos que corren, en los que se dedican la mayor parte del tiempo a hacer proselitismo a favor de la tendencia que marca la línea editorial del periódico al que pertenece, o a hacer una reñida oposición contra quienes están en el poder, sin ninguna objetividad en la defensa de sus argumentos.

La prensa se ha subido al carro que le ha ofrecido sutilmente la clase política y se ha desvinculado absolutamente de la persecución de la verdad, como primera norma profesional, para hacer llegar a sus receptores la cruda realidad que les rodea, en aras de una libertad de expresión que ha dejado de existir en ella, convirtiéndola en mera propaganda de tendencias y líderes concretos.

Los periodistas de raza que antes se implicaban en sus investigaciones de una manera personal y altruista, han evolucionado convirtiéndose en meros tertulianos que animan las comparsas de los foros televisivos, hasta el punto de hacer impensable que por su causa se fuerce la retirada de nadie que tenga un mínimo de poder y mucho menos aún, si se trata de un Presidente de Gobierno en activo, como era el caso del que antes se citaba.

Ha muerto la crítica constructiva y la profundización exhaustiva en las historias bajo sospecha y a todos se les nota en exceso de qué corriente provienen y a quién otorgan su voto en los periodos electorales.

La entrega total a los sucesos que se van desarrollando en los países, que en muchos casos sacuden como terremotos el pensamiento de la opinión pública, son a menudo tapados, nin guneados, maquillados y hasta vilmente desmentidos por unos profesionales, cuyas actuaciones denigran los principios fundamentales de su profesión y que los convierte en auténticos títeres en las manos de quienes a cambio les ofrecen una estabilidad en la que trabajar, sin el desasosiego de ser perseguidos por los implicados en las habituales corruptelas con las que convivimos a diario.

La única ventana que podría permanecer abierta para ejercer la libertad sin imposiciones de nadie, podría ser este medio tan criticado y ambivalente por el que asomarse a un mundo que ya no confía en ser informado con integridad desde ninguna otra parte, y menos aún, si hay algún tipo de oficialidad por medio, en la emisión de las noticias.

Y es tal la desconfianza que los ciudadanos demuestran en lo que les brinda la prensa, que cada vez son más los que se suman a esta forma individual de periodismo no remunerado, pero que se ofrece desde una lealtad incontestable al intento de esclarecer cuanto ocurre a nuestro alrededor y a contarlo sin la necesidad de rendir cuentas ante los que detentan el poder o la fama.

Y ya no hablamos de prensa rosa, en la que el material con el que se juega resulta ser verdaderamente intrascendente, sino de datos que afectan gravemente al devenir de los individuos y que a menudo son insidiosamente robados y escondidos para que su trascendencia no vaya más allá de los despachos en los que se trama el futuro del mundo.

Esta maravillosa profesión, que podría haber sido, con la tecnología moderna, una auténtica vanguardia que defendiera el derecho de los pueblos a conocer minuciosamente todo aquello que les atañe, se ha convertido en una alfombra roja sobre la que exhibir a las celebridades del momento, sin más fondo que una dosis de trasnochado glamour, que en nada ayuda a mejorar las condiciones políticas que se muevan dentro de un marco de legalidad y justicia, que son los principios fundamentales necesarios de cualquier sociedad decente.

Al recordar hoy el caso Watergate, muchos nos preguntamos con nostalgia si cabría alguna posibilidad de que aquello volviera a repetirse, e inmediatamente tenemos que contestarnos, visto lo visto, que no.



lunes, 18 de junio de 2012

Conteniendo el aliento




Un empate técnico en Grecia parece no aclarar suficientemente las preferencias políticas de sus habitantes, pero satisface las perspectivas de la Unión Europea, que confiando en una alianza entre conservadores y socialistas, ve la posibilidad de formar un gobierno que se responsabilice de la deuda y que aleje el fantasma de una izquierda radical, nada comprensiva con sus exigencias.

También Rajoy respirará hoy tranquilo, pues se supone que los mercados deben responder yendo al alza, viendo cómo se marcha la posibilidad de que los griegos hubieran decidido volver al dracma, abandonando la moneda única y separándose así de la Comunidad.

Pero a pesar de que se le ha dado menos importancia, el partido de Hollande barre en Francia, obteniendo también ayer, una mayoría absoluta que le permitirá a su líder enfrentarse a las imposiciones alemanas, con la soltura que da verse apoyado por un Parlamento en el que no es posible la contestación, por parte de otros grupos políticos.

Los hermanos pobres de la Unión, que contuvimos el aliento durante todo el día de ayer, en parte ayudados por la enorme dosis de miedo que se nos había inyectado estos días desde los organismos financieros, quizá hubiéramos preferido otro resultado que acabase de una vez con la maldita incertidumbre de no saber qué pasaría si finalmente alguno de nosotros se desmarcara de la estrategia que tienen montada a nuestro alrededor los que más tienen, y se decide a seguir en solitario y con moneda propia, un camino que no puede peor que éste por el que ahora transitamos y que nos lleva hasta las puertas mismas de una solemne pobreza.

Pero al parecer, nuestros dirigentes viven en una realidad virtual que se aleja mucho de la nuestra y para ellos, que sólo entienden de cifras millonarias y nada quieren saber de subsidios ni desempleo, son muy positivos estos resultados electorales que dejan las cosas exactamente en el mismo lugar que estaban y que les permite albergar la esperanza de no perder lo empleado en los rescates usureros que han concedido a varias naciones, responsabilizando a sus inocentes habitantes de una crisis, que no fue provocada precisamente por ellos, aunque a ellos se exija una hipoteca vitalicia para saldar las deudas causadas por los avariciosos.

Si Hollande no cambia de opinión, tendremos ocasión de ver ciertos enfrentamientos entre las posiciones francesas y alemanas, que no coinciden en la postura a tomar para la solución de la crisis, así que las pocas esperanzas que nos quedan están, por ahora, de parte del francés y su intento por pelear por la creación de puestos de trabajo, frente a las estrictas medidas de recortes exigidas por Merkel y su inflexibilidad prusiana ante el incumplimiento de las mismas.

Mientras, el ejército egipcio ha disuelto el parlamento y deja al país en una cuerda floja que desde lejos se parece a un golpe de estado en toda regla, sin que las aspiraciones de la revolución de los jazmines hayan conseguido germinar allí, y con pocas ilusiones de que se consiga llegar a un final feliz, tras las elecciones ceñebradas.

