martes, 31 de marzo de 2015

La rabia y el miedo


Aterrados por las noticias que se van conociendo sobre el accidente de Los Alpes, que sobrepasan todos los límites de la comprensión humana y que chocan frontalmente con las pautas que suelen marcar la actuación de cualquier suicida, los españoles afrontan el periodo vacacional de Semana Santa con la amarga sensación de que una parte de sus corazones quedaron también esparcidos por el lugar en que sucedió la tragedia.
La gente marcha de acá para allá deseando llegar al punto de destino, pero llevando en la mente un cierto resquicio de miedo y deseando no tener nunca la mala suerte de tropezar con individuos parecidos al copiloto del avión siniestrado, capaces de decidir en un momento determinado quién debe vivir o morir, según su mente enferma de alguna desconocida locura.
Sabiendo como ahora sabemos, el largo historial clínico que este hombre arrastraba desde hacía varios años, la pregunta que flota en el aire es cómo pudo ser contratado por esta o por cualquier otra Compañía, siendo como deben ser responsables de la seguridad de los viajeros que transportan y sobre todo, en qué medida podremos confiar, a partir de ahora, en que quienes pilotan los aviones en que decidimos viajar,  son de verdad, personas mentalmente estables, nos digan lo que nos digan, los dueños de las Empresas.
Ha de haber algún tipo de responsabilidad en esta Compañía alemana, que ahora trata de lavarse las manos alegando un total desconocimiento de la grave situación en que se encontraba este individuo que durante al menos seis meses, copilotó de manera continuada un número indeterminado de aviones y a quien alguien debió firmar en algún momento partes de baja y alta, sin que hasta ahora se haya puesto en duda ni la profesionalidad de quien lo consideraba curado, ni de los que aún siendo su obligación, nunca supieron que se encontraba, de nuevo, de baja laboral, en el instante en que provocó la catástrofe.
Parece del todo imposible que alguien con estas características haya podido superar los test psicológicos de aptitud e incluso que haya podido obtener la titulación pertinente, siendo como es esta profesión, una de las exigen total lucidez en su ejercicio, si no se desea que puedan ocurrir después, episodios tan negros como este.
Lo peor de estos casos es que las vidas humanas que se han perdido resultan del todo irrecuperables y que cada una de las víctimas deja un hueco imposible de llenar en el corazón de los suyos, mientras los responsables de las Empresas continúan obteniendo beneficios del tránsito de nuevos viajeros, aún sin saber el grado de responsabilidad que tuvieron en la tragedia.
La ley y esa presunción de inocencia, que a veces sobra por la claridad meridiana con que se pueden atribuir culpabilidades, permite que los negocios sigan su curso natural, al menos mientras las investigaciones policiales y judiciales no concluyan y obviando cínicamente el inmenso dolor que las familias de los fallecidos, se ven obligadas a soportar, sin tener siquiera la oportunidad de enterrar a sus muertos.
Puede que este Mundo en el que habitamos adolezca también de esa misma locura que afecta irremediablemente a algunas personas y que es, perfectamente extrapolable, a determinadas situaciones que nos vemos  abocados a soportar, sin que en ellas tenga nada que ver la lógica a la que siempre apelamos, cuando no podemos entender qué porras nos está sucediendo.





jueves, 26 de marzo de 2015

La peor teoría


El Fiscal de Marsella se reunía a primera hora de la tarde con los medios para contar, con enorme preocupación, que la principal hipótesis que se está manejando en la investigación del accidente de Los Alpes, apunta directamente a la posibilidad de que el copiloto del avión hubiera decidido suicidarse, arrastrando consigo a la muerte, a las ciento cincuenta personas que le acompañaban en el vuelo hasta Alemania.
De todas las explicaciones que se hubieran podido ofrecer a los familiares de las víctimas, ésta es sin duda la peor, no sólo porque los suicidios ya suelen resultar para todos prácticamente incomprensibles, sino porque el estado mental de una persona que decide quitarse la vida en el momento en que le acompaña un gran número de viajeros, a los que ni siquiera conoce, no debe ser precisamente el más deseado para un piloto de aviación y no se comprende cómo no había sido detectado en los reconocimientos médicos obligatorios practicados con anterioridad, por la Compañía.
Nada parece apuntar a que el suicida pudiera tener relación con algún grupo terrorista, pero según palabras del Fiscal, es pronto para descartar esta posibilidad y más bien, se están orientando las investigaciones a profundizar en la vida  de este copiloto, para tratar de averiguar si atravesaba alguna crisis personal que pudiera haber sido la causa de la terrible decisión que parece haber tomado, en la soledad de la cabina del avión, en sólo unos pocos momentos.
Las cajas negras han revelado que puede escucharse con toda claridad cómo el Comandnte sale de esta cabina y cómo unos instantes después, intenta sin éxito volver a su puesto de trabajo, golpeando reiteradamente una puerta que ya no volvió a abrirse, por expreso deseo de su compañero de vuelo.
De llegar a confirmarse esta teoría, a los familiares de las víctimas les queda un largo camino por recorrer para poder aceptar este duelo y es muy probable que muchos de ellos jamás lo consigan, si se tiene en cuenta el extraño desarrollo de esta historia.
Porque uno puede comprender que un fallo técnico, mecánico o humano pueda provocar la caída de un avión y terminar asumiendo después de un tiempo prudencial, que la muerte de sus seres queridos, se debió a una cuestión de simple mala suerte, pero la sola idea de que alguien que desea morir lo haga obligando a correr su misma suerte a ciento cincuenta personas, ejecutando una acción como ésta, con extrema frialdad, hasta sus últimas consecuencias, no deja de ser un trauma emocional con el que desde luego, ni se podrá olvidar ni perdonar, en todos los años de una vida.
A medida que el tiempo va transcurriendo y se van conociendo un poco las historias personales de estos pasajeros que tuvieron la mala fortuna de coincidir con esta especie de kamikaze, al que ni siquiera le tembló la respiración tras haber cerrado la puerta, más amarga se hace la necesidad de tener que contar este relato de horror, que escapa a toda lógica y que nunca hallará consuelo.
Cuesta tener que escribir estas cosas, pero a medida que tenemos a veces que hacerlo, no queda otro remedio que pensar en lo poco que conocemos aún del comportamiento de los seres humanos y cuánto queda todavía por hacer, si queremos que actos como éste no vuelvan a repetirse jamás, por el bien de todos nosotros.


miércoles, 25 de marzo de 2015

Luto nacional


La tragedia del Airbus en Los Alpes, que se ha cobrado la vida de cincuenta y un españoles, vuelve a poner en entredicho la seguridad de los vuelos de bajo coste y aunque las causas del suceso resultan aún desconocidas, todo hace presagiar que no será fácil establecer una explicación que ofrecer a los familiares de las víctimas, o al menos, eso es lo que dicen hasta el momento, todos los expertos consultados por los medios de prensa.
 Aún andan exigiendo que se les aclare la verdad los allegados a las víctimas de aquel avión que se estrelló en Barajas hace unos años y muy claras tendrían que ser las pistas que se encontraran en las cajas negras de éste, para que pudiéramos tener, a corto plazo, una idea concreta de lo que ayer sucedió en el Airbus, pocos minutos después de haber despegado del Aeropuerto de Barcelona.
A pesar de que las Compañías se afanan en mantener que los vuelos low cost pasan por las mismas pruebas de seguridad que los de precios más elevados, las multas  y los cierres impuestos últimamente a los responsables de este tipo de viajes, deja bastante claro que debe haber alguna diferencia de fondo que no se aclara debidamente a los consumidores, pero que en principio, podría hacer dudar de que los que se deciden por este modo de viajar,  lo hacen en igualdad de condiciones con los que pagan el doble o el triple, por llegar al mismo destino.
 Partiendo de esta base, la tragedia del Airbus no parece, en principio, tener que ver ni con las condiciones meteorológicas ni con un fallo mecánico, al no haber activado el piloto en ningún momento el protocolo de emergencia y sólo se sabe con seguridad, que el avión hizo un acentuado descenso que duró más de ocho minutos, para perder después todo contacto con las torres de control, hasta que se supo que se había estrellado en un lugar indeterminado de los Alpes franceses.
El accidente, que pilla a muchos españoles con los billetes comprados para las próximas vacaciones de Semana Santa, ha provocado hoy, además, que varios pilotos de la Compañía a la que pertenece el avión se hayan negado a volar, hasta que no se aclaren las causas del suceso, lo que necesariamente produce en quienes pensaban volar en los próximos días en estos aparatos, una inquietud que probablemente se saldará con la cancelación de muchos de los billetes comprados.
Poco que se puede sin embargo hacer, excepto solidarizarse de corazón con el dolor de quienes han sufrido alguna pérdida y por supuesto, exigir a los organismos pertinentes una mayor exigencia con las comprobaciones de unas medidas de seguridad que como estamos viendo en los últimos tiempos, no siempre funcionan.
Desde ese dolor y a la espera de que en este caso se acabe por ofrecer una clara explicación de todo lo sucedido, ninguna otra noticia merece hoy más atención, ni resulta más importante que ésta que nos ocupa, desgraciadamente.
Los temas políticos y sus protagonistas, tendrán que esperar al menos hasta mañana para que volvamos a preocuparnos de sus peripecias, porque como ya hemos dicho muchas veces, nada hay más importante que las vidas humanas.


