jueves, 26 de julio de 2018

On the road




Nos ponemos en marcha, después de un duro e interesantísimo año de trabajo que nos ha dejado muchas satisfacciones, pero a la vez, también desasosiegos y lo hacemos, procurando dejar atrás un pasado que nunca volverá, echándonos a la carretera con el propósito que mueve a todos los  viajeros cuando inician un camino desconocido y que suele plantearse, pues de otro modo resultaría tedioso y aburrido, como una aventura de reencuentro con uno mismo, a través de la contemplación del paisaje y la atracción por conocer gente nueva que pueda aportarnos experiencias distintas a las que vivimos en nuestra cotidianidad, ofreciéndonos la oportunidad de ennoblecernos  y de abrir  sin límites nuestras mentes, por esos caminos que nunca se sabe dónde nos llevarán y que suponen para nosotros, un reto esperanzador y maravilloso.
Ligeros de equipaje y dispuestos a poner en la ruta libertad y alegría, abandonamos nuestra ciudad de origen y la rutina habitual que durante este último periodo de intensidad ha terminado por devorarnos hasta la extenuación, a pesar de que el verano está siendo bastante benigno, para dirigirnos, dónde el viento nos lleve, seguros de que la geografía de este hermoso país al que pertenecemos, nos premiará con toda seguridad, ofreciéndonos más de una grata sorpresa.
Buscamos, con el descaro que da la veteranía, aprender las costumbres y tradiciones de gente que siendo aparentemente como nosotros, es al mismo tiempo diversa y nos ilusiona constatar que todas las diferencias que aparentemente pudieran separarnos son al fin y a la postre, absolutamente enriquecedoras, pues bridan la ocasión de confirmar que el entendimiento entre seres humanos  siempre es posible.
No les quepa la menor duda de que todo ese aprendizaje quedará de un modo u otro, reflejado después en los mensajes que desde estas humildes páginas lanzo al mundo todos los días y que en cierta medida, pondrán también su grano de arena en mi carácter, pues las personas han de  ser moldeables mientras duren sus vidas, si no quieren que su pensamiento  quede anclado en un tiempo que continúa avanzando inexorablemente.
Como todos los años, no podría iniciar este periodo de reposo sin mostrarles mi gratitud  por dedicarme su tiempo y su paciencia, sobre todo porque compartir mis letras con mis “ilustres desconocidos”, que es como yo suelo llamarles a ustedes en la intimidad, me reporta un enorme placer, impagable, en este mundo globalizado que suele moverse casi siempre, a base de dinero.
Su lealtad desde tantos lugares lejanos, que confluyen en estas páginas como si de un chat de amigos se tratara, no puede despertar en quién escribe, más que una emoción personal, sólo equiparable a la que solemos sentir, cuando se revolucionan las querencias.
Espérenme, por favor, hasta Septiembre, igual que yo esperaré de nuevo reencontrarles, para empezar de nuevo.
No se olviden, como siempre les aconsejo, de procurar buscar  felicidad y den a los asuntos, buenos o malos, la importancia real que les corresponde. A veces, lo exageramos todo, para tener que arrepentirnos luego.
Hagan, su santa voluntad y libérense de las ataduras que traten de imponerles, recordando que  les asiste todo el derecho a poder disfrutar de la vida, tal y como quieran y sobre todo, no permitan que les atemoricen los agoreros que les rodean, pues cuando uno va cumpliendo años, entiende con meridiana claridad que este tipo de gente, no merece un solo minuto de nuestro tiempo.
Cerramos un periodo y la casa y hasta pronto. Ya nos veremos.

miércoles, 25 de julio de 2018

Un acuerdo imposible




Tras su ronda de contactos con los ex Presidentes del PP, el recién elegido Pablo Casado se ha reunido hoy  en su despacho del Congreso con Soraya Sáenz de Santamaría, tratando desesperadamente de ofrecer una imagen de normalidad, que se aleja demasiado de lo que realmente se piensa en los mentideros políticos.
Sonrientes ambos ante las cámaras de los medios de comunicación y realmente moderados en las declaraciones que han ofrecido, por separado, tras la finalización de su encuentro,  la  conversación que se ha mantenido en ese despacho y sobre todo, un contenido que nunca trascenderá, se ha convertido, por su importancia, en la gran noticia del día, pues la victoria de Casado no zanja en absoluto las enormes diferencias de criterio que mantienen estos dos interlocutores, ni calma la desazón que se respira entre los que se posicionaron por uno u otro bando, hasta que se conocieron los resultados de las votaciones de los compromisarios en el congreso.
Tanto es así, que la que fuera Vicepresidenta con   Rajoy ha deslizado delante de los periodistas que había reclamado a Casado una participación en el aparato del Partido, directamente proporcional  al porcentaje de votos obtenidos por su candidatura, cuestión  a la que después ha respondido el nuevo Presidente popular, alegando que no es este el momento de hablar de porcentajes, sino más bien de intentar integrar en su nuevo proyecto, sin aclarar de qué manera, a todas las facciones existentes en la Formación conservadora, en clara alusión únicamente a la capitaneada por Santamaría, pues no podemos olvidar que los otros candidatos que se presentaron a las primarias, apostaron abiertamente por Casado, en la segunda vuelta.
La prueba está en que un rato después de que Soraya abandonara el lugar de encuentro, el nuevo Presidente recibía a María Dolores de Cospedal, sin cuyo apoyo y el de sus muchos seguidores, su victoria no habría sido posible y de la que se dice que está teniendo, quizá como pago a su colaboración, un papel fundamental en la elección de quién será el nuevo Secretario General del PP y en los nombres que estarán  presentes en sus órganos de Gobierno.
Así que parece difícil, dada la conocida enemistad  entre Cospedal y Santamaría, que esta última pueda obtener para ella y para los suyos, cargos de relevancia real en las filas conservadoras y por mucho afán de unidad que pretendan demostrar de cara a la galería los que han sido los ganadores de esta encarnizada contienda, los derrotados, ni encajan, ni encajarán en los nuevos planes diseñados por este equipo, que definitivamente escorado aún más a la derecha, culpa tácitamente a Rajoy y a sus colaboradores más  cercanos, de la debacle que ha llevado al PP, a tener que abandonar el Gobierno.
Copedal, no es el único enemigo con el que deberá enfrentarse Santamaría, en esta nueva etapa de su vida, en la que ha perdido casi toda su influencia y sus privilegios, pues no olvidemos que por haber permanecido como fiel escudero, al lado de Rajoy, tampoco resulta ser precisamente  grata para la gente que forma el ala ultraconservadora, capitaneada por Aznar o para otra, que como García Margallo, tuvieron en el pasado con ella, imperdonables desencuentros.
De manera que Soraya y todos aquellos que la apoyaron se  han quedado definitivamente solos en esta aventura que está a punto de comenzar y que promete ser, por cierto, bastante intensa y por muy buenas intenciones que pretenda demostrar Casado, cuando se dirige al público en general, el acuerdo con los perdedores, estando quiénes están por medio, parece ser misión imposible y suerte tendrán, si el Partido no los convierte pronto en innombrables, como suelen hacer con todos aquellos que les suponen algún tipo de problema.
Cautiva de sus propias acciones y también de sus palabras, Soraya Sáenz de Santamaría se ha convertido en un estorbo que turba la placidez del ascenso de Casado, con su soberbia y sus exigencias. Es la prueba viviente de que el gobierno de Mariano Rajoy existió y estuvo muy  presente en todos y cada uno de los errores que se cometieron.
Es verdad que por su modo de expresarse se le ha adjudicado la fama de representar al sector más progresista del Partido conservador, pero esta especie de virtud, se ha convertido en un factor que juega en su contra, ahora que se ha decidido por absoluta mayoría, regresar al conservadurismo más duro de los tiempos pasados, transformándola directamente en un elemento indeseable, que emponzoña los planes que Casado y los que le siguen han pergeñado, para recuperar los votos perdidos por la derecha.
Si la dignidad estuviera presente, alguna vez, en el modo de actuar de los políticos, a Santamaría no le quedaría otra salida que abandonar el PP, reconociendo con ello su derrota, pero sin llegar a perder el honor, plegándose a ser colocada en algún puesto de segunda fila, en el que no se le permitiera tomar ninguna decisión de calado, nunca más, en lo que reste a su vida política.
Su periodo glorioso, pasó y conociendo a la perfección las interioridades de su Partido y también de sus propios compañeros, ya debiera saber, por propia experiencia, que la palabra perdón no consta en el diccionario que manejan los conservadores.
 Seguramente, ella habría hecho lo mismo con Casado y los suyos , si la historia hubiera sido distinta.

