miércoles, 30 de julio de 2014

Un alto en el duro camino


Llega la hora del descanso estival, tras un año marcado por un ritmo frenético de noticias, sobre las que he intentado en todo momento informar desde un punto de vista objetivo, pero con la autoridad que da emitir la opinión personal, cuando se habla de cosas que a todos nos afectan.
Han sido doce meses difíciles para todos nosotros y muchas veces ha costado trabajo decidir sobre qué escribir, aunque al final, parece que he conseguido sacar adelante esta deliciosa rutina y vosotros me habéis premiado con vuestra atención, devolviéndome la alegría de saber que el esfuerzo se ve correspondido con la fidelidad de gente que se asoma a esta humilde ventana, prácticamente desde todo el mundo.
Un agradecimiento especial, a todos aquellos lectores que me siguen desde determinadas zonas de conflicto, como es el caso de Ucrania por ejemplo, y también a los que se arriesgan entrando en la red estando en sus países prohibidos hacerlo. Su fidelidad diaria y la satisfacción de saber que en cierta medida, puedo ayudarles a estar informados de lo que ocurre en España, con total libertad, representan para mí un motor que no me permite parar y una fuente de inspiración en este oficio de hilar palabras, que tanto me gusta y aprecio.
Vamos ahora a descansar los unos y los otros, dejando un tiempo para reflexionar sobre todas las cosas sobre las que hemos hablado este año y sin olvidarnos del vínculo que nos une y que volveremos a reactivar en Septiembre.
Os pido que me esperéis y que no desfallezcáis  en el intento de conservar la esperanza en que la vida cambiará, para mejor, siempre ayudada por el esfuerzo común que nos permita al fin, conseguirlo.
Las noticias, que seguirán llegando también en mi ausencia, os pido que las interpretéis como os dicte el corazón y que os permitáis, porque podéis, el derecho de hacerlo en total libertad, sin que nadie pueda influir en vuestro pensamiento.
A la vuelta, con el ánimo renovado, quizá podríamos comentarlas como un tema global, que  sería el tema central del primero de mis artículos.
No os digo más, descansad, disfrutad, vivid el momento y nunca dejéis que la desesperación os pueda. Es una orden que no admite ninguna discusión.



martes, 29 de julio de 2014

Las cifras del escándalo


Aunque todavía no hay un cálculo exacto de la fortuna que poseen los Pujol, la cifra que se baraja podría escandalizar al más escéptico de los lectores, sobre todo si se tiene en cuenta los puestos de trabajo que podrían haberse creado con ella y las necesidades que se podrían haber remediado, estando el País como está.
Estos fraudes, en los que se habla de miles de millones de euros, como si se tratara de céntimos y que se han convertido en una cosa habitual, de esas que se leen en los periódicos todos los días, ya ni siquiera consiguen asombrar a la mayoría de los ciudadanos, aunque inciden de manera absolutamente desfavorable, en la imagen que tienen de toda la clase política.
Estamos hartos de que se nos intente convencer de que los políticos corruptos son una minoría, mientras las noticias diarias se encargan de contradecir tal afirmación con la contundencia de la verdad rotunda y ya ni siquiera es posible hacer distinciones entre Partidos, en cuanto a estas prácticas ilícitas, pues todos ellos tienen en sus filas  innumerables casos, cada cual más espeluznante y que enturbian irremediablemente, el presente y el futuro de la credibilidad que ofrecen.
Lo que vivimos y lo que nos duele cada vez que se nos descubre la total desvergüenza con que se comportan los políticos es  haber cometido el error irrecuperable de haber puesto alguna vez nuestra confianza en ellos, para después haber sido traicionados y saqueados de manera tan contundente y que mientras se nos exige un permanente sacrificio común para solucionar los problemas económicos por los que todos atravesamos, los fondos, en cantidades astronómicas, continúen siendo desviados hacia paraísos fiscales, con total impunidad, sin que los evasores demuestren ningún signo de preocupación por la situación que dejan tras de sí, ni por las necesidades perentorias que nos toca sufrir, a diario, sin posibilidad de ser resueltas.
No queda después de esto  más que preguntarse si la política de recortes que se nos impone es verdaderamente necesaria o si sería suficiente para salir del abismo, con que todos los corruptos devolvieran las cantidades que han venido defraudando al Estado, dejando las arcas de la Hacienda pública vacías y privando a la sociedad de los derechos sociales que tanto necesita.
Porque si pudiéramos hacer el ejercicio de sumar todas las cantidades que se han esfumado de las instituciones públicas, a manos de estos ladrones de guante blanco que se han multiplicado como una plaga en los últimos tiempos, al menos, se podría devolver y aún sobraría, el dinero que se ha utilizado para rescatar a la Banca, lo cual nos permitiría vivir sin el agobio de vivir bajo la vigilancia europea y poder afrontar el futuro, de manera distinta.
Cuánto nos han robado los políticos, es un misterio cuya respuesta no conoce nadie y la lista de delincuentes fiscales sigue aumentando todos los días, mientras la Justicia les regala la impunidad y la oportunidad de seguir ejerciendo una profesión que ha resultado ser de lo más lucrativa.
Por eso, el hecho de que  Jordi Pujol haya renunciado hoy a los privilegios que disfrutaba como ex Presidente de la Generalitat o el que Jaume Matas haya entrado ayer en la cárcel para cumplir una escuálida condena de nueve meses, ya no nos sirve.
Queremos que nos devuelvan hasta el último euro que nos han robado, que se les aplique una contundente y ejemplar condena y que la paguen, en la misma situación que disfrutan los presos comunes en las Instituciones penitenciarias españolas. Y que no puedan volver a ejercer, jamás, ningún cargo que tenga nada que ver nosotros.



lunes, 28 de julio de 2014

Nubes de verano


Los buenos resultados de la EPA, de los que Mariano Rajoy ha alardeado ante las cámaras de Televisión como si se debieran al éxito de la aplicación de su Reforma Laboral, habrá que atribuirlos a la buena marcha del turismo que todos los años abre el campo laboral español, creando puestos de trabajo que no son más que lo que son, nubes de verano que después se disipan con la llegada del Otoño.
La llamada de las playas que atrae a una buena cantidad de personal extranjero y que trae continuos desplazamientos en el sector nacional con la época de vacaciones, naturalmente provoca una reacción en cadena que empieza por la contratación de personal en hoteles y hostelería y sigue con la de dependientes de comercio, ahora en rebajas, pues es natural que al aumentar el número de personas, se reactive en cierta medida, el consumo.
Porque Rajoy en su intervención ni siquiera hace referencia al tipo de empleo del que se habla y mucho menos, a la remuneración que genera a los nuevos trabajadores, ni tampoco a la duración del contrato que acaban de firmar los nuevos empleados, ni a la duración de la jornada laboral que habrán de cumplir los aludidos y que todos intuimos, será necesariamente larga.
Sin embargo, parece haber llegado la hora de empezar a presumir de objetivos cumplidos, ya que solo faltan unos meses para la celebración de Elecciones Municipales y el PP no puede por menos que intentar una maniobra agresiva de manipulación de los datos, si quiere mejorar la mala previsión de resultados que le adjudican todas las encuestas.
Los casi seis millones de parados pesan como una losa en los resultados de esta legislatura y recuerdan con su presencia el evidente fracaso de la Reforma Laboral con que nos han premiado los populares, por lo que la buena marcha del sector turístico, supone un soplo de aire fresco para las ambiciones futuras de Rajoy y los suyos, aunque todos sepamos que estas cifras que publica la EPA, son desafortunadamente, pasajeras.
Poco o nada habla el PP de la creación de nuevas Industrias que puedan poner al país en el mismo plano laboral que otros países emergentes y ni siquiera se sugiere en el discurso qué se piensa hacer como sustitutivo del empleo que generaba el sector de la construcción, cuya burbuja provocó en parte la crisis que actualmente padecemos y que no tiene visos de ser remediada, si no se aborda la aventura de abrirse a otros campos más acordes con los tiempos que corren, por ejemplo el de la tecnología o la ciencia.
Pero mientras otras naciones más avispadas se dedican a invertir fuertemente en estos sectores, en España se manda a los científicos y tecnólogos fuera, obligándoles a esta emigración forzosa por falta de oportunidades para trabajar aquí, en este panorama que ha dejado tras de sí la aprobación del despido libre y una reducción de salarios que coloca, por ejemplo, a un ingeniero, en una categoría salarial similar a la que podría tener un peón en Alemania.
No nos dejemos engañar por las apariencias. Los que acaban de encontrar estos trabajos, siempre temporales, algunos con periodos de prueba de dos meses sin sueldo y con horarios que superan con mucho las ocho horas de trabajo, con toda probabilidad, volverán a engrosar las listas del INEM, en cuanto los turistas regresen a sus casas.
Así que en Otoño volverá a haber tormenta y este espejismo que se nos trata de vender como un repunte de recuperación quedará seguramente eclipsado por otros datos bien distintos en las encuestas de la EPA. Advertirlo antes de que pase, es una obligación.
Creer al PP resulta ya para los españoles, prácticamente imposible.




