viernes, 30 de agosto de 2013

Tambores de guerra


La vuelta de las vacaciones se hace mucho más cuesta arriba con el sonido de fondo que anuncian los tambores de la guerra.
Siria y sus armas químicas recuerdan demasiado a la destrucción masiva que se anunciaba por parte de Irak y el sueño de Obama que produjo la ensoñación de los estadounidenses, como contrapartida al belicismo de Bush, se rompe en mil pedazos con la intención intervencionista que se está pensando el presidente, ahora que ocupa el despacho oval de la Casa Blanca y los intereses económicos se han convertido ¿cómo no?, en su más absoluta prioridad y Siria, huele de lejos a negocio redondo.
 Enfrascados en la cortina de humo del asunto de Gibraltar, que ha logrado envolver, al menos parcialmente, la estela fétida del caso Bárcenas, los populares retoman el curso político seguramente dispuestos a estar al lado de lo que decida USA sobre el conflicto sirio y con toda probabilidad, deseando tener que tomar una decisión sobre esto, a ver si el asunto del ex tesorero quedara finalmente sepultado en el olvido y pudieran terminar la legislatura, sin tener que enfrentarse cara a cara, con la fría espada de la Justicia.
Han servido de mucho unos días de paz espiritual, en los que se ha tomado distancia de los problemas que nos envuelven y ha sido verdaderamente provechoso volver a la hermosa sensación interna que da sentirse en absoluta libertad, sin condicionamientos que estropeen el devenir natural de las cosas.
Había que renovarse antes de enfrentarse al calor del otoño que se presiente y convenía el reposo para tratar de no caer en las garras del horror de un País, visiblemente perjudicado por los avatares de la crisis, en el que no se adivinan los focos de luz que presume el gobierno y sí la miseria que obliga, cada vez más a las personas, a echarse a la calle a mendigar, como única vía de sustento.
También la oposición retoma sus quehaceres, mientras Carme Chacón anuncia una retirada provisional de la primera línea de fuego, evidenciando que sus diferencias con Rubalcaba no eran tan nimias como se pretendían y amenazando con volver para, según palabras textuales, contribuir al cambio generacional y de rumbo que necesita el PSOE y que, tácitamente, tiene mucho que ver con la marcha de su líder actual, para esta militante a la que se obligó a renunciar a sus sueños de poder, hace ahora poco más de dos años.
Y mientras vamos retomando el camino de la rutina y nos acostumbramos a ir dando de nuevo sentido a las frases que constituyen a diario la esencia de estos artículos, las piezas de la candente actualidad, van encajando en el puzle que quieran construir los que manejan las riendas del poder y con los que nada tenemos que ver los seres humanos que todavía creemos en que somos merecedores de una vida mejor que alivie la tragedia de los más humildes.
Ya exprimieron Irak. Siria es el próximo objetivo y la intervención será un hecho.






jueves, 15 de agosto de 2013

Cerrado por vacaciones


Tras un año de intenso trabajo, propiciado por la importancia de las noticias, llega el momento de tomarse un respiro, al menos, mientras conservemos el derecho a las vacaciones de que aún disfrutamos y no nos encontremos un día con que una de las extrañas reformas de Rajoy, nos dejan sin esa prerrogativa ganada a pulso, como nos ha dejado sin otras cosas, en sus dos años de gobierno.
Marcho en plena efervescencia del caso Bárcenas y dejando que los españoles rumien la declaración ante el Juez de María Dolores de Cospedal, que uno no sabe muy bien cómo tomarse, si como una manera de eludir responsabilidades propias o como un paso meditado hacia un posible relevo de Rajoy, más bien a corto plazo.
Como ella no se va a preocupar de si los ciudadanos cambiamos de destino en este Agosto realmente atípico en cuanto a las noticias, he decidido que yo tampoco voy a prestarle a ella ninguna atención, aunque no sea más que para corresponder al continuo desprecio que hacia la sociedad española practica, con su modo de actuar como Presidenta de Castilla la Mancha y sus burdas explicaciones sobre despidos e indemnizaciones en diferido, que no hay un Dios que entienda.
Así que abandono el sur y busco, como siempre, la maravilla climática de las tierras del Norte, dejando que la cosa política empiece a encontrar asiento en mi ausencia y todo aquello que tanto nos preocupa, termine por ser clarificado por el buen hacer del Pobre Juez Ruz, que necesitará de enorme paciencia, si quiere encajar las piezas de este inmenso puzle plagado de enredos y del que no se sabe bien aún, quiénes son sus principales protagonistas.
Hago el firme propósito de no acercarme al teclado del ordenador, ocurra lo que ocurra, aunque ya anticipo que de producirse alguna sonora campanada que cambie el curso de nuestra maltrecha historia actual, no sé si podré conseguirlo.
Pero yo necesito descansar y mis lectores, con toda probabilidad, agradecerán también un pequeño lapsus en esta cadena de malas noticias que me veo obligada a escribir apremiada por la realidad que nos trae cada mañana la maldita crisis y la malísima gestión de estos gobernantes, ahora muy ocupados en urdir cómo escapar de los tentáculos de la trama Gurtel.
Como todos los años, no puedo hacer otra cosa que agradecer la atención que me prestan desde todos los lugares del mundo y rogarles que me disculpen si a veces me pueden el hastío o el pesimismo y no encuentran en esta humilde página una razón para seguir acudiendo a nuestra cita de todos los días.
No siempre está una en plenitud de facultades y menos aún, cuando es tanta la crispación acumulada por la fiereza de los dramas familiares que nos rodean en los últimos tiempos.
Sin embargo, por alguna extraña razón, este blog que empezó sin más pretensión que ser un desahogo emocional para quien lo escribe, ha ido ganando adeptos que motivan con su lealtad una continuidad en el tiempo y la ilusión de saber que las ideas propias, son compartidas por una multitud de desconocidos que animan a no decaer y a continuar escribiendo.
Todos ellos y yo, formamos parte de un mundo distinto al que nos propone este Sistema y conservamos la suficiente rebeldía, como para intentar cambiarlo.
Donde quiera que estemos, vamos ahora a disfrutar del resto del mes, sin que nadie nos estropee la dicha de ser libres para hacerlo.
Nos vemos en Septiembre.


