viernes, 28 de junio de 2013

Cárcel para Bárcenas


La prisión incondicional para Bárcenas que ayer tarde dictó el Juez Ruz, como broche a la investigación que sobre este enrevesado caso ha venido realizando,  me hace sentarme ante el ordenador para escribir, a pesar de haber publicado hoy que no lo haría, hasta recuperarme de mi intervención oftalmológica.
No he podido evitar que esta noticia me afecte positivamente, como a la mayoría de los españoles y no poder hablar sobre ella me produciría un regusto amargo, que no merece la pena soportar.
Ha sido mucha la insistencia de la opinión pública para que el Juez diera este paso y muchas las críticas que se le han hecho a Ruz, por no haberlo dado antes, a pesar de que las pruebas recogidas, aportaban una claridad meridiana sobre las actividades ilícitas que este individuo  llevaba a cabo, con total impunidad, desde la sede Central del PP, justo hasta primeros de este mismo año.
Sus constantes idas y venidas fuera de las fronteras del País, aún habiéndosele encontrado sumas extraordinarias en paraísos fiscales, aparentemente evadidas y de dudosa procedencia, hacían pensar en que existía en su caso, un alto riesgo de fuga, que parece ser que en este momento habría estado a punto de culminarse, si la intervención de la justicia hubiera dejado pasar también, esta oportunidad, para colocar al presunto estafador, exactamente dónde merece.
Los cabos que se puedan atar a partir de ahora, si Bárcenas, como es previsible, decide hablar, negándose a ser el chivo expiatorio de un asunto estratégicamente relacionado con la Gurtel, podrían acarrear consecuencias de extrema gravedad a la cúpula del PP, ahora en el Gobierno, si resultara factible probar el asunto de los sobresueldos y el origen pseudo mafioso de los mismos.
Bárcenas siempre ha mantenido que no asumiría su culpa en soledad y ya en prisión, bien podría tratar de negociar una salida airosa para sí, en este caso, aunque para ello tuviera que recurrir a delaciones, hasta hace bien poco impensables, con las que devolver a sus ex compañeros de partido, el profundo desprecio con que le han tratado en los últimos meses, ahora que ya nada tiene que perder.
Parece que Ruz tiene sus esperanzas puestas precisamente en esto y que la prisión incondicional que no le permitirá salir con el pago de una fianza, contribuiría grandemente a que los hechos se desarrollen a partir de este momento así, debido a que la experiencia carcelaria no debe ser, precisamente, plato de gusto para quien está acostumbrado a un tren de vida similar al que hasta ayer mismo, llevaba el ex tesorero.
La incertidumbre que habrá generado en el PP esta decisión judicial, ha de ser necesariamente, profunda y tormentosa.
Por ello, habrá que estar al tanto de las reacciones de sus líderes y fundamentalmente, de todos aquellos que aparecen en los papeles de Bárcenas, que han negado en infinidad de ocasiones el cobro de sobresueldos , pero que ahora quedan más expuestos que nunca a que el encarcelado se decida a confirmar la autenticidad de los mismos, colocándoles en una diana informativa y judicial, de la que difícilmente podrían escapar, sólo con negativas y evasivas.
Queda pues en suspenso lo que ocurrirá a partir de hoy y yo me marcho a mi operación dejando esta patata caliente sobre la mesa y con la alegría de ver, por fin, cómo uno de los presuntos delincuentes de delitos económicos es puesto a buen recaudo, aunque muy tarde, por la acción de nuestra frágil justicia.
Habrá, seguro, tiempo de retomar el tema y de hablar largo y tendido, sobre lo que acarreará, pero ahora, con perdón, mis ojos se convierten para mí, en lo más importante.


jueves, 27 de junio de 2013

Mis ojos, otra vez


Siguiendo el Protocolo médico que me manda la Sanidad Pública española, entro en quirófano el próximo Lunes, para que me extirpen la única catarata que me queda y con la ilusión de que los profesionales consigan con este ojo, el mismo éxito que obtuvieron con el primero, devolviéndome el cincuenta por ciento de la luz que me falta y  ofreciéndome con ello la oportunidad de tirar las gafas que he necesitado, durante los últimos cuatro o cinco años de mi vida.
Igual que la vez anterior, me acompaña la tranquilidad de saber que estoy en buenas manos y lo único que me preocupa un poco es que durante al menos unos días, no podré escribir esta columna que tantas satisfacciones me da, por lo que apelo de nuevo a la paciencia de mis lectores, que comprenderán perfectamente, que la salud es lo primero.
Ya me gustaría a mí que la situación del País en que vivo tuviera una solución tan fácil como esta sencilla operación que me devolverá la suerte de ver y que pudiéramos compartir el periodo de convalecencia, pero me temo que mis días de reposo no serán suficientes para, a mi vuelta, poder dar mejores noticias y que el periodo que tengo por delante me servirá, únicamente, para reflexionar en soledad sobre los asuntos que vayan surgiendo alrededor nuestro, para retomarlos con nueva visión, nuevos ánimos y más ahínco.
Verán, esto de escribir es una droga dura de la que resulta imposible desprenderse y la abstinencia causa auténticos estragos en quien por la razón que fuere, se ve privado de este tormentoso placer, que supone el reto diario de sentarse ante el pavoroso vacío del papel en blanco, aunque ahora el folio sea virtual y hayamos abandonado el regusto de poder arrugarlo y tirarlo a la papelera, cuando no nos sale una frase, o simplemente, consideramos que hemos escrito una tontería-
Así que con toda seguridad, me esperan unos días de impaciencia en los que cambiará mi humor y me convertiré en un ser intratable, del que querrán huir todos aquellos que se han impuesto la obligación de cuidarme y a los que no quedará otro remedio que soportar el mal aburrimiento que siempre he tenido y que se agravará, sin duda, en cuanto no tenga nada que hacer.
En cuanto pueda, volveré a las andadas y espero que la necesidad acumulada de escribir, terminará dando apetecibles frutos en forma de artículo, que premien la paciencia de los que me esperaron y asombren, al menos un poco, a los que lleguen a este blog por primera vez, desde cualquier parte del mundo.
Disculpen las molestias-





miércoles, 26 de junio de 2013

Falla el acuerdo


La incapacidad de los Partidos Políticos españoles para alcanzar un acuerdo que   haga frente a las exigencias europeas, queda de manifiesto en cuanto el Gobierno se niega a atender las peticiones que cada cual pone sobre la mesa como precio por su firma y deja en evidencia la enorme fragilidad de estas negociaciones abiertas por el bipartidismo y las enormes distancias que separan las aspiraciones de nuestros políticos, más preocupados por obtener beneficios, casi siempre económicos, para las formaciones en las que militan, que por el bien de los ciudadanos, como debiera ser prioritario, en las difíciles circunstancias que atravesamos.
 Ya decíamos el otro día que era prácticamente imposible obtener un consenso que satisficiera a todos  y que esta urdimbre de vasto calado, estaba tejida a la medida de los dos grandes, para poder conservar sus aspiraciones de poder, sin que impertinentes recién llegados procedentes de grupos hasta ahora minoritarios, les robaran sus intereses electorales, acostumbrados como están, a turnarse cíclicamente en las labores de gobierno.
Los nacionalistas vascos y catalanes no han tardado en descolgarse del acuerdo, probablemente soliviantados por el espíritu “patriótico” que rezuman las declaraciones de Rajoy y Rubalcaba y que les colocarían, de firmar, en una difícil posición en sus respectivos territorios, después de haber proclamado tantas veces sus ínfulas de independencia.
Izquierda Unida, por su parte, ha dejado claro que su ideología no le permite sumarse al pacto, por considerar que la postura que llevarán a Europa quienes finalmente lo rubriquen, no cambiará en nada las actuales políticas neocapitalistas que triunfan en el Viejo Continente, aunque la razón de su negativa, bien podría ser la de no perder el apoyo de una multitud de futuros votantes, ahora que las encuestas pronostican para este Partido, una subida espectacular, que les daría algunas opciones de poder ser la llave para la formación de un futuro gobierno.
Sólo UPD parece fluctuar sobre una cuerda floja, sin saber hacia qué lado dirigirse, aunque quizá le falten arrestos para decir que no en un asunto, que puede beneficiarles ante la opinión de los moderados centristas que se han arrepentido de haber dado sus votos al PP y que podrían encontrar en Rosa Díez, la líder que necesitan, para no tener que votar a la izquierda.
Todos estamos deseando saber qué términos contendrá el acuerdo y aunque se dice que con toda probabilidad PSOE Y PP estamparán su firma en él, en un par de días, la impaciencia hace estragos en los analistas políticos, al intuir que la postura que se llevará a Europa no será, ni de lejos, la que necesita el pueblo español para abandonar la ruinosa situación de desempleo que sufre, estando como está Rajoy, tan empeñado en seguir adelante con sus interminables recortes.
Mientras nos enteramos, de momento, ya se pronostica una nueva subida del recibo de la luz y un alza del cincuenta por ciento en el recibo del agua, que  tiene visos de cortar de raíz la buena costumbre de la ducha diaria, al convertirla en un lujo inalcanzable , para una gran parte de los hogares españoles.

