domingo, 31 de marzo de 2013

No perturbar la paz de los políticos



No hay ley que prohíba a los ciudadanos la libre circulación por las calles, ni el bien ganado derecho a manifestar  su opinión, dónde lo consideren más oportuno, pero la realidad  que vivimos en los tiempos que corren, contradice en ciertos casos muy concretos esta afirmación, dejando al descubierto una manipulación velada de tales principios, cada vez que se trata de propiciar un acercamiento físico con la clase política que , teóricamente, nos representa.
La iniciativa de la Plataforma antidesahucios ha destapado la caja de los truenos, cuando harta de intentar ser escuchada por las vías legales, ha colocado a sus adeptos ante las casas de ciertos líderes del PP, como un medio de hacer llegar su protesta a las altas instancias de un poder verdaderamente inaccesible, que se oculta tras los muros inexpugnables del Congreso, sin otorgar al pueblo otra opción que la de votar cada cuatro años, como si sólo hubiera problemas durante las campañas electorales y el resto del tiempo, fuera obligación ciudadana soportar cuántas tropelías se antojen a quienes consiguieron la victoria, muchas veces con vanas promesas de mejora, que finalmente, nunca se cumplieron.
La táctica de relacionar a cualquiera que no esté de acuerdo con el funcionamiento del sistema, con grupos radicales esforzados en provocar un estallido social sin precedentes, se ha convertido en algo rutinario para los integrantes de la cúpula del PP, que está transformando el derecho a la libre expresión, en una especie de arriesgada aventura de la que difícilmente se puede salir indemne, a causa de las graves injurias vertidas sobre quienes se atreven a contradecir su forma dictatorial de organizar el gobierno.
Esta teoría, que empieza a no ser creíble desde el momento en que las reclamaciones que se presentan son absolutamente justas y los grupos que las llevan a cabo están formados por padres de familia a los que de manera ilícita se hurta el derecho constitucional a la vivienda, se ha convertido, sin embargo, en una consigna machacona que aunque imposible de demostrar, socava la honorabilidad de cualquier ciudadano que afectado por la avaricia desmesurada de nuestra rescatada Banca, decida mostrar su desesperación en la calle y a plena luz del día, cansado de no ser escuchado por ningún representante de las Instituciones y presionado por un sistema legal, que se escuda en el “cumplimiento del deber” para seguir ejecutando desahucios.
No habría necesidad de acudir a los domicilios particulares de los políticos, si hubiera manera de ser recibido por ellos, cuando las personas se topan con un problema de cierta gravedad que afecta para siempre a su modo de vida, como es el caso de las deudas eternas que con las entidades bancarias uno contrae, incluso después de que le hayan desalojado por impago, de la que era su casa.
Pero en este País, no hay forma humana de conseguir la atención personalizada de ningún político y las tentativas de acercamiento que se han pretendido por activa y por pasiva, han sido en esta legislatura, reprimidas con una contundencia que no se recordaba, desde los tristes años en que la dictadura franquista imponía su doctrina por medio de la fuerza, sin admitir contestación alguna a su catecismo fascista.
 Es por tanto de justicia, buscar un modo de ser oído por quienes supuestamente han de estar al servicio de la ciudadanía, ya que su salario procede de los impuestos que, religiosamente, recaudan las arcas del Estado de los bolsillos de todos los españoles y si hay que desplazarse hasta los domicilios particulares de sus señorías para elevar las quejas que cada cual desee hacer patentes, no queda otro remedio que ir  e intentarlo, al menos como última  opción, tras haber sido “literalmente” expulsado de los alrededores y la tribuna del Congreso y haber sido tachado, poco menos que de terroristas, por algunas voces ultraconservadoras, que ni siquiera han sido afeadas por el Partido al que pertenecen.
Es fácil hablar de supuesta violencia desde la comodidad del escaño que se ocupa, gracias al voto de los españoles e inventar un mundo virtual en el que cada cosa sucede idílicamente, obviando la crudeza que reina en el entorno cotidiano de los pueblos de España, sobre todo si el terrible azote del paro, no te ha rozado consiguiendo modificar tu apacible modo de vida y la de los tuyos, pero la situación desesperanzadora a que han sido arrastrados varios millones de españoles, no puede ser obviada, precisamente, por los encargados de velar por la seguridad de los ciudadanos a los que ahora abandonan a un destino fatal que les ha venido dado por la dureza de las medidas que se han decidido como remedio a la crisis y que constituyen inexorablemente, una forma sibilina de otra violencia, que nadie combate, por considerar que forma parte de una especie de ritual macabro imposible de ser evitado.
Y aunque la primera misión de un político es la de conocer al detalle la realidad en que viven los habitantes de la Nación a la que pertenecen, el distanciamiento creciente que se viene dando en España entre ciudadanos y gobernantes, ha conseguido desvincular totalmente a unos y otros, creando dos mundos diferentes, en los que las cosas parecen suceder de modo bien distinto.
Hace ya tiempo que los ciudadanos viven atenazados por el miedo. El de quedarse sin empleo, el de ser desalojados de su casa, el de no tener suficiente para alimentar a sus familias o el de que su derecho a sanar y ser educados, termine por transformarse en una mera cuestión de dinero.
Sin embargo los políticos, fundamentalmente causantes de la existencia de todos esos miedos, permanecían a salvo de todo acecho, en sus islas de privacidad, sin que nada ni nadie pudiera perturbar el remanso de paz que para sí mismos habían construido.
Las protestas a las puertas de sus domicilios se han encargado de poner de relieve que también ellos pueden ser susceptibles de ser vulnerados y de que, igual que los demás, también pueden ser víctimas del desasosiego que trae consigo la injusticia
Y es precisamente ese miedo a perder su seguridad, el que ha conseguido alterar la apacible rutina de estos privilegiados y ponerlos en guardia contra unos enemigos virtuales, que en este caso no son otros, que su mismo pueblo.
El toque de atención está funcionando y por tanto, algo nos dice que es este y no otro el camino a seguir, si queremos que nuestras voces sean oídas y nuestras reivindicaciones tenidas en cuenta por quienes, supuestamente, han de ocuparse de resolver nuestros problemas, aunque hasta ahora no hayan hecho absolutamente nada por conseguirlo.





   

