miércoles, 28 de febrero de 2018

La trampa de Montoro



En cuanto las calles del país se han llenado de pensionistas indignados, en un movimiento impredecible, que cada vez recuerda con más fuerza a las manifestaciones del 15M, al Partido Popular se le han encendido todas las alarmas y el sólo pensamiento de que podría perder a una gran parte de los que habían sido hasta hora sus electores, debe haberle aconsejado la urgente  necesidad de encontrar una salida a este problema, que se ha enquistado en las venas de una Sociedad, harta de la inacción de un Gobierno que ha no sólo ha vaciado la hucha de las pensiones, sino que ha tenido el atrevimiento de sugerir a los mayores que se procuren planes privados, creando una incertidumbre colosal en este colectivo que abarca a más de nueve millones de ciudadanos y que en su mayoría, pasa auténticos apuros para cubrir las primeras necesidades, que toda persona tiene.
Apoyándose en la idea de que un buen número de nuestros mayores, carece  de la Formación necesaria para entender al pie de la letra los asuntos de la Economía y sin tiempo para urdir otro plan, a causa de la repercusión que están teniendo estas manifestaciones semanales, en todo el territorio nacional, a Montoro se le ha ocurrido lanzar un anzuelo, en el que promete una rebaja fiscal, aún por determinar, a todos aquellos jubilados que pasen de los ochenta años y que ha sido, inmediatamente rechazado por los asesores con los que cuentan los colectivos en lucha, al representar una trampa monumental, pues sólo afectaría a una mínima parte de los perceptores de pensiones y no sólo por razones obvias de edad, sino también porque una buena parte de ellos, se encuentra exenta de hacer la declaración de la renta, al no alcanzar los doce mil euros anuales, que para ello se exige.
La indignación ha subido de tono, al comprobar que como en otras ocasiones, los populares no tienen el menor reparo en tratar de aprovecharse de los  más débiles y han sido innumerables, las voces de expertos economistas que se han apresurado a informar a los afectados de lo que supondría para ellos, la aceptación de tal propuesta, dejando meridianamente claro que esta no es la solución al problema que  les aflige y que habría que evitar por todos los medios, que tales medidas se apliquen.
A esta denuncia, se han unido también los Partidos de izquierdas, que defienden, esta vez al unísono, la viabilidad de una subida que se corresponda con la del IPC, para todos los pensionistas españoles y que abominan del intento del Ministro Montoro, que en cierto modo trata desesperadamente de dividir a los jubilados, para frenar el estallido social que están protagonizando y que ya ocupa las primeras páginas de los grandes periódicos del mundo.
La indignidad de sacar partido a esta coyuntura, que ha sobrevenido por un problema real que sufren, en carne propia, nuestros mayores y que viene dado por la espantosa gestión que llevado a cabo el Gobierno de Mariano Rajoy, tras hacer trizas en 2013, lo acuerdos del Pacto de Toledo, puede dar una idea de la catadura moral  que caracteriza a los Ministros conservadores  y ofrece a los españoles un motivo más, para no volver a votar a este Partido Popular, que brega a duras penas, atrapado entre la corrupción, el separatismo y las consecuencias de sus políticas de recortes y que no sabe o no desea resolver la precariedad laboral que nos ha traído su famosa Reforma estrella, dejándonos un rastro de inestabilidad  permanente, que no terminará hasta que no abandonen un poder que quizá no debieron ganar jamás, a la vista de las circunstancias que vivimos.
Ahora que Ciudadanos parece haberse descolgado de la tutela de Rajoy y se atreve a dar pasos al frente buscando un adelanto electoral que conviene a sus intereses de Partido, sería un buen momento para que las Formaciones de izquierdas hicieran el esfuerzo de unirse para librar una batalla final y presentaran una moción de censura que, tal vez, hasta podría contar con el apoyo de un Albert Rivera, que sueña día y noche con la oportunidad de alcanzar la Moncloa, obviando que en esto de la política, nada está escrito de antemano, ni es para siempre.
Lo único que podría afirmarse, sin margen de error, es que el PP atraviesa el que ha sido hasta ahora, el  peor de sus momentos y que la vieja derecha, se tambalea de un lado a otro, a la espera de que una ráfaga de malos vientos, consiga derribarla, el día menos pensado, con deshonor y sin probabilidad de recomponer la imagen que han dejado en el corazón de los ciudadanos de un país, harto hasta la saciedad, de que se juegue con sus sentimientos.
Puede que sean los mismos que supieron dar el paso hacia la Democracia, los que consigan ahora el milagro de volver a cambiar el Sistema, ofreciendo esta vez, a los jóvenes que les siguieron, toda una lección de cómo se puede gestionar la libertad y sobre todo, de la importancia real que tiene la fuerza de los votos, cuando ya no se puede más y se necesita abrir las ventanas para respirar aire puro, si no se quiere morir asfixiado, por el olor a podredumbre que corroe los cimientos de nuestra propia casa.

martes, 27 de febrero de 2018

Un ascenso imparable



Coincidiendo con la celebración del día de Andalucía y a la espera de que se produzca el relevo del ministro de Guindos, aunque Rajoy ya ha anunciado que no habrá más cambios en su Gobierno, se publican los datos de una encuesta realizada precisamente en esta Comunidad, que confirma, como viene ocurriendo últimamente, el ascenso imparable de Ciudadanos, que sube nada menos que diez puntos en la intención de voto de los andaluces, colocándose en segundo lugar y por encima de PP y Podemos.
El caso de  la Comunidad andaluza, en la que siempre ha gobernado el PSOE, desde hace casi treinta años, ha sido una espina clavada en la columna vertebral de los conservadores, que nunca han conseguido convencer a los habitantes de esta parte del territorio español, teniendo que conformarse con algún que otro triunfo en los Ayuntamientos de las grandes ciudades y que jamás han logrado sacarse, a pesar de las muchas veces que lo han intentado, con viejos y nuevos candidatos que a la mayoría de la gente, no han generado ningún tipo de confianza.
Ni siquiera el gravísimo asunto de los ERE, o la imputación en el mismo de dos ex Presidentes, como Cháves y Griñán, han podido cambiar de manera radical el amor a los socialistas que late en el corazón de Andalucía y sólo el enfrentamiento de Susana Díaz con Pedro Sánchez logró apearles de la mayoría absoluta que hasta entonces habían disfrutado, colocando a la lideresa en una difícil situación, que le costó tres intentos y un acuerdo con los de Albert Rivera, hasta conseguir la Presidencia.
La encuesta, que vuelve a dar como ganador al PSOE, con más de un treinta y cuatro por ciento, empieza a valorar, sin embargo, el papel interpretado por esta derecha de nuevo cuño que desea marcar diferencias con los conservadores de la vieja escuela y que además, presume de haberse convertido en el azote de los casos de corrupción, aunque en realidad, continúen apoyando, en Andalucía y en el país, a los mismos a los que señalan como culpables de esta plaga que nos invade de modo irresoluble, por el momento.
Andalucía ha sido, en el pasado, una de las regiones más vapuleadas por las desigualdades entre  clases sociales, en la que los grandes latifundios, dirigidos con mano de hierro por unas cuantas familias poderosas de este país, dominaban la vida de los más humildes, a los que consideraban habitualmente como siervos y a los que negaban sistemáticamente la más mínima posibilidad de poder escapar de su dominio, a través de la lucha por sus derechos y también, un territorio continuamente vilipendiado por la mayoría de los habitantes de otras regiones , que durante muchos años consideraron a los andaluces como una especie de raza inferior, llegando incluso a dudar de que poseyeran cualquier tipo de inteligencia.
Este recuerdo, que se fue transmitiendo de padres a hijos, por tradición oral y que precisaba de una auténtica revolución territorial que hiciera posible un cambio de la opinión generalizada que de esta tierra se tenía, sólo pudo empezar transformarse,  cuando terminaron los cuarenta años de dictadura, aunque para entonces, una buen parte de la población se había visto obligada a emigrar a ciudades industriales, como Barcelona o Bilbao, en las que ayudaron de manera impagable a generar unos beneficios, que ya hubieran querido para su propia tierra.
Seguramente los andaluces nunca perdonaron a la derecha, por el irreparable daño que sus representantes les habían infringido y en cuanto les llegó la oportunidad de poder pronunciarse, a través de un voto en igualdad, decidieron dejar atrás la terrible dureza de los malos tiempos, optando por elegir a quienes directamente les prometían una vida que habían estado soñando durante siglos, sin exigirles el vasallaje que habían tenido que pagar, a base de sumisión, a los señores.
Esta tierra enloqueció cuando el joven Felipe González apareció por primera vez ante las cámaras de la televisión estatal y dejó boquiabierto al país, con su marcado acento andaluz y sus innegables dotes de seducción, a través de un mensaje que hablaba sin rodeos, de la tierra prometida y mucho más, cuando después de la celebración de aquellas primeras elecciones del 77, pudo comprobarse que su arrolladora aparición  en la escena política, rompía en mil pedazos todos los estereotipos establecidos, pues para entonces ya apuntaba maneras de Presidente.
Aquel momento, que fue histórico para Andalucía, dejó en el pueblo un poso de eterno agradecimiento y ayudó a conseguir una transformación abismal, que a base de un esfuerzo gigantesco, jamás valorado del todo, colocó a Andalucía a un nivel de desarrollo muy similar al que gozaban entonces, las Comunidades que habían sido consideradas, hasta entonces,  punteras y transformó, para asombro de todos, a esta tierra , en un ejemplo de progreso, en el que los socialistas encontraron un granero de votos leales, que ha perdurado hasta el momento.
Pero esa fidelidad, pronto se convirtió en un arma de doble filo, pues en cierto modo acabó por encadenar de por vida a los andaluces a un único Partido y a una serie de líderes que, con el paso del tiempo, fueron abandonando sin reservas, aquel entusiasmo del principio y hoy por hoy, a pesar de los avatares ocurridos en el país, de las promesas incumplidas y la degeneración que ha experimentado el pensamiento socialista en los últimos tiempos, Andalucía jamás se ha vuelto a atrever a dar un paso más y permanece anclada en una gratitud, que  ya no tiene ningún sentido.
Que Andalucía se siente mayoritariamente de izquierdas y que la idea que allí se tiene del PP, se encuentra estrechamente relacionada con la imagen de los latifundistas, no constituye ningún secreto, pero la dureza de los tiempos que vivimos y la incorporación a las listas electorales de un sector de juventud, que  considera absolutamente superado aquel pasado incierto,  preludian que se avecinan tiempos de cambio, también para esta Comunidad y que la izquierda, la vieja por adoptar posicionamientos lejanos a su primigenia ideología y la nueva, por no haber sabido tomar el relevo, actuando de manera más convincente, con un mensaje más esperanzador, puede que hagan posible que por primera vez en su Historia, los andaluces voten a una derecha, perfectamente disfrazada de Partido de Centro.
Las continuas rencillas entre PSOE y Podemos, que se han venido materializando en el territorio andaluz, a base de los durísimos enfrentamientos protagonizados por Susana Díaz y Teresa Rodríguez,  han contribuido y mucho, a ofrecer una imagen de desunión que debilita de manera irreparable, las posibilidades de alcanzar acuerdos, cuestión  que ha sido inmediatamente aprovechada por los seguidores de Rivera, para tomar posiciones en una meta de salida, a la espera de un pistoletazo que les catapulte al poder, o que al menos, les convierta en imprescindibles para quienes ganen las elecciones.
La lección, servida a la carta, a través de los resultados de las encuestas, apremia a todos a intentar cambiar su actitud y pone en manos de los indecisos el posible futuro que aguarde a esta   milenaria Comunidad, pero ignorar la historia o tratar de olvidarla, suele traer consigo el riesgo de que se repita, por lo que a la izquierda andaluza le convendría iniciar de inmediato una negociación, si no quieren perder también este tren o entregárselo en bandeja de plata, a los de Rivera.

