jueves, 30 de marzo de 2017

Seguros del hogar


Nada hay peor que topar con una rotura, de esas que surgen en el hogar con cierta frecuencia y tener que lidiar con esa Compañía de Seguros que tuvo la suma deferencia de enviarte a un amabilísimo agente a tu domicilio y que utilizando la manida estrategia de una fingida familiaridad, te demostró una absoluta empatía con cualquiera de los problemas que pudieran surgirte en ese maremágnum de cables, tuberías, cristales y enseres múltiples que conforman nuestro entorno diario y que suelen, porque no son eternos, terminar por averiarse, fragmentarse o fallecer definitivamente, a causa de los años o un descuido.
Todo son parabienes mientras ninguna de estas cosas que relatamos ocurren y respondemos con estricta puntualidad a los recibos mensuales, trimestrales o anuales que se nos envían, pero he aquí que más tarde o más temprano, sucede alguna eventualidad que requiere la presencia de un experto en nuestro domicilio y es en ese momento, cuando suele comenzar el calvario de penalidades que a continuación relato y que todos hemos vivido en carne propia, para desgracia nuestra.
Porque si la avería es fácil de subsanar, no suele haber problema, aunque falte celeridad en acudir y haya que adaptarse por narices. al horario que te exige el ocupadísimo operario que pone a tu disposición la Compañía, pero si la cosa no es fácil de resolver y a la vez incumbe también a cualquiera de los vecinos colindantes con el inmueble que tú habitas o peor aún, a la Comunidad de propietarios en general, el asunto empieza a tomar insospechados carices de consecuencias esperpénticas y puede pasar de todo, antes de que consigas que te resuelvan la dificultad con la que te encontraste, pues en cuanto empiezan a intervenir otras aseguradoras en el asunto, lo normal es que ninguna de ellas quiera hacerse cargo del costo de la avería y menos aún, si los daños producidos se dan en varios focos distintos.
Empiezan entonces, una serie de visitas de unos y otros que suelen producirse a las horas más intempestivas que uno pudiera imaginarse y que generan una sucesión de informes de carácter absolutamente contradictorios, basados generalmente en meras suposiciones sobre el origen primero de los mencionados desperfectos y que conllevan una prolongación en el tiempo de la necesaria reparación, que además de romperte los nervios y provocar en ti la sensación de haber sido timado, en el sentido más literal de la palabra, te colocan en una evidente indefensión, al no entender, como es natural, definitivamente nada de la materia que se trata, pues habría que ser licenciado en varias disciplinas, para poder rebatir los argumentos de los que se supone  son los expertos.
Tampoco es bueno enemistarse con ellos desde el principio, aunque a veces se está por pura lógica, prácticamente seguro de que su dictamen es erróneo y resulta ostensible que tratan de echar balones fuera, porque si te cogen manía, cualquier excusa es buena para tratar de no volver a cruzarse contigo y pueden pasar meses y hasta años, hasta que consigan ponerse de acuerdo  para afrontar de una vez, la que sería su obligación, si fuera cierto todo lo que dice en el contrato que firmamos con aquel simpático agente.
A todo esto, parece que les encante destrozar losetas, paredes o azulejos, pongo por caso y eso sí que suelen hacerlo en las primeras veces que te visitan, provocando con ello que mientras duran las negociaciones o se averigua de dónde procede el deterioro, has de convivir necesariamente con agujeros en la pared, o lo que es peor, en el suelo de un cuarto de baño o cocina por el que puedes ver perfectamente la vida del vecino y con ese polvillo intratable que aparece constantemente por toda la casa y que no hay aspirador que consiga erradicar, ni fregona que limpie, mientras dure la obra.
Y ruega porque el destrozo no se encuentre, pongo por caso, dentro de un armario, porque entonces, a todo lo demás, habrá que añadir una montaña de ropa y enseres esparcidos por otras habitaciones de una vivienda que más parece un mercadillo de pueblo que un sitio en el que poder descansar después de la jornada de trabajo, con la placidez que sería de rigor, habitualmente.
Tras varios meses de luchas internas y externas, puede que llegue el día en que  vuelva  la normalidad y que hasta te parezca que todo se ha resuelto finalmente a tu favor, concediéndote la ansiada satisfacción de volver a ver una casa limpia y ordenada en la que poder desenvolverte sin sobresaltos, trasiego de personas desconocidas o malas experiencias.
Pero las alegrías duran poco en el hogar de los pobres y suele ser bastante habitual que poco después, recibas una carta de parte de tu Compañía, en la que te expulsan sin contemplaciones y sin más comentarios, por haber generado, según ellos, un gasto  que  no cubren los treinta años que llevas pagando sin haber dado más que uno o dos avisos y que hasta te hace sentir, como si hubieras provocado la quiebra  de la aseguradora, además de dejarte con el culo al aire, para futuras contingencias.
Por todo ello, ya les digo yo que se piensen pero que muy bien si no les convendría más afrontar las averías del hogar, en el momento que se produzcan y eligiendo al experto en cuestión, aunque sea a través de los anuncios de las páginas amarillas.
Porque te pongas como te pongas, las Compañías siempre tienen las de ganar y tú las de perder, el dinero, la paciencia, los nervios y hasta la suerte de sentirte libre en tu casa, sin ser invadido por estos seres extraños disfrazados de fontaneros, albañiles o electricistas.


miércoles, 29 de marzo de 2017

Adiós al Imperio, adiós


Se formaliza el Brexit británico, en un ambiente, todo hay que decirlo, fundamentalmente agorero y se recurre, por parte de los encargados de la macro economía a una especie de oráculo que sólo predice la llegada de tiempos catastróficos en los que todos sufriremos una especie de maléfico retroceso, como si la permanencia en esta Unión, que funciona de la manera que todos conocemos, sobre todo si vivimos en los países del Sur, hubiera sido la panacea sanadora de todos nuestros males, transportándonos a un paraíso de opulencia en el que todos disfrutáramos de una existencia placentera, enriquecida por un incomparable estado de serenidad, de derechos sociales y de dignidad, del todo inmejorables.
Pero los que formamos parte de esta Unión, que sin duda debió fundarse con un espíritu bien diferente al que después se ha ido aplicando en la práctica, a lo largo del tiempo, sabemos que vivir en Europa hoy  por hoy, no está resultando para millones de personas nada fácil y que el hartazgo y la indignación que han traído los vientos de las políticas de austeridad impuestas por esos mandatarios que hoy se duelen por ser abandonados por uno de sus socios principales, han hecho crecer una semilla de desesperanza y desolación, en mucha de la gente de las naciones que apostaron por un modelo de sociedad, que ha llegado a traspasar con mucho, los límites de la honestidad y la decencia.
Los anuncios catastrofistas que oímos, salidos de la  boca de estos expertos economistas, que no son otros que los que nos han llevado hasta la inestabilidad que padecemos, son, o al menos parecen, una muestra indefectible del miedo atroz que debe producir el hecho de que algún país se atreva a tomar una decisión que no cuadra con lo que tan milimétricamente se había previsto y en realidad, no ocurra absolutamente nada, por lo que quedaría demostrada la total inutilidad de haber estado perteneciendo durante años a una Comunidad,  tiránica y mal tratadora, con la ciudadanía en general y muy particularmente, con las clases más desfavorecidas.
Este órdago que tanto molesta a los dirigentes europeos y por supuesto a nuestro Presidente Rajoy, que no ha hecho otra cosa desde que tuvo acceso al poder, que obedecer sumisamente los mandatos que le venían exigidos desde otras más altas esferas, es sin embargo, un baremo que nos va a permitir a todos valorar lo que pueda suceder en el futuro venidero y si merece la pena o no, continuar anclados a las gruesas cadenas que representan, al menos para los países del sur, los acuerdos con la Unión o se pueden intentar, como han hecho los británicos, otras vías por las que acometer la Historia que vendrá, cambiando radicalmente la manera de hacer política.
Por supuesto que el Gigante europeo tiene ahora un grave motivo real para la preocupación y claro que no puede permitirse otra cosa que desear para los británicos un fracaso absoluto tras el Brexit, o todos los argumentos  sobre la necesidad perentoria de la hipotética unidad, como única forma de subsistencia, se vendrán abajo, arrastrando con su paso torrencial, las bases sobre las que se asienta su pensamiento.
El pueblo y en general, los trabajadores, que hemos visto considerablemente mermados nuestros derechos sociales y nuestro panorama laboral, en los últimos tiempos, queremos, al contrario, que a los británicos les vaya muy bien y que ni ellos nos echen en falta, ni nosotros tengamos por qué echarles en falta a ellos. Que salgan adelante y que sienten un precedente que obligue a reconsiderar seriamente la mentalidad que mueve a los que dirigen los destinos de Europa y por ende, los nuestros, hasta el punto de que al menos, por una vez en sus vidas, comprueben en carne propia lo que significa que empiecen a tambalearse los cimientos sobre los que habían asentado sus vidas, como nos ha pasado ya a nosotros, sin que haya tenido para ellos la menor importancia y sin que nuestro sufrimiento les haya movido a la clemencia.
Por desgracia, los mecanismos del poder son inexorables y poseer sin límites los medios adecuados para poder manejar las situaciones más adversas que puedan presentarse en el futuro, conceden a los fuertes una clarísima ventaja sobre los ciudadanos de a pie, a los que sólo queda la ilusión de esperar que alguna vez les sonría la suerte.
Así que despedir al Imperio, resulta ser para nosotros, curiosamente, un foco de esperanza y no podemos, mientras les decimos adiós, más que sentir secretamente un poco de envidia por su liberación y un deseo ciertamente confesable de que todo les vaya bien, por si alguna vez, nos atreviéramos también a seguir su ejemplo.