martes, 26 de marzo de 2013

Amenaza



Reaparecen los encapuchados de ETA, en plena Semana Santa,recordándole a Mariano Rajoy que la organización sigue armada hasta los dientes y que no está dispuesta a renunciar a una negociación de la que sacar  beneficio para sus afanes independentistas, dando a entender que podrían volver los atentados, si el gobierno no cede ante alguna de sus exigencias.
Oyendo el comunicado, a una le da por pensar que no debe estar tan clara la relación que se atribuye a Bildu con estos elementos armados, o bien, una nueva estrategia de presión se está urdiendo en las filas abertzales de Euskadi, ahora que el PNV ha vuelto al poder y por ende, la tolerancia se ha vuelto mayor para los que coinciden con ellos en ciertos planteamientos y se intuye que no habrá mano dura para quienes saquen los píes del plato.
Como Rajoy no tenía suficientes problemas, la imagen de estos “nazarenos” radicales, abre un nuevo frente contra el que combatir, teniendo en cuenta la afanosa españolidad que proclaman los dirigentes nacionales, que ya habían dado como resuelto el asunto del terrorismo, aunque aún quedara por resolver el espinoso tema de las armas.
Una cosa está clara. Quién se empecina en seguir conservando estos artefactos del diablo, es porque está dispuesto a usarlos en cualquier momento y por mucho que el PP intente la rendición por vía policial, un proceso del calado de éste, parece abocado al fracaso, si no hay negociación por medio y en algo ceden ambas partes-
Es verdad que para las víctimas resultaría incomprensible un entendimiento con ETA, pero si es verdad que en política ha de primar el interés de las mayorías, por encima de los intereses particulares, negarse tajantemente a la negociación, podría traer un efecto absolutamente contrario al que se pretende y no sería de extrañar que en los próximos días nos despertáramos con la noticia de algún atentado, en primera página de la prensa.
Habrá que aguardar reacciones, aunque la experiencia de otras veces, hace imaginar que no serán las mismas, según el Partido del que vengan.
El PNV, por ejemplo, estará de acuerdo en que se hagan algunas concesiones en el caso de  los presos, por ejemplo y tratará de obtener algún que otro privilegio, probablemente relacionado con la hacienda, aprovechando la coyuntura que ofrece el temor a que ETA pueda reaparecer actuando con toda virulencia, en las ahora tranquilas calles del territorio euskaldún.
El PP y Rosa Díaz, se negarán rotundamente al diálogo, como siempre han venido haciendo cuando se trata de estas cosas.
Los nacionalistas catalanes, harán frente común con quienes consideran sus hermanos de reivindicación de independencia y PSOE e IU, estarán a favor, cada cual a su manera, lo que con toda probabilidad volverá a reactivar el enfrentamiento entre partidos, por un tema que ahora nos suena como lejano en el tiempo, aunque sólo haya pasado un poco más de un año, desde que en Euskadi se instalara la paz.
Un poco gafe sí parece este Presidente nuestro, al que nada le acaba de salir bien desde que aterrizó en el poder y al que ahora también amenaza el fantasma del corralito chipriota, por mucho que lo niegue, por no hablar de la ineficacia que han demostrado tener sus políticas, que tienen a los españoles y también a los que no quieren serlo, en un clima de indignación permanente, que va en aumento cada vez que se comprueba la grandeza  de su fracaso.
Hasta los astros parecen haberse conjugado en su contra y se alinean provocando una climatología desastrosa que se ha encargado de arruinar las perspectivas del sector del turismo, al que siempre se le dio bien el periodo de la Semana Santa.
Así afrontamos los cuatro días de vacaciones que tenemos por delante. Ahora también, un poco acojonados  por la amenaza que se lee entre las líneas de este comunicado de ETA, pero mucho más, por la incertidumbre de no saber en qué piensa nuestro hierático Presidente.






Un contrasentido escandaloso



El lema de la república francesa, “liberté, égalité et fraternité”, no hace otra cosa que quedar en entredicho, a los ojos de la humanidad, cada vez que más de un millón de ciudadanos de este País, se lanzan furibundamente a la calle, para intentar detener la aprobación de una ley que conceda a las parejas de homosexuales la posibilidad de contraer matrimonio y les abra las puertas de la adopción, como una forma de acceso a la paternidad, de la que hasta ahora no disfrutan.
Estos manifestantes, que seguramente son de los que se consideran devotos patriotas de la que siempre ha sido vista como la cuna de la libertad, curiosamente vulneran gravemente con su actitud, los tres principios fundamentales de lo que hasta ahora se pretendía su credo, apartándose hasta posiciones infinitamente retrógradas, más propias de los adeptos a regímenes totalitaristas, que suelen basar su dominación en la pura ignorancia.
Matan la libertad, desde el momento en que se niegan a aceptar que cada cual pueda elegir, sin cortapisas, a la persona con la que quiere compartir su vida , aspirando a consolidar con su pareja la unión en un marco legal que posibilite un funcionamiento normal de la relación, independientemente del sexo al que pertenecieran los individuos que la forman.
Niegan la igualdad a estos seres humanos, al pisotear el derecho que les asiste a recibir un trato exacto al que se da al resto de los ciudadanos franceses, una vez que deciden contraer matrimonio y si lo creyeran oportuno, solicitar la adopción de menores, tengan o no la posibilidad de concebir hijos biológicos, apoyándose únicamente en una fobia sexista, incomprensible a estas alturas del SXXI, y desde luego, incomprensible en una realidad social, en la que ya conviven pacíficamente, multitud de variopintos esquemas familiares.
Revientan el concepto de fraternidad, desde el momento en que construyen un apartheid contra los homosexuales, con posturas cercanas a las que hoy vemos en países fanatizados por ideas medievales, dificultando el desarrollo emocional de personas absolutamente integradas en el mundo moderno, válidas para trabajar y desenvolverse al mismo nivel que los heterosexuales, pero a las que se hurta el derecho a decidir con quién compartir su camino y la ilusión de poder, como cualquiera, formar una familia basada en el amor y en muchos casos, mucho más sólido que el que se ofrecen parejas del mismo sexo, a juzgar por las noticias que sobre malos tratos, aparecen todos los días, en las páginas de los periódicos.
No hay manera de convencer a estos manifestantes de que la homosexualidad no es una enfermedad contagiosa que pueda perturbar la “apacibilidad” de sus vidas y que aprobar una ley que legitime el matrimonio entre personas del mismo sexo, no obliga a ningún heterosexual a reconvertir sus tendencias, ni supone un ascenso en los índices de homosexualidad real, que les guste o no, existe en este mundo, en el que nos ha tocado vivir.
Probablemente afectados por un fanatismo religioso de corte católico, parecen olvidar que los Estados han de funcionar sin la injerencia de ninguna Iglesia y ofrecer a sus ciudadanos leyes que protejan sus intereses de forma igualitaria, sin cortapisas que coarten la libertad de cada cual, para decidir lo que quiere.
También en España hemos tenido ya este tipo de manifestaciones intolerantes, encabezadas por Cardenales mediáticos que con su participación en estos actos, demuestran a las claras que carecen de todo atisbo de caridad, al establecer tales discriminaciones entre seres humanos, pero que han transigido durante años con la pederastia practicada por los ministros de su Iglesia, que sí que es una aberración para cualquier persona psicológicamente sana.
Sin embargo, la ley se aprobó, funciona y no se han resentido las estructuras del Estado, ni se ha producido hecatombe alguna, ni se ha desdibujado, para nada, el concepto de familia.
Los matrimonios entre homosexuales marchan y sus hijos adoptados son felices. Cuestión de respeto, miren.
     

domingo, 24 de marzo de 2013

Vacaciones inciertas


Llegan las vacaciones de Semana Santa pillando a los españoles sin demasiado espíritu festero, estando como estamos, inmersos en un bucle de negatividad del que será difícil salir, mientras no se nos ofrezcan, al menos, ciertas perspectivas de nuevos horizontes laborales con los que volver al camino de una actividad, forzosamente abandonada, a causa de los acontecimientos que nos ha regalado la Madre Europa y su insaciabilidad de recortes, que nunca son suficientes para liquidar nuestras deudas.
Más de uno se va a su casa sin ninguna seguridad de poder volver a incorporarse a su puesto, pues los despidos ahora se producen sorpresivamente y por buro fax, casi siempre coincidiendo con la ausencia de los trabajadores, bien por motivos de salud o mientras están disfrutando del ocio que por ley le corresponde, para que no haya manera de discutir con la empresa la improcedencia del asunto.
No hay tampoco voluntad de consumo, como ocurría en los años de bonanza, pues los bolsillos están más que vacíos y sin perspectiva alguna de poder llenarse a muy largo plazo, por lo que cualquier negocio relacionado con la diversión, necesariamente ha de resentirse y muy en  particular el turismo,  tocado por la subida del IVA y por la incomprensión que con él han demostrado los políticos, seguramente sin darse cuenta de que representa una buena entrada de un dinero, ahora imprescindible, para que este país empiece a repuntar y para que el sector no entre a formar parte de la innumerable serie de empresas ruinosas que se han visto obligadas a echar el cierre, en este año “glorioso” de gobierno del PP.
  Tampoco acompaña demasiado la climatología, que no debe haberse enterado de  que ha llegado la primavera y no hace más que obsequiarnos con torrenciales chubascos propios de una geografía tropical, pero aderezados con un frio invernal que tampoco invita a despojarse de la calidez del abrigo, ni de ninguna otra prenda que ayude a soportar la dureza  del tiempo.
Entretanto, los escándalos de nuestros impresentables políticos siguen escribiendo la letra grande de las noticias y la lentitud de la Justicia prolongando en el tiempo las investigaciones de las tramas, ofreciendo a los informadores de una y otra parte, la oportunidad de entrar en un interminable cruce de acusaciones que intentan establecer qué caso de corrupción sería el más importante de los que han ocurrido y fundamentalmente, a qué grupo pertenecen sus protagonistas, también enzarzados los unos contra los otros.
Y mientras los desfiles procesionales ocupan, si la lluvia les deja, las calles de nuestras ciudades, para regocijo de los católicos y su Papa recién estrenado, los desfiles de delincuentes, hacen el paseíllo de los juzgados, esposados o no, ante la indignación creciente de un pueblo sufridor, que no termina de comprender por qué todavía ninguno de ellos está entre rejas y sobre todo, por qué no han devuelto un solo euro del dinero que se han llevado y que ha contribuido en gran parte, a que estas vacaciones sean, para nosotros, tan absolutamente tristes. 

