viernes, 30 de julio de 2010

Secretarios de organización





Esto de tener hijos, como ya hablábamos alguna que otra vez, implica fundamentalmente asumir que nuestra prioridad son siempre sus asuntos debiendo la mayor parte de las veces relegar los nuestros a un discreto segundo plano.
Esta verdad que descubrí hace bastante tiempo se hace mucho más patente cuando aquellas criaturas maravillosas a las que acunábamos se hacen adultas y se incorporan al frenético mundo que nos lleva como en una balsa por los rápidos de un caudaloso río.
Empiezan entonces a multiplicar por diez mil nuestras preocupaciones empujándonos veladamente a su habitual ajetreo en la equivocada certeza de que nuestras fuerzas físicas son absolutamente equiparables con las que por edad, ellos disfrutan y cuentan con nuestra mansa disposición para cuanto eventos pasen por sus atolondradas cabecitas sin percatarse de que no estamos a su altura ni en animación, ni en calendario.
Esto venía a ofrecer una explicación a mis lectores de porqué cuelgo el artículo cuando ya casi termina el día y la razón no es otra que la de haber tenido que romper mi rutina cotidiana en favor de unos y otros sin que finalmente no me haya quedado tiempo ni de pensar un tema, ni mucho menos de escribir sobre él.
No acompaña demasiado este final de Julio de connotaciones saharianas que derrite el asfalto de las calles de esta ciudad, aunque esto no parece impedimento para quien goza de la suficiente juventud y prisa en llevar a cabo lúdicos propósitos a la velocidad del rayo.
Así pues, llega un momento en que uno mira con un deseo vehemente su sofá anhelando el respiro viajero que suele acompañar los fines de semana de nuestros retoños y busca ansiosamente un minuto de sombra y de silencio para hacer lo que en realidad le gusta que no es más que emborronar unas páginas para lanzarlas al vacío de el aire que compartimos a diario vosotros y yo.
Como para los padres el destino es incierto, no queda otra que poner toda la esperanza en la recóndita ambición de que la semana venidera traiga vientos apacibles y un poco de calma a la calenturienta imaginación de estos secretarios de organización que hacen que nuestra agenda alcance un grosor superior a la del presidente de cualquier gobierno.

miércoles, 28 de julio de 2010

Clarines de gloria



Cataluña vuelve a dar un ejemplo de cordura en sintonía con los tiempos y suprime el vandálico espectáculo de las corridas de toros evidenciando una superioridad mental sobre el resto del territorio que se empeña en sostener el maltrato animal como forma de divertimento.
Inmediatamente, los defensores de la mal llamada fiesta nacional buscan pretextos políticos alegando fantasmas antiespañolistas en esta decisión sencillamente racional, intentando a la desesperada permanecer anclados a un pasado torturador disfrazado de un arte que jamás lo fue.
Y lo de menos es que las connotaciones que han llevado al Parlamento catalán a votar esta ley se ciñan a razones nacionalistas. A veces, unos territorios demuestran su inteligencia más que otros y de sabios es reconocer el mérito a quien se adelanta mejorando el camino para quienes después les seguirán.
El sufrimiento que se ahorrará a loa animales con esta ley no es más que el principio de lo que seguramente acabará por imponerse en todo el país y si el debate se abre ahora es seguramente por tratarse de Cataluña la que se anticipa a los demás en la aplicación de la sensatez.
Si es verdad que la tauromaquia es específicamente española, es una característica de tipismo que roza la barbarie. No todo lo típicamente español es sinónimo de perfección y por tanto, sería conveniente modificarlo para bien.
Da igual si las propuestas parten de un territorio u otro. Todo es susceptible de ser mejorado y los hábitos carpetovetónicos de estos festejos recuerdan demasiado la incultura de un pasado que sería plausible ir olvidando.
Hay que felicitar a Cataluña por la valentía de su decisión. Los toros lo harían si gozaran del beneficio de la palabra y mucha más gente de la que se piensa hoy ha respirado al saber que al menos en una parte de esta nación, el sufrimiento animal se ha terminado para siempre.

martes, 27 de julio de 2010

Agravio comparativo

Acaba de cerrarse un nuevo proceso de oposiciones para Enseñanza Secundaria sin que una vez más, se corrijan los imperdonables fallos que se dan en esta convocatoria y que causan un grave perjuicio a los recién licenciados que decidieron concursar en ellas.
Esta vez, la crisis ha mermado severamente el número de plazas convocadas y como siempre, la igualdad de oportunidades ha brillado por su ausencia favoreciendo descaradamente a los interinos en la adjudicación de los puestos.
Es de lógica que un joven que acaba de terminar la carrera carezca de experiencia y por añadidura también de los puntos que se van acumulando durante los años trabajados. Sin embargo, se ven obligados a concursar a la par que individuos con un currículum profesional abultado que a la hora de concurrir al concurso de méritos, ya les ha reportado una parte importantísima de la nota frente al máximo de tres que pueden conseguir los novatos a base de hacer cursos homologados y ver mermadas sus posibilidades económicas. Por si esto fuera poco, últimamente a los interinos se les ha eximido de hacer la segunda parte del examen oral a cambio de la presentación de un informe que al ser calificado siempre por compañeros, suele obtener la máxima valoración sin que nadie pueda discutirlo.
Las diferencias entre los participantes de las oposiciones, constituye a mi modo de ver un claro agravio comparativo, ya que incluso con el mejor de los expedientes académicos, los jóvenes no pueden en ningún caso competir con quienes haciendo uso de la interinidad, acumulan una trayectoria que ya por edad, es imposible de alcanzar por quien empieza.
No se premia la cultura del esfuerzo, ni se contemplan las horas de estudio que los chavales han dedicado durante al menos un año, a la preparación ilusionada de la oposición y al final, incluso obteniendo sobresaliente en el examen escrito, las plazas en propiedad son siempre para quienes no es la primera vez que concursan, como si no haber aprobado en otras ocasiones tuviera premio.
Sería urgente que en las convocatorias venideras se separaran las plazas convocando para los interinos en régimen interno y para los que no lo son en concurso abierto y en igualdad de condiciones, como marca la misma Constitución que nos rige. De esta manera habría muchos menos sueños rotos y las personas que se han dejado el aliento en el camino probablemente verían recompensado su esfuerzo.
No sé si habría lugar a denuncia en esta merma de derechos que han de sufrir quienes serán nuestro futuro, pero sería conveniente estudiarlo por lo que conlleva de injusto y doloroso.
Y sobre todo, habría que contemplar como primordial en la obtención de plaza los conocimientos reales que de una asignatura tiene quien oposita. Lo agradecerían sin duda los futuros alumnos que nada tienen que ver con la fuerza del sindicato de interinos y mucho con lo que se les pueda transmitir y con el poso que les pueda quedar para el resto de sus vidas.

