martes, 31 de mayo de 2016

Traición a la memoria


A todos aquellos que prácticamente desde que comenzara la transición, vimos  a  Felipe González como el único líder que podría ser capaz de transformar el país y que vivimos emocionados el estallido popular que se produjo, aquel Octubre del 82 , cuando cientos de miles de ciudadanos se echaron a la calle para festejar la entrada en el gobierno, por primera vez, de la izquierda, nos cuesta trabajo relacionar  la imagen que guardamos en la memoria, del que todos consideramos entonces como nuestro Presidente, con la de este hombre mayor que ahora vemos hacer uso de las puertas giratorias y codearse con amistades peligrosas, no solo relacionadas con el fraude fiscal, sino también implicadas claramente, en terribles genocidios.
Nada parece quedar de aquellos mensajes valientes que reclamaban justicia social para todos los españoles, ni del ímpetu personal que González ponía, frente a todos sus adversarios y muy particularmente, frente a la derecha, en aquellas sesiones maratonianas que se celebraban en el Congreso y que levantaban pasiones entre las masas, como si no hubiera podido sucedernos nada mejor, que tener a este hombre, entonces tan cercano, como representante en el mundo.
Ya se sabe, que la vida nos va moldeando y llevándonos por caminos  impensables, a veces bastante lejanos de las que fueron nuestras primeras pretensiones, pero por muy duro que sea el devenir, por mucho que cueste adaptarse a lo que la realidad nos va deparando a lo largo de los años, nada hay que gratifique más al hombre, que mantener frescos e intactos los principios y cuidarlos y defenderlos, porque es lo único que nos hace conservar en estado puro la dignidad, lejos de inmoralidades y corrupciones anímicas, que suelen ser las que más devastan la integridad de las personas.
Es por eso, que esta traición que hace el señor González a la memoria colectiva de los españoles, no puede por   menos que producir una inmensa e inenarrable tristeza, al provocar en nosotros sentimientos de rabia e indignación, como si de pronto hubiéramos comprendido, muy a nuestro pesar, cuánto nos equivocamos entonces, al apostar por las propuestas que aquel socialismo, nos ofrecía.
Porque si hubiéramos imaginado, por un solo momento, que oiríamos al que fue nuestro líder, reclamar una coalición con los populares y criticar con tanta contundencia propuestas de Podemos, que bien podrían haber sido suyas, en aquellos primeros años de su carrera política, jamás habríamos accedido a otorgarle sin reservas nuestra confianza y menos aún, permitido que continuase en el cargo durante cuatro legislaturas, hasta que factores ajenos a nuestra voluntad, hicieron que perdiera.
Mucho le hemos querido y respetado, incluso después de que dejara de ser Presidente y mucho hemos reconocido cuánto cambió el país, en el tiempo que estuvo representándonos a todos, pero su vida actual, su renuncia consciente y paulatina a tantas cosas importantes, que a día de hoy, todavía no se han conseguido y su patético escoramiento hacía una derecha de la que abominaba  tajantemente, hasta hace sólo unos cuantos años,  anula de manera inmediata cualquier recuerdo bueno de aquel pasado y convierte la imagen que teníamos de él, en una caricatura grotesca y añeja, que se mueve como un fantasma, por el submundo de la política española.
Frente a la sobriedad que conservan otras figuras que fueron importantes en el país, como es el caso de Julio Anguita, por ejemplo, Felipe González, no hace otra cosa que perder a diario, la estimación de los ciudadanos.
Quiénes no le conocieron entonces, deben pensar sin duda, que en el fondo, siempre fue así, pero a los que le acompañamos en todas aquellas vivencias, nos parece que su recuerdo se desvanece, ensombrecido por su propia ambición y que ya no queda, absolutamente nada que merezca la pena salvar, de aquel joven que fue y al que probablemente, ni él mismo reconoce, cuando se mira en el espejo.
 


lunes, 30 de mayo de 2016

¿Qué tiene que pasar?


Un nuevo escándalo de posible corrupción se destapa, esta vez en la Comunidad de Murcia, cuyo Presidente, del PP y una senadora del mismo Partido, están a punto de ser imputados, parece que por  estar estrechamente relacionados con elementos de la trama Púnica y haber usado sus servicios, entre otras cosas, para blanqueo de imágenes en Internet, como ya ocurriera en otros casos conocidos anteriormente.
En plena pre campaña electoral, faltan a Mariano Rajoy y los suyos rincones en los que esconderse, con tal de no tener que contestar todos los días a las reiteradas preguntas de los informadores, a los que ya no saben qué decir, para tratar de mantener una imagen de limpieza que no se sostiene, al  menos, hasta que se celebren las próximas elecciones.
La última estrategia ideada por los conservadores, está consistiendo en tratar de diferenciar aquellos casos de corrupción que reportaron beneficios personales a muchos de sus miembros, de aquellos en los que el montante en cuestión fue destinado, de algún modo, a financiar determinados actos de Partido, como si la relevancia de estos últimos fuera menor y mucho más disculpable, en contra de lo que ocurriría con los primeros.
Pero es que se mire dónde se mire, continúan apareciendo noticias de esta índole y hasta parece que por fin, los árboles han dejado de impedir que veamos un bosque, cuya extensión ocupa prácticamente todo el territorio patrio… y continúa creciendo.
No puede haber perdón para tales acciones, ni para las cometidas individualmente por cargos de relevancia, ni para las que beneficiaron claramente las arcas del Partido, en primer lugar porque la corrupción hermana los dos delitos, por muy diferentes que sean y después, porque parece llegado el momento de que corruptores y corruptos empiecen a pagar, con contundencia, por lo que hicieron, fundamentalmente, para que los ciudadanos puedan recuperar la confianza en un sistema judicial, bastante tocado por la relativa impunidad en que se han movido durante años, estos individuos.
En cualquier otro País, los votantes del PP, hace mucho que hubieran huido despavoridos, tras conocer todo lo que está sucediendo, pero en el nuestro, se me antoja que puede más el miedo a esa inseguridad que pregonan apocalípticamente los mismos que nos han llevado al desastre, que  la valentía de intentar un cambio radical, que acabe de un plumazo con estas huestes de ladrones de traje y corbata, que se han asentado en nuestras Instituciones, con el deseo de quedarse en ellas, para siempre.
Así que ese veintinueve por ciento en intención de voto para los populares, parece inamovible y uno no puede por menos que preguntarse qué tendría que pasar, para que esos votantes abrieran finalmente los ojos , colocando, por medio de las urnas, al PP, exactamente dónde, en justicia, merece.
En el caso de Murcia, concurre además, que el gobierno de esta Comunidad se sostiene, gracias al apoyo de Ciudadanos y aunque todos esperábamos que los de Rivera dieran un paso atrás, a tenor de lo que se intuye en las noticias, a esta hora, sólo sabemos que piensan esperar tranquilamente, a ver si se produce la imputación, antes de retirarse de la alianza que mantienen allí con los conservadores.
Les digo una cosa: que alguien que como Rivera, conoce al detalle todo lo que acontece en torno al PP, siga apostando por una gran coalición que incluye a los conservadores, después del 26 de Junio, hace sospechar que poca o ninguna importancia dan realmente estos Ciudadanos, al oscuro trasfondo de la corrupción y por tanto, tampoco merecen, en  mi opinión, la confianza del electorado.
Pero como decíamos antes, el caso español es excepcional y por ello resulta prácticamente imposible prever lo que sucederá, sobre todo, si no conseguimos apartar el  fantasma del miedo.
Antes fueron Madrid y Valencia, ahora Murcia y mañana, vaya usted a saber. No cabe en la cabeza que el PP se mantenga en primera línea como Partido, ni que sus líderes no hayan asumido aún su auténtica responsabilidad, en estos graves asuntos. Quizá, toda la culpa sea nuestra, por no exigir, con rotundidad, una dimisión en pleno de este Gobierno.