Habrá que mantener los ojos bien abiertos para intentar comprender medianamente lo que ocurra en los próximos días, pero aparentemente, todo sigue igual.









domingo, 17 de junio de 2012

Mirando a Grecia


Caminando sobre una cuerda floja bajo la que abre únicamente la oscuridad de un gran abismo, España espera el resultado de las elecciones griegas intentando conservar la poca dignidad que aún le queda y rogando porque no se produzca, al fin, por parte de los helenos, la decisión de abandonar el euro que nos precipitaría, según nuestros dirigentes, directamente a una vertiginosa caída de inaceptables consecuencias.

Sin que el rescate solicitado para la banca haya mejorado en nada nuestra situación, e instados por Europa a seguir recortando de donde ya nada queda, el Presidente Rajoy, incapaz de admitir el estrepitoso fracaso de su política económica, continúa empecinado en que la inocente ciudadanía pague el montante de la crisis y se dispone a subir el IVA y a volver a rebajar el sueldo de los funcionarios, provocando a diario contestaciones sociales que le demuestran el descontento general con su gestión, aunque en su soberbia, él se niegue a reconocerlo.

Naturalmente, a las grandes potencias europeas les preocupa, y mucho, que el pueblo griego pueda decidir su voto a favor de la izquierda, dejando en mala situación la devolución real del dinero empleado en sus dos rescates y abunda en la estrategia del miedo para convencerlo de que lo mejor para ellos sería inclinarse por un gobierno conservador que garantizara las políticas capitalistas que están gobernando hasta ahora el viejo continente.

Pero los trabajadores, que nada entienden de macroeconomía, añoran los tiempos del dracma, en los que aún podían vivir con dignidad y repudian con razón, a los partidos que han protagonizado la gestión de la crisis y que han llevado al pueblo hasta la situación de pobreza en que ahora se encuentra, por lo que resulta impredecible augurar un resultado en estos comicios y saber qué pasará a partir de mañana, con Grecia y con todos nosotros.

La búsqueda de nuevas opciones preconizada por Hollande, podría convertirse, si la maniobra europea sale mal, en una tentativa posible que desbancaría a Merkel de su trono totalitario y que, tal vez, podría representar un respiro para hermanos pobres como nosotros, si se empezaran a olvidar las contundentes exigencias de recortes y se pensara en la creación de puestos de trabajo, que es lo que verdaderamente reactivaría la vuelta a la vida.

El proyecto de la moneda única, que tantos quebraderos de cabeza nos ha traído, se tambalea pues, a punto de romper la unidad de todos los socios europeos y se abre una nueva incógnita sobre nuestro futuro, que ni siquiera los más avezados economistas son capaces de augurar, sin temor a cometer errores en sus apreciaciones y sin certeza de pronósticos.

Y sin embargo el pueblo griego, al que se intenta por todos los medios cargar con una pesada culpa que no le corresponde, tiene derecho a decidir sobre su propio destino y debe hacerlo libremente, sin pensar en lo que pudiera acarrear para los demás, lo que surgiera hoy de sus urnas.

La lucha encarnizada que han venido librando, unos contra otros, los socios europeos, ha llegado a un punto de tensión insostenible y la cuerda está a punto de romperse, por la insaciable avaricia de los poderosos.

En nuestro caso, si todo sigue igual y en Grecia vencen los de siempre, habremos de ir preparándonos para la dureza extrema que nos traerán los nuevos tiempos y si por el contrario, los resultados griegos ponen en peligro la estabilidad del euro, nuestra incertidumbre será menor que la de aquellos que temen por no poder recuperar lo invertido en la colonización encubierta de las naciones que han necesitado de sus “generosos” rescates.

Solo queda esperar, Otra vez el mundo está pendiente de lo que ocurra en la cuna de la Democracia.







jueves, 14 de junio de 2012

Cumplir sesenta




De pronto han pasado treinta años y ya no soy la joven revolucionaria que se ponía el mundo por montera y alzaba la voz por encima de los demás para denunciar cuántas acciones injustas se producían a mi alrededor.

El tiempo ha ejercido sobre mí una curiosa moderación que me hace reflexionar mucho más y me ha dado la precaución de investigar un poco, antes de hacerme abogada de causas perdidas.

Un poco de culpa tiene en esto, haberme tenido que ir acostumbrando a que las consecuencias de mis pasos ya no me atañen sólo a mí, sino también a los que forman parte de mi entorno más cercano y cuyo bienestar antepongo, por encima de rabietas personales y conflictos internos.

Y sin embargo, el poso de los ideales permanece intacto. Nada lo ha erosionado ni moldeado. Las canas, las arrugas, el cansancio, ha ido modificando únicamente mi aspecto físico, permitiéndome conservar el tesoro escondido de las creencias y la dignidad de no haber dado un paso atrás en los cimientos que construí para asentar sobre ellos mi vida.

He hecho labor de docencia y construido puentes de unión con mucha de la gente que se cruzó en mi camino, quizá porque la lucha que he procurado mantener a favor de la humanidad estaba ya anclada a sus destinos, aún antes de haber tenido ellos la percepción de formar parte de la idea de que era necesario batallar para alcanzar el bien común.

Esta moderación, que me ayuda a desterrar la virulencia de los extremismos, reconduciéndome hacia posturas mucho más sosegadas desde las que ser capaz al menos, de respetar a los que honestamente piensan de un modo diferente, creo que me ha enriquecido internamente permitiéndome avanzar en un mundo nada fácil de comprender, por su inclinación desmesurada hacia lo material, en detrimento de todo aquello que afecta verdaderamente a una humanidad desconcertada y amedrentada, que mira al futuro con incertidumbre y desasosiego.

Pertenezco a una generación sacrificada que ha conocido la pobreza en todos sus lúgubres aspectos y que ha hecho posible, con su abnegada entrega, iluminar la oscuridad en que se hallaba inmersa, posibilitando a los que llegaron después transitar con comodidad por un sendero menos escabroso. De esto estoy particularmente orgullosa, pues no era fácil cambiar lo que nos rodeaba cuando ni siquiera era posible hacerlo desde la libertad y nuestro único medio de comunicarnos era la profundidad del silencio.

Y sin embargo, he de decir para no faltar a la verdad, que la palabra ha sido precisamente, el vehículo que elegí para responder contundentemente a lo que consideraba injusto y que la vocación de utilizarla como medio de transformación, siempre me ha acompañado a lo largo del tiempo. He llegado hasta aquí con ella como compañera y ella es el aliento que me ayuda a soportar un poco mejor los vertiginosos cambios que se han producido en la tierra, en los últimos cincuenta años.