Tengo la paz y la palabra





Cuando en 1995 Blas de Otero pedía la paz y la palabra abriendo sus desgarrados versos a la corriente social, la vida cotidiana de nuestro país no era más que un deambular de seres asustados que aún se movían entre las ruinas devastadoras que en sus adentros había dejado la posguerra,
La dictadura franquista en el poder presumía de una paz ficticia que sólo acogía bajo su manto protector a sus incondicionales ignorando hasta la anulación a todos aquellos que se atrevían siquiera a pensar en soledad de manera diferente haciendo que la mentalidad de toda una nación permaneciera anclada en un oscurantismo desolador, huérfano de talento para avanzar en ningún campo que significara un poco de culto a la libertad.
Este poeta, que se atrevió a escribir en minoría desafiando la amenaza de los adeptos al régimen y silenciado hasta la saciedad por las editoriales de turno, exigía en un grito sordo y contundente las dos cosas que mas añoraban los espíritus libres de aquel tiempo: una paz verdadera y la posibilidad de expresar sin represión cualquier sentimiento que acudiera a la boca.
Estos hombres abrieron a golpes el camino para quienes les seguimos en la historia arrimando su esfuerzo y sacrificando el reconocimiento de sus obras en aras de la vida que hoy gozamos y que legaremos a nuestros hijos si los hados no se tuercen.
Tengo la paz y la palabra, soy absolutamente libre de plasmar mi pensamiento en un papel y diseminarlo por el mundo a través de esta página. Lo hago asentada en un país probadamente pacifista, ajeno por voluntad a los entresijos bélicos de las grandes potencias y afortunadamente, quedaron atrás las imposiciones dictatoriales que nos obligaban a hablarnos en susurros.
Ayer releía la obra de Blas de Otero que a pesar de ser tan puntualmente representativa de una época, todavía me conmueve al contemplar su vigencia en ciertos temas y el reflejo histórico que sus versos transmiten ayudándonos a comprender la amargura que probablemente representó tener que desenvolverse en un entorno como aquel.
Y hago a la vez un llamamiento a los poetas, porque quizá nos hemos acomodado en la apacibilidad de nuestro momento sin ser capaces de dar un primer paso en el campo de la poesía social, tan necesaria.
Es probable que de pararnos a pensar en las carencias que sacuden este mundo de vértigo del que somos protagonistas, nos invadiera un deseo de denuncia que ahora sí, en libertad, sacara de nuestro interior materia suficiente para dejar constancia de lo que vemos y necesitamos.
Y puede que cuando pasen unos años alguien, en algún medio novedoso de entonces, recuerde con sus palabras nuestros versos y se emocione todavía con ellos.

domingo, 25 de julio de 2010

El último concierto





Si nos parásemos un momento a pensar en el peligro que corren nuestros jóvenes cuando salen de casa, un escalofrío podría recorrernos la médula espinal hasta dejarnos sin aliento.
Desde el momento en que se permitió que los espectáculos se masificaran sin control sobrepasando los aforos de los recintos, los espectadores abandonaron la categoría de personas para convertirse en una especie de manada a la que conducen sin consideración a los escenarios de la locura.
De esos barros vienen lodos como la tragedia acaecida en Alemania este fin de semana dónde casi una veintena de chavales han perdido la vida pisoteados por una avalancha humana cuando intentaban acceder al que iba a ser su último concierto.
La edad todavía no permite ser consciente de hasta qué punto uno puede llegar a ser utilizado y exprimido por aquellos cuyo único interés radica en redondear los beneficios de un negocio en alza y hasta puede llegar a encontrar un divertimento en las incomodidades de la masificación durante las horas previas a un macroconcierto sin llegar a plantearse la posibilidad de correr algún riesgo.
Pasar noches en tiendas de campaña en la puerta de los estadios, esperar días enteros en las taquillas para conseguir entradas, se han convertido en hechos tan naturales, que a nadie se le ocurre plantear una queja a quien se limita a recoger el montante económico que generan este tipo de eventos.
Pero la realidad es que todo esto no sólo se sale y mucho de lo que debiera ser normal, sino que se acerca bastante a un abuso desconsiderado contra quienes por abonar el precio de una entrada están en su derecho de disfrutar de un espectáculo sin tener que embarcarse en estas odiseas.
Sin embargo, eximir de responsabilidad a quienes otorgan los permisos no sería de recibo y hay que decir que esta costumbre tan en boga en nuestro tiempo, también enriquece las arcas de los ayuntamientos convirtiendo en ciegos, sordos y mudos a los responsables municipales que autorizan tan deplorables acontecimientos sin pensar en las consecuencias que como se ha visto, podrían acarrear.
Tal vez sería el momento de ayudar a nuestros hijos a mirar la vida de forma diferente, a acostumbrarlos a exigir respeto a su dignidad como individuos y a convencerles de que no forman parte de ningún tipo de ganado al que manejar hasta los lugares en que puedan dar mayor rendimiento.
La música y en general las artes, siempre han sido consideradas como una fuente de belleza para admirarlas en apacible tranquilidad y no una especie de locura que nos lleva a túneles de muerte que no llegan a ninguna parte.


miércoles, 21 de julio de 2010

El patio



Será un milagro que el presidente logre apoyos para cuadrar los presupuestos del Estado en este ajetreado verano tórrido en temperaturas y noticias.
La oposición exhibe su incesante cantinela de anticipo electoral sin mostrar otro programa que una suerte de frases catastrofistas ligadas como un lastre a la trayectoria del líder del PSOE y que inevitablemente exige su inmediata renuncia al cargo que ocupa, pero sin visos de presentar una moción de censura que lo ayude a bajar con mayor rapidez del banco azul y por añadidura, de los aposentos de la Moncloa.
Rugen los nacionalistas de mentirijillas sabiendo a ciencia cierta que el peso de sus votos vale lo que vale, es decir, mayor gestión autonómica y sobre todo, mayores prebendas económicas para sus siglas que es de lo que en el fondo, se trata.
Los partidos minoritarios ya ni siquiera cuentan en sus exposiciones ante la Cámara con la presencia del señor Rajoy que debe estar afilando los cuchillos en los sótanos de Génova en espera de hincar el diente al banquete que se avecina por mucho que no cuadren las cuentas o se congelen las pensiones.
No parecen interesar las otras vías en este bipartidismo feroz de comadres barriobajeras que sólo ponen atención mientras jalean estrepitosamente las salidas de tono de sus portavoces haciendo desgañitarse al señor Bono en su inútil batalla de exigir respeto mutuo a sus señorías en las movidísimas sesiones que últimamente protagonizan.
El pueblo llano mira con estupor el lamentable espectáculo al mismo tiempo que hace las maletas para alejarse unos días del bullicio y sobre todo de la negra niebla que se cierne sobre su cabeza con esta interminable crisis de macroeconomías que nadie le explica en un lenguaje que pueda comprender.
Los unos, los otros, desconectarán en Agosto de sus rencillas y cargarán las pilas para afrontar el Otoño con gallardía en espera de las consecuencias de la huelga general anunciada por los sindicatos y de la entrada en vigor de la reforma laboral con sus temibles consecuencias.
A los cronistas no nos queda otra que seguir relatando la disparatada realidad cotidiana de esta pseudo política de adoración al poder y desear que no nos salpique su empalagoso hedor impidiéndonos ser libres.
A veces se añoran otros tiempos, cuando todavía uno creía en la limpieza de sus gobernantes y soñaba con que el discurso que salía de sus bocas era verdad.