domingo, 27 de julio de 2014

En la intimidad


La confesión de Jordi Pujol, de haber estado ocultando una abultada cuenta en Suiza durante más de treinta años, según él, procedente de una herencia que le dejó su padre, se produce justo en el momento en el que Artur Mas tiene previsto reunirse con Rajoy para hablar del tema del Referendum, y perjudica claramente todos los intereses de CIU, rompiendo estrepitosamente la mítica imagen que los ciudadanos catalanes tenían de su persona, de una manera providencialmente oportuna, lo cual podría suavizar  el acaloro de la reivindicada Independencia.
Por qué Pujol elige este preciso momento para confesar voluntariamente su delito, ni queda claro en el escrito que presenta, ni puede ser pasado por alto, ya que hace sólo unas semanas, negaba ante las cámaras de televisión cualquier relación familiar con la evasión fiscal en general e incluso apremiaba a la justicia a que les llamara a declarar, para poder al fin, defenderse de las acusaciones que sobre ellos se venían vertiendo, desde hacía demasiado tiempo.
Algunos dicen que todo puede tener que ver con la inminente publicación de El Mundo sobre dichas cuentas y esto podría tener sentido, si los Pujol no constituyeran en Cataluña una familia de poder infinito, cuya impunidad ha venido siendo avalada durante mucho tiempo por el Estado español, al haber necesitado varios Presidentes ,el apoyo de Convergencia para gobernar y ser Pujol el referente más valorado de dicho grupo que ahora lidera Artur Mas, pero que ha seguido rindiendo al ex Presidente, honores de auténtica pleitesía.
Pero si se mira detenidamente lo que está sucediendo  en Cataluña y la evidente tirantez de las relaciones con un Estado español que necesita desesperadamente encontrar una salida para afrontar las reivindicaciones de soberanismo que se le exigen, esta confesión se convierte en una baza de impagable congruencia, si se tiene en cuenta que el enorme mazazo que ella representa para los ciudadanos catalanes, bien podría hacerles reflexionar sobre la honradez de las proposiciones hechas por Convergencia y sobre todo, de la limpieza de miras de los que ahora la lideran y de Mas en concreto.
Y si a esto se suma el acoso mediático del Mundo sobre los Pujol y el hecho de que las informaciones que pudieran aparecer en breve en la prensa, pudieran ir cerrando el círculo de sospecha sobre ellos, quizá una conversación en la intimidad, en catalán por supuesto, de por ejemplo, el ex Presidente Aznar, con el patriarca de los Pujol y alguna jugosa oferta que de momento se nos escapa, podría convenir a ambas partes, si se tratara de intercambiar  amnistía fiscal, por independencia.
Que en cualquier territorio los corruptos establecen como prioridad absoluta su propio bienestar, por encima de cualquier patriotismo o bandera, es un hecho probado y en esta Península nuestra, no iba a ser distinto.
Es más, en los innumerables casos que hemos conocido en los últimos años, en los que se han juzgado y en los que se encuentran en este instante en proceso de serlo, todos y cada uno de los protagonistas de las historias han orientado siempre su defensa a obtener una salida lo más airosa posible para sí mismos, sin importar que la imagen del Partido al que pertenecen o la ideología que supuestamente defienden, queden definitivamente dañadas, llegando incluso a negociar mejoras de condenas, a cambio de tirar de la manta en que estaban envueltos, una parte, o la totalidad de sus compañeros.
 Pujol no va a ser la excepción que confirme la regla y si ha venido ocultando en Andorra durante más de treinta años un capital que, según El Mundo, podría superar en mucho, los seiscientos millones de euros, habrá que suponer que si ha sido descubierto, su deseo será sin duda, tratar de salvaguardar una parte importante de esta fortuna, que tampoco había declarado al fisco catalán, demostrando con esta acción, lo poco o nada que le ha venido importando la buena marcha de su suelo patrio.
Sinceramente, por mucho que a Jordi Puyol le muevan las ínfulas independentistas que Artur Mas ha conseguido instalar en el corazón de una mayoría de catalanes, poder blanquear total o parcialmente su dinero y el de su familia debe importarle en estos momentos infinitamente más, pues debe pensar que más vale continuar siendo español y rico, que catalán independiente y pobre.
Por eso, algo no huele bien en esta repentina confesión, que se ha presentado a los medios como un profundo ataque de arrepentimiento y que no cuadra en nada con la enorme inteligencia que se le atribuye al ex Presidente de los catalanes.
Pero sí que es verdad que su traición daña y de qué manera, mucho más a los intereses de Cataluña que a los de España en general y que le reporta a Mariano Rajoy, un impagable motivo para continuar negándose, apelando a esta razón de peso, a la celebración del Referendum.
Ya veremos lo que sucede en días venideros, pero la proximidad de la reunión entre Mas y Rajoy, que se celebrará el treinta del presente mes, viene ya marcada por la importancia inaplazable de este tema, que sin duda ha aportado al Presidente español una inyección de moral y al catalán, una  incómoda historia que tener que explicar y que hace palidecer, desde luego, todo lo que tenga que ver con sus ansias de independencia.





jueves, 24 de julio de 2014

Dos horas de agonía


Que todavía exista la pena de muerte en países que se llaman civilizados y que en esta era de supuesto progreso y tecnología no hayan encontrado esos países un modo de acabar con esta justicia violenta, que repite el patrón de los asesinos arrastrando a los condenados hasta la cabina en la que se les inocula letalmente, constituye ya en sí mismo, un anacronismo que no parece ir en concordancia con  la modernidad del pensamiento y  una venganza fría que devuelve a quién se atrevió a quitar la vida a otros, una misma moneda con la que supuestamente, se salda su deuda con la sociedad.
Pero la pena de muerte no siempre se aplica a culpables y ya hemos visto en infinidad de casos, ejecuciones de personas que luego se han probado inocentes e incluso en demasiadas ocasiones, que el castigo se ha practicado a enfermos siquiátricos que no eran en absoluto responsables de  sus actos, a los que las Instituciones habían abandonado a su suerte, sin proporcionarles un tratamiento.
En el País más poderoso del mundo, como todos sabemos, aún existen bastantes Estados en los que se continúa ejerciendo esta práctica y ha sido precisamente en uno de ellos, Arizona para más señas, donde un condenado ha tardado dos horas en morir tras recibir una inyección letal, que no parece haber hecho el efecto inmediato que de ella se espera, provocando en el reo una larguísima y dolorosa agonía.
Este imperdonable error, naturalmente cometido sin intencionalidad, pero que en ningún modo había sido previsto, vuelve a poner en tela de juicio la eficacia de los medios usados para tan espantoso fin y aconseja un replanteamiento inmediato sobre la legalidad de este tipo de condenas, que chocan frontalmente con los principios éticos y morales que cualquier persona de bien debiera defender, aún cuando haya de enfrentarse al peor de los asesinos que se hubiera conocido en el mundo.
Ya la cadena perpetua, vigente en muchísimos países, constituye quizá un castigo demasiado exagerado que priva de libertad a las personas durante el resto de su vida, pero la aplicación de la pena de muerte, acaba con cualquier posibilidad de revisión de los casos y con la oportunidad para el ejecutado de poder probar en algún momento su inocencia, si surgieran nuevos métodos de investigación, por ejemplo genéticos, con los que tal vez pudiera hacerlo.
A quién pueden exigirse responsabilidades cuando algo así sucede, es un interrogante que  puede ayudar a los que todavía son partidarios de la condena a muerte, a dejar de serlo y a empezar a plantearse hasta qué punto los hombres  están moralmente capacitados para erigirse en dioses, aplicando una violencia extrema sobre otros, hasta acabar con su vida… y alegrarse de haberlo hecho.

