martes, 30 de octubre de 2018

Tiempo de perros




Con media España enterrada bajo la nieve y otra media anegada por las lluvias  torrenciales que desbordan ríos y afluentes, el mundo de la política sigue su curso, impasible ante los temporales y atrapado en otros que nada tienen que ver con la climatología, pero que apresan igualmente a los ciudadanos en medio de un tornado que gira sobre nuestras cabezas, sin concedernos un solo minuto de reposo o aliento.
Ayer mismo se nos daban a conocer unas conversaciones grabadas entre el marido de María Dolores de Cospedal, Ignacio López del Hierro y el ex Comisario Villarejo, que se ha convertido últimamente en el perejil de todas las salsas, en las que el último avisaba descaradamente al primero de una serie de investigaciones que la policía estaba llevando a cabo, siempre en el entorno del PP, llegando a prevenirle con la antelación suficiente y aconsejándole que se apresuraran a hacer desaparecer las pruebas informáticas y de otros tipos, que pudieran llegar a inculparles en delitos concretos.
Después de lo sucedido con  la Ministra de Justicia, Dolores Delgado  y la comida  que compartió, hace unos cuántos años, con este mismo personaje siniestro que parece haber estado jugando a dos bandas, como esos espías dobles que aparecían en las películas de los años cincuenta, la gravedad de las conversaciones que pudimos escuchar ayer, minimiza de manera considerable todo lo sucedido en aquel almuerzo de infausto recuerdo y vuelve a colocar en el punto de mira al Partido Popular y sus inagotables casos de corrupción, salpicando ahora de lleno a la que fuera  Secretaria General de su formación y Presidenta de la Comunidad de Castilla la Mancha, durante los Gobiernos de Mariano Rajoy.
Cospedal, a la que Villarejo se refiere coloquialmente, cuando se dirige a López del Hierro, como “Tu parienta”, intentó vanamente durante todo el día de ayer  restar hierro al asunto, argumentando que las grabaciones se trataban de unas conversaciones de carácter particular, aunque en ellas todo el argumentario  giraba, exclusivamente, en torno al mundo de la política y en particular a altos cargos pertenecientes al Partido conservador, que casualmente después han sido imputados y condenados por delitos de corrupción, por la justicia.
Al mismo tiempo que esto ocurría, volvía a las primeras páginas de la actualidad el que fuera número dos del Ministro Zoido y ex Director de la DGT, Gregorio Serrano, que habiéndose reincorporado a la Empresa privada, ha estado utilizando en reiteradas ocasiones las instalaciones reservadas a los huérfanos de la Guardia Civil, alojándose y comiendo en ellas, cada vez que ha estado en Madrid, sin que le asista ningún derecho para ello.
La mañana se completaba con las noticias que nos llegaban desde el Estado Vaticano, dónde Carmen Calvo mantenía una reunión con Pietro Parolín, con la intención de evitar que los restos del dictador Francisco Franco puedan ser enterrados en La Almudena, una vez que se haga efectiva su exhumación del Valle de los Caídos.
El encuentro, al que el Vaticano no pareció dar a menor importancia, pues ni siquiera apareció en L`Osservatore romano, periódico oficial que destaca cuanto sucede en el pequeño Estado que gobierna La iglesia, fue sin embargo, celebrado por la Ministra que pareció satisfecha con las respuestas que en principio allí había recibido, aunque no queda claro para nadie aún, si la Iglesia va a permitir o no que Franco sea enterrado en un lugar que por su situación, podría volver a convertirse en un centro de peregrinación para sus leales afectos.
La Iglesia, coma ha solido ser su costumbre a lo largo de los siglos, nada y guarda la ropa, sin `pronunciarse abiertamente sobre una cuestión que ni siquiera debía haberle sido consultada, aunque se haya hecho por deferencia y mantiene, alrededor de este controvertido caso, una especie de halo de misterio que hace presagiar que pudiera dar su consentimiento para que el traslado se realice a La Almudena, sobre todo si esa parte de la curia española que continua siendo fiel a los principios más recalcitrantes de su propia doctrina, empieza a ejercer presiones en derredor que podrían volver loco al mismísimo Papa Francisco, aunque aparentemente su ideología nada tenga que ver con la de estos carpetovetónicos personajes, siempre dispuestos a poner en marcha la maquinaria de sus influencias.
Y por si las cosas no estuvieran ya demasiado complicadas, esta misma mañana, los Ciudadanos de Albert Rivera se han atrevido a sugerir que estarían dispuestos  a dar carta blanca a los presupuestos de Pedro Sánchez, sin especificar mínimamente, a cambio de qué prebendas o si piensan hacerlo con su apoyo o con su abstención, tratando quizá de evitar a toda costa que la aprobación de los PGE, quede exclusivamente, en manos de sus odiados independentistas, baza fundamental en el discurso de sus dirigentes.
Así está el patio en este final de Octubre, en el que no queda claro si la intensidad de las borrascas es más fuerte en el plano climatológico o en el político y con el inicio de la Campaña de las elecciones andaluzas, se augura que aún pudiera ir complicándose todo mucho más, a no ser que se produzca un milagro y las aguas se vayan serenando, cosa bastante improbable, por cierto.
Cuando a una le gustaría permanecer tranquilamente en casa, al abrigo de este tiempo de perros y dedicada a labores mucho más lúdicas que estos tira y afloja que protagonizan a diario nuestros amados dirigentes, la paz vuelve a verse turbada por nuevos vendavales transformadores de escenarios y paisajes y no queda otra que volver a sentarse a escribir, aunque ya les digo yo que cada día cuesta más elegir un solo tema que tratar, entre tanto intríngulis y entuerto.




lunes, 29 de octubre de 2018

Un mundo sin memoria




Gana Bolsonaro las elecciones en Brasil, con más de un 55% de los votos, lo que le convierte en el primer Presidente hispanoamericano claramente adscrito a la ideología de extrema derecha, en un país en el que la pobreza y la diversidad  racial son una realidad con la que hay que convivir necesariamente y que precisaría con urgencia medidas que remedien la situación de millones de personas pertenecientes, en su mayoría, a las clases más necesitadas.
No se puede dudar de que el encarcelamiento de Lula ha causado un daño irreparable a lo que se concibió, mientras estuvo en el poder, como una especie de milagro a la brasileña y que al haberse deteriorado a causa de los acontecimientos que todos conocemos, ha debido decepcionar gravemente a una buena parte del que fuera en otro tiempo su electorado, aunque no cabe otra opción que pensar que cuando acudían a las urnas lo hacían sin pertenencia real a ningún tipo de ideología, pues de otra manera, no puede entenderse este giro brusco y desesperado hacia los proyectos ultraconservadores que Bolsonaro ha puesto sobre la mesa.
Todos hemos podido oír, a lo largo de su campaña electoral, los planteamientos que este líder extremadamente populista ha ido sembrando en cada uno de los discursos que pronunciaba ante unos auditorios plagados de gente variopinta que se ha ido fanatizando, a medida que iba transcurriendo el tiempo y no podemos, sino concluir que las ideas que ha venido exponiendo sin ningún tipo de moderación ni mesura, se corresponden rigurosamente con teorías peligrosamente cercanas a una especie de moderno fascismo que disfrazado de un patriotismo desmesurado que pretende colocar a los oriundos de los países por delante de las masas migratorias que se mueven actualmente por todo el mundo, va ganando objetivos, sin que nadie se pare a pensar en las terribles consecuencias que podría traer que este tipo de Gobiernos se instalaran en el poder de forma generalizada.
La situación de Hispanoamérica,  que resulta ser ciertamente peculiar y que ha sido durante muchos años proclive a la proliferación de golpes de estado de cuyas consecuencias no es necesario hablar porque todos las conocemos, empieza a complicarse mucho más cuando en territorios cercanos pretenden convivir regímenes tan diferentes como el de Maduro y éste que está a punto de instalarse en Brasil y que se encuentran además rodeados de países de los que la gente huye masivamente, debido al crecimiento desmesurado de la miseria y la violencia.
Imaginamos sin embargo, que al actual Presidente de Estados Unidos ha debido complacerle y mucho la victoria de Bolsonaro, que porta un ideario prácticamente calcado del que él mismo presentara cuando ganó las elecciones, ya que puestos a elegir, Trump ha de preferir necesariamente que en Brasil se instale un sistema ultraconservador, que una izquierda progresista que en principio no se deje someter a sus deseos claramente imperialistas.
Pero en el plano de la razón, se ha de concluir que históricamente la ultra derecha jamás hizo por los que menos tienen más que denostarlos hasta hacerlos aparecer como una insoportable carga de la que había que prescindir y que el mundo, por muy raro que nos parezca, carece en su totalidad de la memoria necesaria para recordar todo lo que ya sucediera, cuando este tipo de personajes se hicieron cargo de determinadas naciones, en un determinado momento.
Parece del todo incomprensible que estos votantes masivos de Bolsonaro no se hayan parado ni un instante a meditar sobre todas las calamidades que siguieron al advenimiento al poder de Hitler, Mussolini o el propio Franco, en este país nuestro, ni se hayan planteado que su victoria pudiera convertirse finalmente en una dictadura totalitaria y represora con todos los que puedan disentir de los planteamientos que defienda, como si de repente, el mundo de las ideas se hubiera transformado en algo meramente anecdótico que no trajera resultados, mayoritariamente negativos para la población en general, como bien podemos afirmar todos aquellos que tuvimos la desgracia de vivir muchos años bajo el yugo de una dictadura.
Banalizar el resultado de estas elecciones, sin concederle la importancia que realmente tiene  en un momento en el que nuestro objetivo principal habría de ser canalizar mucho mejor el reparto de la riqueza, hace temer que esta fiebre de inconsciencia termine por hacerse contagiosa y que al final, todos nos veamos obligados a retroceder a una época de infausto recuerdo.
En el día de hoy, muchos de nosotros no podemos sino compadecernos del negro futuro que aguarda a Brasil, pues si Bolsonaro empieza a cumplir   estrictamente las propuestas presentadas durante su campaña, pronto podremos ver cómo en el país de agudizan las diferencias entre las clases sociales y sobra decir a los intereses de cuál de ellas representa este recién estrenado Presidente.
Sentimos una enorme curiosidad por saber cómo va a gestionar el futuro de los millones de gente de color que conforma la población brasileña, dado su carácter marcadamente xenófobo y racista, pues  los fascistas en general, han solido coincidir a lo largo de toda la historia en la costumbre de situar en ghettos a determinados grupos étnicos y no nos extrañaría en absoluto que este recién llegado propiciara la creación de este tipo de construcciones, ahora que tiene todo el poder en sus manos.
Ojala y nos equivoquemos.