martes, 20 de julio de 2010

De altos vuelos

El estrés post traumático sufrido por el colectivo de los controladores aéreos tiene una explicación meridianamente clara y no sé yo quién se atreve a poner en duda la veracidad de sus historias médicas.
Es fuerte que rompan tu apacible existencia publicando a doble página en todos los periódicos del país la cifra exacta de tu salario, que se atente gravemente contra tu intimidad convirtiéndote en el centro de todas las miradas de los pobres diablos que nunca estarán a tu nivel, ni sumando toda una vida laboral en una cartilla de ahorro.
Hasta ahora, estas águilas de cabina hacían y deshacían a su antojo desde las alturas inalcanzables de sus millonarios puestos organizando mayestáticos alborotos justamente en los días más calientes de las vacaciones, sin que desde ninguna instancia se hiciera otra cosa que ceder a sus pretensiones año tras año sólo por evitar el desbarajuste organizado en los aeropuertos mientras duraban sus huelgas.
Si su ejemplo hubiera cundido en toda la clase trabajadora, los mileuristas no habrían existido jamás y el estado de bienestar común a todos los españoles se hallaría en un estatus de riqueza jamás igualado por ninguna nación del mundo.
Se echaron las manos a la cabeza cuando el ministro Blanco habló por primera vez de sus honorarios y no era para menos. No es fácil superar la nómina de un ministro y ellos la superaban con creces.
A nadie le gusta perder, es evidente, pero comparativamente hablando, la aportación a la crisis de los controladores no hace la mella que pueden hacer cien euros mensuales de merma para un humilde trabajador de cualquier ministerio.
Sin embargo, salta la noticia de que la inmensa mayoría de esta clase privilegiada se encuentra en situación de baja laboral por estrés como si no hubieran sido capaces de digerir su situación actual hasta el punto de enfermar colectivamente, otra vez, durante las vacaciones de verano.
¡Pobre gente! ¡Qué desastre para su economía tener que contribuir con el Estado de la mano de los pobres mortales que arrastran hipotecas y facturas de hipermercado sin llegar nunca a fin de mes!
No obstante, se me ocurre que los profesionales de la medicina tendrán mucho que decir ante tan inusual epidemia, pues es su firma la que certifica la veracidad del diagnóstico y la que a lo largo del tiempo corrobora la existencia de la enfermedad y su tratamiento.
Las consultas de salud mental han de encontrarse sin duda abarrotadas de lánguidos controladores al borde de la depresión o ya inmersos en ella y los psiquiatras deben estar elaborando alguna teoría de por qué una profesión hasta ahora inocua produce repentinamente un brote inusitado de síntomas que precisan un largo reposo y cuidados en el domicilio familiar.
Habrá que tener cuidado si finalmente se militariza el sector para cubrir las bajas, no sea que nuestros soldados acaben siendo víctimas de un contagio masivo y los médicos militares se vean obligados a ingresarlos en las dependencias de los hospitales bajo vigilancia de tan extraña actitud. O lo que es peor, a ver si se van a contagiar de las aspiraciones económicas de esta gente y van a empezar a exigir cobrar el sueldo que cobraba quien les antecedió en el puesto sentando un precedente en la milicia que incite a la tropa a una especie de rebelión social.



lunes, 19 de julio de 2010

La imposibilidad del perdón





En el año 1996, tras el asesinato de su hermano por la banda terrorista Eta, Enrique Múgica pronunció la frase mas contundente y lapidaria que se había oído en boca de cualquier familiar de víctimas hasta entonces: “Ni olvido, ni perdono” –dijo- y su sinceridad sonó tan rotunda que por primera vez, el país entero sintió una corriente de cercanía con quien manifestaba de una manera abierta y lógica todo el peso de su dolor.
Los otros allegados habían adoptado una postura de cierta conformidad fatalista en un durísimo periodo de extrema violencia mostrando un deseo unánime de que alguna vez llegara la paz, dando incluso por buenas sus pérdidas si el curso de la historia llegaba a convertirlas en las últimas.
Múgica, con su frase, puso las cosas en su sitio y evidenció la imposibilidad de llegar a perdonar una atrocidad como esta para cualquier persona de bien a quien le fuera arrebatado un ser querido en tan espantosas circunstancias.
La noticia de que arrepentidos de Eta están siendo de algún modo reinsertados en la cárcel de Nanclares de Oca le da, después de catorce años, la razón. Aunque estas personas hayan cumplido su débito con la sociedad y hayan manifestado su arrepentimiento, no es suficiente para los familiares de las víctimas y el camino del perdón es sin duda el más largo y tortuoso que el hombre se ve obligado a recorrer.
No es nada afortunada la publicación de noticias como esta y aunque estemos de acuerdo en que cumplen con la estricta legalidad, las heridas abiertas son profundas y probablemente irreconciliables con el frió raciocinio que debería llevar a su comprensión y asunción.
Da igual si quienes son merecedores de estas medidas de favor fueron en su momento miembros significados de la organización, da igual el tirón mediático que su arrepentimiento pudiera provocar en una parte de quienes aún defienden los métodos terroristas e incluso da igual si verdaderamente son sinceros. Para quien tuvo la mala fortuna de ver su vida truncada por un acontecimiento de tan nefastas consecuencias, la sola idea de imaginar cierta normalidad en los actos cotidianos de los responsables de su dolor, es ya volver al recuerdo de las horas amargas y abominar de otra opción que no sea la de una culpa pagada con toda una existencia de sinsabores y malas experiencias.
Hay que entender sin reservas esta imposibilidad de misericordia y ponerse en la piel de los que sufrieron en primera persona algún ramalazo de violencia intentando suavizar las malas sensaciones que en ellos provocan estas crónicas que reiterativamente aparecen sin permitir nunca dulcificar el recuerdo ni aprender a vivir sin el sobresalto de una cercanía física con los culpables de lo acaecido.
Si en justicia estos presos merecen ser reinsertados, hágase con discreción, sin el aspaviento de las portadas de los periódicos y poniendo cierta distancia con quienes seguramente jamás perdonarán.
Si ya cumplieron su condena, no quedará para los familiares de las víctimas mas remedio que acostumbrarse a la idea de que en alguna parte, estas personas vuelven a formar parte de un entorno pero si fuera posible que no se diera la coincidencia de tener que cruzárselos cualquier día en cualquier esquina, tal vez consiguieran al menos olvidar que existieron y cuánto daño les hicieron hace tiempo…