La civilización es otra cosa. Quizá como alguien dijo alguna vez es odiar el delito y compadecer al delincuente. Porque ensañarse en la aplicación de una venganza que no devolverá la vida a las víctimas, como aplicación de una legalidad judicial francamente discutible, no es más que permanecer anclados a un razonamiento absolutamente prehistórico y demostrar que el progreso, tal como se conoce, no ha llegado a todos los lugares por igual, ni ha influido en el pensamiento humano tan profundamente, como quienes se proclaman sus valedores pretenden. 

miércoles, 23 de julio de 2014

En nombre de qué Dios


Parece que esta vez Israel ha encontrado el modo de hacerse con la franja de Gaza y que ha conseguido la fórmula para expulsar de sus casas a las familias palestinas, sin que importe absolutamente nada el rastro de muerte que vaya dejando tras de sí, ni que el territorio que herede sea un erial calcinado por los bombardeos de los misiles que destruyen escuelas, hospitales y cualquier edifico civil que encuentren a su paso.
Haciendo caso omiso a las tímidas sugerencias de la Comunidad internacional, que no se atreve a enfrentarse claramente con quienes poseen el dinero, el ejército israelí, que como todos sabemos está formado obligatoriamente por todos los ciudadanos, ataca sin piedad los objetivos que se ha marcado, aunque ello suponga el exterminio de miles de palestinos, muchos de ellos, niños.
No se entiende en nombre de qué Dios se pueden cometer estas atrocidades, si cómo se supone, esta guerra tiene según dicen, claras connotaciones religiosas, pues ninguna de las doctrinas existentes en el mundo incita a los hombres a la violencia, sino más bien a perdonar los errores de los otros, haciendo un llamamiento permanente a la paz, entre todos los integrantes de la especie.
Pero ya se sabe que las religiones han sido a lo largo de la historia siempre mal interpretadas y que cuando existen intereses materiales por medio, las creencias terminan por convertirse en fanatismo y sus practicantes en terroristas, unos así catalogados por los que detentan el poder y otros, tácitamente comprendidos, sobre todo si está en sus manos la clave económica que mueve los grandes negocios del mundo.
A algunas  matanzas se las califica de genocidios y a otras, como en el caso de la que está ocurriendo ahora mismo en Gaza, efectos colaterales de las guerras, aunque en el fondo sean exactamente lo mismo y lo único que cambie es la importancia de quienes las lleven a cabo.
Todo pasa por ser apoyado por los gigantes del primer mundo e Israel siempre ha contado con la impagable ayuda de EEUU, quizá porque los grandes financiadores de las campañas electorales en las que eligen a sus Presidentes sean, en su mayoría, judíos.
Pero la verdad es la que es y en los tiempos que corren resulta difícil disfrazar, maquillar o manipular aquello que todos vemos a través de imágenes grabadas a diario, a pie de calle, por lo que la evidencia de la masacre que está ocurriendo en Gaza, se nos mete en los hogares y en las conciencias y no puede provocar en nosotros, más que indignación y repulsa.
La encarnizada lucha por un trozo de tierra, que es el verdadero motivo de este enfrentamiento sempiterno, sobrepasa todas las líneas de la ética que el hombre pudiera imaginar y ofrece una idea del comportamiento de Israel que en nada puede parecerse, ni de lejos, a la simpatía o al aprecio.
Y aunque los grandes mandatarios no se aventuren a condenar con rotundidad lo que está ocurriendo, los seres humanos que no nos debemos a otros intereses que a nuestra propia libertad de conciencia y expresión, nos atrevemos a hacerlo y también a exigir que cesen inmediatamente unas hostilidades absolutamente desproporcionadas en cuanto a la fuerza y el armamento y que los culpables de la violencia ejercida sobre los ciudadanos inocentes, paguen su culpa, como la pagan los terroristas, cuando se les detiene en cualquier parte del planeta.
Las actitudes de Israel, que recuerdan demasiado a las que sufrieron los judíos durante los años del nazismo, demuestran que sus dirigentes actuales deben haber perdido toda la memoria del dolor y que en lugar de aprender a tratar a los demás como les hubiera gustado que les trataran en el pasado, han decidido colocarse justo en la línea de pensamiento de quienes fueron sus exterminadores en los tiempos de Hitler.

Nada hay peor que cometer los mismos errores de los que antes abominamos y querer convencernos de que cuando los protagonizamos nosotros, es porque nos asiste la razón. 

martes, 22 de julio de 2014

Otra vuelta de tuerca


El abogado de Diego Torres, el socio de Iñaki Urdangarín, presenta al juez Castro en su recurso, una serie de Correos que tratan de probar que toda la familia real estaba al tanto de las actividades y negocios que llevaban entre mano los Duques de Palma y que incluso asesoraron al ahora imputado en varias ocasiones, a petición de éste.
Los correos, que van dirigidos con total familiaridad al Rey actual y también a Juan Carlos de Borbón, cuando aún ocupaba el trono, quieren demostrar que las distancias con el cuñado y el suegro no existían y que todas y cada una de las acciones llevadas a cabo por la Infanta Cristina y su marido, era conocidas de sobra, en el Palacio de la Zarzuela.
Una vez presentado el recurso, el abogado de Torres ha declarado que pretende citar como testigos en el transcurso del juicio a todos los que han intercambiado correos con Urdangarín, aunque el aforamiento en que se encuentran tanto los Reyes actuales, como los salientes, va a convertir en prácticamente imposible que declaren ante el juez, aún cuando se admitiera la petición como viable.
Una nueva vuelta de tuerca, arroja más leña al inmenso fuego candente que constituye este caso y pone en evidencia, al menos, la pretendida frialdad de las relaciones entre los miembros de la familia real, como muchos ya habían intuido, desde que se iniciaron las investigaciones.
El juez Castro, que siempre ha defendido sus razones para imputar a la Infanta, incluso en contra de la opinión del fiscal, ha debido sentir bastante alivio al recibir dichos correos, porque vendrían a demostrar que sus teorías sobre que Cristina era partícipe en los negocios de su marido, no solo quedarían prácticamente probadas, sino que se verían reforzadas, si es cierto que su padre y su hermano, apoyaban de manera tácita los negocios de Urdangarín.
Por qué Diego Torres no había presentado hasta ahora estas pruebas, es una incógnita que probablemente tenga que ver con las negociaciones que en todo caso se establecen entre las partes, para poder llegar a un acuerdo que beneficie a ambas lo más posible.
Pero de ser cierto que el antiguo Rey y el actual callaban ante las actuaciones de Urdangarín, conociendo la naturaleza de sus negocios, el escándalo se convertiría de inmediato, en el mayor de cuántos se han conocido en el país y pondría en entredicho la transparencia de la Institución monárquica.
Porque aunque ninguno de los otros miembros de Casa Real participara de facto, en las empresas del Duque, el hecho de mirar hacia otro lado, permitiendo que continuara con sus actividades, en un plano de total ilegalidad, constituiría en sí mismo, un delito, por el que los españoles estarían en su derecho de pedir que rindieran cuentas, todos los que en él se encontraran implicados.
La presentación de estos correos, podría asimismo explicar la urgencia en conseguir el aforamiento del antiguo Rey y el empeño del PP en aprobarlo sin esperar a conseguir el consenso de los demás Partidos Políticos.
Está visto, que aquí nadie da puntada sin hilo, aunque, sinceramente, cometen la torpeza de pretender engañar a una Sociedad que finalmente, acaba enterándose de lo que está sucediendo y que es capaz de hilar, por sí misma, los entresijos de todas las tramas, hasta llegar a la verdad, aunque para ello, cada español haya de convertirse, por estricta necesidad, en un auténtico sabueso.



lunes, 21 de julio de 2014

La templanza


No le está saliendo muy bien a esperanza Aguirre la cruzada que ha decidido emprender contra Pablo Iglesias, a pesar de ser el miembro del PP más empeñado en desacreditar, por todos los medios, a Podemos.
Pero como siempre ha sido bastante osada, incluso cuando sin tener argumentos, se ha empeñado en alguna esperpéntica empresa, no pasa un solo día sin que propicie un momento para criticar ferozmente la manera de actuar del líder del nuevo partido, siempre intentando frenar un ascenso, que ya se considera imparable.
Aceptar el reto de intervenir en el Debate del sábado noche en La sexta, en una especie de cara a cara no presencial, frente a Iglesias, puede que fuera considerado por Aguirre como una oportunidad para desmontar en directo todas las líneas argumentales en que se basa la ideología de esta Formación, aprovechando a la vez la coyuntura para ridiculizar ante los telespectadores al joven profesor, al considerarlo mucho más inexperto que ella, en las lides de la  política.
Quizá pensaba que atreviéndose a acusarle directamente de estar financiado por Venezuela y de ser poco menos que simpatizante de primer orden de ETA, conseguiría alterar el estado de ánimo de Iglesias, provocando en él una reacción de cólera que terminara por romperle los nervios, haciéndole perder los papeles.
Se equivocó, como todos pudimos ver, de parte a parte y puede hasta que la intención se tornara en su contra , pues si hubiera que asignar una virtud al líder de Podemos, esa habría de ser, sin lugar a dudas, la templanza.
De nada sirvieron a Aguirre los años de experiencia, ni el hecho de doblar la edad de su oponente, ni menos aún, la manida relación de argumentos que pronunciados como una letanía aprendida, recitó ante las cámaras de televisión.
En ningún momento consiguió alterar el pacífico saber estar de Iglesias, que incluso se atrevió a esbozar durante las intervenciones de Aguirre más de una sonrisa y que respondió con toda lucidez, pausadamente y sin esfuerzo, a todas y cada una de las acusaciones que se le hacían, como si hubiera estado en un estudio de televisión, toda la vida.
Ni siquiera se notó un desnivel entre la profesionalidad de uno y otro, ofreciendo a los espectadores la impresión de que el joven líder ya posee talla suficiente para poder enfrentarse al fructífero futuro que le aguarda.
La imagen de la frescura y la ilusión por intentar alcanzar metas que de momento podrían parecer utópicas, contrastaron significativamente con la evidente caducidad de los argumentos de quién ya poco tiene que hacer en un panorama político, estando como está, anclada en argumentos que no conducen a otra parte que a un pasado que todos deseamos dejar atrás y además, con urgencia.
Puede que tras el enfrentamiento, Aguirre llegue a plantearse lo inútil que está resultando su estrategia y opte por cambiar, al menos en cierta medida, su manera de afrontar a partir de ahora, sus relaciones con un Partido que sin duda dará mucho más que hablar, de cara a la celebración de próximos comicios.
Al menos, debe quedarle claro que no salió victoriosa del lance, sino que más bien y como suele sucederle en los últimos tiempos, quedó, de cara a la galería, bastante maltrecha.

