miércoles, 31 de julio de 2013

La hora de la verdad


Se instala el viento de Levante en el sur, elevando las temperaturas casi tanto como las de la vida política y amanece en el País tras una noche de húmeda vigilia, en la que todos hemos tenido tiempo para pensar en lo que puede suceder este día.
Llega la hora de la verdad, en una fecha en que muchos españoles andarán por las carreteras, en el inicio de unas vacaciones que bien pudieran ser forzosas para Rajoy, si entre unos y otros fuerzan su dimisión, a causa de este caso de Bárcenas, que está consiguiendo anular totalmente cualquier resquicio de credibilidad que pudiera quedarle, acercándole peligrosamente a la trama de corrupción presuntamente organizada por los habitantes de Génova y que hoy se discute, por fin, en el seno del Parlamento.
La radio será, con toda probabilidad, el medio más utilizado en un día como el de hoy, para que los españoles puedan seguir las intervenciones de los diputados en el Congreso y para que después de una incomprensible espera, este escurridizo Presidente que nos gobierna se digne  contestar a las graves acusaciones que pesan contra él y su Partido, sin posibilidad de escapar al acoso que de seguro ejercerá la oposición, ávida de conocer con toda su crudeza, los hechos y dispuesta a pedir su marcha, al considerar que el escándalo hace imposible su continuidad en el poder.
Si nada cambia en el transcurso de esta calurosa mañana, la estrategia ensayada por Rajoy podría seguir en la misma línea empleada hasta ahora, es decir, negando cualquier implicación en este enrevesado asunto y abominando de un innombrado Bárcenas, al que ha estado animando a través de mensajes de móvil, prácticamente hasta el mismo momento de su entrada en prisión, pero del que ahora se desliga, procurando evadirse de cualquier responsabilidad, a pesar de aparecer en sus papeles, como uno de los perceptores de sobresueldos. 
La espadas están en alto y está claro que los grupos parlamentarios no dejarán pasar la ocasión de aprovechar sus intervenciones para propiciar la caída del padre de las medidas más nefastas aplicadas hasta ahora en este País, estando como están, hartos de no poder anular ninguna de ellas, a causa de la mayoría absoluta con que cuenta el PP y que hace imposible su derrota en las votaciones del Parlamento, al menos, hasta dentro de un par de años.
Con el apoyo de la indignación que se registra en la calle, es de prever que sus señorías se dejen la vida en la defensa de los múltiples argumentos que Relacionan a Rajoy con el caso Bárcenas y en tratar de arrancarle algo parecido a una confesión, que confirme que conocía lo que estaba ocurriendo en un despacho pegado al suyo, en el que se movían enormes cantidades de dinero destinado a fines igual de oscuros que la procedencia del mismo.
No bastará la intención de sopesar la palabra del Presidente  con la del delincuente ex tesorero, ni las explicaciones que dé, podrán ser superficiales y sin contenido, porque el fragor de esta batalla está alcanzando límites que la convierten en una de las más encarnizadas que se han librado hasta hoy en el Parlamento  y la gravedad de los hechos no da lugar a conformismo, ni a la inocencia que haría falta para creer en la palabra de quien con su actitud, ha intentado por todos los medios, evitar la comparecencia.
Tampoco los medios se andarán con remilgos. El interés rabioso de la actualidad, calienta las rotativas y la prensa espera ansiosamente rentabilizar la demanda de información de los ciudadanos, resarciéndose de las pérdidas que también a este sector, ha traído la política de este Presidente.

Cuando muchos españoles lleguen hoy a su destino vacacional, la suerte estará echada y por el bien de todos, esperamos al menos, estar más cerca de la verdad y que todo se resuelva como mejor convenga a este pueblo, demasiado cansado de confiar en  el milagro que mejore su vida.

martes, 30 de julio de 2013

Vísperas


Avanzando con pies de plomo en el caso Bárcenas, el Juez Ruz cita a declarar a Cospedal, Arenas y Cascos, en pleno mes vacacional, intentando poner luz en la enrevesada trama corrupción que le ha caído en suerte y en función de la importancia que han tenido respectivamente, como Secretarios Generales de su Partido.
 No se sabe aún si finalmente decidirá ordenar un careo entre el ex tesorero y alguno de estos tres personajes, o si las declaraciones que hará cada cual en Agosto serán suficientes para ir enlazando con cierta consistencia los hechos, que ya sugieren de manera bastante clara que pudo existir una presunta financiación ilegal del PP, procedente de unos fondos obtenidos por métodos dudosos, que han sido calificados de cara a la opinión pública como “donativos”, pero cuyos donantes han sido beneficiados tras la entrega de estas cantidades, con obras y servicios de carácter público, que han propiciado un enriquecimiento de sus empresas.
Todo sería mucho más fácil para el Juez, si alguno de estos empresarios admitiera haber sido sometido a extorsión, poniendo encima de la mesa la existencia fehaciente de estos métodos y jugándose la posibilidad de no ser admitido jamás, a partir de ahora, en ningún concurso de obra pública, pero ayudando a erradicar para siempre esta práctica inmoral, que más parece propia de una organización mafiosa, que del gobierno de un País que a priori, se considera democrático y decente.
Dependerán y mucho las declaraciones, de lo que la oposición consiga sacar en claro de la comparecencia de un Rajoy, que llega al Congreso herido de muerte por las acusaciones que sobre él mismo pesan y que tratará por todos los medios a su alcance de demostrar una dudosa inocencia, probablemente acosado hasta la saciedad, por las preguntas de sus interlocutores.
El álgido momento que atraviesa el PP y el acoso mediático a que está siendo sometido por parte de la prensa, ha de tener necesariamente, una influencia negativa en el ánimo del Presidente y será sin duda, un factor a tener en cuenta cuando se coloque debajo del atril, sin poder contar siquiera con el apoyo de sus imprescindibles notas, al no saber cuál será el contenido de las preguntas que formulará cada grupo parlamentario, por boca de sus más conocidos representantes.
Ante esta negra perspectiva, cabe esperar que la situación no pueda ser todo lo bien controlada que se quisiera y que los argumentos que con toda seguridad traerá preparados Rajoy, no basten para convencer a sus señorías de su desconocimiento de los hechos, habiendo como hay, mensajes de SMS intercambiados con Bárcenas después de su imputación, en los que le muestra su apoyo incondicional y le recomienda silencio.
Haría falta tener nervios de acero y una templanza de la que Rajoy en estos momentos carece, para no caer involuntariamente en algún renuncio a lo largo de la sesión de comparecencia y como los hombres acaban siendo casi siempre, esclavos de sus propias palabras, si se produce algún error, por mínimo que sea, que nadie tenga duda de que será aprovechado hasta las últimas consecuencias, no solo por los diputados, sino también por la Justicia.
Nos falta conocer cuál será la Portada de El Mundo mañana y si consistirá en una nueva información de envergadura que mine aún más el prestigio de Rajoy, mermando las pocas esperanzas que le quedan de seguir en el puesto.
Con esta expectación escribo hoy y sólo pido que los días próximos echen una mano a este pueblo en su deseo de conocer la verdad y que sea esa verdad, la que se encargue de dar a cada uno el lugar que merece.