Y mientras unos pocos privilegiados se preparan para empezar las vacaciones el próximo mes de Julio, otros, soportan cómo pueden los primeros rigores del verano, convencidos de que este pacto no solucionará ninguna de sus necesidades más urgentes, mientras no desaparezcan del panorama, esta casta de impresentables políticos metidos a economistas de tres al cuarto y dejen paso a otro tipo de gente, a la que de verdad, le preocupe, sacar del agujero a este País, que es el nuestro.

martes, 25 de junio de 2013

El Papa Rajoy

Intentando poner en práctica una de las máximas que han movido siempre al Opus Dei, a la hora de reclutar a sus adeptos, el Ministro Wert eleva la nota necesaria para la concesión de una beca, propiciando así que la Educación en este País quede reservada, a partir de ahora, exclusivamente a ricos y a los pobres más inteligentes.
Su reforma no mezcla en ningún momento ambos conceptos, sino que  permite a los que pertenecen al primer grupo culminar sus estudios en el tiempo que para ello necesiten, mientras es a los humildes, a quienes exige mejores calificaciones, si quieren ocupar un puesto en la  Universidad que sus padres no podrán costear, de ninguna manera, gracias a la subida astronómica de tasas que el Ministro acaba de aprobar, apoyado exclusivamente, por el gobierno de Rajoy y en contra de la opinión unánime de toda la comunidad educativa.
La nefasta reforma de Wert, que ha venido acompañada en todo momento por declaraciones periódicas dignas de ser estudiadas en todas las tesis que traten del clasismo, ve incrementado el rechazo que desde que se conoció produce, con las palabras que pronunciaba su autor ayer y que propugnaban con grandes dosis de soberbia, que nadie que no alcance un seis y medio de nota global, merecía estar en la Universidad, aunque olvidaba mencionar que la calificación pierde totalmente su importancia, si quien la obtiene procede de una familia económicamente fuerte, que pueda permitirse mantener a su “retoño” años y años en la Facultad, hasta obtener la titulación necesaria y cueste lo que cueste.
La vileza de esta afirmación, que obliga a los más necesitados a un esfuerzo suplementario y a la obligación de no cometer un solo error durante la totalidad de su carrera, fomenta descaradamente una desigualdad entre los jóvenes españoles, imperdonable si es propuesta por un gobierno supuestamente Democrático y socialmente desestabilizadora, si los afectados, como parece, se ven obligados a luchar hasta el último aliento, para conservar su derecho a una educación de calidad,  que no establezca diferencias por razones de economía, manteniendo al menos, el sistema de becas vigente y potenciando, a poder ser, una mayor inversión en los que serán los encargados de protagonizar nuestro futuro.
Qué clase de corriente ideológica se ha establecido entre los gobernantes del PP, es una incógnita que podría ser potencialmente resuelta, si nos remitimos al primer párrafo de este artículo y hurgamos en la filiación religiosa de los miembros de este gobierno, que parece haber olvidado que vivimos en una Nación constitucionalmente laica, para aprobar leyes propugnadas directamente por la Iglesia Católica más ortodoxa, saltándose olímpicamente la diversidad del pensamiento ciudadano y relegando las funciones que corresponden al poder civil, como si en lugar de un Presidente, fuera un Papa quien gobernara nuestros destinos.
No hay más que echar una ojeada rápida a lo se pretende y se caerá en la cuenta de cuánta razón hay en lo que refiero: la inclusión como materia obligatoria de la asignatura de Religión, la desaparición de la Educación para la Ciudadanía, el cambio en la Ley del Aborto o en la de los matrimonios entre personas del mismo sexo, o la abolición tácita del derecho a la educación para los humildes, no son más que unos cuantos ejemplos muy significativos, que corroboran el ascenso de la corriente Católica entre la mayor parte de la cúpula de nuestros gobernantes.
Lo peor del caso, es que la mayoría absoluta con que cuentan los conservadores, no permite siquiera que ningún tipo de oposición pueda sacar adelante nada que pueda cambiar estas carpetovetónicas propuestas y que los ciudadanos habremos de resignarnos a convivir con ellas, al menos otros tres años más, con el consiguiente perjuicio que ocasionen entre nosotros y sin ningún arma que nos permita otra cosa que no sea la protesta en la calle, lo más alejados posible de un Congreso custodiado férreamente por una profusión inaudita de medios policiales, que más parecen propios de una dictadura militar, que de una Democracia como la que hasta ayer, era la nuestra.
Cuenta sin embargo a nuestro favor, que la mayoría numérica de los pobres en este momento, en este País, no puede ser más abrumadora, pese a quien pese.
Es lo que tiene haberse encargado de llevarnos con tanto ahínco a la situación en la que nos encontramos. Que a veces los procesos, se truncan y revierten sin compasión sobre quienes los provocaron, trayéndoles  una pérdida inmediata de poder y relegándolos a la misma indignidad que desearon para los otros.











lunes, 24 de junio de 2013

Rezando por Madiva


Cada uno de los ciudadanos del Mundo, reza hoy  de la mejor manera que  sabe, por uno de los hombre más grandes que ha dado la Historia y que ha conseguido aunar , con su ejemplo de vida, la opinión de millones de personas,  procedentes de lugares distintos, creencias opuestas e ideologías diferentes, dejando en ellos la impresión de que cualquier sueño es posible de conseguir, por duras que sean las condiciones que hayamos de soportar, o el tiempo que empleemos en la lucha necesaria para alcanzarlo.
Nelson Mandela libra hoy una dura batalla contra la longevidad, después de haber sido el protagonista de una de las historias más interesantes, a caballo entre los dos últimos siglos y haber tenido la satisfacción de conseguir la libertad para miles de seres humanos, condenados por la crueldad del apartheid sudafricano, a una existencia de esclavitud, indignidad y extremo sacrificio, que durante años costó demasiadas víctimas.
  Veintisiete años de cárcel, en defensa de un pensamiento que no propugnaba otra cosa que la igualdad racial, son salvoconducto suficiente para obtener la admiración vitalicia de cualquiera de sus contemporáneos, pero la dureza de la etapa que le tocó vivir y la valentía de no haberse rendido jamás  ante la injusticia, probablemente hubieran quedado    relegadas a una mera mención en los libros de los expertos, si no hubiera conseguido, una vez en libertad, una pacificación de su País, prácticamente  imposible, dadas las circunstancias en que llegó a sus manos el poder y el rencor enconado que cada uno de los sudafricanos de color debía albergar en su corazón, contra los que hasta entonces no habían sido más que sus altivos verdugos.
Tampoco debió ser nada sencillo partir de cero en una Nación donde la educación había estado reservada desde siempre a los blancos y hacer posible el milagro de gobernar sin que se produjera un estallido social de incalculables consecuencias, en el que la venganza se convirtiera en una razón primordial para los oprimidos, dando lugar a un derramamiento de sangre que nunca llegó a producirse.
Mucho más valiente es quien es capaz de contener su rabia, por el bien de una mayoría, que quien la canaliza a través de la violencia, ofreciendo a la humanidad el mismo ejemplo que vio en quienes le humillaban, traspasando los límites de la legalidad y de la ética.
El tiempo, al fin y al cabo, termina por colocar sabiamente a cada cual en el lugar que le corresponde y no hay más que echar un vistazo a la bibliografía que circula sobre el tema, para comprobar que el olvido se ha encargado de hacer justicia con los tiranos…y con Mandela.
Y aunque los múltiples reconocimientos que se le han otorgado durante los últimos tiempos no pagan la magnitud de su sufrimiento ni el de su pueblo, la profundidad de su pensamiento y la manera de encauzar uno de los conflictos más enconados de cuantos hemos conocido los que tenemos la suerte de haber coincidido con él en el Mundo, deja una huella imborrable en la humanidad y un poso insustituible que bien pudiera ser, el único premio que importe, a personajes de estas características.
Sobrecogidos por la gravedad de su enfermedad, los creyentes elevan sus plegarias a los dioses en los que creen y los que sólo creemos en el hombre, buscamos el recogimiento de la soledad para ofrecer nuestra solidaridad a su causa y nuestro apoyo  a los que le son y le han sido cercanos por lazos de familia.
Si finalmente decide marchar, el mundo desolado, vivirá su orfandad con el respeto que su figura merece, aún teniendo la certeza absoluta, de que pierde un hombre irrepetible.  