martes, 24 de marzo de 2015

El Auto de Ruz

Sólo unos días antes de que se haga efectivo su traslado, el Juez Ruz considera probado que existió financiación ilegal en el PP, durante dieciocho años, concediendo toda la credibilidad a los llamados papeles de Bárcenas e intentará sentar en el banquillo a los dos últimos tesoreros del Partido conservador, además de a los arquitectos que firmaron la obra de Génova, reclamando asimismo responsabilidades a los dirigentes políticos que, con toda probabilidad, habrán de hacer frente a la sanción económica que se  imponga, una vez celebrado el juicio.
Todas las reiteradas negativas que los principales líderes del PP y el propio Mariano Rajoy han expresado durante varios años quedan ahora en entredicho y la historia que en su día se atrevieron a destapar periódicos como El Mundo o el País, parece responder completamente a la verdadera realidad de lo que ocurría entre las paredes de la sede madrileña de los populares, aunque no habrá imputaciones personales de ningún tipo, al haber prescrito todos los delitos.
Pero si no estuviéramos en España y un escándalo de esta categoría se hubiera producido en cualquier otro país democrático del mundo, la propia esencia de esta película de pura y dura corrupción, hubiera sido suficiente para provocar una inmediata dimisión en cadena de todo el gobierno conservador, comenzando por su Presidente.
Resulta imposible imaginar, por mucho que Cospedal o Floriano se empeñen en defender este argumento, que durante dieciocho largos años, ninguna de las principales figuras del PP, que trabajaban a diario, codo con codo con Bárcenas y Lapuerta, se dieran cuenta del trasiego de empresarios que circulaban por los pasillos del edificio, ni de las generosas “donaciones” que ofrecían, siempre coincidiendo con la concesión de algún contrato con algún organismo público, ni del cobro periódico de ciertas cantidades en metálico, dispuestas en misteriosos sobres que después, todos han negado haber recibido.
Menos creíble aún, es que convivieran con la ejecución de las obras en la sede, sin percatarse de que se estaban ejecutando o que traten de hacer creer a la población que el manejo del dinero negro era responsabilidad exclusiva de los ex tesoreros, que de este modo, habrían financiado de su propio bolsillo, campañas electorales y remodelaciones de inmuebles, haciendo alarde de una generosidad tal, que traspasa todos los límites de la cordura de cualquier ciudadano corriente.
Pero estamos donde estamos y uno se acaba preguntando qué más haría falta para que alguien presente una dimisión, sin comprender que a día de hoy, Rajoy y los suyos continúen ejerciendo sus funciones de manera absolutamente rutinaria, como si el Auto del juez, nada tuviera que ver con ellos y sólo hubieran tenido la mala fortuna de tropezar con dos empleados, a los que ahora tachan de delincuentes.
Habrá que continuar esperando, pero todo hace presagiar que ni Bárcenas ni Lapuerta estarían dispuestos a asumir todas las responsabilidades que de estos delitos se derivan y que por tanto, seguramente terminarán intentando probar de la mejor manera que puedan y sepan, que su labor en el PP, no era otra que estar a las órdenes de  quienes en cada uno de los momentos llevaban las riendas de la Formación y que, lógicamente, serían los responsables auténticos de todo este entramado corrupto de blanqueo de dinero.
Sería sin embargo deseable, para un mejor esclarecimiento de los hechos, que alguno de los empresarios extorsionados durante estos dieciocho años , se decidiera a contar ante el juez de qué modo se produjeron aquellos encuentros, no solo por la obligación que todos tenemos de colaborar estrechamente con la justicia, sino para contribuir a que se terminen radicalmente estas malas prácticas y los contratos con organismos de carácter público nada tengan que ver, nunca más, con sobornos que contaminan a los ojos de todos, la imagen de unos políticos españoles, que a causa de hechos como éstos, han ido perdiendo todo atisbo de credibilidad, a  los ojos de una ciudadanía, que no da crédito a lo que ocurre a su alrededor y que espera que la justicia consiga erradicar, esta plaga que nos invade sin remedio.
Al batacazo producido en Andalucía, el PP ya puede añadir la vergüenza que supone el detalladísimo auto de Rus e irse preparando para lo que sin duda acontecerá en las urnas, en las Municipales y generales, en un corto plazo de tiempo.
Estamos seguros, de que a pesar de la obligación moral de tener que hacerlo, ni Rajoy ni los suyos, dimitirán. Pero los sucesos acumulados en la memoria de los españoles, la sospecha continuada de su implicación en una multitud de casos como la gurtel, la Púnica o ahora éste, sumada a la perversa gestión política que han perpetrado contra la sociedad en general, durante sus años de gobierno, bastarán para que cuando llegue la hora de decidir, ninguno de nosotros vuelva a introducir en las urnas la papeleta del PP, en mucho, mucho tiempo.

lunes, 23 de marzo de 2015

Un baño de realidad


Todas las ínfulas triunfalistas del PP, todas las promesas de nuevo cuño, urdidas artesanalmente para convencer a las masas en la pasada campaña electoral y el falso orgullo de haber gestionado brillantemente las medidas estrictamente “necesarias” para salir airosamente de la crisis, se han venido de pronto abajo, cayendo vertiginosamente desde su pedestal virtual, por la voluntad de un pueblo andaluz, que ha sido el primero en ser consultado desde la llegada de Rajoy al poder y el primero en responder categóricamente que el camino elegido por los conservadores, no era el más adecuado a seguir y que no ha satisfecho, en absoluto, los intereses de la gente.
Se han terminado de un plumazo, los discursos que en tono irónico cuestionaban la existencia de un aumento generalizado de la pobreza o la presunción de estar creando puestos de trabajo que satisficieran la dignidad de los españoles, colocando a Rajoy y a los suyos, de manera inopinada y contundente, exactamente en medio de esa realidad que sistemáticamente se negaban a ver y que ahora les atrapa entre sus afiladas garras,  haciéndoles ver que la verdad termina por imponerse a la invención, haciéndose patente en cuanto puede y ridiculizando a todos aquellos que la empujaban reiteradamente intentando ocultarla, tras el espejismo imaginado con la pérfida intención de engañar a un pueblo demasiado dolorido por su propia historia cotidiana.
Y no es que Susana Díaz represente en sí misma una ruptura con el modo de gobernar que han preconizado hasta ahora los viejos Partidos, ni que se diferencie sustancialmente, en las formas, de la esencia que mueve a los conservadores en esta España que nos ha tocado sufrir en los últimos tiempos, pero su triunfo en las elecciones andaluzas, por el modo en que se ha producido, seguramente marcará un tiempo diferente en la línea que se habrá de seguir, vigilada como estará, muy de cerca, por dos Formaciones absolutamente nuevas y sobre todo, limpias de fantasmas de corrupción, dispuestas a no consentir según qué cosas, de cara a un futuro, en el que el PP no tendrá cabida.
Podemos y Ciudadanos, vienen al menos, con esas ganas de trabajar que resultan absolutamente necesarias en los momentos que vivimos, en contraposición con las formas cansinas que ponen en práctica los bipartidistas, demasiado acostumbrados a una alternancia en el poder, que empieza a peligrar, afortunadamente, gracias a la acción de unos electores, cansados de los gravísimos errores cometidos en los últimos tiempos.

Que algo empieza a cambiar, es evidente. Que no se produce este cambio con la rapidez que algunos esperábamos y que habrá que esperar un poco más para que algo nuevo y diametralmente diferente suceda, nadie podría negarlo y no hay como seguir trabajando, si se quiere lograr esa transformación prodigiosa que hasta hoy se nos niega, pero lo que está claro es que las Elecciones Andaluzas han lanzado un claro mensaje de rechazo al Presidente de Gobierno de este País, un mensaje que seguramente terminará materializándose del todo cuando en Municipales y Generales, los ciudadanos terminen de apearle de la posición de poder que ahora ocupa, recordándole con sus votos, que ciertas cosas no se perdonan.

