jueves, 29 de septiembre de 2016

Excusas inaceptables


Por fin, aparece Susana Díaz, con un discurso aparentemente conciliador en el que se obvia conscientemente hacer referencia al golpe de mano protagonizado ayer por sus seguidores y sobre todo, en el que no se admite haber liderado la acción que ha puesto a Pedro Sánchez contra las cuerdas, aunque ya todo el mundo sabe que la conspiración ha salido de la penumbra de los despachos del PSOE en Andalucía.
Rodeada de fieles que en cierto modo recordaban, por su euforia, a los actos organizados por esos líderes de Repúblicas bananeras de las que tanto abomina la Presidenta andaluza y flanqueada por una Micaela Navarro que hasta ayer mismo se sentaba a la izquierda del mismo Pedro Sánchez del que ahora reniega, al  haber firmado el documento de dimisión, junto a los otros dieciséis secesionistas.
Intentando  en todo momento justificar que el PSOE que ella pretende liderar continua perteneciendo a la izquierda, aunque ha quedado claro que la propuesta de los rebeldes pasa por abstenerse en la investidura de Rajoy, Susana Díaz no ha sido sin embargo, capaz de reconocer delante de los medios, que toda esta maniobra orquestada, tan antidemocrática y cruenta, ha sido minuciosamente preparada, con la única intención de auparse, sin escatimar en medios, hasta la Secretaría del Partido y por ende, a la candidatura a la Presidencia del país, sin pensar en el panorama que tras de sí, deja.
Ninguna mención a Sánchez, aunque sólo fuera por pura deferencia y muchas alusiones a esa pérdida paulatina de votos que sin decirlo, ha atribuido en su totalidad a las políticas practicadas por la cúpula de Ferraz, dejando sin embargo en el tintero el hecho probado de que también ella perdió las últimas elecciones en Andalucía y que necesitó del apoyo de Ciudadanos para obtener una investidura, que le costó ochenta días conseguir, como todos sabemos.
 Refiriéndose a Felipe González y también de manera tácita a Chaves y Griñán, a los que ha calificado como gente decente y cuestionando la opinión de todos aquellos miembros de su Partido que ya hablan sin tapujos de una derechización descarada del ex Presidente, no ha podido por menos, que agradecer la intervención que González hizo ayer ante los medios y que han servido para respaldar el golpe de mano protagonizado por los suyos en la tarde de ayer y que muy a su pesar, fracturan en dos al Partido que pretende liderar, si la defenestración de Sánchez se consuma.
Mientras Díaz se daba en Sevilla , entre los suyos, el baño de multitudes que todos hemos podido ver a través de los medios, los militantes socialistas se ponían en marcha, en apoyo del Secretario general que eligieron democráticamente y convocaban a sus compañeros a una concentración a las puertas de Ferraz el próximo Sábado, llegando a fletar autobuses que trasladen a la gente hasta la capital, en la que se ha gestado todo este despropósito.
Al ver a Susana Díaz sonreír esta tarde, orgullosa de su traición, a todos nos ha dado la impresión de que la guerra en el PSOE se libra entre cargos y militancia de base y que más que una lucha entre candidatos con pensamientos diferentes, todo queda reducido a una batalla campal entre amantes de la democracia y de la tiranía.
Pueden ustedes imaginar a favor de quiénes estamos, los que tuvimos la mala suerte de vivir en la dictadura y cuánto nos cuesta admitir que algunos intenten seguir utilizando aquellos mismos métodos, para hacerse con el poder.


Una herida incurable


Tras la gravísima tormenta desatada por la dimisión de los críticos del PSOE ayer por la tarde y sin haber conseguido, a pesar del golpe de mano, que Pedro Sánchez presente su dimisión, como seguramente habrían previsto, con la intención de hacerse torticeramente con el poder, el conflicto permanece anclado en un tenso compás de espera, para gozo de todos aquellos cuya misión no era otra que fragmentar a los socialistas, como ha de ser necesariamente el caso de Albert Rivera y Mariano Rajoy, que han hecho todo lo posible para provocar el hundimiento.
Puede estar satisfecha la derecha en general, con lo que le ocurre a su principal enemigo político y deben, a juzgar por las circunstancias, estar frotándose las manos al ver mucho más cerca la investidura de Rajoy, ahora que el acoso de sus compañeros, ha terminado por colocar a Sánchez contra las cuerdas y todo hace pensar que el triunfo de los partidarios de Susana Díaz, es inminente.
Nunca hubiéramos creído los españoles que llegaríamos a ver a Felipe González apoyando las tesis de la derecha, pero la evidencia de los hechos pone en claro que la erótica del poder acaba por corromper hasta la más estricta de las conciencias, ni tampoco pensábamos que la ambición de Susana Díaz  podía llegar hasta el punto de producir un auténtico cisma en su Partido, aunque su cobardía le haya impedido aún, a la hora que escribo este artículo, dar la cara ante los ciudadanos, para explicar que como todos sabemos, es la principal instigadora de lo que ocurrió en la tarde de ayer, en la que por cierto, permaneció atrincherada en Sevilla, llegando incluso a suspender todas las apariciones públicas que tenía previstas.
No contaban sin embargo los sublevados, con que Sánchez tuviera el atrevimiento de permanecer en el cargo, a pesar del golpe recibido, ni que esa gestora con la que contaban, a estas horas, no haya sido aún creada, aunque sólo sea porque existen dudas sobre la interpretación legal de los argumentos.
Así que lo que en principio pensaron que podía ser un camino de rosas, para su ascensión a un  poder, al que pensaban acceder utilizando incluso el nombre de algún muerto, se ha convertido en una tortuosa senda repleta de obstáculos infranqueables, que están al menos, retrasando considerablemente, la primera parte de su asalto a los cielos.
El vergonzoso espectáculo protagonizado por este grupo de sediciosos, que ignorando la soberana voluntad de su militancia, se atreven a destrozar las vías democráticas previstas para casos como éste, viene sin embargo a clarificar meridianamente, cuál es el pensamiento de cada cual, en el seno de este Partido y pone en evidencia que las intenciones de los rebeldes, con respecto a la  autoridad de su Secretario General, nunca fueron del todo decentes.
Les ha perjudicado sin embargo, haber perdido la paciencia, quizá por haber caído en la cuenta de que la figura de transición que siempre vieron en Sánchez, adolecía de la sumisión que se le presupuso en un primer momento y al final, no les ha quedado otro remedio que destapar sus cartas, de la peor manera posible, aún a costa de precipitar los estertores agónicos de un Partido, gravemente enfermo, a causa de la derechización que ellos mismos han venido propiciando, en los últimos tiempos.
Porque si al final vencen en esta guerra civil y se confirma por ello, la abstención del PSOE, en una próxima investidura del candidato del PP, no habrán hecho, sino convertirse en esclavos de Rivera y Rajoy y no sólo durante la próxima legislatura, sino tal vez, para siempre. Será entonces el momento de la entrada triunfal de Susana Díaz en la política nacional, asumiendo el papel de gran salvadora de Patria y Partido y al mismo tiempo, el principio de la caída a los infiernos del PSOE, al que dice defender, pues sus logros en Andalucía no garantiza su triunfo en el resto de un País, conformado, como todos sabemos, por  territorios de idiosincrasia tan diversa.
Y, ¿qué pasará si los resultados del PSOE, en próximas elecciones, no llegan a ser todo lo buenos que la ambición de Susana Díaz supone, cegada por esa vanidad personal que la pierde? ¿A quién culpará entonces del fracaso, no estando ya Pedro Sánchez, para ser utilizado como cabeza de turco y causante de todas las pérdidas?
¿Se atreverá entonces a pactar abiertamente con el PP? ¿Defenestrará a todo aquel que se oponga a sus tesis? ¿Podrá contar con el apoyo incondicional de González, también en horas bajas?
Bastaría con echar una mirada al arco político nacional para comprender que la señora Díaz, parece no haber contado con el fuerte adversario que tiene a su izquierda.
Su desprecio hacia Podemos, le ha impedido sin duda ver que los electores de izquierdas, cuentan ahora con otras opciones que no pasan por continuar siendo cautivos del voto socialista.
El tiempo, cómo no, acabará por colocar a cada cual en el sitio que le corresponde y puede que el de Susana Diaz, que hoy se vanagloria de un triunfo que como todos, será efímero, no esté precisamente en la Moncloa, sino detrás de alguna columna, en el gallinero del Congreso.