Mantener la ilusión de que es posible transformar nuestra realidad y despertar pensando que nada somos, sin la inestimable ayuda de los otros, podría definirse como una constante que me acompañará para siempre. La sorpresa de descubrir que no existe la soledad y creer en que la humanidad es, en esencia, valiente y generosa, ayuda a formar parte de ella sin que se produzcan cataclismos internos y permite abrir nuevos frentes desde los que seguir adelante con entusiasmo, sin ser contagiada del pesimismo generalizado que intenta alienar el pensamiento, con la brutalidad del fracaso.

Ayer, hoy y mañana, independientemente del tiempo transcurrido, afrontar la vida con intención de participar activamente en que las cosas sean como las queremos y no como se nos imponen, podría ser la clave de nuestra autenticidad y lo único necesario para ir moldeando los caminos.

Y en este preciso momento, creo firmemente que haber llegado a los sesenta es sólo relativo, porque sigo sabiendo perfectamente lo que no quiero, y esforzándome por conseguir lo que quiero, sin que me pesen los años en el alma, ni se hallan mermado mis fuerzas para combatir con firmeza, sin que me tiemble la voz, mientras que me queden palabras.

miércoles, 13 de junio de 2012

Tiempo de rapiña




El Consejo General del Poder Judicial desestima la querella contra Dívar, por el asunto de sus viajes, y vuelve a poner en boca de todo el país el funcionamiento de la justicia, que no termina de actuar en casos de presunta corrupción y suele dar veredictos de inocencia en los que llegan a los tribunales, con demasiada frecuencia.

No conviene que la ciudadanía se acostumbre a ver como un fenómeno natural que los delitos económicos no tengan condena, fundamentalmente si los encausados en ellos son personajes de cierta relevancia, porque esa costumbre bien podría generar que los que aún no se han atrevido a enriquecerse saqueando los caudales públicos, optaran finalmente por atreverse a hacerlo, si el tema llegara a considerarse como algo inherente al cargo que ocupan y no obtuviera una contundente reprobación, por parte de las personas honradas.

A juzgar por el número de casos sacados a la luz en los últimos años, y todos aquellos que cada uno de nosotros conoce, sin que hayan llegado a hacerse públicos, cabría pensar que alguien ha tenido la habilidad de colocar en la mayoría de los cargos políticos y de responsabilidad, a una horda de facinerosos buscados en lo más oscuro de todas las cloacas, que se han tomado el País como un enorme garito en el que hacer apuestas clandestinas, con la única intención de sacar una enorme tajada, de la que poder vivir a todo tren el resto de sus vidas.

Pero la banca de este casino virtual, resulta, que basa su capital en el esfuerzo de todos los españoles, que contribuyen disciplinadamente, con sus impuestos, a que no falten fondos a las arcas del Estado, con la ilusoria idea de estar fomentando un bienestar común, que les haga más fácil la vida en temas estrictamente necesarios, como la sanidad o la educación y con la fallida esperanza de estar protegidos contra el delito, por medio de un sistema judicial que se lo garantice, sin concesiones partidistas o ideológicas y con la contundencia necesaria para ejemplarizar con sus sentencias.

Y sin embargo, cumple más pena un tironero de barrio, que roba un bolso para comprar la dosis de droga que su enfermedad le exige, que cualquier defraudador de impuestos que es inexplicablemente amnistiado para que regrese al país y pueda volver a empezar su cadena de delincuencia.

A nadie parece extrañar la rapidez con que se reúnen ingentes cantidades de dinero para pagar fianzas millonarias, como en el caso del implicado principal de la Gurtel, aunque lo natural sería abrir inmediatamente una investigación para descubrir el origen de ese capital que da la libertad a un encausado de tal índole.

La expresión popular de “son todos iguales”, parece justificar cualquier desmán cometido por esta gente, como si se hubiera aceptado que la rapiña, el robo, la corrupción, la malversación o el cohecho, no tuvieran cabida en el código penal y la absolución a los encausados por estos delitos se diera por sentada.

Y sin embargo, lo verdaderamente normal sería que la honradez y la transparencia fueran indispensables para cualquiera que decidiese dedicarse a la política como profesión, siendo además, de no cumplir estrictamente estas premisas, considerado mayor su delito y castigado con penas más duras, a cumplir en su totalidad, y llevando como condición primordial, la devolución de lo sustraído.

El saqueo a que ha sido sometida España en los últimos años, tiene una gran parte de la culpa de la situación actual que atraviesa y los responsables tienen nombre y apellidos…y forman parte, en la mayoría de los casos, de Instituciones a las que salpican de podredumbre con sus vergonzosas actuaciones delictivas.

El País entero lo sabe y algunos, como yo, nos atrevemos a decirlo.



martes, 12 de junio de 2012

Maldita opacidad


Sucumbe bajo una espesa bruma la transparencia que tanto preconizaba el PP y el pueblo español camina sin bastón por la oscuridad de la desinformación que se le ofrece, en todos los temas que son sustanciales para su presente y su futuro, sin derecho a saber lo que ocurre en su propio país, ni a poder expresar libremente sus opiniones más mediáticas.

En esa vorágine de opacidad, el péndulo de la duda oscila sobre la cabeza del juez Divar, al que los conservadores aún apoyan en su versión sobre sus viajes a Marbella, sin que permitan siquiera que se abra una investigación sobre cómo sufragó los gastos originados por estos constantes desplazamientos, ni que se esclarezca si lo hizo a cargo de las cuentas del Estado, ni cuáles fueron las actividades que le llevaron con tanta frecuencia a tan controvertido destino y si tenían o no algo que ver con las estrictas obligaciones de su cargo.

Ahora quiere parecer que podrían cambiar las tornas sobre este asunto y que los reiterados ruegos de la oposición tal vez, sólo tal vez, podrían llegar a ser oídos por los organismos pertinentes.

Claro que desde ayer mismo, somos estrechamente vigilados por una troika europea, que probablemente no se halle en disposición de permitir ciertos desmanes casi rutinarios entre personajes de relevancia, ya que ahora el que podrían dilapidar, es su dinero.

No es que sepamos mucho acerca de estos rescatadores acechantes, ni del rescate en general, pues tampoco en esta cuestión tienen los españoles la suerte de haber sido claramente informados, pero la inteligencia natural de los individuos, que no es poca, suele acabar por descubrir los argumentos, por pocas pistas que de los casos se tengan.