El enfado del Presidente


Ofrece Gregorio Serrano una serie de incoherentes explicaciones, sobre su relación con el piso que se reformaba en un Cuartel de la Guardia Civil y lo hace siendo consciente de que por culpa del escándalo que ha levantado la prensa ya no podrá ocuparlo jamás y culpando directamente al Cuerpo de todo lo ocurrido, a pesar de que existen facturas sobre las obras en marcha, en las que aparece su nombre y no el de cualquiera de los mandos a los que achaca un incomprensible error, que según él, le deja fuera de toda sospecha.
Se sienta Serrano delante de los medios visiblemente contrariado y empleando un tono de intolerable “compadreo”, que tal vez le haya funcionado muy bien durante su estancia en el Ayuntamiento de Sevilla, pero que sobra cuando lo que se trata es un asunto de la gravedad del que nos ocupa y que además, implica directa o indirectamente a todo un Ministro del Interior, que fue el que le trajo consigo, como hombre de entera confianza.
Se habla y mucho, en Madrid, de que la cuestión ha sentado espantosamente mal al Presidente Rajoy, que no brilla precisamente por evidenciar ante la gente sus sentimientos, pero que debe estar bastante harto de que un día sí y otro también, le surjan casos de dudosa legalidad protagonizados por cargos de su propio Partido y que le deben tener en vilo, al no saber qué consecuencias podrían acarrearle, sobre todo ahora que se encuentra en minoría, en el Parlamento.
Un poco gafe al elegir de  quienes se rodea sí que parece el gallego, pues de todas aquellas amistades que desde que llegara al poder parecía tener, le quedan pocas y las nuevas adquisiciones, por las que suele responder hasta que no puede aguantar más, se le van desmandando por derroteros poco deseables para el futuro de su Formación, hasta el punto de que seguramente, habrá de vivir en un ambiente de permanente sospecha, que necesariamente, mermará sus capacidades para gobernar, pues tendrá los cinco sentidos puestos en una labor de espionaje continuo, que cansaría a cualquiera.
Sus enemigos políticos, que tontos no son y que han encontrado un inagotable filón en estas irregularidades que cometen a diario los conservadores, aprovechan naturalmente la situación para exigir  comparecencias de altos cargos en el Parlamento, a excepción, por supuesto, de Ciudadanos, que nada entre dos aguas, sin terminar de decidir si le importa más su aproximación al poder o aquellos principios que plasmaron en su programa electoral y que no están cumpliendo en absoluto, cuando se trata de casos como el que atañe al Presidente de Murcia, por ejemplo.
De momento, parece que se ha conseguido que Serrano no ocupe la vivienda de la casa Cuartel, que por cierto ha debido quedar de dulce para el que tenga la suerte de que le toque cuando le llegue su turno en la larga lista de espera y a base de batallar, al menos, se ha evitado un terrible agravio comparativo, aunque hayamos tenido que enterarnos del escándalo, otra vez,  por la prensa.
En fin, lo que deseamos los ciudadanos es  que el morrocotudo enfado de Rajoy sea, por favor, la gota que colme el vaso de su inagotable paciencia y que se atreva a dar, de una vez, un puñetazo sobre la mesa, exigiendo una limpieza en profundidad entre las filas de su Partido, pues pareciera que se nutre de toda una cohorte de facinerosos a los que no hay por dónde coger y que por alguna extraña razón decidieron un día, de manera grupal, afiliarse a un PP, cuya imagen está siendo ostentosamente dañada, por la crudeza de toda esta suerte de tragedias.
Un poco de valor, Mariano.



                       