domingo, 29 de mayo de 2016

Pobres niños ricos


Declara la Baronesa Thyssen que es muy difícil vivir siendo rico y lo hace, en un momento histórico español, en el que cientos de miles de familias se ven obligadas a sobrevivir con pocos o ningún ingresos y otras, malviven sin poder llegar a fin de mes, a pesar de que ambos cónyuges tienen trabajo, a causa de los sueldos de miseria que se han impuesto en nuestro país, después  que la Reforma Laboral de Rajoy, haya rebajado nuestros derechos fundamentales, hasta límites insostenibles.
Las declaraciones, que parecen hechas por alguien sin demasiadas luces, que gozando de una inmensa fortuna, anda en estos momentos, en litigios con Hacienda, por posible evasión de capitales a Paraísos fiscales y por simular que residía habitualmente en Andorra, no pueden ser más desafortunadas, ni más hirientes, para una población que atraviesa uno de los momentos más arduos de cuantos se han conocido, desde hace muchos años.
Son mucho menos admisibles aún, viniendo de alguien que no nació precisamente en una cuna de rancio abolengo, sino que tuvo la suerte, o la sagacidad de contraer matrimonio con alguien que procedía de la nobleza, del que le separaban bastantes años y que ya había amasado una inmensa fortuna con el negocio del arte, que después heredaron, esta antigua Miss y su hijo, al que el barón adoptó, convirtiéndole en el millonario que ahora es y que también lo debe estar pasando fatal, igual que su madre y los de su clase.
Con la convulsión de los tiempos y el empeño que está poniendo una parte de la prensa en levantar escándalos financieros , protagonizados en número incalculable por gente de la que debe codearse a diario con esta baronesa, naturalmente, se ha quebrado la plácida tranquilidad de que disfrutaban impunemente, todos éstos que delinquían sin reparo, sacando sus capitales del País, precisamente en el momento en que más los necesitaba y  repentinamente, su vida se ha debido ver trastornada por la vigilancia exhaustiva a que están siendo sometidos por las autoridades y que les va a costar, si su Dios no lo remedia, tener que enfrentarse a la acción de la justicia, exactamente igual que el resto de los españoles.
Si vivir siendo rico no es fácil, imagínese la señora Baronesa, cómo será vivir siendo pobre. Sin techo, sin trabajo, sin dignidad y dependiendo de la buena voluntad de sus familiares y amigos, miles de familias siguen adelante en esta España de infinitos contrastes, como este y sin ser entrevistados por una prensa a la que contar sus muchos problemas, quizá porque los titulares que podrían ofrecer, a poca gente les interesan.
Ya quisieran estas personas tener la oportunidad de vivir con las dificultades a las que alude la Baronesa, pero sabiendo que sus necesidades básicas y las de sus hijos, se encuentran totalmente cubiertas, aún en el caso de tener que saldar sus cuentas con la Hacienda de todos los españoles, quizá porque su ambición tiene límites y también porque son, en el fondo, mucho mejores personas, que acostumbran a compartir con los demás, de buena gana,  lo poco que poseen.

Así, no es de extrañar que Thyssen y los que son como ella, tiemblen con solo pensar que en España pueda llegar a gobernar una coalición de Progreso, que incida, de una vez, en aclarar lo que ha estado ocurriendo fuera de nuestras fronteras, durante demasiados años y que haga pagar, exactamente lo justo, a todos aquellos que jugando con la estabilidad del País, han evadido, defraudado, blanqueado y ocultado el dinero procedente de sus grandes negocios y fortunas, siendo absolutamente insolidarios con los demás y encima, quejándose de su mala suerte… cuando son descubiertos.

jueves, 26 de mayo de 2016

La noticia perfecta


Nada produce mayor felicidad, que descender de pronto hasta el reino de las cosas pequeñas, que es ese lugar en el que habitamos rodeados por los que nos quieren y queremos, de ese modo incondicional que roza los límites del infinito, como si la esencia humana se deshiciera de sus imperfecciones, alcanzando lo trascendental, aunque sólo sea por un instante.
Son esos momentos fugaces los que hacen que merezca la pena vivir y muy fundamentalmente, cuando se produce el milagro de sentirnos, en cierto modo, parte de una cadena interminable que nos conduce a la eternidad, sorprendidos repentinamente, por el comienzo de una vida.
Esta experiencia indescriptible, para la que nunca encuentro palabras que puedan reflejar con exactitud la riqueza de mis sentimientos, viene con prisas, llamando a nuestra puerta otra vez, en el reflejo ilusionado de mi hija más pequeña, que empieza a observar cómo se transforma su cuerpo, de la manera más hermosa que puede conocer una mujer y que nos regala, con su felicidad, esencia pura de alegría.
Así, como si el mundo se desvaneciera y desapareciera  súbitamente cualquier atisbo de inseguridad, quedamos, como anclados inexorablemente al hechizo de su mirada, sintiéndonos inmersos en el principio de esta pequeña historia, que apenas se inicia portentosamente, en la profundidad de su vientre.
Allí, donde ocurre el prodigio, que en cierto modo se convierte en una prolongación de lo que fuimos, la serena oscuridad en la que flota el nuevo ser, abre de par en par las puertas de la esperanza y nada hay, más importante, que preservar la calma que precisa, hasta que por primera vez, se asome a la vida.
La noticia, que se cuela como un torrente en nuestro entorno y que nos apasiona sin dejarnos apenas reaccionar, no podría ser, la verdad, más perfecta.
Pronto, mientras le enseñemos a ver la luz, a reconocer nuestros rostros y a empezar a recorrer el camino que se abre virgen ante sus ojos, buscaremos ansiosos su complicidad, para comenzar a escribir esa historia, que será, simplemente, la nuestra.
El mundo y nosotros, le esperaremos con los brazos abiertos.


miércoles, 25 de mayo de 2016

Poniendo los cinco sentidos


Se calienta el panorama pre electoral y los que serán candidatos a la Presidencia del gobierno, extreman precauciones para no caer en tentaciones de las que después pudieran arrepentirse y ensayan discursos y acciones que, con toda seguridad, perfeccionarán en cuanto  se dé el pistoletazo de salida, con la simbólica pegada de carteles que anuncie el comienzo de la campaña.
En un clima de extrema actividad, en el que lo mismo vemos coincidir en un  juzgado a varios imputados del PP, para declarar por distintos delitos, que al Líder de Ciudadanos viajando a Venezuela en plan salvador de patrias ajenas, como si no hubiera problemas suficientes que atajar en este País, los ciudadanos esperamos poder clarificar definitivamente nuestras expectativas personales, para emitir el voto que se nos reclama, al menos con honestidad, virtud de la que precisamente parecen estar bastante escasos, muchos de nuestros representantes políticos.
 Aguantando estoicamente los que parece que serán los últimos días de una legislatura que, debido a razones conocidas por todos, se va a prolongar hasta cerca de cinco años, cada detalle que se nos muestra a través de los medios, cada cruce de acusaciones que se produce, entre los Partidos, cada mensaje que nos llega de boca de los líderes más relevantes, son estudiados por nosotros con minuciosidad, quizá porque después de todo lo que hemos vivido en estos últimos tiempos, nuestra confianza en las palabras de los políticos ha mermado considerablemente y también, porque de la mala experiencia, hemos aprendido a leer entre líneas y a saber de primera mano que es mucho más importante lo que se calla que lo que se dice, en casi todas las ocasiones.
Muchos de nosotros, ya hemos descartado votar a PP y PSOE, como referentes que son de la vieja política y también, porque tras el veinte de Diciembre los dos han demostrado ampliamente que no merecen continuar alternándose en el poder, el uno, el PP, porque Rajoy lleva demasiado tiempo limitándose a esperar que el fracaso de los demás acabe por proporcionarle un triunfo y el otro, el PSOE, porque resulta evidente que se ha producido una brecha considerable, entre sus acciones y su supuesta ideología.
Si a esto añadimos los imperdonables y numerosísimos casos de corrupción que azotan a los conservadores y las luchas encarnizadas que se libran entre los dirigentes socialistas, a nivel interno, podría decirse que ambos están haciendo mucho más de lo que les corresponde, por perder y que ninguna de sus estrategias de maquillaje, logran convencer a los electores, por mucho empeño que pongan en ellas.
Así que parece que son los recién llegados al panorama político español los que merecen una atención mayor por nuestra parte, seguros al menos, de que ofrecen una imagen mucho más limpia que la que muestran sus antecesores y que aunque no tengan experiencia en esto de gobernar, en la vida, todo termina por aprenderse, si a uno se le da la oportunidad de ponerse a ello y sobre todo, si se intenta, con dedicación y firmeza.
Mucho tiene que ver también, antes de que empiecen a agobiarnos con mensajes de ambigüedad que hacen dudar seriamente de las procedencias, las preferencias ideológicas que tengamos cada uno, porque los acontecimientos que van transcurriendo a medida que pasa el tiempo, nos hacen ver que ni Ciudadanos era tan de centro, como en un principio se nos hizo creer, ni Podemos tan radicalmente de izquierdas, como pretende la teoría de la conspiración que han urdido los bipartidistas, para no dejarnos salir de su terreno.
Así, habrá que aprender a discernir lo que verdaderamente nos conviene, para no sentirnos de nuevo estafados, ninguneados o silenciados, por quienes ocupen finalmente los sillones de la Moncloa y sobre todo, a estar seguros, muy seguros, de lo que no queremos, antes de que vayamos a votar, porque aunque no existe la perfección y menos aún, cuando se habla precisamente de política, incurrir en los mismos errores, sin haber sacado una lección provechosa de ello, puede ser extremadamente nocivo para la salud y de tomar decisiones correctas, depende nuestro futuro más cercano, por poco o mucho que nos guste a todos.





