domingo, 25 de noviembre de 2018

Limpieza general




Mientras Pedro Sánchez termina de negociar las condiciones del Brexit y los candidatos a la Junta de Andalucía recrudecen los enfrentamientos propios de toda Campaña que se precie, una, que además de escribir es persona  y posee un espacio habitacional en el que a lo largo de muchos años ha convivido con su compañero y sus hijas, hasta que decidieron abandonar el nido y formar nuevos núcleos familiares , que nos han traído miembros más pequeños , necesita de vez en cuando, aplicarse en las siempre ingratas labores del hogar , por lo que he decidido que esta semana la voy a dedicar íntegramente a estos menesteres, por lo que no volveré a estar con ustedes hasta que este tiempo haya transcurrido, cosa que aviso con antelación, para que quede constancia de que pienso regresar en breve.
 que muchos se preguntarán si verdaderamente es necesario emplear tanto tiempo en estos trabajos sin substancia que no suelen aportar al espíritu más que sofocones y al cuerpo un cansancio excepcional del que luego uno trata de recuperarse, a base de unas cuantas horas de sueño y ya les digo yo que sí, sobre todo cuando la empresa que una se ha propuesto llevar a cabo consiste fundamentalmente en la tarea de poner orden en todos los lugares de almacenaje que se encuentran desparramados por la vivienda y en los que se han ido amontonando, sin que exista una explicación plausible para ello, la ropa que usamos para vestirnos, la que pertenece a lo que antes se llamaba el  ajuar. cacharros necesarios e inútiles para el trasiego diario de la cocina, vajillas, cuberterías, cristalerías  y menaje destinado a las grandes ocasiones, que cada vez son menos y una serie interminable de cachivaches que formarían parte de una colección de adornos propia de un museo de Artes y Costumbres, por no hablar de la ristra de zapatos, bolsos y complementos que solemos almacenar en cajas que ocupan un espacio precioso debajo de las camas, encima de los armarios o en un trastero que acaba pareciendo el Rastro de Madrid y en el que ya no podemos entrar, porque no cabemos por el pasillo que hemos dejado, entre las cestas que contiene.
He tomado esta decisión irrenunciable, precisamente ahora, porque en unos días le llega el turno de jubilarse a  mi compañero de viaje y quisiera hacer de esta casa un lugar cómodo y apacible en el que ambos podamos desenvolvernos sin agobios y en el que nos queden algunos huecos que poder rellenar en esta nueva etapa de nuestras vidas y armándome de valor, me dispongo a seguir los consejos del método Konmari, que se ha puesto ahora tan de moda y que dice que uno debe deshacerse sin dolor, de todo aquello que no haya utilizado en los últimos dos años, con que no les digo lo que debemos hacer con lo que tenemos guardado desde hace más de cuarenta.
Voy a comenzar por convertir en rollitos de primavera toda la ropa que ambos usamos con regularidad, lo que según el método de esta asiática que está arrasando en todo el mundo, transformará  mis armarios y cajones en enormes y coloridas bomboneras que después me producirá miedo deshacer, pero que darán gusto enseñar a los amigos cuando pasen por casa, pues la labor es toda una gran obra de arquitectura doméstica, que merece la pena ser tomada como un reto, para poder comprobar si realmente funciona tan bien como afirman, todos los que en su ejecución me precedieron.
Trapo en ristre y bolsas de basura en las manos, me dispongo también a desprenderme de todo aquello que ya era absurdo cuando fue adquirido, pero que me ha dado pena tirar en todas las limpiezas anteriores, por si acaso en algún momento de mi vida, le encontraba alguna utilidad, incluidos algunos modelitos que una vez puestos no se correspondieron con la idea de que a una le podían sentar bien y del mismo modo, de todos aquellos zapatos que más que ayudarme a caminar se convirtieron desde el principio en una tortura malaya, pero que he mantenido, pobre ilusa, con la esperanza de que mis delicados pies mejoraran con el paso de los años, cuestión que cómo comprenderán, ha resultado ser, absolutamente incoherente.
Igual pasa con bolsitos de pitiminí y pañuelitos que nunca utilicé porque me impregnaban de un aire ciertamente cursi que nunca se correspondió con la imagen que de mí misma tengo o con aquellas enormes mantas que mi madre se empeñó en regalarme cuando me fui de casa, hace cuarenta y cinco años y que puestas sobre la cama, te hacen polvo la espalda y los riñones, porque pesan un quintal o con aquellos trastos que te regalaron y que a pesar de no gustarte nunca conservas a la vista,  por si acaso aparece el autor del obsequio o con aquellas sábanas que aunque estando nuevas, nunca se ajustaron del todo a los rincones de la cama, encogiéndose como por arte de magia todas las noches, provocando con sus arrugas, incómodas rozaduras en tobillos y piernas, cuyo efecto se prolonga durante varias horas sobre la piel.
Fuera, las cacerolas en las que caben legumbres para un regimiento de infantería y que ya no puedes cargar porque las muñecas no dan para tanto como cuando tenías veinte años y porque en esta casa solemos ser, a diario, sólo dos a comer o aquellos moldes de horno que cumplieron perfectamente su función mientras se cocinaba en grandes cantidades, pero que con el paso del tiempo, no sólo han perdido el recubrimiento que los adornaba, sino que almacenan en su interior polvo a raudales, habiendo sido sustituidos por otros más pequeños de silicona, mucho más prácticos y coquetos.
A hacer puñetas, las doce o catorce almohadas que compré cuando mis hijas traían amigos a dormir y esta casa se convertía de pronto en la Pensión Paquita, con colchones acumulados por todas las habitaciones y esas viejas toallas que han quedado relegadas al fondo de la alhacena y que no recuperarán jamás el lustre del color que tuvieron en sus mejores años, por  mucho Ariel  que se les eche.
En fin, no sé si el método Konmari estará realmente concebido para solucionar un problema de tales dimensiones o todo quedará finalmente reducido a una limpieza general de las de toda la vida, pero que hay que gastar agua y jabón y poner voluntad en no volver a cometer los mismos errores que en el pasado, me ha quedado bastante claro, por lo que ya comprenderán que necesite, como mínimo, unos cuantos días para acabar con éxito tan expectante tarea.
Atractiva, no es, pero convendrán conmigo en que al menos parece necesaria y ciertamente urgente y que el momento es óptimo, ahora que mis queridos políticos andan tan sumamente entretenidos arreciando su enfrentamiento, por lo que estoy segura de que comprenderán esta ausencia temporal que, con toda probabilidad sabrán perdonarme, porque a veces, hay asuntos, aunque sean de esta índole, que requieren toda nuestra atención y naturalmente, yo no voy a ser esa excepción que confirme la regla.
Por cierto, ya les contaré qué tal me va con el dichoso método, si es que mi propio desorden mental me permite aplicarlo, cosa que dudo seriamente.
  


  