domingo, 18 de julio de 2010

Ario-zona





Poner en práctica métodos como el que preconiza la Ley Arizona conlleva sin duda una serie de riesgos añadidos que aunque escapan a la comprensión de la gente de bien, acaban asentándose con cierta naturalidad entre personas simpatizantes de ciertas creencias excesivamente conservadoras.
Un buen número de americanos ve en la frontera con Méjico no una línea imaginaria que separa su territorio de otra nación con identidad propia, sino un peligro de contaminación racial que amenaza la pureza inmaculada del país más poderoso del mundo con un indeseado mestizaje que podría acabar por dilapidar el sueño de limpieza con el que siempre pretendieron encandilar al mundo.
Era de esperar que más pronto que tarde, esa idea de pureza cristalizara políticamente en el nacimiento de grupos que se ofrecieran como garantes de la vigilancia fronteriza ayudados por la fuerza incontestable del armamento que permite una ley cuya flexibilidad tantos disgustos ha dado a lo largo de los últimos años.
Estas patrullas paramilitares formadas casi en su totalidad por antiguos marines, perfectamente adiestrados para situaciones extremas, declaran sin ningún rubor su pertenencia a un partido nacional-socialista y son admitidas por los representantes legales como imprescindibles colaboradoras en el empeño de acabar con la inmigración ilegal, con prácticas que casi siempre acaban en resultado de muerte.
Nadie parece escandalizarse de tan abominable conglomerado de sucesos, muy al contrario, la mayoría de los habitantes de las zonas fronterizas aplaude la iniciativa como salvaguarda de un modo de vida que considera desequilibrado por la llegada de los ilegales con sus costumbres tercermundistas.
El claro desprecio de estos núcleos por la vida humana puede verse no obstante, acompañado por un crecimiento rápido de su ideología entre los pobladores de estos territorios llegando a representar una inquietante tendencia contra toda democratización si se sigue permitiendo su impunidad en este genocidio arbitrado por quienes siempre presumieron, precisamente, de haber conseguido la extinción del nazismo durante la segunda guerra mundial.
Y mientras el recurso presentado sobre la Ley Arizona sigue sus cauces legales ¿cuántas personas quedarán tendidas en los campos americanos por el simple hecho de buscar una mejora salarial o simplemente por tratar de huir de la peligrosísima cotidianidad que azota Méjico en sus guerras internas con el narcotráfico?
La realidad no tiene visos de ser corregida con carácter de urgencia, tal vez porque la autonomía de los Estados de Norteamérica confiere total independencia en sus decisiones a cada uno de los miembros de esta Unión cerrando los ojos a lo que sucede tras las puertas de sus vastísimos territorios.
Sin embargo, esta depuración genocida de tinte racial atenta contra los derechos internacionales y por tanto, debiera ser reprendida desde los organismos pertinentes prohibiendo la proliferación de estas ideologías y sancionando duramente a Estados Unidos, de persistir en su actitud.
Pero quienes se dejan la juventud a escasos pasos de conseguir un sueño, no son precisamente miembros de colectivos capitalistas ni hijos de banqueros, ni tan siquiera líderes de grupos políticos antiglobalización, son simplemente pobres sin nombre que se atreven a intentar escalar posiciones en una ascensión que les está vetada a proiori por los supuestos defensores de la verdad. A nadie importan sus desgraciadas historias y por tanto, difícilmente nadie defenderá su derecho a elegir un camino poniendo fin a los sistemas empleados para frustrar sus esperanzas.








jueves, 15 de julio de 2010

Orgullo en Buenos Aires



La valentía de Argentina al convertirse en el primer país hispanoamericano en aprobar el matrimonio entre homosexuales se alza hasta el primer puesto de las noticias del día relegando los resultados del debate del Estado de la Nación a un discreto segundo plano de importancia.
La feroz discriminación por razones de sexo a que se ha sometido al colectivo homosexual podría ser comparable a la que durante siglos han soportado las mujeres, pero además, la errática excusa de que este tipo de sexualidad representaba un grave problema de salud, ha añadido un enorme lastre a la lucha para que se le reconociera derechos tan fundamentales como el de la libre expresión para poder manifestar abiertamente sus tendencias.
Es tan grave la represión que sobre estas personas se ha ejercido durante toda su vida, tan fuerte su desamparo ante la justicia y las leyes que en justicia, debieran ser recompensados por los agravios recibidos y los Estados tendrían que avergonzarse de su propia irracionalidad al olvidarlos.
El precedente que Argentina protagoniza representa un rayo de esperanza para los homosexuales de toda Sudamérica que para poder legalizar su situación de pareja, se veían obligados hasta ahora, a viajar a países como España u Holanda, con el desembolso de una gran cantidad de dinero que no todo el mundo se podía permitir.
Es de esperar que cunda el ejemplo argentino y otras naciones del cono sur se animen también a dictar leyes que protejan la igualdad jurídica de estas parejas reiterativamente empujadas a la marginalidad, permitiéndoles una estabilidad emocional en sus relaciones y una normalidad merecida en los asuntos económicos que generan durante su convivencia.
Negarles el derecho fundamental al matrimonio o la paternidad es apartarlos de una armonía democrática adquirida per se en cualquier Constitución defensora de los derechos humanos y la igualdad entre los miembros de una comunidad.
Como siempre, se rasgarán las vestiduras los que alegando razones religiosas, querrán seguir escudándose en el fanatismo como su medio de vida, pero si se analizan a fondo las doctrinas que tanto defienden, rápidamente se verá que en ninguna se alude ni siquiera someramente a estos casos y que sólo se trata de un miedo ancestral a las diferencias que tan interesante hacen el mundo.
Hoy estamos al lado de quienes levantan la bandera del arco iris en las ciudades argentinas con la esperanza de que el futuro que llega será mucho mejor que los oscuros episodios en los que se han visto obligados a desenvolverse prácticamente hasta el día de hoy.
Y la noticia es una gran bienvenida al mundo de los seres libres en los que ninguna clase de amor ha de tener fronteras ni cortapisas que lo ahoguen sino ventanas abiertas que lo dignifiquen en calidad de lo que es, simplemente amor.