miércoles, 28 de septiembre de 2016

El golpe


La dimisión de 17 miembros de la Ejecutiva federal del PSOE, a primera hora de esta tarde, acaba por la fuerza con el sueño de Pedro Sánchez, para poder lograr  un Gobierno de progreso, escenificando un golpe de mano dirigido fundamentalmente por los barones afines a las teorías abstencionistas de Susana Díaz, que gana una partida que el Secretario General elegido por la militancia ha defendido con uñas y dientes, hasta las últimas consecuencias.
El honor de Pedro Sánchez sale, del lance que le ha costado su defenestración, sin embargo, absolutamente reforzado para los votantes de izquierdas, que habían puesto todas sus esperanzas en que se pudiera lograr, aunque fuera por una sola vez en nuestra historia, una unión de fuerzas progresistas que pudiera cambiar el rumbo aterrador que está tomando la política en este país, de la mano del Partido Popular y de todos aquellos que lo apoyen, de facto o por omisión, en una nueva sesión de investidura.
La gravísima traición que lleva a cabo esta vieja guardia, que hace ya tiempo dejó atrás los principios del socialismo y que constituye una obstaculización violenta de cualquier posibilidad de negociación con otros Partidos de izquierda, no hace, sino confirmar el enorme desprecio que demuestra esta facción del PSOE hacia la opinión de los militantes de base, cuya voz se acalla por medio de una represión, que esta vez no llega a través de ninguna ley mordaza dictada por el PP, sino de la mano de un grupo de sus más relevantes compañeros.
Los nombres de los dimisionarios, no puede ser más elocuentes, ocho miembros de la Federación andaluza, algunos de Castilla La mancha, Carme Chacón, que fue a su vez defenestrada por Alfredo Pérez Rubalcaba, con el apoyo de los mismos que ahora firman con ella y que contradice totalmente los deseos de los socialistas catalanes, Ximo Puig, A quién Sánchez derrotó en las primarias en las que fue proclamado Secretario General o Tomás Gómez, que como todos recodamos, fue destituido fulminantemente por Sánchez y que nunca le perdonó, por lo que se hubiera posicionado con cualquier teoría que se opusiera a la suya, sea cual fueren los principios que la movieran.
Ya se temía desde esta mañana que algo así pudiera pasar, desde que los españoles nos despertamos con unas declaraciones de Felipe González, en las que afirmaba  que Pedro Sánchez le había confesado hace algún tiempo, su intención de abstenerse en la investidura de Rajoy, por considerar que era lo mejor que se podía hacer por el bien de España.
El peso que aún tiene en una parte del PSOE la voz del ex Presidente y la certeza de que en que su caso, no hubiera dudado en abstenerse para facilitar la gobernabilidad del país, como ha manifestado en innumerables ocasiones, ha podido precipitar este vergonzoso final, que puede complacer y mucho, al sector más conservador de los socialistas, pero que privará para siempre a este Partido del voto de cualquier elector que albergue el más mínimo sentimiento de izquierdas.
A partir de esta tarde aciaga, el futuro que espera al PSOE no puede estar más alejado de los principios del socialismo. La bandera que auparon valientemente tantos y tantos luchadores, durante más de un  siglo, queda esta tarde pisoteada por los intereses personales de  un grupo de amantes del poder, a los que nada importa el destino de  este país, si no son ellos  los que lo dirigen.
Un aura de tristeza e indignación sacude la médula de toda nuestra sociedad, que contempla con estupefacción, hasta dónde pueden llegar algunos políticos.
Los  pilares de la Democracia, se tambalean cuando ocurren hechos como éste.













martes, 27 de septiembre de 2016

El último cartucho


Por fin, se atrevió Pedro Sánchez a poner las  cartas sobre la mesa, acerca de lo que está ocurriendo en su Partido, quemando el último cartucho que le quedaba en la recámara, precisamente en uno de los días más convulsos de cuántos se recuerdan en la historia reciente del PSOE y animando claramente a sus opositores a presentar candidaturas para que les vote la militancia, que es, en definitiva, la que decide quién ocupa una Secretaría General, que nunca estuvo tan disputada por adversarios con ideas tan diferentes.
Se le vio, nos complace decirlo, sincero en unos planteamientos que sin duda ha debido defender desde el principio y dispuesto,  valga la expresión, a morir matando, con tal de no ceder a las presiones que le empujan a un pacto con un Partido Popular que no solo ha sido tradicionalmente su enemigo más fuerte, sino que representa también, la antítesis ideológica de los que siempre fueron los principios fundamentales del socialismo.
No le han dejado otro remedio a Sánchez, que hacerse fuerte en un cargo para que el que fue claramente designado, desde el principio, con polémica y que nunca ocupó de verdad, pues en todo momento hubo de estar mucho más pendiente de las conspiraciones que contra su persona se tramaban, a nivel interno y que le han impedido desarrollar libremente, un programa propio con el que poder convencer a los electores de que sería posible una regeneración del PSOE, lejos de los pesos pesados que lo han llevado al borde del precipicio en que se encuentra.
Mucho ha tenido que fingir y no sólo por la naturaleza de las circunstancias políticas que le han rodeado, el candidato socialista, hasta llegar a concluir que la mejor táctica para ganar adeptos suele ser la sinceridad y mucho camino le queda aún por recorrer, ahora que se han destapado contundentemente los auténticos enfrentamientos, para poder erradicar ese mal que suele ser común a todos los grandes Partidos y que no es otro que el afán de perpetuidad al que aspiran quiénes no están dispuestos a abandonar los privilegios que se adquieren, mientras se ocupan cargos de relevancia política.
Este paso adelante, que tanto ha molestado a los opositores socialistas, acostumbrados moverse en una cómoda penumbra, que no abandonan nunca, para no llegar a ser descubiertos, supone sin embargo, un gran avance,  de cara a la posibilidad de establecer negociaciones con otras fuerzas progresistas, que desde hace tiempo ven en los integrantes de la vieja guardia del PSOE, un enemigo incluso más poderoso que la propia derecha y un impedimento insalvable para poder avanzar en la construcción de una clase de política mucho más entroncada con una realidad social, que necesita desesperadamente un cambio de rumbo, para sobrevivir con dignidad, a los estragos causados por la crisis.
Tendrá Sánchez ahora, que afanarse en conseguir los apoyos que precisa para sacar su proyecto adelante, en el Comité Federal y ya les digo yo que sus opositores y muy especialmente Susana Díaz, no sólo no se lo van a poner fácil, sino que ya habrán empezado a exigir cualquier pago de favores pendiente, a todos aquellos de cuyo voto depende, en estos momentos, la línea que va a seguir el PSOE, de cara al futuro.
Entretanto, Podemos, cansado de soportar la reiterada negativa de determinados barones socialistas, a un pacto de progreso, ha empezado a retirar su apoyo en aquellas comunidades en que resultaba imprescindible para la gobernabilidad, no se sabe si como medida de presión, o como apoyo tácito a las propuestas de Sánchez, para que pueda sacar adelante su proyecto.
Como era de esperar, proviniendo las reacciones de García Page o Fernández Vara, no ha quedado otro remedio que apelar a la poca fiabilidad de Podemos.
Estar al mismo tiempo,  gobernando en territorio propio en alianza con la Formación morada y abominar de un acuerdo con la misma, a nivel nacional, debe parecer a estos señores algo normal, pero no deja de ser, para todos los demás, cuando menos, del todo incoherente.
Sólo cabe pues, esperar acontecimientos y agradecer a Sánchez que aunque sea por una vez, haya sido capaz de contar la verdad a una ciudadanía, cansada de que ciertos políticos cuestionen permanentemente su inteligencia, sobre todo cuando los vientos no les son favorables o su posición ante determinados problemas, va en contra del pensamiento de las mayorías.

Nos encantaría, cómo no, tener la oportunidad de escuchar, en los mismos términos de sinceridad, a la otra parte litigante. Pero eso no va a ser posible. Desgraciadamente, esta clase de políticos, se ha acostumbrado por tradición, a hacer un arte del oscurantismo y seguramente, prefieren apuñalar a los adversarios por la espalda, sobre todo cuando está en juego su perpetuidad en las Instituciones o su ascensión hacia un poder mayor, como en el caso que nos ocupa.