jueves, 22 de noviembre de 2018

Tensión en el Congreso




Todos los acontecimientos ocurridos en los últimos días en el mundo de la Justicia, la fragilidad del Gobierno de Sánchez,  las posturas de las derechas sobre el problema catalán, la polémica por la exhumación de los restos de Franco y los mensajes emitidos en el Chat de Cosidó, han terminado por trasladarse, cómo no podía ser de otra manera, al Congreso de los Diputados, dónde ayer se vivió una jornada que llegó  a alcanzar unos niveles de tensión que motivaron una intervención de la Presidenta, que visiblemente emocionada, se lamentaba del clima que se está instalando en el Hemiciclo.
El momento más álgido lo protagonizó el Diputado por Esquerra Republicana, Gabriel Rufián, que como todos sabemos no deja a nadie indiferente en ninguna de sus intervenciones y que dirigiéndose al Ministro de Exteriores,  Josep Borrell, le acusó varias veces de ser indigno, siendo llamado al orden, hasta tres veces, por Ana Pastor y siendo  finalmente expulsado de la sala, que abandonó seguido por todos los integrantes de su propio Partido.
Fue en ese momento y mientras Borrell se encontraba de pie presenciando la escena, cuando el también Diputado, Jordi Salvador, hizo un extraño gesto cuando pasaba justo al lado del Ministro, que inmediatamente le interpeló asegurando que le había escupido, aunque el estudio detallado delas escenas que hemos visto, a cámara lenta, en televisión, no demuestran fehacientemente que tal hecho ocurriera realmente. Sí que se advierte en las imágenes, que Salvador hace un ademán extraño con su boca al cruzarse con Borrell mientras se dirigía a la salida, pero resulta del todo imposible asegurar si verdaderamente se trató simplemente de un bufido, como después afirmaron sus compañeros de Formación o si el Ministro dice la verdad, cuando narra, en primer persona, la escena.
El rifirrafe, que provocó inmediatamente un enorme revuelo, fundamentalmente protagonizado por las filas de  los Diputados de Ciudadanos y PP, que aprovecharon la ocasión para incidir en la versión que vienen manteniendo sobre el problema de Catalunya, fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de la Presidenta de la mesa, que optó entonces por prohibir a los Diputados que en el recinto volvieran a pronunciarse las mutuas acusaciones de golpistas y fascistas , que durante varios días han intercambiado asiduamente los representantes de las derechas y los partidarios de la independencia de Catalunya.
Habría que recordar sin embargo, que el nombramiento de Josep Borrell como Ministro de Exteriores fue duramente cuestionado por los separatistas catalanes, que a raíz de la participación del mismo, en un acto celebrado por la Sociedad Civil Catalana, en el que intervino como orador a favor de los constitucionalistas, se convirtió en uno de sus principales enemigos, al que tampoco han perdonado el enfrentamiento verbal que tuvo en un programa de televisión con Oriol Junqueras, ni su apoyo incondicional a la aplicación del artículo 155.
Quizá es por eso, los Diputados catalanes presentes en el Congreso español no pierden ocasión de atacar a Borrell, cada vez que pueden, en sus intervenciones y que las respuestas que les ofrece el Ministro, suelen ser habitualmente aplaudidas, no sólo por la bancada socialista, como sería lo normal, sino también por las de populares y Ciudadanos, como ocurriera ayer mismo, mientras Rufián saludaba como un torero desde su escaño, antes de ser expulsado de la sala por la Presidenta.
No han dado sin embargo  los socialistas demasiada importancia al hecho que denunciara Borrell y que según propias palabras, no habría sido advertido por ninguno de sus compañeros en el momento en que se produjo, lo que ha generado a su vez, un enorme grado de irritación en personajes como el propio Rivera, que ha llegado a decir que muchos catalanes contrarios al proceso separatistas, se encuentran desgraciadamente muy acostumbrados a que este tipo de acciones, se repitan con asiduidad, dentro de su propio territorio.
Si Salvador escupió o no a Borrell, seguramente nunca lo sabremos a ciencia cierta, pero que la crispación entre quiénes resultan ser nuestros representantes en el Congreso está llegando a límites insospechados, es un hecho real y fehaciente, por lo que no acaba de parecernos mal que la Presidenta de la mesa empiece a tomar algunas decisiones que intenten frenar este despropósito que se está convirtiendo en rutina, si no queremos terminar con escenas parecidas a las que hemos visto muchas veces en Parlamentos asiáticos, en las que los  Diputados se agreden físicamente con extrema dureza.
Ya por la tarde, se cuestionaba la condena de la dictadura franquista, a favor de lo cual estaban PSOE, Podemos y los nacionalistas catalanes y vascos, pero que era sutilmente rechazado  por PP y Ciudadanos, que pedían como contrapartida la absurda idea de que se rechazara al mismo tiempo a los  movimientos comunistas, olvidando quizá que esta ideología se encuentra en la actualidad legalmente representada en los Parlamentos de todo el mundo.
Una, que estaba contemplando la escena, recordó inevitablemente aquellos libros de texto de su infancia, en los que los llamados “rojos” aparecían representados por unas figuras demoníacas con cuernos y rabo y armadas con tridentes, mientras que las imágenes de los “camisas azules” del llamado Movimiento Nacional, se correspondían con unos fornidos muchachos de complexión perfecta, que armados con la bandera del águila y un escapulario en el pecho, se mostraban como el ejemplo que debíamos obligatoriamente seguir, todos los niños y niñas del momento.
Así que en cierta medida, me sentí trasladada a una época de infausto recuerdo y la actitud de las derechas actuales, empeñadas en continuar condenando sin tregua las teorías marxistas, demostraron que sus integrantes han sido incapaces de evolucionar, puesto que su pensamiento sigue anclado a las premisas que ya defendían en los años cuarenta.
Asistiendo a esta crispación, que probablemente muchos intentarán prolongar mientras dure esta legislatura, los ciudadanos nos preguntamos con insistencia si estos señores son los más indicados para representar lo que realmente necesitamos y queremos o si simplemente han decidido dedicarse al mundo de la política por pura ambición y la respuesta es importante, porque de ella depende que en próximas elecciones volvamos a otorgarles nuestra confianza o simplemente, podamos decantarnos por votar a otras Fuerzas menos agresivas que en lugar de dedicar el tiempo a ofrecer bochornosos espectáculos como los de ayer, se preocupen realmente de los gravísimos problemas que nos afectan como ciudadanos y cuya resolución esperamos, desde hace demasiado tiempo.




miércoles, 21 de noviembre de 2018

Un Sistema en decadencia


La renuncia del Juez Marchena a presidir el Consejo General del Poder Judicial, ha levantado una polvareda en el mundo de la política y PP y PSOE, no han tardado nada en culpabilizarse el uno al otro de este suceso, utilizando argumentos bien distintos, pues en el caso de los conservadores no sólo no se admite que  la renuncia pueda haber sido motivada por la aparición de los mensajes de Cosidó, en los que se menciona explícitamente a la Sala 2, que hasta ahora correspondía a Marchena, como favorable a su causa, sino que se llega a pedir nuevamente la dimisión de la Ministra Delgado y se abandona airadamente cualquier  tipo de nueva negociación para la elección de un nuevo Presidente, provocando que de momento,  continúen en sus puestos todos los jueces que ya formaban parte de este Organismo esencial, con el polémico Carlos Lesmes, a la cabeza.
Como todos sabemos, Marchena era, hasta que se le ofreció la Presidencia que ha rechazado, quién iba a presidir el juicio relacionado con el Proces, que había correspondido precisamente a esta Sala 2 que se menciona en los mensajes de  Cosidó, puesto que volverá a ocupar de nuevo, por razones más que evidentes y  cuestión que ha sido inmediatamente aprovechada por los abogados de las defensas de los políticos catalanes que se encuentran en prisión, que han decidido recusar al Magistrado, al considerar, tras la lectura de los contenidos expresados en el chat, que se encontraría presuntamente inclinado a dar por válidas las teorías defendidas por los conservadores, quedando así contaminado para juzgar la causa, al presumirse en él una clara predeterminación sobre el modo en que ocurrieron los acontecimientos que se estudian en ella.
Atónitos ante los sucesos que están ocurriendo alrededor del mundo de la Justicia, los ciudadanos no podemos sino confirmar la mala opinión que ya teníamos desde hace tiempo sobre la necesaria imparcialidad que debe mover a los encargados de que se cumplan estrictamente las Leyes y nos sentimos, cada vez con mayor intensidad, absolutamente desprotegidos ante las vicisitudes legales que pudieran aparecer en nuestras vidas y convencidos de que en este país en el que vivimos, la separación de poderes resulta ser una mera utopía.
La poca confianza que pudiera quedarnos sobre el funcionamiento del mundo judicial ha quedado decididamente reducida a cenizas cuando hemos comprobado que las sospechas que teníamos sobre la influencia de los políticos sobre los jueces parecen ser desgraciadamente ciertas, pues los mensajes publicados hace sólo unos días y que Cosidó escribe a sus compañeros del Senado con absoluta tranquilidad, no dejan lugar a dudas sobre los intentos de manipulación permanente que los políticos llevan a cabo en casos de gran relevancia que sobre todo, tienen que ver con su propia corrupción y dan pie a pensar que lo hacen con la connivencia de quiénes los juzgan, aunque no se indique explícitamente.
Y sin embargo y a pesar de la gravedad de lo expresado en este Chat, Cosidó continúa ocupando sus cargos, como si no hubiera pasado nada y Casado, que según sus propias palabras, habría llegado a la presidencia del PP, con el afán de corregir todos los errores de gran calado cometidos por altos cargos de su Partido en el pasado, mira hacia otro lado, acusando al PSOE directamente de la renuncia de Marchena y pidiendo la dimisión de la Ministra.
No sé a quiénes tratan de convencer los conservadores abandonando las negociaciones para elegir a un nuevo Presidente del CGPJ y olvidando mencionar, supongo que de manera muy consciente, que los textos de estos mensajes manchan directamente el honor de Marchena, pero a una inmensa mayoría de los ciudadanos nos ha quedado meridianamente claro quiénes son los culpables directos de esta renuncia y que la postura de los conservadores, que  debieran haber cesado fulminantemente a Cosidó, representa una nueva huida hacia delante, de esas a las que nos tienen acostumbrados, cada vez que se ven inmersos en algún tipo de corruptela, lo que últimamente  suele ocurrir, con demasiada frecuencia.  
Lo cierto es que las consecuencias directas de estos actos, protagonizados en igual medida por políticos y jueces, acaban siempre por afectar a los mismos, es decir, a todos nosotros y que  esta desintegración paulatina de la credibilidad en  el mundo judicial, daña terriblemente la imagen que ofrece nuestro país a los ojos del mundo entero.
Herido en su médula espinal, nuestro Sistema de Gobierno, esta supuesta Democracia que tanto defienden los que se parten el pecho, a base de símbolos y banderas, ha llegado a debilitarse de tal modo, que no es de extrañar que vayan apareciendo en escena Partidos del calado de VOX, en aprovechamiento de una realidad que  debiera ser inmediatamente corregida, si no queremos perder todo aquello que tanto trabajo nos costó  conseguir,  tras haber tenido que soportar los cuarenta años de una durísima dictadura fascista.
La honradez de políticos y jueces, cada cual ocupando el espacio que les corresponde, la garantía total de la independencia del poder judicial y el obligado respeto del  poder político hacia ella, resultan ser puntos innegociables, por lo que cualquier salida de tono en este aspecto, debiera ser severamente castigada, con carácter de urgencia.
Lo inexplicable, permítanme,  es que a estas horas de la mañana Cosidó no haya sido apartado del mundo de la política y que no haya sido ésa la primera exigencia de los Jueces, en las reivindicaciones que manifiestan precisamente estos días, pues no dar su justa importancia al contenido de estos mensajes en concreto, significa otorgar credibilidad a lo que en ellos se dice y en cierta medida, aceptar que al menos algunos de sus compañeros, son proclives a dejarse convencer por las indicaciones que se les hacen, desde el mundo de la política.