lunes, 29 de julio de 2013

Volviendo a la anormalidad


Mientras España canaliza el duelo y trata de retomar una normalidad seriamente dañada por la actualidad, el diario El Mundo vuelve sobre las declaraciones de Bárcenas, publicando que su relación personal con Rajoy se mantuvo prácticamente hasta su ingreso en prisión, llegando el Presidente a utilizar su influencia para que la mujer del ex tesorero pudiera entrar en la audiencia por la puerta de atrás, sin tener que exponerse a las miradas de curiosos y periodistas.
A la espera de la comparecencia en el Parlamento, para la que apenas faltan unos días, el líder del PP ha de estar necesariamente sometido a gran tensión, augurándose como se augura, que las declaraciones aparecidas hoy en el periódico que se ha convertido en su mayor enemigo no sean las últimas y que estemos a punto de conocer la guinda final del pastel que conseguiría forzar la dimisión del Presidente, independientemente  de la defensa de sí mismo que pudiera hacer ante el Congreso y de si fuera o no capaz de responder a todas las preguntas que hará la oposición y que prometen ser, cuando menos, incisivas e impías.
Todo hace suponer que Bárcenas habrá almacenado mucho más material que el que se ha mostrado hasta ahora y no sería de extrañar que en cualquier momento sacara de su manga mágica vídeos o grabaciones telefónicas de carácter inculpatorio, que estrecharan el cerco que se cierne en torno a sus más ilustres ex compañeros de Partido, a los que no quedaría entonces más remedio, que rendirse ante la evidencia.
La orquestación de la campaña de desprestigio, que está siendo impecable, sean cuales fueren los fines que persiga, no parece estar completa y sería un fiasco garrafal que todo se detuviera ahora, sin más contundencia en las pruebas, brindando a los supuestos implicados en esta trama de extorsión, la oportunidad de escapar con impunidad a las consecuencias de sus supuestos delitos.
Los ciudadanos aguardamos con enorme expectación la próxima secuencia de la película, bregando con la náusea que produce que sean posibles esta serie de escándalos en un País tan gravemente afectado por la crisis y con la esperanza de poder terminar con la pesadilla que sufrimos, mucho antes de que acabe esta nefasta legislatura y, a ser posible, perdiendo de vista al Partido que ganó una mayoría absoluta de aciagas consecuencias, que está acabando con la poca armonía que aún nos quedaba y colocándonos a todos, más tarde o más temprano, ante las oficinas del INEM y teniendo que afrontar carencias  que sólo tendrían solución si se potenciara la creación de buen empleo.
Llegados a este punto, el ansia por saber qué pasó tras las paredes de Génova hasta las últimas consecuencias y caiga quien caiga, se ha convertido en una prioridad perentoria, teniendo en cuenta que los protagonistas de esta historia son exactamente los mismos que nos han exigido más y más sacrificios mientras aplicaban unas terribles políticas de recortes, que han ido lesionando nuestros derechos hasta hacerlos prácticamente imperceptibles y convirtiendo nuestra vida diaria en un infierno del que para muchos, será imposible salir.
Si al mismo tiempo que a los ciudadanos nos sucedían estas cosas, un rio de dinero llenaba los bolsillos de los encargados de hacer efectivas estas medidas, la inmoralidad y la falta de ética de los que consentían este escándalo, no puede ser más manifiesta y sería de justicia que pagaran por sus desmanes, al menos con la misma crueldad con que se ha venido aplicando la ley en los casos de desahucios, a cara descubierta, en presencia de quien quiera mirar y sin  escatimar en medios que filmen el momento de su detención o su ingreso en prisión, si resultara cierta su culpabilidad en estos hechos.
Esperemos que a Ruz no le tiemble la mano  en tirar de cuantas mantas sean necesarias, ni en imputar a todos aquellos que lo merezcan, porque de este juicio depende, en gran parte, que hechos como los que relata el ex tesorero no vuelvan a repetirse y que la clase de pseudo políticos que ahora se mueven impunemente por las Instituciones, no vuelvan a hacer de la profesión, un modo fácil de enriquecimiento.

La contención del pueblo no será eterna y el papel de la justicia, en la que todos queremos confiar, no es otro que poner en claro, a la mayor brevedad posible, qué pasó, quiénes lo hicieron y procurar con ahínco que paguen por ello.

domingo, 28 de julio de 2013

Funcionarios ejemplares


En las grandes tragedias, como la ocurrida hace unos días en Santiago de Compostela, es cuando quedan al desnudo las deficiencias de que adolecen los Países y las carencias que arrastran a veces, salen a la luz sin que puedan seguir ocultándose.
Es entonces, cuando se necesita coordinar toda la maquinaria del Estado, para paliar en lo posible la gravedad de los grandes sucesos, cuando se comprueba la capacidad de respuesta de los profesionales y su preparación para afrontar contingencias que no son en ningún modo habituales, pero que necesitan de un rendimiento superlativo, en horas, en atención y en esfuerzo.
Mucho se ha criticado a los funcionarios españoles, llegando a poner a la opinión pública en su contra, tachándoles de vagos y haciendo pensar que disfrutaban de una situación de privilegio en cuestión de horarios y sueldos y mucho se ha tratado, en concreto, de manchar a la sanidad pública y a otros servicios comunales, procurando hacernos creer que su gestión estaría mejor en manos privadas e incluso despidiendo masivamente a miles de interinos, que hoy engrosan la lista del paro, junto a otros cuantos millones de españoles.
Pero ha bastado que una desgracia como este espantoso accidente de tren ocurriera, para demostrar que todas las teorías que han estado ensuciando el prestigio profesional de los funcionarios, cayeran por su peso y para que la verdad sobre su trabajo, incluso en situaciones desbordantes, saliera a la luz pública, echando por tierra cualquier especulación de cualquier índole que se hubiera perpetrado contra ellos.
Porque el comportamiento de sanitarios, bomberos y policías de Santiago, ya desde los primeros minutos de producirse el suceso, ha sepultado con su ejemplaridad toda la labor de desprestigio que contra ellos se ha estado fraguando y ha venido a concluir que los servicios públicos funcionan en España mucho más allá de la normalidad que de ellos se esperaría, sumando a la mera labor profesional de sus trabajadores, solidaridad, buen hacer y una dedicación exhaustiva en el cumplimiento de sus funciones, más allá de lo que la mera obligación impondría y sin escatimar en tiempo ni en esfuerzo.
¿Habría respondido, por ejemplo, una sanidad privada, con el mismo ahínco que lo ha hecho ésta que todavía es de todos y a todos atiende de manera igualitaria y altruista?
Seguramente no y aunque el código deontológico de los médicos obliga, en teoría, a socorrer a quienes lo necesiten en un primer momento, ninguna Compañía privada dejaría pasar, como se ha demostrado en otros lugares, la oportunidad de cobrar después todos y cada uno de los servicios prestados a los damnificados en este suceso.
Tampoco los bomberos habrían acudido por amor al arte al lugar de la tragedia, ni los policías se hubieran esforzado de igual modo, si no pertenecieran al aparato del Estado y su labor dependiera de una empresa que vive de lo que ellos producen.
Así que todas las vejaciones que se han venido infiriendo a estos funcionarios nuestros, como la reducción drástica de sus sueldos, o el impago de sus pagas extraordinarias, no son en modo alguno justificables, ni debieran haberse producido, ni son, como se ha hecho creer, merecidas por haber incurrido en pecado de dejación de sus funciones
Ahora que a los políticos del PP se les llena la boca, atribuyéndose el buen funcionamiento de las Instituciones en la manera de afrontar la tragedia, no estaría de más recordarles que dichos Organismos están compuestos por los mismos hombres y mujeres de los que abominaron cuando decidieron hacerles blanco de sus recortes y que a pesar de eso, sin ellos, no habría sido posible una respuesta ni tan rápida, ni tan eficiente, en la gestión de esta tragedia.
Puede que haya llegado el momento de replantearse, en profundidad, la intención privatizadora que ha estado propiciando este Gobierno y de cuidar con mimo el tesoro impagable que representa la actitud de estos funcionarios españoles, a los que no habrá modo de agradecer, ni en toda una vida, su entrega, su profesionalidad y el buen gusto de no hacer alarde de cuánto han hecho aquí y ahora, por las víctimas, sus familias y por cada uno de nosotros.


jueves, 25 de julio de 2013

Tragedia


Con el recuerdo de los atentados de Madrid grabado a fuego en la retina, el accidente ferroviario ocurrido ayer en Santiago de Compostela, que ya se ha cobrado setenta y nueve muertos y más de ciento treinta heridos, sacude la sensibilidad de los españoles y cae como un mazazo quitando importancia a cualquier otra noticia y trayendo el luto al corazón, a punto de comenzar las vacaciones.
Una curva peligrosa y un aparente exceso de velocidad parecen, a primera vista, haber sido las causas del suceso, aunque algunos testigos presenciales hablaban ayer de un ruido ensordecedor, justo antes de producirse el descarrilamiento.
Este tipo de cosas, que prueban fehacientemente la fugacidad de  la vida, nos hacen recapacitar sobre la manera que tenemos de priorizar los problemas y nos llevan inexorablemente, al razonamiento de que todo carece del peso suficiente para crisparnos y que lo verdaderamente fundamental para todos es conservar intactas la salud y la suerte de seguir existiendo.
Para los familiares de los fallecidos ya nada importarán las explicaciones que Rajoy ofrezca el día 1 ante el Congreso, ni si finalmente se decide a abandonar su cargo agobiado por las acusaciones que pesan sobre él y su partido. Lo que han perdido en esta tragedia es absolutamente irremplazable y la política, al fin y al cabo, queda reducida a una simple anécdota de aves de paso que van y vienen, rigiendo nuestros destinos durante cierto tiempo, pero sin poder cambiar ni una sola coma de lo que el futuro nos ofrecerá o no, según las reglas del azar y sin lógica aparente.
Hay una identificación profunda de todos y cada uno de nosotros en esta clase de sucesos, puesto que quienes viajaban en el tren era gente del pueblo, sin privilegios ni prebendas, que se desplazaban en un transporte relativamente barato, sin que sus nombres tuvieran ninguna posibilidad de ser relevantes o de aparecer en la prensa, de no ser por un motivo luctuoso, como éste.
Ya nos pasó en Madrid, en 2004 y la semejanza de la tragedia, nos evoca un escalofrío difícil de encauzar y un regusto amargo de que estas cosas no puedan evitarse con el perfeccionamiento de las técnicas o con un esfuerzo mayor de los que construyen y señalan los caminos, para garantizar la seguridad de quien se decide por utilizar los transportes públicos.
Se irán depurando responsabilidades y es de esperar, que  todo pueda clarificarse, a medida que pase el tiempo, pero nuestra sensación de ahora es, simplemente, la de haber sufrido una terrible pérdida de la que nos costará recuperarnos y que viene a sumarse a  las graves preocupaciones que ya teníamos y que han ido minando nuestro ánimo, hasta dejarnos exhaustos para el duelo.




