lunes, 29 de abril de 2013

El mundo de los Reyes



Acostumbrados durante siglos a dirigir los destinos de la humanidad por una mera cuestión de apellidos, los Reyes que aún quedan en el siglo XXI y que han logrado superar con éxito todas las revoluciones  que se han ido produciendo a lo largo de la historia, se mantienen aupados en un lugar de privilegio y viven al margen de la realidad que les circunda, en un mundo fantástico de lujo y despreocupación, que dista mucho de la rutina cotidiana, de  los que, probablemente, ellos siguen considerando sus súbditos.
Todos sabemos por propia experiencia, que Europa está inmersa  en una espantosa e interminable crisis y sin embargo, periódicamente, las monarquías de diferentes países de la Unión, organizan una serie de fastos que, contando con el dinero público, están encaminados, única y exclusivamente, a su propio lucimiento personal, ignorando las desventuras que han de sufrir los ciudadanos para sufragar estos gastos que, llamativamente, no están nunca sujetos a recortes.
Hace poco se celebró en Inglaterra el aniversario de la Coronación y ahora, la abdicación de la Reina de Holanda traerá consigo una ceremonia de coronación de su heredero, montada como si se tratara de una superproducción hollywoodiense, aunque todos sepamos que esta producción no estará a cargo de ningún multimillonario americano.
No parece moral en los tiempos que corren, dedicar inmensas partidas de dinero, absolutamente necesarias para  paliar la grave situación social en que nos encontramos, a perpetuar la existencia de una Institución retrógrada y obsoleta, que debió desaparecer con la llegada de la modernidad y que ya ni siquiera tiene una utilidad real en la política de las Naciones, al carecer de poder ejecutivo sus miembros y al haber quedado reducido su papel a una mera cuestión ornamental que sin embargo, supone un despilfarro inaceptable de dinero público, empleado exclusivamente en satisfacer caprichos personales que escapan a toda lógica.
Mientras las naciones del Sur de Europa se ven empujadas al negro abismo de la miseria y sus habitantes son azotados   sin compasión por las medidas de recorte aplicadas por cada uno de sus gobiernos, el comportamiento de las Monarquías que salpican la geografía del Viejo Continente, continúan su camino de pomposidad, protagonizando gestos de insolidaridad para con los ciudadanos, que bien podrían calificarse como estrictamente inmorales.
Pero eso no parece preocupar a las troikas, ni incide en modo alguno en la marcha de los mercados, ni se exige siquiera desde el poder, que desaparezcan del panorama político, para conseguir una reducción de gastos, que seguramente, sería cuantiosa.
No hay reformas laborales que afecten al oficio de Rey, ni despido por razones de inviabilidad de su cargo, ni recortes que impidan al monarca y su prole el uso de la sanidad privada a cargo de la hacienda pública, o que manden a sus descendientes a las más exclusivas escuelas, para completar una educación exquisita, pagada por todos nosotros.
Es más, se considera una especie de agravio estar a favor de la República como sistema de gobierno y una falta de respeto criticar las malas acciones de los soberanos y cuantos les rodean, como si un aura de santidad flotara sobre sus cabezas y su mandato proviniera de un Dios, que estuviera por encima de las urnas en las que se eligen, democráticamente, los Parlamentos.
Nada ha cambiado para las monarquías con la persistencia de esta crisis y ni siquiera han tenido la decencia de ocultar su ostentosa forma de vivir, a los ojos de una sociedad que lo ha perdido todo con la marcha de los acontecimientos actuales.
La Coronación del heredero holandés, será una prueba irrefutable de la certeza de este argumento.
Me pregunto si cuando saluden con la mano a quienes contemplen el paso del cortejo, por un momento siquiera, pensarán en lo que se podría haber hecho, con lo que están empleando en su ceremonia de ensueño.



domingo, 28 de abril de 2013

Sin eximentes



El gobierno  que dirige Mariano Rajoy se está quedando solo en la indefendible cruzada emprendida, con la pretensión de combatir la crisis, y que le devuelve con toda violencia, el estremecedor resultado de las cifras del desempleo, recordándole que al margen de su empeño por solventar la deuda adquirida con Europa, el verdadero problema que sobrecoge el corazón del pueblo español, ha de pasar inevitablemente por la creación de nuevos empleos, aunque esta posibilidad ni siquiera haya sido mencionada, en la última comparecencia de sus Ministros.
Muy al contrario y siguiendo en la línea de sumisión a los mandatos europeos que ha caracterizado su política desde que alcanzó el poder, hace poco más de un año, el ansia por complacer a los acreedores del cuantioso rescate empleado en reflotar el hundimiento de la Banca, se antepone una vez más a las necesidades perentorias de los ciudadanos y se materializa en una nueva subida de impuestos, maquillada ahora bajo el curioso nombre de “novedad tributaria”.
Esta nueva vuelta de tuerca, que aprieta aún más la soga colocada alrededor del cuello de la sociedad española en su conjunto y que se acompañará en breve de la propuesta de elevar la edad de jubilación hasta los setenta años y otras ideas de dudosa brillantez, surgidas de la mente de los asesores de nuestro esquivo Presidente, no impedirán, en palabras de literales de Sáenz de Santamaría, que al término de la vigente legislatura, el paro afecte al 25% de la población, ni que el nivel de vida de los españoles haya descendido a cotas similares a las que se daban en el periodo de la pos guerra.
Y sin embargo, seguir sosteniendo la teoría de que estos sacrificios se verán finalmente recompensados por un triunfo que sólo será posible desde la obediencia, parece constituir la principal consigna de cualquiera que represente los intereses del Partido Popular, a pesar de que las voces discrepantes aumentan de manera espectacular , llegando incluso a sorprendernos, al provenir de determinados medios de comunicación, hasta ahora absolutamente fieles a la doctrina conservadora de este gobierno.
Hace mal el Presidente Rajoy en confiar en quien confía, pues a la vista está que camina por una cuerda floja, en permanente estado de tensión y perseguido por la gravedad de sus errores, sin que ninguno de sus colaboradores haya conseguido encontrar ni un solo viso de solución, que alivie la gravedad de los acontecimientos.
Encerrado en la burbuja de su mayoría absoluta y creyendo que ésta le da la seguridad suficiente, incluso para transgredir los límites morales en la relación con su pueblo, consciente o inconscientemente, está anteponiendo sus apuestas políticas personales, a las que realmente podrían ser eficientes en el momento que vivimos, aunque hubieran salido de cualquier otra formación, o incluso si únicamente provinieran de la voluntad popular, que debe ser al fin y al cabo, quien decida la suerte que desea correr y la manera en que quiere hacerlo.
Sin eximentes que palien el peso de su culpa, Rajoy se está jugando mucho más que un sitio en la historia de España. Perdida toda su credibilidad y empecinado en continuar asfixiando a los ciudadanos con su manera de gobernar, Rajoy está poniendo en peligro la continuidad de un Estado Español independiente y  colocándonos en las manos de los nuevos colonizadores del SXXI, aún a riesgo de hacernos perder nuestra autonomía como Nación y el derecho soberano a decidir sobre nuestro propio destino.
Al pueblo español, con perdón, le importa un carajo devolver el rescate o las lecciones de macroeconomía que nos ofrecen a diario los grandes expertos y sin embargo, las únicas preocupaciones de quien nos preside, empieza n y acaban en este  maremágnum de desesperanza y todo cuanto hace se orienta irremediablemente, a ese mundo de macrocifras  al que hemos llegado, conducidos de la mano de nuestros inútiles políticos.
¿A qué han de aguardar los seis millones, trescientos mil parados, para ser atendidos, en su acuciante necesidad, por quien dice ser su Presidente?
¿Cuánta paciencia se le supone a quien busca desesperadamente trabajo y que ya en muchos casos, depende de la caridad para seguir subsistiendo?
¿Hablaría Rajoy cara a cara con estos ciudadanos, para decirles que su situación debe  esperar a que se resuelva la deuda con Europa?
¿Y cuál sería la respuesta de su interlocutor, que lo ha perdido todo, precisamente, por esta causa y por otras directamente relacionadas con la línea de su política?
Con toda probabilidad, los desempleados contestarían: pues abandone Europa y piense un poco más en España. Al fin y al cabo, somos nosotros y no los europeos, quienes le hemos elegido y quienes merecemos, por tanto, su esfuerzo, su dedicación, su atención y su empeño por devolvernos la dignidad que nos roba, cada vez que menciona a Europa, mientras se olvida del bienestar de los españoles.