martes, 20 de noviembre de 2018

Noche de sorpresas


Aunque sin duda la noticia del día es la renuncia del Juez Marchena a presidir el Consejo General del Poder Judicial, tras hacerse públicos los vergonzosos  mensajes emitidos por Ignacio Cosido, a través de un chat al que pertenece junto a muchos de sus compañeros del Senado y en los que da por sentado que el reparto de los cargos en el CGPJ favorece ampliamente al PP, llegando a decir que de este modo su Partido cuenta con varias salas de justicia, dando a entender que favorecerían sus intereses, si fuera necesario en un momento,, decido postergar el artículo correspondiente a este caso para mañana, cuando seguramente tendremos todos mucho más claro en qué queda finalmente esta rocambolesca historia que hunde todavía más, si cabe, el concepto que los ciudadanos en general ya teníamos sobre el funcionamiento real de la Justicia.
Voy a centrarme sin embargo, en el Debate que se produjo anoche y en el que participaron los cuatro principales candidatos a  presidir la Junta de Andalucía, y lo hago, fundamentalmente, porque para los que esperábamos ansiosamente el enfrentamiento de estos cuatro pesos pesados, los contenidos que se trataron durante dos horas, en la televisión andaluza y sobre todo las actitudes tomadas por los participantes mientras que duró el enfrentamiento, resultaron  ser francamente curiosas  y sorpresivas.
Nos sentamos ante el televisor, seguros de que todos los ataques iban a ir dirigidos principalmente a la gestión de Susana Díaz y convencidos de que el tema de la corrupción de los ERE y los Cursos de Formación terminarían por convertirse en la mejor arma con la que contaban los representantes de las otras Formaciones políticas, para lapidar a la Presidenta y nos encontramos con que el desarrollo del encuentro se centró desde el primer momento en una lucha a muerte entre el líder de Ciudadanos, Juan Marín y el representante del PP, Juanma Moreno, dando la impresión de que teniendo asumida su derrota en las Elecciones del 2 de Diciembre, lo único importante para ambos, en estos momentos, es ganarse la aceptación de los votantes de las derechas.
Díaz, con el natural desparpajo que le caracteriza, aprovechó sabiamente la ocasión para presumir de los logros obtenidos en el transcurso de esta legislatura y trayendo la lección bien aprendida, respetó religiosamente las opiniones de Teresa Rodríguez, de Adelante Andalucía, ajustando su discurso a las nuevas reglas que rigen ahora en el Gobierno central y dedicando toda su atención a derribar todos los argumentos que se exponían, por parte de los Partidos de las derechas.
Muy duras fueron sus intervenciones contra hasta quiénes hace bien poco, habían sido sus socios de Gobierno, consiguiendo contrariar seriamente a Marín, que durante una buena parte de sus intervenciones había estado adjudicándose una serie de triunfos, como si su partido hubiera estado gobernando en Andalucía estos últimos tiempos.
Sosos y faltos de un programa que ofrecer a los andaluces, sobre todo en el terreno laboral y social, que son realmente los aspectos que a todo el mundo más les interesan, ambos cometieron el gravísimo error de mantener como su prioridad todo lo relacionado con la crisis en Catalunya, suponemos que tratando de provocar que la Presidenta se pronunciase sobre lo que viene ocurriendo allí y fracasando estrepitosamente en sus intenciones, pues Díaz no sólo no entró al trapo, sino que reivindicó varias veces, con toda la razón, que el Debate que estaban celebrando debía circunscribirse, exclusivamente, a temas que afectaran a Andalucía.
Desarmados por este flanco y mucho más aun por el otro, pues Teresa Rodríguez fue, con mucho, la que mejor supo desarrollar los postulados correspondientes a cada uno de los bloques que se trataron, ofreciendo además, en cada momento, las medidas que su Partido propone para la resolución de los problemas reales de esta Autonomía y huyendo con habilidad de un choque frontal con una Susana Díaz, con la que seguramente se encontrará condenada a entenderse, si como auguran las respuestas, no les quedará otra fórmula que aliarse para poder constituir un Gobierno de progreso, el nerviosismo de Marín y Moreno quedó manifiestamente probado y la impresión que ambos ofrecieron a los posibles votantes, fue la de dos novatos intentando repartirse un trozo de pastel, que seguramente se llevará Marín, pues Moreno ni siquiera supo mantenerse firme en sus afirmaciones, a lo largo de toda la noche.
El tono comedido de los participantes, todos mantuvieron actitudes moderadas durante sus turnos, aunque pudo palparse una  tensión permanente  entre el popular y el de Ciudadanos, logró en ciertos momentos, aburrir al espectador y sólo dejó claro que ninguno de los dos candidatos de los Partidos de derechas, posee la talla política necesaria, para poder gobernar Andalucía.
La aparente conciliación entre Díaz y Rodríguez, que coincidieron en su visión de muchos de los asuntos que se trataron, como en el de la subida del salario mínimo o  su preferencia por la Sanidad y la Educación públicas, frente a las políticas de concierto o las privatizaciones que se defendían desde el otro lado, ayudó en gran medida a ofrecer a los futuros electores una imagen de responsabilidad que contrastó vigorosamente con la inseguridad que se percibía en Marín y Moreno.
Ninguno de los dos supo aprovechar la ocasión que se les ofrecía para potenciar a sus respectivos Partidos en este espacio andaluz, tradicionalmente gobernado por los socialistas y ni siquiera fueron capaces de sacar rendimiento de los gravísimos asuntos de corrupción que han sacudido a esta Autonomía, en los últimos años.
Brillante y poderosa Rodríguez,  en la defensa de sus argumentos y quizá un poco demasiado comedida en sus referencias a la gestión de la Presidenta, aceptando quizá que no le quedará otro remedio que llegar a un acuerdo con ella, para trabajar codo con codo, durante los próximos cuatro años, después de que se celebren las elecciones.
Díaz, que parece haber aprendido la lección que le dio Pedro Sánchez cuando la derrotó en las primarias, haciendo trizas todos los pronósticos de los llamados expertos, ofreció anoche una inusual imagen de humildad, como dando a entender que es consciente de que las órdenes de Madrid son sagradas y que está dispuesta a cumplirlas escrupulosamente.
Si la Campaña continúa por este camino, ya les digo  yo que las derechas no tienen nada que hacer en este controvertido territorio y que los comicios serán, el día dos, un paseo militar para las dos candidatas de la izquierda.
Esto, que en otros momentos podría no tener la menor importancia, es en la actualidad un reflejo de lo que está ocurriendo en el país en general y refuerza poderosamente el liderazgo de Pedro Sánchez y también el de sus socios de Podemos.