   

miércoles, 24 de julio de 2013

Total indiferencia


Se marcha el Presidente andaluz, antes de que el asunto de los ERES acabe por salpicarle de lleno, dejando en su puesto a una joven promesa del PSOE, elegida en unas extrañas primarias celebradas con excesiva premura, que no ha dado tiempo al resto de los candidatos para reunir los avales que se necesitan para que se dé la competencia.
Lo hace, aparentemente, de forma voluntaria, pero con el aliento de la Juez Alaya soplándole en la nuca, dispuesta como está a llegar al fondo de esta trama de corrupción inaceptable, que utilizó los fondos destinados a los parados, para prejubilar a adeptos socialista, que nunca habían trabajado en las empresas y para enriquecer a ciertos cargos de nivel medio en el Partido, pero con el presunto conocimiento de quienes lo dirigen, en esta Comunidad.
Este escándalo de incalculables dimensiones, que bien podría acabar con la hegemonía que los socialistas han venido gozando en Andalucía desde la llegada de la Democracia, es el segundo frente en importancia que libra la Justicia española y después de la Gurtel, se ha convertido en la mayor preocupación para la clase política, tan desvirtuada últimamente, a causa de las corruptelas.
También es el tema de batalla que más gusta a los populares, que han encontrado en él una forma de desviar la atención de los ciudadanos de las paredes de la calle Génova y de “justificar”, llegado el caso, su financiación ilegal, amparándose en la premisa de que esta forma de obtener fondos no es exclusiva de sus siglas, sino que parece haberse convertido en costumbre para todas las formaciones políticas.
Sin embargo, la podredumbre que los ciudadanos nos vemos obligados a soportar a nuestro alrededor, mientras se derrumba el estado de bienestar del que gozábamos, impregna la cotidianidad forzándonos al convencimiento de que cuando se entremezclan política y dinero, no existe la limpieza y está terminando de raíz, con cualquier convicción ideológica que pudiéramos tener, instalando en nuestros corazones una desconfianza cerval, hacía cualquiera de los que nos representan.
En la creencia de que nadie pagará por los abusos cometidos, si van o vienen los políticos de turno, sinceramente, nos importa poco y la vida de los españoles se va acercando cada vez más a una peligrosa individualidad, en la que se lucha cuerpo a cuerpo y en soledad, en cada uno de los avatares que nos acontecen.
Ni uno solo de los líderes actuales nos convencen y sus discursos, a pesar de ser diametralmente opuestos, parecen caer en un pozo sin fondo de desinterés, que únicamente podría desaparecer, si volviera la actuación tajante de la Justicia.
Como decía Gaspar Llamazares, que a un ladronzuelo de poca monta le caiga una sentencia mucho mayor que a cualquiera de los muchos delincuentes financieros que circulan impunemente por los juzgados del País, no deja de ser una grave e incomprensible contradicción, que hace tambalearse los cimientos mismos de la Democracia.
Y que las causas de los saqueadores  de las arcas estatales se sobresean, que sus penas sean continuamente rebajadas y que los fiscales obvien su papel acusador, favoreciendo descaradamente a los implicados con sus objeciones a las teorías de los jueces, se ha  convertido en una epidemia incurable, que asola con su paso el territorio nacional, sin que nadie encuentre el remedio que la haga desaparecer de manera radical y sin clemencia.

Por eso, que se vaya Griñán, o que finalmente el diario El Mundo encuentre el modo de hacer dimitir a Rajoy, solo tiene una importancia relativa, si no es acompañado de un esclarecimiento total de las sospechas que sobre ellos se tienen y de una condena contundente, en el caso de probarse su implicación en los hechos.  

martes, 23 de julio de 2013

Los gastos de los españoles


A nadie puede extrañar y menos aún a este gobierno, que las familias españolas hayan reducido drásticamente sus gastos en el último año ni que hayan establecido prioridades a la hora de consumir, anteponiendo lo que les es vital, como la alimentación, la educación o la sanidad, a lo que podría considerarse como superfluo, prescindiendo así de la ropa, las vacaciones o el ocio.
  Puede que el Ejecutivo esperara ilusamente que sus políticas de recortes dieran otro resultado, pero lo cierto y verdad es que de dónde no hay no se puede sacar y que la altísima cifra de desempleados y también la de empleados eventuales contratados en condiciones indignas, no podrían acarrear más que los datos que hoy se dan y que seguirán empeorando, si no se encuentra pronto una vía de solución que potencie la creación de empleo.
La percepción de la realidad que tienen los políticos resulta ser absolutamente distinta de la que se aprecia a pie de calle, probablemente debido a que su situación personal no se ha resentido en nada con esta crisis. Cuando se goza de una posición de privilegio y las carencias en cosas fundamentales le son a uno ajenas, es difícil imaginar el calvario que tienen que sufrir varios millones de españoles, que se ven obligados a practicar una supervivencia forzada, haciendo del día a día, una maratón frenética que les garantice, al menos, el alimento para sus hijos.
Mirando un poco alrededor, es sencillo caer en la cuenta de que las innumerables iniciativas que se están poniendo en marcha desde organismos no gubernamentales y a veces, también, desde los Ayuntamientos, no son fruto de un altruismo exacerbado, sino consecuencia de la terrible necesidad que está padeciendo este pueblo.
Nadie monta un comedor social que garantice al menos una comida diaria nuestros niños, si no se da la certeza de que a las familias le es imposible hacerlo y que de otro modo, podrían caer en una desnutrición similar a la que se padeció en España en los años cuarenta.
Quiéralo o no el gobierno, en este País hay hambre física y desde las Instituciones nada se está haciendo por remediarlo, a pesar de la evidencia.
Urge más, por lo visto, sanear a la Banca causante de la crisis, aún teniendo que asumir el riesgo que el hambre supone y lo cerca que estamos de cambiar nuestra posición en el Primer mundo, por otra absolutamente tercermundista.
Y aún así, se nos invita a una activación del consumo, imposible de asumir por nuestros exprimidos bolsillos, como si la espantosa verdad que vivimos fuera nimia y no afectara en nada, nuestra salud física y psicológica, a punto de entrar en colapso.
Hacer con lo poco que nos han dejado, un reparto equitativo que cubra medianamente nuestras necesidades más perentorias, es ya un triunfo para este pueblo y no hace falta ser versado en Economía para entender que mientras no haya ingresos procedentes del trabajo, el consumo continuará yéndose a pique, hasta caer del todo, si todo sigue en la misma línea propugnada por este gobierno.
Por eso nos hiere tanto la Corrupción y por eso se está creando un odio cada vez más fuerte contra quienes han hecho de ella un modo de enriquecimiento. Porque su lujosa manera de vivir está en relación directa con nuestra pobreza y su imperdonable inmoralidad, choca frontalmente con la dignidad con la que estamos asumiendo la miseria que nos reporta cada uno de sus delitos.
Y por eso también, nos cuesta tolerar que la Justicia permanezca inmóvil ante estos hechos, permitiendo a sus autores una impunidad total para llevarlos a cabo, como si la Ley hubiera ido muriendo un poco, con cada sentencia de absolución que deja libres a los causantes de nuestra ruina.
Hoy hemos conocido una nueva. Tampoco Matas irá a prisión, como otros tantos que con anterioridad, nos demostraron que no existe igualdad, si hay dinero por medio.