Entre la decepción y la esperanza


El triunfo de Susana Díaz en las elecciones andaluzas y la moderada irrupción de Podemos y Ciudadanos en el Parlamento Autonómico de esta zona del País, provoca en el resto de los españoles una sensación agridulce que oscila entre la decepción de no haber conseguido romper de manera categórica la hegemonía del bipartidismo y la esperanza de que la representación conseguida por los Partidos recién llegados, empiece a cambiar, aunque sea mínimamente, el modo de gobernar en España.
La caída vertiginosa del PP, que algunos explican como un adelanto de la gran derrota que podría sufrir en las Municipales y Generales que se celebrarán este año, constata sin embargo, el descontento generalizado que existe contra las políticas adoptadas por Mariano Rajoy y deja claro que ni el triunfalismo de los conservadores, ni su afán por convencer a la ciudadanía de que ha terminado la crisis, han tenido calado en esta sociedad, todavía fuertemente influida por el miedo a que todo pudiera cambiar radicalmente, como si nos pudiera ir peor de lo que nos va y no nos quedara otro remedio que aferrarnos a la manera tradicional de hacer política.
El voto andaluz ha culpabilizado casi exclusivamente al PP de los problemas que le afligen y vuelve a depositar mayoritariamente su confianza en un Partido Socialista liderado por quien seguramente terminará por aspirar a presidir el País, dada la contundencia del resultado obtenido, perdonando incomprensiblemente el gran asunto de corrupción de los ERE, en el que a día de hoy se encuentran imputados dos ex Presidentes de esta Comunidad y que sin embargo, no parece influir en la conciencia de un pueblo, que aún conserva un exagerado sentimiento de lealtad hacia quienes piensa que le ayudaron a avanzar grandemente, en aquellos años del comienzo de la Democracia.
No consigue el PP, por enésima vez, darse el gusto de ganar en esta Autonomía, que no ha podido gobernar nunca, a pesar de los inconmensurables esfuerzos hechos durante años en cada una de las campañas electorales y que, probablemente, sigue viendo en los conservadores el símbolo del caciquismo que tanto daño hizo en esta tierra, a la que siempre consideraron como un latifundio poblado por siervos a los que explotar y que cuando al fin se sintieron libres, les dieron sin dudarlo, la espalda.
La entrada de Podemos y Ciudadanos en el Parlamento andaluz, augura sin embargo, aires nuevos que refresquen la asfixiante situación que azota  a un sur tradicionalmente olvidado y vilipendiado por casi todos los gobiernos centrales e instaura, al menos, la figura de un vigía permanente que controle los múltiples desmanes que se han venido produciendo últimamente y que represente la voz de la sociedad, en medio de este maremágnum político en el que los representantes electos, no han hecho otra cosa que tomar distancia con los problemas reales que acucian a los españoles de hoy.
Será ésta, una buena manera de comprobar fehacientemente si los recién llegados son capaces de hacer realidad las expectativas de quienes se atrevieron a regalarles sus votos y si su forma de afrontar la crudeza del mundo de la política, responde a lo que soñamos que podría ser, demostrando que un cambio es del todo posible.
A ellos, no nos queda otro remedio que desearles suerte y a los viejos, a los que ya de sobra conocemos por sus acciones, advertirles que estamos vigilando de cerca su manera de comportarse a partir de ahora y que ahí, a la vuelta de la esquina,  están las Municipales y las Generales, para cambiar de opinión, si no responden con lealtad, a la confianza que en ellos se deposita.
El futuro, sigue estando en nuestras manos.





jueves, 19 de marzo de 2015

Jazmines truncados


Cuando el pueblo de Túnez se echó a la calle, reclamando libertad y Democracia en aquella revolución de los jazmines, todo Occidente se tambaleó avergonzándose de que fuera precisamente un país árabe, el que protagonizara un estallido social al que no se habían atrevido, quizá por miedo, los ciudadanos de la vieja Europa.
Aquellas primeras imágenes, la valentía de un colectivo de personas, tradicionalmente obligado a vivir bajo los designios dictatoriales de unos políticos eternos, no sólo nos hizo vibrar, sino también sonrojarnos, por no haber sido nosotros, tan machacados por los efectos de la crisis, los que dieran el paso de declarar en las plazas públicas, nuestro descontento generalizado, con los acontecimientos que estábamos viviendo.
Tuvimos entonces, esperanza  en que  fueran capaces de encontrar su propio camino, sin influencias extremistas, en un viaje en el que la paz y la concordia presidieran, como reclamaban sus gentes, el nacimiento de una Primavera política que convirtiera a los Estados en libres de cualquier yugo indigno.
De todas las revoluciones que acontecieron después, la de Túnez nos pareció desde la lejanía, la más sensata y auténtica y por ello, nos alegramos inmensamente cuando por fin se celebraron allí las primeras elecciones democráticas y los tunecinos pudieron elegir la opción que en conciencia decidieron.
Pero desgraciadamente, nada es perfecto y la buena voluntad de las mayorías, no suelen bastar para desterrar de nuestras calles y ciudades el fantasma devastador de una violencia que suelen imponer sin piedad, minorías empeñadas en hacer de la razón de la fuerza, un ideario con el que aplastar el pensamiento de todos los demás, a los que quizá consideran, un obstáculo para el avance de su fanatismo hasta las posiciones del poder.
Estos golpes de incomprensible terrorismo, que azotan cada cierto tiempo la vida de las personas de bien demostrando que aún hay seres humanos incapaces de entender las ventajas del respeto en la convivencia, suelen llegar, nosotros bien lo sabemos, inesperadamente y a traición, dejando tras de sí, un rastro de sangre inocente, que marca para siempre la marcha de la historia de los pueblos.
Ayer, uno de estos ataques, truncó los maravillosos jazmines de Túnez y tal como pasó en Madrid, aquel 11 de marzo, dibujó un panorama terrorífico en las avenidas de la paz, reclamando no se sabe muy bien qué exigencias, pero asaltando implícitamente la voluntad soberana de los ciudadanos de Túnez y abriendo una herida incurable que probablemente permanecerá  en la memoria de todos, mientras vivan y por un momento, todo el presente que ha costado tanto esfuerzo y trabajo construir, volvió a recordar los años oscuros de un pasado reciente en el que la presencia de una intolerancia feroz, representaba la odiosa cotidianidad de una Sociedad que creyó haberse librado de los dictadores para siempre.
Afortunadamente, Túnez volverá a la normalidad, igual que lo hicimos nosotros, enterrará a sus muertos y después de llorarlos, procurará encontrar un camino de justicia con el que resarcir a los que perdieron a alguien, castigando a los autores de los hechos. Y aunque eso no bastará, no quedará otro remedio que mirar al futuro y comprender que hasta de los peores momentos, se obtienen lecciones que pueden resultar importantes para no cometer el error de equipararse nunca, pero nunca, a los que no conciben la vida, si no es abusando indiscriminadamente de la violencia.


miércoles, 18 de marzo de 2015

El viejo y manido discurso


Es necesario tener la paciencia de Job, para sentarse a ver los Debates a tres bandas organizados alrededor de las Elecciones andaluzas y hacer esfuerzos inconmensurables por mantenerse despierto frente a la pantalla de televisión, sin que Díaz, Moreno ni Maíllo consigan en ningún momento captar la atención de los pocos ciudadanos que se atreven a oirlos.
Un escenario más propio de las retransmisiones que se hacían en América, allá por los años sesenta, con los tres líderes escudados hieráticamente detrás de un atril y teniendo que atenerse a un marcado y escrupuloso turno de intervención, sin oportunidad de interrumpir más que cuando alguno se atreve a romper las normas, recibe a un espectador  que en principio, ya advierte la ausencia de los representantes de nuevos Partidos a los que no se invita aduciendo que carecen de representación parlamentaria y no hay más que empezar a escuchar a cada uno de estos intervinientes, para comprender que no solo es la escena la que parece sacada de otra época, sino que también lo es el viejo y manido discurso que cada uno de ellos está dispuesto a ofrecernos.
Por un lado, el bipartidismo en estado puro, al que no duelen prendas en atacar  al que hasta ahora, ha sido su más inmediato contrincante y que no solo ignora que se encuentra presente el representante de IU, sino que evita referirse a que existen nuevas Formaciones, como Ciudadanos o Podemos, que vienen empujando con fuerza  en el panorama político español y a los que injustamente se niega la oportunidad de ofrecer su alternativa, para que los ciudadanos puedan decidir , en libertad y soberanamente, a quiénes otorgarán finalmente su voto.
Encajonados en idénticas teorías a las que defendieron en aquellas Primeras elecciones del 77, que algunos, por edad, recordamos, la Presidenta Andaluza y el cuasi desconocido Moreno Bonilla y también el comparsa Maíllo, a quién las encuestas auguran un estrepitoso fracaso, ofrecen la penosa imagen de tres líderes jóvenes, que sin embargo, han sido incapaces de evolucionar en sus planteamientos políticos, que se limitan a un cruce de acusaciones, ahora indefectiblemente unidas a los múltiples casos de corrupción y más enfrascados en hacer caer la imagen del rival que tienen enfrente, que en ofrecer a los andaluces una serie de ofertas creíbles, con las que puedan ir saliendo de la honda profundidad de la crisis, que desgraciadamente viven, seguramente por causa de la espantosa gestión que PP y PSOE han hecho en el País y también en Andalucía, en estos últimos años.
A raíz de lo que uno está oyendo, palabra, que la primera intención es la de apagar el televisor y marcharse a otra cosa, pero le detiene la obligación impuesta de tener que informar sobre la pantomima organizada por esta televisión pública, que cada vez se halla más influida por el partido en el poder y que ya casi, ni se molesta en ocultarlo.
Pero el tiempo completo del programa, no causa más que una profunda decepción y la corroboración inmediata de la idea de que estos individuos, hace ya muchos años que dejaron de representar los intereses de los ciudadanos.
Sinceramente, oyéndoles, no se puede entender que haya aún gente, que o bien por cuestiones de miedo, por falsa lealtad o por mera prudencia, pueda votar a estos impresentables que quiéranlo ellos o no, son una imagen viva de lo que representa ser casta.