jueves, 25 de abril de 2013

Sin posibilidad de retiro


Se intuye en el gobierno actual, una cierta intención de hacer desaparecer veladamente el sistema de pensiones, a juzgar por las últimas medidas que proponen y que pretenden subir la edad de jubilación por encima de los sesenta y siete años, además de aumentar los años de cotización, si se quiere cobrar la pensión máxima.
La gran incógnita que se plantea ahora, no es otra que la de averiguar  de qué manera habrán de afrontar su vida laboral los españoles que tengan la suerte de que la muerte no les pille trabajando y de haber conseguido mantenerse en activo en la empresas del futuro, que gozan plena impunidad para despedir libremente a cualquiera de sus asalariados, a bajo coste y sin complicación alguna.
A  nadie parece habérsele ocurrido establecer una diferenciación absolutamente necesaria, entre los diferentes tipos de trabajo ni en el esfuerzo físico que para ellos se requiere y que resultará prácticamente imposible de realizar a ciertas edades, si se consideran los problemas de salud lógicos de la senilidad y que son inherentes a la condición humana y su naturaleza.
Pero este y otros muchos problemas, habrán de afrontarse más pronto que tarde y arbitrar una solución para resolverlos, o bien dotar a la Seguridad Social de un buen montante de fondos de nueva creación, para afrontar las innumerables bajas que se han de producir, en cuanto los ancianos en activo se conviertan en multitud y sus fuerzas no les permitan desarrollar su actividad laboral a pleno rendimiento.
Claro que si la tónica actual continúa, el número de trabajadores que lleguen a cumplir la edad de jubilación como asalariados será mínimo, ya que los casos de despido en mayores de cincuenta años, se están multiplicando como por arte de magia y las posibilidades de volver a emplearse para este colectivo, resultan prácticamente irrisorias, por no decir que es imposible que vuelvan a encontrar una nueva ocupación, lo que acarrea un grave deterioro económico, en el cálculo de la pensión correspondiente.
Tampoco los más jóvenes lo tienen nada fácil. Con más de un cincuenta por ciento de paro, la edad de encontrar un primer empleo se está retrasando peligrosamente, dificultando en extremo que puedan llegar nunca a ser merecedores de una pensión máxima, al carecer del cómputo de años necesarios para ello.
También la precariedad de los actuales salarios juega en contra de los trabajadores, lo que con toda probabilidad les conducirá al hecho cierto de tener que estar en activo toda la vida, si quieren tener cubiertas de manera digna todas sus necesidades, sin poder contar con la posibilidad de un retiro medianamente cómodo, al haberse el estado desentendido de lo que hasta ahora era de su competencia, pero que con toda seguridad, pasará en un futuro. a ser de la nuestra.
No hay duda de que a Europa parece molestarle sobremanera todo lo que huela a público y no ceja en su empeño de destruir las Instituciones que tanto esfuerzo nos ha costado construir y que ahora, contando con el apoyo incondicional de Mariano Rajoy, se están yendo al garete.
Sanidad, Educación y ahora el Sistema de Pensiones, en unos años habrán pasado, de seguir por este camino, a ser un recuerdo grato de los años de bonanza, que sólo quedará en la memoria de los que alguna vez las disfrutamos , pero que nuestros descendientes ni siquiera conocerán, a tenor de las circunstancias que vivimos.
La desmantelación de lo público , aunque se esté forjando a pasos lentos, no deja de ser un hecho inaceptable, que en modo alguno se puede permitir y que merece una contundente respuesta, por parte de todos, sobre todo si la pérdida que sufrimos es causa directa del pago del Rescate de la Banca que ha sido causante de todas nuestras desdichas, pero que ahora exige esta contribución para ser saneada, mientras nos deja como herencia, toda la inseguridad que conlleva no tener derecho a ningún tipo de futuro.
La desvergüenza de los políticos que nos gobiernan no puede ser mayor y la despreocupación que demuestran hacia los problemas sociales que sufre la mayoría de su pueblo, no deja lugar a dudas sobre su ineptitud para solventar con acierto la salida de la crisis y para gestionar el presente y el porvenir de aquellos a quienes, teóricamente, representan.
Ya no podemos más y saber que habremos de trabajar durante toda nuestra vida, quizá sea la gota que haga rebosar, finalmente, el vaso ya lleno. de nuestra paciencia.