martes, 24 de mayo de 2016

Resaca fútbolera


Los festejos relacionados con la celebración del Partido de fútbol de anteayer, movilizan a muchos miles de personas que salen a las calles de Barcelona y Sevilla, para recibir, como si de héroes se trataran, a los jugadores de sus respectivos equipos, entre aplausos, cánticos y toda una serie de eventos lúdicos, que duraron hasta bien entrada la madrugada.
Atrás quedaron el episodio de las banderas y las connotaciones políticas que se relacionaban con el enfrentamiento y una nube de inmenso entusiasmo se apodera de perdedores y ganadores, demostrando que verdaderamente, el fútbol es capaz de levantar de su asiento, hasta al más inmovilista de los mortales.
Lástima que este mismo frenesí no recorra las venas de las masas, cuando se trata de salir a reclamar derechos, quizá porque la capacidad de convocar que tienen los que organizan las manifestaciones alrededor de temas que a todos nos afectan gravemente, se encuentra de frente, con la desilusión que produce en la gente, el hecho de que sus exigencias no hayan sido escuchadas jamás, por los políticos de turno, como si ellos vivieran una realidad bien distinta, de la que nosotros padecemos.
Bien está, que todos tengamos una necesidad perentoria de evadirnos de los problemas y que muchos encuentren en este negocio millonario del fútbol, una vía de escape por medio de la cual quemar adrenalina semanalmente, pegados al espectáculo de los campos. Bien está tener un equipo de referencia al que adorar y perdonar, en la misma medida, los triunfos y los fracasos y bien está, ¿por qué no?, agruparse junto a otros seguidores, cuando las cosas se dan bien, para ver de cerca a los ídolos.
Pero la vida, esta nuestra, que tantos altibajos está sufriendo, en esta última etapa de dolor, en la que todos nos hemos visto afectados por una ola de degeneración absoluta, de valores e Instituciones, merece mucha más atención de la que la mayoría le prestamos y vendría estupendamente bien, que generara en todos nosotros, al menos, las mismas ganas de unirnos para llevar adelante un proyecto, que de triunfar, podría beneficiar grandemente nuestras expectativas de un futuro, que por ahora se presenta, bastante imperfecto.
Y aunque puede que momentáneamente parezca que todas las reclamaciones que hacen unos pocos valientes en las calles, caen, inevitablemente, en saco roto, la verdad es que sin esas intervenciones, llevadas a cabo a lo largo de varios siglos, la historia no hubiera evolucionado jamás, en el terreno de lo social y aún permaneceríamos anclados a las condiciones de esclavitud que soportaron los primeros obreros que emigraron a las ciudades, al principio de la Revolución Industrial.
Volviendo al símil que nos ocupa, mientras el fútbol que mueve a las masas no reporta a nuestra vida cotidiana, más que la satisfacción de ganar determinadas competiciones, la lucha por conseguir mejoras sociales, sin rendirse, puede condicionar, si tiene éxito, el resto de nuestra existencia y no es igual, por supuesto, la satisfacción que produce haber sido capaz de lograr aquellas metas que nos marcamos y que benefician a todos los que nos rodean, que la efímera sensación de haber ganado un determinado trofeo, cuya única relevancia será ocupar las vitrinas de un Club, en algún viejo estadio de rancio abolengo.
Y sin embargo, qué fácil resulta abandonar la comodidad del hogar, para participar en las celebraciones de estos eventos y qué difícil, dar el primer paso para unirse a otros de nuestra misma clase, para reivindicar nuestros derechos.

Seguramente, aún no hemos sido capaces de idear un hipnótico capaz de producir efectos similares a los que origina el fenómeno futbolero, que consigue alienar a millones de personas en todo el mundo, logrando a la vez, que no piensen en la cruda realidad que padecen, cuando termina el espejismo de los goles, cada Domingo.

lunes, 23 de mayo de 2016

Triunfos y fracasos


Se confirma. En cada una de las encuestas que van apareciendo, en estos días previos a la Campaña electoral, la intención de voto de los ciudadanos coloca a la coalición encabezada por Podemos, por delante del Partido Socialista Obrero Español, tanto, que ya se considera un hecho que se producirá el temido sorpasso.
Quizá por eso y porque no se resigna a permanecer en silencio, Susana Díaz ha enviado un mensaje directo a Pedro Sánchez, aconsejándole que extreme los ataques en sus intervenciones, contra la Formación de Pablo Iglesias, a la que debe considerar, en estos momento, su principal enemigo.
Pero batir a Podemos no le va a resultar nada fácil, después de haber dejado pasar la ocasión de apostar por un pacto de izquierdas, ante los ojos de todos los españoles, pues aunque se haya subestimado la inteligencia de los electores, tratando de culpabilizar a la formación morada de la falta de acuerdos, la realidad que todos hemos podido ver durante el proceso de negociación, deja meridianamente claro que nunca hubo voluntad de conseguir la alianza, por parte del PSOE.
 Claro que nadie contaba entonces con que IU se sumara a la coalición que ya concurrió a las elecciones del 20 de Diciembre, ni con que ese millón de votos que por circunstancias relacionadas con nuestra ley electoral, solo reportó a Garzón, dos diputados, pudieran ahora sumarse a los más de cinco millones obtenidos por Podemos, acercándose incluso, a la cifra contabilizada por el PP y relegando por tanto, al partido de Pedro Sánchez, a un vergonzante tercer puesto.
Mientras el mensaje de los socialistas continúa anclado a argumento del pasado reciente, los argumentos de  Podemos se han reforzado notablemente con la llegada de los de IU a sus filas y como la situación del país sigue siendo catastróficamente mala, para cientos de miles de familias, lo natural será que la confianza de los electores derive masivamente hacia alternativas que nada tengan que ver con una manera de hacer política, que ha quedado obsoleta, en los últimos tiempos.
Todo marcha previsiblemente bien para los Partidos de nueva creación y muy especialmente para Podemos, que se ha ido librando uno a uno de los conflictos internos y externos, apostando fuertemente por un cambio absolutamente necesario para nuestra sociedad y que nada tiene que ver, en su esencia, con las propuestas que hace un PSOE, que cometió un gravísimo error cuando decidió pactar con la derecha de Ciudadanos, con la que no le unía ningún vínculo de  carácter ideológico y por tanto, abandonando la izquierda.
El pacto, también perjudicará gravemente a los de Alberet Rivera, ya que no se puede olvidar que sus votos provenían, en una gran parte, de gentes desencantadas del PP y que han visto en el acercamiento con Pedro Sánchez, una especie de traición al ideario de la derecha liberal, que no complace en nada sus expectativas electorales.
La negativa de Susana Díaz a dialogar con Podemos, fruto quizá del desencuentro que tuvo en el momento de ser elegida Presidenta de la Comunidad Autónoma Andaluza, con Teresa Rodríguez, no hace otra cosa que mermar posibilidades a su Partido en la carrera electoral y evidencia que cuando los errores se encadenan, sin tener la capacidad de autocrítica necesaria para corregirlos, terminan por acarrear un estrepitoso fracaso del que después resultará casi imposible recuperarse, por mucho que se intente.
En este punto, uno se pregunta si no habrá nadie en el PSOE capaz de contradecir a Susana Díaz en sus argumentos y de ofrecer a sus militantes y electores, otras posibilidades de rehabilitación, que ayudarían sobremanera al ascenso de  este partido.
Quizá si pudiera olvidar por un momento sus ínfulas presidencialistas, la señora Díaz pudiera sumarse, por fin y realmente, al cambio que se avecina inexorablemente.


domingo, 22 de mayo de 2016

Pan, circo...y banderas


Como si las finales de fútbol no manipularan ya suficientemente a las masas y todo lo que se mueve alrededor de este negocio, que no deporte, no generara bastante violencia, el Partido Popular, con su delegada de gobierno en Madrid a la cabeza, se enzarza en una cruzada nacional contra la estelada catalana, que si bien representa los ideales de los independentistas, siempre se lució en campos de todo el mundo, sin provocar una polémica similar, a la que estamos viendo estos días.
A los que no somos amantes de los símbolos, porque pensamos que las ideologías son sobradamente poderosas, como para no necesitar estandartes que las representen, nos parece que las reacciones que ha provocado la prohibición resultan excesivamente exageradas, si no fuera porque detrás del pronunciamiento de la delegación de gobierno de Madrid, subyace un deseo implícito de reprimir la libertad de expresión y un anti catalanismo cerval, que los populares procuran inculcar a todos los ciudadanos, en cuanto les surge oportunidad para ello.
Afortunadamente, la justicia ha sabido, por una vez, abortar el intento y ha fallado a favor de que se pueda lucir la estelada en la final de esta tarde, en la que seguramente, después de lo ocurrido, se multiplicarán por mil los catalanes que decidan llevar esta bandera y en la que al Rey le espera, sin ningún género de dudas, un mal rato que pasar, quizá porque a la Monarquía siempre se la suele asociar con las opiniones de la derecha.
Sin embargo, ayer por la tarde se celebraban en Madrid una serie de manifestaciones claramente identificadas con el nazismo, que no solo fueron autorizadas por la delegación de gobierno, sino que pasearon libremente cuántas banderas, estas sí, anticonstitucionales, quisieron lucir, sin que al Partido Popular se le ocurriera que estos hechos pudieran generar violencia.
Así que esta Ley mordaza, no parece haber sido concebida pensando en la igualdad de todos los ciudadanos, sino que beneficia claramente a los que no suelen oponerse a las opiniones de quiénes todavía nos gobiernan, mientras se aplica a rajatabla a todos aquellos que por la razón que fuere, se convierten en opositores, llegando a extremos que resultan absolutamente incomprensibles, para cualquiera que se sienta identificado con lo que debería ser la esencia de la democracia.
Entretanto, en España y también en Cataluña, siguen ocurriendo cosas que van mermando considerablemente la vida de todos, aunque desde hace unos días parezca que lo único importante que sucede en el territorio patrio, es la celebración de un Partido de fútbol y qué bandera llevará cada cual a esta final, que por cierto, no solucionará ninguno de los graves problemas que la mayoría padecemos.
Ya nos gustaría a muchos que cada vez que se comete una injusticia fehaciente con los ciudadanos, se moviera un número de personas, al menos, similar al que se ha movido estos días, a causa del dichoso partido.
Pero en el fondo, no hemos avanzado nada desde el tiempo en que los romanos gobernaban el mundo y cuando el pueblo sufre de carencias irreparables, lo seguimos solucionando con pan, circo, y ahora también, con luchas de banderas.