martes, 17 de marzo de 2015

Los VIP del corralito


Empiezan a conocerse los nombres de gente estrechamente relacionada con ciertas operaciones sospechosas de la Banca Privada Andorrana y los primeros en aflorar, según información del diario El Mundo, ya son suficientemente conocidos para todos los españoles, al haber sido mencionados en multitud de ocasiones como sospechosos en casos de corrupción, aunque ellos lo hayan negado reiteradamente.
Juan Cotino y Miguel Ángel Flores, implicado en el caso del Madrid Arena, se encontraban entre los clientes del Banco Madrid y seguramente tendrán que responder por una serie de movimientos de cuentas que los periodistas se atreven a vincular con los entresijos de la trama Gurtel.
Ya dijimos ayer que este escándalo traería cola, por lo que tiene que ver con operaciones de blanqueo y aunque sólo ha pasado un día desde la intervención de estas Entidades bancarias, el tiempo empieza a darnos la razón y como en otras ocasiones, los únicos auténticamente perjudicados por el cerrojazo, acaban siendo,  los pequeños ahorradores.
Que Cotino, Flores y otros como ellos que irán apareciendo en días venideros pierdan parte de su dinero, sinceramente, no nos preocupa, siempre que no nos paremos a pensar sobre la procedencia de las cantidades mencionadas, porque de ser cierta la información apuntada por El Mundo, se trataría de fondos públicos y por tanto, su pérdida nos afectaría necesariamente a todos nosotros.
Lo peor, es que la situación no solo afecta a los grandes defraudadores de Hacienda, sino también a personas corrientes que por propia voluntad o simple cercanía, habían depositado los ahorros de toda su vida en estos bancos, pensando tal vez que su solvencia estaba garantizada, al estar ubicados en un país que no se había visto afectado por la crisis.
El escándalo ha venido a demostrar que no, que en este mundo globalizado en que vivimos, el funcionamiento de todos los bancos sigue patrones comunes y que no se puede apostar, hasta ahora, porque ninguno de ellos salvaguarde la confianza que depositan en ellos los clientes.
Quizá por ello resulta absolutamente necesario empezar a pensar en crear legislaciones mucho más duras que castiguen con contundencia estas veleidades imperdonables cometidas por la banca y volver a la idea de que el poder ha de residir en la Política y no en el Dios dinero que se ha apoderado del mundo y sus habitantes, como todos sabemos.
Las experiencias vividas en este tiempo que todos recordaremos como la etapa más terrible de nuestras vidas, son un claro ejemplo de lo poco que importan los hombres, sus valores y su ética y de cómo se ha instalado entre nosotros esta apisonadora devastadora que denigra la dignidad personal, hasta límites hasta hace poco, desconocidos.
Si no se pone freno a la inestabilidad emocional que están creando en nosotros, para retomar el camino de la casi olvidada honestidad, mal futuro aguarda a este género humano nuestro, que cada vez es más prisionero de las amargas doctrinas del capitalismo.


lunes, 16 de marzo de 2015

Corralito andorrano


La intervención de la Banca Privada de Andorra y de su filial en Madrid ha traído como consecuencia un corralito al estilo argentino que impide la retirada de fondos por parte de los clientes de estas dos entidades, que a esta hora de la tarde permanecían cerradas y bajo vigilancia policial.
Los peores presagios que ya apuntábamos ayer se han cumplido y habrá que esperar nuevas resoluciones para saber si finalmente la gente podrá recuperar el montante completo de sus cuentas, o habrá de conformarse con lo que imponga la ley si como parece, el banco se declara en quiebra.
Como es natural, el nerviosismo se ha apoderado de todos aquellos que guardaban sus fondos en esta entidad y tanto en Andorra como en Madrid, un gran número de personas se han agrupado ante las puertas de los bancos, siendo todas ellas remitidas a un número de teléfono que según versión de varios clientes, no contestaba, llegándose a crear una gran incertidumbre que aún aumentaba más, cuando la policía impedía el paso al interior de los edificios citados.
Qué se esconde realmente detrás de las operaciones de este banco no queda demasiado claro en los comunicados emitidos y sólo la prensa, como en otras muchas ocasiones, avanza que podría existir una estrecha relación entre la BPA y las mafias rusas y chinas, además de una minuciosa labor de maquillaje de cuentas que tras estas intervenciones, quizá puedan llegar a dejar claro que  las gestiones realizadas  no eran tan brillantes y solventes como se pretendía hacer ver, sino que más bien, se acercaban bastante a una situación desesperada de la que difícilmente podrán responder los encargados de gestionar los fondos de esta entidad, que ya han empezado a ser detenidos.
El estupor que han causado los hechos en Andorra, contrasta con la frialdad con que hemos acogido los españoles la noticia del escándalo, acostumbrados por propia experiencia a que en los últimos tiempos, en la Banca no es oro todo lo que reduce.
Tras la larga lista de Entidades bancarias intervenidas en nuestro país, con Bankia a la cabeza de todas, la noticia que hoy aterra a los andorranos, a nosotros nos parece, una consecuencia más de la desolación que ha traído a nuestras vidas, esta forma salvaje de blanquear el dinero y la más que probable inestabilidad que seguramente se generará ahora en el Principado, un camino que, desgraciadamente, nosotros nos vimos obligados a recorrer y del que aún no hemos salido, ni saldremos en mucho tiempo, gracias a la espantosa gestión que el PP ha estado haciendo durante toda esta legislatura.
Solo los sentimientos de las personas, a las que comprendemos por afinidad y si no, que pregunten a los preferentistas, nos mueven hoy a tener un gesto de inmensa solidaridad que bien hubiéramos querido, otros tuvieran con nosotros.
El sufrimiento y la desesperación que afligen hoy a nuestros vecinos, auguramos, no ha hecho más que empezar y no sería de extrañar que a partir de mañana, también ellos llegaran a descubrir con la misma rabia con que lo hicimos nosotros, que los directivos de BPA también manejaban tarjetas black, con las que sufragaban ingentes cantidades de ese dinero que sus clientes, quizá no lleguen a recuperar jamás.
En el sur de Europa, estas atrocidades, se están convirtiendo en rutina.


domingo, 15 de marzo de 2015

La causa de todos los males


Con unos cuantos años de retraso, la incertidumbre se apodera de Andorra en forma de gran escándalo bancario, poniendo al pequeño país casi hermano que durante décadas ejerció de paraíso fiscal para tantos evasores de impuestos, en la misma situación que ya padecimos con anterioridad en España y viniendo a demostrar que cuando se empieza a hablar  de crisis, sólo es una la causa de todos los males.
La Banca, esa institución que se supone fue creada para que los pequeños ahorradores guardaran de modo seguro el escaso montante que les quedaba después de haber sufragado los gastos de primera necesidad, hace ya tiempo que decidió posicionarse, sin corazón, al lado de las grandes fortunas  e ignorar descaradamente los límites marcados por la legalidad, dedicando todos sus esfuerzos y recursos a la única intención de engrosar los pingues beneficios de sus ya multimillonarios dueños.
En estos últimos años, ya habíamos conocido flagrantes casos de evasión de capitales que indefectiblemente terminaban relacionados con Andorra, como los de la familia Pujol o en menor medida, el de Moserrat Caballé, por ejemplo, aunque siempre han existido fundadas sospechas de que para los ricos españoles, el país vecino era un destino que por su cercanía se consideraba perfecto, si se trataba de ocultar fortunas de cierta envergadura, a los ojos inquisidores de Hacienda.
Pero últimamente la Banca no ha sido precisamente un ejemplo del buen funcionamiento empresarial y como hemos podido ver y conocer en el caso de nuestro país, muchas de ellas han tenido que ser intervenidas o restacadas por gestiones que incluso han llegado a poner en peligro la economía nacional, aunque a toda costa se haya intentado maquillar u ocultar los datos que demostraban el riesgo de quiebra.
La intervención de la Banca Privada Andorrana y la inmediata investigación de su filial en España, el banco de Madrid, han hecho saltar todas las alarmas la semana pasada, con el agravante de que al ser Andorra una nación de una extensión muy limitada, el problema podría hacer tambalearse fulminantemente la estabilidad económica del Principado, que hasta ahora había conseguido escapar brillantemente de los efectos más negativos de la crisis.
Para sus habitantes, seguramente bien enterados de lo mal que han ido las cosas en España en los últimos tiempos, la sola posibilidad de que el terrible ejemplo pudiera cundir dentro de sus fronteras, ha de ser necesariamente un grave motivo de preocupación, ya que la banca ha de constituir sin duda alguna, su fuente más importante de ingresos.
Tanto es así, que el mismo Presidente decidió intervenir en televisión para tranquilizar, en principio, a los ciudadanos, aunque precisamente esa intervención podría dar idea de que la situación es mucho más grave de lo que hasta el día de hoy se podría haber creído.
 Porque si el prestigio de la Banca en Andorra termina por deteriorarse y los dueños de las grandes fortunas allí depositadas comienzan a pensar  que su dinero ya no está seguro en el Principado, pronto habrá una huída masiva de estos capitales hacia otros destinos supuestamente más solventes y a la pequeña Andorra sólo le quedarán los ingresos que pueda obtener por medio del turismo de nieve o el comercio.
La historia vuelve a repetirse y tal como ocurriera aquí hace unos años, nada bueno puede derivarse de la inestabilidad de un sector que se considera fundamental para el desarrollo de la economía de cualquier país, en este mundo globalizado y capitalista en que vivimos.
A los ciudadanos de Andorra, les ha llegado el turno de conocer en carne propia los efectos devastadores del paro y la miseria. Y qué casualidad, sus penurias empiezan, exactamente en el mismo lugar en que comenzaron las nuestras.