miércoles, 14 de julio de 2010

Sin apoyos




El Debate sobre el Estado de la Nación ha empezado como era de esperar, con críticas durísimas para la trayectoria del presidente Zapatero.
El líder de la oposición con oratoria de cierto corte decimonónico, ha optado por empezar su exposición ofreciendo una serie de citas textuales de la cabeza visible del país que han resultado luego diametralmente opuestas a las promesas que en ellas se contenían.
Son los políticos poco cuidadosos en sus afirmaciones a micrófono abierto sin percatarse de que siempre uno es esclavo de sus palabras y que en la época que corre, los medios de comunicación guardan escrupulosamente memoria exacta de cuanto acaece y es muy fácil acceder a cualquier información de este tipo, incluso después de transcurrido el tiempo.
Pierde el presidente por goleada, ya que apoyar sus insostenibles medidas en materia económica resulta difícil hasta para los suyos, pero causa enorme sorpresa ver al señor Rajoy convertido en garante de los derechos sociales mencionando las dificultades de los más desfavorecidos como si la formación de la que procede hubiera repentinamente abrazado la doctrina socialista invirtiendo sospechosamente el papel que le toca representar.
Se lo ha puesto tan a tiro de piedra Zapatero, que hasta un niño de tres años le ganaría la mano en el debate sólo con enumerar las renuncias ideológicas que acostumbra a practicar últimamente.
Ni un solo apoyo para sus disparatadas teorías deja muy claro el hartazgo de la Cámara y subyace un deseo a veces manifestado y otras no, de que la Legislatura termine y se convoquen nuevas elecciones.
No están contentos ni siquiera los socorridos partidos nacionalistas. Los catalanes abominan de la sentencia del Tribunal Constitucional contra su flamante Estatut y los vascos de la política de Patxi López a quien no perdonan la pérdida de su largo reinado, ni su intransigencia con los radicales a los que ellos no se atrevieron nunca a frenar,
La izquierda naturalmente, ve un giro descarado a la derecha en las políticas económica y social y defiende la movilización de los trabajadores haciendo una mención directa a la legitimidad sindical para convocar una huelga general ante la clarísima merma de derechos que les ha caído encima por decreto.
La pérdida de confianza del pueblo español, que tantas esperanzas puso en su día en este presidente, se refleja meridianamente en las intervenciones de sus representantes y el clima político parece haberse hecho irrespirable sin que haya visos de solución de no se produce un milagro de dimensiones extraordinarias.
Sin embargo, el gobierno no da la impresión de tener la intención de marcharse a no ser que lo exigiera Europa o se produjera una llamada de Obama, como ha ocurrido en otras ocasiones, pero la imagen que ofrece a los que queremos mirar es de una inseguridad mayestática más cercana a un estado agónico que a una posible recuperación que pudiera sacarlo del atolladero en que se encuentra inmerso.
Sinceramente, en cuanto pase el verano y la falsa ilusión de crecimiento en el empleo se desvanezca haciendo crecer las listas de parados, creo que no quedará para Zapatero otra salida que tirar la toalla y si como es de suponer, el partido popular vence en los próximos comicios, habrá que ir apuntando las promesas del señor Rajoy no sea que al final acabe también por desdecirse de ellas y no haya otro remedio que recordarle que es muy fea la costumbre de criticar a otro aquello que uno mismo practica.




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martes, 13 de julio de 2010

El respiro del presidente



El triunfo de la selección española en el mundial de Sudáfrica ha refrescado la mala imagen de Zapatero que hasta se ha permitido reír a carcajadas en los jardines de su residencia mientras saltaba junto a los jugadores aclamados por la afición.
La resaca de la borrachera de vanidad que ha sacudido el país en la jornada de ayer, le viene como anillo al dedo para hacer comparaciones de corte económico e incluso parece haber influido en los rostros acartonados del principal partido de la oposición que al menos, le ha concedido una tregua de veinticuatro horas en su acoso, para alabar a los triunfadores en tan glorioso evento.
Los medios informativos de cualquier tendencia tampoco han emitido en la jornada de ayer ninguna otra noticia, así que el día 12 de Julio del año actual quedará grabado en la memoria del presidente como el más tranquilo de su carrera política.
Incluso ha podido contemplar algo que jamás creyó llegar a ver: una unidad nacional absolutamente lejana de ideas nacionalistas, uniformada como la China maoísta, de rojo, echada a la calle con las mismas consignas y sin que tan siquiera los incidentes acaecidos hayan sido otros que un abuso incontrolado de la cerveza o algún desmayo debido a las altas temperaturas.
Miraba eso sí, el aurífero trofeo con ojos de querer exigir un trozo en contribución a la crisis, pero la cálida paz de la jornada pronto le sedujo a participar en ella abandonando por unas horas su ingrato papel de recaudador para disfrutar del ambiente.
No se había visto cosa igual en toda la historia de nuestra democracia y es probable que los ex presidentes que le antecedieron en el cargo incluso hayan llegado a envidiar con cierta malicia este regalazo que le ha traído el viento africano hasta las mismas puertas de la Moncloa.
Lástima que la felicidad, como todo lo que concierne al ser humano, acabe por ser efímera y la alegría por los triunfos de los otros remedien sólo en parte nuestros males porque cuando despertamos del dulce sueño, la realidad vuelve a atacarnos con el mismo desgarro del que por un momento, conseguimos huir.
Ya esta mañana, las declaraciones de sus contrincantes en la vida política evidenciaban que el baño de masas de ayer no había sido más que un paréntesis en su tremenda soledad aunque por un instante, albergara la ilusión de que los vítores y los aplausos eran solamente para él.