viernes, 22 de marzo de 2013

Un mundo de color



Una pequeña complicación pos operatoria, me mantiene anclada a la silla durante un par de días, en espera de que la espesa niebla que se ha instalado en mi córnea vaya disipándose, a pesar de que el espíritu periodístico que me acompaña a todas partes, arde en deseos de volver a retomar el camino de unas noticias, que se amontonan unas sobre otras, dejando estupefacto al personal, por su inusitado contenido.
Me cuesta la espera, fundamentalmente, porque el corralito de Chipre ha hecho saltar todas las alarmas en el sur de Europa y la gente anda escamada con los acontecimientos, temiendo que algún que otro lunático metido a político, siga el ejemplo y robe con una impunidad legal incomprensible, sus ahorros de toda la vida.
Parece llegado el momento de habilitar un hueco en cada casa, incluso aceptando el riesgo de ser asaltado por ladrones de los de toda la vida, para colocar el poco o mucho capital que cada uno había confiado a una banca  que está demostrando con sus malévolas acciones, que es un peligro permanente para los ciudadanos de a pie y que se merece con todas las de la ley, un escarmiento masivo que la deje en esos números rojos que tan poco le gustan cuando se trata de los nuestros, pero que pueden llegar a ser la única causa que provoque el auténtico cierre de algún que otro de estos negocios, que están costando a los países sangre, sudor y lágrimas, sin que nadie se atreva a mencionar siquiera la magnitud de su fracaso.
Sin confianza ninguna en la palabra de quienes nos gobiernan, los españoles nos sentimos especialmente afectados por los sucesos chipriotas y nos tememos que el hierático Rajoy, si se ve en un auténtico compromiso de liquidez, nos despierte una mañana con el anuncio de un cierre bancario y exigiendo de todos nosotros una contribución económica en forma de porcentaje, del total del peculio que tenemos en la sucursal de la esquina y que casi hasta ayer, parecía estar seguro al amparo de empresas que se consideraban solventes, pero que ahora se ha visto que pueden incluso, llevar a las Naciones a la mismísima bancarrota.
Sin poder escribir, a una le hierve la sangre con solo pensar que esto pueda estar ocurriendo, sin dar lugar a una actuación inmediata de la Justicia, que ni siquiera ha dado muestras de ponerse inmediatamente en marcha para frenar en seco estas tropelías inventadas por las mentes calenturientas de unos cuantos magnates sin nombre, pero que constituyen un auténtico acto de terrorismo contra una indefensa ciudadanía, a punto de estallar violentamente, cansada de ser mancillada por la ineptitud de los políticos.
Además, los casos flagrantes de corrupción que han estando ocupando las portadas de los periódicos españoles en los últimos meses, siguen proporcionando un material inagotable, que daría para escribir varios volúmenes, si uno tuviera la capacidad de novelar las tramas, ya que más parecen pura ficción, que una realidad que esté sucediendo aquí y ahora, ni nadie entienda cómo se ha podido llegar a esta situación, ni se atreva a calcular de cuánto dinero estamos hablando, pues da miedo pararse a intentar un cálculo aproximado de la cifra.
Personalmente y ayudada por una serie de fármacos que parecen estar logrando un pequeño milagro, voy adivinando una luz al final del túnel blanquecino que provoca la inflamación de la córnea y recuperando el recuerdo de la intensidad de los colores que había quedado enterrada tras el grosor de las cataratas y que ahora me asalta como un estallido primaveral, anunciándome la maravilla de un futuro con una visión casi perfecta.
Y me atrevo a escribir, porque en el fondo y a pesar de que muchas veces me abandonen las musas y el tedio se instale entre las paredes de mi casa, motivado por el hastío que provoca la rutina que nos impone la actualidad del mundo, es una necesidad personal esto de construir frases y enlazarlas unas con otras para expresar ideas, que fue lo que siempre quise hacer y sin lo que me costaría trabajo vivir, por el mucho amor que le tengo.
Así que voy a transgredir la costumbre de no trabajar el fin de semana y a hacer esta excepción, sin que sirva de precedente.
Quería deciros que estoy bien y que vuelvo con ímpetu a este mundo de color que gracias a los médicos de la Sanidad Pública española, se ha abierto de nuevo ante mis ojos.
  

domingo, 17 de marzo de 2013

Una parada forzosa



Mañana, si todo va bien, la medicina pública española hará el milagro de devolverme la visión perdida  hace tiempo, a casa de una de esas cataratas que nos crecen a casi todos cuando alcanzamos cierta edad y que es una de las contrapartidas que trae la veteranía, aunque afortunadamente, casi siempre tiene arreglo.
A pesar de estar en vísperas de una operación, me encuentro absolutamente tranquila porque sé que estaré en manos de magníficos profesionales, de esos que ahora tanto critican los gobernantes del Partido Popular, pero que acumulan un bagaje de envidiable formación y experiencia, adquirido primero en las aulas  y después en los Hospitales de nuestra Seguridad Social, que ya quisieran para sí, muchos médicos de esos que funcionan por el mundo, instalados en lujosas consultas privadas que les reportan tan suculentos beneficios.
 No voy a seguir la pauta marcada por el Rey y voy a dar ejemplo a mis conciudadanos, poniendo la salud de mis ojos a disposición de estos oftalmólogos, que al no haber dinero de por medio, harán exactamente lo justo y preciso para sacarme de la nebulosa en que vivo, sin añadidos de última hora que suban el montante de la minuta que me cobrarían, si  se movieran en el ámbito de la medicina particular y que, de necesitarlo, me proveerán de cuánto requiera, con los mejores medios existentes, que son de los que dispone esta Sanidad de la que ahora se han propuesto privarnos.
Porque ya los he tratado en visitas previas, también me consta que el trato que recibiré será excelente, a pesar de que en este Hospital en concreto, los profesionales andan luchando contra la intención de poner en la calle a más de ochenta trabajadores, como viene ocurriendo últimamente en otros muchos Centros del País, a los que como sabéis, venimos apoyando en sus reivindicaciones que son también las nuestras, para que finalmente esto no suceda y podamos seguir usando de sus servicios, durante muchos años.
Puede que hasta que alcance un cierto nivel de recuperación, me sea imposible por unos días, asomarme a esta ventana de comunicación que tengo con vosotros, pero estoy convencida que será por un breve periodo de tiempo y que  volveré, absolutamente recuperada y mucho más feliz, al  estrenar una visión renovada, de la que hace ya tiempo carecía.
En mi ausencia, os deseo lo mejor y que sigáis al tanto de las noticias de interés que puedan sucederse. A ver si entretanto, también se me agiliza la mente y soy capaz de ofrecer las buenas nuevas que   siempre estoy deseando dar.
Por favor, esperadme.