No está la situación para andar creyendo en la palabra de los políticos, y menos aún en la de quien es en el momento actual la cabeza visible que nos representa, en el hipotético caso de que llegue a dignarse a darnos una explicación, que más que merecida es urgente para quienes desean tener una idea real de lo que ocurre, para hacer previsión de futuro, en estos tiempos de continuos recortes.

Pero hablando de política y justicia, el muro con que tropezamos tiene un grosor que no permite siquiera una rendija de luz que ilumine el sendero de la verdad, para poder obrar en consecuencia y las trabas y obstáculos con que nos encontramos son de una envergadura tal, que no queda la menor esperanza ni de que nuestro gobierno nos diga una sola verdad, ni de que nuestros jueces pongan coto a la delincuencia de guante blanco que ha llevado impunemente a la nación a esta situación de ruina.

Es verdad que los medios de comunicación se han convertido en reductos partidistas que bailan al son que se les dicta desde las sedes políticas, pero también es cierto que con la información que se les ofrece, no es posible otra cosa que la especulación y la cábala, ya que la transparencia brilla por su ausencia y la mentira se ha instalado a sus anchas entre nosotros, poniendo en duda nuestro talento y despreciando nuestra capacidad para entender, si se nos explican los temas.

La maldita opacidad es un oscuro manto que todo lo envuelve, mientras debajo de él todo es manipulado para que resulte con una apariencia capaz de convencer a los incautos de que la cosa va relativamente bien, a pesar del desastre.

Temas como los ya tratados, o como también el de Bankia, acabarán por diluirse en el olvido, disfrazados por manos artesanas de “pequeños asuntillos” que no merecen la consideración de ser expuestos.

Y mientras, sigue subiendo la prima de riesgo y el número de desempleados, habrá nuevos recortes y acabaremos por irnos todos al carajo, pero sin llegar a saber ningún dato sobre el rescate, si Dívar prevaricó o no, ni los nombres de los implicados hasta el cuello en la trama de Bankia.

¡Qué maravillosa Ley de Transparencia!



lunes, 11 de junio de 2012

Un rescate alevoso


Amparado en la inercia del fin de semana, el Partido Popular solicita el siempre negado rescate y lo anuncia al pueblo español, a través del Ministro de Guindos, como si la noticia no tuviera importancia suficiente para merecer la comparecencia del Presidente del Gobierno.

Visiblemente nervioso, el ministro trata de convencer de la necesidad de la intervención y la maquilla tratando de ocultar su verdadero significado, en un intento a la desesperada por evitar un estallido social, que sin duda acabará por producirse, en cuanto empiecen los recortes que conlleva esta operación de usura, cuyo costo acabaremos pagando, de un modo u otro, los sufridos ciudadanos de este País.

La precipitación de la operación era imprescindible para evitar que las elecciones griegas ofrezcan un resultado que pudiera sacar a la nación helena del redil de la moneda única, haciendo imposible cobrar la deuda contraída con Europa y que podría arrastrar con su estela, a otros vecinos como Irlanda o Portugal, levantando un maremoto nada deseable para los intereses de los socios capitalistas, como Alemania.

Recluido en una vergonzosa cobardía, Rajoy no se atreve a decir a los españoles que ha fracasado su proyecto y prefiere marcharse al campeonato europeo de fútbol, demostrando un absoluto desprecio hacia sus conciudadanos, que no podrán perdonarle la irresponsabilidad de no hacer frente a la verdad, reconociendo que le ha resultado imposible cumplir sus promesas electorales de sacarnos de la crisis.

Los españoles pudieron oír claramente, de boca De De Guindos, que el costo del rescate habrá de ser enteramente asumido por la banca y que en ningún caso, afectará la economía de los ciudadanos, aunque sobran razones y memoria para pensar que esta afirmación probablemente será, a todas luces, incierta.

La reacción de los mercados, en contra de lo que esperaban los “brillantes economistas” que manejan nuestros destinos, no ha podido ser peor, por lo que ya podría deducirse, que tampoco esta operación de venta del territorio patrio, solucionará los auténticos problemas que nos afligen y que sólo habrá servido a los intereses de los que manejan los grandes capitales, para aumentar su enriquecimiento.

En cuanto pasen las elecciones griegas, seguro, se pondrá en marcha la maquinaria que empezará a exigir a los españoles su contribución a este rescate y la experiencia nos dice que Europa será inflexible, en exigir el estricto cumplimiento de nuevos recortes que acabarán por romper las pocas esperanzas que nos quedaban para soñar con un futuro mejor.

Este Partido Popular, que durante años se ha quejado de la fragmentación del País, cuando Cataluña o Euskadi reclamaban mayor autonomía, pone en venta de una manera despiadada el conjunto de la nación, dejando en manos desconocidas su destino y lavándose las manos por la operación, como si su gestión no nos hubiera traído hasta aquí y el dinero obtenido a través del rescate no fuera a ser empleado, exclusivamente, en sanear a la Banca.

Habrá que aclarar que los cien mil millones que se nos prestan no ayudarán, en modo alguno, a la creación de puestos de trabajo, o a cualquier otra necesidad que saque de la ruina a uno solo de los españoles. Es más, la deuda contraída por las entidades bancarias será, finalmente pagada, con el sudor de nuestro pueblo y el sufrimiento de los que vemos como se nos lleva directamente a la esclavitud laboral, al son de una marcha macabra tocada por la mano de los usureros del siglo XXL.

El terror que produce pararse a pensar en las consecuencias que traerá este alevoso rescate para cada uno de nosotros, nos priva aún de conocer la autentica magnitud de lo que podría suceder en los próximos meses, pero tenemos claro que nuestra contestación habrá de ser de una contundencia, acorde con lo que requiere esta maniobra de traición, organizada por los que se decían patriotas y amigos del pueblo.













El pasado Sábado, mi familia y mis amigos me organizaron una fiesta de cumpleaños que consiguió reunir en mi casa a personas muy dispares, que en algún momento, fueron y son la esencia de mi vida.

El regalo estrella fue la edición de todos los artículos contenidos en este blog durante los dos últimos años, bajo el título general de “Tiempos de contienda”.

Evidentemente, hoy no puedo dar otra noticia mejor y me limito, en el artículo que transcribo a continuación, a intentar mostrar mi agradecimiento a todos aquellos que han participado en hacer posible esta emoción tan intensa. Permítanme mis lectores la licencia de compartir con ellos mi felicidad y de olvidar, por un día, cualquier otra cosa que ocurra lejos de aquí.