lunes, 26 de febrero de 2018

Un plantón coherente



A los múltiples ataques contra la libertad de expresión, que vivimos la semana pasada, empezando por la retirada de la obra sobre presos políticos, de Arco y siguiendo por la condena del rapero y el secuestro del libro Fariñas, habría que añadir otro, que escondido bajo el vistoso envoltorio del problema catalán, atenta directamente contra la decisión personal de posicionarse  ideológicamente en cualquier pensamiento y muy concretamente, en este caso, sobre el derecho que todo ciudadano tiene a preferir una u otra forma de Sistema de Gobierno.
Las críticas que le han llovido a la Alcaldesa de Barcelona y a otros representantes políticos, por negarse a recibir al Rey, en la inauguración del Mobile World Congress y  a las razones que han ofrecido para justificar sus ausencias, parecen provenir de Formaciones políticas y particulares, que dan por sentado  que todos los ciudadanos de este país, estaríamos en cierto modo, obligados, a aceptar a la Monarquía, como mejor forma de Gobierno y a ser considerados, por tanto, súbditos leales de un Rey, que ocupa la Jefatura del Estado, por una mera cuestión sucesoria y no por elección, como sin duda preferiríamos, una buena parte de nosotros.
 Todos recordamos que la Monarquía nos fue impuesta como parte fundamental del paso hacia la transición y también que muchos de nosotros votamos negativamente en la consulta que se hizo sobre la Constitución, precisamente por ese punto, ejerciendo nuestro derecho a posicionarnos al lado del pensamiento republicano.
Que aceptáramos y continuemos aceptando la decisión que tomó entonces la mayoría, no ha significado, no obstante, que hayamos renunciado jamás a nuestros principios y es por tanto, absurdo e inaceptable, que hayamos de compartir necesariamente la admiración que algunos sienten por la figura del Rey, al que consideramos, un ciudadano más de la nación, aunque con excelentes privilegios.
Nada tiene que ver esta opinión, aunque en este momento haya venido bien relacionarlo, con el asunto del independentismo, pero convendría recordar que determinados Partidos catalanes y también algunos españoles, han llevado desde siempre en su doctrina, su preferencia por la República, por lo que no parece de recibo aceptar un vasallaje impuesto, en determinadas circunstancias, ya que nunca formaron parte de la Corte palaciega, ni tienen intención de hacerlo jamás, como han declarado en numerosísimas ocasiones.
Que Ada Colau y los integrantes de Esquerra Republicana, como sus propias siglas indican, no albergan un sentimiento monárquico, no es ningún secreto, por lo que reclamar su presencia en actos Institucionales o privados, junto al Rey, parece del todo incoherente, pues en cierta medida, sería una manera bastante tosca de traicionar los principios a los que dicen deberse y también de defraudar a los electores, que les votaron, precisamente, por convicciones como éstas.
La coincidencia en el tiempo de esta visita real, con el problema catalán, no hace, sino complicar más las cosas, si cabe, pues el abandono de la obligada neutralidad, en este tema, protagonizado por el Rey, unos meses atrás, no podía, sino acarrearle un buen número de enemigos en el territorio de Catalunya y por tanto, una pérdida cuantiosa de popularidad, que ahora se refleja perfectamente, cuando se pregunta a los catalanes sobre sus preferencias sobre el Sistema de Gobierno.
Uno, también el Rey, se convierte necesariamente y sin excepción, en esclavo de sus palabras y una vez pronunciadas, no puede, sino asumir las consecuencias, buenas o malas, que puedan surgir a raíz del mensaje que emitieron y por tanto, Felipe VI, habrá de aceptar, no sólo que entre los ciudadanos del país existe un buen número de republicanos convencidos, sino también, que una gran cantidad de catalanes, jamás le perdonarán que apostara plenamente por la opción de los Partidos constitucionalistas, en lugar de propiciar, como mediador, un diálogo que favoreciera la resolución de una crisis, que continúa abierta.
Todos, sufrimos reveses en la vida, casi siempre como efectos colaterales relacionados directamente con la comisión de  determinadas acciones y este plante, que ayer protagonizaron algunos líderes catalanes a la figura del Monarca, debiera servir, más que para levantar ampollas, para ayudarle a reflexionar seriamente sobre el respeto a la libertad de opinión y la obligación, como Jefe de Estado de contribuir a la concordia nacional y no al alejamiento, cada vez mayor, entre los pobladores de este país, al que representa.