martes, 24 de julio de 2018

El olor a tierra quemada




Mucho sabemos, desde hace muchos años, los ciudadanos de este país, sobre el tema de los incendios en montañas y bosques y mucho nos ha dolido y nos duele cada vez que se produce una noticia de estas características, suceda o no en el suelo patrio, por lo que hoy es uno de esos días que nos provoca gran desazón y tristeza, al conocer la virulencia de las llamas que sacuden en estos momentos los árboles de Grecia, dónde se ha declarado el estado de emergencia, al no poder hacer frente al avance imparable de los fuegos, que se han cobrado ya la vida de más de cincuenta personas.
Nos llena de estupor que la mayoría de estos incendios no se deban a causas fortuitas, sino que sean alevosamente provocados por la mano del hombre , que parece empeñarse denodadamente en destruir el más grande de los tesoros que posee en gratuidad y que representa para él, tener un lugar en el que poder sustentar su existencia y una herencia impagable que dejar a sus sucesores, que se convertirán, con el tiempo, en los nuevos dueños del Planeta.
Observando el afán que ponemos en cuidar minuciosamente las cosas materiales que consideramos de nuestra propiedad, léase, todo aquellos que hemos pagado religiosamente en  esta sociedad de consumo en la que nos movemos, resulta del todo incomprensible que destruyamos con plena consciencia la que sería la base de nuestra propia supervivencia, aun sabiendo que si persistimos en ciertas actitudes, ciertamente nocivas contra la Naturaleza, estaremos abocados a un futuro imparable de destrucción, que terminaría con la especie a la que todos pertenecemos.
Este olor a tierra quemada que invade periódicamente nuestros paisajes y que provoca catástrofes ecológicas irrecuperables, de incalculables consecuencias, forma en muchos casos, parte de una estrategia de especulación, minuciosamente estudiada por quienes hacen de la ambición su bandera y a los que poco importa, por cierto y los hechos así lo demuestran, los daños infringidos a toda la humanidad, ni tampoco las incontables vidas que se pierden en el transcurso de esos sucesos.
De manera que hacer arder masas boscosas, llevar hasta la extenuación a los encargados de sofocar estos incendios, con la escasez de medios que nos ha traído también, como no, la maldita e interminable crisis, sale en el fondo, muy barato y así, no es de extrañar que año tras año, continúen surgiendo estas prácticas y por consiguiente, la desolación en que quedan esos espacios comunes, tras el paso destructor de las llamas por ellos.
Ya decía Hobbes que el hombre era un lobo para el hombre y que como tal actuaba, con tal de poder garantizarse una plácida y cómoda existencia y esto, que ya era cierto en el tiempo en el que vivió, se ha multiplicado por mil, tres siglos después, pues a pesar del tiempo transcurrido hemos sido incapaces de erradicar las desigualdades entre nosotros y la codicia continúa siendo para los que más tienen, el eje central sobre el que se basa su indeseable presencia sobre la tierra.
Tampoco ayudan nada las Leyes actuales que juzgan a estos pirómanos , a los que se suele erróneamente considerar como trastornados mentales y no cómo sicarios a sueldo de los verdaderos instigadores de estos hechos, pues por alguna razón, este y otros muchos temas relacionados con el Planeta en general, parecen no importar a las  Naciones, que acostumbran a tener la vista puesta en cuestiones mucho más relacionadas con la Macroeconomía que les asegura su permanencia en el poder, aunque sea en un mundo cada vez más insano e imperfecto.
Lo vemos a diario, si nos fijamos en lo que sucede a nuestro alrededor y prestamos atención al ambiente en el que se producen esas reuniones de alto nivel que entre ellos organizan, entre risas y mesas de abundancia ante las que sentarse a discutir asuntos realmente banales, si se comparan con lo que está ocurriendo con la situación de los refugiados, por ejemplo y hasta me atrevería a decir que nos hemos acostumbrado, insólitamente, a considerarlo como algo natural, quizá porque hemos asumido el rol que para nosotros han elegido, precisamente esos que con sus acciones, nos demuestran su profundo desprecio.
No son, ni mucho menos, por mucho que lo crean y así debemos entenderlo, los dueños de la tierra y por ello y porque este lugar maravilloso nos pertenece a todos, surge la extrema necesidad de exigir que se considere como prioritaria la conservación exquisita de los recursos con los que aún contamos, en esta propiedad colectiva a la que amamos y que supone para nosotros, certeza de futuro en el tiempo.
Buscar las vías para solucionar con carácter de urgencia cuestiones como el Cambio climático o la destrucción fehaciente de los recursos naturales, que por supuesto, incluye los incendios, se ha convertido en una necesidad perentoria para una humanidad que agoniza asfixiada entre la manipulación a la que es sometida a través de la estrategia del miedo.
Mientras hablamos de la tragedia que está viviendo el país heleno, al que enviamos de todo corazón nuestro apoyo y solidaridad, en tan terribles momentos, aparece en un canal de televisión la información sobre los valores de la Bolsa y los economistas continúan haciendo previsiones francamente agoreras,
Miren cada cual a su conciencia y pregúntense si hay derecho.

lunes, 23 de julio de 2018

Los daños del paso del tiempo



 La férrea unidad que había caracterizado hasta ahora a los representantes del separatismo catalán y que ha resultado ser la baza más importante con la que contaban los defensores de la proclamación de la República, para atraer a las  masas a su causa, ha ido perdiendo fuerza por los efectos colaterales que está trayendo el paso del tiempo y por supuesto, provocando fisuras que resquebrajan, un poco más todos los días, ese concepto unánime que en principio parecían compartir los tres Partidos que formaron un frente común en contra del Estado español, a pesar de las más que evidentes diferencias ideológicas que les separaban, pero que fueron postergadas en pos el sueño de la independencia.
Una cosa es la imagen que se ofrece de cara a la galería, con la profusión de esteladas, lazos amarillosas e incluso cruces sembradas por todos los rincones de Catalunya, como apoyo a los dirigentes presos y otra bien distinta, lo que sucede en las trastiendas que subyacen bajo los órganos de un poder, que siendo como todos los poderes, atractivo por lo que en sí mismo representa, da lugar a rivalidades enconadas y no sólo entre las diferentes Formaciones que desean a toda costa ganarlo, sino también y muy especialmente, en los regímenes internos en los que actúan  algunos personajes, a los que por encima de todo mueve su propia ambición y que no se encuentran dispuestos a renunciar absolutamente a nada que pueda dañar su exacerbado egocentrismo.
Es público y notorio que las relaciones entre la Esquerra Republicana de Junqueras y el PdeCat de Puigdemont han sufrido un terrible desgaste desde que el ex President decidiera huir del país, dejando a los pies de los caballos a los que hasta entonces habían sido sus socios de Gobierno y que los presos nunca perdonarán al exiliado los meses de cárcel que han tenido que soportar mientras el otro se paseaba por Europa autoproclamándose como caudillo de la causa independentista y también que una vez destronado el PP,  a causa de la Moción de censura, las posiciones de ambas Formaciones han comenzado a divergir, pues no se ven las cosas igual, desde las celdas de las prisiones, que desde los cafés berlineses.
La decisión del juez Llarena, de no admitir la extradición de Puigdemont, sólo por un delito de malversación ha debido servir, al menos, para que el ex President se convenza de que pasará mucho tiempo antes de que pueda a volver a pisar suelo patrio y esta idea, que no deja de ser inquietante para quien desea continuar siendo el protagonista principal de la obra en cartelera, habrá causado cierta zozobra, activando inmediatamente el mecanismo de defensa del ilustre exiliado, ante el temor de poder caer en el más absoluto de los olvidos.
Suponemos que ha sido esa reacción y no otra la que ha provocado la dimisión de Marta Pascal como Directora del PdeCat en Catalunya, por haber perdido, según palabras textuales, la confianza de Puigdemont, pero la pregunta que flota en el aire y que hoy mismo deben estar haciéndose miles de catalanes es qué verdad se esconde bajo la contundencia de esta frase y sobre todo, por qué se ha producido el desencuentro, si realmente, como se dice, se han seguido al pie de la letra todas las órdenes dictadas desde Berlín, por quién sus correligionarios continúan considerando como su Presidente.
Puede que Puigdemont haya sucumbido presa del pánico al comprobar que las encuestas dan como ganadora, en unas futuras elecciones a Esquerra, sin que él pueda, por la distancia, atraer la voluntad de los electores e incluso que haya visto en Pascal, posturas que la acercan peligrosamente a las filas de sus antiguos socios de Gobierno y hasta quizá, un cierto abandono por su parte de la defensa de su figura personal, como consecuencia directa de la brega diaria que representa hacer frente a los problemas directos que atañen a los catalanes y que no sólo se subscriben al plano de la independencia.
Preso de su propia soledad, de su imposibilidad de volver y del desgaste que produce inevitablemente el paso del tiempo, Puigdemont parece haberse transformado en un personaje siniestramente desconfiado que cuida, como el único tesoro que posee, el hecho de continuar siendo considerado como referente de la lucha separatista, aun sabiendo que la verdadera lucha la están librando los que decidieron ser coherentes con su postura y quedarse en su territorio, afrontando después, todas las consecuencias que sobrevinieron.
La dimisión de Pascual, su sustitución por alguien mucho más sumiso, preludia un nuevo cambio en la antigua Convergencia, que todo lo quiere arreglar sobreponiendo siglas nuevas, sobre los mismos e inamovibles conceptos y deja meridianamente claro que  lo más importante para sus militantes y simpatizantes, no deben ser ni Catalunya, ni la independencia, sino que el Virrey Puigdemont permanezca vivo en la memoria de los catalanes, por los siglos de los siglos. Amén.