miércoles, 24 de abril de 2013

Mentir por rutina



Cuando un político pierde la credibilidad y cada una de las palabras que pronuncia, es inmediatamente cuestionada por su pueblo, poco o nada le queda ya por hacer en su oficio, aunque intente desesperadamente redimirse de sus pasados errores.
A Mariano Rajoy le pasa  exactamente esto. El incumplimiento del programa electoral que le llevó a una victoria por mayoría absoluta y los múltiples episodios en que sus acciones han contradicho, en su totalidad, el discurso que había pronunciado anteriormente, le han colocado en una difícil situación y han conseguido mermar, casi en el cien por cien de los casos, la poca o mucha confianza que en él se tuviera.
Aupado en una posición de infranqueable poder y minimizando al máximo la capacidad de comprensión de los españoles, ya arriesgó todo su prestigio personal prometiendo al país que lo  sacaría de la crisis en cuanto llegara a la Moncloa, a pesar de que por su cargo de jefe de la oposición, sabía perfectamente que cumplir sus promesas, iba a resultar del todo imposible.
Y sin embargo, sacó partido de la indignación ciudadana, aventurando el manido argumento de que la Economía siempre marcha mejor cuando gobiernan las derechas, apoyado en la pasada experiencia vivida por su compañero de filas Aznar, aunque omitiendo que en el periodo que gobernó, se promocionó la burbuja inmobiliaria que tanta culpa ha tenido después de nuestra caída y que la situación que atravesamos ahora, es bien distinta a la que encontró el ex Presidente, cuando se hizo cargo del gobierno de la Nación.
La justificación de la herencia recibida de Zapatero no es óbice para su pretendida inocencia, pues cuando uno es líder de un Partido tan poderosos como el PP, aunque no gobierne, la obligación de conocer lo que ocurre en los sótanos del País, es imperativa e ineludible y, desde luego, si uno no se preocupa por estar al tanto de la auténtica realidad que acontece a su alrededor, no merece siquiera ser considerado para ser candidato en unas Elecciones generales.
Rajoy conocía y muy bien, cuál era la magnitud del problema que acuciaba a España y sin embargo permitió que se elaborara un programa electoral que después defendió de puerta en puerta, organizando la mayor estafa política urdida contra los ciudadanos de un país, deseoso de entregar su confianza a quién aún creía solvente para solucionar los conflictos.
El batacazo emocional para quienes le votaron ha sido mayestático, igual que comprobar que desde el mismo momento en que aterrizó en la Moncloa, las palabras que había pronunciado con anterioridad fueron barridas por el viento, para dejar paso a una agresividad gubernativa, apoyada únicamente en las políticas de recortes exigidas por Europa y nunca dirigidas a la creación de empleo que tan necesario nos era y nos es, si queremos realmente encontrar la ansiada luz, al final de este túnel.
Dijo que no habría rescate a la Banca y lo hubo. Dijo que no subiría el IRPF y el  IVA, y los aumentó, causando estragos en el consumo y en las familias. Dijo que crearía tres millones de empleos y el paro aumentó hasta los seis millones de personas,  un millón más que cuando  hizo cargo de la Presidencia… y sigue creciendo.
Dijo que no tocaría la Sanidad y la Educación, mientras redactaba una larga lista de medicamentos para retirarlos de la financiación de la Seguridad Social y preparaba la privatización de Hospitales desde su despacho y permitía a su Ministro de Educación Wert, programar la mayor subida de tasas conocida en la historia de la Democracia y se ponía en la calle a miles de profesores interinos, en perjuicio de la calidad de la enseñanza  que reciben niños y jóvenes, hasta su llegada, prácticamente gratuita.
La continuidad en el empleo que prometió, nada tiene que ver con la Reforma Laboral aprobada por su gobierno y la complacencia demostrada con Banqueros y defraudadores, a través del Rescate y la Amnistía fiscal, en nada ayudan a las clases humildes que decía defender, en los mítines que ofreció por todo el territorio patrio, hasta conseguir su propósito de absoluto mandato.
Tampoco en los asuntos de corrupción que acechan de cerca a su Partido y personalmente a él, ha sido precisamente sincero.
Negándose a cualquier contacto directo con los medios de comunicación y eludiendo por tanto, la posibilidad de ser preguntado por lo que viene sucediendo desde que se destapó el asunto Bárcenas, la presunción de inocencia que es indiscutible para toda persona, se ha ido debilitando, dando paso a una sospecha de culpabilidad, cada vez más fuerte, que le coloca en una incómoda posición para seguir ejerciendo un cargo, que probablemente, tendría que haber abandonado, si quería conservar cierta dignidad, a los ojos de su pueblo.
Pero en lugar de esto, se ha permitido la intención de mentir también a Bruselas sobre las cifras reales, e incluso el fingido orgullo de hacernos creer que sus medidas han sido exitosas, para ser duramente reprendido por Europa, al ser inciertas todas sus afirmaciones.
Naturalmente, sus declaraciones de ayer, negando ante los medios una nueva subida de impuestos y nuevos recortes en contra de los ya castigados ciudadanos, han creado inmediatamente en nosotros desazón, al no quedarnos otro remedio que empezar a pensar que son un hecho consumado y que sólo harán falta un par de días para que anuncie estas medidas, en perjuicio de todos nosotros.


martes, 23 de abril de 2013

Ajuste de cuentas



Las terribles reformas efectuadas por Rajoy durante poco más de un año de gobierno, en lugar de paliar la desastrosa situación en que ha dejado sumido a nuestro país el paso de la crisis, no han hecho otra cosa más que agravar los problemas de una ciudadanía, que se ha tenido que acostumbrar a golpe de decreto, a convivir por obligación, con el rostro pálido de la pobreza.
Por mucho que se han querido disfrazar los números, en un intento desesperado por convencer a Europa de que se empezaba a ver la luz al final del túnel, la deteriorada realidad que nos ha regalado el gobierno Rajoy, ha terminado por aflorar en forma de cifras negativas, demostrando que la política aplicada desde que se hizo con el poder, ha resultado ser el mayor fracaso de la historia de la Democracia, por mucho que se hayan seguido al pie de la letra, todas las directrices dadas por los dueños de los poderes económicos, desde su paraíso particular, ubicado en el corazón del viejo Continente.
Lo más grave es el aumento sin freno de un desempleo que ya afecta a casi seis millones de personas y que no tiene visos de mejorar, si no se cambia de inmediato la idea que se tiene del mundo laboral y se emplean los recursos en la creación de puestos de trabajo dignos, que puedan empezar a reactivar el consumo perdido con la llegada a los hogares de la desesperación que trae la miseria.
Pero hay errores que sin parecer importantes, han contribuido de manera innegable al deterioro sufrido durante este año y que de no haberse cometido, bien pudieran haber paliado en parte, la situación que ahora padecemos.
La bajada de sueldo de los funcionarios y la posterior  incautación de la paga de Navidad de este numeroso colectivo, ha representado para el sector del comercio y también para el turístico, por ejemplo, un descenso importante en los beneficios que hasta ahora obtenían y que han desaparecido sin dejar rastro, al tener que adaptarse los trabajadores públicos a su nuevo estatus, que ya no les permite consumir del mismo modo  que lo hacían, antes de que la tijera de los recortes incidiera en sus vidas, por obra y gracia de las medidas aplicadas por el Gobierno-
Si a esto añadimos que no se ha hecho nada por potenciar la dación en pago, en el caso de los desahuciados, los bolsillos de otro buen número de españoles tampoco quedan para poder permitirse muchos lujos, después de atender los pagos que la Banca usurera les exigirá, durante muchos años del resto de sus vidas.
No se puede olvidar , en esta lista interminable de incongruencias, a un colectivo de pensionistas afectados por dolencias propias de la edad, que han visto cómo se retiraba una larga lista de medicamentos, antes costeados por la Seguridad Social y que les son imprescindibles para mantener la salud, pero que ahora han de abonar religiosamente de sus fondos particulares, que en muchos casos eran ya suficientemente escasos, al tratarse de pensiones de poco más de cuatrocientos euros y que difícilmente daban siquiera, para poder vivir.
Lo mismo ocurre con los familiares que anteriormente se beneficiaban de la Ley de Dependencia y con todas las partidas sociales que han desaparecido bajo el argumento de que el montante que suponían, era ahora necesario para sacar al país adelante, aunque todos pensamos que en realidad, servirán para devolver el cuantioso rescate que se ha pedido para reflotar a la Banca.
Si a esto sumamos los recortes practicados en Sanidad , Educación o Investigación, el panorama general en que queda España y por lógica, todos los que habitamos en ella, no resulta precisamente, halagüeño.
¿Y todo para qué? Si al final, no se ha conseguido ninguno de los objetivos marcados y sí una enorme cantidad de sufrimiento y desesperación que auguran, de persistir esta política, un estallido social de imprevisibles consecuencias.
Por mucho que la Madre Europa se empeñe en marcar este camino, está claro que de continuar por él, vamos directamente al abismo.
La pregunta es si en algún momento, Rajoy sacará a relucir ese “espíritu patriótico” del que tanto presume, para ser capaz de enfrentarse, en estricto cumplimiento de su obligación, con aquellos que desde la lejanía tratan de manejar las riendas de su gobierno, convirtiéndole en una ridícula marioneta, al servicio de los intereses de un neocapitalismo, que en nada cuenta con el bienestar de los españoles.
Si hay que radicalizar la política, sea. Si hay que amenazar a los europeos con retirarse de la Unión, sea. Y si hay que buscar nuevas alianzas fuera de la Comunidad, que potencien nuestra supervivencia y autonomía, tendrá que ser también, si eso es lo mejor para el pueblo.
Y si no se puede o no se quieren intentar nuevas vías, o se está demasiado ocupado en tratar de encontrar algún modo de zafarse de los casos de corrupción que apuntan directamente a la cúpula del PP, basta con dimitir y permitir a la indignada ciudadanía, elegir nuevamente en las urnas, a otros que dirijan mejor su destino.
Presumir de triunfos irreales, acaba siempre pasando factura a quien los inventa y el resultado suele ser, sin excepciones, nefasto, demoledor y sin retorno.