domingo, 25 de febrero de 2018

Una lección de valor



A todos los que pensaban que éramos una carga para las Arcas del Estado y que una inmensa mayoría de nosotros habíamos perdido la capacidad de razonar,  convirtiéndonos en inútiles para ejercer otro tipo de trabajo o afición que no fuera el de cuidar nietos mientras nuestros hijos trabajaban para ganar un sueldo de miseria o asistir a ridículas sesiones de gimnasia o de natación, organizadas por los Ayuntamientos y a algún que otro viaje del IMSERSO, en los que hacer  el ridículo bailando Los Pajaritos, en algún hotel de playa, durante el invierno, ha debido quedarles claro el otro día, cuando salimos masivamente a las calles, para reclamar nuestro inalienable derecho a cobrar esas pensiones dignas, que el Gobierno de Mariano Rajoy, nos niega sistemáticamente, mientras destina el montante reservado a tal fin, a rescatar bancos y autopistas en quiebra, que no ha estado jamás en nuestro ánimo rendirnos ante la adversidad y que conservamos, porque la mente permanece joven, aquel espíritu de lucha que hizo posible salir de la oscuridad de cuarenta años de dictadura, facilitar una transición y ofrecer a nuestros hijos una vida mucho mejor que la que nos había tocado en suerte, por desgracia, a nosotros, abriéndoles el camino a  una educción,  que hasta entonces había sido inaccesible para los que procedíamos de familias obreras y a un pensamiento libre que les acompañará durante  toda su vida y que habrá sido la herencia más hermosa que les pudimos ofrecer, o al menos así lo pensábamos, hasta que llegaron los años de la crisis.
Estos viejos inútiles, con los que todos los Partidos negocian, pues la fuerza numérica de sus votos podría, sin duda alguna, formar y tirar Gobiernos, pero a los que algunos parecen considerar imbéciles o indocumentados a los que mover de acá para allá, con unas cuantas palmadas de consuelo y tres palabritas que llamen a la resignación, por la dureza de los tiempos, tratando de manipular su libertad de elección, siempre a través del miedo, acabamos de ofrecer a la totalidad de la Sociedad española una impagable lección de valor y estamos, aunque sea con muletas, prótesis de caderas o marcapasos colocados en unos corazones agotados de trabajar, lúcidos, unidos, organizados y perfectamente dispuestos a continuar en una lucha por la justicia social, que aprendimos a sangre y fuego y que jamás podremos olvidar, por las esquinas de este mismo país, que hemos ayudado a transformar en otro bien distinto al que  tuvimos en aquella juventud, peligrosa e incierta.
Puede, que la derecha gobernante nos hubiera dado por muertos, o al menos, por una masa sometida a los vaivenes de sus deseos y hasta que hayan creído, desde su pedestal de irreverente soberbia,  que las pensiones que recibimos son una especie de limosna que nos ofrece cada mes el Estado, confundiéndolas con una ayuda social, que palie en lo posible el destrozo que ha ocasionado la espantosa gestión que ellos mismos han hecho de esta crisis, con esa políticas de recortes y esa Reforma Laboral, que ha llevado a nuestros jóvenes a la desesperación del paro y la pobreza y a nosotros, como padres y abuelos, a la tácita obligación de sostener con lo poco que recibimos, unas vidas destrozadas, que sin embargo, a nuestro amparo, han evitado el estallido social que sin duda merecerían nuestros dirigentes, por lo que a todos nos han hecho.
Pero además, resulta que las pensiones no sólo no son asistenciales, sino que para quién no lo haya querido entender, se trata simplemente de una estricta devolución de lo que los mayores hemos ido aportando durante toda nuestra vida laboral, a este sistema único y solidario, como una inversión simple de futuro   y que, por tanto, nada reclamamos, que no hayamos depositado antes en esa hucha que ha ido vaciando el PP, a marchas forzadas, desde que en 2011, llegara al Gobierno, por lo que se podría calificar de vergonzoso que ni siquiera se equiparen las subidas anuales a las del IPC, restándonos un poder adquisitivo que ha conseguido situar a muchos de nosotros, al borde mismo del umbral de la pobreza.
No ha sido fácil tener que renunciar a un retiro digno para acoger a las familias de nuestros hijos despedidos de sus empleos, asumir sus cargas hipotecarias y su manutención o tener que llorar amargamente mientras les desahuciaban de sus casas, ni volver a compartir espacio y mesa, con hombres y mujeres destrozados por la situación que se les vino encima de repente, incluso con aquellos que a trancas y barrancas, han conseguido conservar el trabajo, pero a quienes los recortes sufridos han colocado en una situación de miseria laboral, que no es acorde, ni con su formación, ni con sus aptitudes y a los que hemos tenido que ayudar a recomponer su malograda dignidad, triturada por la presión psicológica que les ha impuesto la dureza de los últimos tiempos.
El caso es, que como la situación se ha ido paliando, principalmente, a base de cariño y mucho sacrificio, algunos daban ya por sentado que jóvenes y mayores habíamos llegado a una situación de conformismo general y que los avatares padecidos nos habrían hecho mucho más vulnerables, matando nuestro espíritu crítico, cualquier atisbo de ilusión y los sueños de poder conseguir una vida mejor, basada en la honrada y el esfuerzo y que seríamos marionetas dispuestas a ser manejadas por los que tiran de los hilos del poder, sin ofrecer resistencia a esta burda maniobra de adoctrinamiento a través de una táctica  reiterada de miedo.
No contaban con que ya nos quedaba poco por perder, ni  con que los avances de la ciencia, a la que desprecian profundamente, a juzgar por el presupuesto que en ella invierten, los hombres y mujeres de este país hemos conseguido aumentar nuestra capacidad de resistencia, con edades más avanzadas, ni tampoco, con que en el transcurso de nuestras vidas, nos hemos visto obligados a tener que aprender cualquier lección que nos hayan ofrecido, sobre todo en  los malos tiempos y menos aún, con que habiendo llegado al momento actual, poseemos inevitablemente, conciencia de la importancia real que para cualquier Partido, el que sea, tienen y tendrán nuestros votos,  cuestión que nos convierte en indispensables para todo aquél que desee llegar al poder, de manera inevitable  e indiscutible.
Nada reclamamos, para quién nos quiera escuchar, que no sea nuestro y tenemos todo el tiempo del mundo para permanecer en las calles ejerciendo una permanente firmeza, para buscar, los hilos de que tirar y también, para enseñar a los que nos siguen, desde nuestra probada experiencia, que el mundo nunca fue de los cobardes y que los pobres jamás consiguieron nada, si no fue a través de la presión ejercida sobre el poder, como la Historia nos demuestra.
Conservamos, aquel espíritu de rebeldía que el mundo entero admiró cuando fuimos capaces de pasar de una Dictadura a una Democracia, ahora deteriorada y obsoleta y del oscurantismo a la libertad y se nos quedó dentro que nadie, nunca, jamás, podría volver a silenciar nuestra voluntad, ni a despojarnos de aquellos bien ganados derechos.
No vendría mal ver, entre las cabezas plateadas por el paso del tiempo, el apoyo incondicional de esos jóvenes a los que dedicamos nuestras vidas y que en muchos casos, permanecen anclados a una resignación, impropia de su edad y de su tiempo. A veces, abandonan la desidia de los sillones, para tomar las calles en apoyo de algún equipo de fútbol y proyectan su frustración en actos vandálicos, mientras se les pasa la vida sin haber hecho nada nunca, para crecer como seres humanos y sentirse más libres.
Nadie debiera consentir que otros le arrebaten sus sueños.

jueves, 22 de febrero de 2018

El mazo y la ternura



Se nos va hoy, un referente del humor que supo   reflejar como nadie la historia de los últimos cuarenta años de nuestro país, denunciando desde sus viñetas y de los comentarios de sus personajes repletos de humanidad, la evolución que ha sufrido esta tierra nuestra desde los últimos coletazos de la dictadura y creando con su maravillosa imaginación, todo un animalario de héroes transgresores que forman ya parte de nuestras vidas, porque en el fondo, eran como un espejo de nuestro propio pensamiento.
Ha sido Antonio Fraguas “Forges”, un luchador inagotable por la justicia y la libertad, igualmente capaz de vapulear con un mazo de dimensiones extraordinarias a todo aquel que traspasaba los límites de la honradez o la decencia, que de arrancarnos una lágrima con  la inocencia de los comentarios de sus niños y sus ancianos, improvisando con ello un tipo de humor que creó escuela y que quedará para siempre reflejado en la historia y en nuestros corazones, que tantas  sonrisas deben a su buen hacer y a su elegancia al dibujar y escribir sus famosas viñetas.
La sagacidad de su variadísimo argumentario y la delicadeza de no ofender jamás a nadie en tantísimo tiempo, le han valido el respeto y la profunda admiración, no sólo de los intelectuales y académicos que ya le premiaron en numerosas ocasiones, sino sobre todo, el amor incondicional que le profesa una Sociedad, que ha crecido al compás que este genio irrepetible que hoy se nos marcha como lo hacen los grandes hombres, sin pompas ni aspavientos, dejándonos a todos huérfanos de una compañía que buscábamos habitualmente, sabiendo de antemano, que nos proporcionaría un instante de placidez, a través del tesoro impagable que representa, en este mundo, la risa.
Personalmente, leer a Fórges ha sido, desde mi juventud, cuando él y yo comenzábamos a construirnos un camino que hemos recorrido en paralelo, por  razones de edad, una especie de necesidad perentoria, quizá porque solíamos coincidir casi siempre en nuestras opiniones y en el enfoque de los problemas y un honor , pues jamás ha defraudado las expectativas que levantara antes de descubrir el contenido de sus viñetas, ni traicionado  nunca la defensa de los más humildes y necesitados, en cualquiera de esas causas que son de todos, pero que la mayoría mira de reojo, para no verse señalado por los demás, probablemente, por miedo.
Valiente y comprometido con su tiempo, irreductible en sus convicciones y soñador que apostaba por la materialización de las utopías, quedará en nuestro recuerdo, como una especie de símbolo de la libertad a la que tanto amamos y que tanto nos va costando conseguir, en distintas etapas de nuestras vidas.
No podemos decirle adiós, pues estamos seguros de que periódicamente, volveremos a repasar las frases de sus incomparables personajes, a través de los libros que poseemos, por lo que más que una triste despedida, estas palabras habrán de ser, un homenaje a quién supo vivir como quiso, en tiempos difíciles y que se convirtió en un ejemplo indispensable para varias generaciones de ciudadanos que continuaremos alimentando los que fueron sus sueños.