domingo, 28 de octubre de 2018

Descenso a los infiernos



Pendientes de los resultados de las elecciones en Brasil, en las que un ultraderechista y xenófobo confeso como Bolsonaro, está a punto de hacerse con el poder, en nuestro país ha quedado tácitamente inaugurada la campaña electoral andaluza y los líderes de los principales Partidos de las derechas parecen haberse  lanzado al ruedo mediático con la única consigna de desprestigiar la trayectoria emprendida por Pedro Sánchez desde que llegara al poder, al que las encuestas conceden bastantes puntos de ventaja sobre sus adversarios, en el caso de que en estos momentos se celebraran Elecciones Generales.
Sin poder olvidar la manera en que el socialista les ganó la Moción de Censura y menos aún que lo hizo gracias al apoyo de los nacionalistas catalanes y vascos y también de Podemos, PP y Ciudadanos, que ya imaginaban un Gobierno de coalición sempiterno y que vieron como cualquier posibilidad de conseguirlo a corto plazo se les escapaba de las manos, han encontrado en el tratamiento que se está daño a la crisis catalana, un inagotable filón del que ir extrayendo cierta rentabilidad política y una excusa que les proporciona la coartada perfecta para verter sobre Sánchez y todos los partidarios de la vía de la negociación, toda clase de acusaciones injustificadas e insultos personales milimétricamente estudiados que no hacen otra cosa que provocar un clima de crispación que sólo satisface en plenitud a los seguidores de estas nuevas derechas cada vez más recalcitrantes y reaccionarias.
Tratando por todos los medios de impedir que Sánchez pueda llegar a completar la legislatura, para que no se materialice la impresionante remontada que su Partido está consiguiendo desde que llegara al Gobierno, PP y Ciudadanos, han hecho de la causa de la unidad territorial una bandera de la que tratan de apoderarse en una lucha sin precedentes entre dos Formaciones de ideología tan similar, a las que sin embargo separa la monumental ambición de sus líderes por ganar, a la mayor prontitud posible, un espacio que hasta ahora ocupaba un solo dueño y por el que hoy hay que pelear crudamente, en un paisaje absolutamente distinto y con una izquierda que por primera vez, parece haber encontrado puntos reales de total coincidencia.
Así, se ha convertido para Casado y para Rivera en imprescindible encontrar un camino en el que el primer escollo a salvar es precisamente la popularidad que está consiguiendo el socialista, con sus acciones y sus gestos, pero en el que se encuentran a la vez, uno contra otro, enfrentados por arañar votos y lealtades que antes se subscribían al ámbito del Partido Popular, pero que en esta tesiura, se encuentran en una encrucijada, sin que les quede claro a qué carta quedarse, por lo que podrían incluso, decidir en el último momento, ofrecer una oportunidad a VOX, ahora que los Partidos de extrema derecha están teniendo un momento indiscutible de auge, no sólo en Europa, sino también en otras partes del mundo, como es el caso de Brasil.
Y es la obtención  de ese voto, recalcitrante y arcaico el que precisamente está causando mayor preocupación entre las filas de estos dos antiguos socios de Gobierno y el que les hace cometer el imperdonable error de olvidar que el principal granero que ha nutrido durante años los éxitos cosechados ha sido precisamente el de aquellos que sin tener una ideología definida, se declaraban abiertamente como simpatizantes del Centro.
Ninguno de los dos, ni PP ni Ciudadanos, por mucho que hayan querido convencernos de lo contrario han mantenido verdaderamente un pensamiento cercano a la socialdemocracia de derechas y aunque durante mucho tiempo han estado procurando convencernos de tal argumento, con un discurso creado exclusivamente para tal fin, lo ocurrido en el territorio catalán ha precipitado que hayan tenido que mostrarse ante la ciudadanía tal y como son, sin las  carteas ni maquillajes tras las que solapaban la naturaleza de sus propios pensamientos.
Llegados a un punto de inflexión que de momento no tiene marcha atrás y habiendo perdido vergonzosamente el poder, no les ha quedado otro remedio que dejar al descubierto sus cartas en un juego que realmente nunca ha sido limpio y no les duelen prendas ni en haber intentado expulsar a Sánchez  dudando de la autenticidad de su Tesis, en esa vía académica que sí  les funcionó con algunos de sus Ministros ni de acusarle directamente de haber colaborado en el supuesto Golpe de Estado que según ellos, se ha perpetrado en Catalunya, olvidando, por ejemplo, que Sánchez apoyó sin reservas la aplicación del artículo 155, cuando así se lo reclamó  Rajoy, siendo aún Presidente del Gobierno.
Volviendo a dudar descaradamente del nivel de inteligencia de los ciudadanos, de nuestra memoria y sobre todo de la capacidad real de decisión que nos confiere nuestra libertad de pensamiento, las derechas han entrado en un bucle de desesperación y elegido unas estrategias que sólo pueden convencer a aquellos que en el fondo, siempre permanecieron anclados a una ideología de tintes claramente ultramontanos y que  se negaron a evolucionar al ritmo que han venido marcando los tiempos.
El enojo que han causado en ellos los resultados de las encuestas del CIS, podría convertirse en algo meramente anecdótico si finalmente deciden continuar por este camino de crispación y a lo mejor, hasta se acelera de este modo, vertiginosamente, un descenso a los infiernos que por supuesto, ellos no esperan, pero que a juzgar por sus actitudes, merecen.   





jueves, 25 de octubre de 2018

Rompiendo las reglas de juego




Una sesión parlamentaria que en principio prometía ser tranquila y que se encaminaba fundamentalmente  a decidir si se iba o no a continuar suministrando armas al Gobierno de Arabia Saudí, se convirtió ayer en una guerra abierta entre el líder del PP, Pablo Casado y el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que se enzarzaron en una violenta discusión, después de que  el dirigente conservador traspasara todas las líneas de la ética y el respeto y acusara, literalmente, al socialista de estar colaborando en el golpe de estado que, según sus propias palabras, se estaba perpetrando en Catalunya.
Haciéndose eco de unas palabras pronunciadas justamente el día anterior por el ex Presidente Aznar, en un acto al que acudieron  todos los representantes del ala ultra conservadora del Partido Popular, como Esperanza Aguirre, Mayor Oreja o el ex Ministro Soria, Casado, que también estuvo presente, demostrando abiertamente su apoyo incondicional a las ideas que mueven a este grupo de  viejas glorias, cada vez más próximos a la extrema derecha, decidió ayer inesperadamente o tal vez aconsejado por los pesos pesados que le habían rodeado en la víspera, ponerse el mundo por montera y exhibir la rancia ideología que parece llevar en su interior, lanzando este mensaje absolutamente fuera de lugar, inexacto e hiriente para quién está tratando de remediar la crisis catalana por medio de la negociación y también para todos los ciudadanos  que vemos en este proyecto la única salida posible para el conflicto, lejos de las vías judiciales y represivas que viene reclamando reiterativamente la derecha.
Coreado y secundado por Albert Rivera en  sus ignominiosas afirmaciones, pues todos sabemos que estaría encantado de suscribir la aplicación del 155, sine die, Casado ofreció ante todos los que en esos momentos nos encontrábamos  presenciando el desarrollo del debate, la imagen de quien no perdona a quién legítimamente le arrebatara a su Partido el poder y que está dispuesto a llegar a dónde sea, con tal de volver a recuperarlo, aunque para ello haya que dirigir ataques furibundos, plagados de soberbia y mentiras, contra quien representa, desde que ganara la Moción de Censura, el enemigo público número uno de todas las derechas.
Visiblemente contrariado y con evidentes signos de enojo, por la acusación que acababa de oír, Sánchez conminó hasta tres veces al líder popular para que se retractara de sus palabras y advirtiendo que no sólo no estaba dispuesto a hacerlo, sino que además recibía el mensaje con una actitud ciertamente provocadora y chulesca, le indicó  con meridiana claridad que hasta que  no lo hiciera daba por roto cualquier tipo de contacto entre ellos, cosa  que no pareció afectar a Casado, a juzgar por la divertida conversación que parecía mantener con Dolors Monserrat, mientras el Presidente lanzaba esta advertencia.
Anonadados por la crudeza de las acusaciones vertidas por el líder popular ,a los espectadores nos costó un buen rato dar crédito a lo que acabábamos de oír y poder asimilar la extrema gravedad del contenido de un mensaje que nos llegaba como justificado por un amor a España que sonó más bien a nacionalismo exacerbado y patrioterismo barato de símbolos y banderas y que naturalmente, no pudimos ni compartir, ni procesar, porque el núcleo principal de la idea que se estaba emitiendo desde las bancadas populares, no era otro que seguir manteniendo abierta una herida que ya en sus tiempos en  el poder no fueron capaces de cerrar y que ahora temen que pueda ir curándose poco a poco, lo que les dejaría en una situación definitivamente ridícula.
Quedó claro que Casado ha decidido definitivamente dónde quiere estar y esa intuición que una lleva dentro cuando hace tantos años que dedica su tiempo a comentar el mundo de la política, hizo que su mensaje nos llevara inmediatamente a considerar que quién estaba sentado, en esencia, en el escaño del principal líder de la oposición, era José María Aznar, enfundado mágicamente en la apariencia del  recién llegado o  quizá manejando en la sombra todos y cada uno de los movimientos que está protagonizando y protagonizará a partir de ahora, esta marioneta seguramente aupada al poder con tal fin y que consiente en ser manejada por  quien ya  lo intentó con Rajoy, fracasando estrepitosamente.
El inconfundible estilo de agresividad incontrolada empleado ayer por Casado le delata en este sentido, pues todos conocemos a la perfección las maneras que solía utilizar el ex Presidente antes y después de llegar a serlo   y no nos cabe la menor duda, de que su ambición y sus ansias por permanecer en primera línea de juego, permanecen intactas, fundamentalmente ahora que ha encontrado en Casado el abrigo necesario para relanzar una carrera que había quedado prácticamente anulada por las desavenencias que siempre tuvo con Mariano Rajoy y sus  Gobiernos.
La extrema derecha, la de la soberbia y el ordeno y mando, la que nos metió en la guerra de Irak contra nuestra voluntad soberana, la que intentó engañarnos sobre la autoría de los atentados de Madrid, ha vuelto con la intención de quedarse y aunque no veamos en puestos de responsabilidad, aún, a quienes protagonizaron aquella época de nuestra Historia, no les quepa la menor duda que ahí están, agazapados, como asesores o simple y llanamente como ideólogos ocultos de lo que será la nueva posición del PP, al menos mientras Sánchez continúe en el poder, cosa que les incomoda tremendamente.
Y no importa tener que romper todas las reglas de juego, mentir o disfrazar la verdad, recurrir a los insultos personales o a rebuscar en las cloacas cualquier cosa que pueda servir para atacar a este Gobierno. Es la única manera de paliar el deshonor y la vergüenza de haber tenido que salir por la puerta de atrás y haber sido literalmente aplastados por las Fuerzas de progreso.
Vamos a tener que ir acostumbrándonos a  este tipo de intervenciones, por lo que aconsejamos al Gobierno de Sánchez que extreme, a ser posible la paciencia.
Felizmente, los ciudadanos gozamos de inteligencia propia y sabemos distinguir, perfectamente, qué clase de dirigentes queremos al frente de la gestión del país. Dejemos pues, que se vayan retratando tal como son.
Al final, seremos nosotros los que decidiremos.