domingo, 18 de noviembre de 2018

Reliquias en el armario




Todos los Partidos políticos más antiguos, guardan en un armario cerrado con llave a viejas glorias que en algún momento del pasado representaron en los cargos de mayor relevancia a varios millones de votantes de este país  y que sacan, cuando alguna ocasión especial lo requiere, para exhibirlos como reliquias primorosamente engalanadas y minuciosamente preparadas para aportar a la causa de turno un discurso que pronuncian convencidos de que por ser quiénes fueron, resulta ser del todo infalible y que pretenden convertir, dirigiéndolo a la población indecisa, en dogmas inamovibles que no admiten controversia ni discusión, pero que en gran medida, ayudan a crear una corriente proselitista a favor de quiénes ellos mismos estén apoyando, faltando de manera inaceptable al respeto a los que disienten de su opinión, convencidos de que aún continúan siendo absolutamente necesarios para que la nación no abandone el camino que ellos mismos decidieron iniciar hace ya demasiados años y que en el momento actual, perdónenme, resulta ser incontestablemente obsoleto.
Ayer mismo, veíamos a Felipe González colaborando sin reservas con la candidatura de Susana Díaz, para las Autonómicas andaluzas, haciendo gala de esa magnífica oratoria que para ser justos, siempre le caracterizó y seguro de estar al lado de la que perpetuamente apoyó, desdeñando como todos recordaremos, las posibilidades de un Pedro Sánchez al que entonces  habían apartado abruptamente de la Secretaría General del PSOE y que por azares del destino, que suele colocar a cada uno en su sitio, ha terminado por convertirse en el Presidente de Gobierno actual, a pesar de la tremenda oposición que tuvo que soportar, cuando sacaron del consabido armario en aquella ocasión a González, perfectamente aleccionado para posicionarse a favor de la que entonces tenía en el pensamiento, regir nuestros destinos desde Moncloa.
Siempre queda muy bien contar con estas figuras relevantes que no acaban de resignarse a que el tiempo pasa inexorablemente  para todos y que tratan de mantenerse, aunque sólo sea apareciendo de vez en cuando ante los medios, para sentar cátedra con sus opiniones, pero la España que ellos gobernaron nada tiene que ver ésta en la que todos vivimos en la actualidad y el panorama político que se barajaba entonces y que se basaba en un bipartidismo alternante para el que no había competencia por parte de otros grupos políticos, ha cambiado considerablemente, para bien y otras gentes, con otras ideas, mucho más acordes con los tiempos que vivimos, han irrumpido para quedarse en el plano de la Política nacional, cosa a la que por cierto, tienen todo el derecho.
No se puede evitar que líderes de la antigua escuela, como en este caso González, presten todo el apoyo que deseen a los candidatos que crean conveniente, pero hacerlo recurriendo a comparaciones que necesariamente hieren la sensibilidad de millones de personas que libremente eligen votar  a las nuevas Formaciones que ocupan también un puesto de relevancia que nadie les puede negar, no hacen, sino emponzoñar una campaña que ya de por sí se presenta delicada y extrema, pues llegar a decir que se prefiere vivir bajo el manto de una dictadura franquista, que bajo el gobierno de un Partido como Podemos, supone un gravísimo atentado contra la libertad de quiénes decidan apoyar en las urnas a los candidato que la Formación morada presenta, en estas elecciones andaluzas.  
Mucho más grave aún resulta la afirmación, cuando se sabe que el propio Presidente Sánchez, que le guste o no a González, es ahora mismo el máximo representante de un PSOE al que ambos pertenecen, ha llegado y permanece en el poder, gracias a la impagable colaboración que le ofreciera y le está ofreciendo Podemos y debiendo intuir y no sólo porque así lo auguren todas las encuestas, que a la candidata Díaz no le va a quedar otro remedio que recurrir a Teresa Rodríguez, si pretende continuar al frente de esta Comunidad, por lo que no parece nada oportuno traspasar determinadas líneas de mutuo respeto y menos aún, recurrir al discurso del miedo para tratar de amedrentar a los electores que aún no hayan decidido a quiénes otorgarán sus votos, en los próximos comicios.
No nos consta si Felipe González piensa o no acompañar a Díaz durante todo el periplo que le queda por recorrer, de aquí al dos de diciembre, pero nuestra sincera opinión, es que los socialistas harían bien en devolverlo inmediatamente al armario en el que se encuentra habitualmente confinado, si no quieren tener después serios problemas para convencer a Rodríguez de que necesitan su colaboración, para mantenerse en  el poder en Andalucía.
Las frases en cuestión, que fueron pronunciadas por un González sensiblemente airado por la propuesta que ha hecho Podemos sobre una Monarquía que nos fue impuesta por consenso entre todos los Partidos que elaboraron la Constitución del 78, aunque lo natural hubiera sido que  los ciudadanos hubieran sido entonces consultados sobre esta cuestión en un Referendum, no parecen propias de quién procediendo de un Partido que por ser Socialista, siempre se declaró republicano y que después, quizá bajo su Presidencia, debió cambiar radicalmente de opinión, pues de otra forma resulta incomprensible esta defensa a ultranza de una Institución claramente obsoleta que tradicionalmente siempre se ha posicionado tácitamente, a favor de la ideología de las derechas.
Básicamente anclado en otra época y negándose a sí mismo la oportunidad de evolucionar al ritmo que marcan los tiempos, Felipe González se ha convertido en un venerable ancianito que más parece representar los intereses de quienes siempre fueron sus más acérrimos enemigos, quizá porque se encuentra perfectamente acomodado en los placeres que reporta  un estado de bienestar, que por cierto se viene negando categóricamente, en el momento actual, al resto de los ciudadanos españoles.
Si en su largo periplo como mandatario perdió la ideología que con tanto ahínco defendiera en sus primeros tiempos, para escorarse por conveniencia hacia unos planteamientos conservadores que zahieren la esencia misma del Socialismo, es su problema, pero otros, que en algún momento creímos en su compromiso con la sociedad, a pesar de que han pasado los años, continuamos manteniendo intacto el pensamiento de nuestra juventud y nos posicionamos, porque así nos lo permite nuestra libertad de elección, al lado de quienes nos parece que nos representan, porque entre otras cosas, hace ya mucho tiempo que perdimos la confianza en personajes que como él, no dudan en desdecirse de las que fueron sus propias afirmaciones , con tal de conservar un status de privilegio, en medio de una sociedad que anda más necesitada que nunca de líderes revolucionarios y valientes, que le devuelvan la dignidad perdida, por causa del conservadurismo que González defiende.  




jueves, 15 de noviembre de 2018

Prueba de fuego



 A punto de comenzar la campaña para las elecciones autonómicas en Andalucía, los líderes de los Partidos calientan motores preparando las que serán sus intervenciones en los mítines de los próximos días, conscientes de que están participando en la que será una prueba de fuego para el Gobierno de Pedro Sánchez y lo mucho que pueden influir estos resultados en los posteriores comicios municipales y generales que se producirán, si nada lo remedia, en los próximos veinticuatro meses.
Siendo Andalucía una de las más grandes Comunidades del territorio nacional, se convierte automáticamente en un bocado muy apetecible y en vista de cómo están las cosas, se augura una campaña en la que no han de faltar medios ni juego sucio, al menos para intentar fragmentar lo más posible la hegemonía de los cuarenta años que los socialistas llevan al mando de este codiciado espacio, que no sólo ha supuesto siempre su principal granero de votos, sino también su feudo.
 El último barómetro del CIS, publicado precisamente ayer, pronostica un nuevo triunfo de Susana Díaz y una terrible debacle para el PP, que parece que será reemplazado por Ciudadanos, como segunda fuerza política y otorga a Teresa Rodriguez, que se presenta bajo el slogan de Adelante Andalucía, junto a IU de Maíllo, los votos necesarios para convertirla en la llave que abre las puertas a un régimen de izquierdas, aunque la lideresa de Podemos, ha reiterado por activa y por pasiva, que no  gobernará con la actual Presidenta de la Junta, de la que la separa una archiconocida enemistad, por mucho que necesite de su apoyo, en estos momentos.
A Díaz ya le costó Dios y ayuda obtener en la última legislatura su nombramiento como Presidenta y si lo consiguió fue sólo, después de una larga espera de unos ochenta días, gracias a los votos de Ciudadanos, que han estado prestándole ayuda hasta que hace bien poco se la retiraron precipitadamente, creyendo quizá que se bastarían ellos solos para ganar las elecciones andaluzas y para constituir en coalición con el PP, por primera vez, un gobierno orientado claramente hacia la derecha.
Históricamente, el territorio andaluz nunca se ha llevado nada bien con los populares y así lo han demostrado las continuas derrotas que han venido sufriendo desde los primeros comicios autonómicos que se celebraron en estas provincias  y en estos precisos momentos, se dan además las circunstancias de que los andaluces han sido, con mucho, los ciudadanos más perjudicados por las políticas de recortes llevadas a cabo por Rajoy durante sus años de mandato, cosa que no parecen dispuestos a perdonar, aunque aún les queden a los conservadores algunos votantes leales que de todos modos, parecen haber mermado, para favorecer a la nueva derecha.
Mucho le queda que soportar a la socialista sin embargo, aunque siga conservando el puesto como primera fuerza política, pues su conocida aversión hacia Podemos, hará que le resulte muy difícil tener que acatar las órdenes que le llegarán en este sentido desde Madrid y que la obligarán necesariamente a tener que negociar con Rodríguez y Maíllo su imprescindible apoyo, por lo que habrá de empezar ya a suavizar el  tipo de discurso al  que suele recurrir, cada vez que tiene que referirse a la Formación morada, encabezada por Pablo Iglesias.
Su encarnizada disputa con el que hoy es Presidente de Gobierno, que perdió de manera estrepitosa en unas primarias en las que los militantes socialistas hablaron alto y claro sobre sus preferencias, le aconseja cierta prevención, pues en esta campaña, todos los ojos de sus compañeros y muy especialmente de los que apoyaron a Sánchez en su contra, van a estar continuamente fijos en ella y aquel poder absoluto que tenía cuando aún aspiraba a convertirse en Presidenta del Gobierno  de la nación, ha quedado reducido a niveles casi testimoniales, sobre todo desde que el triunfo de la Moción de Censura colocara al que fuera su enemigo, exactamente en el lugar en el que ahora mismo se encuentra.
La subida de Ciudadanos, por otra parte, si es que llega a consumarse, tal como vaticinan las encuestas, no se lo va a poner fácil en este periodo previo al 2 de Diciembre y el tema recurrente de Catalunya, que parece ser para los de Rivera, la única cuestión importante que afecta al país, obligará sin duda, a la actual Presidenta andaluza a tener que pronunciarse en  un sentido que no se corresponde con su opinión personal, ya que Madrid se halla, en estos momentos, inmerso en un proceso de negociación con los independentistas catalanes que desaconseja absolutamente, ningún ataque frontal contra ellos.
En cuanto a Juan Manuel Moreno, el candidato por el PP, todos sabemos de antemano que no va a representar ningún peligro, primero, porque nunca nos pareció un líder demasiado avispado ni en el fondo ni en las formas que suele utilizar y que le han hecho ganarse entre una buena parte  gente la fama de “señorito” y segundo, porque su talla como político de raza, como orador o simplemente como atrayente de masas, deja mucho que desear, por mucho que Casado trate de venderlo como un lumbreras, capaz de liberar a Andalucía del yugo socialista.
Estamos seguros de que esta campaña será cruenta y despiadada, sobre todo por parte de las derechas, pues se dan elementos necesarios para que así sea, como el caso de los ERE o el de los Cursos de Formación, aún no resueltos por los Tribunales y también porque las izquierdas, que andan manteniendo el Gobierno de Sánchez y acometiendo ciertas mejoras sociales e intentando solucionar el problema catalán y también el de los PGE, no pueden permitirse perder el terreno ganado  ni dilapidar los votos de los andaluces, que en estos instantes son un tesoro a conservar entre algodones y que seguramente marcarán el inicio del camino a seguir, en otras Comunidades de nuestra Geografía.
Estaremos pues, muy atentos a lo que vaya ocurriendo durante este periodo crucial que nos separa del 2 de Diciembre y lo iremos contando, como siempre, tal y como lo vean nuestros ojos, aunque no podemos, sino aconsejar que reflexionemos en conciencia sobre lo que nos ofrece cada cual, para que los andaluces puedan elegir libremente aquella opción que más les guste, cuando hayan de introducir su papeleta en las urnas, como no podría ser de otra manera.