domingo, 22 de julio de 2018

Añoranzas de un pasado glorioso



 Concluye el Congreso del PP, con una victoria aplastante del joven Pablo Casado, sobre la que fue Vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, probando que los compromisarios,  más que  desear  realmente una regeneración, añoran el pasado glorioso en el que bajo la batuta del Presidente Aznar, consiguieron aumentar considerablemente su propia riqueza y sobre todo, unos privilegios, a los que no se encuentran dispuestos a renunciar, incluso aunque haya quedado fehacientemente probado que  todo lo que ocurrió entonces ocultaba intrínsecamente una trama reiterada de corrupción, que ha salpicado a una buena parte de cargos importantes del Partido Conservador y que le ha costado a Rajoy y los suyos la vergonzosa salida dl Gobierno, a causa de la Moción de censura ganada limpiamente por la mayoría de los grupos representados en el Parlamento.
Se ha presentado Casado, como un elemento renovador que sin embargo, cimenta su triunfo sobre el apoyo del ala más recalcitrante de su Formación y como salvador inequívoco de un PP que ha naufragado, según él, aunque no se  atreva a decirlo, por las políticas desidiosas del equipo formado por el anterior Presidente y también, porque se habían estado abandonando un  buen número de las  premisas que caracterizaban, por su extrema radicalidad, a este núcleo duro que formó ese aznarismo, conocido, entre otras cosas, por su contundente oposición a leyes sociales que supusieron un avance para colectivos como el de las mujeres, con la regularización de la Ley del aborto o el de los homosexuales y transexuales, con la aprobación de los matrimonios, entre personas del mismo sexo y que provocaron una oleada de manifestaciones de los movimientos ultraconservadores en su contra, como todos recordaremos.
Pretende, con la elección de este candidato, el PP, aparecer ante los electores como un Partido nuevo, simplemente porque su líder tiene sólo 37 años y ha estado trabajándose afanosamente y muchas veces sin argumentos, el tema de la sucesión, dando la cara en momentos verdaderamente  difíciles, pero ser joven no lleva implícito en sí mismo, ser progresista, como ya ha demostrado con creces, en su primera intervención el recién elegido, al optar  por un discurso dedicado a la exaltación sin reservas de una clase de españolidad que roza peligrosamente el nacionalismo exacerbado y beato, dirigido fundamentalmente a recuperar a todos aquellos que estancados en el pensamiento ultra derechista, abandonaron el redil popular, dando origen al nacimiento de otras Formaciones, como VOX, cuyas acciones todos conocemos.
Deben pensar estos ganadores que echar la vista atrás y recuperar posiciones que antaño funcionaron, distinguiendo perfectamente las verdaderas intenciones del que entonces era el único Partido de derechas, les puede devolver un esplendor, cuyo brillo se ha ido desgastando, más que por las raíces de su ideología, por los imperdonables errores cometidos por una buena parte de estos nuevos vencedores  que ahora podrán volver a primera línea de juego, que sin embargo, no volverá jamás, pues habría que recordar que los salvadores de patrias hace ya tiempo que dejaron de ser bien vistos por una ciudanía que ha aprendido a marchas forzadas, del dolor provocado por los años de crisis y que ha elegido, libremente y sin coacción, a nuevos representantes de otras tendencias, en el Parlamento, precisamente porque lo que menos desea es un retorno a un pasado que prefiere olvidar y con el que no quisiera tener que volver a reencontrarse, por nada del mundo.
Ese pasado de “charanga y pandereta, cerrado y sacristía”, que ya describiera Machado, de banderas ondeantes en balcones e intolerancia con la diversidad, que divide a la Sociedad en bandos beligerantes irreconciliables y aumenta las tensiones sociales, llevándolas a extremismos imprevisibles, es lo que representa Casado, si se estudian uno  a uno, los rostros de los que le han aupado al poder, esperanzados en poder manejarle desde las sombras, como a una marioneta y a ser posible, sin injerencias del sector representado por Santamaría, que con toda probabilidad será exterminado sin piedad, conociendo como conocemos, el gusto por la venganza que define a la ultraderecha española.
A decir  verdad, el hecho de que finalmente se hayan caído las caretas y cada grupo político español ocupa el sitio real que le corresponde, no sólo va a favor grandemente a las izquierdas, si por una vez  la vida son capaces de mantener la unidad, frente a la fragmentación que se ha producido entre PP y Ciudadanos, sino que además, posibilita, si las políticas sociales se hacen bien, que sea posible que el progresismo permanezca en el Gobierno de esta Nación, que pese a los deseos de estos amantes del oscurantismo obsoleto, ha conseguido abrirse camino mirando hacia un futuro que se pretende como mucho más libre y mejor, dando carpetazo a esas etapas de autoritarismo feroz, que tanto parecen agradar a quiénes son incapaces de avanzar, quizá atrapados por la cerrazón de su propio pensamiento.
Personajes como Aznar, Aguirre, Soria, Mayor Oreja, Cospedal y otros muchos que han apoyado la campaña de Casado, han sido afortunadamente, borrados de la memoria de la mayoría de los ciudadanos y la naturaleza misma de las premisas que defendieron y en las que permanecen anclados, como si no hubiera pasado el tiempo, son consideradas como  un atentado contra la inteligencia y la dignidad de todos aquellos que defendemos que en la Historia hay que pasar páginas, todos los días.
 Los oropeles del pasado quedaron oxidados a causa de los efectos nocivos de la corrosión que produjo en ellos el conocimiento de la auténtica realidad y no existe en el mundo producto mágico que pueda devolverles el esplendor, pues resultaron ser absolutamente falsos, bajo la primera capa de brillo que los hacía resplandecer, como si fueran oro puro, bajo el sol abrasador de otra época.


jueves, 19 de julio de 2018

Nombres de peso




Tras el fracaso de la votación celebrada hace sólo unos días, sobre el enrevesado asunto de la RTVE y que se perdió por un voto, al Gobierno no le ha quedado otra opción que tratar de nombrar un Administrador único transitorio, que cubra el periodo que reste hasta que se haga efectivo el Concurso que habilite a un equipo consensuado, que se haga cargo de este Ente monstruoso, que hace aguas por todas partes, para perjuicio de los españoles.
Nos han sorprendido los de Pedro Sánchez proponiendo para este fin a la veterana periodista Rosa María Mateo, cuya dilatadísima carrera profesional muchos de nosotros hemos seguido palmo a palmo durante bastantes años y a la que, por cierto, hacía tiempo que no veíamos en los medios, quizá por razones de edad y por aquello de que los rostros de los presentadores de informativos suelen ir renovándose con cierta frecuencia.
Ha sido sin embargo Rosa María Mateo una periodista impecable, en fondo y en formas, en todas y cada una de las labores  que ha realizado, a la vez que íbamos creciendo los ciudadanos, aunque los más jóvenes no la recuerden y haya que explicarles ahora quién es esta mujer, que podría alcanzar, por su innegable valía, la aprobación unánime de todos los Partidos que forman el arco Parlamentario.
Siempre será sin embargo, especialmente recordada por haber leído el manifiesto que siguió a la multitudinaria manifestación que sucedió al golpe de Estado del 23F y sobre todo, por la maravillosa sensibilidad con que lo hizo, en aquellos momentos de dificultad extrema.
Fue por ello, justamente considerada como una de las musas de la transición y aunque aquella lectura fue sólo un acto testimonial que declaraba el apoyo incondicional de los españoles al asentamiento real de la Democracia recién nacida, esa imagen, su  fragilidad ante el micrófono y la fuerza infinita en la que sustentaba cada una de sus palabras, se convertiría en una de las imágenes más emotivas que nos han acompañado durante resto de nuestras vidas y que dio la vuelta al mundo, como sin duda muchos de nosotros sabemos.
Fue, durante muchos años, presentadora habitual de informativos, ejerciendo de manera imparcial su cometido ante las cámaras y después, fue poco a poco desapareciendo de nuestros hogares, mientras en el panorama periodístico irrumpían con la fuerza de un torrente, jóvenes de nuevo cuño que idearon otra manera bien distinta de ejercer la comunicación, a través de otros medios.
Si hubiera que definirla con un solo término, éste sería sin duda, la discreción y por ello y por sus méritos profesionales, no puede, sino parecernos una magnífica opción, su posible nombramiento.
Aún nos sorprende la mañana con otro apellido de peso, propuesto para dirigir el Instituto Cervantes y que no es otro que el del poeta Luís García Montero, al que admiramos y seguimos también desde hace años y no sólo por su labor como escritor, sino sobre todo por su compromiso personal con todas las causas sociales, por lo que pensamos que podría poner un punto de renovación en este Organismo, del que mucha gente ignora la labor que ha llevado a cabo, quizá porque siempre ha sido relacionado con el culmen de la intelectualidad y quienes pueblan ese pequeño universo.
Luchador curtido en las causas que han afectado principalmente a los sectores de la sociedad más desfavorecidos, su irrupción en el Cervantes, podría considerarse seguramente, como un revulsivo absolutamente necesario, si se quiere dar a esta Entidad, la oportunidad de ser conocida y querida, por todos los ciudadanos.
Su concepto de la cultura, que ha manifestado tantas veces, a través de sus artículos y su cercanía personal, fehacientemente demostrada en su comparecencia en tantas y tantas manifestaciones populares, dotan a Luis García Montero, de una especie de poder de convocatoria, que podría atraer el interés general hacia el mundo de las artes, profundamente abandonado y vilipendiado, durante los años de Gobierno de los populares.
Así que esta mañana de Julio, se podría decir que nos encontramos especialmente satisfechos, pues el peso de estos dos nombres a los que nos estamos refiriendo, no lastra en absoluto a sus respectivos propietarios, pues ninguno de los dos parece haber tenido jamás ningún fantasma en su pasado, que pudiera presentarse de pronto, extinguiendo el brillo del que puede ser su momento.
Cada uno, entiende además y mucho  del área que se le encomienda y aunque sobre todo la labor de Mateo no parece que vaya a ser fácil, estamos convencidos de que pondrá todo su empeño en sacar al Ente público, del hoyo profundo en el que se encuentra sumido  en estos momentos.
Al menos, se podría decir de ellos, que son dos personas queridas y decentes.