miércoles, 24 de octubre de 2018

La fuerza infinita de la palabra




El terrible asesinato del periodista Khashoggi, una persona que se había convertido en incómoda para el régimen de Arabia Saudí, viene a demostrar fehacientemente que los poderosos temen mucho más a la fuerza infinita que tiene y siempre tendrá la palabra que a cualquiera de esas armas ultra modernas en las que a todos nos asusta pensar, pero que no consiguen convencer a las masas para que se levanten contra las muchas tiranías que aún gobiernan en el mundo, tratando de cambiar las gravísimas injusticias que se cometen contra los derechos  de los  seres humanos.
Este periodista saudí, que luchó denodadamente con su pluma, denunciando las situaciones reales que se viven cotidianamente en su propia tierra, no es el primero, ni será el último que paga con su vida el haber reunido el valor necesario para contar la Verdad que en general, se ha convertido en el mundo de la Política y más aún en los sistemas dictatoriales, en un concepto huero que suele quedar enterrado bajo un espeso manto de manipulación reiterada y que en la mayoría de los casos, suele salir a luz gracias al magnífico trabajo que realizan algunos profesionales de los medios de comunicación, poniendo en riesgo su propia integridad física y la vida, como estamos pudiendo comprobar a diario, para desgracia de los que quedamos huérfanos de las voces que están desapareciendo.
Porque la Verdad, escrita así, con mayúscula, desnuda de todo artificio, contundente, áspera y sin reservas, contada sin maquillaje y en su justa medida, sin medias tintas que sugieran un particular servilismo hacia regímenes o Partidos, del signo que sean, suele provocar en quienes manejan los poderes, la embarazosa sensación de que sus actos son observados con lupa por estos escritores que libres de cualquier atisbo de miedo, los ponen diariamente en un escaparate en el que pueden ser detenidamente observados y analizados por todos los pobladores de la tierra y al mismo tiempo, cuando esos actos están directamente relacionados con determinados abusos o delitos, estas denuncias suelen acarrear para ellos, indeseables consecuencias.
Huyen los políticos en general, de la Verdad, como de la pólvora y en consecuencia de quienes se han convertido en expertos en el manejo de la palabra, porque esta narrativa de nuestro siglo, el periodismo de investigación que se mueve, gracias a las nuevas tecnologías, a una velocidad sorprendente, puede causar y causa estragos que hasta hace sólo unos años podrían haber resultado inimaginables, pero que ahora son posibles, porque casi nadie puede escapar de los efectos de estas denuncias minuciosamente estudiadas y milimétricamente expuestas, a través de las páginas de periódicos que alcanzan repercusión mundial, en cuestión de unos pocos segundos.
Debemos a quienes arriesgan sus vidas y en algunos casos la pierden, el privilegio de poder conocer una información auténtica y sin sesgos que coloca en un plano de absoluta igualdad a los poderosos y a la gente corriente y que a diferencia del  judicial, que en muchos casos puede ser manipulado y forzado a inclinarse del lado de la balanza que beneficie a los reyes del poder, no conoce límites en sus contenidos, ni se encuentra sometida al yugo esclavizador  del autoritarismo, que en mayor o menor medida, trata inútilmente de comprar, al precio que sea, el preciado tesoro de su silencio.
Algunos indeseables, se venden al mejor postor ejerciendo un periodismo partidista e indigno que vulnera todos los principios de esta maravillosa profesión, que fue concebida indefectiblemente para poner al alcance de todos la temida Verdad y que queda absolutamente denigrada por estos plumillas de baja estofa que cocinan la información con recetas bajo las que subyace la evidente influencia de algunos poderes, pero otros, insobornables, incorruptibles y fundamentalmente valientes, logran  a duras penas, permanecer fieles a una práctica limpia de su función y son precisamente ellos, los que honran con su lucha diaria, no sólo al Periodismo como tal, sino también al género humano al que pertenecen y que se encuentra en la actualidad, tan falto de valores que corroboren la grandeza de su existencia.
En agradecimiento a ellos, por proporcionarnos la oportunidad de no tener que vivir con los ojos cerrados y poder aprovechar la libertad que nos brinda en conocimiento de la Verdad, transmitida a través de la palabra, en cada uno de sus artículos, no podemos ni queremos silenciar la masacre que se está cometiendo con estos profesionales con absoluta impunidad y que  nos resta a todos, el derecho a una información rigurosa y sincera, que nos ayude después a dilucidar en total libertad, la naturaleza de nuestro propio pensamiento.
Hemos de ser pues y  manifestarlo, guardianes de este tesoro que muchos tratan de robar porque la ignorancia convierte a los seres humanos en sumisos corderos y hemos, porque así nos lo pide la conciencia, de exigir contundentemente, justicia para estos muertos que luchando por la libertad de expresión, fueron directamente aplastados por determinados poderes, sin que en la mayoría de los casos, sus actos hayan tenido las consecuencias que merecen.
Ojalá y todos los periodistas del mundo fueran como ellos y no mercenarios de la información, adheridos plácidamente al poder, que se limitan a transmitir noticias preparadas directamente en los despachos de la clase política y que no transmiten nada más que repulsión a quiénes las escuchan, pues falta en ellas, la Verdad, a la que renunciaron, a cambio de determinados privilegios, hace ya mucho tiempo.