miércoles, 14 de noviembre de 2018

A la huelga


Como si el mundo judicial no estuviera ya suficientemente revuelto y su credibilidad tan debilitada a ojos de una ciudadanía que ha perdido totalmente la confianza en su funcionamiento, Jueces y Fiscales convocan ahora una huelga para el 19 del presente mes, en la que tratarán de mostrar su total desacuerdo con el modo y la forma en que ha sido elegido el Presidente del CGPJ, por el que dicen no sentirse representados en absoluto.
Reclamando una participación más activa en la elección de cargos judiciales y una independencia total para el poder judicial que ha quedado completamente en entredicho por el intrusismo continuo en sus labores, por parte de los políticos, estos profesionales, probablemente desencantados también con la marcha de los asuntos legales que han quedado profundamente debilitados al haberse producido ciertos acontecimientos sin precedentes, se ponen el mundo por montera y se lanzan a las calles, como queriendo formular una declaración de principios  que ratifique su compromiso con la práctica de las profesiones que eligieron, queriendo dejar claro que quienes actualmente aparecen como sus principales representantes, no coinciden en nada, con la naturaleza de su pensamiento.
Ha de ser necesariamente verdad que no todos los jueces y fiscales de este país han quedado contaminados por la manipulación que se intenta desde el mundo de la política, del poder judicial y que una buena parte de ellos probablemente no estarían dispuestos a condescender con las sugerencias que se les hacen desde las más altas esferas, pero la realidad cotidiana, lo que se opina en general en la calle, termina por salpicarles en igual medida, haciéndoles perder igualmente una credibilidad que posiblemente, a nivel estrictamente personal, nunca pusieron en juego.
Es lógico pues, que renieguen de esos representantes que son elegidos, mano a mano, por los dos principales Partidos políticos y que en justicia, reclamen participar activamente en esas elecciones, siendo ellos como son, precisamente los que mejor conocen los entresijos de su mundo particular y la valía profesional de todos y cada uno de sus compañeros.
La huelga, que supone un grito desgarrador que denuncia el terrible deterioro que está sufriendo el mundo judicial y la escasa separación de poderes que existe actualmente en un país, dónde debieran primar siempre los principios de la Democracia, viene a corroborar a su vez, lo que los ciudadanos venimos observando a diario, desde hace demasiado tiempo, sin que tengamos opción a poder actuar, como nos gustaría, para garantizar la independencia de la Justicia.
Que jueces y fiscales no pueden ser del todo apolíticos, ya lo asumimos y sabemos, pero que sus ideologías personales y la lealtad hacia los Partidos que las representan, se antepongan a los principios por los que debe regirse su profesionalidad, resulta ser del todo inaceptable, sobre todo cuando se trata de garantizar la igualdad que todos merecemos ante la Ley, sin que esta pueda ser manchada por determinadas interferencias.
Yo añadiría que quizá la mejor manera de elegir a los representantes judiciales fuera precisamente el Sufragio Universal y que en la misma medida en que se convocan elecciones para  escoger de forma directa a nuestros cargos políticos, también podrían organizarse otras encaminadas únicamente a esta función, que de manera tan directa atañe a todos y cada uno de los ciudadanos.
Seguramente así, muchas de las barbaridades que están ocurriendo en los tribunales de justicia se verían frenadas por el temor de estarse jugando el puesto en las próximas elecciones y sobre todo, de algún modo, jueces y fiscales quedarían del todo liberados de las presiones políticas que ahora reciben, al no ser los políticos de turno los encargados de asignar determinados puestos de vital importancia.
La poca credibilidad que queda a la Justicia en este país, no va a corregirse desde luego, con la celebración de la huelga, pero sí podría decirse que de su éxito podría depender que los políticos se aviniesen a reflexionar un poco más, sobre la responsabilidad que tienen en el debilitamiento de la imagen de su imparcialidad.

martes, 13 de noviembre de 2018

Cambio radical




El nombramiento del Juez Marchena como Presidente del Consejo General del Poder Judicial, que han acordado PP y PSOE, sin haber contado tampoco esta vez con la participación de los otros Partidos, trae como consecuencia un cambio radical en la composición del Tribunal que juzgará finalmente a los políticos implicados en el Proces, que como todos sabemos se encuentran en prisión provisional desde hace aproximadamente un año y para los que la Fiscalía pide, por un delito de Rebelión, largas y contundentes condenas.
La Presidencia de este Tribunal será ocupada ahora por el Juez Martinez Arrieta, de carácter mucho menos conservador que su antecesor y que contará con la presencia de otros seis magistrados que le ayudarán a dirimir sobre las enormes dificultades que presenta este complicadísimo caso y cuyas opiniones se encuentran absolutamente divididas, aunque tres de ellos formarían parte de la corriente denominada como progresista.
La concesión hecha por el PSOE, al entregar la presidencia del CGPJ a Marchena bien podría estar encaminada a intentar suavizar la desmesura con que se había abordado hasta ahora lo que ocurrió el primero de octubre en Catalunya, durante los actos que dieron lugar a la posterior declaración de una República, que duró apenas escasos minutos y también hasta qué punto llegó la implicación de cada uno de estos políticos, ahora encarcelados, en el desarrollo de los acontecimientos, ofreciendo quizá, a los nacionalistas, ese gesto que reclamaban, a cambio de brindar a Pedro Sánchez su apoyo en la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, asegurando con ello su permanencia en la Presidencia.
Todos sabemos que la opinión de los Magistrados más progresistas no ha coincidido desde el principio, en absoluto, con la que han venido mostrando los que representan al ala conservadora y entre los que se encuentran  Llarena y Marchena y que los primeros han negado por activa y por pasiva que existiera en ningún momento el delito de Rebelión, pues la ausencia de violencia y la falta de armas, durante los acontecimientos de los que hablamos, no se correspondería con el significado real que se atribuye a este delito en concreto, ni podría pues imputar a los líderes que encabezaron  el  movimiento que se produjo en Catalunya, durante esas fechas.
La obcecación del Partido Popular en mantener esas acusaciones, mientras Mariano Rajoy pudo conservar el poder y quizá en un grado aún mayor, tras el inesperado triunfo de la Moción de Censura, querría representar en cierto modo, una manera de poder ocultar el estrepitoso fracaso que cosecharon las políticas que aplicaron en Catalunya, pues mientras duró su mandato se podría decir que más de un millón de personas, se convirtieron en defensores a ultranza de la causa independentista. Tampoco la aplicación del 155 consiguió en absoluto suavizar una situación que se complicó gravemente cuando a pesar de las advertencias vertidas desde Madrid y la fuerte presencia policial, más de dos millones de catalanes consiguieron votar el primero de octubre, sin que ni siquiera la fortísima represión aplicada sobre ellos, lograra disuadirles de sus intenciones.
Absolutamente derrotados por la ineficacia de sus métodos, a los populares no les quedó otro remedio que tratar de construir una venganza que castigara eficazmente la desobediencia de los catalanes y buscó el apoyo que le era del todo imprescindible, en la vía judicial, sobre todo cuando Puigdemont y otros líderes  se les escaparon  del país, sin que ni siquiera hubieran sido capaces de percatarse de que tal cosa podía sucederles.
Intentar reparar esta afrenta, que ha hecho un daño irremediable al partido conservador, a base de endurecer el discurso sobre la situación en Catalunya, se ha convertido desde entonces en un tema recurrente que incluso se ha recrudecido una vez que Pablo Casado se ha hecho cargo de la Presidencia de la Formación, sencillamente, porque no existe ninguna otra vía que pueda devolverles la dignidad que perdieron, cuando los independentistas les ganaron la partida.
Los excesos que se han venido cometiendo desde entonces, como el de mantener encarcelados a los líderes  durante un año entero o la atribución del delito de Rebelión que puede acarrear a algunos de ellos penas de más de treinta años de prisión, forman parte de una huida hacia adelante, que a ser posible, demuestre a los ojos de la sociedad en general, que a pesar de todo lo ocurrido, al final la justicia les dio la razón, restableciendo así el honor que perdieron a causa de sus tremendos errores.
Ojalá y este cambio de Tribunal sirva para colocar las cosas en su justa medida, alejando los rencores políticos que se han generado después del desarrollo del Proces y que los nuevos encargados de juzgar este caso, lo hagan, con ecuanimidad, en aplicación de unas leyes que sólo empiezan a ser malas, cuando son manipuladas por la interpretación que de ellas hacen determinados hombres.