miércoles, 21 de febrero de 2018

Un himno excluyente



Nunca sabremos si  Marta Sánchez era consciente de la polémica que iba a levantar su interpretación del himno nacional, al que había puesto letra, en un concierto, pero lo cierto y verdad, es que el momento político que atravesamos es proclive a que se generen reacciones, que quizá en otras circunstancias, nos parecerían exageradas y a nadie puede pues extrañar, la polvareda que se ha levantado en la red, en cuanto a alguien se le ocurrió la feliz idea de subir el vídeo de la actuación,  repartiendo a partes iguales a defensores y detractores, según la ideología política que profesen.
Lo cierto es que los principales líderes del PP y hasta el mismo Rajoy, se han declarado desde el primer momento, admiradores del mensaje que expresa la cantante y también los de Ciudadanos, que hace ya tiempo que se auto proclamaron adalides de la españolidad, se han sentido auténticamente emocionados con la idea de que finalmente este himno, que hasta ahora era sólo tarareable, pueda ser cantado a voz en grito y con la mano en el pecho, si hace falta, en cualquier ocasión en que sea necesario, por la razón que fuere.
No han tardado en surgir voces como la de González Pons o Cristina Cifuentes, proponiendo que Marta interprete su recién estrenada canción, en la final de la Copa del Rey, que por si alguien no lo sabe o lo ha olvidado, será por cierto, disputada por el Sevilla y el Barcelona, en el campo del Atlético de Madrid, para más señas.
La propuesta, que encierra un poco de mala intención, pues todos sabemos que cada vez que el Barsa juega una final de este tipo, se lía parda con los abucheos al Rey y a la bandera española, ha debido sentar a cuerno a los cientos de miles de independentistas y ya les digo yo que si finalmente se produce la actuación, habrá necesariamente enfrentamientos entre aficionados de uno y otro Club y no precisamente, por razones meramente deportivas.
Todos sabemos, sin embargo, que estas provocaciones sin sentido gustan y mucho, en las filas de los conservadores y que no pierden ni perderán jamás la ocasión de presumir de una españolidad que para otros muchos de nosotros resulta ciertamente obsoleta y caduca, pues las guerras de banderas y símbolos y en este caso particular, de himnos, nunca han traído a este país más que preocupaciones y rencillas, puesto que nuestra visceralidad nos hace ser bastante irracionales y nos falta templanza para dar a este tipo de cuestiones, la importancia que realmente tienen.
Pero al PP, le ha venido de perlas la aparición de esta letrilla improvisada, un tanto cursi y sin ningún trasfondo, elemental en todo buen himno que se precie, para sacar de nuevo a la palestra, ese orgullo hispano ancestral que les acompaña permanentemente en el corazón y el estilismo y que tanto revienta a otros ciudadanos que poseen un sentido de patria menos hortera y provocador, aunque hayan nacido en esta misma tierra y amen a su país, igual o más, que quienes lucen gomina, cinturones y pulseras con banderita.
Así que si a Rajoy y los suyos les parece bien esta idea, que lanzan como a la ligera Pons y Cifuentes, el himno se cantará, aunque luego haya que lamentar los enfrentamientos que se produzcan o arbitrar un dispositivo policial especial que controle lo que ocurra dentro y fuera del estadio, que por cierto pagaríamos, otra vez, todos los ciudadanos.
Me van a perdonar, pero la señora Marta Sánchez, no ha elegido bien el momento y aunque ignoro, porque no me importa su vida, a qué corriente ideológica pertenece o si, como parece, siente devoción por la rojigualda y dolor porque nuestro himno careciera de letra, lo cierto y verdad es que el mensaje que lanza, más que promover la unidad, propicia la separación de la gente, en unas circunstancias especialmente delicadas, que como todos sabemos, está costando mucho trabajo solventar.
Si de eso se trataba, que lo diga y si no, en su mano estará negarse taxativamente a ser instrumentalizada por la derecha, dejándose manipular y calificar, seguramente para siempre, pues en este país, afortunadamente, existen más opciones políticas que las que representan Rajoy o Rivera y no todos tenemos que pensar, necesariamente, del mismo modo, ni adorar hasta el fanatismo esos símbolos patrios, que vistos desde este ángulo tan particular, la verdad, no sentimos como nuestros.

martes, 20 de febrero de 2018

Miscelánea



Mientras De Guindos era nombrado, a bombo y platillo, como nuevo Vicepresidente del Banco Central Europeo, gracias al apoyo de Francia y Alemania, que esperan que España les devuelva el favor cuando Mario Draghi abandone la Presidencia de este mismo organismo, Artur Mas salía ileso de su encontronazo con la justicia española, quedando en libertad, sin ningún tipo de medidas cautelares y El Bigotes, siempre en su línea macarrónica y chulesca, declaraba ante la Comisión del Congreso, quejándose ostensiblemente de que algunas de las personas que aparecen en los papeles de Bárcenas, haciendo alusión principalmente al marido de Cospedal, permanezcan en libertad, mientras él mismo chupa cárcel y descrédito, según propia versión, por el hecho de cobrar facturas a cambio de trabajos realizados, de la manera que le proponían, siempre, desde el Partido Popular.
En esta mañana movida, en que las noticias se van sucediendo en focos bien distintos y una no sabe dónde mirar para no perder ripio de lo que está ocurriendo simultáneamente, para poder decidir a qué carta quedarse, a la hora de escribir este artículo, pasa, como otras muchas veces, que los efectos colaterales que producirán en días venideros estos sucesos, podrían tener una importancia mucho mayor que la que implican los hechos en sí mismos, por lo que vamos a intentar desgranar este galimatías informativo, atendiendo uno a uno, los acontecimientos que estamos viviendo.
Que Luís de Guindos  no es santo de la devoción de muchísima gente y que su valía profesional no ha sido precisamente un dechado de virtudes, ya lo sabemos, pero su nombramiento se había convertido en una cuestión personal para  Mariano Rajoy, que necesitaba un subidón moral, en estas horas bajas que está atravesando, acuciado por el problema catalán, los resultados de las encuestas y la persecución a que le están sometiendo todos los imputados en casos de corrupción, desde que se pusieron de acuerdo para tirar de la gran manta que tapaba lo que ocurría durante los años de gloria que vivieron, su Partido y él  mismo, a base de una financiación que se presume ahora ilegal y que podría costarle la Presidencia del gobierno.
Pero todos sabemos el modo en que Luis de Guindos afronta los problemas que le van surgiendo y que resulta ser, para desgracia nuestra, absolutamente partidario de las políticas de austeridad y de recortes, como hemos podido comprobar en los años que ha estado ocupando el Ministerio.
De manera que podemos presuponer lo que nos espera, en cuanto empiece a tomar decisiones relacionadas con su nuevo cargo y mucho nos tememos que sus propuestas no van a mejorar en nada la difícil situación que atraviesa nuestro país, ni por supuesto, contribuirán a paliar los problemas que sufren las familias españolas.
En cuanto a la libertad sin cargos de Mas, se podría decir que se esperaba, después de la cuantiosa multa que se le impuso anteriormente y viendo la suerte que han corrido una buena parte de sus compañeros de Partido, aunque resulta curioso que entre los encarcelados no haya, en la actualidad, ningún miembro de la Formación a la que pertenece Puigdemont y sean los líderes  de Esquerra Republicana los que hayan salido peor parados, en los asuntos relacionados con la justicia.
Las maneras utilizadas por Álvaro Pérez “El Bigotes”, en las declaraciones realizadas esta mañana en la Comisión del Congreso, han servido para confirmar, como ya supusimos en el pasado, que carece de los conocimientos necesarios para haber sido en algún momento, uno  de los cerebros de la  Gurtel y que le sobran, eso sí, labia y chulería, para no dejar títere con cabeza, si se propone colaborar con la Fiscalía en la resolución de este caso, pues no tiene rubor en ofrecer abiertamente una lista de nombres y apellidos de reconocidos políticos y empresarios, llegando a señalar que los primeros continúan sentados en sus escaños y que los segundos, colaboraban felizmente con sus tributos al PP, con tal de obtener jugosos beneficios, a través de las obras públicas que se les concedían, como premio a las aportaciones monetarias de las que él mismo fuera testigo.
Con ese tono  barriobajero que siempre le ha caracterizado, su alusión al Ministro de justicia, al que ha comparado con un vendedor de muñecas chochonas, nos ha proporcionado uno de los mejores momentos de la mañana y parece claro que éste también está dispuesto a sumarse a los que en los últimos tiempos han optado por abandonar el silencio e implicar a quién haga falta para tratar de rebajar su condena, que no será precisamente corta.
A última hora, nos hemos enterado de que han sido detenidos en Francia tres sospechosos de haber colaborado en la preparación de los atentados de Barcelona y Cambrills y también de que Anna Gabriel estaría dispuesta a pedir asilo  en Suiza, si la justicia española decidiera pedir una orden de extradición, pues se siente perseguida por motivaciones políticas.
Agotados por este largo día de noticias diversas y mereciendo ya, a estas horas, un poco de descanso reparador, no queda, sino despedirse cordialmente de los que tienen la deferencia de prestar atención a lo que aquí se escribe y desearles que pasen una buena noche. Mañana será otro día.