miércoles, 18 de mayo de 2016

Mirando a Venezuela


Se complica la situación en Venezuela, con un Maduro más caricaturesco que nunca, empeñado en mantenerse en el poder que heredó de su antecesor, el carismático Hugo Chávez y que ofreció ayer un discurso a través de las Redes, en el que culpabilizó de  todos los males que acontecen en su país, al Gobierno español y a todos esos medios que desde el principio se han afanado en establecer una estrecha relación, entre  su gobierno y Podemos.
Con una oposición claramente apoyada, ya lo hemos visto otras veces, por la política estadounidense y dispuesta ahora a llegar hasta el final, con tal de apartar a Maduro del mando, el estado de excepción declarado hace solo unos días y la carencia absoluta de productos de primera necesidad, convierten a esta parte del mundo en un polvorín a punto de estallar, que de hacerlo, probablemente se convertirá en un baño de sangre y cuyas consecuencias resultan ser aún, del todo imprevisibles.
No es la primera vez que Hispanoamérica sufre en carne propia un suceso de estas características, ni seguramente tampoco será la última, mientras la estabilidad de esos territorios no dependa exclusivamente de sí mismos y continúen, tácitamente tutelados, o al menos, minuciosamente observados, desde el plano internacional, sin permitirles discurrir, democráticamente, por los senderos que ellos mismos elijan.
No se le puede dar la razón a quien aboga por mantener a los disidentes encarcelados, ni tampoco se puede, a estas alturas, defender lo indefendible, pero para decir la verdad, habría que remontarse a la época en que Hugo Chavez, Evo Morales o Correa, decidieron posicionarse en una línea ideológica muy distante de la que hubiera agradado a los Estados Unidos, acercándose peligrosamente al régimen cubano de Fidel, enemigo impenitente de cualquier iniciativa que llegara desde Washington.
A nadie se le puede escapar que el intervencionismo norteamericano en Hispanoamérica ha sido una constante que se ha perpetuado a lo largo de los años, con consecuencias que todos conocemos y que naturalmente, el alejamiento protagonizado por los países antes citados, han debido traer de cabeza a quienes siempre han reconocido al comunismo, como el peor de sus enemigos.
Dicho esto, la manera de gobernar de Maduro no tiene calificativo y su empecinamiento en continuar en lo más alto, a pesar de haber perdido las últimas elecciones celebradas en su País, le convierte en un patético tirano, capaz incluso de consentir que los suyos se enzarcen en  una Guerra Civil, con tal de no perder, no se sabe muy bien, qué ocultos privilegios.
Las revoluciones, que muchas veces terminan cuando mueren sus líderes, cuando son bien llevadas, suelen transformarse en un proceso de evolución cuyos avances se van ralentizando, con el paso del tiempo y depende que tengan éxito o no, de que quiénes suceden a los primeros revolucionarios, den la talla política necesaria, aprendiendo a dialogar, también, con sus opositores y sabiendo abandonar el poder, cuando las urnas deciden que ha llegado el momento de su marcha.
Es evidente que Maduro nunca estuvo a la altura, siquiera de ser líder y que su comprensión de lo que había sucedido en Venezuela bajo el mandato de Hugo Chávez, ni fue bien interpretado por él, ni se ha sabido manejar, de cara al beneficio de la mayoría de este pueblo.
La represión, la negación de la evidencia y propiciar un continuismo imposible en las actuales circunstancias de este país, no son, precisamente, la mejor manera de conseguir estabilidad, ni de atenuar la violencia que flota en el ambiente enrarecido de las calles venezolanas.
Todos esperamos que llegue la tarde, para ver si la oposición de Maduro se echa a las calles, desafiando la terrible dureza del último decreto y nos tememos lo peor. Observadores internacionales, denuncian movimientos militares por todo el país, a la espera de una intervención armada, ordenada por el Presidente.

Ojalá y se impusiera la cordura.

martes, 17 de mayo de 2016

El arrepentimiento fingido


Se está poniendo de moda la figura del arrepentido, mientras  se juzgan casos de corrupción y han salido a la luz, unos cuantos de ésos que los imputados en cuestión no dudarían en calificar de traidores, pero que para los jueces vienen a representar una fuente inagotable de información, que ayuda poderosamente a clarificar los entramados urdidos por una cierta clase política, que se ha dedicado a esquilmar los recursos del país, a cambio de recalificar terrenos y adjudicar obras, únicamente, a los que cedían de buen grado a su chantaje.
Estos arrepentidos, que lo son, sólo cuando se les ha pillado con las manos en la masa y que nunca acuden a los juzgados la primera vez que se les propone un negocio de tales características, suelen en ser, en su mayoría, empresarios que durante años colaboraron estrechamente con políticos sin escrúpulos, que les proporcionaban enormes beneficios que después ellos se ocupaban de esconder, lejos de la mirada inquisitoria del Ministerio de Hacienda.
Quiere esto decir, que ninguno se arrepintió realmente de sus acciones mientras duraba la función en la que cooperaban con los corruptos de turno y que por mucho que quieran ahora hacer ver a la opinión pública que se han convertido de repente en honestos y que  siempre se hallaron dispuestos a colaborar con la justicia, para el esclarecimiento del asunto que les compete personalmente, no pueden, ni podrán hacer nada, por borrar un oscuro pasado plagado de graves delitos, por los que también debieran pagar, al mismo tiempo que quiénes les reclamaron las mordidas.
Hoy hemos tenido la oportunidad de ver a Marjaliza, implicado junto a Francisco granados en la trama Púnica, haciendo un elogio enardecido de los que dicen la verdad y atribuyéndose una actuación ante la justicia, que bien pudiera haber realizado muchos años atrás, cuando se repartía con sus benefactores ingentes cantidades de dinero, proveniente de recalificaciones que le deparaban jugosos contratos de adjudicación de obras, en todo el periplo de Madrid.
Buscar ahora el perdón de los ciudadanos, cuando uno vende información, a cambio de una reducción de condena, o intentar quitar hierro a un asunto en el que uno participó alegremente y sin rechistar, durante varios años, supone, en sí, una descarada manera de trivializar la auténtica realidad de lo que sucedía y aún sucede en muchos lugares de España, para desgracia de todos los españoles.
Verdad es, que si de la información que estos personajes ofrezcan, pueden sacarse nuevas conclusiones que lleven a los ladrones de chaqueta y corbata a las cárceles, en las que debieran estar, todos las recibiremos de buen grado, pero al mismo tiempo, debe quedar muy claro que los delitos en los que ellos mismos participaron, no deben quedar impunes e indigna bastante, tener que ver a estos “arrepentidos”, disfrutar de una libertad, que de ninguna manera merecen.
Si peca más, aquel que ocupando un cargo de relevancia, prevarica o se corrompe, que un empresario que admite ser el artífice de esa corrupción, es una cuestión que dejo a la conciencia de los lectores, para que cada cual pueda sacar las conclusiones que le parezca.
Pero, sinceramente, el arrepentimiento es otra cosa, porque la verdad, resulta mucho más fácil arrepentirse cuando se tienen los bolsillos llenos y uno sabe, que gracias a eso, no tendrá que pasar ninguna clase de penurias económicas, el resto de su vida.


El abrazo del Califa


Ver a Julio Anguita abrazando a Pablo Iglesias en un mitin celebrado el pasado fin de semana y medir la emoción que se respiraba en el ambiente, a través de esta imagen, puede dar una idea del potencial que puede llegar a tener la alianza firmada por Podemos e IU y  y representa que la unidad entre los viejos  y los nuevos políticos, cuando son de ley, es posible.
Anguita, que durante años ha mantenido una postura de estricta rectitud y que ha sido uno de los pocos políticos que regresó a su profesión anterior, cuando decidió abandonar la vida pública, ha respaldado desde el principio la posibilidad del pacto entre Partidos que en definitiva, defienden, las mejoras sociales y siempre apostó porque a través del diálogo, se pudiera aspirar a una buena posición de la izquierda en el Parlamento español, aunque para ello hubiera que hacer concesiones, por todas las partes.
Su amplitud de miras y su determinación al apoyar el proyecto, desde el respeto y la tolerancia a los que no piensan como él, dice mucho de su talla como político y ofrece un ejemplo demoledor, a todos aquellos que durante años han envilecido la profesión, preocupándose únicamente de su enriquecimiento personal, a través de las prácticas corruptas que hemos venido conociendo, casi siempre a través de los medios.
Ya quisieran los líderes de PP o PSOE, que tanto se afanan ahora en amenazarnos con la llegada del comunismo, contar entre sus filas  con gente mínimamente parecida a este incansable luchador que afortunadamente para él, puede mirar limpiamente a la cara a los ciudadanos, después de treinta años, sin haberse desdicho jamás de sus principios, ni habiendo necesitado nunca emplear el juego sucio contra los demás, para ganarse el puesto que tiene en nuestra historia.
Que Julio Anguita apoye la coalición, no solo es un honor para los que ya contamos con algunos años, sino que significa, para los jóvenes idealistas de ahora, la ratificación de que son capaces de atreverse a contar con la experiencia, proporcionando un lugar de relevancia, a todos aquellos que les antecedieron en este largo camino de lucha por la libertad, que se estaba viendo ostensiblemente perjudicado, por el sometimiento de los líderes de los grandes Partidos, a una política basada únicamente en el enaltecimiento de la economía capitalista.
No someterse, hacer de la rebeldía, mientras ocurran injusticias imperdonables, una bandera que enarbolar, a favor de los más desfavorecidos, deja claro que también en política, existen hombres y mujeres capaces de hacer de la decencia un modo de vida, consiguiendo con ello ridiculizar, aún más si cabe, a todos aquellos que con sus actos se han encargado, sobre todo en los últimos años, de robarnos cualquier atisbo de ilusión que pudiera quedarnos, sobre la limpieza profesional de nuestro representantes.
Naturalmente, la alianza firmada por IU y Podemos, no puede, sino aterrorizar a todos esos prebostes de una vieja escuela, que pensaban desde que se asentaron alternativamente en el poder, que sus privilegios de casta, se habían convertido en eternos.
Para ellos, mirar a Julio Anguita, debe ser, como si de pronto alguien se atreviera a exponer sin tapujos todas sus vergüenzas, ante los ojos de los electores, sin tener la más mínima posibilidad de poder rebatir de ninguna manera, por la honestidad del personaje, ninguno de sus argumentos.
Quizá por eso, Pablo Iglesias lloraba al abrazar al Califa. La verdad es que no hay muchos grandes líderes que conserven la pureza de este comunista convencido, al que nunca lograron comprar, ni el poder, ni el dinero.