martes, 13 de agosto de 2013

Una crisis de amnesia


Como era de esperar y tras ser recibidos con abucheos mientras entraban en el  Palacio de justicia, Cascos y Arenas no han admitido ante el juez Ruz  haber recibido sobresueldos en dinero B, en el periodo en que ocuparon la secretaría general del PP, respectivamente.
Hubiera sido una estupidez admitirlo sin ningún tipo de presiones y, ya se sabe, que todo aquel que comete delito se declara, en principio, siempre inocente.
Sin embargo y respecto al asunto de las “donaciones”, ambos han coincidido en aplicar la misma estrategia, es decir, alegar que toda la responsabilidad y manejo de las mismas han estado siempre a cargo de quien ocupaba el cargo de tesorero, en este caso de Bárcenas, ahora en prisión, y que es precisamente la razón de su citación como testigos, por las acusaciones vertidas sobre uno y otro, de palabra y también a través de sus famosos papeles.
Es curioso que las respuestas de Cascos y Arenas hayan coincidido en este asunto, estando como están, bastante distanciados políticamente desde que el primero abandonara de mala manera el PP, por lo que todo hace creer que la táctica bien podría venir aconsejada por sus abogados que aunque representando a sujetos distintos, la habrían considerado como la mejor vía para salir airoso de este primer encuentro con la Justicia.
Otro punto en común, ha sido el de repetir hasta la saciedad que no recuerdan, cada vez que eran interrogados sobre algo que directa o indirectamente pudiera dar lugar a la suposición de que estaban implicados en estos hechos, lo que demuestra una vez más que la amnesia repentina sigue siendo un recurso fácil para cualquier sospechoso de delito fiscal y que su uso continuado se ha convertido en habitual, últimamente, como si a todos les hubiera sido arrebatada de pronto, la memoria.
No recordar, no obstante, no significa que  ciertas cosas no haya sucedido, sino que el individuo que es objeto de interrogatorio por parte del Juez, o ha perdido toda capacidad de recuerdo, o considera que lo que pueda decir respecto a lo que se le pregunta, podría dañar seriamente sus intereses personales y utiliza esta técnica para no incurrir en perjurio.
No siempre acaban bien estas crisis de amnesia y a veces, al demostrarse posteriormente la implicación de los interrogados en los hechos, se viene a concluir que la razón de su desmemoria no era otra que la de zafarse del azote de la justicia y evitar las graves consecuencias que una acusación formal traería sobre ellos y el pago de las penas que les cayesen si, en última instancia, se probara su culpabilidad.
Mucho nos tememos que también Cospedal adolecerá mañana de esta ausencia absoluta de recuerdo y que igual que Cascos y Arenas, negará con total rotundidad haber recibido sobresueldos en B, incluso presumiendo después, de haber tenido la oportunidad de colaborar con la Justicia.
Por eso tienen razón los que piensan que se impone la necesidad de un careo entre las partes de este farragoso asunto y en vista de lo acontecido, incluso puede que el Juez Ruz se decida finalmente por ello.
·El pulso de lo que opina la sociedad quedaba claramente demostrado en la manera en que un nutrido grupo de preferentistas de Bankia, despedía a Cascos y Arenas, a su salida de la Audiencia. Los dos necesitaron escolta policial para poder llegar hasta su coche. Sobran las palabras.