lunes, 27 de marzo de 2017

Una adjudicación vergonzosa


El nuevo Ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, llegado al gabinete de Mariano Rajoy, después de haber llevado la Alcaldía de Sevilla, se trajo consigo para que formara parte de su equipo a Gregorio Serrano, que había ocupado diversos cargos en el Ayuntamiento de la citada ciudad y al que colocó al frente de la DGT, puesto que actualmente ocupa.
Se dice que a los dos les une una profunda amistad que procede de sus años de colaboración en la Capital andaluza y que por ello, a nadie extrañó que Zoido le trasladara consigo a Madrid, al considerarle un hombre de su total confianza, al que deseaba tener cerca como  un apoyo seguro en un destino, que para el Ministro resultaba ser absolutamente nuevo.
La historia ha empezado a complicarse cuando los medios han publicado que al Director General de Tráfico le ha sido adjudicado directamente un piso en el interior de una Casa Cuartel de la Guardia Civil y que ya se han iniciado en la citada vivienda una serie de grandes  obras para su acondicionamiento, sin que hasta el momento se sepa cómo ha podido saltarse la larga lista de espera que existe para estas concesiones, sobre todo porque nunca ha pertenecido, ni pertenece en la actualidad, al Cuerpo creado por el Duque de Ahumada, en 1844.
 Poco han tardado los representantes de los miembros de la Guardia Civil en denunciar la irregularidad que supone otorgar una vivienda gratis a Serrano en uno de estos emplazamientos y más aún, que se le haya concedido inmediatamente un permiso de reformas que según fuentes consultadas, resulta casi imposible obtener en condiciones normales, mientras miles de miembros del cuerpo se agolpan en copiosas listas de espera y muy fundamentalmente si son considerados de bajo rango, dentro de la Institución citada.
El escándalo,  que le ha estallado ayer en la cara al Ministro del Interior y que de momento, como en otros muchos casos anteriores, se ha escudado en el desconocimiento de los hechos, para no tener que responder al acoso de la prensa, supone sin embargo, un caso más de presunta corrupción, pues estas viviendas forman parte de un patrimonio nacional, costeado por todos los españoles, a través de sus impuestos.
De momento, Serrano guarda un prudente silencio, probablemente porque daba por hecho que la protección de su amigo Zoido resultaría suficiente para que estos hechos no trascendieran y no sería de extrañar que la estrategia de dejar pasar el tiempo, fuera la aconsejada desde el PP, para que como otras muchas veces, el asunto caiga en el olvido.
Pero teniendo en cuenta que el sueldo de Serrano debe rondar los 85.000 euros anuales y comparándolo con los emolumentos que perciben los miembros de la Guardia Civil, resulta absolutamente incomprensible que se adjudique una vivienda gratis al primero, mientras los que aguardan pacientemente su turno, como miembros del cuerpo, tengan que costearse un alquiler, que para ellos puede suponer una enorme desmejora de su nivel de vida.
Las reacciones de los demás grupos políticos no se han hecho esperar y más pronto que tarde, no quedará más remedio que depurar las responsabilidades pertinentes, pues para que se haya dado esta situación, ha debido obligatoriamente existir una orden directa de algún alto cargo o no tendría ningún sentido que las obras, que por cierto van a costar 50.000 euros, hayan comenzado a ejecutarse en el citado inmueble.
Y puede que en el pasado este tipo de acciones pasaran desapercibidas debido a la tranquilidad que suponía gozar de mayoría absoluta en el Parlamento, pero ahora, con la fragmentación surgida de las últimas elecciones, la exigencia de que se ofrezcan inmediatamente explicaciones en el Congreso se ha convertido en algo rutinario y el Gobierno no podrá eludir, por mucho que lo quiera, evitar la comparecencia de Zoido en el Hemiciclo.
La indignación de la ciudadanía, no puede ser mayor, dado el gravísimo problema que existe actualmente con la vivienda en un país, en el que miles de familias han sido desahuciadas sin contemplaciones durante los últimos años, sin que se les haya ofrecido, en general, ninguna alternativa ocupacional que solucione un problema, que se está convirtiendo en endémico.
La verdad, si Serrano llegara a ocupar esa vivienda, el agravio comparativo que se produciría, no sólo con los miembros del cuerpo, sino también con la gente en general, podría considerarse casi un delito, como de Ley sería, que con esos 85.000 euros que percibe, no sólo se costeara su alquiler, sino hasta que ayudara a los que menos tienen, que son muchos y a los que no es la primera vez que se jacta de servir, en esos discursos ofrecidos, que podemos consultar en la Hemeroteca.
No cabe otro calificativo. Vergonzoso.




domingo, 26 de marzo de 2017

Baja médica


Una dolorosísima lesión en los hombros me ha impedido cualquier tipo de actividad durante la última semana y la condena del reposo, mientras se iban sucediendo una serie de trepidantes acontecimientos políticos a mi alrededor, sin poder escribirlos, me causa una frustración que sólo alivia esa especie de droga que son los relajantes musculares y que  en mi caso, conducen a una somnolencia permanente, que al menos consigue paliar la angustia de la inactividad que me consume entre los rincones de la casa.
Medianamente recuperada y a la espera de un diagnóstico un poco más certero, lo primero que hago es escribir, pues mis lectores habituales han debido pensar que había decidido cerrar el blog sin haberme despedido siquiera y por ello, les ofrezco esta explicación y mis disculpas, porque a veces flaquea la salud y nada puede hacerse por evitarlo.
Dicho esto y dejando a un lado el terrible atentado de Londres, que me parece, como todos los demás, sucedan dónde sucedan, un ejemplo de que algunos hombres han sido incapaces de evolucionar y que continúan eligiendo la razón de la fuerza, sobre la fuerza de la razón, las cosas en nuestro país, se mantienen en su línea de siempre y las noticias sobre las que no he podido escribir durante esta última semana, no difieren en nada de las que ya todos esperábamos que sucedieran, como sin duda habrán podido comprobar todos los que siguen a diario la actualidad  y de algún modo, se implican en ella.
Se han dado, sin embargo, dos cosas  significativas en estos  días y que podrían dar una idea aproximada de lo que puede ocurrir en el futuro que se nos viene encima en los próximos meses. Una es, que Mariano Rajoy no ha aprendido nada de esa primera derrota parlamentaria  que no le permitió seguir adelante con su plan sobre los estibadores y que se ha tomado, pero que muy mal, tener que dar marcha atrás en una cuestión que de haber abordado cuando gozaba de mayoría absoluta, hubiera sacado adelante, a pesar de la oposición del resto de la Cámara, por lo que en un ataque de evidente soberbia, ha empezado a amenazar con el fantasma de nuevas elecciones, a ver si así consigue convencer a determinados Partidos, de que en adelante piensen mejor antes de emitir sus votos en contra de lo que dicta su soberana voluntad, que en este caso coincide plenamente con la de los intereses de los grandes líderes europeos, a los que no ha debido agradar en absoluto, este  estrepitoso fracaso.
La otra es, que Susana Díaz, ha destapado a bombo y platillo su más que sabida intención de presentarse a las primarias del PSOE, arropada, cómo no, por una cohorte de sumisos barones que vitorean cualquier frase que salga de su boca y flanqueada por dos ex Presidentes de Gobierno, González y Zapatero, que parecen haber perdido el norte de aquella ideología que predicaron  con exaltación en el pasado, quizá porque se han acomodado a una situación de privilegio, desde la que ya importan poco los problemas que puedan afectar realmente a los ciudadanos.
El menosprecio a los otros candidatos, López y Sánchez, no puede ser mayor, hasta el punto de que ni siquiera se pronuncian sus nombres en las intervenciones que realizan los seguidores de Susana, como si de repente, se hubieran contagiado de esta estrategia que utilizan los populares con los imputados por casos de corrupción y que a todos nos ha parecido siempre, un desprecio hacia nuestra inteligencia.
No faltan, sin embargo, los ataques a las propuestas de los contrarios, como si defender que el PSOE continúe practicando la línea ideológica con que nació, se hubiera convertido en una aberración supina  y fuera necesario, perdón, por cojones, admitir una derechización totalitarista, que combine perfectamente con el tipo de políticas capitalistas que se proponen desde la Unión, abandonando para siempre el seno de esa izquierda que abrazaron todos y cada uno de aquellos que se definen como socialistas, en su pensamiento.
Entretanto, el recrudecimiento de la batalla con los nacionalistas catalanes, que ya homenajean a los que consideran como mártires de su causa, abiertamente, potencia aún más si cabe, la tozudez de este Gobierno, que nunca estuvo preparado para asumir la necesidad de dialogar, ni ha sabido jamás cómo hacerlo.
Sólo el anuncio de que ETA se decide por fin al desarme, consigue alegrar el negro panorama que nos circunda y ni siquiera eso. Porque no parece justo que este hecho pueda suceder, justo bajo el mandato de los que siempre se negaron a utilizar la vía de la negociación, para acabar con el problema vasco y que ahora, cuando el dolor se acabe por fin, sin duda se atribuirán el mérito de haber vencido a los terroristas ellos solos, como podremos comprobar, en poco tiempo.