domingo, 15 de mayo de 2016

El sueño tangible


Con la perspectiva que suele dar el paso de los años, las piezas que al principio estuvieron desparramadas van encontrando encaje, reconduciendo las historias colectivas que empezaron a construir los individuos cuando decidieron unirse y convirtiendo en realidades tangibles, lo que en un primer momento, sólo fue un sueño.
Aquel clamoroso estallido de indignación que despertó espontáneamente las conciencias de los ciudadanos un 15 de Mayo y que tuvo en una juventud que hasta entonces permanecía aletargada, cómodamente instalada en un ficticio estado de bienestar, su principal artífice, permanece aún fresco en el recuerdo y sus protagonistas, que decidieron entonces intentar que las cosas cambiaran, reclamando una mayor participación ciudadana en las cuestiones políticas de este País, han madurado, aunque conservando la ilusión de que todo es factible de ser cambiado, cuando se consigue mantener la unidad de todos aquellos que coinciden en un mismo ideal, aunque procedan de  posiciones diferentes.
Que cinco años después, una parte de aquellos indignados hayan conseguido sentar a setenta de los suyos en el Parlamento  y que afronten ahora la celebración de otras Elecciones habiendo aumentado las posibilidades de llegar mucho más lejos, supone, para cualquiera de los que salimos a la calle aquel 15M, la demostración de que las  utopías pueden hacerse, en cualquier momento, realidad y de que nosotros podemos ser los promotores necesarios, para alcanzar los objetivos  propuestos.
Quizá por eso, los que se encuentran cómodamente instalados en las posiciones de privilegio que ellos mismos crearon, con el firme pensamiento de que llegarían a ser eternas, nunca nos aceptaron y mucho menos, desde que empezaron a comprender que representábamos mucho más que una confluencia de soñadores sin recursos, acampados a la luz de la luna, que se dedicaban a debatir en asambleas, todo aquello que se nos imponía por decreto, pero que no contábamos con los medios suficientes para emprender otro camino, que no fuera el que se nos marcaba desde las Instituciones ocupadas, por los mismos que alternativamente se disputaban un poder, hasta entonces, vedado para los ciudadanos de a pie, que miraban con desesperación, pero sin actuar, cómo los políticos de turno, manipulaban sus vidas.
Su sorpresa debió ser mayúscula, a medida que fue pasando el tiempo, sobre todo, cuando empezaron a comprobar que el mensaje salido directamente de los movimientos asamblearios  de las calles, caló y de qué manera, en muchos millones de españoles, dejando estupefactos a los representantes de los dos grandes Partidos políticos y obligándoles a replantearse su manera de entender la política, pero esta vez, teniendo indefectiblemente, que contar con nosotros.
Cinco años después, aquellos indignados van a plantar cara, en la próxima campaña electoral, al mismísimo Partido Popular y puede incluso, sobrepasar en cifras, a esos millones de votos leales con los que cuenta la derecha desde hace más de cuarenta años y sobrepasando también, con amplitud y si nada lo remedia, las expectativas electorales de los socialistas.
Mucho camino hemos recorrido en estos cinco años y no exento de dificultades, esencialmente  impuestas desde las posiciones del poder, que se ha afanado reiteradamente en vilipendiar o menospreciar, cualquier iniciativa que proviniera de  nuestra parte, llegando a poner en duda nuestra inteligencia, pero que pese a su insistencia, no ha conseguido minar, en absoluto, la determinación que nos mueve y que se sustenta, básicamente, en nuestra imagen de limpieza.
Porque también es verdad que las cosas no han evolucionado nada bien para los grandes Partidos y los motivos que causaron entonces nuestra indignación, se han ido multiplicando por diez mil, envileciendo la situación que nos vemos obligados a padecer, hasta convertirla en prácticamente insostenible, por su propia indecencia.
Puede que muchos ya no sean aquellos jóvenes  idealistas que descubrieron por primera vez la fuerza de la unión de los de su clase y que a otros, mucho mayores, nos parezca que esta, quizá, puede ser la última oportunidad de hacer factible una parte de nuestro sueño, pero a veces, tropezar de bruces con la realidad, tener la posibilidad de analizarla y razonarla desde dentro, afrontar la dificultad escudriñando las entrañas de la oscuridad e intentar, apenas sin medios, hallar nuevas vías de solución, puede ser una forma impagable de crecimiento.
Ahora que nos hemos hecho gigantes y que  en contra de lo que pensaban los líderes caducos de los dos grandes Partidos,  seguimos aquí, estar tan cerca de conseguir los objetivos, acariciar con los dedos el sueño, no puede, sino fortalecer aquella primera idea que nos unió, aquella sensación de tener que salir corriendo de entre las tinieblas, para ver, junto a otros muchos, la luz y para convertirnos, sin  censuras, en dueños y señores de nuestro propio destino.



jueves, 12 de mayo de 2016

Jaque al PSOE


A Pedro Sánchez le está empezando a pasar factura no haber tomado la determinación de negociar con Podemos, tras los resultados de las elecciones del pasado Diciembre y por si no tenía ya bastantes problemas para mantener su liderazgo, frente a las estrategias urdidas por los afines a Susana Díaz, se le rebelan ahora unos cuantos barones, que parecen considerar acertada la propuesta de Pablo Iglesias, de ir en listas conjuntas para el Senado, contraviniendo así la reacción de su Secretario General, que se negó desde el primer momento a considerar  el ofrecimiento.
Muchos creemos que Sánchez comete un nuevo y gravísimo error, desdeñando ostentosamente cualquier tipo de alianza por la izquierda y del mismo modo deben pensar aquellos que gobernando ya en sus propias Comunidades con gente afín a la ideología de Podemos y viendo, como ven a diario, que no se produce ninguna de esas hecatombes que no paran de anunciar los agoreros de turno, ven factible la concurrencia propuesta por Iglesias, solo para las próximas elecciones y que con toda probabilidad, arrebataría al PP la mayoría absoluta de que ahora disfruta en el Senado, permitiendo así que las cosas avancen en esta Cámara, de modo bien distinto.
Valencia, Aragón y Cataluña y seguramente también García Page, de Castilla La mancha, mantienen una posición a favor de estas negociaciones y aunque todos sabemos que será el Comité Federal el que finamente decida sobre el asunto, la frágil unidad del PSOE parece estar resquebrajándose por momentos, perseguida por cada jugada que inicia el líder de la Formación morada, muy acostumbrado a moverse como pez en el agua, en las redes sociales y en general, en todos los medios.
Buscar el equilibrio, se le está haciendo a Sánchez cada día más difícil y la impresión que da, es la de estar permanentemente tambaleándose sobre una cuerda floja, que por el desarrollo que van tomando los acontecimientos, parece estar a punto de romperse, provocándole una estrepitosas caída.
Debe ser terrible, siendo líder, no encontrar apoyo para ninguna de las decisiones que uno toma y ser continuamente observado por el ojo crítico de tus propios compañeros, a los que no  sólo no importa dejarte solo ante el peligro, sino que además, potencian con su intransigencia, una especie de  inagotable acoso que está minando paulatinamente la imagen que el Partido ofrece a los electores.
Puede que Podemos no consiguiera pactar con los socialistas, hace solo unos meses, pero lo cierto es que a medida que pasan los días y se acerca la celebración de los nuevos comicios, le da jaque en esta partida de ajedrez en la que se han enzarzado y en la que de momento, vencen por goleada los de Iglesias y no sería de extrañar que ni siquiera sea necesario que se produzca el tremido sorpasso, para que los morados logren vencer de manera velada, al PSOE.
Juega para ello Podemos, hábilmente, con utilizar el factor sorpresa de forma permanente, sin dar tregua a los de Sánchez para pensar a fondo todas las propuestas que les lanzan  de manera totalmente abierta y es el PSOE, el que arrinconado por la profusión de ideas que le llegan desde la Formación morada, debiera arbitrar una estrategia nueva, si no quiere llegar prácticamente vencido, al 26 de Junio.
Demasiado ocupados en sus luchas internas, los socialistas han sido incapaces de asumir que sus oponentes por la izquierda, son en su mayoría, profundos conocedores de todas las tácticas políticas y que las aplican a la perfección, llevándoles a un terreno demasiado pantanoso.
Más le valdría al líder socialista, sentarse, por una vez, a negociar con ellos, porque de otro modo, acabará no sólo perdiendo las elecciones, sino teniendo que abandonar la vida política, engullidlo por la vorágine que le persigue, desde fuera y también desde dentro, de su propio Partido.