lunes, 12 de agosto de 2013

Rogando que Bárcenas hable


A la espera de las comparecencias ante el Juez anunciadas para esta semana y que protagonizarán M.D. de Cospedal, J. Arenas y F. Álvarez Cascos, se sigue calentando el conflicto de Gibraltar y ahora Cameron dice que recurrirá a la justicia si como se prevé, se mantiene la dureza en los controles en la frontera, o se establecen las tasas anunciadas por el gobierno español y que mermarían considerablemente el número de visitantes del Peñón, para disgusto de sus habitantes y también de los de La Línea.
Como ajeno a todo lo demás, Madrid sigue privatizando Hospitales haciendo caso omiso a las continuas protestas ciudadanas que se oponen a ello, por considerar que tales medidas suponen una pérdida en el derecho a una Sanidad Universal y una merma en la calidad de los servicios prestados a todo aquel que los necesita, en un caso de enfermedad.
Nuevamente vapuleados por las publicaciones de El Mundo, los populares se apresuran a considerar la posibilidad inminente de una renovación generalizada en las filas de este Partido, con la clara intención de conseguir un lavado de imagen tras las graves acusaciones vertidas por Bárcenas, que implican prácticamente a la totalidad de sus líderes y viendo por el transcurso de los acontecimientos que más pronto que tarde, muchos de ellos se verán obligados a retirarse, a causa de su presunta implicación en este oscuro asunto de extorsiones y sobresueldos, que cada vez parece más cerca de poder ser probado.
Pero ni siquiera la espada de Damocles que pende sobre la nuca de nuestros actuales gobernantes, consigue disuadirles de su tenacidad en aplicar los recortes que propone Europa y de no remediarlo pronto una serie de forzosas dimisiones en cadena, probablemente acaben por aceptar la reducción salarial que aconsejan el FMI y Bruselas, para ruina de todos nosotros.
Todo el País ruega pues encarecidamente a Bárcenas que ponga encima de la mesa, a la mayor brevedad posible, toda la información que tenga y que si alguna vez tuvo una mínima vocación de servir a este pueblo, lo haga ahora sin tener piedad de cuántos se encuentren implicados en la trama de corrupción de Génova, haciéndonos el impagable favor de alejarlos de nuestras vidas, antes de que con sus nefastas políticas nos arrastren hasta un abismo del que difícilmente podríamos salir.
Que hable y que lo haga como quiera, a través de El Mundo o ante el Juez, pero sin dar a nadie la posibilidad de poder manipular sus delitos o hacer creer a los españoles una de esas fantasías animadas que tanto les gusta contar y que  podía dañar la inocencia de algún que otro crédulo.
Que lo haga por afán de venganza o por mera necesidad de supervivencia, por voluntad propia o negociando un acuerdo que le beneficie, por él, por su esposa o por los suyos, por orgullo, por dignidad o simplemente, porque los demás no merecen su silencio.
Que lo haga ya y no espere a que llegue un otoño que sería insoportable para millones de ciudadanos y en general, para el País que gobiernan los que ahora son sus enemigos, porque el cuentagotas que emplea en la dosificación de lo que guarda, ha podido servir hasta aquí, pero se deterioraría si se dilatara en el tiempo la información y los encargados de hacerla pública consideraran que pasó de moda, teniendo en cuenta la fugacidad de las noticias.
Que lo haga y no obligue a este sufrido pueblo a tener que soportar otros dos años de mandato de aquellos que no han cumplido una sola de sus promesas electorales y que son los mismos que atentan a diario sobre los derechos fundamentales que nos asisten, dejándonos sin esperanza de futuro y obligándonos a prostituir a nuestros trabajadores, a cambio de salarios de miseria.

Que lo haga de nombre de los seis millones de parados, de los jubilados, de nuestros hijos, de sus maestros, de los médicos y enfermeras, de los mineros, de las amas de casa, de los funcionarios, de los pescadores, de los afectados por las preferentes, de los desahuciados, de los hipotecados, de los investigadores, de los actores, de los escritores, de los artistas de los enfermos…y también en el mío, que desde esta humilde página, hago lo que puedo por dar a conocer la verdad de lo que está ocurriendo y que por desgracia tantas veces se nos oculta, muy a pesar nuestro.