lunes, 26 de septiembre de 2016

La hora de los valientes


Los resultados de las elecciones vascas y gallegas, con el triunfo en ambos territorios de PNV y PP y el estrepitoso fracaso del PSOE, que ambos casos ha quedado por detrás de Podemos, aumentan considerablemente los problemas que Pedro Sánchez tiene, en el seno de su propio Partido y ofrecen una excusa perfecta a los partidarios de Susana Díaz, para exigir la dimisión del Secretario General socialista, al que no tardarán en culpar de lo ocurrido.
Pero se puede hacer una lectura  distinta de los acontecimientos y estaría bien reflexionar sobre el verdadero motivo que ha llevado a los electores a retirar su confianza a los socialistas y que no es otro,  que el exagerado giro a la derecha que ha protagonizado esta Formación, en los últimos tiempos. Su inexplicable acuerdo con Ciudadanos, pasando por encima de Podemos y la incomprensible propuesta de una buena parte de sus barones, para abstenerse en la investidura de Rajoy, han transformado a un Partido en el que los españoles de izquierda moderada confiaban, hasta hace poco, en una Formación cada vez más cercana a los planteamientos de la derecha, que nada tiene ya que ofrecer a cualquiera que defienda las causas sociales y a los que no ha quedado otro remedio que refugiarse en  quienes proponen tesis más progresistas, como es el caso de Podemos.
De esto, no tiene Sánchez toda la culpa, aunque habría que decir que adolece de la valentía necesaria para enfrentarse a los sectores más tradicionalistas de su Partido, ya que no ha hecho otra cosa que nadar y guardar la ropa, obedeciendo al pie de la letra, al final, todas las propuestas que le han ido llegando desde el sur,  provocando por omisión, los resultados que todos conocemos.
Pero la verdadera causa de los males del PSOE empezó a construirse ya en los tiempos del ex Presidente Zapatero, viéndose acrecentada después con el imperdonable caso de los ERE y no ha habido, ni voluntad ni ganas de corregir los errores del pasado por parte de ninguno de estos barones que ahora claman contra los pactos con la izquierda, ya que Susana Díaz, la principal promotora de esta rebelión, no representa más que el continuismo de las políticas de sus predecesores, Chaves y Griñán, aunque haya logrado sostener, con altibajos, la supremacía socialista en Andalucía.
Sánchez, si hubiera querido, habría podido protagonizar la regeneración, de haber sido capaz de actuar enérgicamente contra los estómagos agradecidos, pero su afán de conciliación, su tibieza al tratar con estos resabiados de la vieja guardia socialista, se han convertido en un lastre del que ahora no puede librarse, dejándose adjudicar por parte de sus opositores el odioso papel de culpable de todos los fracasos, que ahora se le presume.
Debe, después de los resultados de ayer,  ser mucho más astuto de lo que ha sido con anterioridad y abrir su propio pensamiento a los ciudadanos, sin contar previamente con esos asesores de peso, que tanto le perjudican, en este trance.
Si para ello ha de convocar un Congreso en el que pulsar la opinión de su militancia, debe hacerlo, aún a riesgo de perder el cargo en el intento, porque si fracasa, al menos, lo hará con honor y no a consecuencia de los reiterados ataques que sufre, por parte de un sector de sus compañeros.
A todos nos parece que no es el momento de retroceder y menos aún cuando las circunstancias le han servido en bandeja la oportunidad de defender un pacto con Podemos, ahora que se ha producido de facto el temido sorpasso y ya no quedan argumentos para negar  la realidad, ni a él, ni a sus opositores más directos.
Debe sin embargo actuar, cuanto antes y por sorpresa, pues todo el tiempo que pase juega en su contra, ofreciendo a los susanistas la oportunidad de asentar el discurso de culpabilidad que ya empezaron a transmitir anoche, a través de las redes sociales.
No estaría mal, llamar a Pablo Iglesias, para intentar un acercamiento, incluso mientras los demás tratan de recuperarse del disgusto de los resultados de las elecciones vascas y gallegas, ganando con ello, un tiempo precioso.
Porque si continúa haciendo concesiones, estará firmando su sentencia de muerte. No debe olvidar que las filas de su oposición se nutren, fundamentalmente, de perros viejos, en esto de las malas prácticas políticas.
Quizá si tuviera la decencia de explicarnos a todos lo que está ocurriendo en las trastiendas de su propio Partido, le sería infinitamente más fácil ganar adeptos para una causa, que se perdido, precisamente, por  conformismo.



domingo, 25 de septiembre de 2016

El factor sorpresa


La cruenta batalla que mantienen entre sí los miembros del PSOE, marcada por las fuertes discrepancias sobre la política de pactos a seguir en el momento presente, hace que sea el factor sorpresa, la premura en la toma de decisiones, por parte de ambos bandos, los que al final puedan llegar a decidir de qué lado se decantará la balanza y quién será el encargado o encargada de ocupar la Secretaría General del Partido, en los próximos años.
 Se equivocaron los que consideraban a Pedro Sánchez como una figura de transición, cuya misión principal sería la de asumir la terrible pérdida de votos sufrida por los socialistas, en los últimos tiempos, mientras allanaba el camino a Susana Díaz, como candidata indiscutible a la Presidencia de la Nación, quizá porque minimizaron el tirón mediático y popular del madrileño, que nunca se resignó a pasar sin pena ni gloria, por un puesto que le otorgó su propia militancia, como todos sabemos.
Que Pedro Sánchez siga en primera línea de juego, ha debido suponer una gran frustración para Susana Díaz y sus partidarios, que ven cómo se les va escapando de las manos la oportunidad de conseguir el poder, cada vez que el líder del PSOE vuelve a negarse a negociar con Rajoy o hace alguna declaración, de la que se podría deducir que es partidario de un pacto por la izquierda.
El último enfrentamiento protagonizado por el sector susanista, ha surgido en respuesta a la intención declarada de Sánchez de convocar un nuevo Congreso, quizá porque saben que cualquier consulta a su militancia de base, supondría un triunfo para el actual líder del PSOE, que conseguiría así afianzarse en la Secretaría General, dando al traste con los planes que habían previsto sus detractores.
Llegados a este punto, lo que ocurra a partir de ahora tendrá mucho que ver con cómo cada grupo juegue sus cartas y no les quepa la menor duda de que esta batalla final, será a muerte, pues nadie está dispuesto a ser condenado al ostracismo, ni a conceder una sola oportunidad al adversario, sean cuales fueren, los efectos colaterales que provoque.
Pero ¿qué clase de confianza puede aportar a los electores un Partido, que ni siquiera es capaz de resolver sus fricciones internas y en el que, a la vista de los acontecimientos, importan más las cuestiones personales, que el bienestar de un país, que ha pedido a través de las urnas un cambio urgente de política, mayoritariamente?
Puede que a los líderes del PSOE les parezca que los ciudadanos no nos percatamos en absoluto de lo que ocurre entre ellos e incluso que despreciando nuestra inteligencia, hayan llegado a pensar que pase lo que pase, contarán con la lealtad eterna de un buen número del electorado.
Pero lo cierto y verdad es que las escenas protagonizadas por  los socialistas, desde hace tiempo, no pueden ser más incoherentes y que no tiene más remedio que extrañar, que un Partido tradicionalmente de izquierda, pueda sugerir siquiera, por parte de alguno de sus dirigentes, un pacto tácito con la derecha del PP o plegarse, como se plegó, a un acuerdo ridículo con los Ciudadanos de Rivera, para no llegar a ninguna parte.
Ahora, todo depende de que Sánchez sea capaz de aguantar o no, las presiones que le llegan, por parte de los susanistas y también, intentando desesperadamente lograr los apoyos suficientes que le permitan arrasar en su Comité Federal, si no quiere ser defenestrado por la vía de urgencia, aún sabiendo que su posición cuenta con el aplauso de la mayoría de sus militantes, aunque eso importe poco o nada, a los opositores que le presionan sin descanso, exigiéndole un giro a la derecha.
Entretanto, Podemos aguarda a que se atreva finalmente a deshacerse de las trabas que le asfixian, parea poder iniciar negociaciones, de cara a un acuerdo.
Mucho tendrá que pensar Sánchez para no ser tragado por la líder andaluza y sus congéneres.
Todos le deseamos que sea capaz de utilizar bien su inteligencia.
 


jueves, 22 de septiembre de 2016

Del todo, intolerable


No pasa un solo día, sin que aparezcan noticias sobre asuntos económicos poco claros  relacionados directamente con políticos, ni hay portada de periódico que no se haga eco de algún caso grave de corrupción, como si la trapacería, la delincuencia habitual y la indecencia, hubieran encontrado un espacio en el que instalarse para siempre, en el que conviven a lo grande, toda una multitud de facinerosos que ocupan, a la vez, cargos de relevancia.
Hace sólo unos días, el Ministro De Guindos, contestando a una pregunta de Cristina Fernández, sobre el caso de Soria, negaba haber tenido relación personal con los Paraísos fiscales, alegando el curioso argumento, de que nunca le había hecho falta recurrir a estas sociedades, obviando mencionar la ilegalidad que en sí mismo supone defraudar a la hacienda pública, evadiendo de esta manera, los impuestos.
La afirmación, que pudo pasar desapercibida a los espectadores, a causa del sopor que producía a esas horas, el monótono discurso del Ministro, es sin embargo inaceptable, sobre todo cuando procede de quién toma y ha tomado durante los últimos años, las decisiones económicas en un país, al que hizo falta, según sus propias palabras, embarcarse en un rescate bancario, cuyo montante nunca se ha devuelto y que estamos sufragando, al fin y al cabo, todos los ciudadanos, a través de los impuestos que pagamos religiosamente, sin que haya contemplaciones con nuestros problemas.
La permisividad que tiene este gobierno con los delitos fiscales y que es, desgraciadamente, patente, a tenor de las palabras pronunciadas por De Guindos, establece pues, un agravio comparativo permanente entre los ciudadanos de a pie y los dueños de las grandes fortunas, cuando se trata de recaudar, utilizando siempre manga ancha con los evasores, como si fuera un deber, para continuar siendo rico, utilizar sociedades abiertas a miles de kilómetros del país, mientras a los humildes se les reclaman toda una suerte de inaceptables sacrificios y una pérdida paulatina de la dignidad, para que se puedan mantener los gastos de un Estado, al que tanto unos como otros, pertenecen.
Se extrañan después, estos consentidores tácitos de los pecados de los ricos, de que la indignación ciudadana  vaya creciendo, hasta límites que pudieran parecer insospechados o de que la gente vote en las elecciones a  Podemos, como si la actitud demostrada por los representantes de los Partidos tradicionales no hubiera efectivamente empujado a las personas a la desesperación y sobre todo, como si no tuvieran derecho a buscar una salida, a una situación tan intolerable.
La deshumanización que producen la avaricia y la ambición, ha debido nublar los sentidos de muchos dirigentes políticos, que han llegado a estar convencidos de que las clases populares somos extremadamente fáciles de engañar y lo que es peor aún, que carecemos, absolutamente, de inteligencia.
Alguien debiera pedir a De Guindos explicaciones por estas palabras, que pronunció, para más INRI, de una manera natural, como si en  los ambientes en que se mueve, operar en Paraísos fiscales fuera la tónica general, sin que se considere delito.
La verdad, los que nos hemos empeñado en que termine la corrupción, no pudimos quedar más decepcionados la otra noche, ante la pantalla de la tele.