miércoles, 11 de mayo de 2016

No, gracias...de momento


Los cincuenta puntos que Podemos e IU han presentado conjuntamente, como reflejo del acuerdo a que han llegado, de cara a los próximos comicios, marcan las directrices del que podría llegar a ser el programa de un nuevo gobierno, si después del 26 de Junio se diera la ocasión de conseguir un apoyo numérico, que respaldara el cambio que reclama la mayor parte de la sociedad, asfixiada por las medidas impuestas en los últimos años, durante el mandato de la derecha.
Después de que el PSOE,  rechazara ayer la propuesta de Pablo Iglesias para presentarse conjuntamente para el Senado, aunque algunas voces socialistas de unas cuantas Autonomías manifestaran su apoyo al ofrecimiento, solo cabe esperar que los resultados electorales varíen notablemente de los anteriores y que la nueva coalición consiga adelantar a los de Pedro Sánchez, relegándolos a una tercera posición en el Parlamento.
Esta circunstancia, que parece bastante probable, si nos atenemos a lo que dicen las encuestas, propiciaría un cambio total de la situación y daría a Pablo Iglesias la posibilidad de apostar por presentarse a la Investidura, empujando entonces al PSOE a decidir, a las claras, sus auténticas preferencias.
Porque tener la sartén por el mango, otorga cierto poder al que la sostiene y no es lo mismo esperar a que el probable candidato quiera contar contigo, que ser tú el que ofrece la posibilidad de una negociación, pasando, por cierto, a ser quién la dirige.
Es de suponer que a los líderes del PSOE, no les va a resultar nada cómodo quedar por detrás de los mismos con los que se negaron a contar, solo unos meses antes, pero la sola idea de quedar fuera de cualquier opción de gobierno, podría forzar que aunque fuera a regañadientes, se avinieran entonces a un acuerdo, que evidentemente ya no va a ser el mismo que hubieran conseguido, si se hubieran afanado en hacerlo, a su debido tiempo.
Hay que decir que las propuestas de la coalición, responden, en su totalidad a las que se esperan de un Gobierno de la izquierda y que negarse a discutir, por tanto, unas medidas absolutamente necesarias para mejorar la situación de los ciudadanos, representaría un apoyo tácito por parte del PSOE, al  continuismo que proponen los de Rajoy y Rivera, que sí tienen claro cuál es su sitio, en el panorama político español.
El empeño de concurrir a las elecciones en solitario, manifestado por Pedro Sánchez y en cierta medida impuesto por la intolerancia de sus barones, el rechazo demostrado reiteradamente hacia cualquier propuesta que venga de Podemos, no hacen más que incidir en la idea de que los socialistas españoles están sufriendo una transformación, que rebaja sensiblemente las pretensiones de sus propias raíces ideológicas.
No puede haber nada peor que ponerse una venda en los ojos, esperando que desaparezca una realidad, que sin embargo termina por alcanzarnos, por la contundencia de su existencia y guste o no a los Partidos tradicionales, quizá demasiado acostumbrados a protagonizar periódicamente una alternancia en el poder, las nuevas Formaciones han llagado para quedarse y de manera permanente.
Culpar de los propios errores, de los fracasos sobrevenidos a raíz de ellos a los demás y tratar de esconderse en una inexpugnable burbuja de cerrazón, no puede traer otra cosa, que debilitamiento.

Antes de que sea demasiado tarde para actuar, sería recomendable para los socialistas, dedicar un tiempo a la reflexión y a la autocrítica, entender que no ha funcionado en absoluto la estrategia de culpar a Podemos del fracaso de las pasadas negociaciones y quizá, aprender a saber perder, sobre todo cuando las cosas no tienen ya remedio, porque los electores empiezan a no tener claro cuál es la posición de este PSOE, al que hasta hace bien poco, todos consideraban de izquierdas.

martes, 10 de mayo de 2016

La foto del día


La imagen de Pablo Iglesias y Alberto Garzón fundidos en un abrazo, como confirmación del acuerdo firmado por sus respectivos Partidos, en el incomparable marco de la Puerta del Sol, que inevitablemente nos devuelve al recuerdo del 15M, se convirtió ayer por la tarde en la noticia más importante de cuantas hemos conocido en los últimos días, pues nunca ha sido fácil que la izquierda se ponga de acuerdo en este País, pensando exclusivamente en el bien de las mayorías.
Pero tras el fracaso de las conversaciones con el PSOE, emprendidas a raíz del pasado 20 de Diciembre, no quedaba otro remedio que intentar otras coaliciones, para tener alguna posibilidad de apear al PP del poder que ha venido ejerciendo tiránicamente durante los últimos cuatro años y era una cuestión de compromiso, admitir que resulta mejor concurrir unidos a las próximas elecciones, que hacerlo por separado, desperdiciando una buena cantidad de votos que con la Ley Dhont corresponderían indefectiblemente, a los Partidos más votados.
No tenía ya razón de ser que dos Partidos de parecida ideología, que han destacado por la fuerte oposición ejercida contra las medidas aprobadas por los populares, durante sus años de Gobierno y por entender como necesaria la participación ciudadana en las decisiones políticas, continuaran comportándose como contendientes en un Parlamento que, afortunadamente, en nada se parece ya a los que se constituyeron con anterioridad y que cuenta ahora con un buen número de diputados provenientes de nuevas Formaciones, que no comulgan con la pasada hegemonía del bipartidismo.
Tuvo Pedro Sánchez la oportunidad de presidir un Gobierno de progreso, pero prefirió o le hicieron elegir, como única alternativa, una coalición con Ciudadanos, negando la incontestable verdad de que únicamente un pacto por la izquierda podría hacer cambiar la clase de política que actualmente padecemos y que de otro modo, volvería a instalarse entre nosotros, para los próximos cuatro años.
La jugada de intentar la abstención de Podemos, una vez cerrada la coalición con el Partido de Rivera, fracasó y los barones socialistas habrán ahora de atenerse a las consecuencias que podría traer para su Partido un más que probable sorpasso, quedando seguramente relegado a una tercera posición en el arco Parlamentario, que le colocaría en el peor lugar ocupado nunca en el Hemiciclo, desde la misma llegada de la Democracia.
Pero en política, no siempre se gana y es de ley reconocer los errores e intentar corregirlos, sobre todo cando se aspira a procurar el bien de los ciudadanos y no a ocupar posiciones de poder, dentro de la Formación a la que uno pertenece o incluso aspirar a la Presidencia de la Nación, en un futuro más lejano, como sería el caso de la propia Susana Díaz.
El acuerdo entre Podemos e IU, deja pues al PSOE, en una incómoda posición entre la derecha y la izquierda y sólo de las decisiones que tome a partir de ahora, dependerá que se le identifique con una u otra corriente. Porque está claro que nadie va a negar la pertenencia a la izquierda de la flamante coalición, ni que el PP y Ciudadanos pertenecen, como todos sabemos a la derecha.
Así que los socialistas, de repente, han quedado momentáneamente anclados a una especie de limbo ideológico aún por definir, que ira tiñéndose de rojo o azul, según las posturas que vayan adoptando, cuando se forme un Nuevo Parlamento y aquel Partido que Pablo Iglesias fundara en 1879, podría terminar siendo considerado como una especie de balsa flotante entre los extremos políticos naturales, sin conseguir una definición que aclare al electorado a dónde, realmente, pertenece.
 Buscando un poco de cordura en esta inquietante realidad, Podemos intenta una última oferta, en la que propone a los socialistas ir en listas conjuntas para el Senado y, naturalmente, espera respuesta.
Sánchez y los suyos, habrán de meditar escrupulosamente qué contestar. Decir que no, bien podría ser interpretado como una rendición absoluta a los pies del bloque contrario y significaría, pese a quién pese, que el PSOE se encuentra decidido a abandonar del todo, la izquierda.