El fruto de toda una vida

Buscando en el corazón, que es donde deben buscarse todo aquello por lo que merece la pena vivir, a veces encontramos tesoros que enterrados bajo la espesa arena de nuestras propias playas desiertas, aguardan ser descubiertos para estimular con su aparición, la aparente tiniebla que se nos cuela por las rendijas que nos va abriendo el disparatado discurrir de nuestra existencia.

Los ha hundido allí la rutina, la precipitación por mantener un orden que nos impone el sentido del deber, la exigencia de dirigir nuestros pasos disciplinadamente hacia horizontes que casi siempre nos son ajenos y un soplo de desconocimiento personal, que nos hace fijarnos unas metas que nos parece que no se cumplen nunca.

Los años, la erosión, la inexplicable necesidad de prever el futuro y los giros inesperados que sufren nuestros destinos, por azarosas casualidades o por errores de cálculo impertinentes, van modificando el paisaje y consiguen que cuando miramos al interior, tengamos la imagen de un espejismo irreconocible, que en nada coincide con lo que imaginamos llegar a ser.

Y de pronto, los astros se conjugan levantando un enorme viento que empieza a mover los sedimentos, organizando un maremoto de imprevisibles consecuencias y recoloca los cimientos de la inseguridad, forzando la salida de un suspiro de alivio, mientras una luz prodigiosa ilumina el oscuro camino de todos los pasos andados, descubriendo que en realidad, se han ido cumpliendo los sueños.

En medio de ese estallido de color, en cuanto se disipa la niebla, las formas humanas de los que te rodearon apenas de manera imperceptible, se hacen de pronto evidentes y sientes que no era tan grande tu soledad, ni tan vanos tus esfuerzos, ni tu amor tan poco correspondido y que la estela que fuiste dejando, desde la profunda sima de tu pequeña humanidad, fue sembrando semillas que germinaron produciendo la enorme magia de un gran momento.

A esto, que dura apenas lo que una llamarada intensa, lo llama el hombre felicidad y los que tenemos la suerte de alcanzar su volatilidad etérea, quedamos para siempre embriagados por los efluvios de su hechizo.

Se produce entonces una distorsión de la realidad, empujándote a permanecer anclado al instante que ya es recuerdo, dejándote en el alma la certeza de haber tenido, a lo largo del tiempo, alguna importancia en la vida de otros seres humanos, en la misma medida, en que ellos la tuvieron en la tuya, y la enorme satisfacción de saber que algunas cosas, como el amor y la amistad son eternas, incondicionales e indelebles, y que el mundo es en realidad, un sitio por el que pasamos, sólo para vivir estos momentos, sin que lo demás tenga importancia, ni nos corresponda a nosotros decidir qué rumbo tomar, ni a qué puerto dirigirnos.

Al final, nuestra tierra dará los frutos que plantamos con esmero, nuestro recuerdo se impregnará de los aromas que fabricamos artesanalmente y nuestro tesoro será sólo aquel que supimos guardar, sin hacer daño a otros, y sin afán desmesurado de acumular riqueza.

La enorme simpleza de nuestra pequeñez, no nos permite exigir nada más a la vida…



Gracias a todos por el choque emocional que acabo de sufrir y del que creo que tardaré en recuperarme.

A mis queridos Manuela, Noni, Emilia, Rosario, Charo, Luis y sus familias, que transforman el mundo a través de sus pinceles, dando un toque de color y alegría a la amargura y el silencio.

A Sole y Pepe, que comparten mis secretos y que están y estarán cada vez que los necesite, al otro lado de cualquier puerta.

A Luís y Angeles, a los que inmediatamente asocio con la risa, que tanto beneficio me hizo en los peores momentos.

A Josep, Maria, Noelia y su nieta Martina, que me enseñaron que la amistad no conoce distancias, fronteras, obstáculos, ni trabas y que con la fuerza de su espíritu, me ayudan a diario a ser mejor sin parecerlo.

A Marta, Jóse y Carmen, su niña, cuya compañía y apoyo han hecho posible éste y otros proyectos, por ser incondicionales y auténticos.

A Antonio, Ángeles, M.Ángeles, Juan Antonio y su pequeño Gonzalo, porque aún siendo familia, son además, amigos del alma.

A Mercedes, por la alegre frescura de su inocencia, tan necesaria para alcanzar la felicidad.

A mi tia Según, uno de los pilares de mi infancia y mi vida, por su valentía, por su entereza, por su sinceridad y su cariño, imprescindibles para mí y para los que tengo más cerca.

A M. Ángeles, Angel, Carlos y Alejandro, por demostrar que es posible renacer y ayudarme también a hacerlo.

A mis yernos Daniel y Miguel, por comprender mis errores y por trae la risa al rostro de mis hijas, un síntoma de felicidad.

A mis hijas, Patricia y Clara, por hacer que mantenga vivos el asombro, la ilusión y la curiosidad, al caminar en mi misma dirección, allanándome la dureza de los caminos.

A mi Marido, Luis, mi compañero, mi cómplice, mi amor, que es la fuerza que me mueve y la luz que me ilumina.