jueves, 14 de marzo de 2013

La victoria de un pueblo unido



A los vecinos de la pequeña localidad de Tembleque, en Castilla la Mancha, no les costó nada entender el mensaje de que la unión hace la fuerza y en cuanto vieron que les era arrebatado el derecho a las urgencias sanitarias nocturnas, emprendieron una lucha sin cuartel contra los recortes aplicados de este modo por María Dolores de Cospedal, que ha culminado con una resolución de los tribunales a su favor y al de una sanidad pública en general, sentando un espléndido precedente para las denuncias que en un futuro y en relación con este tema, puedan ser interpuestas.
Su valentía al afrontar el problema, acalla las voces que defienden que las batallas ciudadanas son siempre inútiles cuando topan con el poder y deja claro que cuando no hay rendición, la razón acaba por imponerse, por muy grande que sea el enemigo que se tenga enfrente.
Las medidas de recorte del partido Popular, que han encontrado en nuestro magnífico Sistema Sanitario, un filón de donde obtener parte del dinero despilfarrado por la espantosa gestión de la Banca, se han topado de frente con la contundencia reivindicativa del pueblo español, que no está en absoluto dispuesto a perder un derecho ganado a pulso, que resulta innegociable, al poner en juego la salud de los ciudadanos o de otorgar ese derecho, sólo a los que dispongan del montante económico necesario, para acudir a una medicina privada, vetada a las mayorías.
Lo ha conseguido Tembleque y lo acabará consiguiendo todo aquél que se sume a las numerosas protestas que se están produciendo en este sector y que a día de hoy, continúan vivas y calientes en innumerables puntos del País y de las que tan poco le gusta hablar al Gobierno de Rajoy, empeñado en privatizar de manera sibilina un Sistema que tan buenos resultados ha dado y que es la admiración de otras muchas Naciones del mundo.
No se puede ni se debe permitir ni un solo desliz en este tema, ni creer ni por un momento los débiles argumentos que ofrecen los populares para ir deshaciéndose de Hospitales y Ambulatorios a lo largo y ancho de toda la geografía.
 A la Sanidad Pública, no solo no le sobran profesionales, sino que debe ser una prioridad dotarla de los medios necesarios para su buen funcionamiento, del cual depende necesariamente el estado físico y mental de la inmensa mayoría de la Sociedad , lo que la convierte en una prioridad para todos nosotros.
Si hay que entrar en la vorágine de las demandas, sea. Nada más justo que socorrer al enfermo en sus malos momentos y ningún juez podrá negarse a resolver a su favor, frente a cuestiones económicas o administrativas.
Por tanto, la unión entre los españoles ha de ser férrea e infranqueable, si se quiere ganar esta absurda guerra abierta por el Gobierno contra los organismos públicos.
Los recortes, de ser necesarios, deben siempre orientarse hacia sectores que al menos, no perjudiquen las necesidades más básicas de la gente, que al fin y al cabo es la más importante y la que debe resultar menos dañada.
Porque además, no habría que hacer recortes si los agujeros dejados por la mala gestión de los banqueros, no se hubieran solucionado a través de un rescate millonario que ahora está pagando una ciudadanía absolutamente inocente, a la que se obliga a renunciar a golpe de decreto, a una serie de derechos adquiridos imprescindibles para sobrevivir y aún más en los años de crisis.
La admirable resolución del pueblo de Tembleque y su victoria, es un gratificante ejemplo a seguir y un modo de hacer valer nuestra opinión frente a la insensibilidad que en los temas sociales está demostrando este Gobierno. Si se quiere, se puede.
  

miércoles, 13 de marzo de 2013

Los zapatos del pescador



Cada vez que se  elige un nuevo Papa, una tiene la esperanza de que en su primera salida al balcón, repita el discurso pronunciado por Anthony Quinn en “Las  sandalias del pescador”, cuando pone a disposición de los pobres del mundo, la totalidad de las riquezas vaticanas
Nunca sucede y en su lugar, lo que se repite es el boato que rodea en sí, al  ceremonial establecido por la Curia y que ya empieza a ser patente unos días antes, cuando se convoca el Cónclave que terminará con la salida de la fumata blanca.
Esta vez, al ser elegido un Papa argentino, a esa esperanza nunca cumplida, se sumó por unos momentos, la de que el nuevo vicario de Cristo procediera de alguna de las muchas corrientes progresistas que han revolucionado la vida de la Iglesia en Hispano América, pero no ha sido ese el camino que ha recorrido Bergogglio, que cuenta en su historial con la mancha de haber apoyado a los dictadores militares que gobernaron en Argentina en los años setenta y ochenta, en lugar de haberse posicionado, como otros muchos sacerdotes, del lado de los familiares que buscaban desesperadamente a sus desaparecidos y cuya máxima representación fueron las Madres de Plaza de Mayo.
Así que también se desvanece la esperanza de que este nuevo heredero de Pedro, que elige el nombre de Francisco, pudiera representar la apertura al modernismo que la Iglesia necesita y más bien, nos invade la sensación de que su periodo de mandato será, probablemente, una simple continuación de la política ultraconservadora de sus más inmediatos antecesores.
Y aunque es pronto para emitir juicios de valor sobre este personaje que se incorpora desde hoy a la actualidad de las noticias, mucho nos tememos que nada cambiará para los necesitados del mundo y que su mirada continuará seguramente puesta más cerca de  la Banca Vaticana, que de los lugares en que habitan los desheredados de la tierra.
Tiene ante sí, una etapa difícil, plagada de escándalos de toda índole y muchos errores pasados que remediar, si quiere seguir conservando la feligresía con que cuenta y que ya había empezado, con anterioridad, a decrecer peligrosamente, fundamentalmente entre los jóvenes, ahora desesperados por los efectos de la crisis.
Se abre pues, un nuevo periodo de papado, que los católicos más identificados con la doctrina real de Cristo, aguardan con los ojos puestos en un futuro mucho más que incierto.
Según vaya actuando, sabremos si al menos se cumplen algunos de los sueños que todos ellos tienen para su Iglesia.
De momento, tampoco parece que éste vaya a calzar precisamente, las viejas sandalias del pobre pescador y sí los carísimos zapatos fabricados en exclusiva para él, por algún artesano con ansias de notoriedad que espera a cambio un aluvión de trabajo, esta vez literalmente llovido del cielo, con el que mejorar su situación personal, quizá necesitada de este empujoncito.
Ya nos hubiera gustado que se pareciera en algo a Kiril Lakota, pero parece habrá que esperar nuevas ocasiones, a ver si alguna vez nuestras esperanzas se cumplen.