Su tiempo ya pasó, afortunadamente, y quiéranlo o no, ella y su partido, habrán de ir acostumbrándose a discutir en serio sobre la política del país, con el Partido de Pablo Iglesias, porque va a estar y de forma significativa, en el próximo Parlamento.

domingo, 20 de julio de 2014

Culpables en la sombra


El derribo de un avión de pasajeros en tierras ucranianas, que ha presentado un saldo de casi trescientos muertos, ha removido el plano de las relaciones internacionales y muy especialmente entre Rusia y occidente, al no estar claro aún quién lanzó el misil que impactó en el aparato que sobrevolaba la zona de conflicto, procedente de Holanda.
El estado de guerra encubierta que se vive entre adeptos al gobierno de Kiev y pro rusos, provoca de esta manera un daño colateral incomprensible y pone inmediatamente en funcionamiento todos los resortes del espionaje militar, para fijar la autoría del hecho.
Casi inmediatamente, EEUU ha adjudicado tal autoría a los partidarios de Rusia, colocando a Putin en la comprometida situación de tener que explicar el motivo de tal suceso y sobre todo, si el derribo del avión fue llevado a cabo de manera intencionada por las tropas bajo su mando.
La herida, que ya sangraba suficientemente sin que se hubiera producido la muerte de civiles extranjeros, se abre aún más si cabe, poniendo en evidencia que las relaciones entre los grandes bloques podrían estar llegando a un punto similar al que ya se diera en los años de la guerra fría.
Sólo que esta vez y en concreto en Ucrania, la guerra es mucho más caliente y la lucha entre rusos y occidentales por obtener la hegemonía en el pequeño territorio, está empezando a alcanzar cotas que pudieran hacerla derivar en un conflicto armado.
Sin embargo, parece pronto para poder confirmar quienes han sido los protagonistas del ataque y la postura de Obama, acusando claramente a los pro rusos, se antoja precipitada, partidista e incluso motivada por un odio ancestral aparentemente incurable.
Hace falta tiempo y mucho trabajo de laboratorio para poder determinar la causa de esta tragedia y las imágenes que todos hemos visto de la zona en que cayó el avión, evidencian la dificultad con que se encuentran los profesionales para poder cumplir con su trabajo, hasta emitir unas conclusiones.
Entretanto, cada cual puede conjeturar cuánto quiera, aunque esto signifique decantarse ciertamente por una de las dos partes beligerantes y pueda traer después consecuencias directas sobre los gobernantes que se atrevan a dar una opinión, sin conocer aún los resultados de las investigaciones.
Tampoco puede probarse que el lanzamiento del misil fuera alevoso, ni que quisiera intencionadamente  terminar con la vida de los pasajeros del vuelo, sin causas aparentes.
O a lo peor, es que no se nos cuenta toda la verdad sobre el suceso y aquellos que presumen de ecuanimidad ante los medios de comunicación, saben cosas que los demás nunca conoceremos.
Porque ¿qué motivaría abatir un avión de civiles que ni siquiera son ciudadanos del sitio en que se libra esta batalla del todo incoherente?
Los unos y los otros, saben a ciencia cierta que hacerlo, sería ganarse el rechazo inmediato de la comunidad internacional y perder la esperanza de conseguir apoyos foráneos, dada la gravedad de los hechos.
Por tanto, no convendría a ninguno de los bandos tener que asumir una acción como esta y  habría que pensar si no se ha debido a una nefasta casualidad, de esas que suelen producirse, por desgracia, en todas las guerras.
O eso, o algún interés oculto hay detrás de esta tragedia, que al final, solo ha afectado de verdad, a los casi trescientos inocentes que ya nunca volverán a casa.



jueves, 17 de julio de 2014

¿A quién sirve el Gobierno?


Hace  un par de años, los españoles asistimos atónitos a una maniobra de rescate bancario que el entonces recién llegado Presidente Rajoy trató por todos los medios de maquillar, intentando evitar que se levantaran las iras de un pueblo que ya entonces empezaba a dudar de sus tácticas en el ejercicio del gobierno.
La catastrófica situación en que se encontraba el país, siempre según el líder de los populares, precisó de más de cincuenta mil millones de euros para sacar a flote a una red bancaria que se encontraba en práctica bancarrota y que no sucumbió gracias a un préstamo europeo con el que nadie estaba de acuerdo y cuya devolución involucrará de manera directa a varias generaciones de ciudadanos.
No dudó Rajoy en embarcarse en tan nefasta empresa, alegando que resultaba ser absolutamente necesaria si queríamos empezar a superar la crisis y prometiendo, de manera baldía, que la devolución de la cantidad prestada y sus correspondientes intereses, no afectaría a la vida de los españoles.
Luego pudimos comprobar  en carne propia la extrema debilidad de sus argumentos y a dos años vista de aquel nunca bien explicado suceso, el número de desempleados ha subido en casi un millón y las familias en riesgo de exclusión que malviven por toda la geografía española, víctimas de la más estricta miseria, ni siquiera se pueden calcular, aunque han aumentado considerablemente.
Ya dijimos a principios del verano, que los más afectados por la falta de trabajo eran los niños y que la desnutrición infantil hacía necesario tomar medidas de carácter urgente, sobre todo si los comedores escolares que proporcionaban a estos niños la única comida diaria que hacían, se cerraban a causa del final de curso, como sucede cada año.
También hicimos hincapié en que varias Comunidades Autónomas habían decidido mantener abiertos los comedores, en vista de la gravedad del asunto y que las gobernadas por el PP se negaban en principio a hacerlo, aduciendo que el hecho de acudir a la Escuela sólo a la hora de comer, podría causar en los menores experiencias traumáticas, al quedar en evidencia su pobreza, delante de su entorno.
Poco después y azuzados por la intervención en de una larga lista de ONG que clamaban horrorizadas ante tan inaceptable argumento, consideraron la posibilidad de dedicar una partida de dinero a este fin y ayer, se reunieron con los representantes de las Comunidades autónomas para ofrecerles dieciséis millones de euros, que además se repartirán de manera muy poco equitativa.
Leyendo esta información, uno no puede evitar que le asalte el recuerdo inmediato de la cantidad que se dedicó al rescate bancario y hacer una  comparación con la que piensa destinarse a combatir la pobreza infantil, comparación que no puede producir más que un sentimiento de auténtica repugnancia.
Porque estos menores, que son los hijos de los parados que ha traído a nuestras vidas la Reforma Laboral, la pobreza extrema que se ven obligados a soportar y la situación familiar en que viven, son claramente, responsabilidad de este gobierno.
Y sin embargo, la importancia que este colectivo absolutamente indefenso parece tener para quienes lideran el Partido en el poder, no consigue rozar, ni de lejos, aquella que se dio a la caída en picado de unas entidades bancarias que rozaron la la ruina, en casi todos los casos, a causa de los desmanes de quienes las dirigían y que sin embargo, merecieron una atención prioritaria de los líderes de la derecha.
Frente a los Cincuenta mil millones que se pidieron para socorrer a la Banca, los dieciséis que se ofrecen para combatir el hambre de los niños, es una cifra que no puede sino causar vergüenza en la gente de bien, que mira con auténtica amargura, cuáles son las prioridades de su Gobierno.
Nada hay peor para un país que tener que admitir que sus ciudadanos sufren hambre, ni nada más bochornoso para un gobernante que haber sido el causante de que la situación llegue a estos extremos.
Sobre todo cuando mientras esto sucede, las Entidades bancarias han conseguido superar con ayuda de todos la crítica circunstancia que padecían y operan con total libertad sin tener que rendir cuentas, a quienes colaboramos obligatoriamente con nuestro sacrificio en pagar  religiosamente a Europa, la que debiera ser su deuda y encima, negándose a dar créditos.