miércoles, 18 de julio de 2018

Guerra abierta




A sólo unos días de que se celebre el Congreso del Partido Popular  y sin que lo que ocurre a la vez en  el País parezca preocupar demasiado a sus figuras más conocidas, los dos candidatos a ocupar la vacante que se ha visto obligado a dejar Mariano Rajoy, de  manera tan intempestiva, se  han lanzado de cabeza a una guerra abierta, en la que ya ni siquiera se molestan en disimular la clase de ambición que les  mueve, a juzgar por el cruce continuo de acusaciones y jugadas sucias en la sombra que vienen orquestando, para desprestigio de su rival directo.
Lo que estamos contemplando estos días, sobrepasa los límites de la ética entre quienes supuestamente son compañeros y está  haciendo que la lucha entre Pedro Sánchez y Díaz, que ya vivimos y contamos, parezca un guion de Walt Disney, al lado de esta continua batalla en la que no dejan de aparecer vídeos en la red, que por supuesto, nadie se atribuye, pero que horada cada vez más en el pasado de los candidatos, plasmando acciones de las que nadie podría sentirse, o sí, especialmente orgulloso.
Luego están, los posicionamientos abiertos de los figurones, viejos y nuevos, a favor de una u otro, que en realidad van únicamente encaminados a poder conservar los privilegios personales que hasta ahora disfrutaban, con total placidez y gallardía, pero que pueden terminarse, si la vencedora o el vencedor  conoce que se ha estado haciendo campaña en su contra, en forma de purga, en cuanto se alcance el poder, pues aquello de la férrea unidad y sobre todo del perdón, todos sabemos que no se hicieron para los populares.
Lo que sí ha quedado de manifiesto es que ya no puede haber marcha atrás y que lo que se juega en este peculiar Congreso, no es sólo quién se convierta en Jefe del Partido, sino el triunfo a  las claras de una de las dos corrientes de pensamiento que habían estado confluyendo en el PP, a regañadientes, durante años y que apuestan por políticas mayor o menormente escoradas a la extrema derecha.
Ambos, presumen de tener convencidos a tantos compromisarios que los números superan con creces la cifra real de los que son, pero ese afán de manipular datos, al que nos tienen  acostumbrados estas gentes, no nos pilla por sorpresa, ni tampoco la soberbia personal con que cada uno de ellos aborda la recta final de esta encarnizada batalla.
Lo extraordinario es que representando Soraya, según fuentes oficiales, al ala supuestamente más progresista del PP, en los vídeos que se han lanzado en su contra, aparezcan personajes carpetovetónicos, a los que no  hay quién  mueva de los cargos que vienen ocupando desde hace cuarenta años en el Partido, mientras en los que se critica a Casado, al que apoya el ala más recalcitrante de los conservadores, se hable más bien, de otras  lindezas, como si con la artillería que lleva en su bando fuera posible una renovación, sólo por razones de edad y no por la naturaleza real de su auténtico pensamiento.
En honor a la verdad, ninguno de estos dos candidatos puede ofrecer a nadie nada nuevo, pues es tan grande el lastre del pasado que esta Formación trae consigo y han cambiado tan poco las caras de los que la lideran, que es difícil o casi imposible imaginar que de alguna manera pueda llegar a producirse la revolución radical que el PP necesitaría, para borrar de la memoria de los ciudadanos, una lista interminable de infaustos recuerdos.
Así que ya pueden enzarzarse en las disquisiciones que deseen, cruzar cuántos insultos y acusaciones les vengan en ganas, desacreditar el discurso del otro o incluso utilizar la baza del género, en una lucha sin cuartel que terminará en definitiva, como quieran los mismos de siempre, que a los que nunca les votamos y me da la impresión de que también a muchos de los que durante muchos años lo hicieron,  no van a convencernos de nada y menos aún, si todo va encaminado a manipular al personal, con aquello de limpiar una imagen, que sinceramente, no tiene arreglo.
La impresión que da desde fuera es que el PP estaría más cerca de un cisma parecido al que ocurrió a UCD, aunque por razones bien diferentes y que la supuesta integración de los perdedores nunca se producirá y menos, existiendo la posibilidad de integrarse en otro Partido de derechas, como el de Albert Rivera, que espera ansioso los resultados del Congreso.
A éste último, le encantaría que Casado fuera el vencedor, pues esto le daría pie para adjudicarse, en exclusiva, el espacio del Centro Derecha, pudiendo así descalificar al flamante ganador con el discurso de que sus políticas se parecen más a las de Le Penn, que al moderno liberalismo que dice representar él mismo y que tendría como modelo a Macron, en Francia, como todos imaginamos y creemos.
Menos mal, que sólo faltan unos días para conocer el desenlace de esta historia de terribles desencuentros, porque tener que soportar mucho más tiempo lo que está sucediendo ante nuestros ojos, con lo hartos que estamos de sufrir a los populares, desde hace varios años, podría convertirse en una tortura y ahora que por fin hemos conseguido librarnos de su mala influencia, tendría gracia que nos viéramos obligados a estar escribiendo día tras día sobre sus andanzas post gubernamentales, como si tuvieran un poder paralelo del que resultara imposible deshacerse.

martes, 17 de julio de 2018

En tránsito


A estas alturas del verano y aunque este año  ha sido muy especial en muchas cosas y no sólo en la climatología, los ciudadanos estamos, en general, en ese punto que oscila entre la euforia y el agotamiento y los que no hemos tenido la suerte aún de tomarnos un merecido descanso, sobre todo mental, para poner un poco de orden dentro de nuestras desequilibradas cabezas, ansiamos desesperadamente que llegue el día en el que cada uno con su bagaje, marchemos hacia otros horizontes en los que disfrutar de  la pereza no sea considerado como un pecado, ni desconectar de los asuntos serios, como una despreocupación, por nuestra parte, de los problemas que nos atañen a todos.
Somos conscientes y de qué manera, de que la situación económica de la mayoría no está como para tirar cohetes y también de que andamos metidos en un guirigay fenomenal, con esto de que el nuevo Gobierno no cuente más que con 84 diputados y necesite apoyos de grupos bien diversos para poder aprobar todo lo que en justicia, debiera sernos devuelto, pero las fuerzas dan para lo que dan y todos llegamos hasta dónde podemos, incapaces de seguir bregando con más sobresaltos, del estilo de los que solemos conocer a diario a través de los medios de comunicación y que nos hacen enfurecernos hasta la saciedad, provocándonos un estrés casi crónico, que no nos dejan combatir, por la marcha habitual que últimamente llevan los acontecimientos.
Hoy, por ejemplo, Pedro Sánchez está compareciendo en una sesión del Congreso anunciando medidas económicas que evidentemente nos interesan a todos, pero sinceramente, me ha pillado en uno de esos días en que no me apetece nada hacer cábalas sobre lo que pudiera suceder en el futuro que nos aguarda, así que me siento ante el ordenador sin haberme parado, como suele ser habitual, a pensar sobre lo que quiero escribir, prefiriendo que las palabras vayan fluyendo laxamente y sin condicionamientos exteriores, porque una también, de vez en cuando, necesita resetearse plácidamente en la soledad de la habitación e hilar frases intrascendentes  que sólo afectan a su estado de ánimo y a esas pequeñas cosas que componen la rutina diaria, a las que tan poca importancia solemos dar, pero que constituyen, en sí mismas, los pilares de nuestras  propias historias.
No hay ninguna, de las cada uno tenemos , que pueda considerarse banal, pues todas ellas han ido poco a poco, forjando nuestro particular carácter y fortaleciendo ese mundo interior que nos hace ser como somos, buenos o malos, según las circunstancias, con nosotros mismos y con los demás, pero la mala costumbre, muy extendida por esto de las prisas, de no pararnos a escuchar lo que los más cercanos tratan de transmitir, nos roba la oportunidad de poder aprender sobre la naturaleza de los seres humanos y la de enriquecernos abriendo la mente e impregnándonos de las experiencias que otros vivieron, para hacernos, en definitiva, mejores y más fuertes.
Así que hoy me he concedido el inmenso placer de oír lo que se cocía a mi lado, tomándome unas horas para vivir la calle sin prejuicios adquiridos y he vuelto, francamente mucho más relajada y tajantemente dispuesta a no hacer mención en este artículo, más que a las ilusiones que todos tenemos por volar, dentro de unos días, aunque sólo sea con la imaginación, a otros sitios, donde otras gentes, maravillosamente diversas, a las que ni siquiera conocemos, seguramente nos aportarán un material impagable y humano que después, de vuelta a nuestros orígenes, intentaremos aprovechar lo mejor que sepamos, para sacar, a pesar de los malos momentos que nos aguarden, todo el jugo que podamos, a la vida.
Este tránsito íntimo que hace fluir la alucinación de que la cruda realidad cotidiana, puede hacerse desaparecer tomando distancia y minimizando los efectos nocivos que sobre nosotros tiene, no sólo ayuda a establecer ciertos límites absolutamente necesarios para lograr un equilibrio benefactor, sino que además, conlleva, en sí mismo, un ejercicio de humildad, que nos enseña a comprender la poca importancia real que tenemos, como seres humanos, simplemente.
De modo que en estos momentos, el valor que concedamos a las cosas mundanas depende, en exclusiva, del que en nuestra preciosa y precisa soledad, les queramos dar y ese ambiente, francamente tóxico, en el que se nos obliga a movernos en este mundo globalizado que nos maneja como a marionetas y nos lleva de un lado a otro, según soplen los vientos, cerrar los ojos y mirar solamente hacia adentro, puede convertirse en un tesoro impagable que supera con creces todos los placeres que pueda aportarnos la más grande de las fortunas materiales que manejan, esos a los que la ambición, no concede jamás un minuto de aliento.
Si quieren probar, la gratuidad de la experiencia no la hace menos gratificante y conciliadora y ya les digo yo, que merece la pena deshacerse de vez en cuando de lo amargo, para sumergirse en los mares cálidos de la quietud personal, aunque sólo sea  para reafirmar querencias y recuerdos.
Mientras las tormentas, los aguaceros y las granizadas azotan a una gran parte del país, fastidiando profundamente a los amantes del calor y las playas y sobre todo, a las cosechas, los que aún permanecemos en nuestras respectivas localidades, contando con avidez, las horas que nos faltan para partir, buscamos fórmulas que nos permitan tolerar lo mejor posible, la lentitud del tiempo.
Yo me he decantado hoy por ésta, que he compartido con ustedes, siendo plenamente consciente de que quizá sólo les habré procurado aburrimiento.
Perdonen, pero los escritores somos proclives a dejar que la mente se nos escape, como si no formara parte de nuestros cuerpos y a ratos, sufrimos  estas crisis que normalmente se solucionan  por sí mismas, haciéndonos aterrizar, de bruces, a las pocas horas, otra vez, sobre el suelo.