Y a mi nieto Hugo. El mejor regalo de toda mi vida,









jueves, 7 de junio de 2012

Reductos de fascismo

A todos nos sorprendió la noticia de que en las pasadas elecciones griegas, el grupo neo-nazi Amanecer Dorado obtuviera un elevado número de votos.
A estas alturas del siglo XXI parece incomprensible que aún esté permitida la legalización de formaciones de estas características y que el ejemplo de lo que pasó en Europa, antes y durante la Segunda Guerra Mundial, no haya sepultado para siempre cualquier indicio que pudiera llevar al renacimiento de ideologías que provocaron la muerte y el martirio a varios millones de personas.
Sin embargo, la actual situación del país heleno, ya lo decíamos, supone un caldo de cultivo perfecto para la aparición de estos reductos fascistas, que apoyados en su creencia de poseer ciertas dotes de iluminación, arrastran a los incautos hasta sus filas, prometiendo la pronta solución a los problemas existentes, sin explicar qué tipo de métodos se habrían de utilizar para conseguirlo.
Ya tuvimos la oportunidad de ver a través de la televisión, cómo un grupo de militantes increpaban a los periodistas, en una rueda de prensa, para que se pusieran de pie mientras su líder hacía su entrada triunfal en la sala, y pudimos darnos cuenta de qué tipo de personal componía este grupúsculo pseudos político y el grado de agresividad que eran capaces de demostrar, por una simple cuestión de protocolo.
Hoy las cosas han llegado a mayores. Durante un debate televisado, el portavoz de Amanecer Dorado, Ilias Kasidiaris, ha agredido a dos diputadas comunistas, propinando en directo a una de ellas una serie de puñetazos, ante el asombro mayúsculo de los otros tertulianos, que no pudieron hacer nana para evitar el ataque, a juzgar por la rapidez con que se produjeron los hechos.
La diputada en cuestión, acababa de reprochar a Kasidiaris otro episodio de violencia, protagonizado por él en 2007, y por el que está a punto de ser juzgado, provocando una reacción inmediata del agresor, que primero le arrojó un vaso de agua y después pasó directamente a la acción que ha dado la vuelta al mundo, a través de los medios audiovisuales.
Los comunistas son, para el partido en el que milita Kasidiaris, enemigos a batir, al igual que inmigrantes y personas de color, y en su programa electoral se proponen medidas como la electrificación de alambradas en las fronteras, para impedir el paso de extranjeros, a lo que ellos consideran “su patria”.
Al no hallarse en condición de aforado, por haber sido disuelto el Parlamento, inmediatamente se ha cursado contra este individuo una orden de detención, aunque fuentes periodísticas griegas aseguran que huyó del lugar de los hechos, en el mismo momento en que terminó de atacar a las dos diputadas, sin que se haya dado con su paradero hasta ahora.
Se podría decir que lo ocurrido hoy era de esperar y que el acto pudiera ser el primero de los que pudieran venir, si se sigue permitiendo la existencia de este tipo de formaciones políticas en un país democrático y no se recurre directamente a una ilegalización fulminante, evitando así la aparición de focos de mayor violencia, dadas las características demostradas por los militantes de este partido de corte fascista.
Los periodistas extranjeros en Grecia, ya habían denunciado las múltiples amenazas vertidas sobre ellos desde las tribunas de Amanecer Dorado y se habían hecho eco de la virulencia de la doctrina que defienden los correligionarios de Kasidiaris, avisando de que si su popularidad seguía en ascenso, podrían terminar constituyendo un núcleo neo nazi, que podría constituir un auténtico peligro, en el mismo seno de la Comunidad Europea.
Que esto lo siga tolerando, precisamente, el país que ha sido considerado como la cuna de la Democracia, no deja de ser al menos, esperpéntico, y dice mucho de cómo podrían ir degenerando las cosas, si se mantiene la angustiosa situación que soportamos, a causa de la economía.
Cansados de los desmanes de sus representantes políticos, los más incautos podrían volver a caer en los delirios colectivos que ya sufrieron los alemanes e italianos de los años treinta y volver a creer en la iluminación de cualquier líder que les prometa sacarles de la miseria que les ha traído la segunda década de este siglo.
El resto de la historia, ya la conocemos, y sólo esperamos, por nuestro bien, que jamás se repita.


miércoles, 6 de junio de 2012

El peor de los momentos

Mientras el Gobierno de Mariano Rajoy, trata desesperadamente de mantener una tensa calma en el país, negando una y otra vez que nos encontramos al mismo borde del rescate, la ciudadanía, consciente de que todas las medidas tomadas por los populares desde que asumieron el poder no han servido absolutamente para nada, se pregunta una y otra vez en manos de quién se encuentra realmente el país y qué clase de futuro nos aguarda, si finalmente caemos en las garras de los prestamistas del siglo XXI.
La crisis de Bankia, aún sin aclarar, parece haber sido el detonante de la vertiginosa caída que dispara nuestra prima de riesgo incontroladamente y el recelo de Europa, a que existan más tramas ocultas de la índole de la situada en la Comunidad de Madrid, se niega en redondo a prestar ayuda para canalizar la situación, capitaneada por la mano férrea de Ángela Merkel, que no está dispuesta a arriesgar un solo euro alemán, en favor de una nación sembrada de casos de corrupción que no se tiene el valor de atajar, y cuyo origen siempre se desconoce.
En principio, se pone la excusa de tener que esperar el resultado de la investigación que sobre Bankia está llevando a cabo una comisión europea, pero esta forma de prolongar la agónica situación de desgobierno en que nos vemos envueltos, no es más que una manera de abandonar a su suerte al ejecutivo español, del que quizá se esperaba mucha más limpieza de la que finalmente se ha conseguido, allende nuestras fronteras.
La desesperación queda perfectamente reflejada en la cara de los ministros, que ya ni siquiera pueden disimular la angustia de haber fracasado estrepitosamente en su gestión económica, a pesar de haber creído y prometido que en sus manos estaba la solución de esta crisis, mientras se deshacían en críticas feroces hacia el gabinete antecesor, durante la campaña electoral de triunfalismo que protagonizaron sólo unos meses atrás.
Pero ni Zapatero ni su gobierno estaban directamente relacionados con Bankia, ni su cabeza visible, Rodrigo Rato, provenía de las filas socialistas, ni esta peligrosa situación llegó durante la legislatura anterior, sino en ésta.
El abrumador fracaso de la política económica ahora es pues, responsabilidad única del PP y es al PP, al que los socios europeos reclaman mayor veracidad, mientras le cierran sonoramente la puerta en las narices.
Es verdad que el Gobierno Zapatero abrió, durante los últimos tiempos de su mandato, puertas peligrosas, rebajando el salario de los funcionarios o subiendo la edad de jubilación hasta los 67 años, pero la subida del IRPF, loa recortes en Sanidad y Educación, la Ley de Reforma Laboral que permite el despido libre, La Amnistía fiscal para los evasores de impuestos, el aumento en las tasas de matrícula en las Universidades y la permisividad con los implicados en delitos de índole económica, son fruto directo de la gestión de Rajoy…y han empeorado las perspectivas, en vez de mejorarlas.
Los sacrificios exigidos a los españoles, que han pasado de vivir en un estado de franco bienestar, a la incertidumbre cotidiana de andar sobre una cuerda cada vez más floja, que acabará por ceder precipitándolos a un abismo sin retorno, no han sido, para nada, tenidos en cuenta por los poderosos de la Comunidad, que sólo hablan de macroeconomía, sin que les interese en modo alguno aquello que atañe a las personas.
Rajoy ha querido jugar a ser parte del grupo que lidera los destinos de Europa, imaginando unas posibilidades por encima de la realidad y de ahí que su fracaso haya llegado tan rápidamente, al no estar a la altura de las exigencias que piden los que otorgan las invitaciones a esta fiesta.
Acostumbrado a poner en práctica la estrategia de disfrazar la verdad y a que sus adversarios políticos en España hayan permitido a su partido insinuaciones insidiosas sin responder con contundencia, ha querido llegar a las reuniones comunitarias con el ocultismo por bandera, pero no todo el mundo está por consentir determinadas operaciones de despiste.
Su amigo Rato, que fue su rival para ocupar el trono de la sucesión de Aznar, será al final, con toda probabilidad quien le regale el mayor de sus fracasos y su desmedido afán por proteger a los implicados en el caso Bankia, le lleva ahora directamente, a una caída en picado ante los ojos de sus compatriotas, de la que quizá no pueda resurgir jamás.
Ni siquiera le vale ya la utilización de la imagen del Rey, que pide solidaridad desde Hispanoamérica, pretendiendo quizá que los españoles ya han olvidado la poca que él demostró con el affaire de su safari de lujo. También la monarquía pagará su precio, como es de justicia, en esta interminable crisis.
De poco vale subirse ahora al carro del francés Hollande y reclamar con él los eurobonos que le salven el pellejo. No se puede lanzar opiniones en contra de la gente, para suplicar, unas semanas después, que le hagan sitio en su proyecto.
España no ha hecho nada para merecer la incompetencia de sus dirigentes y desde luego, prefiere olvidar el proyecto europeo que ser vendida a usureros que la exploten, despreciando a todos aquellos que la habitamos.