martes, 12 de marzo de 2013

El temido Juez



Entra en escena el Juez Bermúdez, a colación de una querella presentada por Izquierda Unida y el Partido Popular se echa a temblar con el sólo recuerdo de cómo gestionó el juicio del 11M, sin tener en cuenta ninguno de los argumentos de complot que esgrimían los conservadores de entonces, para tratar de borrar las mentiras que habían contado a los españoles.
Entra, de momento, imputando a los empresarios que hicieron jugosos donativos al PP, que coinciden curiosamente, con la realización de ciertas obras de envergadura, adjudicadas precisamente, a las empresas que estos gestionaban.
Entra, con la intención de investigar si esos donativos  se corresponden también con los sobresueldos reflejados en la agenda de Bárcenas y dando a entender que no le temblará el pulso en imputar a quién considere oportuno, llámese como se llame y ocupe el cargo que ocupe.
Este Juez, que tuvo una actuación impecable en el proceso de los atentados y que en ningún momento se dejó influir por las teorías de conspiración que propugnaba entonces el Gobierno saliente de Aznar , intentando desesperadamente implicar a ETA en la autoría de los crímenes, para poder explicar el silencio que mantuvieron hasta las doce de la noche de aquella jornada de reflexión, procurando perder el menor número posible de votos, en las elecciones que finalmente, ganó por sorpresa, Zapatero.
Si Bermúdez se queda con el caso, las cosas se ponen bastante negras para un Partido Popular cada vez más acorralado por las acusaciones de corrupción, supuestamente fraguadas por el que fue su tesorero durante más de veinte años y que ahora se ha convertido en el peor enemigo que tuvo jamás la derecha de este país, desde la llegada de la Democracia.
No le dolerán prendas al juez si el caso llega a manchar al mismísimo Presidente del Gobierno, por eso, los populares se han apresurado a desear en voz alta que los procesos debieran ser llevados por una sola persona, en este caso por Ruz, que hasta ahora se encarga de Bárcenas y de su relación con la trama Gurtel y que tampoco parece dispuesto a ceder a Bermúdez, su momento de gloria.
Con toda seguridad, Rajoy y los suyos intentarán por todos los medios que Bermúdez pierda la batalla, pues a pesar de pertenecer a la corriente conservadora de la magistratura, por alguna razón, es considerado entre las filas de los populares como una auténtica bestia negra, contraria a hacer ningún tipo de concesiones por motivos ideológicos.
La interesantísima lucha que se plantea ahora, potencia en grado sumo el nerviosismo de la derecha, que está viendo derrumbarse todo el entramado político que han estado construyendo minuciosamente durante años, por causa de una sola persona, dispuesta a desvelar la peligrosa información que acumuló mientras permaneció en su cargo e indignada hasta la saciedad por el abandono sufrido por parte de los dirigentes conservadores, desde que se destapó su caso.
Por otra parte, es de esperar que los empresarios ahora imputados, se animen a decir la verdad sobre sus cuantiosas donaciones, si no quieren terminar entre rejas  y esa verdad, apunta directamente a lo que podría ser un método de extorsión, a cambio de trabajo en obras públicas, cuyo montante podría haber enriquecido a personajes relevantes en particular, además de haber servido para financiar ilegalmente, las campañas políticas populares de los últimos años.
En el fondo, el grueso de la ciudadanía preferiría que fuera Bermúdez quién se encargara del caso. No sea que ocurra como otras veces, que al final los culpables queden impunes  y todo se diluya en una serie de tibias condenas y apelaciones, que acaben dilatando en el tiempo la resolución del asunto, como ya ha ocurrido con anterioridad, cuando sonaba en ellos el nombre de algún político en activo.
No sé por qué, me viene a la memoria el caso del Yak 42. Los familiares de los fallecidos aún andan de pasillo en pasillo, reclamando justicia.




lunes, 11 de marzo de 2013

Pactar con el diablo



¿Qué tendrá el poder, que hace perder a los hombres la dignidad y la cordura, convirtiéndoles en meros instrumentos de una ambición que las más de las veces, les reduce a meros animales irracionales?
Si además el poder es político, la lucha por su posesión se convierte en una guerra encarnizada entre contendientes, aunque lo que se esté disputando no sea más que una pequeña parcela de territorio sin ninguna influencia decisiva para la marcha de una Nación y los adversarios no obtengan de su victoria, apenas nada más que una pizca de reconocimiento público, al ocupar un pequeño cargo, en un pequeño Ayuntamiento.
Por el poder, se transgreden las líneas de la moral y de la ética, se es capaz de traicionar a quienes eran tus mejores amigos, se cambia en un tris de ideología y se puede caer en el pozo de la más negra corrupción, incluso habiendo sido hasta entonces, un ciudadano ejemplar y cumplidor de cuántas leyes impone la sociedad a los individuos que la forman.
La Moción de censura presentada por el PSOE de Ponferrada, para abatir al alcalde del PP, a través de un pacto con un condenado por acoso, no deja de ser una mera cuestión de Poder, por mucha polvareda que esté levantando.
Es verdad que es indigno establecer este tipo de pactos, con individuos socialmente deleznables, condenados además, por delitos relacionados con el sexo, pero es tal la ceguera que debe aquejar a quién es poseído por el ansia de poder, que el entendimiento queda nublado por la mera posibilidad de subir un escaño en la sociedad, que incorpore la fama y la gloria a la rutina de la vida diaria, aunque sus efectos sean efímeros y se termine cayendo después, en el más absoluto de los olvidos.
Pero mientras duran los efluvios dopantes del deleite, mientras se tiene la sensación de ser un pequeño hacedor de milagros y los aduladores de turno regalan los oídos haciéndote creer que con tus actos estás rozando la perfección, mientras tu palabra es una orden para los demás y el entorno te mira con admiración, el peso de la vanidad anula cualquier otra sensación menos grata y sólo añoras la ocasión de ensanchar tus fronteras, convirtiéndote en un experto en perseguir cualquier oportunidad que se presente para conseguirlo.
Todos los que han sido tocados por el poder harían lo que fuera por conservarlo. Lo vemos a diario en las posturas adoptadas por los políticos tras haber cosechado cualquier fracaso. Piden perdón, se humillan, mienten y vilipendian a quién se les opone, pero nunca se marchan.
Obnubilados por la creencia de que quién sostiene el bastón de mando es necesariamente infalible, pueden incluso hacer el más espantoso de los ridículos ante toda una Nación,  pero no desisten del empeño de mantenerse a flote eternamente, en el puesto que ocupen, aunque para ello hayan de pagar el inestimable precio de perder los valores que distinguen a los seres humanos de las simples bestias.
Tampoco estos de Ponferrada dimitirán. Abandonarán su partido, como si uno pudiera cambiar la ideología en la que cree repentinamente. Arremeterán contra las principales cabezas de su formación, culpándoles de errores que sin duda cometieron, aunque también ellos permanecerán en sus cargos.
No volverán a hablar con el acosador del que se valieron para conseguir su propósito y dejarán en la memoria de su pueblo una amargura inolvidable que poco importará, ahora que ocupan el sillón de mando.
Malvivirán, aunque sin darse cuenta, porque el poder se ha hecho con ellos y no los liberará jamás de su yugo esclavizador, atándoles para siempre al sin vivir de tener que permanecer alerta para que ningún otro, mañana, pacte también con el diablo y les expulse del paraíso en el que se instalaron, sin  pararse a pensar ni un momento, si era lícito hacerlo.
 

domingo, 10 de marzo de 2013

Socialista y obrero


                                 
Si Pablo Iglesias levantara la cabeza y viera en qué se han convertido los dirigentes del Partido que fundó, allá por 1879, como respuesta a los atropellos cometidos por las clases dominantes, una corriente de indignación, sin duda semejante a la que ahora sufren un alto porcentaje de ciudadanos, correría por sus venas haciéndole renegar una y mil veces de la interpretación que se viene dando a su doctrina.
El descarado aburguesamiento de esta élite política, que ha cambiado la ropa de trabajo por los trajes de firma y la humildad en el vivir por un enriquecimiento logrado a través de los cargos públicos, nada tiene que ver con las intenciones que movieron a los primeros militantes de la formación, a pesar de que las circunstancias actuales empiezan a parecerse peligrosamente a las que se daban en aquellos años de ignorancia y miseria.
El Partido, que fue creado inicialmente por unos cuantos intelectuales y obreros, fundamentalmente tipógrafos, con cierta influencia de un socialismo procedente de Francia y  hermanado con las teorías de Karl Marx, en su manera de entender la relación entre los patronos y las clases trabajadoras, apostaba por la necesidad de promover una auténtica revolución, que transformara la esclavitud en que se movían los obreros, por una serie de logros que consiguieran aportar cierta dignidad a su modo de vida, hasta entonces, continuamente agredido por la feroz explotación a que se les sometía, desde el mismo momento en que se convertían en asalariados.
Era pues el Partido, SOCIALISTA y OBRERO, aunque a él se unieran personas procedentes de estatus económicos algo superiores y su ideología fuera recibida con los brazos abiertos, también, por una serie de intelectuales progresistas, que no estaban de acuerdo en absoluto, en cómo se orientaban las relaciones entre clases, por lo que pusieron su talento y su esfuerzo, al servicio de la noble causa que promulgaba un cambio radical en el modo de entender la sociedad que predominaba entonces.