lunes, 19 de febrero de 2018

Una acusación contundente



Deja el juez a Marta Rovira en libertad bajo el pago de una fianza  de 60.000 euros, después de haber declarado esta mañana adoptando una línea diferente, a la que siguieron los compañeros que la precedieron, manifestando que, personalmente, intento por todos los medios parar la consulta sobre la independencia que se llevó a cabo el primero de Octubre, del pasado año y que fue Puigdemont el que dio la orden de seguir adelante, negándose a escuchar el mensaje que le lanzaban desde Esquerra Republicana, cargando de este modo, toda la responsabilidad de lo que después ocurrió, directamente sobre los hombros del que fuera President de la Generalitat y que se encuentra ahora, huido en Bruselas.
Esta declaración, que tiene una importancia fundamental para entender el papel que jugó cada cual, en el transcurso de todo el proceso, parece además reflejar el hartazgo que corroe las entrañas de los seguidores del Partido de Oriol Junqueras y apunta contundentemente al PdeCat, como principal responsable de la proclamación de la República catalana, que se llevó a cabo entre las paredes del Parlament, queriendo ofrecer una imagen de unidad, que ahora se revela claramente ficticia.
La suerte que ha corrido el líder del partido de Marta Rovira, que permanece en prisión, junto a Forn y los Jordis, sin visos de que puedan, a corto plazo, lograr la libertad,  propicia un clima de tensión entre las Formaciones que en un principio apoyaron abiertamente el separatismo y una tácita indignación con aquellos que decidieron salir  del país, abandonando a sus suerte a los que después se vieron obligados por la Ley, a asumir de una forma u otra, una responsabilidad que seguramente no les correspondía.
Marta Rovira ha dado esta mañana un paso ciertamente importante que intenta clarificar lo que ocurriera en las trastiendas durante aquellos días de euforia  y transgresión, ofreciendo una versión nueva para los que hemos estado siguiendo con inquietud la deriva que ha ido tomando la crisis catalana y que gracias a estas palabras, entendemos un poco mejor, las luchas internas que debieron estar librándose en el corazón mismo del Parlament, mientras se empujaba a las masas a recorrer una camino destinado al fracaso, presentando ante sus ojos un espejismo que después se rompió en mil pedazos delante de sus ojos, arrollado por una ola gigantesca de represión y legalismos.
Lanza Rovira, a mi entender, un claro mensaje al exiliado, manifestando sin decirlo, que si erró al mantener a capa y espada, la consulta del uno de Octubre, mucho mayor será el error que cometa si continúa manteniendo el deseo de ser declarado, cómo quiera que sea, Presidente e instándole, en cierta medida, a dejar paso franco a cualquiera que pueda hacerse cargo, presencialmente, de la formación de un Gobierno, que urge constituir para restablecer el orden natural de las cosas, en todo el territorio de Catalunya.
Rompe así, literalmente, con un pasado que ya nunca podrá volver y se inclina, aún sin manifestarlo explícitamente, por mirar únicamente al futuro que se avecina y  que no podrá ser aplazado, sine die, por el capricho de un visionario ausente, que se niega a enfrentarse con una realidad que sin embargo, viven, los políticos de todo signo que continúan estando aquí y muy fundamentalmente, los que se encuentran encarcelados en las prisiones, por haber cometido actos idénticos a los que protagonizaran los que se mueven  fuera.
Debe doler y mucho, que mientras unos han de asumir su participación en los hechos y acatar sumisamente los dictados de la justicia española, otros, anden luchando contra molinos de viento, protagonizando episodios quijotescos, al resguardo de un exilio dorado, en el que podrían resistir durante muchísimos años, fanatizando hasta el punto que quieran los ideales que dicen defender, pero olvidándose del durísimo momento que llevan viviendo durante meses, aquellos que llamaban compañeros.
Sólo la inhabilitación, que llegará más temprano que tarde a la vida de Puigdemont, le hará tropezarse de bruces contra el muro de la verdad, obligándole a retirarse, sin ningún tipo de contemplaciones, de la escena política catalana, esta vez, para siempre.
Dilatar la marcha, obstaculizar cualquier propuesta que ayude a la formación de un nuevo Gobierno, con un President distinto a él, no son más que los coletazos del enojo de quién pensó que tocaba el cielo con los dedos y de pronto, se precipitó inevitablemente al vacío, estrellándose sin remisión, contra los pedazos de su propio sueño.



domingo, 18 de febrero de 2018

Lágrimas y sonrisas



Un fin de semana teñido por una serie de tragedias en las que  muchas personas han perdido la vida, unas a manos de NiKolas Cruz, el estudiante que armado con un fusil de asalto perpetró una matanza en un Instituto de Florida,  otras en el terremoto de más de siete grados de magnitud que ha hecho temblar la tierra en México y en los dos accidentes aéreos que se han sucedido en Rusia e Irán, nos ha recordado, como suele ocurrir en tantas ocasiones, la terrible fugacidad de nuestra existencia, dejando un rastro de dolor irrecuperable,  en las familias de los que han sido víctimas, de la mano del hombre, de fallos por causas aún desconocidas o simplemente, de los elementos.
 Aún impactados por lo ocurrido en estos tres días y muy fundamentalmente por este nuevo caso de hipotética locura, que ha llevado a un joven estudiante a disparar y asesinar, a quemarropa, a sus propios compañeros, uno no puede, sino preguntarse por qué razón sigue vigente en el país más poderoso del mundo una Ley que permite el uso de cualquier tipo de armas, a cualquiera que pueda pagarlas, en alguno de los muchos negocios habilitados para tal fin y cuántos inocentes más tendrán que morir, para que algún Presidente se atreva a enfrentarse sin tregua a este poderosísimo lobby instalado en su territorio con total naturalidad, aunque para ello se haya de renunciar a las jugosas ganancias que proporciona a sus defensores a ultranza, pero que vulnera, de manera innegable, el derecho fundamental a la vida, que debe asistir a todos los ciudadanos en general,  donde quiera que se encuentren.
Todos recordamos que Obama lo intentó, pero que fracasó estrepitosamente en su propósito y que Trump, que ha sido clamorosamente abucheado en la visita que ha realizado, también durante este fin de semana a Florida, se ha puesto, en numerosas ocasiones, del lado  de los que defienden la permanencia de esta Ley, tal como le recordaba una de las estudiantes supervivientes de la matanza, hace sólo unas horas, en un discurso conmovedor en el que tachaba su actitud, de auténtica vergüenza.
Poco o nada va a importar al actual Presidente norteamericano, tan cercano a los de la Asociación de los amigos del rifle, que se ha hecho famosa por justificar la tenencia de armas, como un medio necesario para la defensa personal, este nuevo caso de extrema violencia, que ha sacudido  la médula espinal de todas las personas de bien, no sólo en aquél territorio, sino en el mundo entero y mucho dudamos de que las presiones, cada vez mayores, que puedan surgir en relación con asuntos parecidos a éste, puedan hacer cambiar de opinión, a quién tantas veces ha presumido, de actitudes claramente retrógradas en éste y en otros muchos asuntos y que con toda seguridad, no querrá cruzarse en el camino de los que negocian con la venta de armas, arriesgando el apoyo económico que de ellos debe haber recibido, en su camino hacia la Presidencia.
Así que las familias de los fallecidos en Florida habrán de conformarse con unas pocas palabras de aliento y la pérdida de los suyos, como la perdida de otros muchos que cayeron antes que ellos, en sucesos similares, habrá sido otra vez, inútil,  ante el intocable poder que genera el Dios del dinero.
Todos estos hechos, que se han sucedido uno a otro con extrema celeridad, nos han hecho apartar la mirada del panorama político nacional, que sigue revuelto y sin visos de ser atemperado, al menos por el momento, pues nuestros políticos andan enredados en una serie de enfrentamientos continuados que levantan ampollas en la sociedad en general y en una continua batalla personal en la que todos tratan de defenderse de las acusaciones vertidas por sus oponentes en su contra, buscando una manera de escapar de los fantasmas que les persiguen a título particular y ofreciendo ruedas de prensa en las que ofrecen a los que les quieran oír, el run run manido y reiterativo de discursos demasiado trillados que ya nadie se cree, por lo mucho que hemos aprendido durante estos años, aguzando el entendimiento.
Así que tampoco nos ha sorprendido, cuando nos hemos despertado esta mañana, que Anna Gabriel, la que fuera líder del CUP, haya conseguido, en medio del fragor de la pasada semana, instalarse en Suiza y menos aún, que se esté planteando no acudir a la cita que tiene pendiente con la justicia española, asesorada por un abogado, del estilo del que se ha hecho imprescindible para Puigdemont, para desesperación de quiénes continúan chupando cárcel, como Junqueras, Forn o los Jordis, que deben estar de sus antiguos compañeros de viaje, hasta el mismísimo pelo.
Muy al contrario, nos ha parecido hasta natural, que visto lo visto, cada cual haga de su capa un sayo y escape como pueda de la situación a la que se han visto abocados, tras su declaración de independencia, pues la evidencia del fracaso real de sus intenciones, les ha dejado en una situación ciertamente arriesgada para poder conservar la libertad y la vigilancia de la que presume el Ministro Zoido, perdónenme, no debe ser tan férrea, cuando se consiguen cruzar las fronteras que nos separan de Europa, con facilidad tan extrema.
Así que mientras en otras partes de mundo se llora a los muertos, en este país que tan bien definiera Berlanga, en su extensa filmografía, continuamos contemplando el panorama carnavalesco que se nos ofrece en directo, cada minuto, de cada uno de los días y nos dolemos, porque nadie nos lo puede impedir, de la poca valía profesional que ofrecen la mayoría de nuestros mal llamados representantes políticos, ya que no sólo no son capaces de resolver, ni uno solo de los problemas que nos afligen, sino que además, debe hacer tiempo que nos tomaron por idiotas, sin darse cuenta de que a pesar de nuestra humildad, aprendemos de todas y cada una de las jugadas que pretenden colarnos por la banda  y las anotamos en la cabeza, para que no se nos olviden cuando llegue un nuevo periodo electoral y tengamos que decidir a quién otorgamos ese bastón de mando que todos quieren, pero que ninguno de ellos merece.