jueves, 12 de marzo de 2015

Un triste aniversario


Se cumplen once años de la matanza del 11M y la herida que nunca cicatrizará en el corazón de los españoles, vuelve a sangrar en cuanto se contemplan las imágenes del horror de aquellos trenes destrozados, en los que todos perdimos tantas cosas.
Parece mentira que continúen abiertas las distancias entre los que defendieron y aún lo hacen, que la autoría de los atentados correspondía a los ideólogos de ETA y aquellos que siempre supimos que fue una consecuencia directa de nuestra entrada en la guerra de Irak, con la que nunca estuvimos de acuerdo, como manifestamos en aquellas protestas  multitudinarias que recorrieron las calles de todas las ciudades y pueblos del país y a las que nunca hizo caso un Presidente Aznar, empeñado en ser uno de los protagonistas de la foto de Las Azores.
Aquel atentado, cambió radicalmente la idea de un terrorismo que entonces nos tocaba de cerca pero que desde la matanza de Hipercor, no acostumbraba a provocar masacres y que de pronto, nos atacó como un mazazo, convenciéndonos de que cualquiera de nosotros, podría, en cualquier momento, ser elegido como víctima.
También aprendimos que los pueblos pueden pagar, aún siendo absolutamente inocentes, los errores cometidos por sus políticos y que los muertos en este tipo de actos también son inmediatamente clasificados en distintas categorías, según convenga a los que ocupan el poder y que son mejor tratados, aquellos cuyos familiares representan un granero de votos seguros.
Fue un poco, como perder de pronto la inocencia a manos de un enemigo hasta entonces desconocido y sentir, por primera vez, una sensación de orfandad colectiva, al corroborar que los fallecidos pertenecían a familias idénticas a las nuestras y que sólo tuvieron la espantosa suerte de encontrarse en el momento en que estallaron las bombas, en un lugar equivocado.
Aquellos hijos, eran nuestros hijos, las madres,  nuestras madres y los padres,maridos, hermanos y demás familiares, bien podían haber sido, precisamente los nuestros.
Quizá por eso, la furia y la indignación de tener que añadir al dolor, el intento descarado de mentirnos que protagonizó el Gobierno de Aznar en los primeros momentos de la tragedia, aumentó de manera considerable dejándonos grabada a fuego la lección de que estando cercanas unas elecciones generales, ni siquiera importan las vidas de unos cientos de españoles, perdidas en esta ocasión, de una manera tan violenta.
Después de aquello, ya nada volvería a ser lo mismo y casi podría asegurar que aquella fecha marcó el comienzo de la desconfianza en la clase política, que después se ha ido agrandando con el tiempo, por otras muchas y variadas razones.
Porque el mero recuerdo de los sucesos que acontecieron aquel 11 de Marzo y en las fechas siguientes, sigue provocando en nosotros un escalofrío, sin que aún hoy, a pesar de haber pasado once años, hayamos podido olvidar ni perdonar, incluso sin haber tenido vínculos personales que nos unieran a las víctimas.
Cada año, el apoyo sincero de los ciudadanos a todos los que perdieron a alguien en aquellos trenes, se hace patente y nada tiene que ver con las conmemoraciones y los fingimientos que llevan a cabo los políticos de turno, en ciertos lugares muy señalados.
El dolor, cuando es íntimo, se suele vivir en soledad, lejos de aspavientos y rimbombantes escenarios a los que se acude, casi siempre, con la intención de obtener por estar en ellos, algún tipo de beneficio.

  

miércoles, 11 de marzo de 2015

Historias de la modernidad


Una reparación en los tendidos eléctricos, nos deja sin red durante casi todo el día, provocando un nerviosismo casi impensable  apenas veinte años atrás, cuando ninguno de nosotros podía siquiera imaginar la posibilidad de estar en contacto inmediato con casi todo el mundo o poder acceder a cualquier tipo de información, en solo cuestión de segundos.
En aquel tiempo, todavía nos mirábamos a la cara los unos a los otros cuando nos cruzábamos por la calle, en lugar de andar abducidos por la pequeña pantalla del teléfono móvil, como ocurre hoy y cuando por alguna razón nos cortaban la luz, sólo nos preocupaban los alimentos perecederos que cada cual guardaba en el frigorífico.
Ahora, no tener acceso a la red, aún cuando sepamos que lo vamos a recuperar en unas cuantas horas, se convierte en una enorme tragedia, como si nos hubiéramos quedado huérfanos de un padre que nos tutela incansablemente durante todos los momentos de nuestras vidas y  nos produce una incertidumbre que conmueve todas las terminaciones nerviosas de nuestro cuerpo, exactamente igual que si sufriéramos un mono por estar abandonando una adicción, o peor aún, como si nos estuvieran prohibiendo el acceso al tabaco, en contra de nuestra voluntad y sólo pensáramos en ese delicioso cigarrillo que nos apetece, sin que se nos permita fumarlo.
No se habla de otra cosa en el barrio que del descanso forzoso que todos han tenido que dar a los ordenadores y todo el mundo se asoma periódicamente a la puerta, esperando que los operarios consigan superar el tiempo necesario que requiere la reparación de la avería, como si les fuera la vida en tener que permanecer lejos de los teclados y pantallas que se han convertido en un miembro más de todas las familias.
Protestan unos, porque tendrían que estar trabajando y sin electricidad no pueden hacerlo y otros, porque se han visto forzados a abandonar la conversación que mantenían a través de algún chat, con gente que ni siquiera conocen y la dichosa avería, hasta sirve a los que jamás opinan de temas políticos para criticar el mal estado en que se encuentran los tendidos eléctricos, a pesar de lo que ha subido el recibo de la luz, con la aquiescencia de este gobierno.
Aunque  las condiciones climáticas invitan a pasear bajo un cielo azul de justicia y la deliciosa temperatura potencia entregarse a la práctica de las relaciones humanas, nadie quiere hoy salir de casa sin tener la seguridad de que el problema de las redes quede resuelto y más de uno, podría afirmar, ya ha realizado tres o cuatro llamadas a los números correspondientes, para preguntar a qué hora se nos devolverá la posibilidad de establecer conexión, pues sería un drama que la reparación se prolongara más de un día, aunque pueda parecer una exageración, esto que digo.
Afortunadamente, el problema no afecta a la intención de escribir, ya que el portátil que manejo funciona perfectamente con batería y el bendito Word no necesita de conexión alguna  para responder a plenitud, en cada una de sus funciones, así que en vista de la desesperación general, decido sin que sirva de precedente, cambiar el tono del artículo diario dedicado por lo general a temas políticos y consagro mi tiempo de hoy, a referiros esta historia de modernidad que bien podría sucedernos a todos, en cualquier momento de nuestras rutinarias existencias.
Y es que no hay peor cosa que adquirir costumbres que pueden irse al traste por intervención de terceros, o depender de algo con tal intensidad, que acabe por convertirse en imprescindible para un ser humano que a pesar de los años que lleva encima de la faz de la tierra, aún no ha llegado a comprender que se puede vivir sin casi todo y encima, hasta disfrutar del esperpéntico panorama que ofrecen algunas situaciones del todo absurdas.