domingo, 21 de octubre de 2018

Un Tribunal con freno y marcha atrás




Qué verdad es que la alegría dura poco en la casa de los pobres y en estos últimos días hemos podido ver  un ejemplo de que el refrán se cumple, pues en tal sólo unas horas, el Tribunal Supremo dictaba una sentencia que adjudicaba a los Bancos el pago de los impuestos generados por las Hipotecas, para paralizar después, sin explicación alguna, por cierto, la aplicación efectiva del dictamen, dejando en suspenso hasta nueva orden, una iniciativa que en principio, había contentado y mucho a miles de familias y enfadado monumentalmente a los principales sectores de la Banca.
Esta maniobra nada usual, que dejó boquiabiertos, no sólo a los consumidores, sino también a los juristas, políticos y hasta al mismo Gobierno, se ha convertido en la comidilla que se extiende por todas partes como un reguero de pólvora, pues exhibe una imagen de la Justicia española ciertamente esperpéntica y carente de seriedad, sembrando la duda de si los fallos emitidos por los Tribunales son  efectivamente iguales para todos o es verdad aquello que se dice, de que existe una justicia salvadora y benevolente para los ricos y otra mucho más áspera y desbrida, para los pobres.
El revuelo que levantó la sentencia, a los pocos minutos de ser conocida, la significativa bajada de las principales entidades bancarias españolas en la Bolsa y el inmediato bloqueo de las páginas que los Bancos dedican a la concesión de Hipotecas, provocaron que por la tarde, el Supremo decidiera echar el freno y dar marcha atrás, dejando la opinión que habían emitido por la mañana en suspenso y ofreciendo argumentos más que comprensibles a las Asociaciones de Consumidores y a los ciudadanos en general, para criticar exhaustivamente y con tremenda indignación, la poca seriedad que suponía este inesperado parón, que continuamos sin saber de qué manera será finalmente resuelto.
Llama  poderosamente la atención que sea precisamente el Supremo, un Tribunal al que se recurre para resolver causas desde instancias menores, el que protagonice este patinazo sin precedentes y que a día de hoy, continúe sin ofrecer ningún tipo de aclaración  del por qué se produce este cambio de criterio, por lo que cualquiera podría deducir que, presuntamente. han debido recibir, desde el mismo instante en que se hizo pública la sentencia, una serie de presiones encaminadas directamente a que fuera inmediatamente revocada.
Si pueden los poderes económicos o no, influir directamente en los fallos judiciales es algo que ha empezado a preocuparnos, debido a la gravedad que supondría que algo así fuera cierto, pero aún nos inquieta más, el silencio que guarda hasta ahora sobre el asunto, el propio Gobierno, que al menos, debe tener derecho a recibir de este Tribunal alguna explicación, sobre todo cuando lo que está en juego tiene que ver con los intereses de las familias que durante años han soportado los terribles abusos que se han venido cometiendo con  la firma de esas Hipotecas eternas que esclavizan a las gentes durante periodos de más de treinta años.
Si el Supremo se ha dirigido o no a las más altas esferas políticas, lo desconocemos, pero en el caso de que lo hubiera hecho, indigna bastante que se nos haya dejado al margen de lo ocurrido y más aún que se nos mantenga en una situación de incertidumbre que sólo quedará resuelta, en uno u otro sentido, cuando estos sesudos señores y señoras que conforman  el TS, emitan finalmente un juicio creíble e inapelable que confirme o anule la maldita sentencia.
Entretanto, la imagen de la Justicia española se ha convertido en un adefesio, criticado por toda la prensa extranjera, en la que se tiene la sensación de que la Banca se ha convertido en una Institución absolutamente intocable, fundamentalmente por las represalias que podrían esperarse de ella, si salieran adelante sentencias que, como esta, la perjudiquen considerablemente.
Que éramos seres insignificantes en quiénes los poderosos no piensan, ya lo habíamos aprendido a fuego, en estos años de especial dureza, pero que la Justicia, que ha de ser necesariamente igual para todos, nos abandone   directamente a nuestra suerte, vulnerando nuestro derecho a ser defendidos, no puede sino producir en nosotros, rabia e indignación y hasta la tentación de querer convertirnos en anti sistemas, porque nos va quedando claro que éste por el que nos regimos, no funciona debidamente.
A la espera de que sus Señorías tengan a bien ofrecer a los afectados por su primera sentencia una dilucidación detallada de este repentino e inesperado viraje que nadie comparte ni entiende, quedamos pendientes de que al menos nuestro Gobierno, saque la cara por nosotros y exija, hasta dónde permita la Ley, que estos vaivenes repentinos que generan perplejidad, no vayan a convertirse en una costumbre, como suele pasar con todo aquello que, casualmente, afecta a las élites más poderosas, en este país nuestro.

jueves, 18 de octubre de 2018

En busca de un acuerdo



No sé a ustedes, pero  a mí  me parece profundamente interesante el hecho de que Pablo Iglesias haya decidido visitar en prisión a Oriol Junqueras, ya que lo hace y así se ha preocupado de aclararlo, a título personal y no con la presunción de ser una especie de delegado del Gobierno, como han sugerido los principales líderes de PP y Ciudadanos, fieles a su crítica a la totalidad del proyecto de Presupuestos Generales del Estado que fue presentado hace sólo unos días.
Tampoco veo yo a Iglesias esta vez, especialmente preocupado por acaparar  protagonismo político, como ha manifestado la Presidenta de la Junta de Andalucía, que no puede ocultar la aversión que siente hacia Podemos, sino más bien, interesado en que puedan salir adelante los acuerdos pactados con el PSOE y  que beneficiarían, en el plano social, a miles de familias necesitadas, aunque para su aprobación sean estrictamente necesarios los votos de los independentistas catalanes, como todos sabemos.
La reunión propuesta por Iglesias parece ir encaminada únicamente en este sentido y convendría por cierto recordar  que el triunfo de la Moción de Censura no se hubiera producido nunca sin la intermediación que llevaron a cabo los podemitas con los separatistas catalanes, en aquellos difíciles momentos, sobre todo, porque el no haber apoyado la aplicación del 155, su margen de maniobra, fundamentalmente con Esquerra Republicana fue mucho mayor y permitió un tipo de negociación menos tensa que finalmente, terminó por fructificar, en un acuerdo.
Sucede ahora, que no es sólo el Partido en el Gobierno el que presenta el borrador de los PGE, sino que cuentan ya con el apoyo de la Formación morada , a la que los grupos independentistas no sólo no pueden exigir ningún tipo de intervención en el problema de sus presos , sino que en cierta media, les deben el agradecimiento por el apoyo que siempre dieron a la petición de la convocatoria de un Referendum pactado y el haber reclamado en reiteradas ocasiones la vía del diálogo y la negociación, para la resolución del conflicto.
Si Junqueras tiene cabeza, que la tiene y está dispuesto a escuchar lo que tiene que decirle Iglesias y que tiene mucho que ver con la ideología que representa la Esquerra Republicana que lidera, seguramente entenderá con facilidad que oponerse a la aprobación de estos PGE supondría negar a los catalanes las mejoras que se proponen en el texto y también que su situación personal y la de sus compañeros encarcelados ha de ser, necesariamente desligada de este asunto que se ciñe estrictamente al plano de la Economía y que nada tiene  que ver con los problemas judiciales, en los que por cierto, poco  puede ni debe hacer el Poder Ejecutivo, pues la Justicia ha de desenvolverse ante todo, con total independencia.
El mensaje, que no puede ser más claro y que no llega de parte del Gobierno español, sino de un Partido que comparte muchas afinidades con el que lidera Junqueras, ha de ser oído sin embargo, con apertura mental y no enmarcarse empecinadamente en el plano de las reivindicaciones propias del separatismo, pues lo que se dirime resulta ser de suma importancia para la subsistencia diaria de los ciudadanos y su rechazo podría conducirnos a la necesidad de convocar nuevas elecciones generales, cosa que no convendría para nada, ni a la actual cúpula de la  Generalitat, ni a los presos.
Esperemos que Iglesias ponga toda la carne en el asador y no ahorre en esfuerzos para conseguir convencer a Junqueras de la conveniencia de secundar este acuerdo y sobre todo, para que olvide las presiones que últimamente está recibiendo de parte de los partidarios de Puigdemont, porque la realidad en la que viven los catalanes es para el ex President exiliado, cada vez más desconocida y dar la espalda a la oportunidad de poder mejorarla sustancialmente, constituiría un gravísimo error que seguramente terminarían pagando también, estos socios ocasiónales que conforman la unión secesionista.
Todos albergamos la ilusión de que las dotes de convicción de Iglesias funcionen en esta reunión con Junqueras y que la coherencia que ha demostrado con su actitud, el líder de Esquerra Republicana, se imponga sobre la terquedad de mezclar asuntos que nada tienen que ver, como vienen haciendo desde hace unos días los de Torra, empeñados en solucionar, por el medio que sea, un problema que sólo compete al ámbito judicial y que por tanto, escapa al poder del Gobierno.
Este es uno de esos momentos trascendentales en el que uno tiene la obligación de decantarse entre dos opciones distintas. Una, es la que proponen Sánchez e Iglesias y la otra, la que defienden al unísono Ciudadanos y PP. Imaginen, por un instante,  a los independentistas votando junto a ellos.


miércoles, 17 de octubre de 2018

El patio del Colegio




Con un enfado monumental, al intuir que los presupuestos pactados por Sánchez e Iglesias pudieran finalmente salir adelante, los Partidos de derechas españoles recurren a toda clase de subterfugios, incluida la estrategia del miedo que comentábamos ayer, como si no pudieran consentir que el timón que han manejado en materia económica durante los últimos años haya cambiado de manos y la dirección que ha venido incidiendo en políticas de austeridad y recortes, no fuera susceptible de ser virado,  por mucho que haya estado perjudicando la situación de penuria que padecen las familias españolas.
No contentos con dedicarse a recorrer todo el territorio nacional denostando allá dónde van, el contenido de estos presupuestos y amenazando al personal del peligro de que en nuestro país pueda suceder lo mismo que está ocurriendo en Italia, aunque todos sabemos muy bien cómo se las gasta Salvini, a Pablo Casado, actual líder del PP, se le ha ocurrido la feliz e insólita idea de desplazarse hasta Bruselas para entrevistarse personalmente con Ángela Merkel, con la única intención de convencer a la lideresa alemana de que haga valer su autoridad en las altas Instancias europeas, para que rechacen de plano el proyecto presentado por los socialistas, con la excusa de que no se ajusta a los planes que desde allí se habían establecido para el caso de España.
Debe pensar Casado, víctima de   su corta experiencia, que la Merkel ha de ser considerada en la Unión, como una especie de Señorita Rottenmeier, a la que se puede acudir en el patio del colegio, a quejarse de la conducta de los compañeros y que haciendo gala de la acritud de carácter que la define, le va a faltar tiempo para llamar al orden a Sánchez,  castigándole si es preciso, de rodillas en el rincón, delante de toda la clase, para que aprenda de una vez que saltarse las normas impuestas por la autoridad, conlleva un correctivo disciplinario del estilo de los que se empleaban en los años cincuenta, cuando una era pequeña.
Poco han tardado Sánchez y los suyos en tildar esta conducta pueril e incomprensible como una forma de deslealtad, aunque para ser justos, habría que señalar que más que una falta grave, lo que comete Casado es la incorrección de convertirse en ese chivato que habita en todas las aulas de todas las escuelas y al que nadie puede ver, por considerar que pelotillear a los maestros resulta ser, sencillamente, deleznable y rastrero.
Ya le advierte Borrell, con cierto tinte de sorna, que bien  podía haberse  ahorrado el viaje, pues parece que Europa aceptará sin reservas el plan de los presupuestos y en cierta medida, debe tener razón, pues aunque los separatistas catalanes no hayan dado su aprobación de momento, parece que podrían hacerlo en el último minuto, con tal de evitar que se precipitara la convocatoria de elecciones y el consabido sofocón que podría sobrevenirles, si las ganaran las derechas.
Haría bien el señor Casado, que a veces parece que no da más de sí, en preocuparse por la cantidad de votos que su Formación está perdiendo  en los últimos tiempos y en ahondar un poco más en los contenidos que propone para el país su Partido, porque hasta ah ora, lo único que le vemos hacer, es andar zascandileando por la geografía del país, bandera en ristre y cánticos al viento y reclamar, una y otra vez, hasta la saciedad, la aplicación del 155 en Catalunya, como si las demás Autonomías no contaran y eso que acusa a Sánchez de ir en contra de los intereses de su amada España.
Está resultando Casado, ciertamente bobalicón y cansino y demostrando  fehacientemente que los rumores sobre su formación académica algo de razón deben tener, pues política, lo que se dice política, en el sentido más estricto de la palabra, no está haciendo ninguna, pues todo su discurso se circunscribe, indefectiblemente, a criticar cualquier cosa que hace el Gobierno y a proclamar una españolidad que se le supone de antemano, por el mero hecho de haber nacido aquí y que por tanto, no hace falta que nos recuerde una vez, cada diez segundos.
Si flemático y aburrido era Rajoy, éste le gana por goleada, pues al menos el ex Presidente ofrecía de vez en cuando algunas perlas de inestimable contenido, que brillan por su ausencia desde que Casado se ha hecho con el mando, pues su grado de insulsez no puede ser más monumental, ni sus palabras más proclives a provocar el tedio en quiénes las escuchan.
Buena faena le ha caído a Merkel, si por una mera cuestión de educación, decide oír al chivato y le permite entrar en materia, por lo que haría bien en no dar demasiada cuerda al recién llegado, pues no debe haber conocido, en toda su carrera política, a nadie que hable más y diga menos.
En fin, en este lío andamos metidos y aunque algunos lo ven como una afrenta, a mí no se me ha ocurrido otra cosa que intentar abordarlo desde un plano satírico, ya que me parece éste, un personaje sin ningún carisma y nada de emoción, al que habrá que enseñar de algún modo, que el humor es absolutamente necesario en la vida, a ver si va aprendiendo esta lección que no necesita presencia ni trabajo, para que te otorguen un título en la materia.