domingo, 11 de agosto de 2013

La nómina


Una nómina que demuestra la vinculación profesional de Bárcenas con el PP, prácticamente hasta su ingreso en prisión, aparece publicada en el diario El Mundo, poniendo en entredicho las declaraciones de Mariano Rajoy ante el Congreso, en las que aseguraba que el ex tesorero ya no trabajaba para su Partido, cuando él asumió la Presidencia del gobierno.
Era de esperar que un día u otro apareciera alguna prueba de este tipo, dada la minuciosidad demostrada por Bárcenas a lo largo de todos los años al servicio de la formación conservadora, a raíz de lo que se ha ido viendo desde que descubrió que estaba solo, en esta lucha con la Justicia.
Pero es que a la nómina, además, la acompaña una carta en que el ahora encarcelado, pregunta directamente a Rajoy por las funciones que habría de desempeñar a partir de entonces, y que dice literalmente…”teniendo en cuenta las circunstancias actuales”
El documento se ubica en unos folios, encabezados por el símbolo del PP y se puede apreciar con total claridad que se trata de un formato estándar, utilizado a la sazón, por casi todas las empresas, para que sus trabajadores tengan constancias de los emolumentos recibidos y del desglose de los mismos, en los apartados correspondientes.
La explicación de los populares no se ha hecho esperar, volviendo a retomar el concepto que puso de moda María Dolores de Cospedal, con su famosa indemnización en diferido, con la que ahora tratarían de justificar el pago mensual de más de dieciocho mil euros, sin que por el momento se haya aludido en modo alguno al chofer, la secretaria y el despacho, de que Bárcenas seguía disfrutando, a pesar de que según ellos, ya estaba despedido.
No parece que nadie tenga intención de presentar prueba escrita del pacto de dicha indemnización, que de haberse producido, habría dejado algún testimonio que demostrara su existencia, aunque los principales líderes del PP y el ala de la prensa que los apoya incondicionalmente, basen la defensa de este nuevo revés, en este débil argumento.
Sin embargo, los indicios apuntan con toda claridad a que  dicha indemnización nunca llegó a producirse y que los papeles reproducidos por el Mundo en portada, se corresponden estrictamente con una nómina mensual, aunque se entiende que con toda probabilidad, el ex tesorero habrá conservado muchas más, que podrían aparecer también, en cualquier momento.
No será fácil para Rajoy justificar así su mentira de hace unos días en el Congreso, con lo que su débil credibilidad sigue decreciendo por moda momentos, arrasada por el vendaval de información almacenada por Bárcenas y que como todos intuimos, podría ser aún de mucha más contundencia, aunque de momento esté siendo  hábilmente dosificada para beneficio de su situación personal y se guarde la de mayor importancia para ser desvelada en un futuro próximo, rematando el fin de una historia que termine con la obligada dimisión del Presidente de este gobierno.
Da la impresión de que la estrategia a seguir será la de ir desmantelando una a una, con pruebas fehacientes, todas las afirmaciones que intentan desesperadamente desligar a Rajoy del asunto De Bárcenas y que, si nada lo remedia, concluirán por determinar no solo su implicación en el mismo, sino también la de sus más estrechos colaboradores, como Cospedal o Arenas, por ejemplo.
De ser cierto que existen grabaciones, del tipo que sean, ya nadie podrá negar la evidencia, pero primero, habrá que oír lo que tienen que decir al Juez, los dos anteriormente citados esta misma semana, sin olvidar  a Álvarez Cascos, que al no estar ya en el PP, podría constituir la llave que abriera la caja de los truenos en esta investigación, sin piedad para con sus antiguos compañeros.

El enigma está servido. En el próximo capítulo de este serial por entregas, una nueva vuelta de tuerca pondrá al rojo vivo la intensidad de un guión del que nadie conoce el final, pero que todos auguramos que no será precisamente feliz, para los que ahora nos gobiernan.

jueves, 8 de agosto de 2013

Certeza de hambre


Por mucho que les cueste a los políticos de todo signo reconocer la verdad, la realidad de cientos de miles de familias españolas, en la que ninguno de sus miembros adultos aporta nada a la bolsa común, a causa del desempleo, va dejando una estela difícil de ocultar, que evidencia la, certeza del hambre.
Como en plena posguerra, los Ayuntamientos, Colegios y otros organismos no gubernamentales, se han visto abocados a la necesidad de crear Comedores infantiles para que los niños sin ingresos familiares en su entorno hagan, al menos, una comida  al día, que los libre de una indiscutible desnutrición que se produciría, si tuvieran que depender de lo que sus progenitores pueden llevar a la mesa para alimentarse a sí mismos y a sus hijos.
Todos se afanan en negar la evidencia y dicen que se exagera cuando se ofrecen cifras que sin embargo, se pueden comprobar con facilidad si uno se dedica a contar con paciencia cuántos de estos niños pasan a diario por estos Comedores sociales, con la seguridad de que ninguno de ellos va allí por el deseo de vivir una aventura y sí porque de otro modo, no tendrían la oportunidad de comer o hacerlo, apenas, con una dieta basada en los productos más baratos del mercado y teniendo que prescindir, por ejemplo, de la merienda, de la cena y algunas veces, también del desayuno.
La imagen que queda en la retina no puede ser más escalofriante y recuerda demasiado al auxilio social que Franco estableció, después de ganar su maldita guerra y las historias de estos niños se parecen escandalosamente a las que nuestros padres nos contaban y de las que ellos fueron protagonistas, en un país que entonces, salía de un conflicto armado que lo había dejado en la miseria.
Esta de ahora es otra guerra, incruenta, programada por la avaricia de unos cuantos, para los que las personas han pasado a tener un papel secundario frente a sus ansias de poder absoluto, que pasa por esclavizar a la humanidad, física y psíquicamente.
La miseria de ahora no se da en ciudades bombardeadas, sino en medio de la opulencia, lo que convierte en mucho más dura la supervivencia de los pobres, que han de asumir que la abundancia existe al lado de sus casas, pero que ni ellos ni sus hijos tendrán la oportunidad de disfrutarla jamás, más que como un espejismo inalcanzable que se desvanece en cuanto cruzan el umbral de su puerta.
¿Dónde está la justicia social de que tanto se habla en las reuniones de los grandes y dónde se han propuesto establecer el límite que termine con la pesadilla insufrible de la miseria que abate a los más débiles, en este mundo globalizado que se entrega sin resistencia a los brazos del Capital, manejado por una nueva clase de tiranos, a los que ni siquiera conocemos?
El abismo creado entre clases y la evidencia de la cruda realidad que padecemos, ya es un hecho innegable. Lo que esperamos a partir de ahora, es que con toda probabilidad, se generalice.