lunes, 22 de abril de 2013

Un cambio moderado



Se revoluciona el PSOE con la noticia de que Eduardo Madina podría presentarse a las primarias, con la intención de tomar el relevo de Rubalcaba.
La hecatombe sufrida en las elecciones generales pasadas y la persistencia en el recuerdo de los españoles de las últimas políticas de Zapatero, han dejado al Partido centenario en una mala posición, que no ha mejorado en nada, según dicen las encuestas, con la gestión llevada a cabo por quien hoy lo dirige, pero que ya formaba parte del gobierno anterior.
Las voces discrepantes han reclamado desde dentro la dimisión de Rubalcaba por activa y pasiva, pero ya se sabe que el enganche al poder parece nublar incluso las mentes más inteligentes y cuesta un gran esfuerzo dar el paso atrás necesario, para que otros ocupen las posiciones de privilegio.
No es Madina precisamente un revulsivo  que rompa con la etapa anterior, pero al menos es una cara poco conocida y le acompaña el factor juventud, que hace ya tiempo abandonó a los pesos pesados de este socialismo escorado a la derecha, que ha conseguido decepcionar de manera continuada, a cientos de miles de españoles que apostaban por su quehacer, como suave contrapunto del conservadurismo recalcitrante.
Todo depende de cómo se jueguen las cartas, ya que el reto que tiene por delante quien sea elegido nuevo Secretario General, pasa por una regeneración absoluta de una ideología prácticamente olvidada, que en nada se parece a la que movió a sus antecesores del pasado, a pesar de que la situación actual se va pareciendo bastante a la que se vivía, cuando Pablo Iglesias se decidió a fundar UGT y después el Partido, con la intención de defender los derechos de los trabajadores.
Si es Madina el elegido finalmente, deberá enfrentarse al dilema de desprenderse a la mayor brevedad posible de todo el que recuerde con su presencia las últimas etapas del socialismo descafeinado que se ha rendido con enorme facilidad a las exigencias de Europa y procurar formar un equipo de gente nueva que en primer lugar, se halle dispuesta a admitir la enorme cantidad de errores cometidos y después, a proponer nuevas acciones mucho más agresivas que consigan atraer el voto perdido, sin hacer concesiones al poder económico y centrando su interés en políticas que transformen el triste panorama laboral que sacude al país, aunque ello suponga una ruptura con los líderes europeos y sus macabras exigencias.
Tendrá también que renovar a fondo un discurso que por su reiteración, resulta demasiado manido para quienes lo escuchan y olvidar la batalla campal que mantiene con el PP, ya que las formaciones ajenas al bipartidismo se van acercando peligrosamente al imperio electoral que durante años han mantenido los dos grandes partidos de ahora y que con sus acciones, han conseguido desencantar del todo a una ciudadanía, que vive presa de la indignación y que culpa de ella a la ineptitud de sus últimos gobernantes-
 A todo esto, aún no se han pronunciado los que sostienen con su parcela de poder lo poco o mucho que le queda al PSOE en el territorio español y que bien podrían protagonizar la sorpresa de querer dar el salto a la política nacional, como podría ser el caso de Griñán, el actual Presidente de la Comunidad andaluza.
De momento, parece que Madina cuenta con la aquiescencia del sector de Chacón y sólo Patxi López y el propio Rubalcaba, serían los más interesados en que su candidatura no prosperara, el uno por intentar “pacificar” también las aguas revueltas del panorama nacional y el otro, porque según palabras propias, aún no ha decidido si volverá a presentarse, aunque todo  parece indicar que puede que lo haga y no se rinda sin presentar batalla.
Y sin embargo, unos y otros debieran anteponer, porque su profesión así lo indica, el interés general de su partido a sus apetencias personales, si no quieren encontrarse en las próximas elecciones generales con una pérdida de votos aún mayor que la sufrida en las últimas y que finalmente, al PSOE termine pasándole como a UCD  y desaparezca.
Pero como es difícil la renuncia, todo hace prever que las Primarias serán, como poco, competitivas para todos los que decidan presentar su candidatura y que serán, en última instancia, los militantes, los que tengan la última palabra y los que aúpen a la Secretaría General, a quién a ellos les venga en gana.