Pensar que este señor maneja, aunque sea en funciones, nuestras finanzas, nos produjo, como poco, un escalofrío.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Discrepar es vivir


Estamos tan acostumbrados en este país, a entender las luchas internas que se producen en el seno de los Partidos, como enfrentamientos cruentos entre bandos que sólo buscan la supremacía en el poder, que ver a dos líderes mediáticos cambiar opiniones en las redes sociales, expresando  públicamente y sin mordazas, sus pensamientos, nos lleva inmediatamente a la conclusión de que sus posturas son irreconciliables y que en su fuero interno, pugnan por ganar adeptos que les lleven en volandas al lugar más alto que se puede ocupar, defenestrando al adversario para siempre.
El cambio de mensajes protagonizado ayer por Pablo Iglesias e Iñigo Errejón, a través de twiter, ha provocado en los medios exactamente esa sensación y ha dado pie, sobre todo a los seguidores más recalcitrantes de la derecha, para hablar abiertamente de la existencia de una guerra en Podemos, sin entender que en esto de la política, se puede y se debe discrepar, aunque sólo sea por ofrecer a los ciudadanos, versiones diferentes a las que marcan los guiones preparados que repiten como papagayos, los líderes de los Partidos tradicionales.
Verán, todo el mundo debe saber ya, a estas alturas, que Podemos nació de los movimientos asamblearios del 15M, en los que participaron, por mera indignación, gente proveniente de todos los flancos ideológicos, que comprendieron que tenían que unirse para luchar contra los abusos practicados por las clases dirigentes y que pasado el tiempo y como medida de fuerza,  creyeron en la necesidad de crear un Partido político que canalizara, dentro de las Instituciones, las peticiones populares a las que nadie prestaba atención, desde otras Fuerzas.
Es pues, normal  y lógico, que la cúpula de Podemos se haya conformado con estos militantes ocasionales, con opiniones propias y también que por sus señas de identidad, el Partido se mueva en un terreno de permanente transformación, lograda, precisamente, a base de debatir, sin tapujos, cualquier tema que pueda afectar al bien de las mayorías.
Que Errejón e Iglesias proceden de corrientes distintas, es público y notorio, pero precisamente en ese choque continuo de posiciones, en esa discusión constante que se establece entre los dos, radica la fuerza que les mueve.
Mucho peor sería, que aparentando total normalidad, como ocurre en otros Partidos, se abrieran entre ellos distancias insalvables y luchas milimétricamente organizadas en las cloacas, basadas en traiciones permanentes.
Porque discrepar de manera pública y abierta a todos los ciudadanos que quieran consultar las redes sociales, añade, qué quieren que les diga, un punto de emoción a  este mundo tan peculiar de la política, plagado de estereotipos y cargado de ocultismo, en el que resulta prácticamente imposible adivinar, la verdadera naturaleza del pensamiento de sus protagonistas.
Para los neófitos en estas materias, entre los que parecen encontrarse los principales representantes de los grandes Partidos políticos, como PP y PSOE e incluso también Ciudadanos, hay que aclarar las asambleas han sido y serán toda la vida, un foro abierto de discusión en el que cada cual se expresa con libertad, acatando después, con lealtad, la opinión de la mayoría.
Las demostraciones de unidad quedan, para cuando  hace falta sacar adelante, trabajando, un proyecto, que no les quepa duda se habrá debatido, hasta la saciedad, para poder lograr un consenso.
Así que las alegaciones de los otros, se encuentran muy lejos de reflejar lo que pueda estar ocurriendo en Podemos y como muestra, valga el ejemplo de unidad que ofrecieron sus miembros, cuando se negaron a respaldar la investidura de Rajoy, en el Parlamento.

Los tiempos han cambiado, inexorablemente y habrá que ir comprendiendo que la manera de hacer política que entendíamos hasta ahora como clásica, también se ha transformado considerablemente.

martes, 20 de septiembre de 2016

Orgullo de mujer


Mientras se celebra el juicio contra los cinco neandertales  que violaron a una joven, durante las Fiestas de San Fermín, celebrando además, su “hazaña “con comentarios ofensivos en facebook  y grabando, como recuerdo de su hombría, un video que ha terminado por convertirse en la prueba fehaciente de su deleznable delito, todas las  mujeres españolas nos convertimos, por pura solidaridad, en la víctima y esperamos con impaciencia que de una vez, caiga todo el peso de la ley contra los presuntos autores de los hechos, que pertenecen a ese grupo aún numeroso de hombres, que continúan viendo a las mujeres como objetos de los que se puede abusar por puro entretenimiento y que, por desgracia para ellos, nunca comprenderán el significado del concepto de igualdad entre los géneros.
Una no puede, sino preguntarse qué clase de educación habrán recibido estos energúmenos con pantalones, de parte de los progenitores a los que tocaron en suerte y cómo no se había detectado hasta ahora, en ninguno de ellos, esas inclinaciones criminales que sin duda debieron acompañarles en el camino recorrido a lo largo de todas sus vidas y que afloraron, quién sabe si por primera vez, en aquel portal de Pamplona, aquella noche siniestra.
No se entienden tampoco, los argumentos que tratan de esgrimir los abogados de una defensa que, en sí misma, constituye ya un agravio para una víctima, cuyo sufrimiento debe haber sido del todo inimaginable, ni las declaraciones de alguna testigo que, siendo mujer, trata de exculpar a los acusados considerando su simpatía, como un eximente, demostrando carecer de empatía con el sufrimiento de una joven violada, que podía haber sido ella misma, si como cuenta, se relacionó con los agresores, en otro momento.
Parece mentira que en el año en que vivimos continúen ocurriendo, con cierta asiduidad, este tipo de ataques, como si la humanidad hubiera quedado anclada en la prehistoria para siempre y sobre todo, que los responsables de legislar no hayan sido capaces de instaurar unas penas que impartan justicia, contra estos atentados de género, con la intención de erradicar y para siempre, esta plaga de machismo atroz que parece no tener fin y que se perpetúa entre nosotros, robándonos  descaradamente a las mujeres nuestra libertad de elección y coaccionándonos por medio del  miedo a la inseguridad que padecemos, a la hora de transitar por las calles, sin compañía.
Ya es hora de que un castigo ejemplarizante caiga sobre quiénes se atrevieron a practicar este tipo de violencia, para que su experiencia que nunca será tan traumática como la de su víctima, sirva para disuadir a los que aún ven en estos delitos una manera de demostrar su recalcitrante machismo y también, para que los que tenemos la obligación de educar, empecemos a hacerlo sin distinción entre los géneros, si queremos que la igualdad, no siga siendo una utopía.
Nada, y digo, nada, puede eximir a los violadores de su culpa, ni el consumo de alcohol u otras sustancias, ni la locura transitoria, ni el argumento recurrente de la provocación, que tanto gusta a los abogados defensores en los juicios, ni la interpretación personal de ninguno de esos jueces que hacen pasar a las víctimas por auténticos calvarios en las salas de interrogatorios, como si no fuese ya grave, de por sí, la ofensa recibida.
Tampoco puede la sociedad, perdonar a los delincuentes, para los que sus acciones han de ser, necesariamente, un estigma que los acompañe el resto de sus vidas, para que no puedan olvidar en lo que convirtieron las de las mujeres que atacaron, en busca de un placer malsano, imposible de entender para cualquier ser humano decente.
Porque el hecho de ser mujer, no puede ser, sino un orgullo del que se pueda presumir libremente, sin tener que arrastrar esta losa de terror que nos haced infinitamente más infelices, de lo que haya podido ser, ningún hombre, jamás.
También su colaboración es importante, en estos momentos. Desterrar roles de conducta, entender que la hombría no reside en el sexo y convivir con las mujeres en un plano de igualdad, desde la infancia, puede ayudar y mucho, a que el mundo que habitamos se convierta, para todos, en un lugar más placentero.