martes, 16 de octubre de 2018

Vivir sin miedo



Otra vez, el PP, Ciudadanos y también  la nueva ultraderecha española de VOX, comienzan a jugar con los sentimientos más profundos que habitan  dentro de cada uno de nosotros, tratando denodadamente de aterrorizarnos ante cualquier movimiento que lleven a cabo los Partidos de izquierda españoles, procurando plantar una semilla de inseguridad proveniente directamente del terror y denostando la legalidad de una ideología que se asienta en unos pilares fundamentales que no pueden tener más vigencia.
Ya se vuelven a oír las voces de los agoreros preconizando una caída de la Economía, si Sánchez consigue sacar adelante los presupuestos pactados con Podemos y a sonar todas las alarmas que se encienden en las cabezas de los conservadores, cada vez que su intuición les dice  que se les puede escapar el poder, porque las medidas que se están tomando y que tienen esencialmente tintes de carácter social, empiezan a satisfacer a las gentes, cansadas hasta el hartazgo de las políticas de recortes y austeridad que siempre terminan pagando las clases más desfavorecidas, pero que tanto gusta  poner en práctica a los moderados.
Acudir al tema de una nueva recesión o al rescate que llevado a cabo por Mariano Rajoy, para redimir la mala gestión de la Banca española  y que estamos pagando todos los ciudadanos honrados, a los que se nos obligó a ceñirnos el cinturón, hasta límites insosteniblemente severos, se convierte de nuevo, como si hubiéramos perdido la memoria, en la estrategia más utilizada en las comparecencias públicas de Casado y Rivera, que buscan desesperadamente generar un estado de profunda ansiedad que no nos permita siquiera disfrutar de las pequeñas mejoras que se nos ofrecen.
Estos patriotas de pacotilla, que bandera en ristre recorren la geografía del país proclamándose salvadores de una tierra que no necesita de sus servicios, sino de un empujón que devuelva a la Sociedad la dignidad que ellos mismos le arrebataron, gustan de profetizar catástrofes y calamidades, afirmando que nos aguarda un futuro absolutamente negro e incierto, basando el grueso de su argumentario, simplemente en el hecho de que la izquierda esté consiguiendo una cierta unidad y sin poder demostrar que las acciones encaminadas a mejorar la calidad de vida de los españoles, no vayan a funcionar como ha ocurrido, sin ir más lejos, en Portugal, que ha conseguido un crecimiento que jamás se hubiera hecho realidad si se hubieran seguido las directrices que aquí proponen las derechas.
Pero el mito de que con  los Gobiernos de izquierdas no puede funcionar bien la economía se ha convertido en una tesis recurrente que suele usarse con tanta frecuencia, como admita el momento en el que se vive, aunque se olvida, creo que deliberadamente mencionar, que aquel crecimiento económico ocurrido en la etapa de Aznar, trajo como consecuencia, no sólo la burbuja inmobiliaria que nos llevó a una crisis que todavía estamos padeciendo, sino que uno de sus principales actores, en concreto Rodrigo Rato, por entonces Ministro de Economía, se halla inmerso en una serie de temas judiciales, acusado de malversación, blanqueo y otras muchos delitos nada ejemplarizantes, por cierto.
Acusar sin pruebas a los demás, impedir taxativamente que puedan probarse otras vías que no sean las que las derechas proponen, para conseguir desarrollo y progreso, aunque haya que batallar con la Comunidad Europea, supone, sobre todo por esa costumbre de amedrentar a la ciudadanía con películas de terror, un gravísimo atentado contra la libertad de opinión y voto de todos , aunque hace tiempo que no necesitamos tutores que nos ayuden a pensar o decidir, pues somos muy capaces de hacerlo  por nosotros mismos.
Vivir sin miedo, hace posible no sólo que los problemas se afronten con una tranquilidad que no te permite estar encadenado a la oscuridad de un estado permanente de alerta, sino también que pueda fructificar en nuestro interior la esperanza y la creencia de que es posible, con lucha y esfuerzo, obtener una vida mejor, lejos de las penalidades y miserias que nos trajeron, puerta a puerta, Rajoy y sus Gobiernos.
Confiar en la palabra de estos echadores de cartas, expertos en magnificar desgracias y tragedias, dejarse encadenar al pánico y al recelo que maniatan nuestra libertad de movimientos, impidiéndonos avanzar física e intelectualmente, no puede, sino significar un inaceptable error que además de causar daños irreparables en nuestros sentimientos, nos condenan a un ostracismo del que desgraciadamente sabemos mucho los que llevamos a la espalda un buen número de años vividos.
Les pido desde aquí, que se atrevan a juzgar por sí  mismos, incluso sin oír los mensajes de nadie, si lo que se les pone por delante les convence y conviene, o si por el contrario, prefieren permanecer anclados a la situación personal que padecen en la actualidad, sumisos ante los designios de los que precisamente la provocaron, aunque nunca participaron particularmente de las obtusas medidas que tanto defendieron.
Sean valientes, al menos para pensar. Huyan de los cantos de sirenas y los augurios malintencionados que susurran en sus oídos aquellos que desean, por encima de todo, el poder y hagan valer, expulsando el miedo de sus corazones, su opinión, pues finalmente, son ustedes, somos nosotros, los que con nuestros votos ponemos o quitamos Gobiernos.