lunes, 16 de julio de 2018

La última cruzada



Si el maestro Berlanga viviera, estaría disfrutando de lo lindo y sin duda, tomando notas, con la intención de hacer una película, con toda la polémica que se ha levantado, en este país tan particular que aún   tenemos, a causa de la exhumación de los restos de Franco y la remodelación del Valle de los caídos, porque realmente, el argumento da para mucho y si no tuviera la connotaciones trágicas que tiene, resultaría, en algunos momentos, francamente jocoso.
Ayer, sin ir más lejos, los fascistas que todavía campan a sus anchas por el territorio nacional, emprendieron una especie de cruzada, a la que acudieron masivamente, en el lugar en el que reposan los restos del Dictador y armados con toda clase de símbolos representativos de su época gloriosa, léanse banderas preconstitucionales, camisas azules, boinas rojas y guantes negros, que levantaban furiosamente mientras entonaban el Cara al sol y otras lindezas que fueron escritas para enaltecimiento de la victoria de su añorado Franco, exigieron, con uno de los nietos del Dictador a la cabeza, un respeto para el monumento que para  ellos significa un referente nacional, respeto que han negado sistemáticamente durante casi ochenta años a las víctimas que todavía yacen en las cunetas del territorio patrio y que por cierto, fueron pasadas por las armas, por el hecho de haber defendido la legalidad de la República, frente al golpe de Estado orquestado por su querido General, que desembocó en una cruenta guerra civil que provocó más de un millón de muertos.
Como si el tiempo se hubiera detenido en el año 39 y acabara de emitirse aquel famoso último parte de guerra dictado desde Burgos, las huestes franquistas, desfilaron en el día de ayer a sus anchas por este lugar vergonzoso de cuya existencia abominamos el resto de los españoles, ofreciendo imágenes que recordaban peligrosamente a las que muchos de nosotros aún recordamos, propinando una sonora bofetada a las aspiraciones del nuevo Gobierno y respaldados, como no podía ser de otra manera, por los curas que gestionan la viabilidad de este Valle maldito y que se prestaron gustosamente a ofrecer una misa, a la que asistieron todos los presentes y que precedió a todos los actos y actitudes que siguieron después, sin que nadie hiciera absolutamente nada para frenar tan obsoleto desatino.
El resto del mundo, debió quedar del todo perplejo ante la contemplación de lo que allí estaba sucediendo, pero este país nuestro, entre que está acostumbrado a presenciar de vez en cuando acontecimientos de igual magnitud y que se celebraba la final del Mundial de fútbol, probablemente ni siquiera prestó atención a lo que podría considerarse como algo que sería impensable que pudiera suceder, en cualquier otro lugar civilizado de la tierra.
Y  sin embargo, durante todo el día, se organizaron atascos en los accesos del lugar señalado para tan particular concentración, que en realidad no pretendía ser otra cosa que una demostración de fuerza del fascismo, que resulta ser ilegal en todo el mundo, pero con el que aquí se ha tenido y hay que decirlo, demasiada tolerancia, durante demasiado tiempo, aunque nunca es tarde para atajar de raíz un problema que abochorna considerablemente a la inmensa mayoría de los españoles, que ven en este reducto inexpugnable de una ideología de contenido inaceptable, una especie de atracción de feria con la que distraerse, por lo variopinto que resulta el personal que acude a este tipo de reuniones.
Faltó en la transición el coraje necesario para llevar ante la justicia a todos los responsables vivos de aquellos hechos acaecidos durante y después de la guerra y todo se trató de suavizar con una Ley tácita de punto final, que sin embargo, ni curó las gravísimas heridas que habían sido infringidas contra los perdedores de la contienda, ni consiguió enmendar las conductas soberbias de los vencedores, cuyos seguidores, a la vista está, continúan pensando que todo lo ocurrido durante los años de guerra y dictadura estuvo más que bien y que por ello, se encuentran en pleno derecho de que los Gobiernos de la Nación, acaten sumisamente sus órdenes, respetando sus exigencias y sus incomprensibles privilegios.
Anclados en un pasado que, por supuesto, les fue muy favorable y que trajo para los suyos toda suerte de parabienes, los sufrimientos de los demás, la libertad de pensamiento y expresión y los deseos de todos los demás ciudadanos, absolutamente contrarios a su pensamiento, nada importan a este puñado de esperpénticos personajes, que en el fondo añoran una segunda cruzada de liberación, no habiendo quedado, al parecer, satisfechos, con lo que ya ocurriera en la primera.
Deseamos y hasta nos atrevemos a exigir al Gobierno que proceda, a la mayor urgencia posible, a la ilegalización de estos movimientos inadmisibles y por favor, que no ceda en sus aspiraciones de exhumar el cadáver del Dictador ni tampoco en la reestructuración inmediata de este Valle maldito, pues continuar tolerando tales desmanes constituiría una  flagrante traición, no sólo a lo que pide la Sociedad de este tiempo que vivimos, sino a las mismos principios  de nuestra propia Democracia.

domingo, 15 de julio de 2018

El Club de los amnistiados




Hace relativamente poco tiempo, cuando Pedro Sánchez era líder de la oposición y presumía de encabezar las aspiraciones de una izquierda que apostaba por la  transparencia frente a la corrupción, exigiendo a Montoro, entonces Ministro de Hacienda con Mariano Rajoy que publicara la lista de los nombres de los que se habían acogido a la muy criticada amnistía fiscal que había aprobado el PP, probablemente no contaba con que los acontecimientos que después se precipitaron, le llevarían en volandas a ocupar la Presidencia del Estado y que sería él quien se vería acuciado por quienes le ayudaron a triunfar en su Moción de censura, para poner cara a todos y cada uno de los que entraron  a formar parte de este Selecto Club, desde el que muchos apellidos muy conocidos, por  razones diversas, en este país, consiguieron blanquear la totalidad o una parte de las inmensas fortunas que habían estado evadiendo hacia Paraísos fiscales, evitando tributar a la Hacienda española aquello que se nos exige a todos los que residimos aquí, anual e ineludiblemente, como contribución solidaria a las arcas de la nación, con fines que supuestamente, se encaminan a beneficiar las necesidades de la mayoría de los ciudadanos.
No suponía seguramente el socialista, que en aquel momento sólo conocía una parte de este interesante listado que afectaba fundamentalmente a gente de renombre del PP, algunos grandes empresarios estrechamente relacionados con la derecha y algún que otro artista descarriado que culpaba de tales desmanes a los consejos de sus asesores económicos, con que con el paso del tiempo llegaría a conocer en su totalidad, debido a la importancia del puesto que ahora ocupa, el registro al completo de todos los implicados en aquél oscuro negocio y menos aún, que probablemente, en él figuraban, al lado de todos aquellos a los que había acusado directamente de traición, alguno o muchos de los que fueron o aún son parte de la Formación a la que él mismo pertenece.
Seguramente por este motivo, la nueva Ministra de Hacienda, María Jesús Montero, optaba anteayer por minimizar la importancia de las declaraciones de Corinna sobre el Rey emérito, en las que aseguraba que había formado parte de los amnistiados y se apresuraba a defender como inalienable el derecho a la intimidad que según ella marca la ley, para silenciar, sine díe, todos esos nombres que sin embargo, tanto interesa conocer a toda la Sociedad y que con toda probabilidad tendremos que esperar a saber, como viene ocurriendo desde hace unos años, a través de la prensa.
Esta incoherencia, que resulta ser la primera que pone en duda la credibilidad del discurso del nuevo Gobierno, no complace sin embargo, en modo alguno a todas aquellas Formaciones que superando miles de escollos le auparon hasta el puesto más importante de la Nación y empequeñece, a la vez, la importancia de todos los gestos que ha venido protagonizando Sánchez desde su llegada a la Moncloa, pareciendo que la limpieza y la honestidad pierden cierta relevancia cuando afectan directamente a personajes cercanos a su ideología, a los que quizá merece la pena tapar, en pro de la defensa de la imagen que se pretende dar del PSOE, en estos precisos momentos.
Pero todas estas disquisiciones, que suelen ser propias de casi todas las Formaciones políticas y que por cierto, se convirtieron en rutinarias mientras gobernaba el defenestrado Rajoy, terminan indefectiblemente por  pasar factura a los que las practican, cuando la verdad se abre paso a empujones, sobre los intentos de manipulación que se ejercen, poniendo en duda la inteligencia de los ciudadanos y una buena prueba de ello la tiene Sánchez en el final que ha tenido su antecesor y que pudiera ser el mismo que a él le aguarde, si se posiciona al lado de los que consideran que los intereses de los Partidos se encuentran por encima de los de los ciudadanos, cometiendo el error garrafal de olvidar que somos los que formamos parte de esta sociedad, los que aupamos o nos deshacemos, a través de nuestros votos, de nuestros Presidentes.
Mal empezamos, si aquellas promesas que hicimos en el pasado y cuyos contenidos defendimos con la vehemencia que suele dar el hecho de considerar que llevamos razón, quedan relegadas a un segundo plano cuando por cualquier motivo, se vuelven en nuestra contra, colocándonos en la tesitura de tener que elegir sobre si debemos llegar hasta el final, aplicándolas hasta las últimas consecuencias, o si debemos optar por que el tiempo suavice los efectos de agresividad que suelen caracterizar a los primeros momentos, a la espera de que los problemas vayan desapareciendo poco a poco, engullidos por la inmediatez de otros más graves que puedan ir ocurriendo.
Pero esta equivocación garrafal dónde las haya, que ya cometieron casi todos los Presidentes que antecedieron en el cargo Sánchez, con mayor o menor fortuna, puede tener efectos mucho más evidentes cuando se olvida que sólo se cuenta con 84 diputados en el Congreso y que son absolutamente imprescindibles los apoyos de los demás, si se quiere afrontar con éxito el tiempo que resta de legislatura  y sobre todo, conservar intacta o acrecentar la confianza de los que somos y seremos, por derecho, electores y que habíamos puesto todas nuestras esperanzas en que este Gobierno y sus socios tendrían tolerancia cero con los casos de corrupción, afectasen a quiénes  afectasen y cayesen quiénes cayesen.
Nos defrauda y de qué manera, Pedro Sánchez, negándose a publicar todos los nombres de los amnistiados que esperábamos conocer bajo su mandato, más que nada por aquello del agravio comparativo y desdibuja, esa buena impresión que hasta ahora, por sus acciones, nos estaba ofreciendo, quizá porque la desaparición temporal  de la escena política  del azote Iglesias, ha hecho que el equipo de sus asesores se relajen en sus posiciones, cosa que ni queremos, ni podemos admitir, los que pusimos toda nuestra ilusión  en que las cosas cambiarían radicalmente, ahora que habíamos conseguido apartar a la derecha del Gobierno.
Resulta pues, imprescindible encontrar la manera de ofrecer esta importantísima información sobre los nombres de estos amnistiados, que no podemos olvidar que antes fueron evasores y que no haya que esperar a que ocurra lo que más temprano que tarde puede pasar y es que esta lista negra y oculta se filtre a la prensa y acabemos por conocerla a través de los medios de comunicación y no, como sería de desear, por la boca de un Presidente que se definía a sí mismo, como un hombre honrado y decente.