miércoles, 7 de agosto de 2013

Salarios de vergüenza


Europa da la razón al Fondo Monetario y se suma a la iniciativa de pedir una rebaja salarial del diez por ciento en España, que vendría a completar el espíritu de la “maravillosa” Reforma Laboral de Rajoy, colocando a nuestros trabajadores en unos niveles cercanos a los de los asiáticos y provocando así una competitividad de mercado indiscutible, siempre a costa de una explotación que de este modo, empezaría a instalarse en el sur de Europa.
Se echan a temblar los funcionarios, previendo que si se produce una nueva reducción, será ellos los primeros en sufrirla, a pesar de haber sido objeto anteriormente de otra y de haber perdido para siempre la paga extraordinaria de la pasada Navidad y haberse encontrado, entre unas cosas y otras, con una merma de su poder adquisitivo cercana al veinticinco por ciento, que coloca a muchos de ellos al borde de entrar a formar parte del club de morosos que la crisis ha creado en este País.
También todos los que no están parados se temen que más pronto que tarde, estos sindicatos que tenemos acabarán por firmar el acuerdo, bajo la amenaza de que su negativa pudiera generar un fuerte aumento de la pérdida de empleo, al estar los empresarios, cómo no, totalmente a favor de bajar los sueldos, mientras se frotan las manos pensando en los suculentos beneficios que podría dejar en sus bolsillos, esta vergonzosa medida de recorte, que volvería a afectar como siempre, a los mismos.
Si un milagro no lo remedia, la probada obediencia de Rajoy cederá ante los Organismos europeos y volveremos de las vacaciones siendo mucho más pobres de lo que nos fuimos, teniendo que estar dispuestos a trabajar más horas por menos dinero y sin protestar, porque el despido se ha puesto fácil y a los empresarios no les temblará la mano para firmarlo, habiendo como hay, una demanda sobrecogedora de mano de obra, ansiosa por recibir algún ingreso.
Ya estamos pues, dónde querían. A punto de traspasar la línea que desde hace años nos separaba de la esclavitud laboral, privados de la mayor parte de nuestros derechos sociales y en silencio, es decir, exactamente igual que hace ciento y pico de años, cuando éramos explotados hasta la extenuación en los cinturones industriales de las grandes ciudades, a cambio de un mísero salario de hambre que no daba para cubrir ninguna de nuestras necesidades vitales, ni permitía aspirar a otra cosa, más que a la oscuridad de la ignorancia más supina.
Entretanto, una serie de individuos sin rostro, mueven grandes fortunas especulando con el capital a su antojo, sin que el bienestar de otro género humano que no sea el de su clase, les preocupe o inquiete, sabiendo como saben a ciencia cierta que cuentan con la complacencia borreguil de los gobiernos y habiendo permitido, mirando hacia otro lado, que se instale la corrupción con mayúsculas, entre las filas de los políticos.
Quiénes están dispuestos a luchar por que esto no suceda, sigue siendo una incógnita que solo será resuelta cuando el hambre acucie de verdad y a los españoles no nos quede tiempo para pensar en otra cosa que en trabajar sin descanso para beneficio de nuestros nuevos dueños.
A ver si entonces despertamos de nuestro incomprensible letargo, aunque auguro que con toda probabilidad, ya será demasiado tarde para escapar a los tentáculos que nos asfixian y que no queremos ver, cómodamente instalados en el inmovilismo. 














martes, 6 de agosto de 2013

Un indulto fallido


La inexplicable puesta en libertad de un pederasta condenado a treinta años de prisión en Marruecos, formando parte de un indulto para reclusos españoles, supuestamente solicitado por el Rey en su reciente visita al País, viene a sumarse a la multitud de extrañas noticias que están sucediendo en este Agosto atípico, cargado de información, a diferencia de lo que sucede otros años, en periodo vacacional.
Si el pederasta era o no espía, como se ha dicho en algunos medios de comunicación, aún hace más interesante su perdón, a la vez que coloca al CSID español, en una posición verdaderamente incómoda, si de verdad contaba en sus filas con semejante elemento.
No se comprende que un Organismo dedicado precisamente a labores de espionaje, no conozca en profundidad la vida de sus miembros o que pase por alto tendencias delictivas de esta índole, que constituyen un grave atentado contra la integridad de los menores de los que se abusa, dejándolos marcados para toda la vida.
La inclusión de esta persona en la lista de nombres que, supuestamente, Juan Carlos facilitó al Rey marroquí, carece de toda lógica si se tiene en cuenta la gravedad de los delitos y es aún peor, si conociéndolos, se hubiera propuesto su excarcelación, sólo por su pertenencia a los servicios de inteligencia.
El conflicto creado a raíz de este hecho en el País amigo, donde miles de personas han salido a la calle sin dar crédito a lo que allí acababa de ocurrir, ha estado a punto de dar al traste con los acuerdos de otra índole firmados por ambas naciones y han obligado al rey de Marruecos a dar marcha atrás  y a cursar una orden de detención contra el recién liberado, sin que se hayan aclarado culpabilidades o quizá porque la responsabilidad final, estaba en las mismísimas manos de dos Reyes.
Ni allí ni aquí, se ha hecho un ejercicio de autocrítica, ni se ha dado ninguna explicación a lo sucedido, aunque sí se ha logrado detener al ex preso, sin que ahora esté claro cuál será su futuro inmediato, al no existir tratado de extradición con Marruecos y no haber sido condenado en España, por lo que, finalmente, podría quedar nuevamente libre para seguir con su vida, zafándose de la pena y con probabilidades de volver a sus prácticas sexuales y de espionaje, si así sus superiores lo permiten.
En plena competencia informativa con el caso de Bárcenas y la escaramuza gibraltareña, es de esperar que esta noticia quede sepultada por la importancia de las otras y pronto se pierda el interés en hacer un seguimiento exhaustivo a las andanzas de este individuo, sin que se llegue a saber exactamente cuál será su destino, o si por esas casualidades de la vida, recala cerca de nuestros hijos, con el peligro que eso conlleva.
Otra vez se nos hurta la verdad, cosa a la que ya nos tienen acostumbrados nuestros gobernantes, que a diario se deslizan sibilinamente por una realidad construida a su antojo y en la que no se tiene en cuenta el derecho a la información de los ciudadanos, a los que simplemente, se manipula a través de una inmensa red de mentiras.
Buscando una rendija por la que espiar, ahora nosotros, lo que verdaderamente sucede en nuestro entorno, en toda su crudeza, la nuestra es una lucha permanente por no ser manejados por estos políticos, tan severamente confundidos a la hora de gestionar sus atribuciones, hasta el punto de hacer de ellas un salvoconducto para cometer trapacerías en total impunidad, como si los votos les otorgaran un beneplácito  para implantar el totalitarismo.