martes, 5 de junio de 2012

Una joven promesa

De todas las noticias sobre las que me he decidido a escribir en los dos últimos años, pudiera ser ésta una de las más interesantes y felices, porque irrumpiendo en un mundo en crisis trae una esperanza a la humanidad, de la mano de un niño de sólo quince años.
El joven en cuestión se llama Jack Andraka y acaba de obtener el primer premio del concurso ISEF, el más importante del mundo para estudiantes de Instituto, con un trabajo sobre la detección precoz del cáncer de páncreas, que abarata veintiocho veces los costos establecidos hasta ahora para este tipo de estudios y concede una fiabilidad del cien por cien a los resultados obtenidos.
El método creado por esta promesa en ciernes de la medicina, consiste en un simple análisis de sangre y orina, sin ninguna agresividad para unos pacientes, que al no presentar síntomas, casi siempre llegaban demasiado tarde a los tratamientos, padeciendo una altísima tasa de mortalidad, que convertía este tipo de cáncer prácticamente en incurable.
Parece increíble que esta noticia no ocupe las portadas de la prensa oficial, que prefieren seguir en la línea de las informaciones económicas, como si la importancia real de este descubrimiento no fuera excesivamente relevante, a pesar de la edad que tiene su protagonista, y la esperanza que supone para la humanidad su hallazgo.
Sí han puesto sus ojos en él las más importantes empresas farmacéuticas, con las que ya ha empezado a colaborar es serio, y probablemente todas las Universidades Norteamericanas, que a partir de ahora, harán lo posible por arrastrarlo hasta sus aulas.
Apoyado en una experiencia personal, Andraka, que perdió a un tío a causa de este tipo de cáncer, ha puesto una pica en la investigación mundial y probablemente, esto no sea más que el comienzo de una fructífera carrera, en cuanto tenga a su alcance los medios necesarios para llevar a cabo nuevas investigaciones, contando como cuenta, con un talento natural para la ciencia, como avala la concesión de un premio de tanto prestigio.
En medio del pesimismo con el que nos vemos obligados a convivir en los tiempos que corren, la aventura exitosa de este joven, consigue emocionarnos y recordarnos, que no todos los seres humanos inteligentes contemplan como única salida en sus vidas el campo de la Economía y que, afortunadamente aún quedan personas sensiblemente preocupadas por dar un futuro más fácil a los habitantes del planeta.
Que la iniciativa salga de un adolescente, inmerso en todas las dificultades que conlleva esa edad, convierte esta espléndida noticia en algo que no por inaudito, resulta menos impresionante y conduce nuestra mirada hacia otros frentes distintos a los acostumbrados, permitiéndonos, al menos hoy, ser un poco más felices de lo que nuestra propia realidad podría permitirnos.
Estas son las iniciativas que deben apoyarse desde los gobiernos, imposibles de lograr, desde luego, estableciendo recortes brutales en educación e investigación, como preconiza el PP, que decide sobre el futuro de nuestros jóvenes.
Sería una auténtica pena, que en casos como éstos, los talentos se condenaran al ostracismo por cuestiones de dinero y que nuestros estudiantes ni siquiera tuvieran la oportunidad de probar si poseían o no valía suficiente para optar a concursos de este tipo.
Habría que recordar, que la inteligencia no es necesariamente un privilegio de las clases altas y que vetando el acceso a las Universidades de los económicamente débiles, se están desperdiciando impunemente todas las aportaciones que a la Ciencia y la Cultura pudieran hacer los que, a partir de ahora, no puedan afrontar el costo de las matrículas.
Enhorabuena a Jack Andraka, desde luego. Le seguiremos de cerca, a ver cómo evoluciona en el interesantísimo futuro que le aguarda.