lunes, 19 de septiembre de 2016

Virando hacia la izquierda


Volviendo a la actualidad española, no cabe otro remedio que referirse a lo que ha sucedido estos días con Chávez y Griñán, fundamentalmente, porque al tratarse de dos ex Presidentes de la  Comunidad Andaluza, a la vez que dos pesos pesados en el PSOE, su historia entronca directamente con lo que viene ocurriendo en su Partido y en esa pérdida de votos que podría relacionarse con la gravedad extrema del caso de los ERE, en el que según la fiscalía, estos dos imputados participaron activamente, como protagonistas.
Mientras se celebra el juicio, en el que se pedirán para Griñán seis años de cárcel y para Chaves, diez de inhabilitación, la noticia viene a sumar más emponzoñamiento a la situación interna que padece el PSOE, pues no puede olvidarse que la actual Presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, que defiende con vehemencia la necesidad de una abstención en la investidura de Rajoy, es, a la vez, alumna y descendiente política de los dos implicados en este asunto, por lo que no sería de extrañar que en algún momento se decidiera pedirle responsabilidades, también a ella, de lo que ocurrió en las trastiendas andaluzas.
·Esta presunta implicación, que puede leerse tácitamente en los comentarios de analistas y líderes políticos de otras Formaciones, regala, por su oportunidad, una enorme dosis de fuerza a la postura de Pedro Sánchez  y sus seguidores más directos, ofreciéndole también una oportunidad parea afianzar su liderazgo en la Secretaría General del Partido, lo que podría inclinar la balanza hacia el lado de los que defienden la tesis de la necesidad de un pacto por la izquierda.
Siendo como es el caso de los ERE, uno de los más vergonzosos de cuántos han ocurrido en el país y en el que se han manejado cifras escandalosas de dinero, los embrollos en que se está viendo envuelto el PP, la marcha de Rita Barberá, el fallido nombramiento de Soria y todas las vicisitudes que acontecen alrededor de los conservadores estos días, hacen prácticamente imposible que Mariano Rajoy y los suyos puedan sacar  el rendimiento político que hubiera podido esperarse, en otros momentos y que tampoco los barones recalcitrantes del PSOE puedan zafarse de las incontables ocasiones en que defendieron la inocencia de Chaves y Griñán, a los que son afines en el pensamiento.
Así que podría decirse que volvemos a un punto de partida, en cuanto a las negociaciones para formar Gobierno se refiere y que por la gravedad de los acontecimientos, Sánchez quizá se atreva ahora a tomar la decisión de ir acercando posturas con los nacionalistas y Podemos, sorteando hábilmente y por razones obvias, toda esa oposición que ha venido encontrando por parte de determinados barones, del ala más conservadora de su propio Partido.
El momento parece inmejorable, pues nunca estuvo Susana Díaz en una posición de mayor fragilidad política y también porque el PP habrá necesariamente de resentirse, de la caída de un peso pesado como Barberá, cuyas intenciones ocultas, por desgracia, aún desconocemos.
Naturalmente, habrá primero que probar la culpabilidad de los imputados, pero la tardanza propia de los asuntos judiciales en este país, hace presagiar que pasarán muchos meses y quizá años, hasta que se celebre el juicio y la elección de Presidente no puede esperar más, como todos sabemos.
Parece que Sánchez continúa empeñado, sin embargo, en convencer a Rivera, de una alianza tripartita, por el progreso, pero la postura del líder naranja, su aversión hacia Podemos y el contenido de su discurso habitual, hacen presagiar que no será ese el camino que pueda seguir el socialista, por lo que no le quedará más remedio que explorar otras vías.
La calma chicha en que hemos vivido estos últimos meses empieza a transformarse por la inesperada fuerza de este huracán y el panorama político vuelve a cobrar un interés extremo, que a la vista de cómo se vayan desarrollando los acontecimientos, habrá que analizar, con mayor profundidad, aunque nos parece impagable el giro inesperado que nos llega, como llovido del cielo.




domingo, 18 de septiembre de 2016

Pánico en Manhatan


Mientras no se hablaba en España de otra cosa que de la petición que hace el Fiscal contra Chaves y Griñán, por el caso de los ERE, la actualidad informativa se veía interrumpida por la noticia de una fuerte explosión en Manhatan y por el ataque con arma blanca, contra una docena de personas, que ha protagonizado un joven, en un centro comercial de Minnesota.
Sin que nadie se atreva aún a hablar de terrorismo y en plena campaña electoral, la alarma ha corrido como la pólvora por el país más poderoso del mundo, que había reforzado estos días las medidas de seguridad, ante la inminente presencia de líderes mundiales en su territorio.
Como ocurre siempre en estos casos, los primeros momentos se caracterizan, fundamentalmente, por la confusión, aunque la desactivación de otro artefacto, cerca del lugar en el que se produjeron las explosiones, podría llevar a  concluir que los hechos guardan similitud con los atentados ocurridos en los últimos tiempos, en el corazón de Europa.
Todo hace pensar que a lo largo del día de hoy, los grupos islamistas emitirán algún tipo de comunicado reivindicando las acciones, pero de momento, las autoridades norteamericanas guardan una tensa cautela, que intenta, esencialmente, proteger a una población que vive permanentemente en un estado de alarma que, indudablemente, se agravaría considerablemente, si finalmente se confirmara que lo ocurrido se relaciona con el terrorismo.
A sólo dos meses de las elecciones, este tipo de acciones podría inclinar la balanza hacia el lado de Donald Trump, que se ha atrevido a sugerir en varias ocasiones que los musulmanes debieran ser expulsados del País, siguiendo la tónica xenófoba que caracteriza su peculiar manera de hacer política y que podría encontrar en estos hechos, una excusa perfecta para endurecer un discurso plagado de ultra derechismo recalcitrante.
 Pero esta guerra urbana de guerrillas que protagonizan los radicales islamistas resulta prácticamente imposible de combatir, ya que juegan magistralmente con el factor sorpresa y nada tienen que hacer aquellos que proponen como solución el recrudecimiento de unas medidas de represión totalitarias contra todos los que practican la religión islámica, pues los autores de los atentados provienen, en su mayoría, de un proceso de fanatización iniciado, casi siempre, a raíz de un problema de exclusión social que les lleva a buscar una salida heroica, por la que huir del desamparo y la miseria.
Lo tiene crudo Hilary Clinton, si pretende rebatir los argumentos que Trump esgrimirá estos próximos días, en los que se decidirá finalmente quién será en USA, el próximo Presidente de Gobierno y más aún, si su oponente decide jugar abiertamente con la estrategia del miedo y con la especial sensibilidad que los americanos tienen ante los fenómenos terroristas, después de lo que pasó el 11S.
Así que el Mundo mirará a partir de hoy, con extrema inquietud, lo que pueda suceder allí, en estos próximos meses, temiendo, con toda la razón, que el candidato republicano consiga derrotar a Clinton, convirtiéndose así en el hombre más poderoso del mundo y en el responsable de tomar las graves decisiones que puedan afectar a los asuntos de terrorismo.
 Si ya nos parecía inexplicable que hubiera podido llegar hasta aquí, no quisiera pensar qué podría suceder, si finalmente ganara la Presidencia.