domingo, 23 de junio de 2013

El final de la interinidad


La Reforma de las Administraciones que Soraya Sáenz de Santamaría se ha tomado como un reto personal,  con el que trata de convencer a los españoles de que también se exigen sacrificios a los políticos, no es más que una maniobra bien orquestada para deshacerse del resto de los interinos que aún conservan su puesto de trabajo  y que el empleo público quede, de momento, reservado a los funcionarios con plaza en propiedad, al menos hasta nueva orden.
Desde que el PP se hizo con el poder, terminar con la interinidad se convirtió en una prioridad, que se ha ido materializando con los despidos masivos de estos trabajadores, primero en sectores como la enseñanza y la Sanidad y después, por cualquiera de los otros puestos que tenían que ver con organismos dedicados a lo Social, para finalmente y por medio de esta nueva Reforma, poder acceder a los que ocupan puestos en Administraciones locales, Autonomías y Ayuntamientos, que de otro modo escapaban a las competencias del Gobierno Central y su redundante obcecación por terminar con este tipo de empleados.
La medida, que continúa la línea de política de recortes que para Mariano Rajoy parece ser la única manera de salir de la crisis, viene en cambio, a volver a propiciar el aumento del desempleo, obviando que quizá, se recortaría infinitamente más, si se decidiera suprimir, por ejemplo, el Senado, o las desfasadas Diputaciones, que se han convertido en un asilo para políticos retirados que se niegan a volver al mercado laboral y encuentran en ella un modo de vida fácil, desde el que seguir disfrutando de sus incalculables privilegios.
Decir que con esta Reforma se va a exigir sacrificios a la clase política, no es más que un modo de maquillar la cruda realidad de que, con toda probabilidad, estos señores serán  reubicados en otras puestos en alguna otra parte, mientras los interinos son  masivamente despedidos y lanzados, directamente, a las largas filas del INEM-
Si una cosa buena ha dejado esta crisis, es que los españoles hemos aprendido a base de golpes, a diferenciar perfectamente, lo que esconden las bellas palabras de los políticos y lo que antes, cuando aún gozaban de
 cierta credibilidad, era creído a pies juntillas  por la mayor parte de la ciudadanía, ahora es inmediatamente cuestionado y escudriñado milimétricamente, hasta descubrir lo que verdaderamente esconde bajo el manto retórico que tan bien queda, delante de una cámara de televisión.
Ya resulta tremendamente sospechoso que este tipo de noticias se den, no de cara a la prensa, exponiéndose quién las da, al acoso de las lógicas preguntas de los informadores, sino a través de un plasma, sin que exista posibilidad de réplica o intervención por parte de los periodistas, que aún no se entiende como no organizan un plante, cada vez que se les convoca a través de este antidemocrático sistema.
Puede que a los empresarios, la Banca, el FMI y los usureros europeos, esta nueva reforma les parezca, como no, plausible, pero habría que aclarar al PP y a la señora Sáenz de Santamaría en particular, que los españoles no hemos creído una sola palabra de lo que nos dice y que los interinos de las Administraciones locales, van a empezar a movilizarse ya, en espera del masivo despido que se intuye en el discurso de la Ministra.
A pesar del rotundo fracaso del tipo de política que practican los populares desde que se instalaron en la Moncloa, nada parece servir para desviarles de esta nefasta línea, que está llevando al País a la más estrepitosa de las ruinas.
Ni el pacto con el PSOE, ni la llamada de atención de Europa sobre el paro, parecen haber cambiado absolutamente nada de lo que se cuece en la mente de Mariano Rajoy.
Si lo que espera es un estallido social de incalculables consecuencias, va por buen camino y yo diría, que está a punto de conseguirlo- 


jueves, 20 de junio de 2013

Cambio de papeles


La postura de los fiscales españoles, en cuanto a los delitos económicos se refieren, está siguiendo una línea unánime de suavidad, que escapa a cualquier razonamiento lógico que tenga que ver con lo que sería su primordial labor, es decir, ayudar a los jueces ejerciendo denodadamente la acusación, contra los imputados en estos casos.
Pero últimamente y sobre todo cuando los que han de sentarse en los banquillos proceden de la clase política, de la Banca o de la nobleza y a pesar de que aparentemente las pruebas, no dejan lugar a dudas sobre la implicación de ciertas personas en determinados asuntos, parecen haber decidido cambiar los papeles con los abogados de la defensa y nunca encuentran indicios suficientes para que llegue a juzgarse a quienes, presuntamente, han evadido grandes cantidades de dinero, defraudado a la hacienda pública, o como en el caso de Blesa, gestionado de forma desastrosa entidades financieras, que han costado al país la decisión de tener que pedir un rescate, para remediar el enorme agujero que han dejado, tras su paso por ellas.
Este cambio de rol, que debe parecer a los jueces que traspasa todas las normas de la justicia, no contribuye en nada al esclarecimiento de la verdad y fomenta en la población la idea de que no todos somos iguales ante la Ley, por mucho que nuestra Constitución lo propugne.
Gente que debía estar bajo arresto y que podrían desaparecer de España en cualquier momento, si las cantidades que se manejan son ciertas, campan alegremente por el territorio patrio presumiendo de una impunidad, que más que disuadir a otros posibles defraudadores de cometer delito, alienta a muchos que jamás se hubieran atrevido, de otro modo, a cometerlo, pero que por lo que ven, saben a ciencia cierta que aquí y ahora, no les pasará nada.
La tentación de enriquecerse con prontitud, sea cual fuere el origen de hipotética fortuna, puede asaltar a todo aquel que por su profesión, se encuentra en contacto directo con jugosos capitales y nadie está libre de sufrirla si, como está ocurriendo, la ilegalidad de estas acciones casi nunca llega a probarse y los autores de las mismas, ni siquiera llegan a entrar en las salas de juicio, al tropezar continuamente los magistrados, con el muro inexpugnable de las fiscalías.
Pero es que los dineros de que estamos hablando eran en su totalidad, dineros de todos, que procedían de una Hacienda  a la que religiosamente contribuimos, queramos hacerlo o no, con la supuesta intención de que lo recaudado irá a parar indefectiblemente a fines que procuren el bien de la mayoría y no un tren de vida suntuoso para unos pocos, como viene ocurriendo ante nuestros ojos, sin que se consiga siquiera, una condena ejemplar, drástica y contundente, que coloque a estos individuos fuera de la circulación, por muchos años y sin privilegio penitenciario alguno.
Y da igual si es ejecutivo de un Banco, Ministro, Concejal de un Ayuntamiento o Infanta de España.
Vuelvan pues los fiscales a su faena de acusar y niéguense en redondo a presiones políticas, devolviendo a su profesión la dignidad que le roban cada vez que ceden en un caso de estas características. Nadie son ellos para interpretar la ley, sino para aplicarla, en estricto cumplimiento de su función y en apoyo de la buena disposición de los jueces a esclarecer los hechos, porque de otro modo, no hacen otra cosa que obstaculizar el funcionamiento de la justicia y dejar en los ciudadanos el regusto amargo de una manifiesta desigualdad, precisamente cuando más necesitados están de creer al menos, que alguien vela por el cumplimiento cabal de nuestras leyes.