jueves, 12 de julio de 2018

Impunidad real




La epidemia de corrupción que viene afectando a este país durante los últimos años y que han propagado cientos de personalidades políticas de todo rango y condición, sirviéndose del dinero público para su disfrute personal y evadiendo a paraísos fiscales, a través de curiosos testaferros, la totalidad del montante de sus inmensas fortunas, ha traspasado todos los límites éticos y  morales que se podían imaginar, convirtiéndose en una reacción en cadena a la que se han ido sumando a diario más personajes relevantes, que en algunos casos han sido juzgados por la justicia, pero que en otros, permanecen en una especie de limbo, en el que parecen encontrar un reducto  de seguridad que les garantiza, no sólo continuar disfrutando de los privilegios de una buena vida, sino también, la certeza de que aunque fueran detenidos, nadie podría obligarles nunca a tener que devolver la totalidad de los bienes sustraídos y evadidos, a lo largo del tiempo.
Por muy alto que apuntemos en la escala social, nadie parece estar exento de caer en la tentación de llevar a cabo estas malas prácticas que nos perjudican a todos y ayer, OK Diario, publicaba unas grabaciones obtenidas en una reunión mantenida entre la que fuera calificada como “amiga especial” del Rey emérito, Corina, Villarejo y el que fuera Presidente de Telefónica, Villalonga,  en las que se habla abiertamente de que Juan Carlos poseía cuentas en paraísos fiscales, propiedades que había conseguido poner a nombre de la propia interlocutora, incluso sin su consentimiento e incluso del cobro de comisiones por pate del antiguo monarca en las obras de los trenes de La Meca,en  las que estaba implicado también Villar Mir, que se encuentra imputado por la justicia.
 Cuenta además  la ilustre amante que  Juan Carlos era la cabeza pensante del Caso Noos, en el que Urdangarín jamás se hubiera atrevido a dar un solo paso sin haber consultado antes al entonces Rey y que al verse de pronto salpicada por tal asunto y haberle increpado directamente sobre lo que le estaba ocurriendo, el Rey respondió literalmente con la frase “ la sangre pesa”, insinuando que efectivamente prefería verla imputada a ella, que a su propia hija y a su yerno.
No olvidemos que cuando sucedieron estas cosas el monarca gozaba de una total inviolabilidad y que por el cargo que ocupaba, no podía ser llamado ni imputado por la justicia, aunque el Juez Castro, que ya insinuó en su momento que para él quedaba clara su implicación, no tuvo a mano los medios que hubiera necesitado para intentar, al menos, hacer justicia.
Nos preguntamos con cierta curiosidad qué habrá pensado el Fiscal Horrach, cuando haya escuchado estas grabaciones y si será capaz de seguir manteniendo el argumento de la inocencia de la infanta Cristina, que le situó en el plano de una especie de abogado defensor y que le costó la enemistad con el juez instructor para siempre, ahora que se aportan estas pruebas que ya están siendo investigadas, para comprobar su autenticidad y en las que se deja meridianamente clara, no sólo la participación de la Infanta, sino también la de su padre, según cuenta en primera persona quién es esos momentos mantenía una relación íntima con el emérito.
Llegados a este punto y habiendo comprobado que durante todo el día de ayer, la casa real ha estado manteniendo un profundo y sospechoso silencio, no cabe, sino plantearse si estos hechos van a ser o no investigados por la fiscalía anticorrupción o si el que fuera durante casi cuarenta años Rey de todos los españoles, continúa, aun estando ya retirado, disfrutando del privilegio de poder actuar impunemente contra las leyes, incluso cuando sus acciones atentan directamente contra todos los ciudadanos.
Sumergidos en una burbuja inviolable que les salvaguarda indefectiblemente de todo aquello que pudiera perjudicarles de algún modo, los miembros de la realeza gozan incomprensiblemente del privilegio de ser intocables, cuestión que establece un terrible agravio comparativo con el resto de una Sociedad, a la que se le impone la obligación de aceptar como sistema de Estado a una Monarquía, que por las acciones llevadas a cabo por algunos de sus miembros, no merece siquiera, el más mínimo de los respetos.
La Ley, que ha de ser necesariamente igual para todos y que debe actuar de manera implacable en todos los casos, ciega ante el peso de los apellidos, los cargos y los rangos, no puede y no debe dejar pasar la ocasión de demostrar que su funcionamiento es impecable y tiene la obligación de investigar la certeza o no de las durísimas afirmaciones que se vierten, contra Juan Carlos, en  las grabaciones que estamos oyendo y actuar en consecuencia, aunque el implicado se llame Borbón y haya ocupado el trono del país, durante un largo periodo de tiempo.
Dejar pasar esta ocasión, sería como admitir ante los ciudadanos que hay una justicia distinta, según el caso que se dirima y también que para ciertas personas, es posible moverse en total impunidad, sea cual fuere la naturaleza de los delitos que cometan y aunque con ellos estén perpetrando una traición flagrante, a los principios que juraron cuando accedieron al cargo que ocuparon, ante todos los españoles.
A estas horas, en las que también nos enteramos de que Alemania concede la extradición de Puigdemont a España, por un delito de malversación, la noticia está sin embargo, en las oscuras andanzas del que fuera nuestro antiguo Rey y en conocer, en profundidad, hasta dónde habría podido llegar esta nueva trama de corrupción que hoy se descubre, cómo no, a través de la prensa, porque si los delitos de que se habla en estas cintas pueden probarse, quizá habría llegado el momento de preguntar a los ciudadanos, en Referendum, si la Monarquía debiera ser sustituida por una República.