lunes, 9 de mayo de 2016

La traca final


Por si fuera poco lo que hemos sabido hasta ahora sobre el PP valenciano y cuando todavía resuenan los ecos de las últimas imputaciones de un buen número de sus miembros, la Cadena Ser ofrece hoy la noticia de que uno de los imputados del caso Taula afirma que durante la etapa de Camps, cientos de proyectos fueron financiados irregularmente, por valor de más de treinta millones de euros y que esta trama podría haber doblado el volumen que se le ha supuesto a la Gurtel, aupándose así a uno de los primeros puestos del ranking de los casos de corrupción relacionados con el Partido que preside Mariano Rajoy, hasta el momento.
La información no puede ser más oportuna, estando a las puertas de una campaña electoral y supone un nuevo varapalo para el Partido conservador, pues ya casi no quedan argumentos con que justificar la podredumbre que corroía el funcionamiento de las instituciones bajo su mando en la Comunidad Valenciana, ni tampoco gente con la que suplir esta desbandada general de cargos imputados en gravísimos asuntos de corrupción, fundamentalmente por cuestiones de tiempo.
Este nuevo escándalo, que puede convertirse en la traca final de cuántas corruptelas han sido investigadas y de cuyos resultados estamos pendientes, por encontrarse casi todas ellas en fase judicial, podría constituir, sin duda alguna, el declive absoluto de la hegemonía del PP  en esta parte del territorio español, dejando atrás más de veinte años de reinado en los que a juzgar por lo que vamos conociendo, se cometieron impunemente toda clase de tropelías, bajo el amparo de las  mayorías absolutas que los ciudadanos otorgaron a la Formación conservadora, varias veces consecutivas.
Los entramados, que se convertirán sin duda en tema recurrente en los Debates entre Candidatos a la Presidencia que se celebren los próximos días, van a colocar a Rajoy en una difícil posición, si se tiene en cuenta  su poca inclinación a ofrecer explicaciones sobre asuntos oscuros y le van a dejar, si es que finalmente se aviene a acudir a ellos, en plena soledad ante las acusaciones y preguntas de sus adversarios y lo que es peor aún, ante la mirada indiscreta de millones de espectadores.
El que fuera durante tantos años uno de sus feudos, puede transformarse ahora en una de sus principales preocupaciones, pues no parece probable que esté dispuesto a admitir que existió una financiación ilegal y menos aún, que dichas componendas enriquecieron grandemente a algunos de sus más prominentes socios políticos.
Quizá por eso ha declarado que quiere que los Debates se produzcan en terreno neutral, aunque inmediatamente, su exigencia sugiere la intención de que sean organizados por la Televisión Española y no por alguna de las Cadenas privadas, a las que considera claramente posicionadas en su contra, simplemente por haber ofrecido a sus espectadores las noticias tal como son y no maquilladas por una capa de triunfalismo, como ocurre en el caso de la Pública, que se ha convertido en la última legislatura en mera correa de transmisión de los populares.
A los votantes de la derecha, que deben levantarse cada mañana de la cama temiendo lo peor, apenas les quedan ya motivos para continuar eligiendo al PP, si no quieren convertirse en cómplices de estos escándalos protagonizados por sus dirigentes, porque aunque quisieran disculpar, creyendo en el argumento de las acciones individuales, el montante de lo escatimado a las arcas de todos los españoles, supera todas las previsiones que pudieran haberse imaginado, más que con creces.
Esta traca final, necesariamente ha de pasar factura a la supuesta necedad de unos dirigentes, que han permanecido, según propias palabras, en la más absoluta inopia de lo que sucedía delante de sus ojos en Valencia y Madrid, bien porque estas explicaciones resultan  en sí mismas  increíbles o bien porque su incompetencia a la hora de gobernar ha resultado ser de tal calibre, que parece inaceptable que repitan mandato, si no queremos que se produzca una catástrofe.
Mucho habrán de pensar en estos días, esos incondicionales de los populares. La triste historia que viene acompañando a su amado Partido en los últimos años, no puede ser más horripilante y patética.
Quizá ya va siendo hora de que piensen en otras opciones.







domingo, 8 de mayo de 2016

Las malas intenciones


Ahora que hasta los barómetros del CIS dan por seguro que una alianza entre IU y Podemos conseguiría colocarse como segunda Fuerza política, muy cerca del Partido Popular, irrumpe una nueva campaña de desprestigio que trata de vincular a Pablo Iglesias con el cobro de una suculenta cantidad de dinero, procedente del Gobierno de Venezuela y a través de un banco situado en un paraíso fiscal, que se refleja en un documento en el que no aparece la firma del político, aunque sí su nombre y sus dos apellidos.
 El líder aludido, que se ha apresurado a declarar que interpondrá una denuncia contra Eduardo Inda, el periodista que ha publicado la noticia a través de OK diario y que se ha paseado por todos los platós de televisión, exhibiendo dicho documento, ya había protagonizado varios enfrentamientos en relación con este mismo tema, que parece haberse convertido en recurrente para la prensa afín a la derecha, cada vez que se acercan nuevas elecciones.
Con anterioridad, Podemos ha ganado cuatro querellas por acusaciones similares a las que aquí se tratan y hasta el momento, nadie ha podido demostrar esa estrecha vinculación que se le atribuye con el Gobierno de Maduro, aunque está claro que no van a cejar en el intento.
Y sin embargo, en este país, se observa cierta permisividad legal cuando aparecen en los medios informaciones como está, llegando incluso a comparar el acoso que sufre ininterrumpidamente Podemos, con el que supuestamente está padeciendo el PP, en relación a la multitud de casos de corrupción en que se están viendo envueltos muchos de sus cargos, en los últimos tiempos.
Como comprenderán, la comparación no sólo resulta odiosa, sino que además, comete el error de apoyarse en una falacia fácilmente rebatible, pues mientras los líderes y cargos de Podemos no han sido, en ningún momento, imputados por la justicia, la lista de los conservadores acusados de delitos fiscales parece interminable y continúa creciendo.
Demasiada paciencia está teniendo la gente de Podemos, que soporta estoicamente el aluvión de críticas que contra su Partido se vierte, sin haber llegado jamás a perder de forma evidente, los nervios y habiendo, como asumido que su sino será el de tener que convivir con estas informaciones maliciosas y con los periodistas que las lanzan, convencidos de que algún perjuicio harán, si consiguen hacer dudar a los electores, de la limpieza de este juego.
No obstante, echamos en falta que la ley no contemple un castigo para estos casos de difamación, ni para los que urdieron, solos o en compañía de otros, los contenidos publicados, pues atentar contra el honor de los demás no debiera quedar impune en ningún caso, para evitar situaciones similares en un futuro y las evidentes complicaciones en el ámbito político, que acarrean tales sucesos.
Ahora que se nos vine encima una nueva campaña electoral y todos los grupos políticos empiezan ya a poner toda la carne en el asador para intentar conseguir su propósito de alcanzar el poder, después del 26 de Junio, los ciudadanos agradeceríamos que se esforzaran en evitar posibles confrontaciones de este tipo entre los unos y los otros y también que los medios no dieran cobertura a determinados periodistas, que a pesar de tener absoluta libertad de expresión, no saben o no quieren atenerse a publicar estrictamente la verdad, inventando en su lugar truculentas informaciones que finalmente no pueden demostrar y que por tanto, dañan sensiblemente la imagen de la profesión a la que representan.
Bien está, ya lo hemos dicho muchas veces, que la prensa vuelva a ocupar el lugar que le corresponde y que el periodismo de investigación avance en el descubrimiento y publicación de corruptelas…pero cuando son ciertas.
Inventar, difamar o difundir informaciones, con la mala intención de hacer caer a una determinada opción política, porque no se comulga con ella o simplemente, porque se defienden tácitamente los intereses de otra contraria, no pude ni debe ser admitido por los ciudadanos, más que como una especie de libelo que bien pudiera emplearse para construir un guión, pero nunca para transmitir una realidad, cuyo transcurso afecta a la vida de la sociedad en pleno, de manera directa.


jueves, 5 de mayo de 2016

En busca de la unidad


Votan las bases de Izquierda Unida, a favor del pacto con Podemos y lo hacen mayoritariamente convencidas de que será el único modo de avanzar hacia el Gobierno de cambio que quiere nuestra Sociedad y que se encarga de desbaratar la maldita Ley electoral por la que nos regimos, cuando los Partidos se presentan por separado.
Ya hemos visto que no se puede contar con el PSOE cuando aventaja en votos a  otras Formaciones y vendría bien adelantarlo, para demostrar que cuando los brazos están abiertos, lo están, en las duras y en las maduras.
Beneficia también a la alianza las encarnizadas guerras internas que mantienen los socialistas entre ellos, perfectamente alineados en dos corrientes particularmente distintas y que generan una crisis de liderazgo que no pasa desapercibida para una ciudadanía, mucho más inteligente de lo que desgraciadamente se le presume y harta de soportar que los políticos acostumbren a pensar  mucho más en sus intereses personales, que en el bienestar de las mayorías.
Ciudadanos, PP y también el PSOE, se han apresurado sin embargo a criticar el posible pacto, por razones bien evidentes, que no hacen sino retratar claramente una postura de terror a ser superados en votos, de manera incontestable, por unos recién llegados a los que se han afanado en desprestigiar, prácticamente desde que aparecieron y que están jugando sus cartas con mano maestra, mientras ellos se van desgastando, los unos acorralados por los casos de corrupción, los otros por sus luchas internas y los terceros, por esa terquedad en apoyar al Gobierno de Rajoy, al que los ciudadanos consideran culpable de todas sus desdichas.
La alianza, que de lograrse constituiría un hito en la Historia de este País, poniendo fin a la maldición de la Izquierda y que si se repitieran los resultados del 20 de Diciembre, podría aproximarse peligrosamente a los votos conseguidos por el PP, terminaría con el bloqueo político que ha paralizado a un Parlamento fuertemente dividido e incapaz de alcanzar acuerdos que permitan la gobernabilidad, posibilitando una salida digna a esta ruptura de un bipartidismo, reacio a perder toda una suerte de apetitosos privilegios.
A los detractores que como Gaspar Llamazares o Errejón, se pronunciaban en contra del pacto, habría que decirles que los Partidos que se deben a la opinión de sus bases, no pueden hacer otra cosa que llevar a cabo el mandato de las mayorías y que no cabe otro temor que poder fracasar en las urnas, cosa que a día de hoy, parece bastante improbable, dada la decisión que parecen manifestar los ciudadanos en mantener la elección que ya hicieron, hace sólo unos meses.
Por primera vez, los que hasta ahora han sido considerados como los dos grandes Partidos del País, son conscientes de que es posible que su alternancia en el poder haya terminado para siempre y que otras vías han logrado atraer la atención del electorado, seguramente para asentarse en un  panorama político español, en el que escaseaba la ilusión por comprometerse con nuevos proyectos, hasta que estos jóvenes nos enseñaron que todo era posible.
De nada habrá servido el esfuerzo denodado de los medios afines a los poderosos por denostar a estas Formaciones durante tanto tiempo, ni el manido discurso amenazador que preludia apocalípticas condiciones de vida, en el caso de que llegara al poder, esta posible alianza de progreso.