miércoles, 16 de julio de 2014

Un tedioso compás de espera


Un calor inmisericorde recorre la Península de Sur a Norte, haciendo prácticamente imposible realizar casi ninguna actividad, si no es bajo una buena sombra o en  el interior de una casa oscura y fresca.
Las ciudades medio vacías a causa del éxodo masivo, principalmente hacia las playas, y la bajada del intenso tráfico que se convierte en insoportable en invierno, contribuye también a crear una sensación de cierta tristeza, en los que no tenemos la suerte de haber empezado las vacaciones y tenemos aún que lidiar con las inclemencias del maldito tiempo.
Tampoco las noticias que nos llegan son, en sí, suficientemente importantes como para provocar en nosotros esa necesidad de comentarlas que a veces nos recorre la médula espinal, sobre todo si nos producen indignación o llaman a la ira, como suele ocurrir con demasiada frecuencia, en los últimos tiempos.
Solo personajes como Esperanza Aguirre parecen no dar tregua en su lucha contra cualquiera que pueda resultar un peligro para la permanencia de su Partido en el poder y ofrecen titulares en plena canícula, probablemente ayudados por la confortabilidad de un buen aire acondicionado, allá dónde celebran sus ruedas de prensa.
La vida política en verano, siempre sucede igual, se convierte en un largo receso hasta la llegada del Otoño y sus Señorías evidencian en sus apariciones una cierta inquietud por echar el cierre al Parlamento, para perderse, cada cual seguramente, en algún maravilloso y caro destino.
Poco o nada importa a los españoles en General, por ejemplo, el nombramiento de Juncker en Europa o si De Guindos puede llegar a ocupar un cargo de responsabilidad que seguramente habrá merecido por los servicios prestados a la troika y en contra de la estabilidad de los ciudadanos.
Tampoco la marcha de las supuestas negociaciones en Cataluña, ni las reuniones que Mas pueda estar teniendo con Rajoy o con el recién llegado Pedro Sánchez, causan la más mínima sensación en este momento, hastiados como estamos, de que continuamente se utilicen como cortina de humo, para tapar males mucho mayores.
Sí que es verdad, que esta bendita desidia nos ofrece un delicioso compás de espera y nos libera en cierto modo de algunas de nuestras preocupaciones más urgentes, lo cual nos ayuda a tranquilizar  el espíritu y a hacer un acopio de fuerzas de cara a lo que se pueda avecinar y que no se prevé, por razones obvias, que pueda ser nada bueno.
Esto no significa que nos hayamos entregado al ocio, ni que hayamos dejado de pensar mal de todos aquellos que nos hacen padecer toda suerte de indignidades. Únicamente y aún estando siempre alerta, no nos queda otro remedio que bajar el ritmo y dedicarnos en cierta medida al reposo y a la meditación, a poder ser, por favor, en agradable compañía.


martes, 15 de julio de 2014

El mas valorado


Por mucho que le pese al PP, al PSOE y a todo aquél grupo, formación o persona  que desde que se conocieron los resultados de las Elecciones Europeas, se haya dedicado a lanzar ataques indiscriminados sobre el Partido de Pablo iglesias, una encuesta del CIS viene hoy a confirmar que la mayoría de los españoles piensan que fue precisamente Podemos la que hizo mejor campaña electoral, a diferencia del PP, que ocupa el último lugar en esta lista, en la que casi todos salen bastante mal parados.
La Sociedad, que por cierto goza de un nivel de inteligencia muy superior al que le suponen la mayoría de los políticos, ha sabido entender un mensaje expresado con claridad meridiana que lejos de ser populista, ha supuesto más bien un reflejo exacto y detallado de los problemas que la vienen aquejando desde el comienzo de la crisis y ha visto en el joven Pablo Iglesias, al único político interesado por resolver verdaderamente y de manera independiente, todos los conflictos que han generado, con su mal hacer, los integrantes de las dos últimas plantillas de Gobierno.
 No es pues de extrañar que la brillantez de sus argumentos y la asombrosa entrada en escena que ha protagonizado Podemos en el cerrado mundillo de la política, en tan solo unos meses desde su creación, haya provocado un maremoto entre los líderes de los Partidos mayoritarios, que han empezado a ver que una amenaza seria de incalculables dimensiones, tal vez podría hacer peligrar y mucho, la estabilidad del sinfín de privilegios que habían venido disfrutando, con su alternancia en el poder.
Ha cundido el pánico, es innegable y así lo demuestra la reiterada práctica de ataque que ha emprendido la derecha contra Podemos, prácticamente desde la misma noche electoral y sin auténticas razones que justifiquen su exagerada beligerancia contra un grupo recién nacido para la política.
Se han entregado con auténtica saña a una descalificación personal contra quién la lidera, que sobrepasa todos los límites de la ética establecidos en el juego democrático y dice mucho de la catadura moral de los que han hecho del insulto y la mentira, la única arma con que combatir el  legítimo derecho de Podemos, a optar a puestos de responsabilidad en las tareas de gobierno.
De nada ha servido tergiversar cada frase que Pablo Iglesias ha pronunciado, ni acusarle por activa y pasiva de ser chavista o pro  etarra.
Afortunadamente, hace tiempo que el pueblo español ha aprendido a interpretar los mensajes, e incluso se ha visto obligado a leer entre líneas, cada vez que se dirige a los ciudadanos, un político.
Nada importa pues, la interpretación que de las intervenciones del líder de Podemos hayan podido hacer los periodistas adeptos a según qué tendencias, ni la reiteración en manidos argumentos que hayan podido tener los barones del PP, cada vez que les ponen una cámara delante.
Tampoco tiene ninguna relevancia la estética de Iglesias, ni dónde se compra la ropa, ni si lleva o no el pelo largo o no se pone chaqueta para acudir al Parlamento europeo.
Tales nimiedades quedan absolutamente sepultadas bajo la enorme razón que asiste a sus argumentos, que no son otros que un relato fehaciente y detallado de las miserias que le han sido impuestas por la fuerza a los ciudadanos españoles  y que se han tenido que sufrir con una desprotección total, abandonados como estamos por la propia justicia, que en general, suele someterse a la voluntad de quienes ostentan el poder, o al menos, esa es la percepción que tenemos.
El flechazo entre pueblo y Podemos, no es fruto de un embaucamiento general, ni la sociedad ha sido, pues, abducida por un encantador de masas que utiliza el populismo para obtener los frutos del poder que tanto apetecen a todos.
El millón y medio de votantes que hemos introducido en las urnas un voto para Iglesias y los suyos, lo hemos hecho de manera plenamente consciente y porque nos sentíamos plenamente identificados con cada una de las situaciones descritas en su discurso y sabíamos, además,  la urgente necesidad de hacer algo para cambiar nuestro presente y el futuro de nuestros hijos.
Claro que esta explosión de solidaridad ciudadana, este apoyo de los unos a los otros y el ascenso inesperado de Podemos en unas elecciones que siempre habían parecido no tener ninguna importancia para nosotros, ha puesto en evidencia la ineficacia para convencer que tienen en este momento los integrantes del bipartidismo y ha dejado muy claro que en el juego democrático, si nosotros queremos, nada resulta imposible.
Evidentemente, era otra cosa bien distinta lo que el PP, en este caso, pretendía de nosotros y este triunfo popular, sincero y abierto, ha dado al traste con su intención de someternos y de hacer de nosotros sumisos ciudadanos grises incapaces de expresarse con libertad, atenazados por el miedo.
Ya ven que han fracasado estrepitosamente y mucho más que fracasarán, si continúan por el camino del ataque y la difamación que han emprendido, conscientes como son, de que ya no gozan de la confianza que suponía permanecer eternamente en lo más alto del Podio, como ganadores electos.
La brisa fresca que se ha colado por la ventana ha empezado a matar el olor de podredumbre que reinaba en el panorama político español. Y el mañana depende de nosotros, como muy bien sabemos.     