miércoles, 19 de junio de 2013

Puerta a puerta


Si cada español se decidiera a escribir un relato de todos los casos que ha provocado esta crisis en su entorno más cercano y lo remitiera a la Moncloa  exigiendo que el Presidente que nos gobierna los estudiara detalladamente y le ofreciera la oportuna respuesta, ni Mariano Rajoy, ni su camarilla de Ministros, volverían a tener la desfachatez de aparecer ante los medios defendiendo  la absurda idea, de que ya ha pasado lo peor.
Es fácil hablar de recuperación cómodamente instalado en un despacho, al cual solo llegan noticias de la fluctuación de los mercados y de la marcha de la macro economía, pero evitando a la vez, cualquier intento de acercamiento protagonizado por una ciudadanía a la que se le impide por todos los medios conocidos, incluida la fuerza, un contacto directo con los políticos que teóricamente la representan, y que para más inri, fueron elegidos en las urnas, por medio de sus votos.
La impresión de que esta clase política ha decidido últimamente apartarse de la realidad terrenal e ignorar olímpicamente la verdad de lo que está ocurriendo a las familias españolas, se ha extendido a la totalidad de la opinión pública, minando cualquier atisbo de confianza que se pudiera albergar en ella y que ha sido destruido artesanalmente, por las conductas adoptadas  durante la gestión de la crisis, al menos, las de los dos grupos mayoritarios que conforman el indeseable bipartidismo.
Abandonados en nuestra soledad, a nadie parece importar nuestra tragedia y parece que nos hemos  o nos han convertido en descoloridas figuras que solo tienen importancia para cuadrar las cifras del déficit, o para exprimirlas hasta sacar todo el jugo que tienen, con la única intención de liquidar nuestra larga lista de deudas.
Pero la gente sigue teniendo corazón y las necesidades apremiantes que se les han venido encima a causa de un desempleo provocado por el error de aprobar una Reforma, a la medida de las exigencias europeas, horada su psicología como una broca de gran calibre, desestabilizando las relaciones personales más cercanas y convirtiendo, por tanto, la supervivencia, en un verdadero infierno, del que es imposible salir.
Detrás de las puertas de un hogar en el que ninguno de sus miembros tiene trabajo, poco o nada soluciona que baje o suba la prima de riesgo y lo único que auténticamente se hace imprescindible, es que a Rajoy no se le pase por la cabeza retirar a golpe de decreto, la paupérrima ayuda de cuatrocientos euros que ofrece el Estado, a todos aquellos que han agotado las prestaciones de desempleo, al llevar más de dos años ocupando un lugar permanente, en las filas del INEM.
Ese populismo que tanto ha utilizado el PP durante las campañas electorales, vendría ahora de perlas, si verdaderamente existe intención de conocer por dentro la realidad del País que gobierna, aunque fuera llamando puerta a puerta a los ciudadanos que habitan en nuestras ciudades y pueblos, y que se hallan totalmente convencidos de que sus problemas personales no interesan a nadie que tenga que ver con la política…y que por eso, no se resuelven.
Puede que conociendo la verdad, nuestros políticos se convencieran de que nuestra más urgente necesidad no estriba en reflotar la Banca y sí en la creación inmediata de empleo digno, que ayude a las personas a retomar un camino que ellos destruyeron con su guerra incruenta de cifras.
Tal vez así bajaran de la nube de algodón  que les protege de las iras que provocaron sus actitudes dictatoriales y aprendieran la imprescindible lección de que los hombres han de estar, siempre, por encima de las cuestiones crematísticas.


martes, 18 de junio de 2013

Limpieza hospitalaria


Los recortes de Mariano Rajoy en la Sanidad, no solo pasan por el despido de personal especializado y el aumento considerable de las listas de espera, sino que se extienden a todos los estamentos y departamentos de Ambulatorios y Hospitales y, por supuesto también, al de los trabajadores de la limpieza.
El cierre de un Centro de Murcia, a causa de la suciedad acumulada por una huelga de estos últimos operarios, ha levantado una enorme polémica e inmediatamente ha acarreado una fuerte indignación a los familiares de los enfermos allí ingresados,  que no entienden que las razones salariales se coloquen por delante de la curación de aquellos que les son allegados y por lo tanto, muy importantes para ellos.
Pero ¿qué otro modo de presión queda a estos trabajadores para exigir que se respeten sus derechos? ¿Acaso no constituiría un agravio comparativo negarles  la capacidad de poder ir a la huelga, si se sienten agredidos y las conversaciones mantenidas con la patronal, no han dado ningún resultado apetecible?
Verdad es que en cuestiones de aseo, los Hospitales serían los primeros en tener que ser atendidos con toda la pulcritud que reclama su cometido y precisamente por eso y por el tipo de labor que han de cubrir los trabajadores que a ello se dedican, quizá debieran haber sido mantenidos al margen de cualquier tipo de recortes.
Lo incomprensible  es que el Estado permita que se llegue a este punto, sin arbitrar una solución drástica a las reclamaciones de este sector, forzando a la patronal a firmar acuerdos que al menos permitan vivir con dignidad a quienes se dedican a estos menesteres, que son absolutamente necesarios para el funcionamiento de los hospitales y para el bienestar de los enfermos.
Así que la ira de los familiares debiera revertir,  decididamente, sobre los cargos que tienen en sus manos que los conflictos laborales de que hablamos no se prolonguen en el tiempo, dando lugar a situaciones insostenibles como la del hospital de Murcia, sin hacer nada por remediarlo.
Que las personas procedentes de las clases medias y humildes, carguen contra otras que pertenecen a su mismo estatus social, intentando que cejen en el empeño de reclamar aquello que les corresponde, resulta cuando menos, incomprensible y negativo para ellas mismas, ya que probablemente, en una situación similar, se verían obligadas a hacer lo mismo.
Reclámese pues al Estado su intermediación en los hechos y que mientras el problema esté pendiente de solución, arbitre fórmulas que permitan el funcionamiento mínimo de los servicios de limpieza, utilizando para ello, como en otras cosas, por ejemplo, al ejército, que en periodo de paz, bien podría ayudar a subsanar estas irregularidades, sin lesionar el derecho a la huelga.
Ahora que el PP anda diciendo que estamos empezando a salir de la crisis, resulta por lo menos chocante, que a diario recibamos informaciones que niegan por su evidencia tal afirmación y que dejan al descubierto el alto índice de conflictividad laboral que ha traído de la mano la Reforma de Rajoy y que se suma a la elevadísima cifra de desempleados que pululan por las calles de España, sin posibilidad de encontrar ocupación remunerada que remedie su desesperación y su miseria.
La luz al final del túnel que ve el PP, de momento, es solo un espejismo para los ciudadanos del País, que no adolecen precisamente, de ceguera.
Ya quisiéramos albergar alguna esperanza, pero de momento, no podemos.


lunes, 17 de junio de 2013

La esperanza frustrada


Los jóvenes que afrontan este año las pruebas de Selectividad, lo hacen con el regusto amargo de no saber aún si podrán o no permitirse cursar una carrera universitaria, debido al tremendo aumento de tasas que contempla la nueva Ley de Educación y que afecta, debido a la crisis, a todos aquellos que por la economía familiar, carecen absolutamente de recursos para poder destinarlos a otro fin, que no sea el de cubrir las necesidades más primarias.
Mucho se ha hablado del clasismo que, por decreto, impone esta Ley y de cómo un incalculable número de talentos en potencia, habrán de renunciar, gracias a ella, a sus sueños profesionales, pero los dramas personales que puede traer a largo plazo esta frustración, apenas son mencionados en ninguno de los debates establecidos, a pesar de que su importancia en la trayectoria de quienes van a sufrirlos, podrían marcar diferencias que condicionen para siempre sus vidas.
Puede que al gobierno de Mariano Rajoy,  esto le parezca una nimiedad que no es digna de ser mencionada, aunque teniendo en cuenta que los protagonistas de esta historia serán los encargados del futuro de este país, su formación resulta ser absolutamente imprescindible, si se quieren alcanzar ciertos niveles de competitividad, en el mundo en el que vivimos.
Si como se prevé, las próximas hornadas de universitarios van a estar formadas únicamente por jóvenes procedentes de familias económicamente pudientes, no es difícil adivinar que por lógica, la ideología que predominará entre ellos será sin duda, la conservadora y que las corrientes de pensamiento cercanas a la izquierda, quedarán pues, en manos de gente a la que no se dio la oportunidad de educarse, fueran o no, más o menos inteligentes que todos aquellos que dispusieron del montante necesario para costear esta educación de élite, reservada exclusivamente a moderados ricos.
El matrimonio permanente entre izquierda y pobreza, que sigue estando vigente, a pesar de lo mucho que habíamos avanzado, ha sido hábilmente convertido en un hándicap insalvable, canalizado a través de una Ley, que corta de raíz las alas de los jóvenes progresistas, procedentes casi todos de las clases humildes y que con el drástico recorte sufrido por las becas, se ven imposibilitados para subsanar los gastos que acarrea la Universidad, como si de repente Franco hubiera resucitado y España hubiera vuelto a la tiniebla de los años cincuenta.
Naturalmente, la Ley convence de manera contundente a quienes nunca sufrirán la discriminación que representa y más aún a los líderes de la derecha, deseosos de hacer desaparecer a la izquierda culta del panorama político español y que, de este modo, ha encontrado un camino para conseguirlo.
Los que ya tenemos algunos años, sabemos mucho de esto, sobre todo si con el esfuerzo inconmensurable de nuestros padres, conseguimos saltar la barrera que nos separaba de la cultura para descubrir un mundo que hasta entonces nos estaba negado por nuestra procedencia  y utilizamos el poder que te da la poca o mucha sabiduría adquirida, para abrir paso a los que venían detrás, forzando a una inversión fuerte en una educación pública e igualitaria, que después situaría a nuestros hijos, en el lugar en el que ahora se encuentran.
En honor nuestro, hay que decir que nunca nos rendimos y que animamos a los demás a intentar obtener todo aquello que se propusieran, sin que para ello fuera impedimento la clase social de la que provenían, su pensamiento, su credo, o el color de su piel.
Es por eso que volver a la calle para intentar conservar los derechos ganados, no resulta para nosotros un sacrificio y  que el convencimiento de estar luchando por una causa justa, nos hace estar en primera línea de fuego, por propio convencimiento y el que se cuente con nosotros, como fuente de experiencia, no deja de ser el mayor orgullo que podríamos tener y un modo de reafirmar todo aquello en lo que creímos y que después, fue posible.