lunes, 12 de julio de 2010

Hora de celebrar




Pretender ignorar que la única y grandiosa noticia del día es la consecución de la copa mundial de fútbol por la selección española sería cerrar los ojos a una realidad con la que nos toca convivir y una necedad imperdonable.
Creo que me quedaré con la parte positiva de la historia que no es otra, que la de traer por un periodo efímero de tiempo un poco de ilusión a nuestra maltratada sociedad poniendo una pincelada de alegría en los rostros desencajados de quienes perdieron con esto de la crisis parte o la totalidad de su modo de vida.
En justicia, hay que reconocer a esta selección su capacidad de aglutinar a personas de muy diversas procedencias alrededor de la evolución de sus partidos con una unidad que para sí quisieran los políticos o las centrales sindicales del país.
Tampoco se puede ni se debe negar que la imagen de nuestros jóvenes jugadores pudiera representar un ejemplo a seguir por quienes están en la creencia de que su futuro depende en general, del poder adquisitivo de unos padres a los que nunca abandonarán mientras puedan proporcionarles cuantos caprichos precisen. Saber que el esfuerzo y la tenacidad en el trabajo tiene una recompensa no les vendrá mal.
Me ha emocionado sobremanera un reportaje elaborado en el barrio de Lavapies, mayoritariamente poblado por emigrantes de todas las nacionalidades que han adoptado como suyos los símbolos de la selección presumiendo de un orgullo español adquirido a saco en el tiempo que llevan con nosotros. Su celebración colorista y variopinta del evento en varios idiomas y danzas, sientan un claro precedente de las bondades del mestizaje y de cómo los corazones se emocionan por igual en cualquier rincón de este loco mundo.
Mañana todo habrá pasado y volveremos a pensar en el incierto futuro que nos aguarda quedando esta celebración como un grato recuerdo que nos visitó en un año crítico sacando a las calles la ilusión de que en cada uno de nosotros, de pronto nació un campeón.





domingo, 11 de julio de 2010

Una misma verdad




Mientras el sonido de las vuvuzelas se expande ensordeciendo el mundo y las miradas se posan en un estadio de Sudáfrica donde esta noche se juega la final de la copa mundial de fútbol, en una playa insignificante de nuestro país una patera con cinco cadáveres es recuperada por salvamento marítimo evidenciando otra cara de la moneda africana que mañana seguramente, ni siquiera será noticia.
Dos de los cinco fallecidos eran simplemente bebés que acompañaban a sus madres en la peligrosísima odisea de alcanzar un paraíso donde aspirar a una vida que los alejara de la miseria y el miedo convirtiéndoles en hombres dignos con derecho a un futuro mejor.
De los balcones del territorio que acaba de convertirse en su última morada cuelgan hoy miles de banderas bicolor que sus habitantes, movidos por la ilusión deportiva de ser finalistas en el campeonato,, han colgado a la espera de abandonar las calles en masa para mirar una pantalla de televisión con una locura colectiva que no puede permitirse ni una mala noticia.
El sufrido pueblo sudafricano ha realizado un gran esfuerzo convocando este evento, enviando a través de las ondas una cara de modernización que podría dar una idea de Africa diametralmente opuesta a esta otra realidad de muerte y desolación que visita nuestras costas con demasiada frecuencia. Los visitantes de las naciones participantes en este espectáculo millonario han poblado las calles de diversas ciudades con sus cánticos sin otra preocupación que la marcha de sus respectivos equipos en las diferentes fases de la copa y volverán a sus ocupaciones sin que probablemente hallan llegado a interesarse por la situación cotidiana de un continente absolutamente abandonado a una suerte ligada a la tragedia.
Si gana España, esta noche nadie dormirá. Los coches circularán por las avenidas haciendo el mayor ruido posible, los jóvenes se bañarán en las fuentes de los pueblos, el orgullo nacional se verá reforzado por un sentimiento patriótico y las primeras páginas de los periódicos serán ocupadas por los protagonistas que tendrán el tratamiento de héroes nacionales y serán recibidos a cuerpo de rey en un despliegue sin precedentes.
Por el contrario, los supervivientes de la patera acabarán en alguna cama de hospital en el más absoluto anonimato, sin poder siquiera llorar la tristeza de su fracasada aventura por desconocer el idioma y habrán de aprender a vivir entre nosotros descubriendo poco a poco que los paraísos no existen y que esta es otra clase de selva donde la supervivencia puede resultar mas difícil que en el sitio del que vinieron.
El desafortunado final de su viaje, impedirá a los niños llegar a formar parte de ningún sueño occidental de campeonatos futboleros o vestir camisetas con los números de los jugadores serigrafiados en la espalda, para ellos sólo queda el silencio.
A las once de esta noche, la suerte de nuestra selección estará echada. Puede que un resultado favorable haga estallar la felicidad de muchos de nosotros pero otros no podemos evitar volver los ojos hacia las playas de Motril y sentir una enorme opresión en el alma.

viernes, 9 de julio de 2010

Cuba en el corazón

La inminente liberación de cincuenta y dos presos políticos deja pasar una bocanada de aire fresco al ambiente enrarecido de la situación en Cuba brindando una esperanza a los opositores al régimen de Fidel Castro.
No se sabe a ciencia cierta qué tipo de ofrecimiento han hecho al presidente en funciones el ministro Moratinos y el cardenal Ortega, pero probablemente tenga que ver con la actitud de Europa ante el rígido bloqueo que Estados Unidos mantiene contra la isla desde hace tantos años.
La imagen absolutamente senil que ofrece en sus últimas apariciones el líder de la revolución quizá permita una modificación progresiva del sistema de gobierno más próximo a las democracias actuales si la transición se realiza sin violencia y los disidentes asentados en Miami no se impacientan tratando de forzar un cambio que acarreará unas consecuencias parecidas al ocurrido en Rusia no hace tantos años.
También habrá que mirar al cono sur esperando la reacción de Hugo Chavez y Evo Morales si la transformación se produce pues es sabido que ambos apoyan sin condiciones el modelo cubano e incluso son fieles imitadores de las estrategias castristas en su manera de gobernar a sus respectivos pueblos.
Esperemos que si todo llega a buen puerto como es de desear, la isla no acabe por convertirse en un mero destino vacacional barato para los estadounidenses y la dejen conservar su propia personalidad y su autonomía para ir saliendo de la miseria en que se encuentra sumida sin el abastecimiento que le niega su tan importante vecino.
Desconozco el papel que pretende jugar la Iglesia católica al ejercer su mediación a favor de los presos de conciencia, pero no sería de extrañar que sus posturas anduvieran cerca del capitalismo yanky o incluso de la influencia de los adinerados disidentes que pueblan en Miami la pequeña Cuba.
Si los cambios se dan antes de la desaparición de Fidel, la teoría de que el comandante padece algo parecido a la demencia senil cobraría cuerpo pues resultaría extraño que después de una larga vida asentado en determinadas actitudes precisamente en la ancianidad se apartara de ellas en lugar de reafirmarse en sus convicciones.
Ahora habrá que esperar la reacción de Obama ante la liberación de los presos y estar atentos a la jugada del coloso de la que puede depender el futuro del magnífico y sacrificado pueblo cubano que como mínimo, merece la oportunidad de rozar un poco la felicidad.