domingo, 21 de abril de 2013

Tertulianos



No hay cadena de televisión que se precie, que no cuente con un debate político en el que participen una serie de periodistas, situados estratégicamente, según su ideología, a izquierda y derecha del moderador.
Estos “expertos” de nuevo cuño, que han pasado del reporterismo callejero, ahora encomendado a becarios en casi todas las Redacciones, a un tour desenfrenado  de canal en canal, pues participan en todos ellos, han dejado de ser personajes anónimos ocultos detrás de una firma en las páginas de los diarios, para convertirse en estrellas mediáticas a los que la audiencia aplaude u odia, según se pronuncien en consonancia con lo que ella piensa.
Copiando el ejemplo americano, pero con mucho menos poder del que en ese País tiene la prensa, los periodistas que participan en estas tertulias televisivas se han convertido en profesionales de la palabra y han aupado la opinión a la categoría de oficio, convirtiéndola en un medio de vida nada deleznable, a juzgar por el afán que demuestran en querer estar, allá donde se organiza  un debate.
Los hay de todo corte y condición, aunque podría decirse que las tertulias políticas que llegan hasta los espectadores españoles, constituyen sin duda, un claro ejemplo de bipartidismo y que la labor que desempeñan en algunos casos, es absolutamente merecedora de un sueldo pagado por el Partido que defienden y por el que parecen dispuestos a dejarse la vida, a tenor del acaloramiento que demuestran, en las discusiones que en los platós se establecen.
Sin embargo, el televidente que se decide por la opción de un debate, esperaría de los participantes una independencia que les hiciera capaces de transmitir las noticias que se van sucediendo, de un modo veraz y fidedigno, sin vasallaje a formación política alguna y, por tanto, con el espíritu crítico necesario que debe ser inherente a todo buen periodista.
En su lugar, encuentra encarnizadas batallas entre simpatizantes de PP y PSOE, que alaban las acciones de sus defendidos, incluso llegando al patetismo y defenestran al oponente, sin ningún rubor en llegar al insulto, en una burda imitación de lo que en los últimos tiempos, viene sucediendo en el Parlamento.
El periodismo de investigación se centra ahora en una carrera desenfrenada por descubrir los trapos sucios de quienes se encuentran en una corriente ideológica opuesta y en ensalzar lo indefendible encontrando siempre una explicación “inocente”, a las tropelías cometidas por aquellos a los que se considera afines en cuanto al pensamiento.
Los profesionales de raza que se dejaban la piel tratando de esclarecer los más enrevesados casos de corrupción política, han desaparecido del panorama informativo español, dando paso a la comodidad del tertuliano anclado en su posición de poder, capaz de manipular las noticias, con tal de convencer al espectador de la ingenuidad de los que defiende.
Afortunadamente, los españoles ya perdieron hace tiempo el candor de creer todo aquello que provenía de las pantallas televisivas y cada cual saca las consecuencias que cree oportunas de lo que escucha de boca de esta nueva casta de embaucadores de medio pelo, que avergüenzan a la profesión que eligieron, con su manera de actuar en público y su afán de manipular la intención de voto de los televidentes.
Pero es terrible haber tenido que perder también la confianza en la veracidad de los medios y haber de conformarse con recibir una información sesgada, creada por prosélitos políticos sin la menor pizca de honestidad, a la hora de enfrentarse con quienes recibimos las noticias que nos ofrecen.
Tampoco estos tertulianos representan, aunque estén aupados en el poder, al periodismo español, que tan buenos profesionales tendrá, aunque su voz no se oiga en las radios, ni sus rostros aparezcan en los canales televisivos.
Afortunadamente, la Red ofrece la posibilidad de ofrecer una visión alternativa de lo que ocurre y de hacerlo, en libertad, sin las presiones que ha de sufrir todo aquel que se vende a la manipulación de un Partido.
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viernes, 19 de abril de 2013

Los enredos de Cospedal



Acorralado por los contenidos de los papeles de Bárcenas y sin saber exactamente hasta dónde puede llegar el ex tesorero en sus declaraciones ante el Juez, el PP tiene por delante uno de los periodos más difíciles de su existencia y lucha denodadamente por que al menos, el asunto de los sobresueldos pueda declararse como causa sobreseída, o una gran parte de los miembros de su cúpula, entre ellos el Presidente Rajoy, se verían obligados a tener que responder a ciertas preguntas, nada beneficiosas para su curriculum personal, ni para la formación en la que militan.
La minuciosidad de las anotaciones que aparecen en el cuaderno, hayan sido hechas en el momento que fuere, demuestra que tener como enemigo a su autor, ha de ser del todo terrible y si a medida que van cotejándose los contenidos que en los papeles aparecen con otras cuentas personales o de Partido, siguen apareciendo coincidencias, llegará un momento en que el asunto terminará por estallar, llevándose por delante a cuantos en él hubieran estado, de algún modo, implicados.
Pero como el ex tesorero ofrece la información con cuentagotas y es del todo imprevisible saber qué actuaciones futuras estará preparando y a quiénes se referirá en comparecencias futuras, más de uno debe andar verdaderamente preocupado, si alguna vez se cruzó en el camino de Bárcenas, en alguno de estos asuntos turbulentos.
Al existir además varios casos abiertos, relacionados con esta persona, las noticias que van llegando a las redacciones de los periódicos, se entremezclan unas con otras manteniendo el panorama informativo en permanente estado de alerta y a los informadores con la atención centrada en este farragoso asunto que no parece haber hecho más que empezar, si uno se para a pensar lo poco que se ha avanzado en su esclarecimiento.
Hoy  declara Bárcenas que negoció las condiciones de su despido, precisamente, con María Dolores de Cospedal, que ha estado manteniendo reiterativamente en sus apariciones públicas, que la relación laboral del ex tesorero con el PP se rompió en 2010, hasta que se le confundieron las ideas  y protagonizó el esperpéntico espectáculo de la indemnización virtual, que la ha obligado a permanecer en silencio durante más de diez semanas.
Pero si ella llevó la negociación, habrá de estar necesariamente informada, como lo está la Seguridad Social, de que Bárcenas se ha mantenido en el cargo que ocupaba en el PP hasta Enero de este mismo año y por tanto, no le quedará otro remedio que ofrecer a los españoles una explicación convincente sobre por qué ha estado mintiendo acerca de este asunto, hasta que la parte contraria ha decidido aclarar que fue con ella con quién habló de las condiciones de su despido.
No está nada acertada últimamente la Presidenta de Castilla La Mancha, ya que no consigue otra cosa que andar metiendo a su Partido en dificultades, casi siempre a través de declaraciones intempestivas, que fuerzan a otros a tener que reiterar una y otra vez su indefendible apoyo a las actuaciones de esta persona y que, probablemente, están infinitamente cansados de tener que inventar argumentos para solventar sus errores, del todo imperdonables.
Entretanto, los ciudadanos españoles se preguntan qué más tiene que aparecer para que el Juez se decida a imputar a determinados cargos políticos y para que se inicie una exhaustiva investigación sobre una más que posible financiación ilegal del PP, del mismo modo que se hizo en el caso Filesa.
Pero ni Bárcenas es detenido, como sería de rigor, para evitar que se fugue de España, ni ningún indicio parece suficiente para llamar a declarar a los empresarios supuestamente extorsionados, ni a los que aparecen en los papeles como perceptores de los sobresueldos en negro,  ni a otra gente que pudiera aportar un poco de luz, que destapara el negro entramado que se esconde bajo la aparente tranquilidad de Génova.
Así, no queda otro remedio que creer que la Justicia no es igual para todos y que siempre va en beneficio de los políticos.   