martes, 10 de marzo de 2015

Esclavo de sus palabras


Todas las teorías conspiratorias de Ignacio González, con respecto al asunto del ático, se vinieron abajo ayer, cuando se hicieron públicas unas grabaciones en las que instaba a la policía a ocultar la información que se manejaba en ese momento, en un  tono de complicidad que no deja lugar a dudas sobre la relación existente entre los interlocutores de esta conversación, que en todo momento pretendía preservar el buen nombre del actual Presidente de la comunidad de Madrid.
Ni las amenazas ni la extorsión de que decía haber sido víctima González se reflejan en ninguna de las frases grabadas, sino más bien, un ambiente distendido de confianza, propio entre dos personas, que más que superior y subordinado, dan la impresión de ser amigos.
Caen así, los castillos de naipes que con minuciosidad extrema ha estado levantando González delante de los medios y queda en entredicho la pretendida inocencia que procuraba defender, haciendo más que visible, la sombra de una enorme sospecha.
Probablemente, Rajoy ya conociera la existencia de las grabaciones cuando decidió no postular a González como candidato y como ya decíamos, no podía permitirse que un nuevo y monumental escándalo terminara por embarrar del todo la poca credibilidad que le queda al partido que dirige.
Esclavo de sus propias palabras y también de la inmensa torpeza de discutir a través del teléfono un asunto tan delicado, Ignacio González empieza a estar cada vez más cerca de ser imputado por la justicia, viniendo a sumarse a la gran cantidad de miembros del PP de Madrid que han protagonizado historias de corrupción, como sus correligionarios de la Púnica o de Gurtel.
El otro protagonista de la grabación, tampoco parece estar limpio de polvo y paja, pues siendo un simple Comisario de Policía, se le considera dueño de unas doce empresas millonarias, que cuesta trabajo creer hayan podido ser levantadas, sólo con el montante de su sueldo.
Pero la historia personal del policía no exime de culpa a González y las conversaciones mantenidas entre ellos podrían, si nadie lo remedia, representar la muerte política del todavía Presidente madrileño.
Tampoco esta vez, el PP se afana demasiado en defender la inocencia de González y sólo el Ministro de Interior se ha prestado a referirse explícitamente al tema, por cierto, para decir que cuando la conversación grabada tuvo lugar, el PP todavía no había llegado a la Presidencia del país y que por tanto, la investigación hubiera correspondido aún, al gobierno de Zapatero.
Ya debiera saber González, por todo lo que ha sucedido anteriormente a su alrededor, que a partir de ahora habrá de enfrentarse al problema en absoluta soledad y que ni tan siquiera podrá esperar la ayuda de su amantísima Esperanza Aguirre, enfrascada como está, en su propia guerra contra la cúpula de Génova y la preparación de una campaña electoral que se le viene encima en pocas fechas.
Así que al Presidente madrileño, le quedan pocas oportunidades para ejercer su poder, justamente hasta que cualquier otro ocupe su cargo, por lo que deberá darse prisa en tratar de aclarar, a la mayor brevedad posible, toda esta trama que le cerca irremediablemente, si no quiere que le ocurra exactamente lo mismo que le pasó a Bárcenas, al que ahora mismo debe entender mucho mejor que cuando profería auténticos insultos contra él, como todos hemos podido oír, no hace demasiado tiempo.
Mirar hacia otro lado,  hacer como si las cosas no existieran o culpar directamente a otro de todo asunto sucio que solo a este Partido incumbe, ha sido la tónica general adoptada por el PP y no será el caso de Ignacio González, una excepción en esta práctica.
Tras años de vida relajada y familiaridad con las altas esferas, las vacas flacas aguardan detrás de la puerta, a que Ignacio González culmine su mandato y ya veremos a ver qué le depara exactamente, su incierto destino.


lunes, 9 de marzo de 2015

La cólera de Aguirre


Tanta amabilidad entre Aguirre y Rajoy nos confundía y ha bastado un día para que se desataran las iras de la ex Presidenta de la Comunidad de Madrid, que no podía aceptar la candidatura que se le ofrecía desde Génova si no era poniendo ella las condiciones, lo que viene a demostrar que realmente no se encuentra a disposición de su Partido, sino que actúa en función de su propio interés, como ya hace tiempo habíamos descubierto.
No está dispuesta Esperanza a abandonar la Secretaría General de  Madrid, sólo por el hecho de aspirar a una Alcaldía que tal vez no obtenga y le ha faltado tiempo para hacer llegar un mensaje a Mariano Rajoy aclarándole que únicamente lo hará, si es elegida para el cargo  al que concurre y no desde el mismo momento en que sea proclamada candidata, como era la intención que albergaba el Presidente de la Nación, a ver si de una vez podía librarse de alguna manera del acoso permanente a que le somete la incombustible ex Presidenta.
El regalito envenenado que Rajoy le enviaba ha sido inmediatamente descubierto y como era de esperar, no ha gustado nada a esta veterana de la política que con astucia ha sabido escapar en todo momento de cualquier historia que pudiera causarle un perjuicio a nivel personal y que ante todo, para qué negarlo, ama por encima de todas las cosas el poder, por lo que de ninguna manera lo sacrificaría, si no resulta ser absolutamente necesario.
Tanto es así, que ni siquiera ha querido hablar del asunto con María Dolores de Cospedal, a la que odia visceralmente desde siempre y ha tenido que intervenir Rajoy, que se encontraba en Panamá, para dar cumplida respuesta a las exigencias de Aguirre, al comprobar que su cólera podía, si no se ponía inmediatamente remedio, dar al traste con la recién estrenada candidatura y dejar al PP con la papeleta de tener que elegir a otro deprisa y corriendo.
La postura de fuerza de la ex Presidenta se basa fundamentalmente, en la necesidad que tienen los populares de recuperar el voto del sector más conservador de la sociedad, que perdieron entre otras cosas, al renunciar a llevar adelante la Ley del Aborto de Gallardón y que por razones que ya hemos explicado ampliamente otras veces, Aguirre podría aglutinar alrededor de su persona, al pertenecer ella misma a esta tendencia ultraconservadora, que difiere en muchas cosas, de la manera de hacer política que está llevando a cabo el gobierno.
Si Esperanza se va, Rajoy lo sabe, con toda probabilidad, Madrid estaría perdido y aunque esto también podría ocurrir siendo ella candidata, la debacle será en este caso, infinitamente menor y con ello se cuenta en Génova, a pesar de tener que tragar una píldora que disgusta sobremanera a casi toda la cúpula popular, incluido el Presidente.
El tema, que sin duda dará que hablar en los próximos días, se encuentra por el momento zanjado, siempre según fuentes cercanas a los populares, aunque cualquier paso en falso podría hacer tambalearse los acuerdos a los que hayan podido llegar estos dos enemigos irreconciliables.
La ambición de ambos, está claro, sobrepasa la esfera de los sentimientos y da una idea de hasta dónde son capaces de llegar los políticos de la vieja escuela por conservar ese estatus personal que durante tanto tiempo les ha proporcionado toda una suerte de privilegios y a pesar de que su primera obligación, aunque ya se nos haya olvidado, se supone que era  procurar por todos los medios, el bienestar de todo el país.
Pobres de nosotros, los españoles, si por esos azares del destino, nos viéramos obligados a seguir gobernados por esta clase de gente.



domingo, 8 de marzo de 2015

Dúo de Reinas


El flemático Mariano Rajoy elige, agotando al máximo los plazos, a Cristina Cifuentes y Esperanza Aguirre como Candidatas a la Presidencia Autonómica  y la Alcaldía de Madrid, propinando un tácito varapalo a Ignacio González, tras la reapertura del caso del ático de Benalmádena, que tantos quebraderos de cabeza le ha traído.
No le ha quedado otra opción al líder de los populares que la de apartar al actual Presidente de la Comunidad, que como ya decíamos hace unos días, estaba prácticamente seguro de repetir como candidato junto a su querida Aguirre, que por su parte, no ha dudado en aceptar el llamamiento de su Partido, aún teniendo que prescindir del que fuera su número dos y demostrando que puede más la ambición que la solidaridad con el que fuera su amigo.
Apuesta el PP por este dúo de Reinas, compuesto por dos destacadas figuras archiconocidas en la política nacional, la una por haber sido la número uno del gobierno de Madrid durante los años en que se fueron fraguando las más importantes tramas de corrupción que se encuentran en la actualidad en manos de la justicia y la otra, por haber estado al frente de la Delegación de Gobierno en la capital y haber ordenado todas las actuaciones policiales frente a los múltiples actos de protesta que se han venido sucediendo en esta legislatura y de cuya dureza, no ha quedado a nadie la menor duda, sobre todo en la forma en que se ha perseguido y acosado a los manifestantes, indiscriminadamente y sin que existiera en ninguna ocasión, un móvil que justificara la violencia que se ha ejercido sobre ellos.
Sin embargo, Rajoy parece confiar en que estas dos mujeres consigan aglutinar el voto perdido del PP, la una, por representar manifiestamente los intereses del ala más conservadora de la Formación y la otra porque, al menos en apariencia, estaría más cerca de las posturas centristas que en muchos casos se han ido abandonando durante los últimos años, causando estragos en la intención de voto, según reflejan todas las encuestas.
 Poco o nada parecen importar las enormes diferencias que han tenido Rajoy y Aguirre, prácticamente desde que se conocieron, ni la profunda enemistad existente entre ellos, que ninguno de los dos ha tenido la delicadeza de disimular de cara a la galería, cuando se trata de no perder uno de los graneros de votos tradicionalmente conservadores, que junto a los de la Comunidad valenciana constituyen prácticamente el grueso del poder con que siempre han contado los populares en España.
Pero si los pronósticos se cumplen, ni Cifuentes ni Aguirre ocuparan los puestos a que aspiran durante los próximos cuatro años, en un ambiente convulso que nada tendrá que ver con la plácida comodidad a que estaba acostumbrado el PP, en esta parte del territorio patrio. Todo el protagonismo que tuvieron habrá entrado a partir de entonces en franca decadencia y habrán de enfrentarse no sólo a su tradicional enemigo, el PSOE, sino también a los elegidos pertenecientes a Podemos y casi con toda seguridad,  a los procedentes de los Ciudadanos de Albert Rivera, que representan además, una fuerte competencia ideológica para los populares.
Así que más que Reinas, Cifuentes y Aguirre se convertirán, con toda probabilidad, en dos simples peones de brega a los que no quedará otro remedio que soportar lo mejor que puedan los purulentos ataques que sin duda están por llegar, de parte del resto del arco político, en un periodo en el que seguramente llegará la resolución judicial de muchos de los casos abiertos de corrupción que acucian a su Partido y que hasta ahora, se han ido dilatando en el tiempo, quizá por razones de un poder, que para entonces ya estará perdido.
Puede que la venganza de Rajoy contra Aguirre consista precisamente en eso. En poder verla destronada y lanzada a las fauces de todos los leones que la esperan con avidez para devorarla, en sentido estrictamente político, mientras él hace lo que puede por evitar su propia debacle, si es que eso es aún posible.