lunes, 22 de julio de 2013

Una comparecencia forzada


El Presidente del Gobierno español escapa a la Moción de censura anunciada por el PSOE y aprovecha la rueda de prensa ofrecida junto al Presidente rumano, para prometer una comparecencia ante el Congreso a finales de Julio o primeros de Agosto, en la que tratará de contestar a las incógnitas del caso Bárcenas,  además de a otras cuestiones relacionadas con la Economía y la marcha actual del País.
Dejando un sabor agridulce a los periodistas presentes en la sala y visiblemente desmejorado, probablemente a causa del cariz que están tomando los acontecimientos, el anuncio de Rajoy ha parecido más una solución de urgencia para salir del trance en que se encuentra, que una decisión voluntaria para tratar de probar su inocencia en el caso de los sobresueldos y la financiación ilegal del PP.
Ofreciéndose a sí mismo unos días para preparar la defensa que llevará al Parlamento, la mención a que la comparecencia versará también sobre otros temas, preludia inevitablemente que el tiempo que piensa dedicar al asunto Bárcenas, será con toda probabilidad, escaso y que las explicaciones que piensa ofrecer podrían estar en la línea de las que viene dando en los últimos tiempos, siempre forzado por las circunstancias y sin llegar a tratar en profundidad todas y cada una de las acusaciones que sobre él recaen y que han ido mermando considerablemente su credibilidad, hasta colocarle en una situación de sospecha, de la que difícilmente conseguirá salir, sin que haya de por medio un interrogatorio exhaustivo.
Si la opinión de los españoles tuviera algún peso en las decisiones políticas, nuestro consejo sería que el PSOE mantuviera la intención de presentar la Moción de censura, al considerar que de este modo no cabría posibilidad alguna de derivar el tema Bárcenas hacia derroteros que bien podrían discutirse en cualquier otro momento.
La gravedad de lo ocurrido y el montante económico que se maneja en este oscuro caso de corrupción, hacen necesario que las explicaciones que sobre él se ofrezcan no se resuman a negar evidencias, sin presentar pruebas que contrarresten las múltiples acusaciones lanzadas por el ex tesorero y que señalan con total exactitud la implicación de infinidad de nombres de relevancia en el seno del PP y específicamente, los de Rajoy y Cospedal, hoy cabezas visibles del gobierno.
Si la oposición se conforma con esta promesa forzada de comparecencia y no ahonda sin piedad en sus indagaciones sobre lo ocurrido durante más de treinta años en la sede de Génova, la oportunidad de llegar al fondo de la verdad de este asunto habrá escapado por la ventana del Congreso y puede que ya no haya otra oportunidad para sentar el oportuno precedente que deje claro a los políticos, que nadie escapa con impunidad a la acción contundente de la Justicia.
Todo el tiempo que se regale a Rajoy hasta su comparecencia, será empleado por sus asesores para preparar cualquier argumento y restará  la rotundidad que podría ofrecer el factor sorpresa, si las preguntas de las fuerzas políticas de la oposición fueran hechas en el mismo momento en que se van sucediendo los hechos, sin dar lugar a prevención alguna por parte de quien comparece.
No cuenta Mariano Rajoy, sin embargo, con las informaciones que con toda probabilidad aún le quedan al diario El Mundo y puede que mientras llega su comparecencia aún tenga que enfrentarse con una nueva andanada de pruebas que le relacionen todavía más, si eso es posible, con lo que Bárcenas está narrando ante el Juez, ahora ya sin temor a tirar de la manta.
Así  que su caída, como ya decíamos, no está  precisamente, en manos de la oposición parlamentaria, sino en las de ese cuarto poder que es la prensa, sobre todo si el empeño que se pone en ello es pertinaz y no admite la ley del silencio,  si le va en ello ganar o perder en poder e influencia.



domingo, 21 de julio de 2013

Un insulto para las mujeres


Pendientes de si Rajoy comparecerá por fin ante el congreso o si hará falta la Moción de censura para empujarle a subir al estrado para dar explicaciones sobre el caso Bárcenas, la noticia de que los recortes podrían afectar, a partir de ahora, a las reglas por las que se rige el derecho a la Reproducción asistida, cae como un mazazo sobre las mujeres de este País y trata de establecer una clara discriminación entre ellas, por simples razones de sexo o edad.
Quiere la Ministra Ana Mato, siguiendo la línea ideológico-religiosa que marca Gallardón, privar a lesbianas, mayores de cuarenta años y mujeres que hayan tenido algún hijo, de la posibilidad de acudir a la Sanidad Pública para ser sometidas a tratamiento de fertilidad, obligándolas además a demostrar que durante al menos dos años, han intentado de manera natural, quedar embarazadas  sin conseguirlo.
Otra vez el catolicismo fanático que se ha instalado en el PP, procura que la sociedad vuelva a marginar cualquier opción sexual que se aparte de los cánones heterosexuales por él establecidos, forzando a quienes con toda naturalidad se declaran lesbianas, a mantener relaciones con hombres si quieren quedar embarazadas, o a no poder cumplir su sueño de maternidad, si no disponen de los seis mil euros que vale el tratamiento en una Clínica privada.
La medida, aún en fase de estudio, atenta directamente contra la igualdad que entre todos los españoles propugna nuestra Constitución y vuelve a poner en entredicho la manera de gobernar de Rajoy, que consiente a las continuas exigencias provenientes directamente del Vaticano, sin entender que el poder político ha de mantener, necesariamente, una independencia total  del poder religioso, sobre todo al ser el nuestro un Estado laico y haber sido aprobado este concepto, por la mayoría de los españoles.
Pero es que además, también resulta la medida claramente discriminatoria para todas aquellas mujeres que decidieron libremente no tener hijos antes de los cuarenta o  afrontar la maternidad en solitario, al no encontrar pareja o no querer, simplemente, unir su destino al de ningún hombre o mujer, de manera voluntaria y en ejercicio de su derecho personal a hacerlo.
Con toda probabilidad se esperaba que esta proposición pasara desapercibida, envuelta por la tormenta del escándalo Bárcenas, pero la gravedad de lo expuesto, ha llenado inmediatamente de indignación a cuántas mujeres  podrían verse afectadas por la implantación de estas normas y no se han hecho esperar las reacciones de  los colectivos de gays y lesbianas y de las mujeres en general, oponiéndose rotundamente a esta nueva mutilación de nuestros derechos.
No entiende el PP que nuestra sociedad contempla con total naturalidad la existencia de cualquier tipo de familia y que se da una convivencia pacífica entre todos nosotros, basada en una condición de respeto por los demás que no parece haber llegado aún a los corazones de los que nos gobiernan y que permanecen anclados en un pasado lejano en el que la hipocresía dominaba las relaciones por encima de los sentimientos y en el que incluso se consideraba delito la homosexualidad, llegando a veces, a tratar de “curarla “ por medio de la medicina.
Pero ni Gallardón, ni ninguna de las corrientes vaticanas podrán hacer factible una vuelta atrás en el pensamiento de los españoles, que agradecemos enormemente habernos liberado de ciertos prejuicios que coartaban nuestra libertad con ataduras de oscurantismo medieval de las que, por suerte, hace tiempo nos hemos desprendido.
También hemos aprendido y no precisamente, gracias a ellos, a defender dónde haga falta, la garantía de ser respetados cada cual con su idiosincrasia, sin tener que rendir cuentas sobre nuestras tendencias sexuales o nuestra elección a la hora de formar un modelo de familia, solos o en compañía de otros.
Ni el caso Bárcenas, ni ningún otro escándalo, conseguirá pues, esconder lo que se proponen hacer, ni conseguirán evitar que se abra contra ellos un nuevo frente de lucha.

Lo prometemos.    

jueves, 18 de julio de 2013

De espaldas a Rajoy


Contentar a la Iglesia Católica y a las élites clasistas de este País, ha costado al Ministro Wert  no contar con el apoyo de nadie. La reforma para la Educación que ha preparado bajo el amparo de la mayoría absoluta con que cuenta su Partido, es excluyente, discriminatoria y contraria a la deseada igualdad de oportunidades que para sus jóvenes quisiera cualquier Democracia moderna y lleva al sacrificio de tener que abandonar el sueño de poder pasar por la Universidad, a miles de chicos y chicas inteligentes, pero que no cuentan con los recursos necesarios para  hacerlo.
Los terribles recortes practicados en el sistema de Becas, la elevación de la nota para conseguirlas  y la subida desmesurada de tasas, que en algunos casos como el de Madrid, han supuesto en dos cursos, más del sesenta por ciento, condenan al ostracismo intelectual a quienes constituyen nuestra esperanza de futuro y pone el mismo, sólo en las manos de los hijos de los ricos.
 La imposibilidad de tirar la Reforma en el Parlamento, a pesar de saber que cuenta con el rechazo de toda la Comunidad Educativa y de los españoles en general, ha conducido a toda la oposición a la firma de un pacto, por el que se comprometen a derogarla en el mismo momento en que alguno de ellos alcance el poder, en un gesto sin precedentes que podría ser un buen ejemplo a seguir, en otros temas de la misma importancia. Solo UPD se descuelga incomprensiblemente de esta firma, no se sabe si por estar de acuerdo con lo que propugna Wert, o por miedo a perder la buena parcela de votos madrileños que le auguran todas las encuestas y que provienen  directamente de votantes desengañados del PP, que ven en el Centro de Rosa Díez, lo que podría ser considerado más cercano a lo que derecha ha venido defendiendo, hasta que Rajoy irrumpió en el gobierno.
Entretanto, la crispación en la Cámara, por la reiterativa negativa de Rajoy a comparecer ante ella, va paulatinamente creciendo y algunos grupos parlamentarios han  empezado a protagonizar gestos puntuales que demuestran la evidente indignación de quienes consideran que  todo lo relacionado con el caso Bárcenas precisa de muchas explicaciones, ante el cariz que está tomando este monumental caso de corrupción y la continua aparición de nombres de relevancia en el PP que aparecen a diario en el mismo.
Mientras más se retrase la comparecencia del Presidente, la sensación del resto de fuerzas políticas será sin ningún género de dudas, la de que se está intentando anular su importancia en las Instituciones y la de un deterioro total de la figura de Rajoy, que se comporta de manera similar a la de los dictadores que no admiten que nadie se oponga a lo que ellos mismos preconizan.
Callando, ayuda sobremanera a dar credibilidad a las acusaciones que sobre él se vierten, por considerarse que su silencio no puede ser, sino una forma de demostración evidente de que ya no le quedan argumentos con los que combatir, ni pruebas que puedan evidenciar su inocencia.
Tampoco le ayudan en nada acontecimientos como la defensa de Wert, o haber perdido en Europa el asunto de las subvenciones de los mineros, que vuelven a poner en tela de juicio su manera de gobernar un País, cada vez más cerca de la ruina total   y con unos índices de corrupción, casi tan altos como los del desempleo y en los que se encuentran inmersos demasiados cargos políticos, de toda ideología y condición.
Así que no debe extrañar al PP que los demás se rebelen cuando se lesionan sus derechos. Ya les pasaba en la calle y ahora, está empezando a pasarles también, en el Parlamento, con la diferencia de que esta vez les será imposible instalar barreras policiales que repriman la magnitud de la protesta.
El paso del pacto entre las otras fuerzas políticas es algo que sin duda, agradecerá el pueblo, que está deseando que alguien le devuelva la esperanza de poder creer en la honestidad de sus representantes, aunque por el momento, sin conseguirlo.