lunes, 15 de octubre de 2018

Presiones inevitables




Tras el acuerdo alcanzado por el Gobierno con Podemos,  sobre los Presupuestos Generales del Estado, que incluyen un gasto en medidas sociales que puede hacer mucho bien a las clases más desfavorecidas de nuestra Sociedad, era inevitable que surgieran presiones por parte de los grupos independentistas catalanes, cuyos votos, como todos sabemos, resultan ser absolutamente necesarios para poder sacar adelante esta y otras propuestas que ya cuentan, de antemano, con la oposición de los dos grupos de derechas, representados en el Parlamento.
Con sus principales líderes encarcelados y con una Fiscalía que mantiene para ellos el cargo de Rebelión, PdeCat y también Esquerra Republicana, no tienen otro remedio que aprovechar cualquier ocasión que se les  presenta para intentar desesperadamente ganar este pulso al Gobierno español, aun sabiendo positivamente que el retraso en aprobar , en este caso los PGE, influiría muy negativamente también  en  la Economía catalana y que los poderes políticos ni pueden ni deben influir en las decisiones tomadas por el poder judicial, que ha de ser necesariamente independiente, si se quiere que la Democracia funcione.
Sin embargo, inciden una y otra vez en este punto, reclamando  no se sabe qué tipo de injerencia gubernamental que facilite la vuelta a casa de sus políticos presos, ejerciendo una especie de chantaje emocional que podría provocar, si se mantienen en su negativa, que Sánchez tuviera que convocar nuevos Comicios, ignorando, por la naturaleza de la situación, cuál sería el resultado que saliera de la consulta o si la unión de PP y Ciudadanos lograría alcanzar un número de votos suficientes  para poder volver al poder y en el caso de Catalunya, a las tesis aplicadas en el pasado más reciente.
Se juegan los separatistas, en este caso concreto, no sólo aquello que paree nublarles la razón y que se ha convertido en la única reivindicación que les interesa, sino también, la posibilidad de que los ciudadanos que habitan en su territorio puedan beneficiarse de las medidas sociales que incluye el paquete pactado y que podrían remediar, en muchos casos, las gravísimas condiciones de vida que padecen, pues no sólo de independencia vive el hombre, como todos, en  general, desgraciadamente, sabemos y aceptamos, inevitablemente.
Y sin embargo, presionan como si les diera igual que la vía de negociación vigente pudiera ser abandonada, empeorando sustancialmente la situación que rige en la actualidad, porque si las derechas ganaran las elecciones, volverían a implantar el 155, esta vez, sine die y da la impresión de que en cierta medida buscan una excusa perfecta para poder acusar reiteradamente al Estado español de represor, quizá porque todas las causas lucen más si se puede contar en ellas con la existencia de algunos mártires que justifiquen según qué cosas y según qué propuestas.
Puede que a los separatistas les importe muy poco la opinión que de ellos se tiene al otro lado de sus fronteras, pero su insistencia en colocar por encima de todo lo demás la libertad de sus presos y la vuelta de sus llamados exiliados, exacerba los ánimos de mucha gente que verdaderamente necesita de las ayudas que se incluyen en este plan presupuestario y que aun habiendo mantenido hasta ahora, una posición de  excelente neutralidad, empiezan a estar hartos del egoísmo que demuestran los que ignorando la gravedad de su escenario, no permiten que se avance por otros caminos que paliarían en cierto modo, las penurias económicas que padecen.
Probablemente, dentro del territorio catalán, existirán núcleos de población a los que no deben estar sentando nada bien las posturas de los separatistas, en este asunto y que preferirían, por lo que para ellos representaría igualmente, que por una vez se dejara de lado el pulso que mantienen con el Gobierno español, exactamente igual que se hizo en el caso de la Moción de Censura que arrebató a Rajoy el poder, pues también esta vez, se trata de mejorar un contexto de emergencia que nada tiene que ver con las líneas de las fronteras.
No les quepa la menor duda de que los secesionistas terminarán pagando este gravísimo error, pues aunque Sánchez decidiera no convocar elecciones, bien podría cambiar la orientación de su pensamiento sobre el problema catalán, fundamentalmente porque al sentirse extorsionado, estaría en su derecho.
Queda aún la baza de que Iglesias se brinde a intermediar entre unos y otros para poder alcanzar finalmente un acuerdo y que ese poder de convicción que impregna sus discursos, consiga apear de su incomprensible cerrazón e éstos que teniendo la llave para poder aprobar cualquier medida, hacen de ella un instrumento de tortura con el que aniquilar el futuro de los más necesitados, que para ellos, queda claro,  no deben tener la misma categoría humana que sus presos.
Ojalá y el líder de Podemos, que tanto ayudó en  el acuerdo que propició el triunfo de la Moción, realice una buena gestión, sobre todo con la gente de Esquerra, pues está claro que los leales súbditos de Puigdemont, habitan en una burbuja herméticamente cerrada que  flota en una realidad paralela, a la que no tiene acceso el grueso de la población a la que tanto dicen amar,  pero cuyas necesidades posponen, cuando se trata de establecer prioridades sociales y políticas.


domingo, 14 de octubre de 2018

La España chirigotera



Los aguerridos representantes de las derechas han encontrado en la crisis de Catalunya la excusa perfecta para mostrar , el día de Las Fuerzas Armadas, su particular españolidad, exhibiendo a los cuatro vientos un sinfín de esos símbolos de los que se han ido apropiando poco a poco, convirtiéndolos   en el instrumento perfecto para hacer reivindicación de un concepto de Patria que deje claro ante las “hordas izquierdistas” y todos los que aún son susceptibles de ser captados para esa suerte de nacionalismo obsoleto que defienden como los toreros, con la montera en la mano y dando la vuelta al ruedo, ávidos de lograr algún triunfo, ignorando olímpicamente, quizá porque la cerrazón mental nunca se lo permitió, que la diversidad de pensamiento y la libertad de expresión son derechos inalienables de todos los seres humanos y que ese mundo exclusivo y clasista, creado con la única intención de perpetuar su superioridad, ha cambiado, afortunadamente, con el paso inexorable de los tiempos.
Los desfiles conmemorativos que se celebran anualmente en este país, como en otros muchos del mundo, remueve sin embargo puntualmente esos sentimientos que constituyen una especie de catecismo que ocultan cuando se disfrazan de demócratas convencidos y juegan, porque no les queda otro remedio, a la práctica de un ejercicio político que muestra la evidencia de lo que realmente son, cada vez que ganan las elecciones y les insufla el ardor guerrero que entonan en sus cánticos preferidos, ofreciéndoles alas para dejar volar su imaginación, simple y calenturienta, anclada irremediablemente al tamaño de las  banderas y pendones que lucen con enardecido  orgullo en vestimentas y balcones, reclamando de todos una colaboración obligatoria, a riesgo de ser tildados de traidores, si no siguen, al pie de la letra, lo que de ellos exige la exaltación de estos momentos.
Hombres de pelo en pecho y cabellos engominados que suelen jactarse de encabezar cualquier manifestación en la que ondee la rojigualda o que salvaguarde la firmeza de los valores conservadores que llevan inyectados en sangre desde la infancia, sin que pueda influir en ellos el sufrimiento por las desigualdades y miserias que padece la sociedad en la que viven y mujeres que sin entender ni compartir el mensaje que transmite la verdadera definición del feminismo, les acompañan a muerte en sus cruzadas antediluvianas, bendecidas por la influencia de esa Iglesia que les es afín, aceptando la existencia de unos dogmas religiosos e ideológicos, siempre enfundadas en ropajes adquiridos en las millas de oro de las principales ciudades, sin advertir cuánto se parecen unas a otras, quizá porque los uniformes forman parte necesaria, del argumentarlo que representan.
Este año, cómo no podía ser de otra manera, al haber sido apeados del poder de manera intempestiva y vergonzante, se han atrevido a poner toda la carne en el asador, pues ahora que se encuentran divididos en tres fracciones de un mismo todo e intuir que les va a resultar difícil volver a retomar la gloria de tiempos pasados, a pesar de sus muchos e inenarrables  esfuerzos por denostar al nuevo Gobierno, acudir a la estrategia de la españolidad, alejarse de la esa centralidad falaz que tantos réditos  les ha producido desde que se hiciera real la llegada de la Democracia, puede asegurarles, al menos, los ansiados votos de todos aquellos que permanecen anclados en el tradicionalismo feroz y que no pueden tolerar la idea de que en este país puedan convivir pacíficamente pueblos de identidades diversas, creyendo como creen, en una España monocolor que procede directamente de los años oscuros de la Dictadura y que sólo se ilumina al paso del estandarte nacional, portado por “soldados” de mano alzada y rígidas facciones que son considerados como héroes, por el grueso de las enardecidas masas que los aplauden.
Han intentado vendernos, sin ninguna consideración hacia nuestra propia inteligencia, tacitas, cinturones, pulseras, banderines, escudos, corbatas, cuadernitos de notas, pegatinas, sombreros, paraguas, insignias, platitos, pañuelos, playeras, camisetas, pantalones y hasta unas nubes dulces  para los niños, que si no fuera porque no sabemos a dónde va el dinero que se recauda y lo que pretenden conseguir con este comercio, carecerían de toda importancia, pues dichos objetos constituyen sin ningún género de duda, una enorme horterada.
Para los que permanecemos al margen de estas veleidades y tenemos la suerte de poseer un pensamiento propio, por cierto bastante alejado de estas banalidades sin sentido que evidentemente en nada representan para nosotros el concepto de Patria, las derechas españolas, con sus principales líderes a la cabeza, no sólo están perdiendo la oportunidad de sumarse a la modernidad, sino que están protagonizando, con estas acciones ciertamente circenses,  un retroceso que dañará gravemente su imagen en el mundo actual en el que vivimos, convirtiéndolas en una especie de bastión exótico e inexpugnable, en el que no tienen cabida los avances del progreso.
Bien harían en preocuparse un poco más de los problemas de esos ciudadanos a los que pretenden atraer con la magia ilusoria de sus distintivos y banderas, pues resulta ser un hecho probado e innegable, que la simbología nunca, en ningún momento de la Historia, aportó soluciones efectivas a las dificultades que afectaron a los seres humanos, ni mejoraron nunca las situaciones de crisis que la humanidad padeciera, en cualquier parte del universo.
Así que esta parafernalia desfasada y cateta, sólo puede ser interpretada como una respuesta desesperada al pavor que sienten las derechas, al intuir que los pactos que las izquierdas barajan, puedan finalmente triunfar.
Nunca fueron capaces de admitir, en buena lid, las derrotas, pero créanme si les digo, que para ofrecer una imagen de seriedad, conviene alejarse, urgentemente, de todo lo que conlleve hacer el más espantoso de los ridículos.