lunes, 12 de noviembre de 2018

Acatando el Decreto



 Qué mal le ha sentado a la Banca la entrada en vigor esta misma mañana del nuevo Decreto Ley que la obliga a pagar a partir de ahora los gastos de los impuestos de las Hipotecas y ha abierto sus oficinas sin que les quede otro remedio que obedecer, aunque mucho nos tememos que muchas de estas entidades o todas, ya están dedicando su tiempo a buscar nuevas fórmulas con las que resarcirse de lo que consideran una gran pérdida de beneficios, pues  han retirado de internet sus páginas de ofertas hipotecarias, seguramente con la intención de encarecerlas, como ya esperábamos los ciudadanos en general y las Asociaciones de Consumidores, desde que Pedro Sánchez anunciara el contenido de esta medida.
Sin que nadie se hubiera atrevido, hasta ahora, a poner freno a su desmedida ambición y contando con el apoyo de una controvertida sentencia que ha puesto en la calle a cientos de miles de personas, los Bancos se frotaban las manos en la creencia de que podrían continuar abusando de la confianza de sus clientes, a los que han estado maltratando reiteradamente, con cláusulas inadmisibles y presuntas estafas de capital que  han ayudado considerablemente a aumentar un volumen de beneficios con los que ni siquiera han tenido la decencia de empezar a devolver el rescate que ha endeudado a todos los españoles.
Seguros de que estando la justicia de su parte el debate sobre los impuestos de las hipotecas quedaría paralizado y contando con la aquiescencia de determinados Partidos políticos que les han consentido  campar libremente por sus respetos, durante muchísimos años, el Decreto dictado por Sánchez, aun siendo del todo insuficiente por no contemplar la retroactividad, ha supuesto un punto y aparte en el tipo de relaciones entre el poder político y la banca, dando a entender que a partir de ahora, habrá de olvidarse de llevar a cabo acciones de dudosa legalidad en total impunidad, pues probablemente será severamente vigilada, fundamentalmente porque tiene una deuda con los españoles, desde que entre todos nos viéramos obligados a rescatarla de la ruina que se le venía encima, a causa de la espantosa gestión que habían llevado a cabo, con los depósitos de todos los ciudadanos.
Sin embargo, parece difícil y bastante improbable que estas entidades financieras se rindan a la aplicación del Decreto sin luchar y mucho nos tememos que en breve empiecen a aplicar nuevas normas en la concesión de  hipotecas, que como siempre, acaben perjudicando al bolsillo de sus clientes, es decir, a todos nosotros.
Las manifestaciones que se llevaron a cabo el sábado por la tarde en todo el país, a las puertas de los tribunales de Justicia,  constituyen, no obstante, un aviso que clarifica meridianamente que una buena parte de la sociedad no está dispuesta a tolerar más engaños por parte de la banca, ni es proclive a acatar las sentencias que perjudiquen claramente sus intereses, a favor de los más poderosos, lo que querría decir que una buena mayoría de la gente estaría dispuesta a luchar porque le fueran respetados todos y cada uno de sus derechos y sobre todo, por conseguir cambiar la naturaleza de una Justicia, claramente orientada hacia el lado que conviene a los intereses de los más poderosos.
Tampoco el Gobierno parece dispuesto a seguir amparando el despotismo que estas entidades han venido demostrando contra los firmantes de las hipotecas, a los que no han tenido ningún problema en desahuciar, en cuanto se ha producido el impago de un par de recibos, sin contemplar las razones que fueran, demostrando que  los gravísimos efectos que nos ha traído a todos esta crisis, no ha afectado en modo alguno a este poderosísimo sector, que ha continuado obteniendo altísimas rentabilidades, incluso en los peores y más amargos momentos.
La puesta en marcha del nuevo Decreto, no  puede quedarse en un mero gesto de oposición al poder de la banca, sino que debe, necesariamente, acompañarse de una vigilancia que no de tregua a estos Organismos para organizar nuevas fórmulas de enriquecimiento y aunque para ello haya que crear un cuerpo de inspectores dedicado exclusivamente a este fin, bien vale la pena intentarlo, si se consigue de una vez, poner freno al descaro con que se mueven y manifiestan estas Entidades que sobreviven, no lo olvidemos, gracias a los depósitos de sus clientes.
Leía yo el otro día una propuesta que me pareció interesante y sencilla de poner en práctica, si todos nosotros quisiéramos y que no es otra que la de retirar, el mismo día, cada uno, cien euros, de nuestras cuentas bancarias, como aviso de lo que podría ocurrir, si en un momento determinado decidiéramos llevarnos todos nuestros ahorros a casa, en respuesta a los abusos que durante años hemos sufrido.
La fórmula, que podría parecer en principio un poco populista, no supondría sin embargo, ningún perjuicio, para los usuarios de estas Entidades en concreto y sí mucho para los que ignorando reiteradamente los problemas que acucian a las personas, han debido creer que lo que allí se encuentra depositado es de su exclusiva propiedad y que por tanto pueden disponer del montante total, para cualquier fin que en un momento determinado les parezca oportuno.
Esta sería una manera de decirles que no. Que el dinero que custodian a cambio de recibir de nuestra parte jugosas comisiones, es de nuestra absoluta pertenencia y que por tanto podríamos, si quisiéramos, reclamarlo en su totalidad, para traérnoslo a casa, si así lo decidimos libremente, por las razones que fueran.
De nosotros depende pues, que la banca funcione o se arruine, como cualquier otro negocio y probablemente ha llegado el momento de recordárselo, para que vayan abandonando la idea de que nuestra fidelidad es eterna.
  




domingo, 11 de noviembre de 2018

Esos otros conflictos




Mientras los principales líderes de los llamados países civilizados se reúnen en Paris, para conmemorar  los cien años de la firma de Armisticio que terminó con la Primera Guerra mundial, encabezados por un Macron que ha basado su discurso en un enaltecimiento de la paz , en medio de un clima claramente marcado por el cruce de miradas de algunos de los asistentes, que uniéndose a un acto pretendidamente pacifista, contradicen a diario con sus actitudes, aquellas ideas que pretendidamente enaltecen, como demuestra universalmente, la marcha que están tomando a diario, determinados conflictos.
Algunos de ellos, como Donal Trump, que se ha sumado a este recordatorio  como a regañadientes, visiblemente disgustado por la idea lanzada por el Primer Ministro francés, acerca de la necesidad de la creación de un ejército propio que garantice la seguridad europea, podría considerarse como el protagonista principal de un nada deseado retorno al nacionalismo feroz que se jacta de ejercer una defensa a ultranza de la gente oriunda de su propio territorio, esgrimiendo el falaz argumento de que todos aquellos que intentan cruzar sus fronteras, en busca de una vida mejor, son de manera generalizada, peligrosos delincuentes y se ha convertido, desde que llegara al poder, en el protagonista principal de una nueva casta de políticos con idas peligrosamente cercanas a las que preconizara el fascismo, aunque aún no se atrevan a presentar una oposición clara y contundente a la celebración de eventos como éste, quizá porque la opinión de la prensa, a la que tanto tratan de denostar en sus apariciones públicas, les importa y mucho, aunque se nieguen a reconocerlo.
Con la guerra de Siria latente, el asesinato de Khassoggi aún candente,  miles de personas ahogándose a diario en los mares que rodean a este Continente nuestro que les niega sistemáticamente el asilo o la caravana de la libertad que marcha hacia Estados Unidos a pie, en un recordatorio actual de aquella otra que narrara Steinbeck en “Las uvas de la ira” y otros graves problemas que afligen en la actualidad a este mundo supuestamente globalizado en el que vivimos, parece del todo imposible hacer referencia al significado real de la palabra paz y menos aún, cuando en el discurso se omite intencionadamente la existencia de estos otros conflictos, que manchan por la naturaleza de su crueldad, la pretendida limpieza del expediente que estos destacados líderes mundiales intentan  representar ante los ciudadanos, como si realmente fueran valedores de los valores éticos que debieran acompañar a cualquier movimiento pacifista que se precie, o al deseo real de alcanzar  una verdadera estabilidad que evite a los seres humanos que pueblan el planeta, toda clase de sufrimientos.
Aparentemente convencidos de que el futuro de todos nosotros se encuentra en sus manos y negando la evidencia de que la hegemonía del poder económico que dirige con mano de hierro nuestros destinos, desestima también y de qué forma, todas las normas por las que se rigen los movimientos pacifistas, la foto de este grupo tan  variopinto, en el que se han mezclado hoy junto a Macron, Merkel, Putin o  Trump, junto a otros personajes de segunda fila, como el propio Presidente español, que también se encontraba presente, en compañía de los Reyes, por cierto, no significa para la sociedad en general, más que un gesto carente de contenido ideado únicamente con la intención de reforzar la supuesta buena voluntad que algunos quieren mostrar, olvidando que vivimos en un momento en el que el acceso a la información hace posible que todos conozcamos al detalle lo que está ocurriendo a nuestro alrededor y contemos por ello con elementos suficientes, para poder tomar partido.
No se puede evocar a la paz, mientras se refuerzan las fronteras con muros o concertinas que impiden el paso de los que huyen desesperadamente de los efectos de las guerras, el hambre u otro tipo de violencia, ni tampoco vanagloriarse de haber conseguido mantener una estabilidad entre naciones, mientras  la gente muere atrapada y sin salida en países convertidos en escombreras, a causa de los efectos provocados por las bombas, en ofensivas que se prolongan en el tiempo, convirtiéndose en batallas eternas, ni se puede, como ha ocurrido en el discurso de Macron esta mañana, poner más énfasis en la remembranza de un hecho acaecido cien años atrás, que en la espantosa situación que se ven obligadas a soportar millones de personas, en el momento en el que vivimos.
Claro que estos conflictos considerados de carácter menor, por la mayoría de estos líderes a los que salvaguardan las excelentes relaciones que mantienen con los poderes del dinero, deben seguramente ser considerados, como efectos colaterales de un mundo en el que las diferencias de clases son cada vez más fuertes y por tanto, poco o nada importa lo que pueda ocurrir a los más desfavorecidos, mientras los de arriba sean capaces de mantenerse en un status privilegiado que beneficie de manera considerable la obtención de jugosos intereses.
No quería dejar pasar la ocasión de dejar constancia de que en el mundo existimos aún muchos a los que no nos pasan inadvertidas los auténticos propósitos  de este tipo de actos tan representativos de lo que ahora se ha dado en llamar postureo y que en cierta medida, ponen en duda nuestra inteligencia personal y nuestro conocimiento de lo que está ocurriendo a nuestro alrededor, calificándonos tácitamente como simples patanes sin cultura, incapaces de ver más allá que lo que se circunscribe en nuestro ámbito más cercano, como si la conciencia de los seres humanos hubiera sido borrada deliberadamente por estos “prohombres” que dicen representar nuestros más íntimos intereses.
Hacer como que no existen esas otras realidades a las que aludimos y no luchar denodadamente y sin tregua para cambiarlas dice mucho de la verdadera talla  de estos mandatarios del primer mundo, como personas y como políticos, aunque para su desgracia, aún queden voces que denuncien las situaciones que con tanto ahínco tratan sin éxito de ocultar y ojos que observan  milimétricamente cada detalle de lo que ocurre en todas partes, dejando testimonios gráficos de ello.