miércoles, 17 de julio de 2013

La defensa del caso Yak


Tras diez años de lucha sin tregua contra las Instituciones y la Justicia, los familiares de los fallecidos en el accidente del Yak 42, se ven ahora sorprendidos por unas declaraciones de Bárcenas, en las que acusa directamente a Federico Trillo de haber financiado la defensa de los militares implicados en este caso, con dinero negro procedente de la contabilidad B del PP.
Como no era ya suficientemente dolorosa la sensación de haber sido absolutamente ignorados en sus reclamaciones para saber realmente cuáles fueron las causas del accidente y sin que se hayan resuelto satisfactoriamente las auténticas responsabilidades que existieron en este escabroso asunto, saber que a quien  entonces era Ministro no le importó en absoluto recurrir a procedimientos ilícitos, para no tener que admitir las acusaciones que le señalaban directamente como primer responsable de lo ocurrido, debe haber caído como un jarro de agua helada, sobre este grupo de luchadores que nunca se rindió, a pesar de haber topado reiterativamente, contra un auténtico muro de silencio y desprecio.
Hasta dónde ha llegado la podredumbre y qué cantidades exactas se han manejado en esta especie de orgía crematística que parece ser un pozo sin fondo del que brotaba a manos llenas el dinero, sigue siendo en estos momentos la mayor incógnita  de cuántas se han barajado nunca en delitos de este tipo y la más grande inmoralidad que los españoles hemos conocido, en lo que dura nuestra historia.
El seguimiento del caso del Yak 42, que ya entonces dejó al descubierto una serie de terribles irregularidades, entre las que se podría mencionar como más grave, la desastrosa  identificación de los cadáveres, cobra ahora de nuevo actualidad y puede que, por fin, las familias de los fallecidos puedan de alguna manera, cerrar este negro capítulo de sus vidas, si el juez decide seguir también este rastro del dinero, bien por estar relacionado con el caso de Bárcenas, o bien abriendo una nueva vía de investigación que podría requerir la Presencia de Trillo ante los tribunales, reavivando un asunto que él daba por cerrado.
Si finalmente se produce la  Moción de Censura, no debe caber la menor duda de que también se le preguntará a Rajoy sobre el tema y que no le quedará otro remedio que responder sobre el mismo, incluso tal vez, teniendo que sacrificar a Trillo, si quiere salir airoso del asunto.
Puede que así las familias de los fallecidos sientan la sensación de haber obtenido para los suyos un poco de justicia y de que los años que han dedicado a su lucha para esclarecer la naturaleza de lo ocurrido, no han sido en vano, si se consigue  que el ex ministro tenga que abandonar su cómodo destino diplomático, con deshonor y sin posibilidad de retorno.
En principio, no descartan emprender acciones legales en este sentido, aunque su fe en la justicia de este País, se haya ido viendo cada vez más mermada, en cuanto  se ha intentado una aproximación a la verdad de lo que pasó con los suyos.

Cuántas irregularidades más se habrán financiado con el dinero procedente de esa caja B, lo iremos sabiendo si, como parece, Bárcenas va relatando con minuciosidad todo lo que vivió y conoció desde su despacho de la calle Génova. Treinta años dan para mucho y esto sólo acaba de empezar.

martes, 16 de julio de 2013

Un falso patriotismo


Sin poder escapar a comparecer ante la prensa, tras su reunión con el primer Ministro polaco, Mariano Rajoy optó ayer por esquivar las preguntas que sobre las declaraciones de Bárcenas se le hacían, refugiándose en un patrioterismo barato que intentaba desviar de su persona toda la atención que reclamaban las últimas noticias aparecidas en el diario El Mundo y que el ex tesorero dio ayer ante el juez, como ciertas.
Queriendo hacer ver a la población que se intentaba chantajear al País, a pesar de que los mensajes de texto y las acusaciones vertidas por Bárcenas apuntaban única y exclusivamente a él y a miembros muy relevantes de la cúpula de su Partido, Rajoy presumió sin ningún pudor de que las Instituciones a las que ahora representan, no habían cedido ni cederían nunca al chantaje, pero calló conscientemente hasta qué punto se encuentran él y los suyos implicados en la trama de corrupción que el Juez Ruz baraja y que, de probarse, podría suponerles, tener que abandonar el poder de manera precipitada y en deuda con la justicia.
 No es al Ente gubernativo a quien Bárcenas acusa de haber recibido sobresueldos, ni a las instituciones públicas como tales, de haberse financiado ilegalmente. Es a Rajoy y Cospedal y a otros muchos nombres de relevancia en el PP y a este Partido en concreto, a quienes apunta el ex tesorero como perceptores de grandes capitales procedentes de la extorsión a múltiples empresarios de este País y de haber llevado una contabilidad B durante casi treinta años, a espaldas de la Hacienda pública.
Es por tanto, independiente, el cargo que ocupe cada uno de los implicados en este momento en la formación conservadora, o en las instituciones del Estado, aunque el hecho de ser en el caso de Rajoy, Presidente de la Nación, agrave aún más la amoralidad de lo acontecido y haga que la mayor parte de los españoles desee encarecidamente que abandone cuanto antes las labores de gobierno, al entender que las sospechas de corrupción que se ciernen  sobre su persona, hacen imposible su continuidad en el puesto que ocupa, e incluso su permanencia en la carrera política.
Pero el ataque del ex tesorero no va dirigido en absoluto hacia la estabilidad de España, sino que se centra exclusivamente en temas personales  que cree tener pendientes con el que hasta hace poco fue el partido en el que militaba y que implica directamente a todos los mencionados en los papeles cuya autoría, por fin admitió ayer y que podrían convertirse en un salvoconducto para conseguir cierto trato de favor, en la causa que tiene abierta, aunque para ello, en palabras de Álvarez Cascos, tenga que arrastrar en su caída a toda una generación de políticos del PP, empezando por Mariano Rajoy y Cospedal, por ejemplo.
Entretanto, Rubalcaba trata de conseguir un consenso para presentar la Moción de Censura que obligue al Presidente a comparecer en el Congreso, no como cesión a un chantaje protagonizado por Bárcenas, sino como respuesta a la demanda que le hace el pueblo español, deseoso de llegar hasta el fondo de esta tortuosa trama de corrupción y en su derecho de exigir de boca de Rajoy, todas las explicaciones precisas para establecer una verdad limpia, por cruda y terrible que sea, y cueste lo que cueste, a todos y cada uno de los supuestos implicados en esta historia de cariz mafioso que estamos viviendo.
Si Rajoy compareció o no con anterioridad, si se mantiene o no en sus declaraciones, resulta del todo irrelevante en estos momentos.
Ser presidente de Gobierno no lleva implícito actuar según las apetencias personales de cada cual, sino siempre en función de las exigencias puntuales que reclamen los pueblos, que al fin y al cabo, son los que otorgan y quitan el poder, a través de las urnas.
Y ser Patriota no es, en modo alguno, escudarse tras las instituciones públicas, convirtiéndolas en parapeto de todo aquello que zahiere nuestro prestigio, sino defender el bien de las mayorías con honradez y decencia probada por la limpieza total de nuestros actos y en función de las exigencias requeridas por los ciudadanos en cada momento.
En este de ahora, hurtar ese derecho a la ciudadanía, no hace más que multiplicar las sospechas de que todo sea cierto y la cobardía de Rajoy, al negarse a ofrecer explicaciones sobre lo ocurrido, finalmente, créanme, acabará costándole el puesto   