Bueno, me alegro de volver. Gracias por la paciencia de esperarme. Yo también les echaba de menos.

jueves, 16 de marzo de 2017

La primera derrota


Por primera vez, el Gobierno de Mariano Rajoy pierde una importantísima votación en el Parlamento y no consigue sacar adelante el Decreto que trataba de modificar de manera lesiva las condiciones de trabajo de los estibadores, que hoy celebran en todos los puertos del país el eco que ha tenido su lucha, que ha logrado aunar los criterios de toda la oposición, a excepción de Ciudadanos, que no se ha atrevido a abandonar del todo a sus socios, conformándose con una abstención, que sabe a traición, tratándose de un asunto como éste.
Pero como todos sabemos, los de Albert Rivera están mucho más cerca de la ideología meramente conservadora que del progresismo del que presumen continuamente y a nadie puede pues extrañar que en cuestiones laborales se encuentren alineados con el imperio empresarial y no con los trabajadores que padecen los efectos terribles de la crisis.
Una representación de los estibadores, que contemplaba la votación desde la tribuna de los invitados en el Congreso, no ha podido contener su emoción al conocer los resultados de la misma y se han unido al aplauso de los grupos parlamentarios que les han apoyado en esta batalla, agradeciendo tal vez, el hecho de haber sido escuchados y comprendidos en sus reivindicaciones, al menos, por una mayoría del Parlamento.
Desmontar este entramado, sienta también un importantísimo precedente en la historia parlamentaria española y evidencia claramente que esa fragmentación de la que tanto se quejan continuamente los populares y que votó religiosamente el pueblo, la última vez que fue llamado a las urnas, empieza a dar muestras de que las imposiciones marcadas por las mayorías absolutas parece que se han terminado y que más de una vez, las líneas propuestas por el Partido Popular, han de verse truncadas por la unidad que sobre todo en  temas sociales, pueden alcanzar fácilmente  las Fuerzas de la izquierda.
Sin restar mérito a los demás, podría decirse que el éxito de la votación se ha debido en gran parte a las iniciativas de Izquierda Unida y Podemos, aunque para no faltar a la verdad, también se ha contado con la inmensa suerte de que el PSOE se halla sumido en un difícil proceso de primarias y no es este el momento más propicio para mostrar abiertamente su más que evidente derechización, por lo que no le quedaba otra salida que votar en apoyo de los trabajadores, para no perder del todo la poca credibilidad que le queda, como defensor de temas laborales.
Sin embargo, la ilusión de ver votar en unidad a la oposición, ha dejado claro a los ojos de los ciudadanos cómo podría haber sido esta legislatura, si se hubieran alcanzado acuerdos de corte progresista, elevándonos, aunque sólo haya sido por unos momentos, a una dimensión bien distinta de la nos vemos obligados a soportar, gracias a los apoyos que auparon a Rajoy al poder, hace sólo unos meses.
De haber sucedido tal cosa, ya se habrían transformado por ejemplo, decretos como la Reforma Laboral o la Ley Wert  y quizá, hasta se hubiera abandonado la inaceptable política de austeridad que tantos disgustos ha reportado a todos y cada uno de nosotros y que sigue en vigor, gracias al inesperado apoyo de los socialistas en aquella nefasta Sesión de Investidura que desencajó cualquier plan que pudiera terminar con la penuria del momento.
Es decir, que cuando se quiere, se puede y que echando la vista atrás, uno tiene la mala impresión de que en todo este asunto lo que ha faltado es voluntad de intentar resolver los problemas de los españoles, por una mera cuestión de orgullo partidista y sobre todo, por la sensación que tuvieron entonces los socialistas de sentirse seriamente amenazados por una Fuerza que entraba en el panorama político español, con la pujanza imparable de un torrente.
Mirando lo ocurrido hoy, no puede quedar más claro que Ciudadanos nunca hubiera sido un socio fiable para el PSOE y el tiempo, viene a dar la razón a los de Pablo Iglesias, para hacer lo que hicieron.
Ahora que ya no caben especulaciones y que la realidad cotidiana está colocando a cada cual en su sitio, siempre a través de sus acciones, no hay que ser un lince para saber que las líneas del socialismo tradicional han de coincidir mucho más con las de Podemos, que con las que defienden los que apoyan a Albert Rivera, en su ambiciosa ascensión hacia los círculos del poder que ansía.
Valga este ejemplo, para mover a la reflexión a quién finalmente se haga con la Secretaría general del PSOE, para que no incurra en los mismos errores que se cometieron en el pasado más reciente  y sirva también, a las clases trabajadoras de este país, para entender que nada se consigue si no se lucha denodadamente por alcanzar el triunfo.
Este camino que han abierto los estibadores rompe drásticamente con el conformismo y la mansedumbre de aceptar sumisamente las exigencias empresariales, pero además, lesiona considerablemente al fantasma del miedo.
Los avances que históricamente se consiguieron en el terreno laboral, nunca fueron concedidos sin que mediara en la negociación el valor y la persistencia en la lucha.
Motivos, sobran para no decaer en el intento.





miércoles, 15 de marzo de 2017

Espías en la sombra


Nos coge por sorpresa saber que los servicios de Inteligencia españoles han estando, durante muchos años, espiando por decisión propia a empresarios, políticos y al propio rey Juan Carlos, acumulando miles de horas de grabaciones visuales y audibles, que hoy empiezan a salir a la luz publicadas por un periódico, sin que se puedan calcular aún, cuáles serán las posibles consecuencias.
Conversaciones privadas e imágenes comprometedoras de  personas que tuvieron y aún tienen renombre en este país, parecen constituir este material explosivo, que viene a demostrar que nadie está exento de ser absolutamente controlado en todos sus movimientos y por ende, de ser chantajeado de alguna manera, si quienes poseen este tipo de información, lo considerasen oportuno, en cualquier momento.
El escándalo, que no puede ser más truculento e inquietante, pudo ya haber defenestrado, según la información que se maneja, a gente entre cuyos nombres aparece, por ejemplo, el del ex Ministro Narcís Serra y aún no se aclara cómo ni por qué sale ahora  a la luz, aunque la historia no ha hecho más que empezar y no podemos saber qué deriva tomará en los días venideros, porque las grabaciones que se han conocido hoy y que tienen nada menos que al Rey emérito como protagonista, apuntan en una dirección que  tiene poco que ver con el tema político y mucho con un resbaladizo terreno persona, que podría dañar gravemente la imagen que los ciudadanos tienen de algunos de estos personajes públicos.
 Por qué se hicieron estos exhaustivos seguimientos y con qué fin, son, en el momento actual, una incógnita, que tampoco aclara si estas prácticas continúan llevándose a cabo todavía o si por el contrario, los que viven de cara al público pueden estar tranquilos y vivir su privacidad con la seguridad de no ser estrechamente vigilados en su entorno más cercano, pudiendo utilizar con total libertad sus teléfonos o estando seguros de que en los lugares que visitan, incluida su casa, no existen cámaras ocultas que graben todos sus movimientos.
 Todos sabemos, que por razones judiciales, muchas veces se ha recurrido a estos métodos para destapar irregularidades que después han dado lugar al descubrimiento de famosos casos de corrupción, pero la gravedad del asunto que hoy comentamos reside, principalmente, en el hecho de que estos seguimientos, no parecen haber sido ordenados, en modo alguno, por los jueces, sino realizados sin móvil aparente, generando sin embargo, un jugoso instrumento de negociación que podría favorecer las aspiraciones materiales de algunos desalmados.
Irrumpe también esta noticia, recordándonos que cualquiera de nosotros podríamos  ser objeto de atención preferente en algún momento de nuestras vidas, sobre todo, si por cualquier razón tenemos la mala suerte de cruzarnos con algún asunto irregular, aunque fuera casualmente y que el manejo de móviles y ordenadores o la utilización de cualquier tipo de redes sociales, constituyen en sí mismo, un peligro difícil de controlar frente a los avances tecnológicos que permiten que sucedan este tipo de acontecimientos.
La información es, a la vez, un aviso específicamente dirigido a políticos, empresarios y a cualquiera que pertenezca a estas élites que se encuentran por encima del nivel de los simples mortales, dejándoles meridianamente claro que hace mucho que perdieron su elemental derecho a la intimidad y que cualquier acto que realicen, bueno o malo, podría terminar siendo conocido por el resto de la humanidad, pues no cuentan con los instrumentos que puedan contrarrestar este sofisticado tipo de delincuencia.
El vacío legal existente, en materias relacionadas con las comunicaciones a través de la red y que por conveniencia o por desbordamiento, no acaba de solucionar la desprotección en la que nos encontramos todos los que hacemos uso de ellas, agrava aún más si cabe, la sospecha de que el entorno en que vivimos ha dejado de ser para siempre un sitio seguro, para convertirse en una especie de Gran Hermano, en el que nos exponemos a ser milimétricamente observados por estos espías en la sombra.
Lo más inquietante, es que estos hechos no parece que puedan tener vuelta atrás y que la utilización de las vías que permiten vernos y oírnos a todos, desde no se sabe dónde ni por quiénes, va a convertirse en un valor en alza que sin duda terminará por favorecer los intereses  de estos voyeurs de nuevo cuño.