jueves, 18 de abril de 2013

Religión y poder



La injerencia de la Iglesia Católica en los asuntos de nuestro Estado, parece una acostumbre arraigada desde los tiempos del franquismo, que no han conseguido modificar ninguno de los Presidentes que hemos ido eligiendo, desde que nos ganamos el Derecho a vivir en Democracia.
Las altas esferas de esta Institución religiosa, que no han conseguido evolucionar a lo largo del tiempo, ni han aprendido nada de ninguna de las corrientes de progreso que han ido cambiando el mundo y a la gente que habitamos en él, siguen cómodamente instaladas en una postura de feudalismo medieval, desde el que pretenden seguir manipulando la vida de los que aún deben considerar como sus vasallos.
Dentro de este pensamiento arcaico y demoledor, totalitarista e intolerante con cualquier opinión que discrepe de la que ellos mantienen inamovible desde hace siglos, unos cuantos prelados sospechosamente apegados a los poseedores de las riquezas, interfieren periódicamente en cuestiones meramente civiles, de las que, simplemente, por su condición de supuestos pastores de almas, no les corresponde opinar y mucho menos aún, sobrepasar la inviolable línea que debe separar Religión y Política.
Las Leyes vigentes en una Nación han de ser exclusiva competencia de sus gobernantes, que en ningún caso pueden ceder al chantaje manipulador de ninguna Institución de carácter religioso, dejando claro de una vez por todas, que en el mundo actual, los credos son una elección que cada cual hace libremente y de modo individual, pero que nunca pueden interferir en la vida de las mayorías, ni inclinar la balanza sólo a favor del pensamiento de sus feligreses y no del conjunto de la ciudadanía, independientemente de sus creencias.
Rouco Varela constituye sin duda uno de estos ejemplos de absolutismo eclesiástico e instalado en la posición de privilegio que le da tener su sede en Madrid, no desaprovecha ocasión para ejercer una férrea presión sobre este Gobierno compuesto por católicos practicantes, dispuestos a batallar por no contradecir las imposiciones que les marca su Iglesia.
Ya otras veces ha hecho demostración de fuerza, poniéndose al frente de manifestaciones multitudinarias que mostraban su desacuerdo con la aprobación de las Leyes del Aborto y los matrimonios homosexuales, proclamándose a sí mismo “defensor de la vida”, al mismo tiempo que con  sus posturas, trataba de arruinar la de ciertos colectivos, negándoles la libertad de decidir sobre problemas íntimos y, por tanto, la igualdad con el resto de los españoles.
No le hemos oído pronunciarse, sin embargo, sobre la gravedad que supone el alto índice de desempleo que azota el país, o sobre los innumerables desahucios que han roto de manera violenta, miles de familias españolas.
Y ahora vuelve a la carga, exigiéndole acaloradamente al Ministro de Justicia Ruíz Gallardón, y por extensión al Gobierno de Mariano Rajoy, que deroguen las leyes antes mencionadas, como parece ser que le prometieron personalmente, antes de llegar al poder.
Naturalmente, ceder a estas presiones constituiría un grave error, por no hablar de que los españoles tendríamos la sensación de que es la Iglesia quien nos gobierna, cosa que entraría en clara contradicción con la definición de Estado aconfesional que figura en nuestra Carta Magna, por expreso deseo del pueblo español, que es en suma, el que la aprobó en Referendum y sin hacer menciones especiales a ninguna de las religiones que se practican en el territorio nacional.
La contundencia en este asunto debe ser de una claridad indiscutible y si para ello hay que romper el Concordato que nos mantiene atados en cierta manera, a los caprichos del Estado Vaticano, no quedará otro remedio que hacerlo para demostrar de una vez por todas, la independencia de nuestro poder político.
Porque si se reforma la Ley de aborto, llevando a las mujeres a un pasado en el que decidir que no querían tener un hijo se consideraba delito, habremos desandado un largo camino de progreso, que por otra parte, no obliga a las católicas a hacer lo que su religión les prohíbe, pero que prohíbe a las laicas hacer lo que su libertad de elección y conciencia les aconseja.
Si tanto preocupa a la Iglesia y a Rouco el derecho a la vida, bien podrían arrimar el hombro a los colectivos que tanto necesitan de ayuda en estos momentos difíciles de angustia y de miseria. Y en el caso del Cardenal, no estaría mal abrir las puertas de su Residencia a las familias que se encuentran desahuciadas, sin un lugar en el que vivir con sus hijos y que podrían encontrar allí, el consuelo de ser tratados con caridad, como ordenan los principios de la religión que su eminencia dice defender.
Tal vez así aportara un poco de dignidad a la desgracia humana que le rodea, dando un ejemplo de auténtico cristianismo a los ciudadanos y siendo partícipe de la desesperación que sacude la columna vertebral española, sin pecar de soberbia.
Porque puestos a analizar, la impresión que ofrece a los que miramos desde fuera, es la de tener la ambición de dirigir al País, aunando en su persona, los poderes políticos y religiosos…y que nosotros digamos amen.

martes, 16 de abril de 2013

Otra historia de violencia



Las explosiones en la Maratón de Boston y la posterior desactivación de otro artefacto en una biblioteca de la ciudad, hacen saltar todas las alarmas mundiales y en especial, en USA, donde el recuerdo de las Torres Gemelas está todavía muy presente, con sus imágenes de terror y todas las posteriores consecuencias que se derivaron de tan  luctuoso hecho.
 Todas las medidas contra el terrorismo, se ponen en funcionamiento en aquel País, trayendo al presente los viejos fantasmas de aquella pesadilla del 11S, aunque todos los indicios empujan a pensar que esta vez, nada tienen que ver los islamistas con lo que acaba de suceder, aunque es pronto para descartar ninguna hipótesis  o hacer cábalas sobre la autoría de los atentados.
Sin embargo, se da la curiosa coincidencia de que precisamente en estos días, Obama trata de sacar adelante una Ley que regule la indiscriminada venta de armas en aquel territorio y que de aprobarse, podría mermar considerablemente los ingresos obtenidos por un sector de incalculable poder, que mueve auténticas fortunas fomentando el miedo en los ciudadanos y que no estará, de seguro, nada contento, si la liberalización de su mercado se ve ahora supeditada a determinadas normas legales que dificulten el acceso a las armas de los ciudadanos de a pie, cerrando así el esplendoroso grifo de beneficios que reporta a fabricantes y dueños de armerías.
La controvertida Ley, que se intenta sea una respuesta a los numerosos casos de violencia acaecidos en el País y que han acarreado infinidad de víctimas mortales, al encontrarse el armamento en manos de personas mentalmente inestables, está costando a su ideólogo, sangre, sudor y lágrimas, al tener que enfrentarse con la oposición de una gran parte de un pueblo americano, demasiado amedrentado por las historias que se les refieren como medio de coacción y que han inculcado en ellos un deseo estar siempre preparados para enfrentarse con un ataque potencial a sus bienes o a su propia integridad física.
Estos atentados, bien podrían ser un aviso para quienes se pronunciaban a favor de la Ley, recordándoles que en cualquier lugar, por lúdico que sea, puede acechar cualquier peligro para el que toda prevención es poca y que sigue siendo muy necesario estar dotado de medios, como mero instrumento de defensa, contra cualquier ataque exterior, venga de donde venga.
Poner a Obama en la tesitura de tener que enfrentarse a estos hechos, no deja de ser una llamada de alerta para que reconsidere su defensa de la nueva Ley, incluso aunque llegara a probarse, que los autores de los hechos, tienen algo que ver con ella.
Pero mientras tanto, el objetivo de aterrorizar a la población, se ha conseguido y con toda seguridad, más de un ciudadano que haya vivido de cerca las explosiones, habrá corrido a la armería más próxima a realizar alguna compra de urgencia, que ofrezca cierta seguridad de poder afrontar la inesperada presencia de cualquier peligro que le aceche, a la vez que le hace recapacitar sobre si la aprobación de la nueva Ley, es en verdad, tan necesaria.
Lo cierto es que al final, las historias de violencia, cualesquiera que sea su origen, siempre terminan generando nuevos episodios en los que alguien pierde la vida, quedando demostrado que el hombre sigue siendo, un auténtico lobo para sus semejantes y que en el mundo actual, priman los intereses económicos, por encima de los individuos.
Difícil papel  tiene Obama mientras se dilucida la veracidad de los hechos y ya veremos si, finalmente, su intento de regularizar el uso de las armas, no acaba siendo un estrepitoso fracaso, que le obligue a abandonar para siempre la idea y a dejar las cosas, exactamente como están, para regocijo de sus violentos opositores.