jueves, 15 de septiembre de 2016

El silencio cómplice


La decisión de Rita Barberá que contradice todas las normas de la ética y que a todos nos ha parecido una jugada sucia, cuya única intención es la de preservar el aforamiento que la separa de los ciudadanos de a pie, no debe parecer suficientemente grave al PP, como para que Mariano Rajoy, que en muchas ocasiones se declaró amigo personal y leal admirador de la ex alcaldesa, ofrezca algún tipo de explicación a la prensa, que insiste en conocer la opinión del que todavía es, nuestro Presidente de Gobierno.
Este silencio cómplice, que puede suponer que se aplaude la decisión de Barberá, o al menos que no se está en desacuerdo con ella, marca sin embargo, un antes y un después en la manera de afrontar los problemas que viene teniendo el PP y ofrece una idea clara de las posturas que son propias de su candidato para la Presidencia de Gobierno, cuando se ve acorralado por algún asunto que le toca de cerca.
No se atreverá Rajoy, esta vez, a volver a esconderse detrás de un plasma, para evitar el lógico interrogatorio que le tienen preparado los medios, pero su mutismo, el cinismo que demuestra en sus gestos y la aparente despreocupación que pretende reflejar su continuada sonrisa, constituyen en sí mismos, una ofensa para los ciudadanos y una falta de respeto contra el derecho a la información que todos tenemos y que el  Presidente en funciones vulnera, cada vez que no le conviene hablar de un asunto.
Merece, por su zafiedad, un plante informativo de los medios, que le recuerde que en un país democrático los políticos tienen la obligación de responder siempre a las preguntas de la prensa y también el deber de informar sobre los casos de corrupción que se producen en los Partidos y que ahora son, en el suyo, tan frecuentes, aclarando qué clase de medidas se están tomando para que esta plaga de nuestros días, pueda erradicarse para siempre.
Indistintamente de si se es amigo o no de los imputados, de si se ha compartido o no con ellos, una relación más o menos estrecha, la responsabilidad política de un dirigente, ha de ser asumida en su totalidad y sobre todo cuando las corruptelas de los miembros de su partido no son una excepción, sino más bien una rutina cotidiana de la que ya no se puede alegar desconocimiento, como defensa.
Le ha salido sin embargo a Rajoy, se decida o no a opinar del tema, una adversaria dura de pelar, que convencida de que el Partido Popular le debe mucho más de lo que le está ofreciendo estos días, seguramente se encuentra dispuesta a luchar con uñas y dientes, caiga quien caiga por el camino sinuoso que se abre, hasta que llegue una imputación, que parece inminente.
Quizá por ello, resulta recurrente escudarse en que la permanencia en el Senado de Rita es, exclusivamente, una decisión personal, ahorrándose así la molestia de tener que reconocer que el Partido no ha sido capaz de convencerla, de ninguna manera, para que abandone el puesto.
Pero nadie puede olvidar que Barberá no es Bárcenas, ni Granados, ni parece alguien a quién se pueda comprar con promesas de despidos en diferido.
La ex alcaldesa de Valencia ha sido y aún es, toda una institución que ha representado como nadie la verdadera esencia del Partido Popular y que ha gozado de plena confianza para hacer y deshacer a su antojo, quizá, durante demasiados años.
Por esta razón y porque una permanencia tan larga en el poder, suele envalentonar a quién lo ostenta, a los populares les va a costar mucho trabajo silenciar a esta tránsfuga lenguaraz y soberbia, que puede convertirse, si nada lo remedia, en un auténtico problema para el futuro más cercano de Rajoy y para sus aspiraciones de continuar siendo Presidente.
Y no creo que baste el aplauso tácito que el Presidente en funciones otorga a Barbera, con su mutismo, para deshacer el entuerto.
Rita está en píe de guerra y como ya hemos dicho en mucha ocasiones, las amistades, en política son inexistentes-



miércoles, 14 de septiembre de 2016

Solución salomónica


Muy en la línea de lo que suelen hacer muchos miembros del PP cuando tienen problemas con la justicia, Rita Barberá lanza esta tarde un comunicado de prensa, en el que expone su predisposición a causar baja en las filas del Partido conservador, pero declara su intención de seguir ostentado el cargo que ocupa en el Senado, al que llegó, como todos recordamos, directamente por designación del gobierno.
Aferrada con uñas y dientes  al privilegio de ser aforada, pudiendo así evitar la vergüenza de tener que hacer el paseíllo entre los medios, en la puerta de algún juzgado, la ex alcaldesa de Valencia hace caso omiso a las recomendaciones que le llegaban desde Génova y parece que le da igual el daño que pueda causar a su Partido, inmerso en plena campaña electoral en Euskadi y Galicia y aún pendiente de poder  atraer  los apoyos necesarios para la investidura de Rajoy.
La gravedad de este último escándalo viene a incidir, aún más si cabe, en la mala imagen que ofrece este PP, absolutamente  acosado `por los casos de corrupción protagonizados por muchos de sus cargos más ilustres y la decisión de Barberá contribuye necesariamente a poner en entredicho la autoridad que Mariano Rajoy ejerce, a día de hoy, en su Partido, cuestión que ya se viene planteando desde hace algún tiempo, incluso desde dentro de la Formación, como es ampliamente sabido, por la mayoría de los ciudadanos.
Voces como la de Esperanza Aguirre, que por cierto ha dejado de aparecer misteriosamente de los medios, han dejado muy claro en más de una ocasión, que la regeneración que necesitarían los populares no debiera ser   capitaneada por el Presidente en funciones, al que por otra parte, nunca tomaron verdaderamente en serio los que simpatizan con la ex Presidenta, incluido José María Áznar, que se alegraría enormemente de que Rajoy diera un paso atrás, empujado por las circunstancias o por voluntad propia.
Tampoco a los Ciudadanos de Albert Rivera debe haberles hecho mucha gracia la permanencia de Rita en el Senado y menos aún, si como parece, cuenta con la aquiescencia del PP,  cuyos miembros han empezado a manifestar su respeto por la decisión que ha tomado Barberá y que contradice diametralmente la esencia del pacto anticorrupción que firmaron hace unos días, las dos Formaciones de derechas.
Pero esta permanencia, contra viento y marea, en un puesto conseguido por designación directa, de la ex alcaldesa  de Valencia, resulta ser mucho más grave de lo que en principio podría parecer, pues tácitamente quiere decir que Barberá le ha ganado el pulso a su propio Partido y que se encuentra dispuesta a resistir, del modo que sea, sentada en su escaño de esta cámara, disfrutando del aforamiento que le ofrece su cargo y alerta, por si pudiera tener que recurrir al archivo de su memoria, para utilizar cualquier tipo de información comprometida, en contra de los que hasta ahora, eran sus compañeros.
Ya antes había hecho Barberá, ostentación de una más que evidente soberbia, permitiéndose amenazar, no se sabe con qué argumentos, a todos aquellos que se atrevieron a contradecir sus opiniones, o a sugerir la idea de que tenía que dimitir con urgencia y por ello, resulta imposible imaginar de qué sería capaz, ahora que ser la obliga a abandonar, con deshonor, la posición de poder de la que disfrutaba, hasta ayer mismo.
No se entiende, sin embargo, que  en este país nuestro, no exista ningún medio legal que corrija inmediatamente estas situaciones que en sí mismas, resultan ser del todo injustas y que constituyen un agravio comparativo, en relación con cualquier otro ciudadano que en algún momento de su vida, tenga problemas con la Ley.
A esta  hora de la tarde, los  periodistas continúan esperando alguna reacción de Mariano Rajoy, sobre este asunto, resultando todos los intentos de acercamiento al Presidente en funciones, absolutamente infructuosos, ya que la única preocupación que parece agobiarle, es poder continuar dando mítines, en Euskadi y Galicia.
Avergüenza comprobar que quién debe representar a los españoles por el mundo, no sea siquiera capaz de enfrentarse a las preguntas de la prensa.
Habrá obtenido ocho millones de votos, pero es absolutamente impresentable, políticamente.