No saben ellos que su libertad termina donde empieza la nuestra y que el poder, ese ente adormecedor al que tanta querencia demuestran, está al final, siempre, en nuestras manos, que son las que introducen el voto en la urna, aupándolos hasta la cima, o arrojándolos a la oscuridad del abismo.

lunes, 5 de agosto de 2013

Miren a otro lado, por favor


El eterno conflicto de Gibraltar, tan recurrente cuando se quieren tapar otros problemas del País, hace su aparición en este atípico mes de Agosto, cargado de rabiosa actualidad relacionada con el caso Bárcenas y vuelve a buscar el despertar de un sentimiento patriótico en los españoles, como siempre, sin contar para nada con la opinión de los habitantes del pequeño peñón del estrecho.
Históricamente reclamado a Inglaterra, casi desde el mismo momento de la cesión, el minúsculo trozo de tierra ha sido providencial en muchas ocasiones para todo tipo de gobiernos, que  invariablemente, se han ido encargando de calentar el ambiente con pequeños conflictos de fácil resolución, de los que se ha magnificado su importancia, pero que han servido para desviar la atención de otros mucho mayores, sin que por ello haya quedado nunca zanjada la cuestión territorial o haya habido un mayor acercamiento en las posturas de los protagonistas, a la sazón, españoles e ingleses.
Pero es que además, quienes nacieron o habitan en Gibraltar, no quieren oír hablar de volver con España y se sienten fuertemente anclados a un Reino Unido, que les proporciona un mejor nivel de vida y en el momento actual, una tasa mucho más reducida de paro de la que tenemos aquí, además de otras muchas prebendas que automáticamente perderían, si por esas cosas extrañas del destino, Inglaterra cediera en devolver este Paraíso fiscal, a quién fue en sus orígenes, su legítimo dueño.
Los que tenemos cierta edad, aún recordamos el cierre de la verja y la famosa frase de “Gibraltar Español”, que esgrimían con exaltación los líderes franquistas, procurando que esta reclamación no dejara entrever las tropelías cometidas contra el pueblo durante su dictadura y arrastrando a las alienadas masas de entonces hasta la misma frontera, protagonizando la única manifestación permitida durante más de cuarenta años, aparte de las convocadas en la Plaza de Oriente, para lucimiento del Dictador, cada vez que desde el extranjero se cuestionaba su manera de hacer política y como reafirmación de la supuesta identidad hispánica que tanto gustaba al general, hasta poco antes de su muerte.
Como todos sabemos, este tipo de conflictos en el mundo moderno, deben arreglarse siempre por vía diplomática y es imposible que el gobierno del PP no sepa a ciencia cierta que esta es la única manera de hacerlo, pero las aguas turbulentas que arrasan con su paso la credibilidad de  quienes nos gobiernan, sin respetar siquiera el periodo vacacional de los miembros del Ejecutivo ni del Presidente, crean la necesidad perentoria de establecer cualquier otro centro de atención, que libere de esta carga insufrible as los que ostentan el poder…y ahí está Gibraltar, otra vez, para conseguirlo.
Si se preguntara a los españoles qué grado de importancia otorgarían a lo que está pasando en el Peñón, es probable que más de un noventa por ciento de nosotros, contestara diciendo que Gibraltar le importa un bledo y si hipotéticamente, se continuara indagando en las verdaderas preocupaciones que nos acucian, el paro, la corrupción y, por ende, la resolución del Caso Bárcenas y otros muchos, serían las estrellas del ranking, a una distancia de años luz, del conflicto gibraltareño.
Y como sin duda, alguien se encargará de persistir en la información sobre estos problemas y se avecinan momentos de tensión, como el de las declaraciones ante el Juez Ruz de Cospedal y Cascos, hay que decir que este montaje que escenifica el Ministro de Exteriores, no servirá, créanme, absolutamente para nada.
Los ciudadanos no vamos a mirar a ninguna otra parte y menos aún a una frontera con la que hemos convivido pacíficamente desde siempre y a cuyos habitantes apreciamos como si fueran nuestros, aunque hablen inglés y algunas veces, consigan cabrearnos un poco por algunas cuestiones que no vienen al caso.