lunes, 15 de julio de 2013

Al borde del abismo


Un circunspecto Rubalcaba, perfectamente ataviado para la seriedad que la ocasión requería, pidió ayer con carácter de urgencia la inmediata dimisión de Rajoy, tras la publicación del intercambio de mensajes que ha estado manteniendo con el ex tesorero Bárcenas y en los que le ruega encarecidamente que guarde silencio sobre la contabilidad en B del PP, que se había encargado de negar por activa y por pasiva, desde que el escándalo estallara dentro de la sede de Génova.
La respuesta inmediata de los conservadores, consistió únicamente acusar al líder de la oposición de estar en connivencia con Bárcenas, obviando conscientemente tener que ofrecer cualquier tipo de explicación sobre los mensajes, probablemente porque la inmediatez de la noticia ni siquiera les dejó tiempo para preparar una vía de salida, por la que escapar de la evidencia que implica directamente al Presidente del Gobierno, en esta trama de corrupción de la que tantas veces han abominado, por boca de sus más relevantes miembros, pero que día a día, va cerrando el círculo que se cierne en torno a la cúpula del PP, dejándola sin argumentos que puedan demostrar su inocencia.
También el resto de grupos parlamentarios se sumaron decididamente a la petición formulada por Rubalcaba, esgrimiendo la teoría de que la imagen que el ejecutivo está ofreciendo al mundo y que aparece reflejada en los más importantes medios de comunicación del planeta, no es otra que la de una serie de individuos más preocupados de limpiar la basura que ensucia el interior de su propia casa, que de dirigir los destinos de un País, seriamente dañado por los efectos de la crisis, con más de cinco millones de desempleados haciendo cola ante las oficinas del INEM, mientras ven cómo una importante cantidad de dinero engrosa fraudulentamente las cuentas particulares de los que a sí mismos, se llaman políticos.
Queda abierta ahora con mayor contundencia, la posibilidad de una inmediata Moción de censura, que obligaría literalmente al Presidente a no poder seguir rehuyendo su comparecencia ante el Congreso, para dar las oportunas explicaciones que este enrevesado caso requiere y que hasta ahora ha venido evitando reiteradamente, apoyado por un grupo de incondicionales, a los que ya no les quedan argumentos.
Si la Moción se  produce, queda en manos de la oposición preparar minuciosamente las intervenciones, con la esperanza de conseguir de boca del propio Rajoy , una especie de confesión sobre lo que ha venido sucediendo en su Partido desde hace aproximadamente treinta años, o al menos, la posibilidad de hacerle flaquear ante el nerviosismo de la ocasión y sabiendo que estarían puestas en él todas las miradas de los españoles, absolutamente indignados por el desarrollo de estos acontecimientos.
La imposibilidad de ganar la Moción, a causa de la mayoría absoluta que las urnas dieron al PP en los últimos comicios, no resta un ápice de interés al desarrollo de la misma, ni aparta de la nuca de Rajoy la espada de Damocles que pende sobre ella, balanceándose sobre su cuello, cada vez con más probabilidad de herirle, si sigue produciéndose la riolada de noticias desfavorables que avanzan hacia él de manera inminente.
Mucho tendrían que estudiar los expertos conservadores, para que la explicación obligada que ofreciera su Presidente al pueblo español resultara ser verdaderamente convincente, en un intento desesperado de anular lo que ya se conoce en el caso Bárcenas y sin poder contar, a partir de ahora, con el silencio que el ex tesorero prometió, mientras creyó que seguía respaldado por el apoyo personal de Rajoy, que después resultó fallido.
Se dan pues, todas las circunstancias  precisas para que el líder del PP considere la posibilidad de abandonar “dignamente”, por propia voluntad, el cargo que ocupa, convocando nuevas elecciones que clarifiquen un poco el negro panorama político español, ofreciéndose a la vez a sí mismo, un  respiro que le permita preparar su defensa ante la multitud de sospechas que sobre él recaen en este caso, aunque seguramente nunca terminará de admitir su implicación en el mismo, continúe o no, siendo el Presidente de España.





domingo, 14 de julio de 2013

Mensajes de aliento


Decíamos el otro día, que El Mundo guardaba aún poderosas cartas en la manga y que su empeño en apartar a Mariano Rajoy del poder, acabaría dando sus frutos, en cuanto viera la luz el material con el que contaban, viniendo como venía, directamente de las manos de Bárcenas.
Al Presidente del Gobierno se le debió atragantar anoche la cena, cuando Eduardo Inda , anunció en un programa de TV del que es habitual colaborador, la existencia de un sinfín de mensajes de móvil, intercambiados antes y después de descubrirse la cuentas en Suiza del ex tesorero, en los que el líder del PP le pedía desesperadamente que guardara silencio sobre los sobresueldos y la contabilidad B del partido, mientras le prometía su apoyo incondicional, invitándole a soportar con entereza, los amargos momentos que le estaban tocando vivir.
El mundo no se atrevería a publicar estos mensajes, si la veracidad de los mismos no estuviera absolutamente probada y su existencia pudiera ser una mera fabulación de quien ahora se encuentra en prisión para vengarse del abandono al que le han sometido sus compañeros. Es más, se intuye por las palabras del redactor de El Mundo, que cuentan con una infinidad de ellos, que con toda seguridad irán apareciendo, como ocurre en el caso Noos, con cuentagotas, para no agotar el tirón de ventas que proporcionarán al periódico, que al parecer conoce también la identidad de quienes comparten con Bárcenas las cuentas que posee en el extranjero y que, en palabras de Inda, no son, precisamente, simples bedeles de la calle Génova.
La espada de Damocles que pendía sobre la cabeza de Rajoy, se encuentra después de esta publicación y de las que se intuyen como futuras, rozando peligrosamente su cuello, por lo que se espera con impaciencia la reacción que tendrá su Partido en el día de hoy, sobre todo por la dificultad que representa seguir negando lo que a todas luces resulta cada vez más evidente, incluso apoyándose en el argumento de que la palabra de Bárcenas nada vale, por el mero hecho de ser, como es, un delincuente.
Si la oposición no aprovecha el regalo que le brinda El Mundo, con la aquiescencia particular de Esperanza Aguirre y los suyos, para reclamar con auténtica contundencia la dimisión de Rajoy y la convocatoria de nuevas elecciones, habrá dejado pasar de largo, el peor momento que ha sufrido el PP en sus años de existencia y la oportunidad de retirar de la política para siempre, a una serie de presuntos corruptos, que han estado utilizando reiterativamente la naturaleza de sus cargos, para conseguir un enriquecimiento personal, absolutamente inaceptable, sobre todo en la situación que atraviesa el País.
Cómo afrontará Rajoy esta derrota, es una incógnita que tiene visos de no ser resuelta, pero si finalmente es obligado a dimitir por las publicaciones de un medio que desde siempre ha sido cercano a su propia ideología, es lógico pensar que al quedar sin la fortaleza de este apoyo, no le quedaría otro remedio que sucumbir ante su eterna rival y dejar paso a la tendencia que ésta, junto con Aznar y otros muchos representa y que traería para el PP, una derechización mucho más rígida, que la que ya padecemos.
Queda así en evidencia que cuando la Prensa se lo propone, sigue siendo el cuarto poder y que la etapa de conformismo y misericordia que hemos venido contemplando en los medios, parece haber terminado, aunque motivada por meros intereses de poder y no por la persecución de la verdad, como debiera ser lo correcto.
Si como se supone, Aguirre asume ahora el papel de salvadora de la Patria y sin ir más lejos, del propio Partido que representa, los grupos parlamentarios del Congreso, han de tratar con fuerza de contrarrestar este argumento, tan recurrente históricamente en situaciones de desastre y tan probadamente nocivo para las naciones que creen en él, para después comprobar que quienes lo esgrimen no son, precisamente, garantes de los derechos ni de la Democracia.
Quedamos a la espera de que vayan fluyendo movimientos de una y otra parte, aunque todo hace presagiar que Rajoy y los suyos, aún harán un último intento por deshacerse de este lastre que aplasta con su peso, cualquier posibilidad de su inocencia.
Tampoco creemos que a Europa le complazca que su títere se halle mezclado en asuntos de esta gravedad, por lo que no sería de extrañar que ya exista un apoyo tácito al hecho de propiciar su inmediata caída.
Y no es que no lo merezca, que sí, pero al pueblo le hubiera gustado ganar él la batalla y no que quien la dirige, provenga del mismo sitio que el que se quiere derrocar.