La estrategia del silencio


Uno se pregunta qué debe pasar en la cabeza de Mariano Rajoy, cada vez que le informan que alguno de sus más estrechos colaboradores es imputado en nuevo caso de corrupción y cómo se atreve siquiera, a continuar negándose a aceptar responsabilidades políticas, alegando un desconocimiento tal,  que debiera incapacitarle, per se, para ocupar la Presidencia del Gobierno.
Mientras todos esperamos que el PP consiga convencer a la última investigada, Rita Barberá, de que presente su dimisión, el Presidente en funciones y a la sazón también, último responsable de lo que viene ocurriendo con los cargos de confianza de su Partido, anda como sumido en un limbo absolutamente desligado de la actualidad, negandose sistemáticamente a responder a las preguntas formuladas por los periodistas, amparado en una sonrisa bobalicona, que pone de los nervios a los ciudadanos, a los que debiera representar, por el cargo que ocupa.
Pero como la estrategia de permanecer en silencio, a la espera de que pasen de largo todos los escándalos de corrupción que afectan a diario a sus compañeros, sin rozarle,  le está dando resultado, si nos atenemos al número de votos obtenidos en los últimos comicios, el hurto continuado de información se ha está convirtiendo en una tediosa rutina, a la que incluso estamos acostumbrándonos, aunque lesiona gravemente nuestro derecho a conocer lo que ocurre, en este país nuestro.
Los asesores de Rajoy, lo saben y juegan una y otra vez las mismas cartas en esta interminable  partida, quizá porque la desmedida lealtad que vienen demostrando hacia el PP, ocho millones de españoles, ofrece una patente de corso para obrar de manera incomprensible, no solo al Presidente, sino también a los que asumen actualmente cualquier tipo de responsabilidad en Instituciones de todo tipo y que podrían dejarse seducir por la facilidad con que se cometen delitos de corrupción, en todo el territorio patrio.
Todo se le consiente a este PP que aún carente de cualquier atisbo de moral, sigue ganando las elecciones y habría que llegar a pensar, ateniéndonos a lo que ocurre todos los días, que no se puede culpar ni al resto de Partidos políticos, ni a la justicia, ni a ninguno de los Organismos encargados de que funcione el país, sino a los que otorgan su voto, aún siendo plenamente conscientes de que las arcas del estado han sido reiterativamente saqueadas por muchos de los  que ocupan un sitio en las listas del PP, a los que sólo les falta aplaudir, cada vez que sale a la luz uno de estos casos de corrupción en los que se juega con el dinero de todos.
Entretanto, a Rita Barberá le está costando Dios y ayuda  tomar la decisión más grave de cuántas se le han presentado en su vida, aunque ya estamos empezando a observar cómo va cambiando la actitud de la misma gente que hasta hace poco se desvivía en alabanzas hacia ella y cómo, igual que ocurriera antes en situaciones similares, incluso se evita ya, pronunciar su nombre.
Sin embargo, la alcaldesa ha sido desde hace demasiado tiempo, uno de los auténticos pesos pesados del PP y no parece que vaya a estar dispuesta a resignarse con la suerte que pudiera correr a partir de ahora, incluso si se le retirara el apoyo del Presidente y del Partido, por lo que suponemos que la cúpula conservadora debe estar obligada a ser muy minuciosa en el tratamiento de su caso, si no quiere verse envuelta en algo mucho peor, si la que fuera alcaldesa decidiese empezar a decir la verdad de lo que ocurría, no sólo en su Ayuntamiento y en su Comunidad, sino también en el mismo corazón de Génova, movida por un ataque de ira.
Tampoco el momento en que se produce la investigación, es precisamente el más propicio, pues nos hallamos sumidos en un proceso de desgobierno en el que la negociación con otras fuerzas es absolutamente necesaria, si se quiere lograr la Investidura y en el que cualquier escándalo que afectara directamente a los miembros del Gobierno en funciones, o a Rajoy en persona, bien podría dar al traste con las pretensiones de hacerse con el poder que  los populares albergan, contando ya con la ayuda de Albert Rivera.
Así que puede que por una vez, las estrategias de silencio practicadas por los populares, resulten fallidas, e incluso que consigan animar a los socialistas a dar un paso hacia la izquierda, pues para nada conviene a los de Sánchez verse, aunque sea de rebote, implicados en asuntos de determinada gravedad, como resultan ser, éstos que nos ocupan.
Que el PP no haya dado el paso de cesar a Barberá de manera inmediata, dice mucho de los temores que padece y que la ex alcaldesa no haya presentado ya la dimisión, obligada o de manera voluntaria, parece demostrar que mantiene una postura de fuerza.

Si esta oposición nuestra  no es capaz de aprovechar la ocasión que se le presenta en bandeja, para proponer una alternativa de poder que destrone a un PP acorralado contra las cuerdas, es que en este país, ya nada tiene arreglo.

martes, 13 de septiembre de 2016

Jaque a la reina


Por fin, el juez cita como investigada a Rita Barberá, que hasta ahora había conseguido zafarse de la acción de la justicia, a pesar de que todos y cada uno de sus colaboradores más cercanos han sido ya imputados por varios asuntos de corrupción, que presuntamente podrían remontarse hasta el momento en el que el PP, se hizo por vez primera con el poder, en la Comunidad de Valencia.
Blindada por Mariano Rajoy, debido quizá a la amistad personal que le une con ella, la que fuera alcaldesa de Valencia durante tantos años y que según fuentes cercanas, maneja una enorme cantidad de información comprometida sobre lo que ocurría en las entrañas de su Partido, no tendrá otro remedio que someterse a la investigación que sobre ella ordena hoy el juez, convirtiéndose de pronto en mucho más vulnerable de lo que en principio, habíamos empezado a pensar todos los españoles.
 Sin embargo, la vida judicial puede aportar a veces incomprensibles sorpresas y tal vez, solo tal vez, la suerte vuelva a acompañar, también a partir de ahora a Barberá, como otras tantas veces, por lo que no está claro aún si finalmente la veremos sentada en un banquillo, aunque todas  las vicisitudes ocurridas a su alrededor, durante los últimos tiempos, parecen conducir a que su implicación en los hechos, es más que probable.
Casi al mismo tiempo, nos llega la información de que Luis Bárcenas decide retirarse como acusación, en el caso de los ordenadores de Génova, alegando que por motivos económicos no puede seguir adelante y levantando la sospecha de que podría haber llegado a un acuerdo con el PP, para librar al Partido de la vergüenza que supondría tener que responder ante los españoles de los delitos que se le presumen.
De momento, la ex alcaldesa, que se dirigía a Madrid, ha decidido darse la vuelta, en cuanto ha conocido la noticia, por lo que suponemos que no habrá, al menos hoy, oportunidad de saber qué decisión van a tomar, ella o su Partido, aunque se puede suponer que dadas las circunstancias, no le va a quedar otro remedio que presentar una dimisión que hace ya meses, debería haber solicitado.
Se abriría así, la posibilidad de que finalmente los ciudadanos pudieran conocer la verdad sobre lo ocurrido en la Comunidad valenciana durante los años de Gobierno del PP y si hubo, como todo parece indicar, no sólo una financiación ilegal del Partido, sino también un blanqueo continuado de dinero, que es por lo que, seguramente, acabará siendo imputada.
Mucho hemos esperado  que llegara este día y habría que decir, que de no haber sido por la constante presión popular y por el buen hacer de las Formaciones recién llegadas al Parlamento, el desenlace de la historia hubiera sido absolutamente distinto.
Así que nos congratulamos que las cosas, aunque sea con cuentagotas, vayan cambiando y de que los altos cargos de los Partidos Políticos  vayan comprendiendo que los tiempos en que disfrutaban, hicieran lo que hicieran, de una total impunidad, parecen haberse acabado.

El camino, no ha sido fácil, lo sabemos, pero la ilusión porque se vaya recuperando la fe en el funcionamiento real de la justicia, borra las amarguras pasadas.

lunes, 12 de septiembre de 2016

Un proceso imparable


Se celebra la Diada de Cataluña, con una participación algo más baja que la de los últimos años, pero teñida de un calor popular que por mucho que pese a los aguerridos defensores de la indivisibilidad de España, es una realidad innegable que no se puede ignorar ni combatir con medidas judiciales o policiales, que sólo consiguen ir aplazando el momento de tener que enfrentarse con una verdad, que se ha convertido en el motor que acciona la voluntad de los catalanes.
Las repetidas tormentas declaradas en los últimos tiempos y la malsana costumbre de utilizar el problema catalán como base de todos los discursos lanzados por la derecha desde el Parlamento, no hacen sino acrecentar una brecha que se hay ido abriendo, a base de negarse al diálogo, a la negociación y al entendimiento, sin que hasta el día de hoy, ninguna de las soluciones propuestas por el Gobierno español y sus socios unionistas, haya conseguido frenar las ansias de libertad que incluso sin ser abiertamente independentistas, reclaman los catalanes.
No hay más que ver el número de personas que acuden a los actos organizados en la Diada, por los unos y los otros, para comprender lo que ocurre en una sociedad, fundamentalmente, cansada de los ataques y vejaciones que les han colocado en una situación delicada, frente al resto de los ciudadanos de todas y cada una de las otras Comunidades y que ha sido por ellos, totalmente empujada a una radicalización de posturas, que bien pudiera definirse, como un arma de defensa.
La constante negativa del Gobierno Rajoy a conceder la oportunidad de celebrar un Referendum, que al menos clarificaría para siempre cuál es la posición de los catalanes sobre la independencia, le ha estallado al Presidente en funciones en plena cara e incluso ha llegado a convertirse en una línea roja insalvable, que impide cualquier acuerdo de investidura, a las izquierdas.
Nadie, ha planteado aún, en este enfrentamiento, argumentos de peso que puedan hacer desistir a los ciudadanos de apostar por una independencia, que si se obtuviera, quizá trajera para ellos más desventajas que triunfos, pero cuya reivindicación es y seguirá siendo legítima en un Estado democrático como el nuestro, aunque a veces da la impresión de que los que apoyan esta idea, están cometiendo un delito.
No querer oír hablar del tema, no hará desaparecer el problema y quizá por el bien de todos, habría que replantearse la posibilidad de que el Referendum se celebre, concediendo así a los catalanes la posibilidad de escuchar otros argumentos distintos, a los expuestos por los principales beligerantes de los dos grandes bloques que hasta ahora han protagonizado esta historia.
Porque la verdad es que ni Cataluña se hundiría si abandonara a España, ni que todos sus problemas quedarían resueltos inmediatamente, con la proclamación de la República.
Pero como en este caso los árboles impiden ver el bosque, pudiera parecer que todo habrá de resolverse de una manera drástica en un sentido u otro, como si una locura colectiva se hubiera apoderado de pronto de todos y el recrudecimiento de la batalla entre estos bandos, exactamente iguales en su cerrazón mental, fuera la única opción viable que quedara para  terminar con el problema.
Como en muchos otros ámbitos de nuestras vidas, también en este de la política, se ha perdido el poder de la seducción, por la fuerza de la razón y los argumentos, y a muchos, la vía de escape que representa la ilusión de luchar unidos por la consecución de una idea, les ofrece una manera de escapar de la oscuridad de los tiempos difíciles, aunque no hayan estudiado en profundidad, la verdadera naturaleza de sus reivindicaciones.
Todos, sin excepción, deseamos fervientemente que nuestras vidas mejoren. Han sido tiempos de una dureza indescriptible. Quizá por eso, resulta endemoniadamente sencillo seguir a aquellos que nos prometen que con ellos, todo nos irá mucho mejor. Históricamente, ya hemos visto muchos casos de abducción colectiva.
Pero si la guerra termina, si se permite a los catalanes votar, si antes de que ese voto en Referendumn se emita, se ofrece una buena campaña informativa, lejos de partidismos, sobre los pros y los contras de la desconexión, si se negocia un mejor tratamiento del que ha recibido el pueblo catalán, de parte de sus detractores, seguramente sería posible abrir una  ruta de negociación, que permitiera, por fin, una convivencia pacífica entre ciudadanos, que no tienen motivos reales para el odio y muchos para combatir, unidos, contra los problemas comunes.
El espejismo de las manifestaciones, las declaraciones grandilocuentes y los ataques cruzados entre nacionalistas de uno y otro bando, quedarían así, anulados, por la fuerza real de la voluntad de los pueblos.