jueves, 8 de noviembre de 2018

Al más puro estilo americano



Sin habernos podido recuperar aún del asunto de la sentencia del Supremo , ni de la noticia que saltaba ayer por la tarde, cuando María Dolores de Cospedal decidía dejar su escaño en el Congreso y abandonar la política activa, los ciudadanos  nos levantamos hoy  con la información de que los mossos han detenido a un francotirador que fuertemente  armado con varias  escopetas y explosivos, pretendía atentar contra la vida del Presidente Sánchez, al más puro estilo americano y poniendo como excusa su total desacuerdo con la exhumación del cadáver de Franco del Valle de los Caídos.
Según información policial, de momento parece que este individuo podría tratarse de un lobo solitario que afortunadamente no ha logrado consumar su objetivo, aunque imagino que el asunto reviste la suficiente gravedad como para que se continúe investigando si hay alguien más detrás de esta rocambolesca historia que no hace sino afianzar la idea de que determinados grupos de ultraderecha parecen estar dispuestos a tratar de boicotear, como sea, esta acción programada por el Gobierno.
Pedro Sánchez, que ayer mismo anunciaba, tras conocer la sentencia del Supremo, su intención de aprobar hoy mismo un Decreto Ley que libre a los españoles, a partir de ahora, del pago de los impuestos derivados de las hipotecas y que continúa confiando en poder convencer a los separatistas catalanes de que le apoyen, para poder aprobar sus presupuestos, ha adoptado una línea de gobierno que parece tener ostensiblemente enojadas a las tres Formaciones de derechas que conviven en este momento en el país, cuestión que le está acarreando una serie incontable de enemigos, cuya sed de venganza empieza a parecer insaciable y más que evidente.
El asunto Cospedal, que hace un daño irreparable a la proyectada imagen de limpieza que Casado pretendía dar al PP, en un intento a la desesperada por romper con un pasado de corruptelas que sin embargo les perseguirá para siempre indefectiblemente, no sólo remueve intensamente los malos recuerdos de los casos de corrupción que costaron a Rajoy y los suyos la pérdida del poder, sino que los relaciona directamente con oscuras maniobras urdidas en los despachos de su propia Sede, en la que ya se movía, entre otros, el actual Secretario General del Partido.
Sin poder olvidar que Casado se alzó con el poder en las primarias, gracias precisamente al apoyo que le prestaron los compromisarios que se habían inclinado antes por Cospedal, para evitar a toda costa que la elección recayera en Soraya Sáinz de Santamaría, lo natural, ahora que han salido a la luz estas vergonzosas grabaciones que han provocado la marcha de su socia, por la puerta de atrás, sería que el líder conservador presentara también su inmediata dimisión o al menos, convocara un nuevo proceso de primarias que le ratificaran o no, en su puesto.
Naturalmente, eso nunca sucederá, pues Cospedal basa su marcha en un deseo de no querer perjudicar en nada a su partido, aunque todos sabemos que la realidad es que no podía permanecer de ninguna manera en su puesto, dada la gravedad de las acciones milimétricamente preparadas que todos hemos podido oír en las grabaciones y que constituyen una verdadera vergüenza, por la naturaleza de los medios que se emplearon para conseguir fines del todo inconfesables.
Y sin embargo, toda la ira del PP, se concentra en sus críticas a Sánchez, sin reconocer que la mayoría de las veces se encuentran dentro de sus filas, sus más férreos enemigos ni tampoco que los tiempos en que llenaban plazas de toros, se han ido para no volver, teniendo en cuenta que las lealtades con las que parecían contar incondicionalmente, han quedado ahora divididas en tres facciones encabezadas por líderes distintos, dispuestos a hacerse, empleando métodos de extrema contundencia, con la mayoría de los votos fijos de la derecha.
El frustrado atentado contra Pedro Sánchez viene a demostrar que las derechas de este país  están labrando a pulso  un crecimiento rápido y extremo del clima de crispación entre los ciudadanos y que cuando se juega con fuego, aunque las intenciones sean meramente de carácter electoralista, a veces terminan por producirse incendios que luego no hay manera de controlar, pues no todo el mundo posee la suficiente frialdad emocional que permite reconocer que en política, unas veces se gana y otras se pierde.
Estos lodos vienen de los fangos provocados deliberadamente en actos como el celebrado por Rivera y por VOX, el pasado Domingo en Alsasua y que enaltecen una clase de patriotismo que insufla en las masas un deseo incontrolable de venganza  que nace en el interior de algunos individuos incapaces de aceptar los principios fundamentales por los que se rige una Democracia y menos aún, hechos puntuales que como en el caso de la exhumación del dictador, provocan en ellos la sensación de que poder eliminar de la escena a quiénes consideran sus peores enemigos, constituyen, a los ojos de sus propios correligionarios, un acto de puro heroísmo.
Trazar las líneas entre lo que significa literalmente respetar la libertad de pensamiento  y estas provocaciones gratuitas que se llevan a cabo bajo el amparo de este inalienable derecho, pero de manera burda y tácitamente violenta, urgen en estos momentos de  delicadeza extrema que vivimos y habría que clarificar plenamente hasta dónde se puede llegar en la organización de según qué convocatorias, que quizá deberían ser inmediatamente desautorizadas, por lo que esconden debajo de esa supuesta intención de pasear un tipo de españolización, basado en un exhibicionismo feroz de determinados símbolos que en realidad, no son propiedad exclusiva de quién los porta en calles y plazas.
La detención de este individuo, por cierto experto en el manejo de armas de fuego, es la voz de alarma que nos avisa de lo que se podría estar cociendo en estos momentos en el país, por lo que sería aconsejable, para líderes como Casado y Rivera, moderar el tono de exaltación que están empleando últimamente en todas sus intervenciones, pues por mucho que les pese, los Partidos de izquierdas y también los nacionalistas catalanes y vascos, han sido, exactamente igual que ellos, elegidos en las urnas por los votos de millones de ciudadanos.
Ignorar el aviso, continuar calentando el ambiente, como si Pedro Sánchez hubiera llegado al poder de manera ilegítima, sólo porque está tratando de hacer unas políticas que a las derechas no les interesan, sería, como despreciar inaceptablemente la voluntad de una buena parte de esta sociedad, que por cierto, no les pertenece ni tiene la obligación de pensar de la misma manera que ellos.
La violencia, que ha de ser necesariamente denostada en todos los casos, cuando es empleada para atentar contra los pilares de la Democracia, se convierte en inadmisible y repulsiva y sólo puede traer consigo, respuestas de similar calibre que lleven a situaciones caóticas que terminen por lesionar gravemente el Estado de derecho.

   

  





miércoles, 7 de noviembre de 2018

La peor sentencia




Finalmente y tras varios días de discusión  el Tribunal Supremo falla a favor de la Banca, en el caso de los impuestos de las hipotecas, en una maniobra sin precedentes que no sólo anula el fallo emitido por sus propios compañeros, por cierto expertos en estos temas, hace sólo unos días, dudando de su capacidad profesional, sino  que también crea en la sociedad española una duda más que razonable sobre la imparcialidad del poder judicial y del principio de igualdad ante la Ley, al que tienen derecho todos los ciudadanos.
En una votación absolutamente igualada que se inclinó del lado de la Banca, precisamente por el voto de Díez Picazo, contra el que Podemos ha tratado sin  éxito de querellarse por prevaricación, los quince votos de los magistrados que estaban en contra de la anterior sentencia, lograron imponerse sobre los catorce que pretendían resolver a favor de los clientes, en una sentencia que ha indignado profundamente a los afectados por este tema e incluso a la Organización de Jueces para la Democracia que exige la inmediata dimisión del presidente del Supremo, Carlos Lesmes y también del citado Díez Picazo, por considerarlos los principales artífices de esta maniobra inaudita.
Tampoco han reaccionado bien la mayoría de los Partidos políticos españoles, a excepción del PP, que ayer tarde evitaba pronunciarse sobre el tema, sin que este hecho pueda sorprendernos en absoluto y una cascada de críticas, a cada cual más dura, ha caído sobre este Tribunal que podría considerarse como un puntal fundamental para que la justicia funcione correctamente, en este país nuestro.
Ya ayer por la tarde, Pablo Iglesias invitaba a los ciudadanos a manifestarse ante el edificio en el que han estado reunidos estos jueces durante casi tres días, manifestando abiertamente su total y absoluta desconfianza en la limpieza de este veredicto, por considerar que los quince magistrados que han ganado la votación se han rendido sin condiciones a las fuertes presiones recibidas desde la Banca.
El fallo se ha reflejado sin embargo en fuertes subidas en la Bolsa, poniendo de manifiesto, como ya sabíamos, que el dinero es el que mueve indefectiblemente este mundo en el que vivimos y la satisfacción de las Entidades bancarias, tampoco se ha hecho esperar, al comprobar que  han ganado una partida en la que se jugaban fundamentalmente, una buena parte de sus beneficios.
Y sin embargo y tal como decíamos ayer, la sensación que queda en la calle es que nos encontramos en una situación de total indefensión ante unas leyes que dependen en exclusividad de la interpretación que quieran darle los jueces y cuya aplicación, que habría de ser estricta y precisa, cuando están en juego los intereses de la gente de a pie que conformamos esta Sociedad, queda supeditada a la opinión personal  e incluso a la inconfesable ideología de unos magistrados, que no por serlo se encuentran en un nivel superior al del resto de los seres humanos y que como tales, pueden cometer gravísimos errores que como en este caso, laceran los intereses de los más humildes.
Estas interpretaciones de la Ley, en muchos casos peregrinas, como podrían ser las de los jueces discrepantes en el caso de la manada y en otros, simplemente inaceptables, como en el asunto de estos impuestos de las hipotecas, se han convertido, sin embargo, en algo inherente a la aplicación de las leyes en este país, en el que empezamos a pensar que las sentencias no se atienen escrupulosamente a lo que dicta la ley, sino a los inclinaciones personales de los encargados de presidir los tribunales, en su mayoría, proclives a ponerse a favor de la parte más poderosa.
Ni que decir tiene, que estas decisiones partidistas, cada vez más frecuentes, en el mundo de la legislatura, producen un gravísimo daño a la imagen de la Justicia, como tal y que provocan en la sociedad un rechazo que roza la repugnancia y una desconfianza general que va, desgraciadamente, in crescendo, situando a los jueces que cumplen con dignidad estrictamente con sus funciones en un plano que no les corresponde  y dejando la sensación de que cierto tipo de tácita corrupción, ha podido apoderarse de un sector mayoritario de los encargados de administrar justicia.
Cuando el refranero español, que suele ser bastante sabio, dice que no sólo hay que ser honrado, sino además, parecerlo, parece estar haciendo alusión a casos como el que hoy estamos tratando, pues no puede evitarse que decisiones como la que se tomó en la tarde de ayer, levanten sospechas sobre la actitud de ciertos jueces, cuyos argumentos no sólo no logran convencer a los profanos en estas materias, sino tampoco a una buena parte de sus `propios compañeros, que discrepan abiertamente y sin cortapisas, de fallos como este.
Sin saber aún cómo reaccionará el gobierno de Sánchez, que se comprometió profundamente con todas las causas sociales, pero esperando cierta contundencia en la respuesta, aunque para ello haya que legislar basándose en nuevos argumentos, todos los ciudadanos nos hemos levantado con la triste impresión de que por muchos abusos que contra nosotros cometa la Banca, jamás seremos capaces de ganar, pues el apoyo judicial que para ello precisaríamos, nos falla estrepitosamente. Es terrible tener que reconocerlo, pero a la vista de los acontecimientos, no podemos pensar otra cosa.