miércoles, 7 de julio de 2010

En conciencia




Debe haber una gran dosis de verdad en la creencia de que una inmensa soledad acompaña siempre al poderoso. Las circunstancias que rodean a quien por voluntad propia o por imposición se ve obligado a regir los destinos de otros han de ser sin género de duda, diferentes a las que acompañan a la gente corriente.
El dilema de tomar decisiones graves que afecten en parte o en su totalidad, a las personas que de ti dependen no ha de ser plato de gusto y a pesar de los privilegios que acarrean determinados cargos, supone a veces una lucha interior de la que difícilmente se podrá salir sin haber dejado algo profundamente íntimo en el camino.
En esta tesitura debe haberse encontrado ciertamente el Presidente Obama hasta llegar a la conclusión de recurrir la ley Arizona contra la inmigración a pesar de entender el riesgo que supondría para su popularidad, un revés en los tribunales si fallan en contra del recurso.
Es mucho mas sencillo entender que existe una discriminación racial cuando por razones físicas uno es capaz de ponerse en la piel del otro y es evidente que la procedencia de los antecesores de Obama podría haber influido con un peso decisivo en la inclinación de la balanza.
De todos es sabido que no es fácil ser diferente en Estados Unidos y el color de la piel del presidente actual no deja de ser una anécdota entre la tradición racista de la América profunda.
Las imágenes del asesinato de un joven hispano en la frontera a manos de la policía norteamericana seguramente han herido mucho más la susceptibilidad de quien `por razones obvias y de haber nacido en otro momento, podría perfectamente haber protagonizado esta historia y es probable que incluso desoyendo los consejos siempre fríos de sus asesores, en esa soledad del poderoso, en conciencia, un cierto escalofrío le haya recorrido la piel.
Verdaderamente, el contenido de la ley Arizona escandaliza a quienes creemos en la igualdad de oportunidades y pone en entredicho el espíritu democrático del que tanto presumen los estadounidenses enarbolando su carta de derechos.
Habrá ocasión de repasar la situación angustiosa que viven los que se atreven a entrar ilegalmente en las fronteras del país mas poderoso del mundo, pero si ya corrían un gravísimo riesgo, la ley Arizona nubla cualquier atisbo de oportunidad a golpe de pistola legalizando los abusos de poder hasta convertirlos en crímenes a sangre fría.
Esperemos que al menos la batalla legal sea larga dilatando en el tiempo la entrada en vigor de este proyecto sibilino y que con un poco de suerte, no alcance a ver la luz permitiendo a quienes se atreven a cruzar la línea fronteriza buscando una vida mejor, el derecho a ser considerados al menos, personas y no obstáculos que ensombrecen la imagen mítica de la riqueza y la felicidad.

martes, 6 de julio de 2010

Viento de levante




Se cierra el cerco en el levante español sacando a la luz nuevas tramas de corrupción estrechamente relacionadas con las anteriores, salpicando de nuevo a un Partido Popular escandalosamente herido en su honestidad por la avaricia desmesurada de sus más destacados miembros.
A Fabra y Camps se añade ahora el presidente de la Diputación de Alicante, Joaquín Ripoll supuestamente implicado en una malversación relacionada con los servicios de limpieza y que es detenido esta mañana.
Una especie de maldición parece haber poseído a esta parte del territorio español ya que al parecer, ninguno de los representantes democráticamente electos puede demostrar su inocencia en los procesos abiertos contra ellos. La mano negra de la corrupción esquilma las ciudades y pueblos de la comunidad sin dar respiro a la información mientras un día sí y otro también van saliendo a la luz nombres archiconocidos que decidieron tomar un atajo en su propia prosperidad, supuestamente a espaldas de su partido.
En la sede central deben andar subiéndose por las paredes con las historias de estos personajes, sobre todo cuando siempre se consideró a la Comunidad Valenciana como un bastión invencible en el que el Partido Socialista no tuvo nunca la menor oportunidad de alzarse con el triunfo.
Le salen los colores a Soraya Sainz de Santamaría cuando se ve obligada a plantar cara a la prensa y se escuda en la presunción de inocencia agarrándose a ella como a una tabla de salvación en un naufragio.
No se de qué se extraña. El señor Zaplana, de cuyo magisterio proceden todos los imputados, afirmó en cierta ocasión que había entrado en política con la sola idea de enriquecerse. De momento, no sabemos si consiguió su propósito, pero sus instrucciones han sido disciplinadamente obedecidas por quienes le sucedieron en sus cargos.
Se le tuerce el gesto a Rajoy que ya se frotaba las manos acariciando el ansiado poder según augurios de todas las encuestas. Puede que le convenga hacer valer sus influencias con los mandatarios eclesiásticos para organizar una ronda de rogativas que pare en seco este rosario de malas actitudes que le van poniendo obstáculos en el camino de la Moncloa.
Nos entretienen llamando a la insumisión ante la Ley del aborto como intentando que miremos a otro lado que no sean los bolsillos llenos de sus ilustres militantes levantinos.
Y a lo mejor, hasta les sale bien. Quizá la procesión de beatas se decida a linchar a la ministra Aído quemándola en la hoguera inquisitorial en la que debió arder en el mismo instante en que decidió arrastrar a las mujeres al pecado y a la lujuria.
Aunque en realidad les convendría mucho más una pasada de desinfectante agresivo en los lugares que regentan y un poco de humildad para convencerse de que no se pueden celebrar los triunfos hasta que no se tienen en la mano.

lunes, 5 de julio de 2010

La fugacidad de la noticia




Son las noticias flor de un día, nacen con una esperanza de vida efímera y su reflejo queda únicamente para consulta de curiosos, archivado en las hemerotecas que últimamente han adoptado las modernas tecnologías informáticas.
A no ser que le afecten a uno personalmente, caen pronto en el olvido atropelladas `por las novedades cotidianas que vía satélite, cruzan océanos y cielos entrando a saco por las ventanas de nuestras casas.
A veces los contadores de noticias topamos con un recuerdo fugaz de algo que describimos anteriormente y nos asalta la idea de hacer un seguimiento al tema en cuestión, pero sólo momentáneamente, pues las primicias doblegan cualquier intento de profundizar en una historia con la urgencia propia que caracteriza esta práctica.
Y esto es tan cierto que si preguntásemos a nuestros lectores sobre determinados artículos, una inmensa mayoría ni siquiera podría contestar sobre la trama de la que trataban y alguno que se identificó plenamente con la opinión del periodista, tal vez memorizó unas cuantas frases o admite que les encantó y lo retuvieron.
Por ejemplo, ¿ qué será del Juez Garzón en su nuevo destino? Ha llovido sobre la polvareda levantada mientras duró su acoso y ya a nadie parece importar si se adapta a su nueva misión fuera de nuestras fronteras.
Y ¿qué es del pueblo de Haití?. Es imposible que haya sido reconstruido en tan poco tiempo, pero dejó de ser noticiable y no ocupa ni una sola columna en las páginas de la prensa,
¿Han recibido castigo los sacerdotes pederastas?. ¿Va Navarra a permitir que dentro de su territorio las mujeres puedan abortar libremente?.¿Cómo les va a los funcionarios con su nómina recortada en pleno periodo vacacional? ¿Marcha la creación de células artificiales o ha sido abandonado el proyecto?
Todo esto nos acompañó en su momento haciéndonos tomar partido en un sentido u otro, convirtiéndose en llamativos titulares salidos de las rotativas pero el tiempo y el aluvión cotidiano de nueva información acabaron por sumirlo en el silencio y ya son parte del ayer, ya no tienen vigencia.
Ahora nadamos a dos aguas entre la reforma laboral y el campeonato de fútbol con clara ventaja de lo deportivo sobre lo político aunque mientras España va pasando de fase con demostrada fatiga, nos han subido el IVA para mayor empobrecimiento de las clases obreras. Pero eso, en un par de días se nos olvidará, seguro.