A pesar de que casi nadie lo recuerde, el símbolo del PSOE fue  durante mucho tiempo El Yunque y la Pluma, queriendo representar una especie de unión entre trabajadores manuales e intelectuales, avanzando al unísono por la consecución de reivindicaciones muy concretas que mejoraran sustancialmente la pobreza que acompañaba a todo aquel que dependía de un salario, ganado a base de interminables jornadas de trabajo, que solo producían beneficios a los dueños de las empresas.
Y todo esto, que se defendió contra viento y marea durante tanto tiempo y que hizo del PSOE  una formación seria que consiguió atraer la atención de los españoles en cuanto se abrieron las vías democráticas, se ha ido diluyendo en el tiempo hasta quedar convertido en una descafeinada socialdemocracia, que en nada mantiene los principios ideológicos que movieron a los militantes del pasado y que avergüenza a los que aún los conservan, al sentirse traicionados, en los fundamentos de su lucha.
Primero se abandonó el marxismo, sin ofrecer una explicación coherente  que motivara la decisión. Se prohibió levantar el puño como símbolo de protesta. Se fue olvidando la letra de La Internacional, que tradicionalmente se cantaba al final de cada acto y el Yunque y la Pluma se transformaron en un puño y una rosa, quizá porque su simbología no podía ser bien vista por la pujante clase media que estaba naciendo en nuestro país y que representaban una jugosa cantidad de votos, absolutamente necesarios para alcanzar un poder, por el que algunos habían estado batallando demasiado tiempo.
Al olor de ese poder, precisamente, empezaron a surgir una ingente cantidad de”socialistas” de nuevo cuño, que sin haber creído jamás en lo que promulgaba el auténtico catecismo de Iglesias, vieron llegada la oportunidad de subir al carro de las labores de gobierno y que se instalaron como dirigentes, de manera perpetua, en cargos de responsabilidad que les trajeron, en casi todos los casos, una forma de enriquecimiento personal, de la que todavía hoy disfrutan.
Ellos se encargaron de construir minuciosamente la imagen del Partido que hoy tenemos y que desde hace demasiado tiempo, ni es socialista, ni es obrero, ya que las bases que lo forman no participan en modo alguno en las decisiones de importancia que se toman en él, ni se hace nada por defender los derechos de la clase trabajadora, cada vez más vilipendiada por las leyes aprobadas por varios gobiernos, pero más esclavizada aún, desde que Zapatero decidió capitanear una incomprensible injusticia social exigida por Europa, en lugar de anteponer los principios de la doctrina de su Partido, a su propia permanencia en el poder, con aquella frase de: “Cueste  lo que cueste y me cueste lo que me cueste”.
Sin ser ya socialista ni obrero, naturalmente, el PSOE ha perdido, quizá para siempre, toda posibilidad de aglutinar el voto de la izquierda, pues al renunciar a los dos valores fundamentales que debieran marcar su camino, ya no representan, para nadie, la tabla de salvación a la que aferrase para solucionar sus problemas.
Endiosados en el estatus burgués en que se han ido acomodando mientras que ha durado el bipartidismo, los actuales líderes del PSOE son caricaturas sin ninguna credibilidad, intentando protagonizar sin ningún convencimiento, una historia que ya no es la suya, pues su clase dejó de ser la nuestra hace demasiado tiempo.
Y si no se produce con cierta inmediatez una vuelta a los orígenes y no se lleva a cabo una revolución interna, que aparte de un manotazo a quienes han demostrado ser incapaces de liderar la lucha real de las clases obreras y de potenciar un auténtico socialismo como sistema de gobierno, el PSOE continuará como está, muerto y sin posibilidad de resurrección, enterrado en las cenizas que se han encargado de aventar estos ricos de nuevo cuño que ahora lo lideran.

jueves, 7 de marzo de 2013

Las tramas se entrelazan



Parece finalmente probada la relación del caso Bárcenas con la trama Gurtel , por lo que el juez Ruz reclama los papeles del ex tesorero, en un intento de probar que su fortuna  procede directamente, de maniobras de extorsión ejecutadas sobre empresarios, que pretendían poder acceder a determinadas obras públicas.
Que la urdimbre de Gurtel era intrincada ya lo tenía claro el Juez Garzón cuando ordenó las escuchas que le han costado la carrera y ya entonces, los múltiples intereses escondidos bajo esta espesa capa de corrupción, pusieron en marcha la maquinaria necesaria para apartar de determinadas personas de relevancia cualquier mirada curiosa, que pudiera dar al traste con el negocio redondo que producía, a tanta gente, magníficos beneficios.
Si llegamos a enterarnos de toda la verdad y no vuelve a ocurrir con los magistrados que ahora se encargan de esta complicada investigación, algo parecido a lo que sucedió con Garzón, las implicaciones de personajes públicos  en esta mafia de financiación clandestina, podrían llegar a afectar a toda una cadena de transmisión que empezaría en determinados cargos de poca relevancia, hasta tocar al mismísimo Gobierno de la Nación, con sus más ilustres representantes al frente.
Para los jueces, Bárcenas vale más por lo que calla que por lo que dice y él es plenamente consciente de ello. Su obsesión por evitar la cárcel y su afán por establecer conexiones con sus antiguos jefes se está concretando en toda una serie de demandas interpuestas contra el Partido Popular y su manera de actuar contra él, en los últimos tiempos.
La última se basa en una acusación de maltrato laboral, que no se sostiene si se tienen en cuenta los veintitrés mil euros que estaba cobrando mensualmente, pero que podría explicarse si el ex tesorero hubiera estado siendo amenazado por alguien para que silenciara la información que supuestamente posee, sobre el asunto de los sobresueldos en negro.
Es sin embargo importantísima esta relación entre casos que se establece ahora, porque demostraría con toda claridad que ha existido una estrechísima colaboración  entre el PP y los responsables de la Gurtel, ya que cuando sucedieron los hechos, Bárcenas era aún un reputado miembro del Partido conservador y todo ocurría entre las paredes de la Sede de Génova, bajo el mismo techo que a diario alberga a los dirigentes de esta formación, incluido el actual Presidente de Gobierno.
Mover tal cantidad de capitales sin que ninguna de estas personalidades advirtiera la gravedad de lo que estaba sucediendo, resulta francamente increíble o viene a demostrar una ineptitud tal en los dirigentes de la derecha, que no se puede comprender de qué modo han conseguido llegar a ocupar los puestos que ocupan, con tan poca inteligencia.
Y al no haberse producido siquiera una triste demanda contra el ex tesorero y al haber adoptado el PP una estrategia de absoluto silencio ante los hechos, no queda más remedio que pensar que algo debe haber bajo la aparente tranquilidad de la que presumen y que no les ha quedado otro remedio que estudiar en profundidad los pasos a dar en el futuro, si no quieren desaparecer del panorama político español para siempre y con un deshonor impensable, para quienes presumen de tan rancio abolengo.
Sin embargo, la sociedad espera apretando los dientes que, al menos por una vez, la maquinaria policial y judicial no ahorre en medios para llegar hasta el auténtico fondo del asunto y aguarda con la respiración contenida que alguien al fin le ofrezca las explicaciones pertinentes, sin ahorrar detalles, de lo que ha sucedido en esta oscura trama de inmoralidad sin límites y sobre todo, sin omitir uno solo de los nombres de los implicados de alguna manera en ella.
Y que sea rápido. Para que no se diluyan en el tiempo las informaciones y todo termine, como ha solido suceder en casos similares, en una simple borrasca sin consecuencias, absolutamente injusta para los ciudadanos.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Entre el amor y el odio