jueves, 11 de octubre de 2018

Mallorca, derruída




A pesar de que la noticia de la mañana debería ser, porque afectará el futuro de todos, el acuerdo alcanzado entre PSOE y Podemos, en la cuestión de los Presupuestos Generales del Estado, la tragedia climatológica ocurrida en Mallorca, que se ha saldado con diez muertos y tres desaparecidos, hasta el momento y que ha traído una avalancha de agua y destrucción que ha dejado a miles de familias sin hogar y a otras muchas, al mismo borde de la miseria, acapara la portada de los diarios  de toda la prensa nacional y produce dolor de corazón en todos los ciudadanos de bien, que no podemos mirar hacia otro lado, tras estos últimos sucesos,
 La borrasca, en la que han confluido una serie de circunstancias adyacentes, terminó por convertirse en una especie de tsunami que arrasó cuánto se encontraba a su paso,  cebándose especialmente en la población de Saint Llorens, cuyo paisaje hoy podría compararse con los que quedan después de los bombardeos, se estancó en un momento de la tarde sobre una zona turística mallorquín, derramando, en un corto espacio de tiempo, más de 240 litros de agua que pronto se convirtieron en un imparable torrente de barro que discurría con una fuerza brutal por las calles buscando el mar, destrozando casas, enseres y material urbano y banalizando, por su gravedad, cualquier otro problema que en esos momentos pudiera afligir el corazón de los ciudadanos.
Muchas de las víctimas murieron en sus propios domicilios, que fueron invadidos por la corriente cargada de obstáculos que penetró por las puertas y las ventanas tomándolos por sorpresa y otras, que circulaban con  coches sin que nadie hubiera previsto la magnitud real de la tragedia, se encontraron flotando sobre las aguas sin ninguna protección y no pudieron sobrevivir  la velocidad creciente que les empujaba ni a los golpes que iban recibiendo, durante los kilómetros que duró la marcha imparable de la  riada, en la que finalmente sucumbieron.
Destrozados por la crudeza de las imágenes que encontraron al amanecer, los vecinos hubieron de hacer en la jornada de ayer, de tripas, corazón, e iniciaron de inmediato unas labores de limpieza en la que faltaban manos para colaborar, por la  terrible dimensión del drama que estaban viviendo y todos pudimos ver a la gente de a pie, achicando barro de viviendas y  locales, mientras derramaban lágrimas de dolor por las pérdidas humanas que habían sufrido y cuyo número iba creciendo.
Sobre si se  pueden  o no hacer previsiones que suavicen los efectos de estas catástrofes naturales, habría mucho que discutir y quizá no sea ahora el mejor momento, pero esa permisividad a la hora de construir sobre o cerca de las rieras, que ha caracterizado a todos los gobiernos españoles, que han apoyado siempre unos planes de vivienda que en muchos casos han transgredtífice principalido todos los límites de la ética profesional, en pos de la especulación y el enriquecimiento que trajo la burbuja inmobiliaria, sobre todo en zonas turísticas y costeras, podría ser considerada como artífice principal de la reiteración de estos sucesos.
Tampoco se ha invertido mucho en infraestructuras durante los últimos tiempos, por lo que los materiales de las construcciones han quedado muy afectados por los efectos del paso del tiempo y todo ello, ha dado necesariamente lugar, a que año tras año, terminen por repetirse este tipo de escenas, a lo largo y ancho de todo el territorio nacional y más aún, desde que el cambio climático ha pasado a formar parte de nuestras vidas, inexorablemente.
La Presidenta del Gobierno balear, que se reunió ayer por la tarde con Pedro Sánchez, in situ, para poder mostrarle los efectos reales a los que se enfrentaban sin paliativos ni paños calientes, tomó  la decisión de declarar zona catastrófica el área afectada y reclamó, como no podría ser de otra manera, la solidaridad a que estarían obligadas las principales Instituciones del país, urgiendo a la necesidad de reconstruir los daños causados a la mayor brevedad posible de tiempo.
Mallorca llora hoy a sus muertos y mientras se busca con todos los medios al alcance a los desaparecidos, la gente mira al cielo con preocupación, temiendo que el fenómeno que ha desencadenado la tragedia pudiera volver a repetirse, aunque las previsiones parecen augurar una mejora climatológica que no termina de llegar, pues en estos momentos, sigue lloviendo.
No podemos, sino unirnos a su dolor y solidarizarnos con sus sentimientos.

miércoles, 10 de octubre de 2018

Fractura en una unión imposible




Como veníamos adelantando desde hace ya bastante tiempo, la unión de los Partidos que han estado formando la coalición por la Independencia en Catalunya procedía de corrientes antagónicas en sus principales planteamientos y sólo la exaltación de un momento especialmente sorprendente, el espejismo creado y difundido  por sus ideólogos más exaltados y la respuesta de más de dos  millones de personas, que creyeron de corazón que determinadas fórmulas eran factibles, propició que ese pacto saliera adelante y que ocurriera todo lo que ha venido después y que no ha afectado del mismo modo, a todos los socios de este movimiento.
Tenía que ocurrir tarde o temprano, después de un año de vicisitudes diversas, en el que no sólo no se han conseguido mejorar los problemas básicos que ya sufrían los catalanes, sino en el que ha aumentado considerablemente una herida entre ellos que resultará muy difícil sanar, que los planteamientos reales de cada uno de estos Partidos acabaran por ponerse sobre la mesa  y que el hartazgo de los más afectados, los que se encuentran en prisión, se hiciera evidente en forma de un toque severo de atención a quiénes desde un retiro francamente cómodo y apacible, continúan abogando por una utopía imposible de realizar o a quiénes defienden, como es el caso de la CUP, una ruptura con el sistema que sólo es compatible con las ideas que resultan ser propias de los anarquistas.
Exactamente eso fue lo que ocurrió ayer por la tarde en el Parlament  catalán, en el que por primera vez en su Historia las Formaciones partidarias de la secesión votaron por separado, perdiendo cinco mociones fundamentales para la continuidad de su línea de juego y hubo de ser Esquerra Republicana, la que cansada del empecinamiento en no delegar el voto de Puigdemont y quiénes le acompañan en su confinamiento,  se atreviera a provocar esa inevitable fractura que ya se intuía tras las declaraciones de  Torra durante los actos conmemorativos del Primero de Octubre que tan mal sentaron a todos los que no habían sido siquiera consultados sobre los contenidos de los mensajes que arengaban a los CDR a continuar en la lucha, ni sobre el ultimátum lanzado a Sánchez en pleno periodo de una negociación que de triunfar, podría propiciar la libertad de los presos.
Decíamos también que hacía muy bien el Gobierno español en esperar pacientemente a que estos hechos, que parecían ser inminentes, se dieran, pues los acontecimientos diarios que suceden en Catalunya, las órdenes de obligado cumplimiento llegadas directamente desde Bruselas y la desfachatez de Puigdemont de mantenerse en el poder, aún a costa del sufrimiento de su propio pueblo y la frustración de los que actuando con total coherencia, se quedaron aquí, no podían, sino precipitar un gravísimo desencuentro y el momento llegaba dejando a Torra y los pocos que todavía le son leales, en una soledad que probablemente no le dejará otra salida que la Convocatoria de nuevos Comicios.
Se desmarca así Esquerra abiertamente de la estrategia que pretende imponer alguien que ni siquiera puede juzgar, por la lejanía, la cruda realidad que los ciudadanos catalanes se ven obligados a vivir en su propia tierra, bajando por primera vez, desde que diera comienzo el proceso, al suelo y abandonando esa realidad virtual que se construye manipulando la mente de gente a la que se logró insuflar ilusión y a la que quizá ya no sea posible  conducir, para que acepten la fuerza de una verdad que terminará por imponerse, como suele suceder en todos los casos en los que no es posible hacer que se cumplan los sueños.
Hemos afirmado desde el principio, incluso desde mucho antes de que las cosas se complicaran hasta el punto en el que nos encontramos que sólo la vía de la negociación y la diplomacia podría arbitrar una solución real a la crisis de Catalunya y también que las medias represivas, propuestas reiteradamente por las Derechas españolas resultarían, en todo momento, del todo ineficaces e inútiles, cuestión que parece, a raíz de lo sucedido ayer tarde, haber aceptado Oriol Junqueras,  que se niega tajantemente a que ninguno de los suyos vuelva a saltarse la legalidad y que apuesta y así lo afirma, por continuar negociando con el Gobierno español, sabiendo perfectamente que la continuidad de las conversaciones significará tener que hacer concesiones, pero también, poder conseguir algún avance efectivo, en el camino que él considera como el mejor para su pueblo.
La importancia de lo ocurrido ayer tarde podría calificarse de extrema y abre un nuevo periodo en el que los propios catalanes habrán de juzgar al lado de quiénes desean colocarse, ahora que ha quedado muy claro que no todos piensan lo mismo, pero que les ofrece al mismo tiempo, una oportunidad impagable de reflexionar sobre lo que está ocurriendo en su país y en sus vidas y que a mi humilde modo de ver, tampoco se resolverá nunca ni con enfrentamientos, ni con violencia.
Toca al exiliado mover ficha y replantearse si verdaderamente hace con su obstinación en conservar el poder, algún bien a su pueblo o si por el contrario, su aventura de fuga al extranjero, la creación del Santuario en el que permanece y que ha convertido en lugar de peregrinación pseudo religiosa y su afán por gobernar desde la distancia un territorio que ha cambiado profundamente desde que lo abandonara hace un año, es verdaderamente hacer política o sólo se trata de una forma de no caer en el olvido, como pensamos quiénes miramos el problema desde una perspectiva mucho más abierta.
Pedro Sánchez, se apunta con esta fractura un tanto valiosísimo frente a las Derechas, que hoy deben estar, por cierto, bruscamente airadas, al comprender que sus tesis se vienen abajo y que no ha hecho falta la aplicación del 155, para ganar unas cuantas votaciones en el Parlament catalán, de momento.