lunes, 15 de abril de 2013

Gente corriente


Reaparece María Dolores de Cospedal, siete semanas después de su rocambolesca explicación sobre el despido de Bárcenas y lo hace, tratando de evitar las preguntas que sobre su prolongada ausencia, seguramente, querrían hacerle los informadores y protagonizando un virulento ataque frontal contra los participantes en los escarches, a los que ha comparado, literalmente, con los nazis y los militantes de ETA.
Entretanto, Manos Limpias, que ya actuó como acusación contra el Juez Garzón, estaba arremetiendo contra Ada Colau, denunciándola por acoso y dejando muy claro, por si alguien aún lo dudaba, que están dispuestos a querellarse periódicamente, contra cualquier caso que ellos puedan considerar como cercano a la izquierda.
La opinión de Cospedal no es personal, sino que forma parte de las consignas que parecen haber recibido todos los miembros del Partido Popular y sus incondicionales tertulianos televisivos, lo que viene a corroborar que  la disciplina de partido que se practica en Génova, se ha convertido en absolutamente obligatoria para los militantes de esta formación, a los que difícilmente se   les deja un solo resquicio de libertad de pensamiento y cuya opinión, por lo que vemos, ha de coincidir, necesariamente, con la de todos sus compañeros, haciendo que sus declaraciones públicas se conviertan en tediosas, por la reiteración de contenidos.
Curiosamente, y mientras hablan de totalitarismo cuando se refieren a los escraches, ellos mismos están practicando esta despreciable táctica, desde el momento en que se obliga a la militancia a seguir mansamente las consignas emitidas desde la dirección de un Partido, que no está dispuesto a permitir una sola rendija de discrepancia, que pudiera dar a entender que existe tolerancia con los escraches, aunque fuera  por meros problemas de conciencia.
Es esta, la enésima teoría de conspiración lanzada por los con servadores, que con su actitud, se encargan de atribuir a la izquierda de este País, una especie de inteligencia privilegiada para inventar ardides, más propias de las cortes palaciegas de la Edad Media, donde las luchas por el poder eran encarnizadas y permanentes, que de sociedades del siglo veintiuno, donde aunque no fuera más que por la experiencia adquirida durante tanto tiempo, las cosas suelen hacerse de otra manera menos burda que la que ellos pretenden.
Porque si las formaciones de izquierda que conforman el arco político español, hubieran sido responsables de cuantas conspiraciones les ha ido atribuyendo la derecha desde que inauguramos la Democracia, difícilmente podrían estar ahora gobernando España el señor Rajoy y los suyos, pues habrían desaparecido del mapa, aniquilados por las maldades de sus perversos adversarios, para no volver a levantarse nunca.
No queda otro remedio que pensar, que de ser ciertas las suposiciones conservadoras, nuestras izquierdas han de ser, sin duda, las más torpes del mundo, pues una y otra vez fracasan estrepitosamente en sus innumerables intentos de derrotar a la derecha y siempre son descubiertos en plena práctica del complot y sin haber conseguido uno solo de los objetivos pretendidos, lo cuál debe ser absolutamente frustrante, para los ideólogos de tales planes.
Pero es que además, no hay más que echar una ojeada a quienes se manifiestan últimamente en las calles de nuestras ciudades para que quede claro que se tratan de ciudadanos normales, inmensamente agobiados por las políticas que contra ellos se practican. Ancianos, jóvenes, padres y madres de familia, en general sin filiación política, que  claman contra quienes consideran responsables de su inseguridad y que en este caso son del Partido Popular, porque es quien se encarga de las labores de gobierno.
Por descontado, que tachar de etarras o nazis a estas personas va más allá de la mera especulación y raya descaradamente en lo inmoral, cuando se trata de un intento de manipular la realidad verdadera y no solo hiere la honorabilidad de los ciudadanos que únicamente ejercen su derecho a la protesta, sino que podría generar un sentimiento de violencia en quienes se sienten mancillados impunemente desde las más altas instancias del poder, encontrándose en plena indefensión para rebatir dichos argumentos.
Puede que Manos Limpias, por ejemplo, cuente con innumerables recursos para poder dedicarlos a gastos judiciales, querellándose contra todo bicho viviente, ahora que la justicia se ha puesto por las nubes, pero los habitantes de España están en crisis y no pueden permitirse acudir a la Ley, cada vez que alguien les injuria, con manifestaciones o actos como los referidos anteriormente.
Menos mal que la ciudadanía hace ya tiempo que aprendió a discernir entre lo verdadero y lo falso y nadie que conozca mínimamente los movimientos surgidos en esta etapa de nuestras vidas, va a creer una sola palabra de lo que le digan los líderes del PP, sobre todo tras la experiencia que estamos teniendo con la aplicación de sus promesas electorales, cuyo incumplimiento ha demostrado, con creces, que todo era una gran mentira. 