miércoles, 11 de julio de 2018

Suspensión cautelar




Mientras el Gobierno de Pedro Sánchez trata desesperadamente de acercar posturas con el separatismo catalán, la vía judicial, abierta por Mariano Rajoy anteriormente, sigue su curso y el Juez Llarena  suspende cautelarmente de sus funciones como diputados a los políticos encausados por los acontecimientos del 1 de Octubre, incluido Puigdemont, tensando una cuerda que en cualquier momento podría volver a romperse, si el Parlament decide desobedecer la orden y mantener a los mencionados en sus puestos.
Envuelto todo en un halo de imprevisibilidad que hace prácticamente imposible predecir cuáles serán las reacciones de las partes en litigio en este conflicto, la incertidumbre que plantea esta suspensión pone en peligro la buena sintonía con que parecían haberse iniciado los contactos para las futuras negociaciones, volviendo a un punto de partida que podría incitar a los nacionalistas a dar un paso atrás, al considerar dicha decisión como un ataque directo a sus líderes, aunque las decisiones judiciales deben ser consideradas como independientes de las acciones políticas.
Con las manos atadas por la disposición judicial, el Gobierno se encuentra ahora en un punto de extrema dificultad para poder establecer sus cánones de actuación en una negociación que en principio, ya estaba planteada, pues va a encontrar enfrente la animadversión de los independentistas por esta resolución, que aunque no le compete en absoluto, embarra momentáneamente el terreno, constituyendo en sí misma, un escollo casi insalvable.
Mucho van a tener que pensar los componentes de la mesa de negociaciones del PSOE, para lidiar con este problema añadido, si el  Parlament decide no acatar las suspensiones planteadas por la justicia, sobre todo, porque de hacerlo así, estaría nuevamente desobedeciendo la Ley, lo que podría dar lugar a que el Ejecutivo español se viera forzado a utilizar de nuevo la vía judicial, teniendo que abandonar, al menos momentáneamente, su sueño de poder resolver el trance, por el camino del diálogo y la diplomacia, exclusivamente.
Del otro lado, esta suspensión vendrá seguramente a sumarse a la ya larga lista de oprobios que los independentistas exhiben como trofeos, allá por dónde van y propiciará que las críticas a la actuación del Estado español  se recrudezcan considerablemente, al esgrimir que las suspensiones representan, en realidad, una manera encubierta de descabezar el movimiento nacionalista y un modo directo de atacar sus aspiraciones de independencia, a las que por la libertad de pensamiento y expresión, en principio, tienen derecho.
Con Pablo Iglesias ocupado por asuntos meramente familiares, las posibilidades de mediación que estaban en manos de Podemos, quedan debilitadas considerablemente y en este momento, sólo cabe esperar que algún milagro, de esos que suceden en raras ocasiones en el mundo de la política, salve la situación o bien que los nacionalistas consideren que es mejor de cara al futuro, obedecer a LLarena y sustituyan a los suspendidos, por otros nombres que cumplan con sus expectativas igualmente, en el seno de su Parlamento.
No obstante y tras lo que hemos vivido,  no parece que Puigdemont esté dispuesto a ser reemplazado por alguien que en gran medida, robaría una  parte considerable  de su protagonismo y por ello, suponemos que su primera intención será la de plantar batalla desde su retiro berlinés, en el que está asentado como un bastión inamovible del separatismo, pero desde el que se ven y viven  las cosas, claramente, de otra manera.
Otra posibilidad  sería, que PdeCat y Esquerra no coincidieran en absoluto en cómo debe `plantearse esta circunstancia y que su alejamiento real, que ya se ha iniciado hace tiempo, aunque nadie se atreva a confesarlo abiertamente, se haga efectivo, provocando una fisura en la pretendida unidad del movimiento al que hasta ahora han representado, a pesar de sus diferencias ideológicas, como si formaran parte de un todo indivisible.
Pero todo esto son apreciaciones hechas a vote pronto, a sólo unos minutos de haber conocido la resolución de LLarena y sería una osadía aventurar lo que puede ocurrir, incluso en las próximas horas y lo cabal, sería desear que la prudencia se imponga a la visceralidad que en sí misma, produce esta noticia, esta mañana.
La Ley, que resulta ser un instrumento absolutamente necesario para arbitrar la convivencia pacífica entre los ciudadanos, puede a veces, complicar las cosas de manera superlativa, variando con ello el curso de unos acontecimientos que parecían haber empezado a mejorar   y que en un sólo segundo podrían volver atrás, llevándonos de nuevo al mismo sitio en el que nos encontrábamos, cuando Rajoy aún estaba en el Gobierno.

martes, 10 de julio de 2018

Limando asperezas




Al fin, llegó la esperadísima foto de Pedro Sánchez  recibiendo a Quim Torra en Moncloa y ya el gesto que evidenciaron ambos Presidentes, en cuanto se estrecharon las manos, puso en claro que los niveles de tensión entre ellos se diferenciaban  notablemente de los que  habíamos estado viendo entre Puigdemont y Rajoy, las pocas veces que se habían reunido.
Este primer contacto, que ambos tenían claro que no iba encaminado a conseguir un acuerdo relámpago para solucionar la crisis catalana, se desarrolló sin embargo, según los propios interlocutores, en un clima de cordialidad que aportó ciertas dosis de esperanza en que ambas partes están dispuestas a buscar una vía de entendimiento y por un momento, hasta pareció que todo hubiera vuelto a la normalidad, a juzgar por la animada conversación que Torra y Sánchez parecían mantener, mientras paseaban por los jardines, buscando el frescor de los árboles que lo pueblan.
Por primera vez en mucho tiempo, tuvimos la impresión de ver a dos políticos frente  a frente, en lugar de a dos enemigos, lo que nos llevó a pensar que los que siempre defendimos la negociación, como único camino posible para afrontar el conflicto de Catalunya no estábamos tan equivocados y que por mucho que las derechas ciudadanas y populares se empeñen en decir que la izquierda está rompiendo España, a nosotros nos parece que en estos momentos, la posibilidad de alcanzar pactos está mucho más cerca que cuando gobernaba Rajoy, quizá porque se ha cambiado la judicialización  por el diálogo y la furia por el mutuo respeto.
A todos los que esperaban ver a un Torra radicalizado, escenificando una escena del estilo de la que protagonizó con el Rey, recientemente, se les debió helar la sangre cuando pudieron contemplar que acudió a la reunión absolutamente distendido y que sólo el lazo amarillo en su solapa, como reivindicación de la libertad de los presos, le diferenció de cualquier otro Presidente autonómico cuando acude a Moncloa, para hablar de sus asuntos, con el Presidente.
 La reunión, cuyo contenido completo no ha trascendido, evidentemente, pareció sin embargo, satisfacer a ambas partes y seguramente hasta consiguió cerrar un poco la enorme brecha que separaba a los gobiernos español y catalán, aunque ayer no fuera el día de hacer ninguna concesión y sólo se limitaran a expresar que entre ellos, hay voluntad para el entendimiento.
Esto, que siendo casi una nimiedad, es sin embargo un gran paso para romper el enquistamiento en el que se encontraba este problema, a causa de la mala gestión llevada a cabo por PP y Ciudadanos, en los últimos años, pone un punto de luz en medio de la oscuridad y posibilita también un acercamiento entre las gentes que habitan en Catalunya y en España, que habían perdido el rumbo de la tolerancia mutua, a causa de los graves  enfrentamientos.
Ahora toca, nos toca a todos, sosegarnos y recapacitar si merece la pena grajearse la enemistad de amigos, familiares y vecinos o sería mejor reflexionar desde la calma y cada cual, en su intimidad, sobre las ventajas que conlleva convivir en una sociedad basada en el respeto a la libre expresión de cualquier tipo de pensamiento y decidir, si deseamos verdaderamente que este crudo enfrentamiento se solucione y sobre todo, cuánto estamos dispuestos a poner de nuestra parte, para que sea posible.
El comienzo, nos ha parecido, de momento, sorpresivamente positivo y espléndido, fundamentalmente, porque echa abajo todas las premoniciones expresadas por los agoreros, pero también, porque nos causa   ciertas dosis de orgullo que los hechos nos estén dando la razón, en aquello que defendimos desde el principio, porque creíamos de corazón, en ello.
Agárrense los machos Populares y sobre todo Ciudadanos, encabezados por el ambicioso Rivera, porque si Sánchez consigue solucionar finalmente esta situación, tendremos Presidente socialista, con apoyo de Podemos, para mucho tiempo.

lunes, 9 de julio de 2018

Orgullo sin prejuicios




Se celebra la fiesta anual del Orgullo en un Madrid magníficamente engalanado para la ocasión y  en un clima de absoluta distensión, los seres humanos diversos que constituimos la sal de este maravilloso mundo, nos mezclamos sin cortapisas ni prejuicios que condicionen nuestras  acciones, demostrando que la libertad es uno de los bienes más preciados que poseemos y que debemos luchar por conservarla, lejos de radicalismos obsoletos y beaterías de otro tiempo.
Fluye un ambiente de distensión en el que caben todas las opciones y no sólo sexuales que puedan albergar íntimamente las personas y se hace de la alegría, un himno alentador  que llena las calles y las plazas de reivindicaciones por conseguir y también de agradecimiento hacia todos los viejos luchadores y luchadoras que iniciaron una durísima batalla contra un sistema que los condenaba simplemente, por ser distintos y que fueron construyendo un camino hacia la igualdad, por el que hoy se puede, afortunadamente, transitar, aunque falten aún tramos que completen la gran obra que ha representado su dolor y su sacrificio.
Una vez allí dentro, una se da cuenta de lo difícil que resulta establecer diferencias entre los presentes y          que el odio que algunos guardan en el corazón, ha de provenir necesariamente de un problema psicológico creado por los propios individuos, pues la similitud entre nosotros es tal, que resultamos ser idénticos, cada uno con nuestra identidad y es precisamente la diversidad de opinión, pensamiento o sentimientos, lo que hace del mundo un lugar mucho más atractivo en el que  vivir y al que estamos  orgullosos de pertenecer, como un  género humano, cada vez más tolerante e inteligente.
Ver y oír a Manuela Carmena en el escenario, tras el espléndido desfile de carrozas, nos recordó inevitablemente a los más mayores, los discursos pronunciados durante la movida madrileña por Tierno Galván y aquella frase que quedó en el recuerdo, de “Aquí cabemos todos o no cabe ni Dios” se hizo presente entre los asistentes, viva cómo si hubiera sido pronunciada ayer y a la  vez, categórica, por la firmeza de principios de este colectivo admirable que continúa la batalla por ganar derechos aún no reconocidos.
Sin incidentes destacables y aportando, por cierto, una buena cantidad de dinero procedente de los miles de turistas que acuden cada año a la fiesta, para el Ayuntamiento de Madrid, se podría decir que todo transcurrió incluso mejor que como estaba previsto y que la gente en general, hermanada y sin reservas con los que les rodeaban, disfrutó profundamente de un ambiente de calidad ciudadana, que ofreció un ejemplo a seguir, a cualquier otro país del mundo.
El barrio de Chueca, que se ha convertido en un referente para todos los colectivos LGTBI del mundo entero, estuvo, entregado en cuerpo y alma a complacer la estancia de los miles de visitantes que se movieron por sus calles admirando la belleza que se ha creado en este lugar, consiguiendo la admiración plena de todos aquellos que lo visitaban por primera vez y la promesa de volver de los que ya son habituales todos los años y que en general, suelen sentir tristeza cuando tienen que abandonarlo, pues es para ellos y para nosotros también, un sitio idílico.
Magnífica la labor del Ayuntamiento, al que se le nota un aire bien diferente al que se respiraba bajo el mando de Aguirre y también el apoyo del Gobierno de Sánchez, representado por los Ministros Marlaska y Pontón, en la cabecera de la pancarta principal, que dieron cuenta de su compromiso con esta causa, como ha venido siendo habitual, desde los tiempos de Zapatero.
Hubo, un recuerdo emocionado a Pedro Cerolo, luchador incansable, tempranamente desaparecido, al que muchos añoramos y continuamos admirando, a pesar del paso del tiempo, pero su esencia, seguramente, estaba allí, pues lo que estaba ocurriendo representaba sin lugar a dudas, la culminación de todos sus sueños,  que no eran otros, que los sueños de todos aquellos amantes sin reservas de la libertad y que cuando nos reunimos, en alguna ocasión como ésta, solemos emanar una especie de halo de felicidad que nos distingue perfectamente de quienes prefieren permanecer anclados a esa terrible oscuridad que impide abrir la mente para disfrutar de la diversidad que convierte en hermosa la vida.