Muere Hugo Chávez, sin duda el líder más carismático de Hispanoamérica, sin haber podido tomar posesión de su cargo, tras el resultado de las últimas elecciones y dejando a Venezuela sumida en un desconcierto político, de imprevisibles consecuencias.
Habiendo llegado a la cabeza de la Nación a través de un golpe de Estado, Chávez ha estado consolidando su permanencia en el poder durante catorce años ,por medio de comicios sobre los que siempre ha pululado la sombra de la sospecha y ha ejercido durante todo su mandato, una corriente de populismo muy similar a la practicada por su íntimo amigo Fidel Castro en Cuba, que le ha acarreado, al menos aparentemente, gran cantidad de adeptos, pero a la vez, una multitud de detractores que ven en su muerte la ocasión oportuna para un cambio radical en el modo de gobernar , más cercano a las corrientes neocapitalistas que se asientan en el mundo.
Pero la aparición de personajes de estas características no es fruto del azar , ni a los pueblos hispanos les ha hecho falta que nadie potencie el odio hacia el llamado imperialismo yanqui, al haber sufrido durante años una descarada explotación por parte de Estados Unidos, de los múltiples recursos naturales que poseen, que no han hecho otra cosa que generar inmensos beneficios a Compañías norteamericanas afincadas en su territorio, pero que en nada han contribuido a  mejorar el desastroso estado de las clases humildes, allá donde se han situado.
Huelga decir que ejemplos como los de Chile o Argentina, donde se potenciaron golpes de Estado que derrocaron a Presidentes democráticamente elegidos, para instalar en el poder a Juntas Militares dirigidas por siniestros personajes como Pinochet o Videla, han conseguido sembrar una semilla de profundo rencor, que ahora está produciendo frutos de un nacionalismo feroz, absolutamente contrario a cualquier indicio de colonialismo o tutela.
Y es verdad que probablemente los derechos y libertades se han visto seriamente afectados por las normas impuestas por estos pseudo izquierdistas bananeros de escasa formación política, expertos en el discurso fácil para movilizar a los menos favorecidos económica y culturalmente, pero la alternativa de volver a caer bajo el “proteccionismo” norteamericano, solo evoca un recuerdo de pura explotación y miseria, que es rechazado de plano por quienes en algún momento lo sufrieron y por sus descendientes.
La muerte de Chávez abre un capítulo en  la historia, de cuyo resultado depende, sin el menor género de dudas, el futuro de Sudamérica. Su desaparición y la extrema senilidad de Fidel, deja una sensación de orfandad en el entorno cercano a su ideología y  lo  ocurra a partir de ahora en Venezuela, seguramente influirá profundamente en otras Naciones como Bolivia o Ecuador, e incluso en Argentina, dónde Kirchner parece haber abrazado también, el método populista que tan buenos resultados ha dado a este grupo de Presidentes.
En cierto modo,  España se verá afectada por lo que pueda suceder allá. Habiendo invertido una gran cantidad de recursos precisamente en estos países, todo lo que concierne a su futuro, su economía o su política, nos atañe de manera directa y nos coloca en una difícil posición, si la incertidumbre del momento, no se resuelve de manera satisfactoria y se recrudecen las corrientes nacionalistas, como respuesta al intento de posibles injerencias.
Si como se presume, se convocan ahora nuevas elecciones en Venezuela, la importancia de su resultado no puede ser más decisiva. Por el bien de los venezolanos, sólo cabe esperar que la transición sea pacífica.

martes, 5 de marzo de 2013

Pacto de silencio



Mariano Rajoy ha decidido tejer una gruesa cortina de opacidad, tras la que esconder los graves asuntos que se le han venido encima estos últimos meses y su gente parece haber firmado un pacto de silencio, con la esperanza de alejar a posibles curiosos, ávidos por conocer los entresijos de la trama Bárcenas y los posibles tentáculos que se extienden sobre las principales cabezas del PP, hiriendo de muerte la pretendida imagen de honestidad, que tanto han procurado vender a los españoles.
Esta manida estrategia, que  cuenta con que el paso del tiempo haga olvidar los hechos que ahora se encuentran en el ojo del huracán, no hace sin embargo, más que aumentar la desazón que siente una sociedad en estado ruinoso, al no recibir explicación veraz sobre este tema de candente actualidad, que sin embargo, no ha traído inmediatamente una respuesta en forma de querella, por parte de la vapuleada cúpula conservadora.
La impresión que uno tiene desde fuera es la de un partido sacudido en sus mismas raíces por una tremenda convulsión, de la que no es capaz de escapar por ninguna de las vías habituales y que lo deja sumido en un desequilibrio feroz, ante la imposibilidad de zafarse del dedo acusador del ex tesorero, que señala de múltiples formas siempre en la misma dirección, es decir, al centro mismo del Gobierno.
La desastrosa intervención de Cospedal, hablando de simulaciones e inexistentes finiquitos y de acuerdos que rozan la ilegalidad, con un despedido que amasaba una inmensa fortuna en capitales evadidos, es la demostración flagrante de que negar una culpabilidad que parece manifiesta, no está llevando a buen puerto la nave que pilota el PP y menos aún, a los oficiales embarcados en ella.
Por qué Rajoy no actúa judicialmente contra Bárcenas sigue siendo un misterio, pero la sabiduría popular, que suele acertar en sus apreciaciones porque su escuela no es otra que la de la vida, apuesta por creer que el imputado debe poseer un sinfín de informaciones comprometedoras contra los individuos incluidos en su macabra agenda, que aguardan para ser entregadas al juez, un mal paso de la directiva del PP, en alguna dirección que pueda molestar al irascible contable.
Luego entonces, los indicios de culpabilidad parecen evidentes y la negativa de los populares a comentar las múltiples informaciones aparecidas en prensa y las denuncias que contra ellos ha presentado Bárcenas por Despido improcedente y por allanamiento y robo, provocan una percepción de que ciertamente ha existido una oscura trama tras los muros de Génova y que ya no se encuentran argumentos mínimamente creíbles para intentar demostrar una poco probable inocencia.
Quizá no es que Rajoy no quiera, sino que no se atreve a pronunciar el apellido Bárcenas, por no quedar en evidencia. Si sus gestos o algo de lo que dijera le delatara, ahora que se encuentra expuesto a todas las miradas de los medios, la catástrofe que sobrevendría, colocaría al PP en una posición de insostenibidad que le forzaría a un abandono inmediato de las labores de gobierno.
Así que la única manera de resistir, mientras  el huracán sacude con máxima potencia, es intentar pasar desapercibido, sin dar oportunidad a los informadores de averiguar nada que pueda comprometer su estancia en el poder, al menos hasta que las investigaciones judiciales no decidan si se puede probar su vinculación con la trama de los sobresueldos.
Pero el paso del tiempo es un arma de doble filo que da también a los investigadores la oportunidad de seguir ahondando en el tema, ya que nadie parece hacer frente a las informaciones que van apareciendo en los distintos medios y que por tanto, no hacen otra cosa que negarles credibilidad, a causa de su pertinaz silencio.
En ese compás de espera estamos y nadie descarta que lo que queda por venir sea, precisamente, la gran traca final que haga saltar por los aires este argumento de mafias y corruptelas, ofreciendo a la sociedad la verdad desnuda, a la que siempre tuvo derecho, pero que nadie le ofreció, para que actuase en consecuencia. 