jueves, 11 de julio de 2013

La frescura de Concha


Se nos va Concha García Campoy, dejando huérfano al periodismo español, tan necesitado en estos momentos de ejemplos de vida como el suyo y a sus seguidores, impactados por la noticia de un trágico desenlace con el que no contábamos, teniendo en cuenta la fortaleza con que había afrontado la enfermedad y el deseo que todos teníamos, de recuperarla profesional y personalmente, a la mayor brevedad posible.
Siendo como era única, el vacío que deja será prácticamente imposible de llenar y su manera de hacer, siempre sincera y fresca, a pesar de su larga trayectoria, probablemente cosechará una multitud de imitadores, al haber conseguido crear un estilo personal que rompió con la rigidez de la información política, humanizando los contenidos y las entrevistas, logrando una cercanía con los oyentes, que pronto se convirtieron en incondicionales de sus programas.
Su humildad nunca le permitió siquiera, la soberbia de creerse ídolo, a pesar de serlo y la sinceridad que caracterizó cualquiera de los proyectos que afrontó, le reportaron, no solo la admiración por el trabajo realizado, sino un cariño muy especial de todos los que la seguíamos y también de una multitud de compañeros que hoy lloran junto a nosotros, su muerte.
Nos deja una última lección magistral de dignidad, tan de agradecer en los tiempos que corren, al habernos mantenido al margen del desarrollo de su enfermedad y haber sabido restringir al ámbito familiar lo que le sucedía, sin causar inquietud en sus admiradores, demostrando que no sólo hay que saber vivir, sino también saber morir con decencia.
Nunca olvidaremos, sin embargo, la amplitud de su sonrisa, ni los buenos ratos que nos transmitió su voz a través de las ondas, rellenando espacios en blanco y alegrando momentos difíciles, a veces, hasta dulcificando la amargura de las noticias, con la calidez de su conversación, siempre interesante y amena.
Quedamos todos desolados por su temprana pérdida y hoy no podemos pensar en otra cosa que en rendir homenaje a esta mujer, con la que tanto quisimos y a la que tanto añoraremos.
Hasta siempre, querida Concha.



miércoles, 10 de julio de 2013

El puñal en la espalda


No ha tardado Esperanza Aguirre en colocarse delante de las cámaras, aprovechando las horas bajas que viven Rajoy y su gobierno tras la publicación del artículo de El Mundo e instando a los actuales dirigentes de su Partido a confesar la verdad sobre el asunto de los sobresueldos y a que acepten, si es que la hubo, la financiación ilegal, con la sinceridad que el pueblo español, según ella, merece.
Ya hablamos de la simpatía que Pedro J. Ramírez siente hacia la ex presidenta de la Comunidad de Madrid y la oportunidad que le brinda el caso Bárcenas para auparla hacia posiciones de mayor poder, si finalmente el contenido de los papeles del ex tesorero consiguen tumbar a Rajoy, y no queda otro remedio que convocar elecciones anticipadas. 
La impaciencia demostrada por Aguirre, constituye una prueba fehaciente de este argumento y no sería de extrañar que en los próximos días, El Mundo volviera a sorprender con un nuevo bombazo informativo, que podría rematar con éxito la probable dimisión del Gobierno, si las pruebas que pudieran presentarse no dejaran lugar a dudas y ya no quedara otro remedio.
Este medio de comunicación, lo tiene mucho más fácil que sus competidores, al haber mantenido con el PP una relación de estrecha amistad durante muchos años, y contar, por tanto, con fuentes privilegiadas de primera mano, en muchos casos desengañadas por la actual política que practica Rajoy y en otros, pertenecientes al ala ultraconservadora que acoge entre sus filas a personajes como Aznar, Mayor Oreja, o la misma Esperanza Aguirre.
Es de entender, que si existen luchas internas en el seno del Partido Popular, o al menos serias discrepancias de cómo deben aplicarse determinadas medidas de recorte, los defensores de la otra corriente intenten orquestar esta especie de “golpe de mano” sobre sus propios compañeros, para salvaguardar todo aquello que ellos consideran que se consiguió en los años del aznarismo y que se está dejando escapar, a juzgar por los resultados que auguran las encuestas, en el momento actual y tras casi dos años de gobierno.
Llama la atención, sin embargo, la extraña tibieza que demuestra el PSOE, en relación con lo que está ocurriendo. No se ve al principal Partido de la oposición luchar como debiera por que se aclaren los hechos, a pesar  de haber pedido la dimisión de Rajoy, aunque sin el ímpetu que una oportunidad así requeriría, habiendo como hay, tantas razones para actuar con contundencia.
Se diría que el Presidente de gobierno ha de guardarse más de sus propios correligionarios que de los opositores de otras fuerzas y que sus más importantes enemigos son, en este caso, personas mucho más cercanas de lo que se intenta hacer creer, a través de la falsa imagen de unidad que se trata de ofrecer desde todos los ángulos del PP.
Ya conocíamos la mala relación que Aguirre ha tenido desde siempre con este Presidente y que Aznar se debe arrepentir todos los días de haberle nombrado su sucesor, a juzgar por las declaraciones que hizo en Antena3 y los comentarios que deja caer cada, vez que la ocasión se presenta.
Así que los días negros que vive Rajoy, no sólo serían consecuencia de las informaciones aparecidas a raíz del caso Bárcenas, sino que además, sin contar con el apoyo de una gran parte de los suyos, su extrema soledad le convierte en uno de los Presidentes más infelices que hemos conocido, desde que se instaurara la Democracia.
Con el pueblo en su contra y permanentemente amenazado por la sombra de la sospecha, si los medios de comunicación se empeñan en hacerle caer, no cabe la menor duda de que lo conseguirán y en un breve plazo de tiempo.

A veces, puede más la traición que la razón, aunque el fin conseguido sea el mismo y aparentemente, se quiera hacer creer que fueron otros los que clavaron el puñal en la espalda.

martes, 9 de julio de 2013

Una dimisión obligada


En cualquier País de tradición democrática, en el que los políticos conservaran aún un mínimo de decencia, un escándalo de la índole del que han levantado los pápeles de Bárcenas, hubiera dado lugar irremediablemente, a una serie de dimisiones en cadena y, por ende, a la caída inmediata del Gobierno, al encontrarse su propio Presidente implicado, en los hechos de que se habla.
Pero esto es España y desde hace algún tiempo, los innumerables casos de corrupción que se han ido descubriendo, se han encargado de dar una idea de la catadura moral que lucen quienes en la actualidad, se están dedicando a la política, sobre todo cuando pertenecen a uno de los dos Partidos mayoritarios que han ido protagonizando la alternancia en el poder y para los que la palabra dimisión, no parece estar incluida en el diccionario.
La rectitud que debiera caracterizar a quienes se dedican a este oficio, que tendría primar obligatoriamente, siendo su carencia un hándicap insalvable para poder acceder a cualquier cargo de carácter público, ha quedado relegada a un gesto testimonial al que uno se refiere de manera anecdótica, pero que dista mucho de ser real, en cuanto se hurga un poco bajo la imagen superficial que ofrecen nuestros representantes y se entra en detalles que tengan que ver con beneficios económicos, obtenidos de mil y una maneras, al margen de lo que establece la Ley.
Uno se pregunta qué más tiene que pasar para que los dirigentes del PP y quién, para rubor nuestro, es hoy nuestro Presidente, admitan por fin que recibieron sobresueldos en negro, procedentes de una extorsión tácita practicada sobre un sinfín de empresarios españoles, que fueron obligados a contribuir generosamente, en forma de donativos, para tener posibilidad de que sus negocios pudieran ser elegidos para realizar servicios u obras para las administraciones centrales o locales, en una o varias ocasiones y siempre, previo pago que garantizara la certeza de estos favores.
La gravedad de los hechos no puede ser mayor y aunque la estrategia de los populares ha venido siendo, por norma, negar la mayor y apiñarse en torno a las figuras de los dirigentes que aparecen en los papeles que guarda celosamente el ex tesorero Bárcenas, a medida que va pasando el tiempo y se van teniendo certezas innegables de que todo ocurrió como publicó el Diario El País en su momento, cada vez se hace menos creíble la inocencia que intentan defender y  más clara la culpabilidad de todos y cada uno de los mencionados en  los documentos, sin que apenas queden argumentos para zafarse de ser llamados por la justicia.
Por mucho menos, han caído en otras partes, Presidentes y Ministros, que ha tenido que abandonar la política, apenas por la insistencia de determinados rumores, pero aquí,  el deseo de permanecer en el poder y los más que demostrados beneficios que eso parece conllevar, hace que los ilustres protagonistas de estas sucias historias, intenten desesperadamente aferrase a los cargos que ocupan, sin que parezca importar demasiado conservar un mínimo de honorabilidad o decencia.
La gran patraña de la política nacional y la orquestación vodevilesca que la ha convertido en una esperpéntica representación de una pseudo democracia, se ha convertido en una rutina con la que los ciudadanos nos vemos obligados a convivir, sin la menor posibilidad de poder cambiar una sola coma de un guión convenientemente establecido y que nos deja como única arma,  la eventualidad de poder cambiar nuestros votos una vez cada cuatro años, teniendo que soportar estoicamente la presencia de indeseables, en cuanto algún Partido obtiene la mayoría absoluta en el Parlamento, incluso cuando se da, como es el caso, un claro incumplimiento de promesas electorales, o se intuye a las claras, que sus miembros han podido cometer un delito.
Y no es ya que el Sistema adolezca de graves carencias o que la crisis actual aconseje una regeneración inmediata del mismo, sino que el blindaje que para los políticos se ha construido desde las Instituciones del Estado, convierte a los mismos en seres intocables, salvaguardados de toda injerencia externa, que pueda socavar cualquiera de sus acciones.
No obstante, no podrán imponernos el silencio y aún nos queda la libertad de expresión para poder al menos, decir, que nuestra voluntad reclama esa cadena de dimisiones que exige el momento. Que Rajoy debe irse y con él, todos y cada uno de los que se han lucrado ilícitamente por medio de las extorsiones. Para que la justicia pueda hacer lo demás, colocando en el lugar que merecen a cada uno de ellos, con el beneplácito por aclamación, de este pueblo español que tiene la desgracia de haberlos tenido que sufrir, durante demasiado tiempo.