domingo, 11 de septiembre de 2016

Sonata de Otoño


Recordando al añorado José Saramago, que con su pesimismo natural no era capaz de augurar un buen futuro para la humanidad, pero que sin embargo, conseguía hacerla feliz con la lectura de los libros que escribía, ayudándola a reflexionar seriamente sobre lo terrenal y lo divino, afronto el tiempo que se nos sobreviene, en primer lugar, con la tristeza de comprobar que nada a ha mejorado en absoluto, para la mayoría de la gente que nos rodea, pero a la vez, con la esperanza de que la lucidez consiga derrotar a la cerrazón que se advierte en muchos de los que gobiernan nuestros destinos, ayudándoles a pensar que esto de la política no ha de ir nunca en función de los intereses personales, sino a favor de un bien común, que logre finalmente aliviar lo más posible, el sufrimiento de la gente.
Paseando hace pocos días entre el bullicio estridente de las Fiestas de Bilbao, características por sus excesos gastronómicos y de todos aquellos con los que se pueda hacer alarde de que  esta parte del territorio no ha sido, en absoluto, tocada por los efectos de la crisis, pensaba yo, en la poca solidaridad que todos demostramos con las tragedias que sufren otros seres humanos como nosotros y en el poco esfuerzo que dedicamos a reflexionar sobre cuál puede ser la manera de hacer más fácil la vida a las mayorías, sin permitir que nuestras reivindicaciones queden acotadas por idiomas ni fronteras.
La alegría desbordante de los que se movían junto a mí y la tremenda politización presente en cada calle del País Vasco, indistintamente de que esa calles se encuentren ubicadas en grandes ciudades o pequeños pueblos, me hicieron, eso sí, desear que todos los que circulábamos en esos momentos por allí, nos viéramos, de algún modo, contagiados por ese espíritu de lucha que independientemente de las consignas que defienda, resulta indispensable para que el mundo marche mejor y no regrese a épocas pasadas que todos creíamos haber olvidado hace tiempo y que parecen haber regresado de repente, de la mano de esta crisis eterna.
Me pareció estar tan lejos de lo que irremediablemente me acompaña en mi lugar de origen y en otras partes del país, que también he visitado durante los últimos años, que aún estando como estaba, de vacaciones y desconectada adrede de la actualidad informativa, supe que en algún momento, tendría que compartir las sensaciones que estaba viviendo allí, para que muchos de los que me siguen comprendieran, que siempre y en cualquier situación o lugar, todo es posible.
Para que contemplaran, a través de mis palabras escritas, la inmensa satisfacción que da cumplir con el deber de ganar, a través de la lucha diaria y sobre todo con la unión, todo aquello que desde el inmovilismo, nos puede parecer imposible y para que supieran que los pequeños pasos, dados uno a uno, pero con firmeza, terminan por convertir los caminos más intransitables, en rutas accesibles, si se persevera con tenacidad en el intento.
Una canción de Silvio Rodriguez, sonaba maravillosamente interpretada en una esquina, por un gran artista callejero, al que la suerte, dada su edad, no habría reconocido jamás, sus méritos, aunque efectivamente, conseguía crear todo un remanso de calidez, a través de su voz, que inmediatamente recordaba de todo lo que es capaz, la belleza.
El improvisado concierto, era en esencia, una isla en la que reposar, en medio del fragor sonoro, de la fiesta.
De vuelta a la realidad, a la cruda rutina, a la poenunmbra que rodea nuestro futuro, en estos días inciertos, el haber visto que verdaderamente existen otros mundos, dentro de éste, ayuda a remontar cualquier atisbo, por muy sutil que sea, de desaliento.
Esta Sonata de Otoño, que ha empezado a escribirse con un lenguaje musical de desesperanza y melancolía, puede sin embargo, si queremos, transformar su ritmo decadente, en una oda a la alegría.
Todo dependerá de la intención. El primer paso es siempre el más difícil.



jueves, 8 de septiembre de 2016

Desconcierto


Anda Pedro Sánchez afanado en conversaciones telefónicas con el resto de líderes políticos, aunque ha dicho que no piensa postularse como futuro candidato a la presidencia y tiene a los ciudadanos desconcertados con estas acciones, cuya intención nadie es capaz aún de imaginar, aunque bien pudiera ser un modo de huir del acoso a que ha sido sometido  por todos, en los últimos tiempos.
No se atreve a gritar en voz alta lo que realmente le gustaría hacer, quizá por no tener que enfrascarse en una guerra abierta con un torrente llamado Susana Díaz y con todos aquellos que le rinden diariamente pleitesía, apoyándola en su sueño de desbancar a quién lidera el PSOE ahora, para hacer su entrada triunfal en la política nacional, como salvadora de España y de su propio Partido.
Tener que lidiar con estos barones recalcitrantes que hace tiempo dejaron de ser socialistas, para convertirse en parte de una casta continuista y opositora de cualquiera que defienda los principios de la izquierda no debe ser nada fácil y habría que compadecer a quien a base de querer intentarlo, no hace otra cosa que estrellarse una y otra vez contra un muro de incomprensión, ninguneado estrepitosamente por sus mal llamados compañeros.
Porque la impresión que da desde fuera, es que Sánchez tiene personalmente muchas más cosas en común con las propuestas de Podemos que con las que se lanzan desde su propia Formación y que no se atreve a  contárselo abiertamente a los ciudadanos, quizá por ese falso pudor de no hacer daño a las siglas bajo las que milita y que son las que más presión ejercen sobre la aparente voluntad de su Secretario General, incomprensiblemente.
Lo que ocurre es que su indecisión, su falta de valentía para organizar con mano dura el galimatías en que se ha convertido este PSOE de ahora y para acallar de algún modo el cacareo incesante de los amantes de los privilegios, está terminando por cansar a este sufrido pueblo que ya ha tenido que acudir dos veces a las urnas, en los últimos meses y que agradecería, y mucho, un poco de sinceridad por parte de quién dice liderar el que ha sido hasta ahora, uno de los grandes Partidos, en el panorama político español.
Uno se pregunta si no existe algún medio para que Pedro Sánchez consiga quitarse de encima esa rémora que le impide los pactos que parece que en su fuero interno desea, quizá preguntando directamente a su militancia, que es la que al fin y al cabo sostiene los Partidos, si de verdad sería tan terrible firmar un pacto con Podemos, o si es lo que prefieren, como parecería lo más lógico, al tratarse de un Partido de izquierdas.
Huelgan ya, los Comités federales en los que todos sabemos que nunca se pondrán de acuerdo y mucho más, la comedia de unas conversaciones que no consiguen llegar a ningún fin, con los oponentes.
De algún modo, el PSOE tendrá que dar un paso adelante en una u otra dirección, si no quiere que esta indecisión suya acabe por pasarle factura en forma de un castigo electoral, peor que el que ya ha venido sufriendo, desde hace varios años.
Porque esto no es un juego de mesa en el que los participantes no buscan nada más que divertirse un poco, a costa de las pérdidas ajenas, sino que se trata de una cuestión de estado, en la que se dirime algo tan serio como el futuro de un país, que para mayor inri, es el nuestro.
Así que si ha de haber un cisma en el PSOE, que lo haya. Al menos  de este modo, los electores podrían tener la oportunidad de saber qué tendencias mueven a cada uno y sobre todo, qué pactos estarían dispuestos a firmar, pero claramente.