lunes, 14 de julio de 2014

Estrenando líder


Se estrena Pedro Sánchez como Secretario General del PSOE, sin que finalmente su lucha con los otros candidatos haya resultado reñida y dejando en los militantes y ciudadanos en general, un regusto amargo a manipulación en silencio.
Quedan Madína y Pérez Tapias muy lejos del flamante ganador, pues sus apoyos venían de lugares en los que su Partido había dejado de interesar hace tiempo, por lo que resultaba imposible competir sin contar con la mayoría numérica de Comunidades como Andalucía, Madrid o Valencia.
 Llega Sánchez, con la táctica aparentemente conciliadora de acoger a toda la militancia socialista por igual y arropado, en una de sus primeras imágenes, por Susana Díaz, que estando como está en el candelero de la actualidad informativa y siendo como es, un referente de futuro para su familia política, podría formar un curioso y conveniente tándem con el recién llegado, de cara a nuevos comicios.
Sin embargo, los ciudadanos no perciben que nada haya cambiado desde ayer y podría decirse sin temor, que la elección del nuevo Secretario General provoca en ellos, muy poco más que mera indiferencia.
En pleno periodo vacacional y cansados por el esfuerzo de todo un año de continuos sobresaltos e incalculables pérdidas, los españoles no estamos ahora mismo por recuperar la confianza que perdieron los socialistas, desde que nos abandonaron a nuestra suerte, en la última Legislatura del Gobierno de Zapatero.
Mucho más interés ha despertado sin duda, la final del Mundial, que afortunadamente, acabó ayer, cómo no, con victoria alemana, además, en el campo del deporte balompédico. También es torpeza, hacer coincidir la elección de Sánchez con un acontecimiento de este porte y la mayoría de la gente, ni siquiera se habrá enterado del resultado de las votaciones, hasta esta mañana.
Cómo le vaya a Sánchez desde hoy, depende exclusivamente de su comportamiento y así habrá de asumirlo de aquí en adelante, si quiere continuar en el puesto durante cierto tiempo, pero sin saber muy bien por qué, o quizá sabiéndolo, a mí me huele su llegada a más de lo mismo, creyendo como creo, que no basta una cara nueva para cambiar en profundidad, la estropeadísima imagen de un PSOE, que huele a moribundo, desde lejos.



domingo, 13 de julio de 2014

Malos tiempos para los rebeldes


Una Ley de seguridad ciudadana que vuelve a los primeros años setenta, cuando los últimos coletazos de la dictadura reprimían con dureza la valentía de los estudiantes y obreros españoles que se atrevían a manifestarse  en defensa de la libertad, cae como una losa, potenciada por el ejecutivo del PP, sobre quienes conscientes de la mala política que está practicando este Partido desde su llegada al poder, encuentran en la calle el único foro desde el que ser oídos.
Los movimientos ciudadanos que han aflorado en los últimos tiempos, como una forma de atacar la prepotencia de la mayoría absoluta que está tensando la cuerda de las vidas de todos, en un abuso de poder sin precedentes, verán mermados considerablemente a partir de ahora  sus derechos de expresión y reunión, teniendo que cuidar extremadamente sus movimientos, si no quieren enfrentarse a penas de multa y hasta de cárcel, solamente por participar en manifestaciones o gritar en contra de algún político en particular, en lo que se ha dado en llamar escraches.
Volviendo a introducir la figura del “retenido”, que ya en tiempos de Franco permitía una especie de limbo jurídico en el que las personas podían permanecer siendo interrogadas, hasta que un juez decidiera si había cometido o no un delito, el mundo de libertad que desde la llegada de la Democracia hemos disfrutado los ciudadanos, se acaba y el criterio de la policía sobre nuestro comportamiento en las manifestaciones marcará, a partir de este momento, si nos llevan o no al furgón, aunque sólo sea como una medida preventiva, que nos sacaría en ese instante de la calle.
Gracias a Mariano Rajoy, ser rebelde en España tendrá un precio que no todos podremos pagar y se convertirá en un acto de valentía que únicamente aquellos que estemos dispuestos a todo por defendernos de los ataques indiscriminados de la política estaremos dispuestos a afrontar, aún a riesgo de que empiecen de nuevo a proliferar, aquellos héroes anónimos que acabaron por convertirse en referentes de la lucha social, en los años de la dictadura.
Tienen los jóvenes a su favor, no haber vivido gracias al esfuerzo impagable de sus mayores, situaciones como las que vivíamos los que ya entonces decidimos que no toleraríamos lo injusto y por tanto, será difícil que puedan olvidar  lo apetecible que resulta la práctica de la libertad de expresión, por lo que con toda probabilidad, decidirán que merece la pena correr el riesgo de intentarlo y lo harán, exactamente igual que lo hicimos los que les precedimos en esta batalla, al parecer interminable.
No crea Rajoy que será fácil ahora silenciar a un pueblo, ni que la sociedad estará dispuesta a acatar sumisamente cualquier Decreto que él decida aplicar, aunque haya obtenido esa mayoría absoluta bajo la que se ampara para cometer toda una suerte de atropellos.
La educación de los años de Democracia ha sido aprovechada al máximo por los que antes nada teníamos y este pueblo ya no es aquella masa formada por analfabetos que acostumbraban a manejar los abuelos de los que ahora nos gobiernan.
Hemos evolucionado y aprendido. Conocemos a la perfección cuáles son nuestros derechos innegociables y no estamos, de ninguna manera, dispuestos a perder ni una sola parcela de libertad, aunque ya no contemos en este asunto, con el apoyo de nuestros políticos.
La rebeldía, es ahora más que nunca, a causa de la situación que padecemos, no solo un arma necesaria para ser escuchados, sino además, una obligación para quienes estamos seguros de que este modelo político no es el que nos conviene.
Así que por muchas leyes que promulguen, por muchas intenciones que se tengan de convertir a los españoles en mansos corderos, puede más la necesidad perentoria de terminar con esta pesadilla que han traído a nuestras vidas, que el miedo a ser reprimidos como antes, por los que injustamente, ocupan el poder.
Teniendo en cuenta que sólo falta año y medio para unas nuevas Elecciones Generales, cualquier error en la aplicación de esta ley de seguridad ciudadana, podría costar a Rajoy y los suyos, para siempre, su puesto.
Que nadie olvide, por favor, que la fuerza de nuestros votos puede, si quiere, cambiarlo todo en un momento.


jueves, 10 de julio de 2014

La guerra eterna


El recrudecimiento de la violencia entre israelíes y palestinos, cerca de la franja de Gaza, pone de manifiesto que el conflicto que perdura en el tiempo, con altos y bajos en esa zona del mundo, parece haberse convertido en una guerra interminable.
Ni mediadores ni expertos en la materia han conseguido hasta ahora dar con una solución que contente a las dos partes y esta batalla a muerte por la posesión de la tierra, que más parece propia de una época medieval, se va perpetuando con un alto coste de vidas humanas, que a nadie debe importar en realidad, cuando no son capaces de ceder ni un ápice en la dureza de sus posturas.
Es verdad que la superioridad armamentística de Israel posibilita que en algún momento termine por arrasar las zonas que ocupan los palestinos y también que éstos últimos están basando todas sus respuestas a los ataques en la actuación de grupos terroristas, pero si realmente hubiera voluntad de encontrar un camino que pudiera satisfacer los intereses de todos y una vía real de diálogo libre de toda violencia, terminar con un problema que está teniendo graves repercusiones a nivel mundial, podría estar más cerca, haciendo que unos y otros, por fin, pudieran emprender una vida con posibilidades de un futuro cierto, del que ahora carecen, a causa de la batalla campal que mantienen y del odio cerval  que llevan dentro, prácticamente desde la cuna.
El apoyo de las grandes potencias a uno u otro, tampoco ayuda nada al restablecimiento de la paz y los intereses materiales que mueven a los líderes mundiales, que jamás piensan en las personas y siempre en el negocio, constituyen en sí mismos, un obstáculo insalvable que impide cualquier tipo de acuerdo, quizá porque conviene que la tensión siga siendo una fuente de ingresos seguros, que de otro modo perderían los que manejan determinadas empresas.
 Y luego está la cuestión moral, que impide entender que Israel practique a diario con quienes considera sus enemigos, exactamente los mismos métodos que sufrieron los judíos en carne propia, durante la segunda guerra mundial y que asombraron al mundo por la magnitud de su crudeza.
Levantar muros, segregar a la gente por razones étnicas y en este caso también religiosas, hacer patente su superioridad por medio de la fuerza, recuerda peligrosamente lo que las SS se encargaron de hacer  y que constituyó uno de los episodios más terroríficos de cuántos se han producido a lo largo de la historia.
Y los árabes, que parecen sentirse orgullosos de no haber evolucionado en el tiempo y que apoyan inexplicablemente el fanatismo de los líderes de los grupos terroristas, dispuestos a ignorar que existen otras vías por las que solucionar diplomáticamente los conflictos, por muy graves que sean sus consecuencias.
Nada se resolverá mientras no se comprenda que desnudos de patriotismos baratos  y respetando en plenitud cualquier tipo de creencia, todos los hombres somos iguales, que sufre de la misma manera un palestino que un israelí y que convivir pacíficamente los unos con los otros es, simplemente, una cuestión de anteponer la razón a la fuerza.