domingo, 4 de agosto de 2013

Alea jacta est


Podrá el PP, tratar de convencer a Mariano Rajoy y a quién quiera escucharle, de que su comparecencia en el Parlamento fue un éxito e infundir un poco de entusiasmo al líder, construyendo para él una realidad paralela.
Podrá creer, no sin razón, que el PSOE ya no constituye una alternativa de poder y alegrarse de la tibieza que Alfredo Pérez Rubalcaba demostró en su discurso, sea cierto o no, que está dispuesto a presentar una Moción de Censura en Septiembre y a no dejar caer en olvido la intención de clarificar en lo posible, los entresijos del caso de Bárcenas.
Podrá aleccionar a los periodistas adeptos para que continúen defendiendo lo indefendible en todos los canales televisivos, proclamando a Rajoy ganador de un debate al que acudió obligado y en el que todos los grupos parlamentarios exigieron su dimisión, sin dar crédito a sus palabras y sin que fueran respondidas ninguna de las preguntas formuladas por ninguno de ellos.
Podrá, en ejercicio de su derecho a la libertad de expresión y pensamiento, decir y hacer lo que crea oportuno para salir del trance que atraviesa y maquillar cuánto quiera lo que ocurre, mezclando una estrategia de victimismo con otra ataque directo a los demás, sin dar lugar a la autocrítica necesaria para reconocer la verdad y afrontarla, con todas sus consecuencias y podrá, si me apuran, presumir de una honradez y pulcritud, claramente negadas por la contundencia de los hechos.
Y podrá autoengañarse ilusamente, pensando que las explicaciones de Rajoy han convencido a los ciudadanos, otorgándole un margen de maniobra que le permita continuar en el poder, como si nada hubiera pasado y Bárcenas fuera sólo una anécdota que ha quedado atrás, sin afectar a la credibilidad ni al honor del Partido de la derecha, ni al número de votos con que contaron hace casi dos años, cuando aún no sabíamos que su programa sería, literalmente, incumplido y alardeaban de ser la solución que necesitaba la Crisis.
Pero la suerte está echada y lo ocurrido en la sede de Génova, en el transcurso de casi treinta años, forma parte de un oscuro pasado que ha sido minuciosamente detallado por un ex tesorero  escrupuloso en el cumplimiento de su trabajo y no basta el  deseo fehaciente de hacerlo desaparecer, para  que no acabe saliendo a la luz e influyendo de manera incontrolable en el destino de cuántos protagonizaron la historia, sin pararse a pensar que algún día, tendrían que responder de sus actos, ante los ciudadanos y la justicia.
La punta del iceberg que asoma, presagiando que debajo del mar helado subyace un bloque de enormes dimensiones contra el que será imposible luchar, no ha hecho más que mostrar una pequeña parte de  su verdadera naturaleza y algunos aseguran que Bárcenas tiene mucho más y que nadie podrá escapar impune, llámese como se llame y ocupe el cargo que ocupe.
Si como se apunta en algún medio, existen grabaciones que prueben el asunto de los sobresueldos y los nombres de los que comparten las cuentas de Bárcenas en Suiza son los que todos pensamos, la alegría de haber superado el Debate, de nada servirá a un Presidente que acuciado por la fuerza de la verdad, se verá, finalmente, obligado a dimitir y puede, que hasta citado a declarar, si el juez lo considerara oportuno.
Importa poco si el PSOE no es alternativa de poder, es más, los ciudadanos agradecemos profundamente que ya no lo sea, ya que de convocarse nuevas elecciones, preferiríamos un Parlamento fragmentado, al tormento de una mayoría absoluta irreductible, a la que hay que soportar durante cuatro largos años, se esté o no, de acurdo con las medidas que tome y sea o no, creíble lo que dice o promete, apoyado en su hegemonía categórica.
Mariano Rajoy, ya lo decíamos, está herido de muerte. Y sus heridas, infringidas precisamente, por alguien que consideraba “leal”, podrían incluso agravarse en los próximos días, según convenga al delator, que ya presumió que “no podría con él”, mientras escuchaba su intervención en el Debate.
El éxito relativo obtenido en su intervención tiene visos de ser la mejoría que suele anteceder a la muerte y lo que suceda en este mes, será crucial, para este enfermo terminal, al que ya han desahuciado la sociedad, sus oponentes, la prensa y hasta una gran parte de sus propios allegados políticos.