jueves, 5 de marzo de 2015

Espejismos


Si todas las teorías conspirativas denunciadas por los políticos españoles hubieran sido ciertas y se hubiera pretendido ir contra otros en tantas ocasiones como se ha dicho, a lo largo de los últimos años de nuestra Historia,  muchos de los sucesos importantes que han quedado plasmados en los libros para la posteridad hubieran tenido otro final muy distinto al que conocemos y un gran número de personas que han tenido que enfrentarse después a la justicia por flagrante comisión de delito permanecerían en el poder, mientras que nuestras cárceles, hoy por hoy, estarían plagadas de conspiradores.
Pero suena bien declarar ante los medios de comunicación que se es víctima de persecución cuando pesa sobre uno la sombra de alguna sospecha y defender a capa y espada una decencia que en muchas ocasiones queda luego bastante maltrecha cuando aparecen determinadas evidencias, aunque sólo sea para intentar alcanzar una impunidad que en muchos casos, ha resultado ser del todo incomprensible.
No pasa un día sin que aparezca una nueva denuncia sobre algaradas conspirativas y ahora le ha tocado el turno al Presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, en relación con un ático en Estepona, que viene siendo investigado por la policía desde hace bastante tiempo y que vuelve al plano de la actualidad, de manos de un periodista del Mundo, precisamente cuando se daba casi por cierto que Gónzalez sería el candidato elegido por Rajoy para continuar en el puesto que ocupa, contando con que los ciudadanos le siguieran otorgando su voto.
Sucesor de Esperanza Aguirre cuando abandonó el puesto, Ignacio González se ha paseado por una cuerda floja, prácticamente desde el mismo día en que ocupó su cargo y hasta ahora, había conseguido zafarse de la multitud de sospechas  de toda índole que han pululado sobre su cabeza, aunque en numerosas ocasiones ha estado a punto de ser imputado por la justicia, como cuando lo fue su propia esposa, después liberada sin que se nos haya explicado bien por qué, cosa que viene siendo bastante habitual, aunque no nos convenza en absoluto.
La respuesta de González a estos artículos de El mundo ha sido inmediata y cómo no, apoyada en el argumento de la recurrente teoría de la conspiración, llegando al punto de acusar a varios cargos policiales de haber intentado extorsionarle en cierta reunión que mantuvieron hace algún tiempo, por lo que no se explica que sigan ocupando sus cargos.
Le ha debido sentar fatal que cuando prácticamente contaba con ser proclamado candidato, por cierto tal vez, junto a su amadísima Esperanza Aguirre, la prensa haya venido a truncar todas sus ilusiones volviendo a retomar el tema del ático alquilado o regalado, dicen las malas lenguas que por Enrique Cerezo, insistiendo en que la titularidad del mismo se consiguió a cambio de determinados favores en el terreno inmobiliario, que se convirtieron en mucho más importantes, cuando heredó la Presidencia de la Comunidad.
Mientras se prueba o no, Rajoy no se puede permitir incluir en las listas electorales a González, sobre todo porque tratándose de Madrid, no debe arriesgarse a perder  la fidelidad de un electorado, bastante escamado últimamente con tantos casos de corrupción ocurridos dentro del marco geográfico en  que habitan.
Así que la retrasadísima elección de candidato, habrá de hacerse al final, deprisa y corriendo y teniendo que recurrir a algún nombre que, al menos en principio, se encuentre totalmente limpio de polvo y paja, dentro de una Autonomía, en la que nadie parece ser lo que parece y en la que no paran de surgir corruptelas políticas relacionadas de algún modo con el PP, por mucho empeño que ponga este Partido, en no reconocerlo.
Como otras veces, tampoco le funcionan a González sus delirios conspirativos y de momento, se ha encontrado con que uno de los mandos policiales a los que acusa de extorsión, le ha interpuesto una demanda, que ya veremos si acaba prosperando.

 Y es que los espejismos que sueñan ver algunos, probablemente en un intento desesperado por escapar a una realidad que se impone por encima de sus deseos más íntimos, terminan por desvanecerse ante sus propios ojos dejándoles en evidencia ante una Sociedad que no puede evitar esbozar una sonrisa, cada vez que se le habla de esta caza de presuntos inocentes, que al final, resulta que no lo son tanto.

miércoles, 4 de marzo de 2015

El límite de la paciencia


Tras varios años de lucha para recuperar los ahorros robados en el asunto de las preferentes, a la gente se le ha agotado hoy la paciencia y han perdido los nervios, a la llegada de Miguel Blesa a los juzgados, produciéndose un intento masivo de linchamiento, repelido inmediatamente por los agentes de la policía nacional.
La injustificable acción, sin embargo, tiene mucho que ver con lo que hemos ido conociendo, casi con cuentagotas, de la pasada historia de Blesa y que necesariamente debe afectar mucho más que a cualquiera de nosotros, a todos aquellos que han visto como sus ahorros de toda la vida se esfumaban por el coladero ofrecido a todos ellos por la Banca, como una panacea para incrementar los intereses producidos por el dinero que cada uno poseía y que ha resultado ser después, una de las estafas más grandes de cuántas se han producido en este país, sin que por el momento, nada hayan hecho ni los políticos ni los jueces, para que la totalidad de los afectados puedan recuperar lo robado.
Entretanto, Blesa, Rato y los suyos disfrutaban descaradamente de un nivel de vida inimaginable para cualquier ciudadano decente, despilfarrando auténticos capitales, en la peor época de la crisis, amparados tras la opacidad de las tarjetas Black que Bankia, la entidad que ha necesitado ser rescatada y que casi lleva a la quiebra al país entero, ponía a disposición de estos individuos, por supuesto sin declarar su existencia ante Hacienda, como todos sabemos.
Cayó el Juez Silva, sin que se le haya restituido en su puesto, por ordenar la encarcelación de Blesa, seguramente estando seguro de la podredumbre que se ocultaba bajo su rimbombante puesto y aún hoy, a pesar de todo cuanto hemos ido conociendo después, este individuo y varios más de los que se codeaban con él de igual a igual en la Entidad que dirigía, continúan en la calle, mientras los preferentistas siguen apostados en la calle, clamando en un desierto, para que les sea devuelto lo que éstos y otros personajes de similar catadura les estafaron, amparados por el silencio de un Gobierno, que ha decidido mirar hacia otro lado en esta cuestión, como en tantas otras que por ser como son, le perjudican considerablemente.
Visto el panorama, lo raro es que la paciencia de los preferentistas, muchos de ellos personas de avanzada edad, haya  conseguido llegar hasta aquí y que nadie haya perdido los nervios de manera violenta antes de hoy, a pesar de que muchos de sus compañeros hayan incluso muerto, esperando en vano una resolución para sus gravísimos problemas.
Cómo esperaba Blesa que reaccionara esta gente ante su presencia, no lo sabemos, pero sí que hemos podido oír en varias ocasiones lo que manifestaba sobre el asunto, adoptando por cierto, una actitud significativamente despreciativa y chulesca, que podría añadir, si cabe, mayor indignación al sentimiento general que los afectados por las preferentes ya manifestaban contra él y que hoy se ha materializado en un conato de violencia, que afortunadamente, no ha quedado después, en nada.
Prepárense sin embargo estos personajes relacionados directamente con este entramado, para recibir cada vez que aparezcan públicamente, la repulsa de este casi millón de preferentistas, cuya vida han convertido en un auténtico calvario y no esperen, desde luego, recibir de ellos, ninguna comprensión, aún cuando terminen siendo juzgados y condenados por la justicia.
Al fin y al cabo ¿Qué han hecho ellos por estas personas, sino atacarles, vejarles y colocarles innecesariamente al borde la ruina económica, por cierto, sin el menor pudor al hacerlo?