Mirar por la ventana y entender que lo que ocurre al otro lado de la calle causa el mismo dolor que el que nosotros sentimos, sería quizás el primer paso para alcanzar el fin de esta conflagración sempiterna.

miércoles, 9 de julio de 2014

La táctica del insulto


Mientras la eliminación de Brasil del mundial y la muerte de Di Stefano copan la atención informativa, volviendo a convertir al Fútbol en el asunto más importante del país, la triste vida de los ciudadanos y su situación de penuria económica continúa exactamente en el mismo punto en que se encontraba, sin mejorar un ápice desde que empezara el campeonato de este deporte adormecedor de conciencias.
Entretanto, la formación Podemos, con su líder Pablo Iglesias a la cabeza, se atreve a demandar judicialmente a Esperanza Aguirre, por tratar de establecer estrechas vinculaciones de este Partido con el  Chavismo de Venezuela y la organización terrorista Eta, como han venido apoyando también todos los medios informativos adeptos a la derecha, en una campaña sin precedentes contra el grupo que mejores resultados obtuvo en las elecciones europeas.
El ataque feroz que sin duda es fruto del miedo cerval que despierta en el PP la sola idea de que Podemos pueda llegar a ser la llave del poder en las próximas Elecciones Generales, viene produciéndose de manera reiterativa y diaria, probablemente con el afán de crear al menos, una duda razonable en el electorado y haciendo efectivo el españolísimo refrán que reza: Difama, que algo queda.
A pesar de todo, aún no han conseguido que Iglesias pierda los papeles, lo cual debe resultar increíblemente irritante para los atacantes, a los que no queda más remedio que bajar el tono de los insultos ante la impasibilidad del líder de Podemos, cada vez que se enfrentan con él cara a cara, sin conseguir el objetivo marcado de que responda de mala manera.
Únicamente el inteligente Monago ha salido en defensa de Iglesias, manifestando que la Formación apoyada por más de millón y medio de votantes merece por lo menos, respeto, desmarcándose una vez más de las líneas impuestas por su Partido, que ha optado erróneamente por la descalificación, desde la mañana siguiente del recuento de las europeas.
La estrategia del  PP resulta sin embargo, tan evidente para todos los españoles, que por cada insulto vertido sobre ellos, los integrantes de Podemos podrían conseguir un alto número de nuevos votos, con los que con toda probabilidad, se conviertan en la tercera fuerza política del país, por encima de UPD e IU.
Si ahora además Pablo Iglesias consigue una decisión judicial a su favor y en contra de las tesis defendidas por Esperanza Aguirrre y por medios de comunicación como el Canal 13 o El Mundo, nada podrá detener el avance de su Partido, que ha conseguido ilusionar a unos ciudadanos hundidos por los nefastos efectos que sobre sus vidas  han tenido las medidas adoptadas por los políticos.
Ya puede olvidarse La Casta, como califica Iglesias a quienes hacen de la política un medio para su propio enriquecimiento, de apartar a Podemos del panorama político nacional, ya que no les quedará otro remedio que acostumbrarse a convivir con sus representantes en el Parlamento, escucharles con atención, e incluso llegar a pactar, si es que quieren seguir manteniéndose en alguna parcela de poder.
Haciendo un símil con la actualidad deportiva, Podemos también le ha metido siete a uno al PP, al PSOE y a todos aquellos grupos tradicionales que se habían creído que  su posición de privilegio era eterna.
Convendrán conmigo, en que todo el mundo tiene derecho a competir por gobernar, si es que este país sigue viviendo, verdaderamente, en una Democracia.


martes, 8 de julio de 2014

Una nefasta mayoría


Es fácil entender que para un Partido que se presenta a unas Elecciones Generales, obtener una mayoría absoluta que le permita gobernar en solitario, pueda ser una meta difícil de obtener, pero por la que hay que luchar con uñas y dientes y es razonablemente comprensible que esto sea así y no de otra manera, sobre todo si como en un país como el nuestro, esa mayoría absoluta garantiza el hecho de tomar decisiones sin ningún tipo de oposición, durante los cuatro años que dura una legislatura.
Sin embargo para los pueblos y para el nuestro en particular, que tiene la desgracia de no contar con recursos legales que permitan apear del poder a aquellas formaciones políticas que incumplan el programa con el que se presentaron a los comicios y que ha de conformarse con la línea política que haya decidido seguir el ganador de esa mayoría, no deja de ser una desgracia de la que no se puede escapar y a la que habremos de permanecer anclados, hasta que se nos de una nueva oportunidad de acudir a las urnas.
El caso del PP, con Mariano Rajoy a la cabeza y el modo en que ha afrontado desde su llegada las labores de gobierno, constituye en sí mismo, un claro ejemplo de que la satisfacción de los ganadores y el sentimiento de indignación que se impone en la sociedad, a causa de la imposibilidad de hacerse oír, ni siquiera a través de los grupos de oposición en el Parlamento, van en relación estrictamente inversa.
La aprobación de medidas económicas por Decreto que se han venido sucediendo desde que Rajoy ocupó su cargo en la Moncloa y la aprobación de Leyes como la Reforma Laboral o la Ley del aborto, junto con la sucesión interminable de recortes sociales que hemos tenido que sufrir estoicamente los españoles, deja patente que para la totalidad de los ciudadanos, la existencia de una mayoría absoluta en el Congreso, es un auténtico tormento.
Como continuación al sinfín de tropelías que el PP ha cometido  amparado en esa mayoría, parece que el próximo Jueves se va a aprobar, cómo no, también por decreto, un paquete amplísimo de medidas capaces de modificar el trasfondo económico que hasta ahora nos era familiar y que se volverá a hacer sin contar con la opinión de los otros Grupos Parlamentarios, nuevamente a través de esa mayoría que constituye una patente de Corso, para Rajoy y los suyos.
Poco o nada va a importar que los líderes de todos los otros Partidos presentes en el Congreso hayan empezado a hablar de que se está secuestrando la democracia y que se opongan en bloque a la aprobación de este Decretazo que ni siquiera se impone ya, de manera encubierta.
Otra vez, los españoles tendremos que aceptar lo que Mariano Rajoy nos quiera imponer y sea lo que sea, habremos de cargar con ello, al menos, hasta las Elecciones Generales para las que aún falta, aproximadamente año y medio.
Para entonces, la derecha ya se habrá encargado de esquilmar los pocos recursos que aún puedan quedarnos, apoyados en la reforma de nuestro IRPF, el pago de nuevos impuestos por nuestras indemnizaciones por despido o por la venta de nuestras casas y habrá conseguido ganarse la estima de los magnates europeos a los que sirven de una manera patética, a costa del sacrificio extremo que exigen a todos los españoles.
Lo malo es que estos caminos, raramente permiten una vuelta atrás y que suele ser norma de todos los gobiernos actuales, del signo que sean, aceptar como bueno todo aquello que les permita llenar las arcas del ·Estado, por lo que estas medidas de corte dictatorial y recaudatorio, bien podrían, a partir de ahora, convertirse en costumbres.
Y sin embargo, ninguno de los grupos parlamentarios ha defendido aún la urgencia de cambiar la legalidad vigente para poder introducir en ella algún tipo de Ley que permita forzar la dimisión de un gobierno, si como es el caso de ahora, abusara de su poder, en perjuicio flagrante de los ciudadanos a los que, teóricamente,  representa.
Alguna Ley que se tenga mayoría absoluta o no, termine con las tiranías impuestas al conjunto de la sociedad por determinado grupo en el poder y que claramente favorece a otros intereses que nada tienen que ver con el bienestar de toda la sociedad, de la que debe ser servidor y a cuyo beneficio se debe.
El Decretazo que se nos viene encima podría ser, no obstante, el detonante que agite nuestra frágil calma social y la gota que acabe de colmar el vaso de nuestra infinita paciencia.
Tener cada vez menos, ser denostados, vejados y vapuleados reiterativamente por nuestros  gobernantes, empieza a causar en nosotros una especie de odio incontrolable por la figura de los políticos y no puede traer otra cosa que una mayor indignación y ganas de combatir los abusos.
Rajoy está tensando tanto la cuerda, que acabará rompiéndose en el momento más inesperado.