Convertirse en seres absolutamente insignificantes y anodinos, parece ser la única vía de escape.

lunes, 13 de marzo de 2017

Los primeros mártires


La sentencia que inhabilita a Artur Mas, durante dos años, para la ocupación de cualquier cargo público, aunque le absuelve del cargo de prevaricación, al igual que a Ortega y Rigau, sus compañeros, añade leña al fuego del  problema catalán, convirtiendo de facto a los condenados, en los primeros mártires reales de la  causa independentista y propiciando que las críticas al Estado español sean ampliamente justificadas por mucha de la gente que hasta ahora se mostraba escéptica y que de seguro serán, a partir de este preciso momento, convencidas de que se trata de una vía para frenar el proceso iniciado por éstos y otros muchos secesionistas.
Los mensajes lanzados con inusual rapidez desde los círculos catalanes de los  partidarios de la consulta y que muestran un total desacuerdo con la sentencia emitida esta misma mañana, ponen de relevancia el sentimiento generalizado que avala esta teoría y sirven de sostén para poder entender con claridad meridiana, que cualquier movimiento que realicen los independentistas, a partir de hoy, irá fuertemente avalado por el sufrimiento que supuestamente se infringe sobre estos tres condenados, poniendo incluso en cuestión que la libertad de expresión funcione plenamente en esta Democracia, a la que ya se ha calificado, literalmente, como de low cost.
 Si la intención del Gobierno central, que basa toda su defensa de la unidad del Estado, hasta ahora, en la vía judicial, era la de atemorizar a los líderes catalanes que se atrevieron a convocar y llevar a cabo el  referéndum del 9 de Noviembre, ya les garantizo yo que el fracaso está asegurado, pues al negarse a mantener verdaderos contactos y negociaciones en igualdad, con los principales representantes de los movimientos separatistas, acabarán por conseguir que todo se les vuelva en contra, ahora, con el motivo real de haber provocado una fanática admiración por estos tres primeros mártires, a los que seguramente seguirán otros y que podrían ser considerados como abnegados defensores de una identidad catalana, bastante denostada por cierto, por los principales líderes del PP, en todas y cada una de sus intervenciones sobre el tema.
Se da a los residentes en Cataluña en general y muy particularmente a los indecisos, que no eran capaces de discernir de qué parte estaba la razón, cierta justificación para pensar que la libertad de opinión es en su territorio severamente castigada por la acción de la justicia y que por el mero hecho de pertenecer a cualquier Formación que lleve en su programa el deseo de que Cataluña alcance la independencia, está asegurado el enfrentamiento con una Ley, creada desde un principio para favorecer únicamente los intereses de quienes se apoyan en la Constitución, para defender la Integridad del Estado.
Esta vía legal, que en ningún momento propicia que se explique a los catalanes las ventajas y desventajas de separarse de España, como si para independizarse bastara con firmar un mero documento, reafirma sin embargo, los temores, reales o fingidos, de todos los que optaron por reclamar el derecho a decidir de los que habitan en Cataluña y les coloca un paso por delante de quiénes ahora dirigen nuestros destinos desde Madrid y que son, en cierta medida, tanto o más nacionalistas que aquellos contra los que dicen luchar, amparándose en la Ley existente, como única arma para ganar esta batalla.
Su perniciosa intransigencia, acaba de subir a los altares a Mas, y a los que le acompañaron en su aventura aquél 9 de Noviembre, insuflándoles nuevas fuerzas para proseguir en el camino emprendido, acompañados ahora de un sinfín de admiradores venidos de todos los lugares de Cataluña y que seguramente les considerarán, por su valor al enfrentarse a sus enemigos, como héroes de un pensamiento que cada vez se extiende con mayor celeridad, en un territorio que afectado gravemente por la crisis, no encuentra salida que solucione sus verdaderos problemas de fondo.
Entretanto y por mucho que le pese a los conservadores, incapaces de habilitar un diálogo eficaz que suavice los ánimos de una y otra parte, el conflicto, sigue enquistándose peligrosamente en una sociedad fuertemente dividida por sus sentimientos territoriales, a uno y otro lado de este muro invisible, tras el que se fomenta, y creo que de una manera consciente, aunque no podría demostrarlo, un sentimiento de odio cerval, que costará sudor y lágrimas deshacer, pues está echando profundas raíces.
La sentencia de hoy, añade a lo ya plantado, una gran dosis del abono necesario para que la floración se produzca con trepidante celeridad y sea posible recoger los ansiados frutos sin demora y  por sorpresa.
Un tanto más, que acaban de apuntarse Mas y los suyos, pero no se podía esperar otra cosa, teniendo en frente a tales ineptos.


jueves, 9 de marzo de 2017

Acorralada


La sombra de la sospecha vuelve a pulular sobre la figura de Esperanza Aguirre, que durante mucho tiempo ha tenido la astucia de saber sortear los gravísimos acontecimientos acaecidos en la Comunidad de Madrid, durante su largo mandato, consiguiendo no ser salpicada hasta ahora por los casos de corrupción protagonizados por muchos de sus más estrechos colaboradores, a pesar de haber mantenido con ellos estrechos vínculos de amistad, que hacen dudar seriamente de su presunta inocencia.
 Lo que tratan de demostrar los jueces es que igual que ocurriera en Valencia, en Madrid hubo también una financiación ilegal del PP, procedente de la presunta concesión de las faraónicas obras públicas que luego llevaron a la Capital a un nivel de endeudamiento que a día de hoy, dista aún mucho de haber sido resuelto.
La abandonada Ciudad de la Justicia o los varios Hospitales de cuya construcción suele presumir a menudo Aguirre, obviando conscientemente hacer referencia a su falta real de equipamiento, podrían ser claros ejemplos de cómo consiguió la ex Presidenta montar las grandiosas campañas electorales que le permitieron permanecer en el cargo, durante tanto tiempo.
Sospecha el juez, que las obras eran adjudicadas a una gran empresa que a su vez contrataba los servicios de otras compañías de rango intermedio y que era ahí, inflando facturas y recaudando supuestas donaciones forzosas de determinados empresarios, donde se producía el presunto fraude que permitía gastar el dinero a raudales, a la ex Presidenta.
Declara Aguirre, en una encarnizada entrevista concedida a Antonio Ferreras, en La Sexta, que se considera a sí misma como la víctima más importante de los casos de corrupción en Madrid, alardeando además, de haber sido la única en dimitir de su cargo de Presidenta del PP en la Comunidad, como si con ello hubiera pagado por todas sus responsabilidades políticas, aunque por lógica aplastante tendría que haber ido mucho más allá, pues no cabe aquí, igual que en otros casos, alegar desconocimiento de lo que se cocía a su alrededor y menos, tratándose de quién se trata.
Pero esta vez, los argumentos esgrimidos por Aguirre parecen estar más en el aire que en ocasiones anteriores, pues las obras de las que se hablan, han sido durante muchos años defendidas personalmente por la ex Presidenta como logros icónicos de su gestión política, por lo que de nada valdrá tratar de eludir su participación real en los hechos y menos aún, si se demuestra que los cifras de sus campañas electorales coinciden con las facturas falsas con las que parece contar el juez, como prueba de la comisión del delito.
Poco ha tardado en empezar a ser abandonada  a su suerte por su Partido y ya hoy, Mariano Rajoy, se ha desligado del asunto en una rápida declaración ante los medios, argumentando que desconocía totalmente de lo que le estaban hablando y no queriendo, muy en su línea habitual, ni siquiera pronunciar el nombre de Aguirre, como ya ha ocurrido tantas veces, con otros cargos que pertenecieron a su Partido.
No podrá Aguirre, esperar del Presidente ninguna otra cosa, pues la clarísima enemistad que han evidenciado durante tanto tiempo y los continuos ataques de la Ex Presidenta a las políticas practicadas por Rajoy,  le niegan cualquier posibilidad de defensa por parte de la cúpula de Génova, ahora que llegan las vacas flacas y que además, no cuenta con las cotas de popularidad que la hicieron imprescindible, aunque molesta, para sus propios compañeros.
Anclada en el ala más recalcitrante del PP, el apoyo que puede esperar Esperanza a partir de ahora, sólo puede llegar del reducido círculo que rodea a José maría Áznar y sus más fieles defensores, pero su influencia real en el PP ni es, ni volverá a ser jamás lo que fue, cuestión que ha quedado muy clara tras la reelección del astuto Rajoy, que le ha ganado por la mano a quién le nombró sucesor, la posición de privilegio que antes disfrutaba.
Malos vientos soplan pues para Aguirre, que más pronto que tarde tendrá que demostrar su tan cacareada inocencia y que seguramente no podrá continuar dilatando en el tiempo, el momento de tener que explicar cómo y de qué manera gestionó el dinero durante los años que gobernó, con el agravante de estar acorralada por mala deriva que  tomaron aquellos a los que nombró como personas de su confianza y que van cayendo, uno a uno, en las garras inexorables de la justicia.
Ni sus críticas a Carmena, ni su imparable verborrea ocasional, podrán librarla de lo que se le viene encima, si su Dios no lo remedia.
Al final, ni la fama ni la vanidad, ni la soberbia de creerse superior a los demás, serán suficientes para frenar una caída que parece ser inminente.