domingo, 16 de junio de 2013

Un pacto insuficiente

El descalabro político de las Derechas y las Socialdemocracias europeas y especialmente españolas, que ahora habían sido las dos tendencias mayoritariamente votadas, obliga a sus dirigentes a un replanteamiento forzoso de su manera de actuar, si quieren seguir conservando alguna posibilidad de formar futuros gobiernos, dada la decepción mayestática que los ciudadanos padecen, en buena parte, por la desastrosa gestión que en los últimos tiempos se ha venido haciendo para afrontar las consecuencias de la crisis.
Sin que sea posible una vuelta atrás y acuciados por las deudas , todas en manos de los usureros europeos, lo más fácil para continuar teniendo opciones de poder, pasa forzosamente, por formar curiosas alianzas ideológicamente antagónicas, que refuercen las posturas de oposición ante las naciones económicamente más fuertes e intentando que se cambien rápidamente las medidas de recortes que tan malos resultados han dado, por otras que potencien la creación de empleo, de la clase que sean, que consigan hacer descender las escandalosas cifras de desempleados, que constituyen una vergüenza imperdonable a los ojos del mundo.
En España, PP y PSOE se afanan en solucionar la inminente ruptura del bipartidismo que han protagonizado desde la llegada de la Democracia y han negociado un pacto a espaldas de las demás  formaciones políticas, para iniciar junto con sus respectivos correligionarios , una estrategia que les devuelva la confianza del electorado y que frene la ambición de los colonizadores europeos, cuya avaricia insaciable está colocando al borde de la ruina, a una ingente cantidad de familias que se han quedado sin presente y sin futuro.
No es que de pronto ni Rajoy, ni Rubalcaba, hayan sufrido un grave problema de conciencia por los errores cometidos durante las dos últimas legislaturas, sino que las encuestas de opinión empiezan a reflejar el hartazgo de una población indignada que no está dispuesta a volver a depositar su confianza en ninguno de ellos y cuya intención de voto, de celebrarse inmediatamente nuevos comicios, estaría claramente orientada hacia otras organizaciones ahora minoritarias, otorgándoles la llave de cualquier forma de gobierno, si entre ellas fuerzan los necesarios acuerdos para conseguirlo.
Pero el compromiso entre PSOE  y PP, o al menos lo que se ha filtrado sobre los contenidos del mismo, parece ser del todo insuficiente para solucionar del todo la gravedad de la situación actual, sobre todo si mientras tanto, siguen su curso medidas concebidas con anterioridad, como la Ley Wert o la Privatización paulatina de la Sanidad o si las políticas de empleo que se piensan preconizar con el acuerdo, no proporcionan a los españoles, al menos, unos   salarios que les permitan vivir con dignidad y el modo de reducir las listas del paro es minar el territorio nacional de mini jobs, que proporcionen a las empresas mano de obra barata con la que poder competir, de igual a igual, con los mercados asiáticos.
El desacuerdo de los otros partidos políticos, que se han quedado atónitos al no ser invitados a secundar el pacto, no se ha hecho esperar y de ellos depende en gran medida, que el texto final de esta curiosa alianza pueda o no acercarse a las necesidades reales que el pueblo español consideraría como primordiales, para vencer la incertidumbre y el desasosiego  que se ha instalado entre nosotros y que en modo alguno, quedarán resueltos con sueldos de cuatrocientos euros, en un panorama en el que los precios y los impuestos, son cada día más altos.
La falsa imagen de unidad que se pretende dar a través de los medios de comunicación, como si los acuerdos se estuvieran llevando a cabo por un sentimiento de patriotismo, no debe confundir a los que deseamos fervientemente un cambio real de dirección en la política, ni puede ser tampoco, un bálsamo que alivie transitoriamente las heridas que padecemos.
Es ésta, una unidad de conveniencia, que se mantendrá mientras se vayan consiguiendo los objetivos de ir reflotando la pésima opinión que de los dos partidos mayoritarios  tienen ahora los españoles y que se acabará si la estrategia no funciona y en los próximos meses, las encuestas siguen augurando un desastre de incalculables consecuencias, para uno de ellos, o para ambos.
Es pues el momento de dar batalla sin tregua en aquello que más convenga a los ciudadanos, para, a ser posible, parar en seco las posturas de sumisión que el PP había adoptado desde su llegada al gobierno, aunque  es poco probable que sea un PSOE derechizado y herido de muerte, el encargado de conseguirlo.
Sin embargo, si formaciones más a la izquierda, a las que el futuro promete una subida electoral y con el apoyo de los movimientos ciudadanos, se encargan de condicionar su apoyo al pacto, al abandono de ciertas actitudes del todo inaceptables para la sociedad, puede que haya una posibilidad de reorientar el modo de zafarse de esta maldita crisis y reventar el concepto de un pacto concebido para beneficio exclusivo de conservadores y socialistas.
Se trata de una labor escrupulosamente difícil y que no debe, en modo alguno, verse afectada por el conformismo.
El futuro de todos los que no queremos que esta locura continúe, puede depender en gran medida, de los acuerdos que negocien las minorías en las próximas semanas. Solo habrá que pedir, que apunten alto en sus peticiones.




jueves, 13 de junio de 2013

El ocaso heleno


El cierre de la Televisión pública griega, pone el broche a la incongruencia que las exigencias de los usureros europeos vienen aplicando en los países del sur del Continente y se suma a la sentencia de muerte que se  ha firmado contra la libertad de expresión, en un intento claro de que los ciudadanos no puedan saber, de ninguna manera, la verdad de lo que está ocurriendo con ellos.
Por muchos recortes que sean necesarios, e incluso teniendo en cuenta el despilfarro que normalmente se da en los medios de comunicación que se encuentran bajo la tutela del Estado, privar a la sociedad de su derecho a la información, que en la mayor parte de los casos recibe a través de las televisiones, deja en la más absoluta de las inopias a todas aquellas personas que por la situación económica que les ha traído la crisis, no pueden siquiera permitirse el lujo de comprar un periódico.
Cierto es que los ignorantes resultan mucho más fáciles de manejar que los instruidos y que conviene a los que tienen las riendas del poder contar con una mayoría a la que poder esclavizar en el ámbito laboral para exprimirla a su antojo y de ahí el empeño generalizado por ir haciendo desaparecer de manera paulatina, educación, información y cualquier cosa que pudiera ayudar a   los oprimidos a intentar liberarse de las cadenas con que los atan los que dominan la economía, una vez que ya han conseguido aterrorizarlos con su amplia gama de medidas de recortes, propiciadas por la sumisión de los Gobiernos, incapaces de defender los derechos de todos nosotros.
Precisamente por eso, este ocaso heleno que deja a la cuna de la Democracia en una situación desesperada y desgarradora, debe servir para ir despertando de una vez las conciencias y no permitir que el ejemplo cunda como la pólvora por otros territorios, convirtiéndolos en posesiones de estos señores feudales del SXXI, que campan por ellos, sin ningún respeto por los seres humanos que los habitan.
Afortunadamente, los trabajadores de la TV griega, han encontrado en Internet una manera de seguir emitiendo, ahora sin cobrar por ello, y no se han dejado amilanar por esta maniobra premeditada de descrédito y manipulación de los medios.
Se suman así a otra serie de gente que nos atrevemos a utilizar la red para expresar la verdad de lo que sentimos, sin que nos afecte la ceguera colectiva que quieren implantar a nuestro alrededor y conservando el orgullo de mantener la independencia, desde todos los lugares del mundo y especialmente, desde Europa.
Bienvenidos sean, sobre todo para que los habitantes de Grecia puedan huir del silencio que se les impone y sean capaces de discernir, con conocimiento de causa, si quieren o no otorgar su beneplácito a las políticas que está practicando su gobierno, como otros, manejado por las directrices del capitalismo europeo y en contra del bienestar general, como sería su obligación primera.
Por solidaridad y por todo cuánto debemos a la cultura helena, nuestros corazones están con ellos y nuestra lucha, además de nuestra, también es la suya. No podía ser de otra manera, siendo como somos, las mismas víctimas.