lunes, 7 de julio de 2014

Buceando en las aguas profundas


Una vez conseguido el objetivo de que en Cataluña no se hable de otra cosa que de la Consulta soberanista y habiendo caldeado los ánimos de los ciudadanos hasta el punto de provocar ciertos odios irracionales por razones de etnia, Artur Mas anuncia en pleno periodo pre vacacional que llevará a cabo nuevos recortes en Otoño, medida que por cierto coincidirá de lleno con la convocatoria hasta ahora ilegal, de su cacareado Referendum.
Buceando en las aguas profundas de la política catalana y en el modo de gobernar que Convergencia i Unió está practicando desde su llegada al poder, no puede por menos que advertirse una más que sospechosa similitud con la forma de hacer del que se considera el peor de los enemigos en aquellas latitudes y que no es otro que Mariano Rajoy, con quién tan mal dice Mas que se entiende.
Teniendo en cuenta que las competencias de la Generalitat son bastante completas, habría que convenir que la responsabilidad de la multitud de recortes aplicados y la pérdida de derechos sociales que han sufrido los catalanes en los últimos tiempos son, casi en su totalidad, responsabilidad única y exclusiva de Mas y su gobierno y que por mucho que se empeñe en relacionarlo de alguna manera con la contribución tributaria que han de hacer al Estado español, las cuentas no salen, ni de lejos.
Salpicados además, de lleno, por los escándalos financieros de la familia Pujol, que presuntamente había hecho de Andorra una especie de Banco particular al que trasladar cantidades obtenidas de manera absolutamente fraudulenta, a Convergencia no le quedaba otro remedio que ser capaz de urdir un plan brillante, lo suficientemente atractivo, como para poder captar la atención de toda la sociedad Catalana y que a la vez, moviera la sensibilidad colectiva, despertando un sentimiento de férreo patriotismo nacionalista, mientras conseguía desviar todas las miradas de los verdaderos problemas que en principio debieran ser, prioritarios para todos.
La cuestión soberanista y el empeño personal que Mas está poniendo en ella, no es más que la punta del enorme iceberg que se esconde bajo las aguas turbulentas sobre las que se asienta su propio gobierno y su pretensión, que además ha sabido ganarse desde el principio el apoyo de otros grupos políticos como ER, parece haber triunfado plenamente, pues en Cataluña han quedado silenciados todos los nefastos efectos que sobre sus ciudadanos ha ejercido la manera de gobernar de su Presidente.
Pero la situación laboral que padecen los catalanes y la incidencia que los recortes de Mas  está teniendo sobre materias como la Educación y la Sanidad son evidencias y la línea ideológica que siempre ha movido a los militantes de CIU, como todos sabemos, es igual que la de Rajoy, neoliberal y de derechas.
Los cambios que esperan los catalanes de una independencia, a la que pueden aspirar libremente si así lo desean, según mi criterio, no llegarán sin embargo, jamás, de la mano de Mas, ni de nadie que comparta su pensamiento y la resolución de los problemas que les acucian, que coinciden plenamente con los que también padecemos los españoles, nunca será gestionada de manera satisfactoria para el pueblo, por nadie que proceda de ningún Partido político adscrito a la corriente en la que se sitúa su tan amado Presidente.
Independiente o no, Cataluña se encuentra en la misma situación agónica que España, es víctima de un porcentaje igual de casos de corrupción y adolece de las mismas carencias que los que a fuerza de escucharlo, consideran sus enemigos.
Por tanto, además de luchar por conseguir la celebración de la Consulta soberanista propuesta por Mas, los catalanes harían bien en volver la vista hacia la realidad que soportan a diario y empezar a plantearse con seriedad variar su intención de voto, para otorgarlo a alguien menos manipulador de buenas voluntades y conciencias.


domingo, 6 de julio de 2014

Sin tirón


Muy mal anda el PSOE, si realmente cree que volverá a ganar la confianza del electorado español eligiendo un nuevo Secretario General y dando un somero lavado de cara a su manera de hacer política, porque la imagen que ofrecen los tres candidatos en liza a la ciudadanía en general, es en definitiva, un claro reflejo de la caótica situación que se vive en el seno de la Formación y no consigue paliar, ni siquiera mínimamente, ni uno solo de los grandes errores que cometieron durante la etapa en que Zapatero gobernaba el país, ni en el tiempo que Rubalcaba ha sido cabeza de una oposición que ha parecido más bien inexistente.
Verán, la clave del éxito del PSOE  durante la etapa de la transición y en años posteriores no fue otra que hacer a los ciudadanos pensar que estaban votando a una izquierda moderada, alejada de planteamientos radicales, capaz de luchar por los derechos laborales y sociales en el Parlamento y con líderes que nada tuvieran que ver con las corruptelas que se acostumbraban a practicar, durante la etapa del franquismo.
En esa época, el carisma innegable del tándem González y Guerra y el ansia indiscutible de cambio que corría por las venas de los habitantes de la nación, fue suficiente para aupar desde la nada a un Partido al que avalaban cien años de historia y una presumible transparencia a la hora de hacer política, que convencieron a una gran parte de aquel electorado que en 1982 le dio la victoria.
Pero esa época de florecimiento quedó atrás y la evidencia de que el poder corrompe y de que sobre todo, es capaz de transformar las creencias hasta pulverizarlas del todo, han conseguido ir deteriorando las bases en que se asentaba aquel socialismo de los primeros años, hasta convertirlo en esta especie de esperpento ideológico sin definición que pulula entre la derecha y la izquierda según soplen los vientos y carente de todo sentido y de líderes capaces de cerrar definitivamente las páginas de su pasado más reciente, deshaciéndose de todos los lastres humanos responsables de lo que ha sido una pérdida de identidad que ha dejado a la gente huérfana de todo aquello en lo que creyó e indignada por el enorme engaño que bajo esas siglas se ha urdido, en los últimos tiempos.
 Ninguno de los tres candidatos que ahora se presentan como salvadores del proyecto socialista trae un discurso mínimamente capaz de hacer tambalearse los cimientos de su Partido, ni parecen tener la fuerza necesaria para comprender que se debe partir desde cero, para lograr borrar la enorme degeneración que ha sufrido este socialismo español que se ha perdido en su totalidad, a causa del servilismo demostrado a los grandes, que asfixian a la población con sus continuas exigencias.
A ninguno de los tres se ha oído aún hacer una autocrítica profunda de su última etapa de gobierno, ni reconocer que ellos fueron quienes empezaron a abrir peligrosas puertas por las que después se ha colado Rajoy con sus destructivas reformas laborales y sociales que han dejado a este pueblo en la más absoluta de las ruinas, ni atreverse a expulsar de sus filas a todos aquellos que hace tiempo cambiaron los principios fundamentales de su ideología, por un ambicioso proyecto más cercano a las fuentes del capitalismo feroz, que a las de un pensamiento concebido como apoyo incondicional a los problemas de unos trabajadores, hoy abandonados a su suerte.
Asentados en cimientos de barro y en un imposible afán reformista que en ningún caso puede dar resultados que saquen a su Partido del hoyo profundo en que se encuentra, los candidatos parecen hablar, exclusivamente, para los incondicionales capaces de soportar estoicamente todo lo que se pueda llegar a hacer, simplemente por la fuerza de un fanático amor a unas siglas, francamente desgastadas por la evidencia de unos actos abyectos.
Muchas veces hemos dicho y nos reafirmamos en ello, que el PSOE más que una transformación necesita una auténtica Revolución, si quiere sobrevivir a su propia tragedia y ninguno de estos tres candidatos posee ni el empaque ni el criterio que debe mover a un revolucionario en sus comienzos, ni la firmeza en tomar decisiones sin titubeos que caracteriza a los líderes capaces de cambiar radicalmente una situación tan viciada.
Para eso tendrían que olvidarse, en principio, de su ambición por el poder y entender que ser socialista está radicalmente reñido con las aspiraciones que Europa tiene para nosotros.
Y partiendo de ahí, empezar a construir desde abajo, sin prisa por gobernar, todo aquello que empezó a hacerse añicos cuando decidieron que ya no eran marxistas, bajaron el puño, dejaron de cantar la Internacional y se acomodaron a los placeres del consumismo, sucumbiendo a las exigencias de los que ya antes se habían transformado en socialdemócratas en su querida Europa y que en realidad, lo que habían descubierto era que coincidiendo con el capitalismo se vivía, a nivel personal, infinitamente mejor.
Siento decir que cuando finalmente termine esta lucha por el puesto de Secretario general y este PSOE que no está dispuesto a cambiar elija por fin un nuevo líder, sea quien sea, los españoles continuaremos pensando que ya no nos convencen, para nada, sus argumentos y que en el fondo, estamos asistiendo a una sustitución de personas por otras que nada nuevo tienen que ofrecer.
Qué pena de Partido y qué pena de espacio ideológico perdido, únicamente por la influencia del color del dinero.