martes, 9 de octubre de 2018

Prueba de fuego




A la Presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, que se hizo tristemente famosa por el durísimo enfrentamiento que mantuvo con Pedro Sánchez y que después perdió, gracias a la voluntad soberana de las bases de su Partido, no le ha quedado más remedio que convocar nuevas Elecciones Autonómicas que se celebrarán el 2 de Diciembre, pues desde que Ciudadanos le retirara el apoyo que le venía prestando  desde el principio de la legislatura, se ha encontrado en una espantosa soledad que  no le ha permitido sacar adelante ninguno de los proyectos que pudiera tener en mente.
El error de cálculo que cometió cuando necesitó pactar para acceder a la Presidencia, convencida como estaba entonces de estar a punto de ser elegida como Secretaria General de un PSOE, que comandaba con mano de hierro a la cabeza de los viejos barones que la apoyaban en su guerra particular contra el que hoy es el Jefe del Gobierno, le ha pasado la factura que sería previsible esperar de cualquier socio que defienda una ideología tan distinta, pero en aquellos momentos de vanagloria personal, Díaz abominó claramente de la posibilidad de aliarse con la representante de Podemos, Teresa Rodríguez, con la que siempre ha mantenido una manifiesta enemistad y que ha sido, como todos sabemos, un azote continuo para ella misma y para su Gobierno.
Las cosas empezaron a torcérsele a la Presidenta andaluza en el mismo  momento en que comprendió que Sánchez le había ganado contundentemente, a pesar de todas las argucias y subterfugios urdidos para que esto nunca ocurriera y se le complicaron aún más, cuando tras plantear la Moción de Censura contra Rajoy, Sánchez le aplicó un correctivo de humildad, pactando directamente con Pablo Iglesias y otras fuerzas del arco político español y distanciándose claramente de los de Rivera, colocando así a Díaz en una situación imposible de sostener, que ha desembocado en  este adelanto electoral, obligatoriamente.
En medio de la tormenta que sacude el país, con la crisis catalana permanentemente presente y el PSOE gobernando con una minoría que sólo se sostiene con el apoyo que le brindan los podemitas y sus confluencias y un PNV que de momento, no  parece que vaya a echarse a un lado, como sí se entiende que está ocurriendo con los nacionalistas catalanes, las Elecciones andaluzas se convierten en un suceso de extrema importancia para el país, pues serán la prueba de fuego que demuestre el apoyo real con el que seguramente contaría Sánchez en unas Generales, en las que  todas las encuestas le auguran un triunfo que sin embargo, no puede considerarse como fiable, hasta que no haya pruebas contundentes que lo indiquen.
Le toca pues a Díaz, por azares del destino, defender con uñas y dientes las propuestas de quiénes gobiernan actualmente el país y con las que probablemente no está de acuerdo, aunque no le convendría la  nada que se hiciera evidente y ponerse sumisamente a las órdenes de quién fuera hasta hace bien poco un enemigo a derrotar, si no quiere perder no solo el granero de votos que su Partido ha tenido siempre en Andalucía, sino también la Presidencia de esta Autonomía, lo que traería, por añadidura, el fin de su carrera política.
Puede estar segura también de que en el caso de que consiga ganar los comicios y necesite pactos para formar un  nuevo gobierno, desde Madrid se le exigirá forzosamente que se entienda con IU y Podemos, cuestión que ha de provocar en ella, como de todos es sabido, cierta repulsión, pero que deberá intentar denodadamente, para procurar que Sánchez  terminar la legislatura con cierto éxito.
Las derechas tampoco se lo van a poner fácil a Díaz, sobre todo los Ciudadanos que se han sentido traicionados sensiblemente por el giro que ha dado la política en Madrid y que lucharán, junto a los del PP, con uñas y dientes por ganar parte del espacio que los socialistas han ocupado en Andalucía durante 39 años, recurriendo a cualquier cosa que pueda embarrar la trayectoria de la Presidenta, incluidos los casos de corrupción que como los ERE, ocurrieron cuando ella ocupaba puestos de relevancia en la Formación  a la que pertenece.
Ha sido Díaz una Presidenta carismática y ambiciosa que soñó con situarse a sí misma en el lugar más alto de la política española, empleando para ello toda clase de medios y que ha tenido la habilidad de ir haciendo a lo largo de su camino, toda una lista de enemigos de toda especie, base, ideología y condición, que ahora se le vuelven en contra, por lo que tendrá que aprender aceleradamente  a limar asperezas, suavizar el carácter y asumir que el poder con el que contó ya no volverá, al menos de la manera en la que ella lo había concebido.
Y sin embargo, le corresponde la obligación de salvaguardar los afectos  con los que cuentan los socialistas en el territorio que Preside y hacerlo, caminando a la par con sus compañeros, aceptando que es Pedro Sánchez, aquél joven que ella misma intentó convertir en una marioneta y que se le rebeló ganándole la partida y no ella, el encargado de señalar las pautas que deben seguirse en la próxima Campaña electoral, en la que no le va a quedar otro remedio que compartir escena con él, aunque como actriz secundaria, pues éste es el papel que le corresponde, gracias a los malabares del destino.
Será interesante poder contemplar cómo se desarrollará esta interacción. A veces, la vida, termina por colocar sabiamente, a cada uno en su sitio.

lunes, 8 de octubre de 2018

Arañando el espacio




Desde que Pedro Sánchez consiguiera sacar adelante la Moción de Censura que apeó inopinadamente  del Gobierno a un Mariano Rajoy, acogotado por la gravedad de los casos de corrupción que habían estado protagonizando un buen número de personajes de relevancia de su Partido, el grueso de la derecha española que ya había empezado a escindirse a partir de que Ciudadanos, con su líder Albert Rivera, se decidiera a dar el salto desde la política catalana al ámbito nacional, reivindicando los valores que caracterizaron a la transición y auto proclamándose adalides de la solidez y la limpieza, ha ido entando en el ojo de una tormenta en la que se han ido desatando todas las furias posibles de los elementos, incluso de aquellos que permanecían aparentemente dormidos, desde que se dejaron atrás los cuarenta años de una Dictadura, de infausto recuerdo.
Los más de diez millones de votos que tradicionalmente habían  constituido el granero de los populares, a causa de una lealtad que en algunos casos se nos antojaba inexplicable, a raíz de todo lo que estaba ocurriendo, empezaron a dividirse,  por las medidas que sobre la crisis y otros asuntos estaba tomando el Gobierno anterior y sobre todo, desde que el problema del separatismo catalán fue agrandándose de manera desmesurada y sin freno, despertando, por defecto, una especie de nacionalismo exacerbado en el conservadurismo español, que Rivera supo inmediatamente canalizar, en su propio beneficio.
Estos electores se vieron entonces obligados a tener que elegir entre las dos corrientes que coexistían en una especie de sociedad inteligentemente habilitada por Ciudadanos para dureza del momento, pero que luego se quebró, en cuanto las encuestas empezaron a vaticinar el crecimiento inusitado de los de Rivera, mucho más carismáticos y activos durante el recorrido del procés y mucho menos acartonados que los activos de un  PP que agonizaba sostenido por la única ayuda de aquellos en quiénes   confiaron y que les garantizaron la gobernabilidad, mientras preparaban un asalto al poder que sólo trucó la unidad de los Partidos que apoyaron a Sánchez, colocándole en La Moncloa, inesperadamente.
Esta irrupción, provocó una reacción inmediata de parte de los Partidos de derechas que se  dieron de cara con una realidad que frustraba todos los planes de futuro que habían dado ya como hechos y que además, les dejaba en herencia un espacio dividido que habrían necesariamente de  ganar, a base de un  duro trabajo de convicción que les obligaría a llamar puerta a puerta, en los domicilios de los electores, teniendo que empezar desde cero, una labor que habían dado por resuelta, hace ya mucho tiempo.
La retirada incuestionable de Rajoy y la llegada de Casado como sustituto a
la Dirección del Partido, que supuso un claro giro hacia el

 tradicionalismo más feroz, había estado hasta ahora permitiendo a Rivera
jugar con la ambigüedad de erigirse en representante del Centro- Derecha
 español, reservando al nuevo líder popular la oportunidad de reconciliarse
con el ala más dura de su Formación, representada por personajes del
estilo de Aguirre o Aznar, que  habían estado siendo muy
críticos con la gestión del antiguo Presidente.
Pero en Política, en cuanto alguien vislumbra que queda libre un espacio  por repartir, enseguida surgen grupos que ávidos de poder, inventan o resucitan fórmulas funcionales para poder ocuparlo, por lo que era de esperar que VOX, el Partido ultra derechista dirigido por Santiago Abascal, aprovechara la ocasión que le brindan estos desacuerdos  palpables, para reclamar su pare del pastel, en base a una ideología de tintes claramente fascistas, que muchos creían había sido desterrada del panorama nacional, pero que ha encontrado  el momento idóneo para resurgir de sus cenizas.
Ayer, miles de personas llenaban la Plaza de Vista Alegre ondeando banderas españolas, reafirmando la presencia de este pensamiento, a través de un discurso claramente machista, xenófobo, ultranacionalista y obsoleto, lanzando un meridiano mensaje a Casado y Rivera y aclarándoles que disputarán con uñas y dientes, un lugar en el Parlamento español, basando su actuación en tesis populistas similares a las de Le Penn en Francia o el propio Bolsonaro, que en estos instantes arrasa en Brasil.
Esta misma mañana, Casado, visiblemente nervioso ante este nuevo competidor que puede restarle un buen puñado de votos con los que empezaba a contar como suyos, tendía una mano a Abascal, con el que afirmaba compartir algunas opiniones y estar en desacuerdo en otras, alegando que la unidad era el único medio que quedaba a la derecha, para derrotar a Sánchez en las urnas. En ningún momento ha clarificado el líder popular, si entre los conceptos que comparte con VOX se encuentran, por ejemplo, la derogación de la Ley de Violencia de Género, la de la  Ley de Memoria Histórica, la devolución inmediata de los migrantes a sus lugares de origen, el abandono de la Unión Europea, la abolición de todas las Autonomías o la liberalización de la compra de armas por particulares, cuestiones que defendieron ayer los  oradores, en Vista Alegre, acaloradamente, en un mensaje que recordaba inevitablemente a los de Donald Trump, con su “American First”, que se ha hecho tristemente famoso en todo el mundo.
Rivera, mucho más cauto y ciertamente prudente, callaba, concediéndose tiempo para digerir esta irrupción inopinada de Vox, en el terreno de las derechas.
El “Divide y vencerás”, que siempre se ha atribuido a Julio Cesar, podría convertirse a partir de ahora en la estrategia a seguir por la izquierda, si es que por una vez en nuestra Historia, somos capaces de mantener una unidad que rompa esa maldición que siempre terminó haciendo trizas todos los proyectos que durante el pasado iniciamos.
De momento, parece que las aguas conservadoras andan revueltas.