lunes, 8 de julio de 2013

Un guión inacabado


El presunto cobro de comisiones ilegales por parte del PP, sugerido desde que el caso Bárcenas empezó a ser investigado en profundidad, empieza cada vez más, a parecerse al guión de una película de gánsteres, del que aún no se ha escrito el final, pero que se va complicando por momentos, con la narración de otras historias que atañen a nuevos personajes.
Hoy hacen su entrada en escena los hijos del otro ex tesorero del PP, Álvaro Lapuerta, poniendo en duda que dos caídas aparentemente fortuitas sufridas por su padre lo fueran realmente y rogando a los medios de comunicación, un poco de consideración al abordar otros temas personales, que se comentan en los mentideros de todo el país y que  hacen referencia, directamente, a relaciones del ámbito íntimo de este otro sospechoso, al que de momento, no se le han probado  hechos similares a los que han llevado a la cárcel al principal protagonista de esta historia.
El mero hecho de insinuar que tales accidentes han podido ser provocados, sugiere por parte de estos familiares la certeza de una sospecha que coloca directamente en el punto de mira a los que serían los mayores perjudicados, en el caso de que Lapuerta decidiera apoyar las teorías de Bárcenas y que no son otros que los que forman parte de la Cúpula del PP y, por añadidura, del actual Gobierno de la Nación, con Mariano Rajoy a la cabeza y pone sobre la mesa el argumento de que en algunos casos, no solo han podido darse las amenazas que algunos de los imputados denunciaban, sino que podría haberse recurrido también a la violencia, para silenciar a quienes resultan manifiestamente incómodos, intentando disuadirles de hacer declaraciones que pudieran esclarecer una verdad que podría terminar, en palabras de Álvarez Cascos, con toda una generación de políticos del PP.
De momento, no parece que Lapuerta pueda aportar luz sobre el tema, tras permanecer catorce días en coma, a causa de una de las caídas, aunque todavía no se sabe si el Juez Ruz tomará en consideración lo declarado por sus familiares, ni si decidirá investigar estos sucesos, como parte del extenso sumario que concierne a la truculenta historia que tiene en sus manos, alargando aún más en el tiempo el término del mismo y jugándose que los delitos pudieran prescribir, antes de la celebración del juicio.
La carga cinematográfica del caso, plagada de posibles extorsiones, evasiones y vendettas, hace que su desenlace parezca cada vez más lejano y que resulte prácticamente imposible entender en su totalidad, los mecanismos que se ocultan tras tan enrevesado argumento y la identidad real de todos y cada uno de sus ilustres protagonistas.
En la propia negrura del entramado estriba, precisamente, la dificultad que augura su esclarecimiento y la enorme y pesada tarea que queda por delante, a los encargados de hacer la justicia que demanda una sociedad, atónita al conocer la verdadera naturaleza de sus políticos.  



domingo, 7 de julio de 2013

Volviendo a escribir


Mientras a Luís Bárcenas no le queda otro remedio que intentar acostumbrarse a su nueva vida en prisión, mi ojo derecho convalece de intervención a que fue sometido, tratando de adivinar volúmenes a través de la niebla que me provoca el trauma sufrido y que, con toda seguridad, desaparecerá por completo, en unos días.
Entretanto, el Diario El Mundo, preparaba el bombazo de una entrevista realizada por su Director, en las que el ex tesorero del PP, parecía apuntar toda una declaración de intenciones, apenas unas horas antes de que el Juez Ruz le mandara directamente y sin fianza, a la pequeña celda que ahora comparte con algún compañero, al que probablemente tratará de ganarse con pérfidos regalos que le garanticen cierta tranquilidad en su convivencia con los demás encarcelados.
No podía esperar más para volver a escribir y aprovechando la innegable ventaja que me ofrece el hecho de poder ver con nitidez, aunque sea con un solo ojo, me tomo la licencia de reabrir esta página y dar por terminada esta estancia en el dique seco, retomando la comunicación con el exterior, aunque esforzándome lo menos posible.
La volatilidad con que se han ido produciendo ciertas noticias, como el golpe de Estado en Egipto o esta misma que ahora nos ocupa, amén de las que van llegando sobre la delicadísima salud de Mandela, consigue poner en marcha un motor aún sensiblemente averiado, pero que necesita arrancar, si no quiere perder el ritmo y llegar el último a la carrera virtual que establece veladamente, la conciencia de sentirse escritor.
No podía dejar pasar la satisfacción personal que produce, por ejemplo, leer que Bárcenas admite la autoría de los papeles publicados por el País, en los que tanto creímos y que la  derecha se había empeñado en anular, a base de huidas hacia adelante y demandas interpuestas o con el apoyo incondicional de ciertos esbirros que ensucian con su actuación el papel de la prensa, vendidos al mejor postor, a costa de sacrificar la verdad y la esencia de una profesión maravillosa, caída en desgracia, si se convierte en correa de transmisión partidista.
Ahora dirán, que esta confesión ofrecida precisamente a un medio de corte conservador, no es más que una artimaña urdida por el cerebro del ex tesorero, en un desesperado intento por escapar de las garras de la justicia y negarán una vez más, la implicación de sus dirigentes en esta extensa tela de araña que sin embargo, les tiene ciertamente atrapados en la pegajosa esencia de sus hilos y de la que no podrán escapar, si al ex tesorero se le antoja sacar a la luz nuevas pruebas escritas, que coloquen a cada cual, exactamente en el lugar de los hechos, precisamente en los momentos en que sucedieron y que les relacione con esta trama de extorsión, llevada a cabo con  total impunidad, durante casi treinta años.
Nadie duda de que el Diario El Mundo pretenda con estas revelaciones un fin bien distinto al del simple esclarecimiento de esta historia o que su verdadera intención sea la de terminar aupando a su protegida Esperanza Aguirre al trono de poder con el que tanto ha soñado durante los últimos años, pero independientemente de las acciones que se oculten tras la publicación de estos reportajes, la gravedad de lo que se pone en cuestión, no deja lugar a dudas sobre la fragilidad de este gobierno, que tiene los días contados si Bárcenas se decide a hablar y en este país nuestro, queda aún un mínimo de pudor para que se aplique con contundencia lo que llamamos justicia.
Y aunque negar la evidencia ha sido la tónica adoptada por el PP para ir zafándose de todas las pruebas que vinculan a su cúpula con lo que presuntamente ocurría tras las paredes de su sede de Génova, a veces, en la vida, se llega a un punto en que la contundencia de lo ocurrido termina por aplastar como un torrente cualquier posibilidad de huir y no queda otra que sucumbir bajo las aguas que, finalmente, anegan la flaqueza de ciertos argumentos.
Los españoles esperamos con fehaciente impaciencia que Bárcenas se decida a tirar de la manta. Que la levante, que la sacuda y que la airee hasta que no quede bajo ella un solo resquicio de podredumbre, oculte los nombres que oculte y salpique a quien salpique, este acto de desinfección absolutamente preciso.
Nadie echará de menos a los corruptos, ni nadie se sentirá defraudado por su implicación en este truculento caso, a estas alturas de la vida.
Fundamentalmente, porque lo que nos interesa es saber la verdad y obrar en consecuencia, sin que esto signifique, desde  luego, que pensemos en dar nuestro voto a la señora Aguirre o que caigamos en brazos del PSOE, desengañados por una derecha traidora, mendaz e insufrible.