miércoles, 8 de marzo de 2017

En la lucha


Jamás hubo nadie más valiente que las mujeres que empezaron este camino que aún no hemos terminado de recorrer, intentando demostrar que las diferencias entre géneros que se presuponían por tradición, resultaban totalmente ficticias, generando que por primera vez, esas figuras invisibles principalmente encargadas del cuidado de los hogares y los hijos y explotadas sexual y psicológicamente hasta la extenuación, por una casta de hombres  que hasta entonces se había considerado superior, vislumbraran en su interior una luz que abría ante sus ojos una mínima posibilidad de reivindicar que eran dueñas de la misma inteligencia y valores que se adjudicaba exclusivamente al otro sexo y que por tanto debían ser tratadas por igual, prescindiendo de estereotipos que por sistema, la sociedad aceptaba dócilmente.
Tildadas de locas y martirizadas por un machismo enraizado de manera corporativista, cuyo único deseo era el de mantener la tiránica hegemonía que alimentaba sus incontables privilegios, sentaron, sin embargo, un valioso precedente, pues su pensamiento fue ganando adeptas a lo largo y ancho de todo el mundo, despertando las conciencias que durante siglos habían permanecido ancladas a una cadena de resignación, que las ataba en cuerpo y alma a la voluntad, de los que hasta entonces habían sido sus dueños.
Su lucha y la de las que las siguieron en las décadas posteriores y el aprovechamiento de las pocas posibilidades de acceso a la educación que les permitían las limitaciones de la época, fructificaron torrencialmente, abriendo innumerables vías de acción por las que irse colando paulatinamente en un mundo pensado para los hombres y demostrando que una vez entendido el mensaje en su totalidad, nunca habría vuelta atrás en la intención de ir ganando derechos y que la rendición ni siquiera se contemplaba en ningún momento.
Gracias a ellas, hemos llegado hasta aquí y hoy, que paramos simbólicamente durante media hora en todo el mundo, para reafirmarnos en la batalla, hasta que la igualdad  sea un hecho, lloramos a las cayeron a manos de una violencia machista que continúa presente entre nosotros, sin permitirnos avanzar, como si el tiempo se hubiera detenido y ese afán de posesión que caracterizara a los hombres del pasado, se hubiera convertido en demasiados casos, en una carga genética que contradice la modernidad del momento, sin dejar evolucionar libre de cargas a una humanidad, en la que han de convivir ambos géneros.
Ninguna lucha ha durado jamás tanto tiempo, ni ha dejado tal rastro de intolerancia tras de sí, como ésta que mueve a las mujeres de la tierra a no dejarse vencer por el desaliento.
Por todas ellas, por  todas nosotras, que hoy hablamos un mismo idioma universal, que sentimos dentro el orgullo de ser mujeres y que procuramos desde la tolerancia, que el mundo sea mejor para todas y todos los que lo compartimos, el mejor homenaje ha de ser necesariamente, buscar la unidad, apoyar esta causa que no reclama más que justicia igualando los géneros y no ceder a la debilidad.
En el corazón de las mujeres de hoy, no puede haber sitio para el miedo.


martes, 7 de marzo de 2017

Desmontando a Bárcenas


No le están saliendo las cosas nada bien a Luís Bárcenas, con las declaraciones que se están oyendo en el juicio de la Gurtel y no le va a quedar otro remedio que recomponer radicalmente sus estrategias de defensa, para poder explicar de dónde salieron los cincuenta millones que tenía guardados en una cuenta suiza y que aún no se sabe si le pertenecían, como viene queriendo demostrar el PP, o simplemente figuraban a su nombre para ocultar la identidad de otros dueños, a los que hacía de testaferro, por motivos obviamente ocultos.
Otro ex tesorero del PP, Naseiro, ha declarado esta mañana que Luís Bárcenas no sólo no ha sido nunca marchante de arte, sino que ni siquiera ha demostrado interés alguno por esta materia, ni  coleccionado jamás obras que pudieran tener un valor, más allá que el meramente decorativo en las paredes de cualquier piso, echando abajo de un plumazo, la historia que el imputado ha mantenido desde el principio, de cómo había obtenido la inmensa fortuna que según él amasó haciendo esta clase de negocios, a la vez que llevaba las cuentas de su Partido en Génova.
El panorama que se abre ahora, no beneficia en absoluto al ex tesorero y le pone muy difícil poder salir impune de los delitos por los que se encuentra imputado, si no es, aviniéndose a negociar un pacto que aclare meridianamente a la fiscalía los oscuros asuntos que presuntamente se gestaron en la sede central del PP y ofreciendo nombres que a todos se nos antojan que han de ser de sobra conocidos, en el mundo de la política.
Ahora que Francisco Correa parece estar dispuesto a pactar, a cambio de una reducción de su pena y que la trayectoria que están tomando los acontecimientos no hacen más que perjudicar cada vez con más fuerza, a otros encausados en este Juicio, lo que Bárcenas sabe acerca de los entresijos del PP, va cobrando un inusitado valor a la hora de negociar una salida medianamente digna, si finalmente se decide a romper su silencio.
Con los populares en el poder, que Bárcenas aceptara esta opción podría ser un bombazo que con toda probabilidad acabaría por conducir directamente a la convocatoria de nuevas elecciones y ya les digo yo, que lo que puede haber debajo de esa manta de la que Bárcenas, hasta el momento, no ha querido tirar, echaría por tierra todos los probables resultados electorales que anuncian las encuestas, beneficiando claramente a los enemigos políticos de Mariano Rajoy, que saldría duramente tocado, si se produjera un escándalo de dimensiones astronómicas.
Mucho tiene que pensar, a partir de hoy, el ex tesorero popular y mucho que consultar con sus abogados, sus amigos y su familia, pues el hecho de que su argumento principal se convierta en insostenible, no augura buenos tiempos para su próximo futuro y por ende, tampoco para el de su amantísima esposa, a la que tanto defiende con su empecinado silencio.
Tiene ahora la justicia, un reto por resolver y quizá ha llegado el momento de apretar las tuercas a este personaje ya legendario, que forzosamente ha de guardar mucho más que su célebre cuaderno de anotaciones, para que desvele, de una vez, la pura verdad, aunque esto supusiera la caída fulminante de todo un Gobierno, que desde el primer momento ha tratado por todos los medios de desligarse de las actividades del que fuera su tesorero.
 La espada de Damocles, vuelve a posarse en la nuca de cada uno de los que habitaban en Génova, haciendo que contengan la respiración, por si se diera el caso de que Bárcenas se viera acorralado hasta tal punto, que no tuviera otra salida que tirar de la información que guarda tan celosamente.
La deriva de este caso depende en gran parte, de la tenacidad de los fiscales y de los jueces y lo que ocurra al final, se lo deberemos exclusivamente a ellos, que son al fin y a la postre, los auténticos encargados de que la justicia se imparta correctamente.