miércoles, 12 de junio de 2013

La vil explotación


Cada vez hay más empresas que escudándose en los efectos de la crisis y amparadas por la Reforma Laboral de Rajoy, bajan drásticamente los salarios de sus empleados, haciendo caso omiso a los Convenios vigentes y amenazando con que si no se aceptan las condiciones que imponen, el único camino que queda, es el de la calle.
Y no solo hablamos de negocios pequeños que se ven obligados a malvivir, a causa de la falta de crédito que se atribuye a la Banca, sino también de las miles de contratas que trabajan para las Administraciones Públicas locales y autonómicas, que han visto en la aquiescencia de este gobierno, un excelente caldo de cultivo para obtener más beneficios, a base de practicar la explotación sobre los trabajadores que de ellas dependen.
No ha bastado con deshacerse de la mitad de las plantillas, cargando al personal que ha tenido la suerte de no ser despedido, con un volumen de trabajo claramente superior al que cualquier persona podría soportar, sino que además, los sueldos que pretenden pagar a partir de ahora, ni siquiera alcanzan la dignidad necesaria para que la gente pueda vivir, a pesar de que en muchos casos los horarios se han duplicado y la conciliación familiar se ha convertido en inexistente, por no decir perversa.
Estos políticos, a los que se les llena la boca hablando de procurar el bien de los españoles, miran sin embargo, hacia otro lado mientras suceden estas cosas y aún se niegan en algunos casos, a que se hagan públicas sus cuentas, alegando que esto lesiona su intimidad, sin ni siquiera dar gracias por seguir manteniendo intacta esa parcela y no haberla perdido, como nos sucede a todos nosotros.
La impunidad con que se está tratando esta nueva ola de vil explotación, que podría compararse sin ningún tipo de rubor con lo que sucedía en los principios del SXX, está terminando de rematar todos y cada uno de los logros sociales que los trabajadores habíamos conseguido, con más de un siglo de lucha.
Abandonados por los que debieran ser responsables de nuestro bienestar, la soledad en la que nos encontramos, no puede ser más terrible y violenta, pues violencia es ser maltratado hasta el agotamiento por los empresarios, aunque  gocen de total impunidad mientras nos explotan, obteniendo suculentos beneficios de nuestro sudor..y protegidos por las leyes.
Se pretende además, silenciando  estas prácticas,  evitar que la sociedad las conozca, utilizando la estrategia del miedo como refuerzo de sus argumentos y sabiendo, en el fondo, que la fuerza de la palabra podría movilizar a las masas en su contra, provocando el fracaso de este magnífico negocio de nuevo cuño, que se ha extendido como la pólvora entre los empresarios españoles.
Es por eso que se intenta desprestigiar a cualquiera que venciendo el temor, salga la calle para manifestar su oposición a las políticas que apoyan su indecencia, calificándoles de terroristas, perro flautas, fanáticos y otras muchas “lindezas”, que en nada se corresponden con la única realidad que los mueve: la indignación y la pretensión de seguir siendo decentes.
Evidentemente, no conseguirán su objetivo, mientras medios como éste en el que escribo permitan la libertad de expresión que nos asiste como derecho y mientras haya alguien dispuesto a contar la verdad de lo que ocurre, contra viento y marea, sin servilismos de partido y con independencia.
Sin embargo, es demoledor comprobar que la vigencia de la frase más conocida de Thomas Hobbes , sigue presente, más de tres siglos después de haber sido pronunciada. “El hombre es un lobo para el hombre”…y más, cuánto más dinero tiene.










martes, 11 de junio de 2013

La ignorancia del senador


El Presidente del Senado, Pio García Escudero, que desde que salieron a la luz los papeles de Bárcenas, había reconocido haber recibido del PP un préstamo de 24.000 euros, se había cuidado muy bien de mencionar que sin embargo, no había incluido en su Declaración de la Renta tal préstamo, convirtiendo de este modo su cuantía, en lo que cualquier parte del mundo se denominaría como “dinero negro”, por mucho que se pretenda argumentar cualquier otra cosa.
Alega en su defensa, que desconocía que hubiera que declarar los préstamos como dinero recibido, a pesar de que por el cargo que ocupa, no puede tratarse precisamente de un ignorante, aunque ahora esta táctica de parecerlo, se haya puesto tan de moda entre todos aquellos que en algún momento se topan de frente con la acción de la Justicia, como hemos podido comprobar a diario, en casos como el del ex tesorero del PP o el de Urdangarín, por mencionar un par de ejemplos.
En el caso hipotético de que tal desconocimiento fuera real, uno no tiene por menos que preguntarse, qué hace un individuo de tales características ocupando uno de los puestos de mayor responsabilidad en el País y cómo la formación a la que pertenece ha podido consentir tal incongruencia, habiendo como hay, tantos españoles perfectamente preparados, en una lista del paro, que da sobradamente para elegir, al que mejor convenga para ocupar el puesto.
Tampoco queda claro si con tan altas dosis de ignorancia se pueden llevar a cabo con precisión todas las labores que este cargo conlleva y que obliga a estar manejando constantemente conceptos jurídicos de mucha más envergadura, de cuyo manejo depende muchas veces, el destino de los españoles  y que incluso podrían lesionar gravemente lo que pudiera ocurrirnos, si se cometen equivocaciones de este calado o no se sabe simplemente qué camino tomar en determinados asuntos.
El PP, naturalmente, ha acudido rápidamente en ayuda de su correligionario, aduciendo que de haber declarado el señor García Escudero este préstamo, habría tenido que pagar menos a las arcas del Estado, pero es que al no haber hecho tal cosa, tampoco se puede probar fehacientemente que la cantidad que recibió fuera la que dice y no otra mucho mayor, como podría sospecharse, si uno se detiene a pensar un momento en lo que puede haber detrás de este entramado de sobres y sobresueldos.
Disfrazar la verdad, haciendo juegos malabares con las palabras , para tratar de restar importancia a la gravedad de los acontecimientos, no prueba en absoluto la inocencia de la multitud de implicados en casos de corrupción que se están destapando, aunque ninguno de ellos pague su culpa, por la lentitud absolutamente inexplicable con que se mueve la Justicia.
Pero es que además, este tipo de defensas, ponen continuamente en tela de juicio la inteligencia de la Sociedad, dando por supuesto que la mayoría de los españoles somos fáciles de engañar, si las palabras son pronunciadas, desde un púlpito, por un político.
Eso no es, en absoluto, cierto. Afortunadamente, los españoles ya no tenemos el nivel cultural que teníamos en la posguerra, ni somos analfabetos a los que se puede mentir, utilizando la ambigüedad de los términos.
Tampoco ser político es ya una garantía de honradez, como podía ocurrir en otros tiempos, ya que la actitud demostrada por quienes se dedican a esta profesión, cada vez se halla más alejada del concepto de moralidad, entendido literalmente.
Y aunque la actitud de los fiscales no ayuda nada al esclarecimiento de las cosas, empeñados como están, en no encontrar indicios de corrupción en ninguno de los casos que tengan que ver con el Partido en el Gobierno, nadie puede evitar que el pensamiento general sea el que es, ni que la mayoría de las veces, esta corrupción esté claramente probada, para todos los que miramos desde fuera.
Claro que algunos jueces deben estar absolutamente hartos de no poder continuar sus investigaciones, desde el momento en que no cuentan con el apoyo incondicional de una fiscalía que nadie entiende, pero, con todo, alguno quedará dispuesto a seguir adelante para demostrar la culpabilidad de ciertos individuos, a los que todos estamos deseando ver entre rejas, o al menos, sentados en el banquillo que les iguale a todos aquellos que no tienen la suerte de ocupar un cargo de responsabilidad en las Instituciones del Estado.