martes, 3 de marzo de 2015

Frenar a Tsipras


No es  casualidad que el recién elegido Presidente de Grecia acuse a España y Portugal de conspirar  para frenar cualquier posibilidad de éxito en planteamientos políticos que nada tienen que ver con la austeridad y los recortes, ni es de extrañar que su opinión sobre la manera de gobernar de Rajoy en el caso de nuestro país, coincida plenamente con la que manifestaron todos los líderes de la oposición en el Debate del Estado de la Nación, la semana pasada.
Teniendo en cuenta que las naciones que ocupan geográficamente el sur de Europa han venido padeciendo problemas idénticos a los que acucian a Grecia  y que los ciudadanos lusos y españoles han alcanzado los mismos niveles de indignación que los helenos en los últimos tiempos, resulta razonable que ahora que se acercan las elecciones, el voto tradicionalmente otorgado a Partidos conservadores y socialdemócratas, derive hacia horizontes parecidos a los que ofrece la formación de Tsipras, por lo que no sería productivo ni para el Presidente portugués ni para el nuestro, que pudiera cambiar radicalmente el rumbo político trazado desde Europa, que tan sumisamente llevan acatando, desde que comenzó esta interminable crisis.
Frenar a Tsipras se ha convertido en una necesidad que ha  de afrontarse a la mayor brevedad posible y es por tanto, absolutamente creíble el mensaje que el Presidente Griego se atreve a lanzar, aún a riesgo de poner en peligro las buenas relaciones existentes hasta ahora con lusos y españoles, al haber comprendido el primer día de su mandato que no recibirá ningún tipo de apoyo por parte de estos supuestos aliados, sino más bien, un ataque frontal que evite como sea, la más mínima posibilidad de que sus medidas se conviertan en exitosas, aún siendo radicalmente opuestas a las que dicta Merkel  desde el bunker inexpugnable que ha establecido en su amada Alemania, tan poco grato para la mayoría de los ciudadanos del sur y tan valioso para los prebostes capitalistas que manejan sin piedad, las riendas de nuestro mundo. 
En el caso de España, Rajoy sabe muy bien que si Tsipras consigue avanzar, aunque sea un palmo, por un camino distinto al que marcan los dictados de las grandes potencias europeas, la victoria de Podemos, primero en las Municipales y autonómicas y después en las Generales que se celebrarán a finales de año, podría estar garantizado y la debacle de un bipartidismo obsoleto que ya no representa a una gran parte de la sociedad, ser un hecho que  no tendría vuelta atrás, complicando de manera ostensible todas las previsiones que para nuestro futuro se habían manejado desde las más altas esferas del Poder absoluto que nos tiraniza.
Así pues, que el Presidente Rajoy responda a las críticas llegadas desde Grecia con el argumento de que no deben hacerse promesas que luego no se pueden cumplir, viendo la paja en el ojo ajeno e ignorando la viga en el suyo, resulta absolutamente irrelevante, ya que la fuerza de la razón y el establecimiento de la verdad termina siempre por imponerse a cualquier subterfugio ideado para escapar airoso de las situaciones que son, en sí mismas, totalmente adversas.
Porque puede que a Grecia no se la esté dejando actuar, en lo que constituye una clara injerencia en los asuntos de otro Estado, seguramente por encontrarse en soledad, aún, frente a los gigantes que manejan la marcha de una economía exclusivamente diseñada para el enaltecimiento de los ricos, pero si cunde el ejemplo de lo ocurrido allí y en otras naciones, los ciudadanos deciden cambiar con sus votos un rumbo político que ya se considera decididamente  insostenible, la fuerza de los nuevos Partidos políticos y por tanto de sus Presidentes, podría aumentar considerablemente, consiguiendo que la unión haga viable otra clase de futuro, libre del yugo asfixiante que nos aplica una Europa desde hace tiempo desligada, del sentir de la gente.
Puede patalear Rajoy cuánto quiera y puede intentar mil y una maniobras de persuasión con la única ambición de permanecer en el poder, incluso volviendo a lanzar un millón de promesas que, como todos sabemos, después no cumpliría, pero le falta precisamente ese contacto cotidiano con la realidad que vive esta sociedad, para entender meridianamente que como le auguran las encuestas, no solo tiene los días contados como Presidente de este país, sino que además, merece con toda justicia, ser apeado del puesto que ocupa, no ya por lo que pueda ocurrir o no en el país heleno de ahora en adelante, sino por la voluntad de estos españoles a los que tanto maltrató, de todas las maneras posibles, durante el tiempo que duró su mandato.






lunes, 2 de marzo de 2015

Un poeta en un mundo de lobos


El poeta Luís García Montero ha aceptado ser Candidato de Izquierda Unida en la Comunidad de Madrid, que tras la marcha de Tania Sánchez se encuentra atravesando uno de los momentos más bajos de toda su historia y que si hubiera que confiar en las encuestas, ni siquiera obtendría representación en el Parlamento de la Capital, tras la celebración de las elecciones.
El gesto, que honra a este luchador impenitente y que demuestra que todavía quedan soñadores dispuestos a sacrificar su estabilidad personal a favor de la ideología que siempre defendieron, sólo podría partir de quien poseyendo una sensibilidad especial, como es el caso de un poeta, no considera como prioridad absoluta la obtención del poder y sí la necesidad de ser útil a la sociedad, de la mejor manera posible.
Lo tiene crudo una persona así en el mundo de lobos en que se ha convertido el ejercicio de la política, pues poco tiene que hacer la inocencia frente al entramado alevoso en que suelen desenvolverse los asuntos de Estado y en principio, puede dar la impresión de que cuenta con muchas posibilidades de ser devorado en cualquier punto del camino que ahora inicia, probablemente con toda la ilusión con que se afronta cualquier nuevo proyecto, sin querer asumir que muchos de ellos pueden estar, desgraciadamente y a pesar de la buena voluntad, abocados al más estrepitoso fracaso.
Pero desde otro punto de vista, quizá sea de verdad necesario que gente así vaya reemplazando, a la mayor brevedad posible, a toda la caterva de depredadores que se ha instalado en las Instituciones, más con la idea de obtener un enriquecimiento personal que con la de contribuir al bien común, para regenerar si fuera posible, la esperpéntica situación que subyace bajo el aparentemente apacible mundo de la política y que ha provocado, a través de los incontables casos de corrupción que hemos padecido en los últimos años, una desconfianza generalizada en quienes se dedican a este fin, haciendo que su buena imagen hoy por hoy, nos parezca del todo irrecuperable.
Históricamente, pocos de los poetas que han aceptado el compromiso de defender públicamente una ideología han terminado precisamente bien, recuérdense los casos de Lorca, Hernández o Neruda, por ejemplo, pero es de agradecer que los intelectuales tengan, además del afán de crear obras maestras, algún interés en formar parte de los asuntos que atañen a las mayorías populares, demostrando a los simples mortales que no son una élite aislada de cerebros que habita en parcelas alejadas del resto de la sociedad, sino que también son capaces de convivir y luchar por alcanzar los mismos logros que el resto de nosotros.
Su opinión, que probablemente casi en ningún caso suele coincidir con la de aquellos que no han sido dotados para las artes, supone no obstante, un soplo de aire fresco en este ambiente dominado actualmente por la tiranía de lo material y pone una nota de necesaria espiritualidad en el devenir de una historia que parece escrita exclusivamente para gente sin alma, que ya ni siquiera considera que valores como la honestidad o la decencia, puedan formar parte inherente de la naturaleza de los hombres.
 Mucho va a tener que batallar el poeta con las ansias de poder de algunos de sus correligionarios y más aún con el ideario obsoleto que enarbolan impenitentemente los líderes de la vieja guardia, pero es muy probable que a pesar de los pesares, su llegada sea lo más conveniente que pueda ocurrir a Izquierda Unida en este momento, si de verdad quiere salir del bache oscuro en que se encuentra inmersa y no ser, literalmente, fagocitada por el empuje de Podemos.

No nos queda pues, otro remedio, que dar la bienvenida a Luís García Montero a esta tierra inhóspita de la política, con la esperanza de que consiga alcanzar cierta estabilidad en la cúpula de IU y sobre todo, con la ilusión de que logre trasladar algunos matices de su oficio de poeta a la tribuna del Parlamento de Madrid, que falta le hace.