domingo, 4 de julio de 2010

La familia feliz




Se queja la derecha de la entrada en vigor de la ley del aborto. Se manifiesta rodeada de sotanas y vocifera a favor de la vida exhibiendo sus numerosas familias en la cabecera de las manifestaciones, mostrando orgullosos a sus hijos afectados de síndrome de Dawn enarbolando banderitas de España en un ambiente festivo de canciones de sacristía y con los principales representantes de sus fuerzas vivas capitaneando toda la operación alegando inconstitucionalidad, como en todo aquello que no les interesa.
Asume la derecha el papel de defensora exclusiva de un ambiente familiar sin conflicto, más aseado y educado que el de la zarrapastrosa izquierda que enseña a sus descendientes el libertinaje inadecuado de las relaciones sexuales abiertas en el seno de sus hogares desestructurados por los divorcios o creados por un solo miembro, e incluso por personas del mismo sexo que han perdido el recato para ocultar sus vergüenzas en los armarios apolillados de antaño.
Es no obstante paradójica la queja viniendo de quien viene, sobre todo si la imagen sin mácula que presentan es un reflejo de la realidad que se encargan de pregonar desde sus púlpitos cristianos y si es cierta la total comunicación con los hijos de la que presumen sin recato en los foros de las emisoras católicas que tanto juego dan a sus exigencias trasnochadas de puritanismo absoluto.
En su caso, seguramente jamás se verán en la tesitura de encontrarse con una hija adolescente embarazada que apele a la incomprensión familiar para abortar por propia voluntad en una decisión en solitario. En su caso, y según la doctrina que enarbolan, sus hijas adolescentes tendrán prohibidas las prácticas sexuales hasta que contraigan matrimonio y en el caso hipotético de que ocurrieran, dada la capacidad de comprensión de tan afanosos progenitores, el fruto del pecado sería criado en la familia probablemente como hijo suyo procurando enterrar que tan vergonzoso acontecimiento pudo llegar a suceder manchando con su inmundicia un apellido tan notable.
Quizá recluyan a la niña en uno de esos retiros regentados por modélicas monjas para que aprenda la lección de no volver a salir del rebaño al que fue asignada por la mano divina y se vuelva mucho más piadosa y preparada para formar un nuevo núcleo familiar exactamente igual al que pertenece y del que nunca debió descarriarse.
Visto esto, ignoro por qué tanto cacareo contra una ley que acoge a quienes llegan a ella libremente y a nadie obliga por la fuerza a ninguna práctica contra su voluntad.
Tal vez sea que molesta sobremanera cualquier cosa que oriente a la mujer hacia otro camino que el que marcaron y establecieron todos aquellos que detentaron el poder durante los años oscuros en los que ´a nada podíamos aspirar fuera de lo que la dominación machista imponía por decreto.
Y hasta puede que llegado el caso, nos volvieran a impedir votar, abrir cuentas en los banco, viajar sin permiso del marido y por supuesto, utilizar anticonceptivos que truncan la misión específica para la que fuimos creadas.

viernes, 2 de julio de 2010

Marxista, con perdón






Nos guste o no, estamos obligados al acatamiento de las decisiones judiciales si queremos convivir en un estado de derecho. Resulta fácil hacerlo cuando el fallo de sus señorias concuerda con nuestro criterio o nos da la razón en aquello por lo que litigábamos engrandeciéndonos el ego frente a la parte contraria en el pleito.
Después de un sinfín de avatares, la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña hace bueno el refrán de ¨nunca llueve a gusto de todos¨.
Era de esperar que los propios catalanes manifestaran su recelo considerando que el texto final se queda corto frente a sus expectativas de futuro y es incluso lógico que conforme a derecho, planten batalla en un intento de llegar al punto deseado a la mayor brevedad posible, aunque sea por otro camino.
Tampoco el PSOE ha vencido en esta batalla si al documento presentado le recortan los jueces más de un artículo considerando una clara inconstitucionalidad en la redacción de los mismos.
Todos han tenido oportunidad y lo han hecho, de pronunciarse sobre la sentencia e incluso de matizar según ideología, lo que debiera haber sido y no es, según el punto de vista de quien está en el uso de la palabra.
Pero las manifestaciones de la señora Cospedal contra el Presidente Montilla, son en sí una fuente reveladora de cómo una desavenencia puede convertirse en una manifestación de rencor que distorsiona conscientemente la realidad amoldándola a nuestra propia conveniencia.
Llama la número dos del PP al señor Montilla fascista o marxista, sobreentendiéndose que en su interior la señora Cospedal considera que existe una igualdad entre ambas ideologías,
Resulta inaceptable en quien pretende tomar el relevo del gobierno de este país un desconocimiento tan grave de la historia y la comparación entre dos tendencias tan contrarias hiere los sentimientos de quienes creen en la filosofía del socialismo, que jamás se aproximaría a los métodos aplicados por el nazismo en cualquiera de sus manifestaciones mientras que estuvo en el poder.
Olvida sin embargo la portavoz del partido popular que muchos de los integrantes de sus filas proceden claramente de defensores de la dictadura franquista que por cierto, se codeaba con los líderes de los movimientos fascistas que incluso ayudaron al dictador en su glorioso alzamiento nacional.
Pregunte la señora Cospedal por ejemplo en Guernica , donde le aclararán sin ningún género de dudas que nada tienen que ver los unos con los otros y puede que ilustren la aclaración con el recuerdo de la legión Cóndor cuya procedencia no ha lugar a discusión.
Asusta pensar qué será de la libertad de pensamiento si esta señora llega a algún puesto de responsabilidad en el gobierno porque a lo peor algunos tendremos que callar por imposición nuestra simpatía por la doctrina de Carlos Marx e incluso puede que ordene borrar su historia de todos los libros de Filosofía.