jueves, 15 de febrero de 2018

A degüello



Los Ciudadanos de Albert Rivera dieron ayer por congelado su pacto de Gobierno con el PP, lanzándose a la yugular de los principales líderes de este Partido, al que han utilizado hábilmente para ir ganando la popularidad que les faltaba entre los votantes  de la derecha española y que era absolutamente necesaria para tener alguna opción de poder, que les ha brindado inesperadamente, su postura ante el problema de Catalunya.
Abrigados desde el principio de la Legislatura, por la mayoría simple que ostentaba el primer Partido conservador y resguardado a la vez, de las críticas que le llovían a los de Mariano Rajoy, de parte de los otros miembros del Parlamento, Rivera ha estado dando una de cal y otra de arena, apoyando con fingida sumisión todas las propuestas que presentaba el Gobierno, aguantando el tirón de unos cuantos casos de corrupción, como el de Murcia y haciendo ver que su principal enemigo político era siempre Podemos, como hemos podido comprobar por los muchos enfrentamientos que han protagonizado, dentro y fuera del Congreso y negando, además, cualquier probabilidad de secundar propuestas que procedieran directamente de los de Pablo Iglesias.
De este modo, se ha ido ganando la confianza de una buena parte del electorado conservador, que cansado de las sospechas que se ciernen sobre figuras  relevantes del PP y de la flema que ha caracterizado a Rajoy, en todo momento, se ha sentido identificado con el mensaje que transmitía, sobre todo en la crisis catalana, un partido que se presenta como renovador y al que no se conocen corruptelas y se han rendido a la defensa a ultranza que ha hecho Inés Arrimadas de una españolidad menos caduca y decadente que la que representan las viejas caras de los líderes populares, que han perdido esta batalla, de lleno.
Tras el resultado de las elecciones autonómicas del pasado Diciembre, está claro que ha salido el sol para los de Rivera y ese triunfo, ganado a base de tirar y aflojar, de hacer pactos a conveniencia con diferentes formaciones y romperlos sin ningún rubor, en el momento que se considera preciso, les ha proporcionado una oportunidad con la que, en principio, no contaban, para ir robando paulatinamente, el corazón a la derecha española.
Así que la era Rivera ha comenzado sacando toda la artillería de que dispone, en contra de los que repentinamente se han convertido, en sus mayores enemigos y hasta se han permitido firmar un pacto con el diablo morado, para intentar modificar la Ley electoral, que tanto perjudica siempre, a los partidos más pequeños.
Al igual que rompieron aquella primera sociedad con los de Pedro Sánchez, para caer rendidos a los pies de Rajoy, apoyando su investidura sin condiciones y sus constantes devaneos en los dos años que dura esta legislatura, quiebran también ahora esa unión que parecía asegurar la sostenibilidad del Gobierno durante el tiempo que resta hasta las próximas elecciones, dejando claro que cuando se trata de batallar por el poder, cuesta poco dar marcha atrás y cambiar radicalmente  de rumbo, si con ello se escalan puestos hasta la ansiada Presidencia.
Está claro, que a la izquierda en general, esta maniobra perfectamente estudiada, le ha pillado con el paso cambiado y mientras Podemos digiere su fracaso en las elecciones catalanas y el PSOE  asume, como no podía ser de otra manera, el error que cometiera apoyando la aplicación del 155, los de Rivera, avanzan imparables hacia el objetivo marcado, haciendo tambalearse los cimientos en que se apoyaba el maltrecho PP y buscando un adelanto electoral que ratifique su triunfo, en unas Generales que llegarían en el que es su mejor momento.
Y si para ello hay que ir a degüello contra el mismísimo Presidente al que comprendían y apoyaban, literalmente, por cuestiones de Estado, se va, ahondando cada vez más en la profundidad de las múltiples heridas que agravan la salud de que gozaba el PP, pues resulta evidente que la inmediatez en ir ganando metas y procurar la caída de quién ahora está en el poder, se ha convertido para Ciudadanos, en todo un reto.
Ya puede espabilar la izquierda, si quiere realmente frenar este ascenso torrencial de los de Rivera y empezar a dejar de lado las absurdas diferencias que han ido separando cada vez más a Sánchez e Iglesias, o el dragón, astuto y redomadamente preparado para dar el salto a los cielos, vencerá. Y no lo digo yo. También lo auguran ya todas las encuestas.







miércoles, 14 de febrero de 2018

Un desgaste abducido



Con las últimas noticias sobre la corrupción, puede parecer que el problema catalán ha pasado a un segundo plano, pero la cruda realidad es que han pasado casi dos meses, desde que se celebraran allí las últimas elecciones y esta Comunidad, Nación o País,  como cada cual prefiera denominarlo, continúa sin un Gobierno que empiece a restañar las heridas producidas por todo lo ocurrido durante el proces y que acabe, de una vez, con la aplicación del artículo 155.
Como si el tiempo se hubiera detenido y de nada hubiera servido el sufrimiento que ha tenido que soportar  una sociedad a la que se ilusionó desmesuradamente con la idea de que el establecimiento de una República era posible, los partidos independentistas han empezado a mostrar sus sempiternas discrepancias ideológicas y los llamados constitucionalistas, se limitan a ver pasar los días, esperando únicamente que cualquiera de los otros dé un paso en falso, para lanzarles sin piedad y sobre todo sin intención de dialogar, a las manos de la justicia.
Hoy mismo, una destacada dirigente de la CUP declaraba ante el juez, mientras los medios ofrecían sus portadas a las afirmaciones de Francisco Granados, sin dar la menor importancia a la guerra interna que se libra entre los  partidarios del exiliado Puigdemont y los que desde Esquerra Republicana, ven como su líder, Oriol Junqueras, no consigue obtener la libertad y continúa en la cárcel de Extremera.
Y sin embargo, solucionar el problema catalán tendría que ser una de las prioridades más urgentes del Gobierno español, fundamentalmente porque con la situación actual, la imagen de país dividido que estamos ofreciendo al resto del mundo, por muchas razones legales que nos asistan, no puede ni debe prolongarse, sine die, o finalmente, pagaremos todos las consecuencias.
Causa cierta inquietud, oír, como hemos oído estos días a ciertos catalanes de relevancia, decir que en nada están notando la extraña situación que allí se vive y verlos continuar con sus rutinas, ciertamente inusuales, por la tensión reinante en el ambiente, como si tener o no Gobierno, a la mayor brevedad posible y tratar de recuperar la normalidad, no tuviera la menor importancia y los cargos electos que habrán de formar parte del nuevo Parlament, fueran en realidad, perdónenme, absolutamente prescindibles.
Así que mientras los secesionistas buscan afanosamente una fórmula que permita la investidura de Puigdemont, del modo que sea y los encarcelados van perdiendo las esperanzas de recuperar alguna vez la libertad, transcurren unos meses de vacío que van dañando gravemente el panorama laboral y económico en Catalunya, por no hablar de los enfrentamientos personales que continúan produciéndose entre los ciudadanos que la habitan.
Digo yo, que algo habrá que hacer para que esta especie de anarquía controlada desde Madrid no se dilate eternamente y que algo podrían intentar los parlamentarios españoles también, para procurar una solución a un problema, que parece no tener fin, aunque para ello hubiera que hacer concesiones, por ambas partes, dando de una vez carpetazo al engreimiento de declararse vencedores, pues las guerras, como todos sabemos, las perdemos todos en general y no es bueno creerse superior a los otros, causando unas dosis de humillación, absolutamente innecesarias, cuando lo que se pretende conseguir es la paz, por el camino del entendimiento.
De manera que cuando leemos los titulares más destacados de la prensa y vemos la foto de Granados en portada, relanzando un problema que durante años ha sido perdonado al PP, como si fuera una primicia que hubiera nacido ayer mismo, en la exclusiva de cualquier diario, no podemos por menos que empezar a creer que, en cierto modo, conviene relegar el problema catalán a las páginas interiores, a ver si en cierta medida, los ciudadanos van restando fragor a la lucha fratricida que mantienen fuera y dentro de este territorio y las cosas van encajando, a base de olvidar lo que sintieron en un primer momento, convirtiendo en normal una situación, que si se piensa en profundidad, resulta ser del todo insostenible.
Que acabar con la corrupción y castigar a quiénes la cometieron es imprescindible, nadie lo pone en duda, pero es responsabilidad inexcusable de este Gobierno procurar que se restablezca la normalidad en el país y resulta del todo incomprensible que a día de hoy, no sólo no haya conseguido resolver el gravísimo asunto de Catalunya, sino que ya, ni siquiera ponga interés en lo que allí sucede, como si en realidad lo que deseara fuera seguir gobernando este territorio para siempre.