  

lunes, 6 de marzo de 2017

Funcionarios crucificados


El Presidente de la Comunidad de Murcia, que ha declarado hoy como imputado ante el Juez, ha intentado eludir la responsabilidad que se le reclama en este caso de corrupción, culpando descaradamente a los técnicos y funcionarios encargados de las obras en cuestión, alegando que su misión nunca fue más allá de lo meramente político, como si ocupar un cargo de poder, no llevara consigo la obligación de estar al tanto, aprobar o desechar, todo aquello que ocurre en las Instituciones.
Esta moda a la que se han apuntado reputados miembros del PP, de culpabilizar al funcionariado español de todos los males que suceden en áreas como la sanitaria, la educativa o cualquier otra en la que se ocupen puestos de trabajo obtenidos por oposición, se está convirtiendo, como se dice ahora, en viral y cada vez que se hace público un nuevo escándalo relacionado con malas prácticas llevadas a cabo, presuntamente, por determinados políticos, resulta muy útil avivar la leyenda negra que persigue a los funcionarios españoles, en su mayoría, responsables, comprometidos y cumplidores de sus labores, muchas veces, más allá de lo que les correspondería realmente.
Ya oímos a esperanza Aguirre cebarse contra el profesorado español, poco menos que calificándoles de vagos y vividores, justo antes de que se les rebajaran los sueldos y se les incautara una paga extraordinaria de Navidad, que aún no se les ha devuelto en su totalidad, o criticar abiertamente, junto a otros muchos de sus ilustre y engominados compañeros, a los participantes en las mareas blancas que salieron a la calle contra los recortes que se estaban y están practicando en la sanidad y que hacen que la salud de los ciudadanos y sus bolsillos, en general, hayan mermado considerablemente.
Tampoco se han librado de esta moda infecta, los funcionarios que ocupan cargos en los Ayuntamientos y muy particularmente si sus laborees se desarrollan en el área del Urbanismo, que tan buenos beneficios ha reportado, según sentencias conocidas, a una cantidad ingente de políticos condenados, cuya primera intención fue, como ahora ocurre con el Presidente de Murcia, echar balones fuera, tildando de inútiles a los encargados de gestionar los papeles de las obras llevadas a cabo en las ciudades y los pueblos.
El manido argumento, que se cae por sí sólo, en cuanto que en las imputaciones que hacen los  jueces, curiosamente no aparecen estos funcionarios señalados directamente por el dedo acusador de sus mandos, mientras que los que acaban siendo juzgados son siempre los políticos, siembra sin embargo, una desagradable duda en la ciudadanía en general, pues ya desde los años del franquismo, en los que los funcionarios eran elegidos a dedo, por su afinidad con el régimen, se ha ido creando alrededor de ellos una inquina que no ha sido en absoluto superada con el paso del tiempo, a pesar de que desde que llegara la Democracia, todo el funcionariado  haya de superar necesariamente una oposición, para ocupar cualquier tipo de puesto.
Muchos de ellos, como es el caso de profesores y profesionales sanitarios, han demostrado con creces su afán por salvar el sistema, durante los años de esta interminable crisis, enfrentándose a la brutalidad de los recortes aplicados en estas áreas por el Gobierno de Mariano Rajoy, como una auténtica casta de valientes. Han peleado con uñas y dientes por alumnos y enfermos enfrentándose abiertamente, en Hospitales, Escuelas y la calle, a las imposiciones que se pretendían desde el poder, llegando a ganar batallas que en principio parecían perdidas y que han beneficiado, aunque no sepamos agradecerlo, a todos y cada uno de nosotros .
Ninguno de ellos merece por tanto el trato vejatorio que se les dispensa desde las altas Instancias políticas, ni tienen por qué soportar los exabruptos que salen de la boca de determinados líderes sin conciencia, que les han convertido, por mera diversión o por la necesidad de ocultar otras cosas, en una diana sobre la que lanzar dardos envenenados, cada vez que se destapa una corruptela directamente relacionada con algún miembro del PP, como si fuera un colectivo maldito al que hubiera que erradicar, mientras otros se llenan los bolsillos con el dinero de todos los españoles.
En defensa de la decencia del funcionariado, de su honradez y hasta de su inagotable paciencia al soportar estas inagotables presiones a que se les somete, sin orden ni concierto, habría que decir, que gracias a ellos y su labor, el país, ha seguido funcionando a pesar de la crisis, durante estos últimos tiempos. Nuestros hijos han continuado aprendiendo. Nuestros enfermos se han ido curando. Nuestros pobres, han sido atendidos, en relación con el bajísimo presupuesto de que se dispone, por los Servicios sociales y la Investigación sigue reportándonos inmensas alegrías, a pesar de los pocos medios con los que se cuenta para lograr avances. Han funcionado, todas las ventanillas de los Organismos Oficiales, la policía, acude si se la necesita y los bomberos han apagado los fuegos que han ocurrido, con mayor o menor presteza, aunque continúan en la lucha, por una falta de material que dificulta su labor considerablemente.

Habría que preguntarse, dadas las circunstancias, si se podría decir lo mismo de nuestros políticos.