jueves, 1 de agosto de 2013

Herido de muerte


Ni uno solo de los españoles ha creído la  bochornosa explicación que Mariano Rajoy se ha atrevido a ofrecer hoy al Parlamento.
Puede que su equipo de asesores hay pensado que bastaba con recurrir al lacrimógeno argumento de haber pecado de exceso de confianza en el que fuera su ex tesorero e incluso que aspiraran seriamente a tocar la fibra sensible de la ciudadanía, haciendo pasar al Presidente del Gobierno por un pobre hombre que, simplemente, es traicionado por un amigo de toda la vida y que de pronto se convierte en una pesadilla para él, sin móvil aparente.
Pero es que en este asunto de Bárcenas, el móvil  ha estado presente en forma de cuentas corrientes, extorsiones, sobresueldos y contabilidades en B, que no solo afectaban a la relación personal de dos individuos sin relevancia, sino al entramado que sustenta la financiación de un Partido, en el  que uno de los dos era  la cabeza visible del Estado Español y el otro el tesorero en activo que se encargaba de sus finanzas y que al mismo tiempo, amasaba inexplicablemente una inmensa fortuna repartida por varios paraísos fiscales, cuya oscura procedencia no ha podido o sabido explicar, pero que coincide en el tiempo, con las anotaciones que aparecen en un minucioso libro de cuentas, que también implica directamente a otros muchos nombres importantes del PP y que con o sin su consentimiento, se ha publicado en prensa, siendo ahora su contenido conocido por todos nosotros.
Herido de muerte por la magnitud del escándalo, Rajoy se ha limitado esta mañana a leer sus torpes alegaciones, sabiendo que se enfrentaba a la contundencia del resto de los diputados de otras formaciones, que por algo, han pedido al unísono su dimisión, a excepción de los de su propio grupo parlamentario, que encontraban visibles dificultades para seguir defendiendo lo indefendible, apareciendo ante las cámaras que los filmaban, como una troupe fantasmagórica y esperpéntica.
Nada hay peor para un político que hacer evidente su falta de dignidad delante de otros, intentando mantenerse a duras penas en el podio del poder, cuando ya no le quedan recursos que apoyen la credibilidad que le niegan sus adversarios y su pueblo.
Mariano Rajoy ha cometido esta mañana, el imperdonable error de no enfrentarse a una verdad que terminará por fagocitarse cualquier resquicio de decencia que pudiera quedarle, al pretender  disfrazarla con una pátina de pésima calidad, por cuyas rendijas se escapa la evidencia de lo que subyace en el interior, haciendo inminente el descubrimiento de lo que tan burdamente se quiere ocultar, sin medios suficientes para conseguirlo.
El Presidente no puede negar, por ejemplo, haber estado intercambiando mensajes de móvil con Bárcenas, incluso después de conocer su imputación en los hechos, ni haber rogado reiterativamente su silencio, mientras le animaba asegurándole que estaba haciendo lo que podía para remediar la desgracia que lo llevaba hasta la cárcel.
No haber hecho mención a ellos, ni haber respondido una y otra vez en relación a este tema, no hace posible que desaparezcan del teléfono del ex tesorero, ni supone que nunca fueran enviados, ni borra  la evidencia de lo que en ellos se decía y que es una prueba evidente de una complicidad manifiesta.
 Tampoco intentar desviar el asunto hacia el plano de la economía, ni la endeble presunción de atribuirse un repunte en ella, han ayudado a conseguir el objetivo de convencer a nadie de la inocencia de un Rajoy, demasiado interesado en acabar con el suplicio de tener que estar hablando de un tema, al que ha rehuido por activa y por pasiva, hasta que no le ha quedado otro remedio que hablar sobre él, obligado por la fuerte presión de la calle y de sus propios compañeros en el Parlamento.
Los sesenta mil empleos temporales creados en el último mes, nada importaban hoy a los españoles y quien quiera que haya sido el dueño de tan luminosa estrategia, debía haberse parado a pensar en las consecuencias que a su asesorado pudiera traerle este intento de seguir enterrando la auténtica verdad del caso Bárcenas, que es sobre lo que hoy estaba previsto hablar y que da para más de una sesión monográfica, a juzgar por la envergadura que parece albergar y la cantidad de gente que en él se encontraba presuntamente implicada, a lo largo de  casi treinta años.
A los ciudadanos, ya ni siquiera importa que se ponga, como ha dicho Rubalcaba, en tela de juicio, su inteligencia, sino más bien tener que   soportar  la espantosa vergüenza de que el Presidente de su País, se presente ante ellos y ante el mundo, defendiendo su posición de poder, sin tener en cuenta la opinión que de él y los suyos se tiene en la calle, ni la exigencia de dimisión que le lanza la totalidad de los grupos de oposición en el congreso, ni el desprestigio a que es sometido por los medios de comunicación españoles y extranjeros, ni su propia conciencia, que en este momento, seguramente, le aconseja que lo mejor sería marcharse.
La triste figura de Rajoy ante su discurso preparado y la pertinaz obstinación de no apartarse del guión que sujetaba entre sus manos esta mañana, no deja lugar a dudas sobre la Verdad de los hechos.

¿Qué más tiene que ocurrir para que se vaya?