lunes, 4 de junio de 2012

Espejismo estival

Empieza Junio con una bajada del paro, probablemente protagonizada por el sector de la Hostelería, y los populares echan las campanas al vuelo presumiendo de su gestión, como si treinta mil desempleados menos, eventualmente, significara una solución frente a los casi seis millones de personas que continúan buscando ocupación frente a las oficinas del INEM.
Habría que recordarles, para frenar su pretendida euforia, que durante el último año las cifras reales de paro se han incrementado en 500.000 almas, y que la subida de ahora es, con todo, mucho menor que en otros años, cuando llegaba el momento de contratar camareros que atendieran hoteles y terrazas, de cara al verano.
Al mismo tiempo se publica en el Boletín Oficial del Estado el Decreto de Amnistía Fiscal, que permite a los delincuentes que sacaron capitales fuera del país, volver a traerlos conservando su anonimato, en una forma de blanqueo legal que pretende recaudar para las arcas del Estado 2.500 millones de euros, sin que se nos haya dicho en ningún momento en cuánto se estima el montante real de lo que se considera evadido y que será, indiscutiblemente, infinitamente mayor que esta menudencia, a niveles de macroeconomía, por supuesto.
Durante el fin de semana nos llega la noticia, a través de varios periódicos alemanes, de que su ministro de economía ha dado en recomendar al gobierno de Rajoy que acuda al rescate, ante la imposibilidad que tiene de manejar esta crisis de manera autóctona, aunque desde el PP se niega la recomendación, e incluso se considera la información una ofensa imperdonable, sin que probablemente nunca lleguemos a saber si se produjo o no, como la prensa teutona refiere.
También hemos tenido celebración del Día de las Fuerzas Armadas, un nuevo gasto a sumar en nuestros muy perjudicados presupuestos, que bien podía haberse ahorrado, dado el poco interés que para los españoles tiene todo lo que tenga que ver con el ejército.
Pero había que propiciar la reaparición del Rey, tras el desafortunado incidente del Safari de lujo, e impone más a los ojos del pueblo que lo haga de uniforme y presidiendo un desfile al que acuden únicamente aquellos a los que les van las marchas marciales y no las críticas realistas contra las monarquías.
Coincidió además el evento con un Partido de la Selección Española de fútbol, propiciando que la atención del personal se centrara únicamente en el terreno deportivo, como desgraciadamente suele pasar entre nosotros, y no hubiera tiempo de recordatorios inoportunos que volvieran a poner en boca de todos los asuntos de la realeza.
Por supuesto, no hay nada nuevo que pueda aclarar el turbio asunto de Bankia, a pesar de haberse convertido en una de las historias bancarias que más indignación ha levantado entre la ciudadanía y de que sigue siendo imperdonable el modo en que se ha gestionado esta entidad, sean quienes fueren los que se encontraban detrás de ella, y el alcance político que tuvieran los nombres de dichos personajes.
A la espera de que Alemania decida qué pasará con nosotros, y si acabarán o no creándose los eurobonos que tanto parecemos necesitar, este comienzo de mes no aporta nada destacable a nuestras inciertas vidas de sufridos contribuyentes.
Estamos, ya lo sabemos, a merced de los mercados y rezando, cada cuál a los dioses en que crea, porque la situación no vaya a peor y porque a nuestros políticos no se les ocurran más ideas prodigiosas, ni alguna otra partida de la que recortar, porque esta vez si que nuestros bolsillos quedarían definitivamente vacíos.

domingo, 3 de junio de 2012

No hay crisis en Palacio

Las Monarquías europeas parecen haberse confabulado para hacer evidente su profundo desprecio por una ciudadanía, a la que nunca tuvieron, en verdad, demasiado respeto.
Al vergonzoso incidente protagonizado hace apenas un mes por el rey de España, se une ahora la celebración de los sesenta años de reinado de Isabel II de Inglaterra, a sólo unos días del bautizo de la nieta de los Reyes de Suecia y algún que otro acto social, de los que ahora mismo no consigo acordarme.
No parecen haberse enterado los representantes de la realeza de que el mundo y en especial Europa, se hallan sumidos en una profunda crisis económica, que está llevando a los pueblos a padecer unas condiciones de vida ruinosas, sin que se tenga constancia de que las perspectivas de futuro vayan a cambiar de manera favorable.
Mientras los gobiernos de las Naciones se afanan por hacer recortes que permitan cuadrar los presupuestos, abundando por cierto en los gastos destinados a las prestaciones sociales, esta institución obsoleta, que permanece como un bastión del medioevo, en pleno siglo XXI, alardea inconscientemente de sus riquezas ante los ojos desesperados de los humildes, que se preguntan con cada vez más frecuencia, que interés hay en mantener viva este sistema, que no genera más que gastos a los presupuestos generales del Estado.
Los recortes no llegan desde luego a Palacio, y cada una de las celebraciones organizadas en honor de algún miembro de estas familias de privilegio, escarba en el bolsillo de los contribuyentes, haciendo aún más penoso el camino del sacrificio que se han visto obligados a seguir, forzados por las circunstancias adversas que se han derivado de la crisis de la avaricia.
Y sin embargo, esos mismos políticos que a diario emiten discursos reclamando a los ciudadanos una austeridad casi ascética, callan ignominiosamente ante este tipo de festejos, e incluso acuden a ellos como invitados, otorgando una aprobación tácita a los mismos, a pesar de saber que el precio que se paga por ellos, bien podría ir a parar a subsanar alguno de los múltiples problemas que nos azotan con tanta urgencia.
Pero las carencias sociales quedan relegadas a un segundo plano, cuando se trata de competir con las costumbres de la acomodada realeza y los gobiernos acuden sumisamente a su llamada, como una especie de Corte moderna, cegados por la ampulosidad del glamour y obnubilados por codearse con la nobleza, escapando por un día de su natural condición de plebeyos.
Y no hay pudor en lucir las joyas de la corona, las carrozas de oro, los vestidos de alta costura y las otras prendas que adornan, en cada evento, a las cabezas coronadas y a su prolífera descendencia. El lujo fluye aterrador por encima de la miseria de los “súbditos” , demostrando la absoluta despreocupación que por los problemas de los países tienen estas castas bien instaladas, que no están dispuestas a renunciar a nada, ni a prescindir de las prebendas que les otorgó la vida, por una mera cuestión de nacimiento.
Da igual que peligre la educación de los ciudadanos, la sanidad pública, o que la pesada losa de la deuda nos esté arrastrando hasta un abismo del que no volveremos a salir jamás. Las cuestiones de Estado no impiden el desarrollo normal de los acontecimientos aúlicos, ni ningún político se atreve a poner en entredicho la continuidad de la estirpe.
Condenados a padecer esta plaga parasitaria, los contribuyentes no tienen por menos que preguntarse si existe un techo que frene la irresponsabilidad manifiesta de la realeza. Cansados de sufragar gastos absolutamente superfluos, e indignados hasta la saciedad con la injusticia de no poder prescindir de esta institución, observan meticulosamente los movimientos que se van sucediendo a lo largo del periodo de crisis y se apean, cada vez en mayor número, del club de simpatizantes que toleraban a los monarcas, como una imagen simbólica de un pasado teóricamente muerto.
Y claman por la necesidad de plantearse la supervivencia de este tipo de Estado, en el que no pueden caber a la vez, los sacrificios de las clases trabajadoras y el despilfarro incontrolado de los Reyes.
No tardarán mucho en surgir voces a favor del restablecimiento de la República, que al menos no nos recuerda la terrible desigualdad que padecemos y en la que se puede cambiar al Presidente, si su comportamiento se convierte en una vergüenza nacional, o su política no es la adecuada, a los ojos de los votantes.