martes, 13 de febrero de 2018

El mismo estribillo



La fortaleza humana, por desgracia para nuestro género, siempre tiene limitaciones, de tipo físico o psicológico y suele verse perturbada por ellas, con el desgaste que produce el paso del tiempo, afectando muchas veces a esas primeras intenciones que creímos poder mantener y que en un momento determinado, cambiamos radicalmente, tomando decisiones que jamás hubiéramos considerado, en otro instante y en otro ambiente.
 Esto, que nos sucede a todos a lo largo de nuestras vidas, es precisamente lo que viene ocurriendo a casi todos los imputados por casos de corrupción, que pertenecieron al PP y que abandonados a su suerte por los órganos de dirección del Partido, pisaron los patios de las cárceles, convirtiéndose en una especie de apestados innombrables, de los que se ha intentado borrar la memoria de los cargos que ejercieron, colocándoles en la tesitura de quedar solos ante el peligro que suponen las duras sentencias que para ellos se piden y exigiéndoles tácitamente, un silencio sepulcral que no dañe la imagen de la misma Formación de la que formaron parte importante, hasta que fueron detenidos.
Todos, sin excepción, comenzaron negando los hechos de que se les acusaba y haciendo una defensa a ultranza de la limpieza que, según ellos, caracterizaba a su Partido y todos, han ido cayendo, a la vista de las circunstancias que han tenido que soportar durante  sus años de reclusión, en una especie de apática depresión, seguramente desengañados por la falta de apoyo recibido de parte de quiénes hasta entonces habían considerado, compañeros y amigos.
 Hemos repetido muchas veces que en Política no caben sentimentalismos, si no es con la intención de obtener algún beneficio a cambio de ellos y que las amistades, más que fraternales e incondicionales, suelen ser peligrosas, pues en el camino del poder, cualquier escollo que se encuentre, por pequeño que sea, ha de ser, obligatoriamente eliminado sin piedad y a ser posible, sin poner en riesgo la imagen que se ofrece a los electores en general, que son los encargados de otorgar con sus votos, los premios y los castigos.
Esta lección, que es fácil deducir cuando uno se mueve en un ambiente de gente normal, en el que es imposible ser cegado por la ambición que caracteriza a los que se encuentran inmersos en el mundo de la política, la han tenido que aprender, estos imputados del PP, a base de celda y barrote y oyendo en las televisiones a sus correligionarios afirmar sobre su persona, una retahíla interminable de calificativos de toda índole, que les señalaban el punto de soledad en el que se encontraban inmersos, negándoles cualquier posibilidad de recuperar, aunque fuera mínimamente, su pasada gloria.
Así que su paciencia se ha ido agotando paulatinamente y sin remisión, en las galerías de las cárceles españolas y aquel silencio que en principio juraron mantener y que salvaguardaba a los líderes que amaron lealmente, durante mucho tiempo, ha resultado ser, no sólo inútil de cara a la defensa de los delitos que se les imputan, sino rematadamente perjudicial, a título personal y familiar, arrastrándoles a una situación, del todo insostenible.
Así que una buena parte de estos acusados, de un tiempo a esta parte, han decidido romper ese pacto que les encadenaba sin remedio a una larga condena y se han puesto a disposición de los fiscales para ofrecer una colaboración impagable, para el esclarecimiento de la verdad, cansados de esperar una ayuda que no ha llegado nunca, por parte de sus superiores en el Partido, que para mayor decepción, han continuado ejerciendo tranquilamente el poder, totalmente al margen de lo que estuviera sucediendo  con estos encausados, que en otro tiempo fueron sus propios compañeros.
Todos, apuntan alto en sus afirmaciones y señalan que la cúpula del PP conocía y respaldaba las oscuras historias que vamos conociendo a diario, sobre financiaciones obtenidas a base de extorsión y de sobres de dinero negro y todos, sin excepción, repiten el mismo estribillo, los mismos nombres, los mismos hechos, acaecidos en los mismos lugares y las mismas tramas enrevesadas, urdidas en las mismas trastiendas.
El último, ayer, ha sido Francisco Granados, que apunta con su dedo acusador a Esperanza Aguirre, Ignacio González y Cristina Cifuentes, como primeros responsables de todo lo ocurrido durante años en  Madrid, asegurando que conocían a la perfección las irregularidades que se estaban cometiendo y que ninguna de ellas hubiera sido posible sin su aprobación, colocando, principalmente a la actual Presidenta de la Comunidad, en grave situación de riesgo.
Estamos seguros que Granados no será el último en intentar abrirse paso entre la jungla en la que se han movido los conservadores y que habrá muchos más, que indignados por tener que soportar en soledad la privación de libertad, se irán subiendo al carro de los que se convierten en confidentes.
Hay cosas, que no se pueden tapar más y la coincidencia de las versiones ofrecidas por estos presos ilustres, en salas de justicia de todo el país, evidencian que ha de haber un poso de verdad en sus afirmaciones, por muy duras que sean.
Algún día, los líderes del Partido Popular tendrán que responder por la verdadera responsabilidad que tuvieron en estos hechos y depende en gran parte, de la valentía de los jueces y fiscales , que sea pronto, si no queremos generar una desconfianza aún mayor de la que ya existe, en el funcionamiento de la Justicia.

lunes, 12 de febrero de 2018

Que viene Rivera



Medios de comunicación afines a la derecha, afirmaban ayer que un 60% de los afiliados y votantes del Partido Popular desearían que Mariano Rajoy no volviera a presentarse como candidato a la Presidencia, porcentaje que alcanza un 85%, si la consulta se extiende al resto de los ciudadanos del país y casi roza el 100, si los que contestan a la pregunta viven dentro de Catalunya.
Este convencimiento, que  manifestado de manera tajante por una buena mayoría de españoles podría tener una explicación bastante lógica, si se tiene en cuenta la permanente sospecha de corrupción que se cierne sobre la persona del Presidente de Gobierno, sorprende sin embargo, cuando proviene directamente de las filas conservadoras y hace temer que la manera en que se ha dirigido el PP, en los últimos tiempos y el modo en que se han gestionado los graves problemas surgidos a su alrededor, en muchas ocasiones, por su causa, ha conseguido desanimar a todos aquellos que hace sólo unos años llenaban las plazas de toros vitoreando a este político, que siempre careció de carisma, pero que consiguió aglutinar en torno a su figura, a una buena parte de los líderes que por aquel entonces, le acompañaban en la aventura de poder destronar a un Zapatero, hundido por el error de haber abandonado ante los electores, sus más elementales principios.
Todo fue bien, mientras se conservó una mayoría absoluta y se pudieron ir aprobando sin ninguna posible oposición, medidas y Decretos que fueron mermando la calidad de vida de los ciudadanos, aunque para no mentir, habría que recordar que Mariano Rajoy nunca contó con el beneplácito de aquella parte de su Partido que había convertido a José María Áznar  en una especie de Dios al que seguían, por supuesto también, en sus decepciones.
Pero, he aquí que empezaron a destaparse ciertos casos de corrupción, en los que las implicaciones directas de primeras figuras conservadoras, se hicieron mucho más que evidentes y que alcanzaron su punto álgido, cuando aparecieron los papeles de Bárcenas y todos pudimos comprobar que el ya famoso M. Rajoy, aparecía en la lista de perceptores de sobres de dinero negro.
El error de tratar de dilatar el asunto hasta que llegó la siguiente legislatura, supuso un antes y un después en el panorama político de nuestro país, pues el nacimiento de dos nuevos Partidos, Ciudadanos y Podemos, con gente joven a la cabeza y su entrada torrencial en un  Parlamento, hasta entonces dominado por el bipartidismo, puso de manifiesto la urgente necesidad de tener que propiciar acuerdos para obtener el poder, en contra de lo que había venido sucediendo, desde hacía muchos años.
La gestión de la crisis catalana y la evidente pasividad demostrada por este flemático Rajoy, mientras el independentismo se iba haciendo fuerte sin remedio, consiguió lo que no habían logrado ni la corrupción ni la durísima política de recortes y la fidelidad de los votantes de la derecha, se fue agotando al mismo ritmo que su paciencia, mientras empezaban a comprender que existía otra opción de voto que respetaba igualmente la naturaleza de sus principios y que contaba además, con un líder limpio de polvo y paja y  mucho más resolutivo en sus acciones de lo que jamás había sido el que todavía es nuestro Presidente.
Ese líder, Rivera, joven y ambicioso dónde los haya, capaz de cambiar en un instante de compañeros  de viaje y dispuesto a dar la batalla, hasta las últimas consecuencias, con tal de llegar al poder, se había ido labrando un camino a base de apoyar las propuestas conservadoras, a lo largo de toda la legislatura, consiguiendo de este modo ganarse la confianza del receloso  Mariano Rajoy, haciéndole creer que le seguiría con una lealtad casi eterna, mientras preparaba minuciosamente un salto de fe, que vino propiciado por la posición adoptada por su Partido, durante la crisis de Catalunya.
Nadie, había conseguido hasta ahora engañar tan rotundamente a Rajoy, hasta llevarle al borde mismo del abismo, ni nadie, en tan poco tiempo, había jamás cambiado tan radicalmente de enemigo político, ni atacado tan repentinamente a los mismos con los que habían llegado a formar una sociedad, en buena parte del territorio en el que vivimos.
Los resultados de las encuestas, demuestran fehacientemente que la jugada le ha salido a Rivera redonda y concluyente y que su ascendente popularidad, ha de basarse sin ningún género de dudas, en encontrar una manera de acabar con Rajoy, que curiosamente nada tendrá que ver en este caso, con la oposición de la izquierda.
Forjando una nueva derecha española y deshaciéndose al mismo tiempo del lastre que supone la farragosa historia del PP, con sus oscuros asuntos de financiación ilegal y corruptelas que han afectado a nombres de gran relevancia, Rivera avanza con paso firme, para lograr un adelanto electoral, en el mejor de sus momentos y su fijación actual, es lograr a la mayor brevedad posible, desgastar absolutamente la que fuera la imagen adorada del PP, para traer a sus filas a todos y cada uno de los votantes de la derecha.
Miedo me daría a mí, si fuera Mariano Rajoy, tener que enfrentarme a este huracán, sin el apoyo de nadie y con las reticencias, cada vez mayores, de su propia gente.
Otro día hablaremos de las ocasiones que ha perdido, lamentablemente, la izquierda, pero esa es otra historia y sus protagonistas aún andan enredados en guerras personales, que les impiden ver lo que están perdiendo.