lunes, 10 de junio de 2013

Un grupo de valientes



En contra de lo que la derecha califica como un gesto de mala educación, la postura de los estudiantes de excelencia que se negaron a estrechar la mano del señor Wert, no puede ser más coherente.
En contacto directo con lo que ocurre en los ambientes universitarios y formando parte de la élite que alcanza los primeros puestos de las promociones, a base de esfuerzo, podría decirse que nadie mejor informado que ellos sobre lo que puede aportar la nueva Ley de Educación, ni más capacitados para poder discernir si están o no a favor de su implantación y de las consecuencias que traerá la misma.
Haciendo uso de la libertad de expresión que otorga a todos los españoles la Constitución, estos estudiantes ya optaron por cambiar las galas propias que podrían haber lucido uno de los días más importantes de sus vidas, por una simple camiseta de color verde, que se ha convertido en el símbolo de la solidaridad popular con la Enseñanza Pública y el rechazo a la implantación del sistema clasista propuesto por el Ministro Wert y que sesga cualquier oportunidad de llegar a la Universidad, a todos aquellos que no dispongan de los medios económicos que, a partir de ahora, serán necesarios para tal fin.
Del mismo modo, estrechar la mano de quien trata de llevar adelante esta Ley, cerrando con ella el camino de la educación a las clases humildes, hubiera constituido un acto de total hipocresía, que colocaría  la cursilería del protocolo establecido, por delante de lo que cada cual pudiera sentir hacia quién considera artífice de algo que rechaza y que hubiera mermado considerablemente la imagen de indignación que recorre los ambientes universitarios y que es preciso que se conozca, también, por el resto de la sociedad española-
La valentía de estos muchachos, que han conseguido con su gesto, copar las primeras páginas de todos los medios de comunicación, puede que haya sido más válida que todas las protestas organizadas en el último año en las calles, al tratarse de la primera ocasión en que se ha podido expresar esta oposición a la Ley, en contacto físico con un Ministro, bastante reacio a discutir ni con instituciones ni con particulares, lo que considera el meollo de su proyecto.
El desplante es más que merecido, si se tiene en cuenta que Wert se ha negado sistemáticamente a escuchar a Padres, Alumnos y Profesores y que su única ambición se centra en sacar adelante su Ley, a pesar de tener al grueso de la sociedad en contra y teniendo en cuenta que, con toda probabilidad, estos estudiantes nunca más tendrán la ocasión de ver al Ministro tan de cerca, justo era que aprovecharan la oportunidad para mostrarle el desacuerdo con su política, para provocar en él, el mismo sentimiento de abandono que a diario siente la ciudadanía, cuando sus protestas no son escuchadas.
La valentía de estos jóvenes, que podrían representar el sentimiento generalizado de los universitarios, deja también en entredicho, al tratarse de los mejores estudiantes del País, la teoría de que quienes se manifiestan en la calle son alborotadores profesionales, sin oficio ni beneficio y constituye una llamada de alerta con mayúsculas, para un gobierno absolutamente desligado del sentir ciudadano, que impone de manera dictatorial sus decretos, maltratando e insultando, por norma, a todos aquellos que se atreven a manifestar su oposición, de la manera que fuere y siempre dentro de una legalidad vigente.
Si Wert ha sido herido en su orgullo, a lo mejor esto era una necesidad para contrarrestar su soberbia.
Ahora sabe por experiencia propia que los estudiantes no le quieren, que no piensan abandonar la lucha por conservar el derecho a una Educación  Pública de calidad y que así lo van a decir cada vez que tengan ocasión, independientemente de quién sea su interlocutor o de la importancia del acto que en ese momento se celebre.



domingo, 9 de junio de 2013

Pobreza al final de la vida


A partir de una fecha no muy lejana, la solidaridad que ha sido motor del Sistema de Pensiones español, dejará de tener importancia y los bolsillos de los nuevos jubilados, iniciarán una estrecha relación con la marcha de las arcas de la Seguridad Social, creciendo o decreciendo, en total consonancia con las fluctuaciones económicas que les depare un futuro, en principio, bastante incierto.
El concepto abstracto de crisis, que reiteradamente se viene cebando con la situación de los más débiles de nuestra sociedad, pero que hasta ahora había pasado de puntillas sobre las vidas de los mayores, se detiene ante la puerta de este colectivo para atacar sin compasión su más que probada vulnerabilidad, esgrimiendo el hacha de la pobreza sobre las cabezas de quienes lo forman y que han venido contribuyendo puntualmente,  durante todo su periplo laboral, a sostener el mismo sistema que ahora se derrumba , pillándoles bajo sus escombros.
Uno de esos comités de “sabios” nombrado por el Gobierno de Mariano Rajoy, ofrecía el viernes una rueda de prensa, absolutamente ininteligible para quienes no hayan cursado la carrera de Economía, pero que se jactaba, como viene siendo costumbre en todo lo que tenga que ver con el PP, de haber obrado para bien de las mayorías, aunque en este caso eso signifique una reducción drástica del nivel de vida para todos los pensionistas y augure para los más desfavorecidos de ellos, una vejez que los instala directamente en la miseria, sin ninguna esperanza de poder sobrevivir dignamente y absolutamente desprotegidos por el Estado.
 Finalmente, las exigencias europeas, se han ido cumpliendo una por una y todo el entramado de prestaciones públicas que tan bien han estado funcionando en este país, nos van siendo impunemente arrebatadas, con el único ánimo de hacer sostenible un sistema económico usurero y feroz, que engulle a los ciudadanos con su insaciable voracidad, privándoles de cualquier cosa que tenga que ver con el bienestar y colocándoles de manera permanente, sobre una línea de inestabilidad, en la que el miedo y la desilusión, constituyen su única compañía.
Se habla ahora de la esperanza de vida de los españoles, como un factor de riesgo en la sostenibilidad del Sistema de Pensiones, como si el hecho de haber conseguido una mejora considerable en la salud de los ciudadanos, fuera algo por lo que hubiera que pedir perdón a los magnates europeos y hasta se trata de hacer un cálculo personalizado de esa esperanza, para relacionarlo con la cuantía a percibir y que, por supuesto, bajaría, si las previsiones fueran buenas.
Quizá por eso, al mismo tiempo que se discuten los términos que incluirá el próximo decretazo que prepara el gobierno, se intenta la privatización paulatina de la Sanidad pública,  que empezará en breve, a privar a los más humildes de su derecho a la salud, ayudando en gran manera a que la longevidad, acabe por convertirse, simplemente, en un privilegio de los ricos.
Pero la vileza de estas acciones aún va más allá, porque no se puede ignorar que en los tiempos que corren y con más de seis millones de españoles  en situación de desempleo, las pensiones de los mayores, se han convertido en el sostén indiscutible de infinidad de núcleos familiares, que malviven, sola y exclusivamente, de la cuantía de esos ingresos.
Por lo tanto, si debido a la época de crisis, el nivel de dichas pensiones es a partir de ahora, reducido, sin que se haya solucionado primero, como sería de rigor, el problema del paro, el futuro que se abre ante nuestros ojos  no puede ser más desolador…y no sólo para los viejos.
El error de lesionar el Sistema de Pensiones, sin embargo, podría ser la última gota que colmara el vaso de nuestra aparentemente inagotable paciencia, pues al haber estado contribuyendo los mayores, con sus aportaciones mensuales, a la contención de la indignación de muchos miles de desempleados, han estado consiguiendo detener un más que probable estallido social, imparable ahora, si la posibilidad de supervivencia se hace inviable.
Y no es ya que los jubilados vayan a convertirse de repente en la chispa que haga saltar por los aires la estabilidad civil, sino que los que hasta ahora encontraban en su protección un modo de salir adelante, van a tener que asumir  que también esta posibilidad de salida, les está siendo vedada por la inutilidad de este gobierno y como ya hemos dicho muchas veces, no tener nada que perder, suele casi siempre generar una extrema violencia.
Por ser España el primero de los países europeos que se atreve a poner en práctica esta medida, las reacciones venideras son aún una incógnita incontestable y al no saberse todavía el apoyo político con el que contará Rajoy para sacar adelante el proyecto, los españoles aguardan con expectación las reacciones de los Partidos, sobre todo para tener claro a quiénes no deben votar nunca más, si es que deciden en algún momento, volver a emitir su voto.
La pobreza al final de la vida es el peor pago que puede recibir un trabajador honrado que culmina su vida laboral. Por eso no se puede perdonar a quienes se empeñan en hacer realidad esta tragedia colectiva.




  

jueves, 6 de junio de 2013

Errores imperdonables



El FMI, copiando en cierto modo el ejemplo de la Iglesia Católica, que pide perdón cuando las cosas ya no tienen remedio, dice ahora que se han equivocado con las exigencias que hicieron a Grecia, como condición para recibir el rescate y que la han llevado a una reducción drástica del consumo, un veinticinco por ciento de paro y un alto índice de pobreza instalado en su población, que tiene visos de prolongarse, asuman o no su equivocación, los usureros europeos.
Cualquier estudiante de Bachillerato de la Educación Pública española, esa que tanto critica Wert, se hubiera dado cuenta sin pasar por ninguna Facultad, que las medidas propuestas por Europa a los países del sur y, principalmente a Grecia, al producir como efecto inmediato un altísimo desempleo, estaban abocadas al más estrepitoso de los fracasos.
De poco o nada sirve ahora a los griegos el arrepentimiento de estos iluminados que les han llevado a la ruina y que nunca han querido escuchar el clamor popular que se oponía diametralmente al camino que habían tomado, supuestamente, para remediar esta crisis.
Fragmentado el País y vendido al mejor postor por la inutilidad de sus políticos, bastante similar a la de los nuestros, la fingida contrición que aparentan los miembros del FMI mientras suplican el perdón de los ciudadanos, no tiene el menor viso de credibilidad, dada la calidad moral de los suplicantes.
En justicia, Grecia debiera exigir ahora la urgente reparación del error y que el FMI aportara una fuerte inversión dedicada exclusivamente a la creación de puestos de trabajo, que saquen a los griegos del precipicio al que fueron arrojados, sin piedad, por la señora Lagarde  y sus socios.
¿Y qué pasará con los otros países y en especial, con el nuestro? ¿Es el arrepentimiento extensible a todos aquellos a quienes han ido maltratando con sus exigencias de recorte, o como aún no han llegando a la categoría de catástrofe que azota Grecia, siguen considerando válidas sus inteligibles propuestas y hemos de seguir recortando en salarios, pensiones y partidas sociales, para merecer su atención y su propósito de enmienda?
La esperpéntica imagen de este organismo, que durante los últimos tiempos ha sido la guillotina que ha segado las ilusiones y las esperanzas de media Europa, cae por fin, estrépitopsamente empujada por su ineptitud y se muestra ante nuestros con toda la crudeza que pone la realidad en los rostros de los fracasados.
En buena lid, si son ellos los que reconocen haberse equivocado, que empiecen a pagar por ello, de la misma manera en que nos han hecho pagar a nosotros, con sangre, sudor y lágrimas.



