La impresionante locuacidad del ex Presidente Áznar, que en
tantas ocasiones ha intervenido ante los medios, incluso en contra de las medidas
adoptadas por su propio Partido, parece haber quedado sepultada tras conocerse
el asunto de las tarjetas negras de Bankia y también tras las detenciones
practicadas apenas anteayer, en lo que parece ser una trama de corrupción, que
podría equipararse a la Gúrtel.
No es de extrañar, si se tiene en cuenta que los dos cargos
más importantes de Bankia fueron ocupados por Blesa y Rato, a sugerencia suya y
que uno de ellos además, ocupo la cartera de Economía durante sus años de
mandato y durante un largo periodo de tiempo se daba por hecho que sería su
sucesor al frente del PP, cuando se retirara de la política.
En esta tesitura, seguro que el ex Presidente ha considerado
que es mucho mejor callar, que exponerse a incómodas preguntas que podrían
poner en serio peligro el aparente prestigio que a lo largo de los años ha
tratado de ganarse en el Partido Popular y que ahora queda, evidentemente
mancillado, tras conocerse que una gran cantidad de sus antiguos colaboradores, son imputados, por
temas de corrupción, por la justicia.
Y sin embargo, también Áznar debe al pueblo español serias
explicaciones sobre lo que ha venido sucediendo y debiera asumir
responsabilidades, igual que Rajoy, en aquello que como líder de los populares
le competiera, sin que tampoco sirva en su caso alegar desconocimiento de lo
que estaba ocurriendo entre las personas más destacadas de su equipo de
Gobierno, con los que no solo se codeaba en los despachos de Moncloa, sino que
mantenía una estrecha relación de amistad que le permitía estar al tanto de
todo aquello que estaba ocurriendo en sus vidas.
Permanecer al margen de la situación actual, optando por
esconder la cabeza como el avestruz, da la impresión de que apoya tácitamente a
los implicados en el caso de Bankia o bien que existe una sensación de temor
personal a ser salpicado por las declaraciones ante la justicia de los
protagonistas de este caso, lo cual podría llegar a ser probable si alguno de
ellos se aviene a una negociación con el juez, que rebaje en algo la carga de
su culpa.
Pero Áznar entonces, igual que ahora Rajoy, no se encontraba
en su partido en una situación de aislamiento, sino que convivía prácticamente
a diario con la mayoría de los imputados, siendo además desde siempre, conocido
su afán por controlar todos y cada uno de los temas que sucedían en un Partido,
que dirigió con mano férrea de manera absolutamente tiránica y tomando
decisiones unilaterales, sin permitir ninguna injerencia, por parte de los
otros.
¿Cómo pudo pues escapársele que su primer Ministro era
proclive a enriquecerse con métodos oscuros y que su amigo Blesa abusaba
abiertamente de su posición en Bankia, a la que los dos terminaron por
arrastrar a una bancarrota que ha costado a los españoles un rescate
millonario, que se tardará varias generaciones en devolver?
Quizá con su silencio, trata de endosar toda la responsabilidad
al actual Presidente, esperando agazapado que lleguen tiempos mejores de la
mano de otros políticos de su Partido, con los que está más de acuerdo
ideológicamente.
Pero como ya hemos dicho muchas veces, uno no puede escapar
del todo de lo que fue su pasado y todas las acciones que cometimos, acaban por
reclamarnos, más tarde o más temprano, un compromiso que resulta imposible
eludir y que tendremos que afrontar con
toda certeza.
También Ánar se halla inexorablemente ligado a su destino y
al curso que los acontecimientos que se investigan vayan adoptando, a medida que transcurra el tiempo.
Su pertinaz silencio, por tanto, en nada podrá ayudarle, ya
que no depende de él, sino de la voluntad de los otros, que finalmente sea
implicado de alguna manera, en cualquiera de los múltiples asuntos que
conforman esta oscura trama.
Estamos por ello, casi seguros de que esta implicación se
producirá, pues a nadie gusta cargar en solitario con determinadas
culpabilidades y resulta más fácil intentar compartir la naturaleza del delito
con otros y si esos otros, por su nombre, pueden reclamar toda la atención de
los medios, mejor.
La tremenda crisis que azota al Partido Popular actualmente,
terminará por convencer a los ciudadanos de no volver a votar nunca más a una
formación de semejantes características, hablen o no, aquellos que ahora y en
el pasado han ocupado los cargos de mayor importancia en la dirección del Partido y que además, han estado
al frente del Gobierno de la Nación, como Presidentes de Gobierno.