A veces, hay que romper con lo establecido para poder, simplemente, avanzar y como todos ya sabemos, jamás se ha conseguido nada sin arriesgar, para  que las utopías se hicieran realidades tangibles. 

miércoles, 4 de mayo de 2016

Ignorancia supina


Como suele ser su costumbre, el Partido Popular evita dar explicaciones sobre el escándalo de la mujer de Arias Cañete y cierra filas en torno a la teoría de que no se deberían revelar datos fiscales de ningún ciudadano, tratando de salvaguardar una privacidad que en este caso estaría directamente relacionada con lo público, al ser el afectado Ministro de Agricultura, en el momento en que se produjeron los hechos.
Se han puesto muy de moda estos matrimonios que sin ser modernos, por razones obvias de edad, dicen no mantener ningún tipo de conversación sobre las actividades profesionales a que se dedican los cónyuges y que por tanto, permanecen en una cómoda inopia, evitando con ello, los problemas relacionados con el ámbito laboral de su pareja, aún conviviendo bajo el mismo techo.
Este desconocimiento absoluto de cómo se desenvuelve cada uno en su profesión y la supina ignorancia de cómo marchan las finanzas del otro, aunque este tema sea por tradición, uno de los más importantes a tratar en cada familia, suponen sin embargo, una excusa recurrente cuando las cosas se ponen mal, cosa que como estamos viendo últimamente, suele suceder con demasiada frecuencia entre gente de rancio abolengo.
La ingenuidad y el poco interés reconocido por estos  consortes ha dado lugar a situaciones auténticamente rocambolescas, como cuando Ana Mato declaró que nunca había visto un Jaguar que había regalado una trama de corrupción a su marido, aún estando aparcado en su propio garaje, o cuando la Infanta reconoció que nunca se interesó por saber de dónde había salido el dinero para pagar el Palacete en el que vivía o los viajes de placer de que disfrutaba, junto a los suyos, alrededor de todo el mundo.
Ahora es Cañete el que, a pesar de haber ocupado puestos de relevancia política, se muestra sorprendido al saber que su mujer tenía empresas ubicadas en Panamá, o que se acogió a la Amnistía Fiscal aprobada en un consejo de Ministros en el que estuvo presente, tratando de regularizar, por un cómodo tres por ciento, capitales que hasta entonces gestionaba en el extranjero, lejos de los ojos de Hacienda.
Tampoco el Partido Popular parecía seguir  cerca las actividades de su Ministro, pues declara la Vicepresidenta no conocer los detalles de esta operación, llevada a cabo pocos días después de que se aprobara el Decreto, como si  viniendo de dónde venía, no hubiera tenido que llamar necesariamente la atención, de aquellos que compartían Ejecutivo, con el marido de la afectada.
La verdad es que se debe vivir magníficamente en esta especie de limbo en el que la economía familiar debe ser considerada como una cuestión absolutamente secundaria y en la que los lazos establecidos por el matrimonio deben circunscribirse solamente a temas superficiales y a cuestiones meramente lúdicas, que claro está, deben ayudar enormemente a reforzar las relaciones de pareja, lejos de todas esas discusiones que suelen acarrear los conflictos crematísticos, que a otros menos pudientes nos afectan, desde que nos bajamos de la cama.
Y sin embargo, a pesar de ser infinitamente más pobres, de vivir rodeados de problemas y de no saber muchas veces adonde buscar lo poco o mucho que nos falta para cuadrar las cuentas del mes, habremos de reconocer que al menos en cuestiones de comunicación, aventajamos sensiblemente a estos matrimonios entre ricos, cuyos temas de conversación han de estar necesariamente limitados, si no pueden hablar entre ellos de sus problemas laborales, ni despotricar contra el jefe que les hace la vida imposible, ni sobre los bancos que exigen puntualmente el pago de unos recibos, que ni los dos sueldos juntos pueden pagar, por mucho milagro económico que según ellos, se esté produciendo.
Luego, tendrán la desfachatez de criticar los matrimonios entre parejas del mismo sexo y de ponerse a la cabeza de manifestaciones clericales, reclamando el derecho a la vida en familia, mientras potencian con su permanente desinterés por sus parejas, un modelo a seguir, que no concuerda en nada con la unidad que debiera reinar entre los consortes y menos aún, con la confianza que debiera existir entre ellos, tanto en lo bueno, como en lo malo.


martes, 3 de mayo de 2016

Perdón para los ricos


Si algún día llegan a publicarse los nombres de todos los que se acogieron a la amnistía fiscal de Montoro y que se vendió a los españoles como una forma de recaudar impuestos, eficaz y tangible,  por parte de todo el gobierno del Partido Popular, seguramente podremos confirmar que el proyecto se diseñó con la única intención de favorecer a un puñado de defraudadores de guante blanco, entre los que se encontraban una gran parte de reconocidos simpatizantes de la ideología conservadora, cuyas fortunas, de ignorada procedencia, proporcionaban sendos beneficios en Paraísos fiscales y bancos extranjeros.
Hoy hemos sabido, como corroboración de la teoría anteriormente  expuesta, que la mujer de Arias Cañete  figura entre esos nombres celosamente guardados por el aún Ministro Montoro y que su acogimiento a la medida impulsada por el PP, se produjo precisamente mientras su marido ocupaba la cartera de Agricultura, siendo así posesor de una información privilegiada y de primera mano, que seguramente facilitó la regularización de estos bienes, de forma rápida y secreta.
Y en secreto hubiera continuado tal información, de no haber sido por la aparición de este mismo nombre en los Papeles de Panamá, cosa que ha potenciado que se continuara investigando sobre los movimientos  financieros de la esposa del ex Ministro, para descubrir finalmente la información que hoy aparece en toda la prensa y que constituye un nuevo varapalo para una de las medidas estrella aprobada por el Partido Popular, en el transcurso de la última legislatura.
Cañete, actualmente vinculado a Europa, ya se apresuró a declarar que en su matrimonio hacía tiempo que habían firmado la separación de bienes y que por tanto, su desconocimiento sobre los supuestos negocios de su mujer era total, por lo que no podía ofrecer  ninguna explicación sobre los hechos.
No podrá sin embargo alegar lo mismo sobre el acogimiento a la amnistía fiscal, pues es de suponer que formando parte del Gobierno, las informaciones que se produjeran entonces sobre este tema, le llegarían de primera mano y más aún, si se tiene en cuenta el estrecho vínculo familiar que le une a esta persona, a la que con toda probabilidad conocerían también, todos y cada uno de los miembros de aquel Ejecutivo.
La posición en que esta información deja a Cañete, en las instituciones europeas, no puede ser más incómoda y menos deseable, pues constituye una mancha difícil de lavar  en la pretendida limpieza de que presumen los encargados de dirigir nuestros destinos y no puede por menos, que generar ciertas reacciones inmediatas que podrían terminar, de un plumazo, con la carrera política del Comisario, si por una vez las cosas se hacen bien, como sería deseable, para todos nosotros.
Pero es que además, al gobierno en funciones le corresponde ofrecer una explicación urgente sobre estos hechos, si no quiere dar pie a que toda la oposición se le eche encima por la manera de gestionar un asunto con connotaciones tan particulares y que pudiera ser la punta de un enorme iceberg oculto bajo las aguas del secretismo que rodean a estos amnistiados de traje y corbata, de reconocido renombre y abolengo.
Sin embargo, la posibilidad de que estos datos sean revelados, por voluntad propia del gobierno, es francamente mínima y habrá de ser, como siempre, la prensa, quién indague la verdadera magnitud de este inexplicable perdón para los ricos que potenciaron los populares, en cuanto tuvieron oportunidad para ello.
Curiosamente, cada nuevo escándalo de corrupción, incluye algún nombre relacionado con sus siglas y lo que se ha tratado de tachar como “casos puntuales”, por parte de los representantes del PP, es ya, a día de hoy, una maraña que sigue creciendo de manera imparable, cuyo tamaño sobrepasa cualquier previsión que hubiéramos podido aventurar hace sólo unos años, incluso siendo muy perversos.
La verdad, tozuda como pocas, terminará por imponerse y llegará un momento en que ya será imposible negar una evidencia que no por conocida, resulta ser menos impactante para los honrados ciudadanos que habitamos este país irreconocible.
Haya o no justicia, de un modo u otro, lo pagarán y no se me ocurre mejor manera de conseguirlo a corto plazo, que negándoles el voto, en las próximas elecciones de Junio, porque si no están, no podrán seguir con estas prácticas malsanas que van en perjuicio de todos y que han ayudado grandemente al deterioro de  una Nación, que merece ser gobernada, al menos, por gente decente.