miércoles, 5 de junio de 2013

Tolerancia cero


El recrudecimiento de la violencia de género, detectado en estos últimos meses, obliga a una revisión urgente de las medidas legales que suelen adoptarse en nuestro país, e invita al gobierno de Mariano Rajoy a posicionarse claramente en esta cuestión, sobre la que siempre ha mantenido una ambigüedad imperdonable.
Es verdad que las órdenes de alejamiento pueden haber evitado muertes y que la concienciación ciudadana se ha elevado con respecto al pasado, pero lo cierto y verdad es que las mujeres siguen en innumerables casos, atemorizadas por sus agresores, sin que haya medios reales para establecer una vigilancia permanente, que las proteja de esta plaga que tantas víctimas les ha costado, desde que decidieron que su dependencia del varón había terminado y que tenían derecho a tener vida propia.
Una gran parte de la culpa de lo que ocurre la tiene la educación diferenciada que muchas familias practican con sus hijos, preservando los privilegios que por cuestión de sexo, han tenido los hombres desde tiempos inmemoriales y que les exime, por ejemplo, de las labores domésticas, en lo que sería un primer paso hacia la consolidación de un carácter machista, que después perdurará durante toda su vida.
Tampoco se hace suficiente hincapié en que la tolerancia con el maltrato ha de ser nula, sobre todo en edades adolescentes, mostrando a las hijas que el camino de la igualdad es el único posible cuando se establece una relación, por lo que a menudo tropezamos con chicas muy jóvenes, que continúan viendo en los celos una prueba de amor y que toleran diariamente actitudes de violencia verbal, e incluso física, justificándolas y agradeciéndolas e incluso refiriéndolas en público, como una forma de pasión envidiable, que hace única la relación que mantienen.
La cruda realidad se encarga siempre de demostrar la falsedad de este argumento y el paso de los años, coloca al maltratador exactamente en su justo papel, en cuanto los celos adolescentes empiezan a transformarse en una idea obsesiva de poseer a la persona con la que conviven, anulando su personalidad y llegando hasta el asesinato, con tal de demostrar su prepotencia-
La labor de los padres en estos primeros pasos de noviazgo precoz, ha de ser obligatoriamente contundente y la lucha diaria en este sentido, ha de estar orientada a dejar claro que la libertad individual y el desarrollo de la personalidad de cada uno, debe estar por encima de cualquier intento de anulación por parte de quien se tiene enfrente, dando lugar de persistir, a un abandono inmediato de la relación y a una denuncia, si el individuo tras el adiós, practicara el acoso, a través de llamadas telefónicas, seguimientos o en las redes sociales, que tan de moda están, en los últimos tiempos.
En el caso de los hijos varones, la educación en el respeto a la mujer y su práctica en casa por parte de los padres, es la piedra angular en el proceso.
Aplaudir actitudes machistas, como las que convierten a los hombres en el centro del universo, ninguneando el papel de la mujer en la sociedad y relegándola únicamente al de madre y esposa, potencia sobremanera el sentimiento de falso orgullo que ha prevalecido durante siglos en el mundo, e impide a quien lo tiene, avanzar en el pensamiento de complicidad que toda pareja necesita.
No se puede ser conservador en esto. Sin una mínima dosis de progresismo, esta cuestión estaría enquistada en el pasado y la lucha que las mujeres han mantenido por conseguir la igualdad, estaría perdida de antemano y sin remisión posible.
Es pues labor de los gobiernos, del signo que sean, desligar la ideología de lo que es justo, en lo que a este tema se refiere, sin dar tregua a los que aún creen que las personas pueden ser de su propiedad y convierten la vida de sus parejas en un infierno, empleando a diario como única arma, la violencia.
Los pasos atrás que pudieran darse, empleando como argumento razones de pura ideología, traerán siempre consigo más pérdidas de vidas humanas y un aumento de los casos que ya tenemos, al no haber efectivos policiales suficientes, para combatir lo que ocurre.



martes, 4 de junio de 2013

La más pura inmoralidad


No le basta al Banco de España con haber contribuido grandemente al hundimiento económico del País, consintiendo gestiones como las de Bankia y cerrando los ojos ante la venta de productos como las preferentes, sino que además permite a sus gobernadores hacer pronunciamientos periódicos sobre la marcha de la economía, como si la responsabilidad de la crisis que padecemos no estuviera directamente relacionada con el sector al que pertenecen y la deuda adquirida por el rescate que han necesitado, no hubiera generado un empeoramiento de los problemas de todos los españoles.
Este último, cuyo nombre no merece siquiera mencionarse en esta humilde página, aboga descaradamente y sin ningún rubor por una bajada inmediata de la cuantía del salario mínimo y por una urgente supresión de los convenios colectivos que rigen desde hace años, las subidas de sueldo de los trabajadores por sectores y que se habían gestionado hasta ahora con total normalidad, incluso antes de la llegada de la Democracia.
Las palabras de este individuo que ocupa por designación dáctil uno de los puestos mejor pagados de la Nación, cruzan todas las líneas éticas establecidas y son un ejemplo indiscutible de la más pura inmoralidad que reina en el territorio nacional y especialmente, en todas las parcelas que tengan que ver directamente con el dinero, sean o no, parte de la estructura oficial del estado.
El mensaje no puede ser más demoledor e inadmisible, pues aunque se quisiera buscar algún viso de buena intención en sus palabras, inmediatamente tendría que surgir la comparación entre el modo de vida que disfruta el que las pronunció y el  del resto de los trabajadores, que en este caso serían los afectados por las medidas propuestas, además de haber tenido que soportar las ya aplicadas por el Gobierno de Rajoy, sin contar con su parecer y a golpe de decreto.
Poco o nada importa a este personaje el bienestar del País, ya que acomodado en su posición de privilegio de manera inamovible, mientras siga como un cordero las directrices de quién lo nombró, cualquier eventualidad sufrida por el conjunto de la sociedad le es ajena, siempre que la Banca a la que representa, pueda salir airosa del atolladero en que se metió durante los años  de bonanza inmobiliaria y que tantos sacrificios está costando a los españoles, que no tenían arte ni parte en tan disparatados entuertos.
Y sin embargo estas sugerencias, bien podrían ser aceptadas de buen grado por el gobierno de la derecha, acorralado como está por la gravedad de los acontecimientos y llevadas a la práctica, apoyándose en el argumento de que provienen de un auténtico experto en la materia, independientemente de si tal experto tiene o no la suficiente moral, como para ponerse en la piel de los demás, que en este caso somos todos nosotros-
Reducir aún más los salarios y hacer desaparecer los convenios, no solo supondría, sin embargo, una reducción drástica del consumo, sino que situaría ipso facto, dentro de la más absoluta pobreza,  a un buen número de familias que ya malviven con lo que ahora obtienen como pago de su trabajo, cuando tienen la suerte de encontrarlo y la Reforma Laboral de Rajoy no los pone en la calle sin discusión, al poco tiempo de haberse incorporado al mercado laboral.
La lógica aconsejaría, precisamente, lo contrario, si se quiere empujar a las familias a consumir, para que no se termine de arruinar el sector del comercio, que ya está padeciendo de manera insostenible el paso del huracán que nos azota y que no encuentra respuesta a su oferta, al estar los bolsillos de los españoles, cada vez más vacios.
El gobernador del Banco de España haría muy bien en dedicarse con ahínco a sus funciones, en lugar de emplear su tiempo en aspirar a ser estrella de la televisión, haciendo declaraciones de este calado ante las cámaras, con una desvergüenza tal, que resulta difícil encontrar calificativos que reflejen lo que verdaderamente representan.
Tampoco estaría mal que el Gobierno llamara al orden al personaje, haciéndole comprender que no entra dentro de sus competencias asesorar a nuestros mandatarios con propuesta alguna y que lo suyo ha de ser, intentar reflotar las arcas del País, dedicando, por ejemplo, ese tiempo que pierde en opinar, en vigilar intensivamente y sin piedad, los comportamientos de los que tan buenas razones han dado, para que se les responsabilice de una gran parte de nuestro fracaso.
Al final, hará bueno a Fernández Ordoñez. Vivir para ver.