domingo, 8 de julio de 2018

Cara a cara




Terminadas las votaciones de los militantes del PP y despejadas las incógnitas sobre quiénes serían los vencedores y sobre todo los vencidos, Soraya Sainz de Santamaría y Pablo Casado se han quedado el uno frente al otro, evidenciando sus más que visibles diferencias y viéndose obligados a iniciar una carrera sin retorno, para tratar de convencer a los compromisarios de que merece la pena apoyar las candidaturas que representan y con ellas, unos programas que distan mucho de parecerse, aunque ambos pertenezcan a un mismo Partido.
Esta segunda vuelta, que roba todo el protagonismo que supuestamente se había ofrecido a una militancia, cuya voz queda ahora totalmente anulada por la opinión de estos compromisarios, todos ellos pertenecientes al aparato del Partido, podría, sin embargo, cambiar sustancialmente las preferencias expresadas por la gente en los comicios del pasado viernes, ofreciendo a Casado, que quedó en un segundo puesto, por detrás de la ex Vicepresidenta, la oportunidad de convertirse en el máximo representante  de la Formación conservadora y por ende, en candidato a la Presidencia del País, cuando llegue el momento.
Aunque ha sido Santamaría quién ha levantado mayor simpatía entre la gente de a pie, quizá como compensación a la tenacidad demostrada en los momentos más difíciles, en los que siempre ha dado la cara, en sustitución de un desaparecido Mariano Rajoy, su mala gestión del asunto catalán y su manifiesta enemistad con el ala más recalcitrante del PP y muy especialmente, con María Dolores de Cospedal y Margallo, podrían propiciar que todos los apoyos con que contaban estos candidatos y los de aquellos que permanecen fieles a las posiciones preconizadas por  Aznar y Aguirre, se concentren a favor de Casado, que no parece dispuesto, si finalmente resultara vencedor, a plegarse a ninguna de las exigencias de los partidarios de su oponente.
Probablemente por eso y porque Santamaría ya se ha pronunciado a favor de una candidatura unitaria encabezada por ella misma, como ganadora de la primera vuelta, se empieza a hablar, cada vez con más fuerza de que pudiera `producirse en breve un cisma en el PP, pues se considera que Casado sería proclive a protagonizar una derechización del Partido, que vuelva a traer al redil a todos aquellos que lo abandonaron, francamente enojados por las políticas seguidas durante años `por Rajoy y Santamaría, con  las que en numerosas ocasiones, han manifestado su descontento.
Así que a los sectores más liberales, no les quedaría otro remedio que aceptar esta regresión a tiempos pasados o abandonar las filas de la Formación, en la que con toda seguridad serían relegados a lugares sin importancia en los que perderían todos sus privilegios o quizá, una tercera opción que sería la de incorporarse  a las listas de Albert Rivera, en las que seguramente serían recibidos de buen grado, pues traerían con ellos los votos de aquellos que les apoyaron, haciendo crecer las expectativas de la Formación naranja, considerablemente.
Mientras este embrollo se aclara, los candidatos principales andan de acá para allá, frenéticamente nerviosos e intentando hacer algo a lo que nunca estuvieron acostumbrados y que no es otra cosa que practicar el arte de la negociación y tratan, a la desesperada, de imponerse el uno sobre el otro, sabiendo que lo que se juega en esta partida no es sólo un cargo de representación, sino la continuidad, como tal, de todo el Partido y las líneas de actuación políticas a seguir, a partir de ahora, de cara a las Elecciones generales que se celebrarán, como mucho, dentro de sólo un par de años.
Así que la regeneración de que tanto se viene hablando estos días no parece que pueda llegar a ser efectiva de ninguna de las maneras, pues si vence Soraya, significaría una continuidad con las propuestas ya conocidas que Rajoy llevaba en cartera y si lo hace Casado, más que regeneración sería una vuelta al ideario ultraconservador que defendiera Aznar cuando fue Presidente y que incluso se ha ofrecido a apoyar, si llegado el caso, así se lo requirieran.
Cara a cara, Santamaría y Casado, andan, como en el cuadro de Goya, a garrotazos, con las piernas enterradas en el terreno pantanoso en el que se ha estado moviendo su Partido y siendo tragados por él, sin que por el momento, haya remedio.
La enorme sombra de los fantasmas de la corrupción y la terrible lucha interna que llevan años protagonizando las facciones conservadoras, acabarán por tragárselos, sea quien sea el vencedor,  para beneficio de Ciudadanos. Y si no, al tiempo.

jueves, 5 de julio de 2018

La hora bruja



A la una del mediodía, un cuarenta por ciento de los inscritos en el registro del PP, han emitido sus  votos y encantados por ser la primera vez que pueden hacerlo, continúan llegando a los lugares habilitados para esta ocasión, que se está viviendo como una auténtica fiesta en la que todos están participando, incluidos los candidatos, con una actitud aparentemente muy positiva.
Pero la procesión va por dentro y lo que de verdad importa son los resultados que se obtengan en estas primarias fraguadas por Rajoy, no se sabe si cómo castigo a sus correligionarios o cómo premio y que nos contarán las preferencias reales por las que se están decantando los que participan en las votaciones, descartando a los que consigan menos apoyos y reduciendo a dos, a los contendientes que finalmente, librarán la verdadera batalla por alcanzar la Presidencia del Partido Popular y por ende, para concurrir a las Generales, cuando las haya, como aspirantes a la Presidencia del Gobierno.
Entretanto, las figuras más relevantes  continúan haciendo campaña a favor de sus elegidos, en las puertas de los colegios electorales o allí dónde les asalten los medios de comunicación, convirtiendo unas elecciones de carácter meramente interno, en un acontecimiento nacional  que trata de llamar poderosamente la atención del público en general, con la intención de mejorar, en la medida de lo posible, la pésima imagen que los ciudadanos tenemos en estos momentos del Partido conservador y de borrar los malos recuerdos que nos han dejado los últimos tiempos de su Gobierno y que se han traducido en una bajada monstruosa en intención de voto, como todos sabemos.
Gane quien gane, al PP le queda por delante un tortuoso camino de reconstrucción que difícilmente podrá ser iniciado si el vencedor o vencedora había formado parte del anterior Gobierno, pues las heridas abiertas y cerradas en falso por la vulgaridad de la manipulación que se    ha estado procurando ejercer sobre todos los asuntos de corrupción sobrevenidos en los últimos años, no serán sencillas de subsanar y sólo el milagro de que Ciudadanos fallara estrepitosamente en sus aspiraciones, podría conceder cierta recuperación a los populares, maltrechos por las cicatrices de guerra que ha dejado en ellos, salir, como han salido, del Gobierno.
 En realidad, no creemos que Albert Rivera vaya a permitirse a partir de ahora , ni un solo minuto de relajación en los planes que tiene programados para su presunta ascensión a los cielos y mucho menos, que vaya a hacer ningún tipo de concesiones a los populares ni a quién sea nombrado cómo su Presidente, sencillamente, porque van a convertirse, en sus máximos enemigos.
Habiendo dado por perdido el voto de centro izquierda que había conseguido robar al PSOE, tras el salto de fe protagonizado por Sánchez, el espacio que ocupan los electores del centro y la derecha habrá de repartirse entre populares y Ciudadanos y la estrategia para conseguirlos, no puede ser otra, a partir de ahora, que una lucha continua y cruenta entre sus líderes, que por cierto nos tienen bastante acostumbrados, al juego sucio y las descalificaciones personales, de manera reiterada y precisa.
Así que mucho nos tememos que quién resulte elegido como Presidente del PP, va a tener enfrente y con los dientes afilados a Rivera, cosa que por cierto, ofrece a Sánchez una oportunidad impagable para gobernar con cierta tranquilidad, el tiempo que le quede hasta la convocatoria de nuevos comicios.
Y si por esas casualidades  de la vida, fuera Casado el vencedor, aún sería peor para ambos, pues al coincidir en edad y en el tipo de imagen que tratan de ofrecer de cara a la galería y ser cómo son, muy parecidos los programas que dicen llevar en cartea, la dificultad para  decantarse entre uno y otro, sería, para un buen número de electores indecisos, mucho más acusada y prácticamente imposible de superar en algunos casos, en los que no se da el factor de lealtad, que mueve a una buena parte de los seguidores de los populares.
Pero esa es otra historia que viviremos o no, según se den los acontecimientos y hoy toca, cómo no podría ser de otra manera, dejar a los militantes populares votar en libertad, cosa  que por la especial idiosincrasia de su Partido, no habían podido hacer hasta ahora, por lo que suponemos que para ellos debe ser un auténtico gozo, que por primera vez, su voz tenga importancia en el desarrollo de los acontecimientos.