domingo, 5 de marzo de 2017

Esclavo de su ambición


Con un panorama político tan fragmentado, como el que surgió después de las últimas elecciones, los acuerdos entre Partidos se hicieron, por primera vez desde hacía muchos años, imprescindibles y no ha habido nadie que entendiera el mensaje que lanzaron los españoles de manera más clara, que el líder de Ciudadanos, Albert Rivera.
Proveniente de la política catalana, en la que no tuvo demasiada suerte debido a su carácter marcadamente españolista, pero sin llegar a asumir nunca esta etapa de duros fracasos, dar el salto a la política nacional, en un momento en el que los casos de corrupción acosaban peligrosamente al PP, poniendo en grave riesgo la conservación de la mayoría absoluta lograda en 2011,en el Parlamento, fue para Rivera un extraordinario golpe de suerte con el que poder hacer realidad su sueño de convertirse en un personaje de primera línea de fuego y una oportunidad irrepetible para jugar unas cartas que ha sabido hasta ahora mover con la agilidad de un tahúr, hábilmente colocado en una mesa en la que resultaba prácticamente imposible que ninguno de los otros jugadores se hiciera con la partida.
El miedo de los ciudadanos a propiciar un cambio demasiado drástico, como el que proponía Podemos y la extrema debilidad en que se encontraba el PSOE, fundamentalmente a causa de unas luchas internas que aún no se han logrado resolver, terminaron por convertir a Ciudadanos, en una especie de llave maestra, capaz de abrir las puertas de la gobernabilidad a cualquiera que pudiera aceptar una serie de acuerdos y de empujar a sus enemigos más directos a decantarse por la abstención, con tal de evitar que Pablo Iglesias tuviera un protagonismo político, que ninguna de las Fuerzas más conservadoras deseaba.
De ahí, la firma del acuerdo con los socialistas de Pedro Sánchez que después se rompió, ante la negativa del PP a refrendar a un candidato que no le inspiraba confianza y la maniobra inmediatamente posterior, que terminó con la defenestración del Secretario General socialista y la rendición incondicional de la Gestora, en la coronación como Presidente de Mariano Rajoy.
La ambición de Rivera, que pareció verse colmada tras aquella extraña Sesión de investidura y que le trajo una inmerecida fama de líder conciliador que sus partidarios se encargaron de airear a los cuatro vientos, como si los encargados de gobernar a partir de entonces el país, fueran a someterse sin resistencia a todos y cada uno de los puntos rubricados en el acuerdo, ha sido después, por la contundencia de los hechos acecidos desde entonces, patéticamente frenada, hasta hacerse evidente que los planteamientos que llevó en su programa y muy especialmente, aquellos que acordó con los populares, no sólo nunca serán cumplidos, sino que dejan al descubierto que las verdaderas intenciones de Rivera y los suyos no eran otras que ocupar puestos de responsabilidad y que por conservarlos, estarían dispuestos a renunciar, a sus más elementales principios.
El caso del Presidente de la Comunidad Murciana, Pedro Antonio Sánchez, y la negativa rotunda del PP a exigir su dimisión, tras haber sido imputado por la justicia, han vuelto a colocar a Rivera en el punto de mira de todos los medios, que exigen al líder de Ciudadanos, una inmediata respuesta que ratifique la autenticidad del pensamiento que siempre dijo defender y que ahora, parece aparcado en un largo compás de espera que no termina de aclarar cuál será la postura que adoptará esta Formación, aunque a día de hoy, la única verdad, es que Sánchez continúa ocupando su puesto.
Las conversaciones entabladas en Murcia con los socialistas, no parecen, de momento, preludiar un entendimiento entre ambos y mientras van pasando los días, la única constancia que queda a los electores que confiaron en Ciudadanos en las últimas elecciones, es la haber sido estrepitosamente engañados por la imparable verborrea de este atractivo joven, que sin embargo, carece del suficiente empaque político para mantenerse inflexible en esta escabrosa cuestión de la corrupción o que al menos, la está tolerando clarísimamente, en el caso del Presidente de Murcia.
Así que la misma ambición que parecía constituir la principal virtud de Rivera y que logró sacarle de la mediocridad en que se encontraba en su Cataluña natal, ofreciéndole un puesto de relevancia en la política nacional, se vuelve a hora en su contra, encadenándole a unos acuerdos que quizá nunca debió firmar y esclavizándole a las exigencias tiránicas de un Partido Popular, al que tal vez subestimó, creyendo en unas posibilidades de manipulación, que realmente no tenía.
Rivera hará, lo que Mariano Rajoy le ordene y sus palabras, en este caso sus acuerdos, a los que el viento suele arrastrar borrando para siempre sus huellas, quedarán, en la memoria de los españoles, como una mera anécdota que una vez soñó un recién llegado al poder, que sin embargo no contaba con la astucia, la sagacidad y las malas artes, de los que por un momento, fingieron ser sus amigos.
Ganar y perder, son, todos lo sabemos, caras de una misma moneda que lanzada al aire, depende de un instante de suerte.

Si Rivera cede en esta cuestión, su racha, ya se lo anticipo, habrá terminado definitivamente.

jueves, 2 de marzo de 2017

Una vergüenza nacional


Niega el Supremo la exhumación del cadáver de Franco, que se encuentra en El valle de los caídos, un monumento erigido en los años de la Dictadura como homenaje a sus muertos en la guerra civil, aunque construido por presos republicanos, que en muchos casos murieron allí, quedando sepultados para siempre, mientras los partidarios de los golpistas celebraban sobre sus huesos, las “hazañas” llevadas a cabo durante y después de la contienda y convirtiendo el lugar en el único complejo en Europa que exalta abiertamente al fascismo.
Pide el PP, que se deje en paz a los muertos, desde una perspectiva que sin embargo no contempla los miles de cadáveres del otro bando que aún yacen debajo de las cunetas y que mantienen, a pesar de haber transcurrido más de setenta años, a sus familias sumidas en el dolor de no haber  podido nunca recuperar los restos de sus seres queridos.
Hablan, como si hubiera que olvidar forzosamente uno de los episodios más vergonzosos de la Historia de España, sin respetar la Ley de Memoria Histórica que obliga a costear a los Gobiernos todos los gastos de las exhumaciones y con cierta ironía que delata su  clara preferencia por el bando ganador, en detrimento de todos aquellos a quienes les fue arrebatada la vida, por defender al Gobierno legalmente constituido.
Pretenden, una conciliación que no ofrece igualdad de condiciones entre unos y otros muertos, como si incluso después de haberse terminado la vida, pudieran mantenerse intactas las diferencias entre clases que tanto gustan  a los señores de la derecha, para hacer valer sus extraordinarios privilegios y hieren vilmente el honor, no sólo de aquellos que fueron fusilados simplemente por mantener unos ideales, sino también el de los que sólo reclaman un poco de comprensión, para poder enterrar a sus muertos, llorarlos y homenajearlos, sacándolos por fin del espantoso silencio que les ha rodeado, durante más de medio siglo.
Que el Valle de los Caidos, hace tiempo que debiera haber desaparecido, todo el mundo lo sabe y lo comprende, pues su significado real, como monumento a una ideología que azotó Europa de la manera que entonces lo hizo y que acarreó las consecuencias que desgraciadamente conocemos, mueve a pensar que en cierto modo, en este País nuestro se sigue apoyando a personajes de la categoría moral de Hitler o Musolini, a los que sería impensable homenajear, en cualquier otro lugar del mundo.
Puede que en España se pierdan judicialmente todos los intentos de cerrar un lugar de tan nefastas connotaciones, pero es de esperar que en cuanto el caso llegue a los tribunales europeos, la razón se imponga ante la fuerza bruta de quienes aún se sienten  capaces de defender su supervivencia y que de una vez, se haga justicia con todos aquellos que nunca tuvieron siquiera la oportunidad de mostrar en público su dolor, sin ser inmediatamente agredidos y humillados, por los que desafortunadamente, aún nos gobiernan.
Desterrar los símbolos del fascismo, esas placas instaladas aún en muchas iglesias de los pueblos de nuestro país, los nombres de las calles que honran la memoria de los golpistas que intervinieron en la contienda, ha de ser, necesariamente, una obligación y al igual que se aceptan las exigencias europeas y los recortes impuestos desde allí, de manera sumisa y obediente, deben también cumplirse a rajatabla las imposiciones que son comunes al resto de los países que forman la Comunidad, en los que sería inimaginable, por pura lógica, exaltar la figura de ninguno de aquellos líderes fascistas.
Sólo Franco, sepultado en su intocable mausoleo marmóreo, presidido por esa enorme cruz, como símbolo de una religión cuyos principios jamás apoyarían la férrea Dictadura que mantuvo en este país, durante más de cuarenta años, permanece intocable en un lugar de honor, que nos recuerda a diario el terrible sufrimiento infringido sobre todo el que tuvo a bien discrepar con las teorías de su pensamiento.
Esta incomprensible sentencia, que más que apoyar una posible reconciliación nacional, insta a la indignación a todos aquellos que nunca pudieron recuperar siquiera su buen nombre, no puede, sino resultar esperpéntica a los ojos de los que hoy poblamos esta nación, que nunca será del todo libre, si no es capaz de ahondar en la verdad de lo ocurrido en su propia historia.