 

lunes, 4 de marzo de 2013

Peligro de extinción



Despreocúpense los economistas y mandatarios españoles, porque la solución de la crisis, en opinión de nuestro Ministro de Interior, está cerca
Sin saberlo, el ex Presidente Zapatero aprobó una Ley, que más pronto que tarde, acabará propiciando una extinción de nuestra especie, así que a medida que nos vayamos acercando al final, ya no habrá que estar en vilo por las listas del desempleo, e incluso, los pocos que queden, acabarán por ser solicitados por  varias empresas a la vez y habrá más de una discusión por hacerse con el aspirante al puesto. Sobrará vivienda, con lo cual habrá terminado el acuciante problema de los desahucios y los pocos banqueros que sobrevivan, puede que hasta regalen pisos y  mansiones, sin preocuparse de que los que las ocupen sean pobres o ricos, ya que al final, lo poco o mucho que haya en el mundo no podrá ser poseído por una desaparecida humanidad sin descendientes.
La “extraña epidemia” causante de tal desastre no será otra, según opinión de Jorge Fernández Díaz, que la ley que permite a gays y lesbianas contraer matrimonio y que bajo el pensamiento de este señor, pone en grave peligro el futuro de la humanidad, al no permitir la continuación de la especie.
De momento y bajo su propio argumento, el señor Ministro propone que las ayudas destinadas a las familias sean suprimidas en el caso de las parejas homosexuales y, aún no la dicho, pero seguro que está pensando en restablecer la antigua ley franquista de natalidad, que premiaba a las familias numerosas, como una manera de contribución al nacimiento de más y más españoles, que ya se suponían de antemano, adeptos al régimen del dictador.
No debe haber oído hablar Jorge Fernández de la inseminación artificial o la adopción, como medio legal de crear una familia o es probable que su añejo catolicismo contemple estas posibilidades como altamente pecaminosas, aunque teniendo en cuenta que nunca asistió  a clases de Educación para la Ciudadanía, ni quiso enterarse por ser del partido que es, de los contenidos de dicha asignatura, es normal que permanezca anclado a los tipos de parejas existentes en el año cuarenta del pasado siglo, sin percatarse de que la realidad del País es otra bien distinta y que existen en la actualidad multitud de tipos de familias, que conviven sin problemas, en paz y concordia, sin preocuparse del sexo de quienes las forman o del número de miembros que habitan en cada hogar.
Se ha apresurado un poco, pienso, en hacer estas declaraciones, al encontrarse la Iglesia Católica, a la que con toda seguridad pertenece, en pleno vacío de poder tras la dimisión de Benedicto XVI, porque aunque no parece probable, si por esos azares que se dan una vez en la vida, el sucesor del Papa emérito resulta ser un progresista con una visión avanzada del mundo en el que vivimos, podría incluso darse la circunstancia de que se admitieran de buena gana estos nuevos núcleos familiares que, al fin y al cabo, podrían ser potenciales clientes de un credo que ha quedado obsoleto y que podría ganar adeptos entre un mundo homosexual, vejado y abandonado por todas las corrientes religiosas, pero con las mismas necesidades espirituales que cualquier otro ser humano que desee seguir ésta o cualquier otra doctrina.
Entretanto, la cerrazón mental de quien comparte las tareas del gobierno Rajoy, ha levantado una polvareda de críticas, incluso desde el seno de su propia corriente, que le colocan en un lugar aún peor que el que ocupan otros colegas suyos, implicados en casos de corrupción, pero que aún no se han atrevido a derogar la ley de Zapatero, a pesar de haber cacareado reiteradamente en contra de ella.
No se puede comprender que la afirmación de Jorge Fernández pueda proceder de ninguna persona mentalmente sana y con cierta formación intelectual, ni tampoco que el PP no haya llamado inmediatamente al orden a este ser carpetovetónico, que niega por activa y por pasiva los avances de la ciencia y que establece una discriminación incomprensible entre los españoles, por temas de sexualidad, saltándose a la torera uno de los artículos más importantes de la Constitución, que según ellos, tanto defienden.
Puede que sus afirmaciones sean compartidas por más de un miembro del ejecutivo, pero al menos hasta la semana que viene no nos enteraremos absolutamente de nada, ya que hoy mismo se ha suspendido la rueda de prensa que los populares suelen ofrecer, tras la desastrosa actuación de María Dolores de Cospedal, en su última aparición pública.
Increíble, pero cierto.

    

domingo, 3 de marzo de 2013

Sin posibilidad de retiro



Tras un largo paréntesis de eventos familiares, sin ningún tipo de conexión con el mundo de las noticias, volver a subir al tren de la rutina y comprender que nada ha cambiado significativamente, resulta cuando menos, deprimente.
Estos lapsos de humana calidez propician la capacidad de ilusionarse sobre la posibilidad de que las cosas que nos suceden puedan ser milagrosamente factibles de ser transformadas y una alberga la esperanza de encontrar al día siguiente algo bueno que lanzar al mundo, a través de esta ventana de actualidad, que abrimos con el ánimo dispuesto para ser portadores de buenas nuevas.
Y no es que todo se haya detenido por el mero hecho de haber estado en buena compañía, sin tener que soportar la crudeza del entorno, sino que al no prestar atención a lo que sucede, es como si verdaderamente no estuviera ocurriendo absolutamente nada que perturbe la paz individual que nos invade en estos buenos momentos.
Tanto es así, que dan ganas de acompañar, al menos temporalmente, a Benedicto XVI, en su dulce retiro de Castelgandolfo y dedicarse a la meditación profunda y al cultivo del espíritu, absteniéndose de todo contacto con cuanto acaece alrededor, para caer en brazos del más puro misticismo, perdido en cualquier rincón de tan hermosas fortaleza.
Claro que todos nosotros y yo la primera, carecemos de los bienes materiales necesarios parta adoptar tal decisión y que, de querer retirarnos del mundanal ruido, tropezaríamos de inmediato con el impedimento de no tener lugar en que alojarnos, ni posibilidad de sustentarnos, al no poseer absolutamente nada más que el fruto de nuestro trabajo para destinarlo a tal fin.
Y si no, que se cuenten a los jubilados españoles, a los que se les han venido encima una serie de cargas familiares con las que habían dejado de contar hace ya tiempo y que ahora se han convertido, gracias a la crisis y a las medidas gubernamentales, nuevamente, en cabezas de familias numerosas procedentes de las listas del desempleo, con las que han de  compartir forzosamente  su pequeña pensión y su espacio vital, sin perspectivas de que el futuro pueda llegar a ser mejor, ni para sus hijos, ni para ellos mismos.
Peor aún, muchos de ellos, que habían sido abandonados por sus vástagos en Residencias de ancianos, condenados a una inmerecida soledad carente incluso de visitas periódicas de aquellos a los que sacaron adelante y colocaron en el mundo con su esfuerzo, ven ahora como una inusitada corriente de amor filial hace que, repentinamente, esos mismos hijos decidan que desean con todas sus fuerzas llevarlos a vivir con ellos, con la ineludible condición de administrar el montante de la pensión que perciben y sin garantías de que el trato que van a recibir, difiera en nada del que acostumbraban a darles, en sus anteriores circunstancias.
Cualquier ser bien pensante podría creer que esto se trataría de algún caso aislado de picaresca elevado a la enésima potencia de la inmoralidad, pero no habría más que consultar al personal dedicado al cuidado y mantenimiento de estas Residencias, para descubrir con horror que esta práctica despreciable se ha convertido en algo habitual, en esta España que según Rajoy, camina por el camino correcto, hacia la solución de la crisis.
Así que ante la contemplación de casos como éstos, a uno no puede sino producirle cierto regocijo que el innombrable Bárcenas haya decidido hacerle la vida un poco más incierta a quién parece querer ignorar pertinazmente, lo que sucede entre las fronteras del Estado que está gobernando. Y nos alegraría aún más, si finalmente alguien con la valentía suficiente, llegase hasta los mismísimos tuétanos de todos los negros asuntos que se barajan en el mundo de la política, esclareciendo de una vez, la culpabilidad real de los autores de los delitos.
Ya ven que cualquiera de nosotros, a lo sumo, solo podemos permitirnos un par de días de tranquilidad y que el retorno no puede traernos más que nuevas dosis de indignación. Lo dicho, deprimente.