domingo, 11 de febrero de 2018

Héroes sin medallas



Cuando los bomberos sevillanos Manuel Blanco, Julio Latorre y Quique Rodríguez, decidieron emplear su tiempo de vacaciones en prestar ayuda humanitaria a los que, a través del Mediterráneo, buscaban una manera de sobrevivir al horror del hambre y de las guerras, no imaginaban que su acto de buena voluntad, podía terminar teniendo que enfrentarse a una acusación por tráfico de personas, cursada por la justicia griega, que pide 10 años de prisión para estos cooperantes, que antes de ser detenidos, ya habían intervenido en varias acciones de rescate en Lesbos.
Las terribles imágenes que todos hemos podido contemplar en numerosísimas ocasiones y las espantosas condiciones en las que se ven obligados a viajar, los hombres, mujeres y niños que buscan en el viejo continente una manera de sobrevivir al horror que  les ha perseguido durante años en sus propios países, produce en quiénes tenemos la suerte de sentirnos seguros en un entorno que nos resulta familiar y cercano, la imperiosa necesidad de reclamar soluciones urgentes para estos genocidios que proliferan, cada vez con más fuerza, a nuestro alrededor y que no parecen preocupar suficientemente  a los Gobiernos del llamado mundo civilizado, a juzgar por la falta de medios empleados, no sólo en el rescate de los refugiados de toda índole y procedencia, sino  también, en tratar de erradicar los factores de fondo que dan origen a estos problemas.
El cementerio en que se está convirtiendo el Mediterráneo en los últimos tiempos podría aumentar su dimensión, de no ser por la actuación impagable que prestan en sus aguas Asociaciones sin ánimo de lucro, como es el caso de Proem-Aid, a la que se adhirieron los tres bomberos mencionados, para poner a su servicio sus conocimientos profesionales, de manera altruista y sólo con la intención de salvar algunas de las vidas que se pierden en los naufragios de las barcazas que transportan a estos miles de seres humanos, que explotados por las mafias, se arriesgan a navegar en condiciones de total inseguridad, con la esperanza de alcanzar un destino que garantice su deseo de supervivencia.
Una serie de circunstancias adversas, la avería del barco de rescate perteneciente a Proem-Aid y una alarma nocturna que aunque luego resultó ser falsa, reclamaba una intervención inminente, se conjugaron una noche en contra de estos tres voluntarios, que fueron inmediatamente detenidos por las autoridades de Lesbos y puestos a disposición judicial, transformando una historia de sacrificio personal, en una pesadilla que se ha prolongado en el tiempo y que les llevará el día siete de Marzo, ante un Tribunal, de cuya sentencia dependerá el futuro que les aguarde, tras esta historia ciertamente rocambolesca.
Nada se ha podido hacer de momento por remediar este malentendido, que pone en evidencia el mal funcionamiento de los cuerpos encargados de vigilar las condiciones de los rescates en Grecia, pues la trayectoria de los bomberos españoles, en general, goza de un bien ganado reconocimiento internacional y de todos es sabido que por ello, han sido reclamados en numerosas ocasiones, para intervenir en situaciones catastróficas, en las que han conseguido rescatar muchas vidas, que de otro modo se hubieran perdido irremediablemente.
Así que dudar de las intenciones que movieron a estos tres hombres, en principio, ya ofende y resulta incomprensible que durante el tiempo transcurrido desde su detención, no se haya investigado en profundidad lo ocurrido durante la noche en que se produjeron los hechos, a pesar de los múltiples esfuerzos realizados, no sólo por las Asociaciones que se mueven en Grecia, sino también por la gente de a pie, que ha estado recogiendo firmas para que se anule la celebración de este absurdo juicio, mientras miles de personas siguen muriendo en los mismos escenarios, en las mismas tragedias.
Es, como si la locura se hubiera apoderado definitivamente del mundo en el que estamos viviendo y que en lugar de premiar la valentía y la abnegación de quiénes se atreven a enfrentarse a estas situaciones de riesgo, sin otro ánimo que el de colaborar desinteresadamente, se tratara de persuadir a quiénes pudieran estar considerando la posibilidad de ayudar, tratando de frenar su impulso solidario, en razón de unos legalismos que carecen de toda lógica natural, cuando se trabaja con la urgencia de establecer dispositivos de rescate, a cualquier hora del día o de la noche.
La experiencia vivida por estos bomberos, no hace más que confirmar esta teoría que cobraría aún más fuerza, si se pensara que tal vez, la labor que cumplen los voluntarios no deben ser del agrado de los Organismos oficiales encargados de este problema y hasta se podría creer que, en cierta medida, desagrada que sean testigos de la auténtica realidad cotidiana que se vive y de la magnitud de la tragedia.
Europa, una vez más, quiere cerrar los ojos ante una situación que la desborda, por la intranquilidad  que produce en la estabilidad de su ambiente y  se convierte por su insolidaridad manifiesta, en cómplice de una situación, que priva a cientos de miles de seres humanos de los derechos que les corresponden, simplemente por nacimiento.
Estos bomberos, que en cierto modo, somos todos los que no hemos perdido la inmensa virtud de la misericordia hacia los demás, se convierten en una causa que debemos defender, hasta sus últimas consecuencias, porque si a nuestros dirigentes les quedara un atisbo de humanidad, los refugiados que rodean nuestras fronteras, las condiciones de vida que se ven obligados a soportar y las historias personales que arrastran, individualmente, hace tiempo que debieran haberse convertido en una prioridad, pero claro, no producen ningún tipo de beneficio económico, que en realidad, es lo único que importa, en estos tiempos.


viernes, 9 de febrero de 2018

La inocencia robada



Leemos con estupor, la espeluznante noticia de que un niño de sólo nueve años, en un Colegio  de Jaén, ha sido reiteradamente violado durante las horas de recreo, por cuatro compañeros con edades que oscilan entre los doce y catorce años, cuyos ataques han sido descubiertos durante un examen médico al que fue sometido el menor e inmediatamente denunciados  por los profesionales sanitarios correspondientes.
Haciendo un examen de conciencia, que resulta ser para todos nosotros, no sólo necesario, sino urgente, no cabe por menos que preguntarse qué clase de mundo estamos dejando en herencia a los que nos suceden y en qué momento comenzamos a ser cómplices del robo de la dulce inocencia que caracterizaba a la infancia hasta hace unos años, creando, con nuestra manera de educar y permitiendo a los niños un acceso a la información que se ofrece a través de las redes, con excesiva precocidad, esta especie de monstruos imberbes, capaces de cometer tan deleznables acciones grupales de violencia  y que condena, desde sus primeros años de existencia, a los más débiles, a una vida de terror que, normalmente, sufren en silencio, paralizados  por el miedo que les acompaña, al no tener la edad suficiente para hacer frente al odio extremado ante el que se encuentran.
Casos como éste, que estamos conociendo todos los días y que demuestran fehacientemente los gravísimos errores que estamos cometiendo entre las paredes de nuestros hogares, con nuestros propios hijos, reclaman soluciones que podrían parecer absolutamente drásticas, cuando se sacan de contexto, pero que seguramente conseguirían frenar esta ola de fanatismo que corroe las venas de los jóvenes instalándose en ellas, probablemente para quedarse durante el resto de sus malogradas existencias y que les hacen creer que poseen un poder ilimitado para dominar, sine die, la voluntad de otros más frágiles, por carácter o por pertenecer a colectivos diferentes, a los que no se intenta siquiera comprender  o aceptar, sobre todo si los tiranos pertenecen a familias, cuya mentalidad se encuentra decididamente instalada en roles decimonónicos que les impiden evolucionar para adaptarse a la diversidad  que caracteriza a la Sociedad en que vivimos y que no se cortan en defender, ante los menores, conceptos de corte machista o que potencian la obligación de hacer evidente ante los otros, una supremacía xenófoba, homófoba, o simplemente concebida para probar una prepotencia estremecedora, sobre todo cuando se está marcando un camino a seguir, a los que se están iniciando en la vida.
Tampoco ayuda en nada, esta Ley del Menor, que ciertamente fue concebida desde la mejor voluntad, pero que se ha demostrado que más que proteger a los frágiles, anima, por la impunidad que les ofrece, a los fanáticos, a continuar ejerciendo este tipo de acciones y que por tanto, habría de ser necesariamente revisada, para ser adaptada a una realidad que cada vez se hace más presente, en este mundo absurdo en que vivimos.
Oíamos ayer la propuesta de que se rebaje la edad de los votantes hasta los dieciséis años, alegando que los jóvenes de esta edad se encuentran perfectamente capacitados para decidir la opción de Gobierno que prefieren y choca, que en contraposición a esta idea, se les continúe considerando menores, hasta los dieciocho y que por tanto, no se les pueda juzgar ni condenar, por la comisión de delitos de la naturaleza a que aludíamos al comienzo de esta artículo y que traspasan todos los límites de la imaginación de cualquier persona normal, por la violencia que engendran.
Las edades de los violadores, pueden dar una idea del conocimiento de la sexualidad que pueden tener y sobre todo, ofrece una información impagable, sobre la calidad del entorno en que deben vivir y también, de la educación que  deben haber recibido de sus mayores.
Al final, en este tipo de terribles acciones, es siempre la víctima, la que debe tratar de convivir con lo que le ocurrió, aunque escenas como éstas, te acompañan durante el resto de tu vida.
Todos y cada uno de nosotros, somos culpables, unos por enaltecimiento de estos pensamientos y otros muchos, por inacción, de la tremenda pérdida de valores que está sufriendo la infancia en la actualidad, olvidando tal vez, que estos serán los hombres y mujeres del futuro que nos aguarda.
Si no hacemos nada por remediarlo, a la mayor brevedad posible, el nuestro será mañana un Mundo inseguro y terrible, en el que la convivencia pacífica en la diversidad, será definitivamente imposible. Se podría decir que volveremos a las cavernas y que nuestra evolución como seres humanos, habrá resultado un estrepitoso fracaso.