martes, 6 de noviembre de 2018

¿A quién defiende el Supremo?




Son más de las doce de la mañana y los miembros del  Supremo continúan deliberando sobre el caso de los impuestos de las hipotecas,  cuyo pago se atribuyó la semana pasada, por sentencia, a la Banca, provocando una reacción inusitada que ha dado lugar a esta reunión que parece haberse convertido en eterna y que sienta un terrible precedente al poner en tela de juicio un veredicto salido directamente de este mismo Tribunal, quizá por las presiones recibidas, al ser el fallo favorable a los intereses de los ciudadanos.
Mucho se ha hablado del deterioro de la imagen de la Justicia española, sobre todo desde que andamos continuamente enredados en casos de corrupción que han afectado directamente a personajes de mucha relevancia personal y política, cuestión que ha llegado a provocar en la población en general, una sensación de desconfianza y la firme creencia de que la Ley, en este país, no es igual para todos, pues mientras existen personas que se encuentran en prisión, por ejemplo, por haber gastado ochenta euros de una tarjeta de crédito encontrada, otras permanecen en libertad o han sido condenadas a penas irrisorias, por defraudar millones a las Arcas del Estado.
El caso de los impuestos de las hipotecas, que tantos quebraderos de cabeza parece estar causando al Supremo y que se resume a un tema tan sencillo de comprender como que los ciudadanos han estado pagando durante años unas cantidades abusivas que añadidas a los elevadísimos precios de las viviendas convierten el poder responder mensualmente a los préstamos en una dificultad extrema, mientras los Bancos, presentes en cada una de estas firmas que en algunos casos comprometen a los clientes durante casi cincuenta años, no sólo han abusado reiteradamente de ellos con temas como el de las clausulas suelo, sino también cargado a sus espaldas el pago de unos impuestos que en justicia correspondería asumir a ellos, sobre todo después de que entre todos, los hayamos rescatado de  un desastre de consecuencias imprevisibles.
La decisión parecía estar clara para los miembros que la estudiaron en el Supremo, excepto para uno, que emitió un voto particular en contra, como ha ocurrido en otras muchas ocasiones, pero el costo de la operación, que en el peor de los casos supondría para la Banca tener que devolver unos 16.000 millones de euros, la caída de los mercados en la Bolsa y la indignación inmediatamente mostrada por los dueños de las entidades más importantes del país, levantaron una polvareda que provocó que el Presidente del Tribunal, por primera vez en su Historia, paralizara la ejecución de la sentencia y convocara con carácter de urgencia esta reunión que todavía continua y de la que lo único que sabemos es que existe una fuerte división de opiniones, por parte de todos sus miembros.
La tardanza en resolver el asunto empieza a levantar la sospecha de que la sentencia anterior pudiera ser anulada, modificada o transformada por otra más acorde con los intereses bancarios, que prescindiera directamente, por ejemplo, del carácter retroactivo que se contemplaba en la primera y mientras más tiempo transcurre, mayores son las especulaciones que se hacen todos aquellos que continúan pagando hipotecas en la actualidad y sobre todo, los que están a punto de firmar nuevos compromisos, sin tener claro a quién corresponderá el pago de impuestos, a partir de ahora.
La pregunta que nos hacemos los que contemplamos con estupefacción esta novedosa maniobra en la que nos hallamos inmersos es, como no podría ser de otra manera, qué intereses está obligado a defender el Tribunal Supremo y si es su obligación o no velar porque la aplicación de las leyes sea lo más estricta y ecuánime posible.
Sin embargo, la opinión que se tiene en la calle sobre el asunto es que en el caso que nos ocupa, existen preferencias predeterminadas que juegan a favor de los intereses de la banca, por lo que los ciudadanos, que se sienten y han sentido víctimas de los abusos de estas entidades, se encuentran absolutamente desprotegidos, cuando tienen la necesidad de enfrentarse a un Gigante, sin que las leyes vigentes en este país parezcan hacer nada por remediar esta indefensión evidente.
Como ustedes comprenderán, esta reunión del Supremo no hace sino incidir en la espantosa opinión que los ciudadanos ya tienen sobre el funcionamiento de la justicia española y son muchas las voces de juristas que ya se han pronunciado alertando de la peligrosidad de que determinados sectores pudieran estar interfiriendo en las decisiones judiciales, atentando presuntamente, contra la imparcialidad que debe regir, como  principio inalienable, en el mundo del poder judicial.
No se comprende, cuánto más hay que hacer a favor de una Banca, cuyo rescate nos ha costado a todos nada menos que 50.000 millones de euros que continuamos pagando, mientras  un buen número de familias atraviesa  terribles situaciones de desamparo y miseria y menos aún, por qué razón hay evitar al precio que sea, que estas entidades que al fin y al cabo no son más que negocios que debieran equipararse a otros cualquiera, sufran reveses relacionados con la mala gestión que durante años han estado llevando a cabo, a su libre albedrío, incluso cuando perjudican gravemente a las personas que confiaron en ellas, para gestionar, en este caso, el pago de sus hipotecas.
Verán, los bancos no nos están regalando los pisos en los que vivimos, sino que su labor consiste, si es que superamos con éxito todos los trámites que se nos exigen, en concedernos un préstamo, que habremos de pagar religiosamente todos los meses, llueva o ventee, si no queremos enfrentarnos directamente a un desahucio, como ya ha ocurrido en el caso de miles de familias, en este país en que vivimos.
La firma de una hipoteca, no es más que un acuerdo en que las dos partes, el comprador y el banco se comprometen a respetar escrupulosamente un acuerdo, pero si se parte de una base en que las condiciones pactadas son, desde el principio, claramente abusivas para el cliente, podríamos estar hablando de un delito directamente relacionado con la usura y por tanto, correspondería al abusador, devolver el montante obtenido del comprador, por estos medios.
Los antecedentes con que cuenta la Banca no juegan precisamente a su favor, puyes habría que recordar por ejemplo, que ya nos estafaron descaradamente con el asunto de las clausulas suelo o el de las Preferentes y habría que aclarar además, que su estabilidad no correría ningún peligro, aún en el caso de que se viera obligada a devolver esos 16.000 millones de euros que están en juego en este momento, pues sus beneficios superan con creces esa cantidad, como todos hemos podido conocer a través de las noticias de los réditos que han recibido durante los últimos años.
Negociar, señores banqueros, es ganar o perder y sería de justicia que este sector se fuera acostumbrando a lidiar con los reveses que a veces traen los acontecimientos, en la misma medida que cualquier empresa, grande o pequeña, se ve obligada a hacer a diario, sin que el Estado venga a remediar su mala fortuna, en el caso de que lo necesite.
Considerar al negocio de la Banca como inviolable, incluso sabiendo a ciencia cierta que se están perjudicando los intereses de los ciudadanos, resulta ser, simplemente una felonía y parece inaceptable que un Tribunal como el Supremo, pudiera prestarse a este juego, pues no existe ninguna razón que pueda justificarlo.
A la espera de conocer la decisión final sobre el asunto que nos ocupa y sin demasiadas esperanzas de que la justicia falle a nuestro favor, pues formamos parte de las clases humildes, sólo esperamos que si la fallo termina por beneficiar a la Banca, la respuesta de la calle sea no sólo inmediata, sino contundente.