domingo, 14 de abril de 2013

La estrategia del victimismo



Los escraches organizados por la Plataforma Anti Desahucios ante los domicilios de los políticos, están, como era de esperar, levantando ampollas en las tertulias televisivas y consiguiendo el objetivo de no dejar a nadie indiferente, ante la mayor de las injusticias practicadas contra la sociedad civil, desde que se instauró la Democracia.
Tras años de intentos fallidos para hacer llegar hasta las altas instancias del poder la voz de las innumerables víctimas de esta crisis, ha bastado la idea de trasladar lass quejas a pocos metros de la privacidad de unos cuantos parlamentarios del PP, para que un problema que viene de atrás y que ha dejado incluso, un rastro de varios suicidios tras de sí, sin que nadie se preocupara por encontrarle una solución inmediata, empiece a estar en boca de esa clase privilegiada que, supuestamente, nos representa y se pongan en marcha mecanismos que hasta ahora habían permanecido implícitamente parados, para ayudar a estas familias acosadas sin tregua, por la voracidad de la banca.
Naturalmente, todos los que pertenecen a la intocable casta que ocupa nuestro Parlamento o a los partidos mayoritarios que, en forma de bipartidismo, luchan denodadamente por el poder, han alzado inmediatamente su voz en contra de esta práctica importada de Argentina, en cuanto han visto que su férrea seguridad personal peligraba y que ellos, al igual que cualquier otro ciudadano, también tenían algún punto de vulnerabilidad por el que ser atacado irremediablemente.
Llama poderosamente la atención la estrategia adoptada por el PP a raíz de estos hechos y que no es otra que la de echar mano de la socorrida mención de los menores que comparten techo con familiares dedicados a la política, de un modo similar al que ya lo hicieron de discapacitados físicos y mentales en sus manifestaciones contra la ley del aborto o los matrimonios homosexuales, sin ningún tipo de rubor, por la descarada utilización de los más débiles.
La imagen de Soraya Sáenz de Santamaría, mencionando ante los medios de comunicación a su hijo de meses, para intentar provocar en los españoles un sentimiento de compasión hacia su persona, provoca indignación y vergüenza, si se tiene en cuenta que en la mayoría de los hogares desahuciados, también habitaban otros menores que, teóricamente, deberían gozar del mismo derecho a ser respetados que el suyo, pero que sin embargo, han sido arrebatados sin compasión de nadie, de su hábitat familiar, sin que el partido en el poder, al que pertenece la vicepresidenta o ella misma, hayan dado la menor muestra de misericordia, ante la perspectiva que espera ahora a estos menores olvidados, que han sido protagonistas obligados de estas historias.
La estrategia del victimismo, que puede que haya dado buenos resultados al PP en otras ocasiones, resulta en ésta, esperpéntica y grotesca, porque mientras los hijos de los señores diputados gozan de plena seguridad en la apacibilidad de sus hogares y nunca tendrán que enfrentarse a situaciones como las que antes hemos descrito, los hijos de los parados que ha traído la Reforma Laboral de Rajoy, han de vivir en pos de un futuro incierto y de un mal presente que no hace otra cosa que regalarles, sin merecimiento alguno, desesperanza y miseria.
Y precisamente porque es obligación de los que ahora asumen el papel de víctimas,  procurar a las mayorías bienestar, pues ese y no otro ha de ser  el cometido principal de su oficio, no se entiende esta magnificación de unos hechos, que no dejan de ser absolutamente naturales en Democracia, cuando se respetan, a rajatabla, los derechos de reunión, expresión y manifestación de los ciudadanos que conforman la sociedad de un país, cansado de pagar los errores cometidos por banqueros y políticos.
Tengan todos los diputados la absoluta seguridad de que sus hijos no corren ningún peligro. Las palabras, no causan las mismas heridas que las armas y sólo son, el instrumento de que disponemos para hacer oír nuestra voz, cuando ya se han agotado sin éxito, todas las vías legales que contempla este Estado, cada vez más lejano de los auténticos problemas de quienes lo habitan.
Pero comprenderán que es imposible permanecer inactivo mientras se derrumban todos los pilares en que se asentaba nuestra vida y que cuando ya no queda nada  que perder, uno se arriesga a intentar cualquier camino que pueda reportar una mínima esperanza para la desesperación que le aflige.
Los escraches no van a terminar, ya que han demostrado que son la única manera de que algunos recuerden quiénes les pusieron donde están y que su obligación es defender al pueblo, o retirarse del cargo que ocupan, renunciando a la vez, a todos sus privilegios.


jueves, 11 de abril de 2013

Bipolaridad empresarial



La Reforma Laboral de Rajoy , que ha sobrepasado todas las aspiraciones de los dueños de las grandes empresas españolas y ha minado a la vez, todos los logros sociales y salariales de los trabajadores que han conseguido la proeza de no entrar a formar parte del nutrido club de desempleados, parece que no ha contentado sin embargo, a los que desde Europa nos gobiernan y que siguen aún, coreados desde las gradas por los empresarios españoles, pidiendo más recortes que abaraten la contratación de personal, liberalicen aún más los despidos y consigan llevar los salarios pagados a cambio del trabajo, a niveles de los años cincuenta, del pasado siglo.
La austeridad de la que tanto gustan los que manejan las riendas de las empresas, chocan sin embargo de manera brutal con los abundantísimos donativos que estos “ahorradores de costos” hacían, según el diario El País y los papeles de Bárcenas, a las arcas de un Partido Popular, durante más de veinte años.
Los mismos a los que nada ha importado mandar a las colas del INEM a seis millones de personas, han mantenido un nivel generosidad espectacular , rindiendo un tributo periódico ante la sede del partido conservador, que no solo parece haber servido, presuntamente, para financiar sus campañas electorales, sino también para nutrir  las cuentas corrientes de sus dirigentes , cuyos nombres andan ahora de boca en boca, tras la aparición de los comentados papeles del ex tesorero que se encargaba de canalizar dichas operaciones.
Cuesta mucho creer que estas donaciones millonarias hayan sido hechas de manera altruista o por una mera cuestión de afinidad ideológica de los empresarios y quienes las recibieron, así que la pregunta que inmediatamente se plantea cualquiera que sea dueño de cierta inteligencia, es la de qué contrapartida esperaban estos empresarios a cambio de su desprendida actitud o si más que esperar, eran forzados por las circunstancias a firmar los talones, como pago a una forma de extorsión, que aún no se sabe quién ideó, ni cuándo empezó a practicarse.
Si se permitiera a cualquier Psiquiatra la posibilidad de analizar a los adinerados protagonistas de esta historia y les viera hoy hoy despedir sin rubor a miles de sus trabajadores de sus empresas, seguramente les diagnosticaría un trastorno bipolar de libro, a juzgar por lo incomprensible de su manera de actuar en tan corto espacio de tiempo y siempre atendiendo a su presunción de inocencia, pues mientras todo les parece mucho a la hora de ser justos con quienes para ellos trabajan, todo les parece poco para mimar a los populares, ya que la cifra total de sus donaciones, bien podrían paliar, en parte, la apretada situación que atraviesa el País, si es que llegáramos a enterarnos de cuánto representa.
Pero si en verdad estaban pagando por algún tipo de servicio o simplemente, se aseguraban su participación en lo público, en todos los lugares en que gobernaba el PP o aguardando a obtener algún tipo de beneficio en cuanto llegaran al poder estatal, podría decirse abiertamente que su actitud además de ser vergonzosa, merece una inmediata intervención judicial, para  que junto a sus extorsionadores, paguen exactamente dónde deban, la magnitud de su deleznable delito.
Su probada culpabilidad en el deterioro de la vida laboral del país y su reiterada insistencia en recortar los derechos de los asalariados, ganados a pulso durante años de batalla contra el sistema capitalista, no ha lugar a perdón, si se piensa en qué gastan mientras el dinero, los dueños del poder y la gloria.
Y si los ciudadanos dejamos pasar página, mirando a otro lado como si estas prácticas corruptas se trataran de algo normal, cuando se habla de relaciones entre política y empresa, estaremos contribuyendo a nuestra propia ruina y potenciando nuevas felonías, por parte de quienes ostentan cualquier tipo de poder y quienes regentan las empresas.
Se ha de exigir un conocimiento profundo de la verdad de esta historia y una contundencia innegociable en la aplicación de la Ley para todos los implicados en ella.
Si  los empresarios que aparecen en los papeles de Bárcenas fueran obligados a readmitir, con el mismo salario que tenían, a todos los trabajadores que despidieron, desde la llegada de la crisis,  la justicia habría sentado un precedente que podría disuadir a partir de ahora, a cualquiera que pudiera siquiera pensar en volver a enredarse en donaciones  para potenciar a cualquier formación política, de las que pululan en el suelo patrio.
En cuanto a los populares, no cabe otra solución que una dimisión en cadena y la convocatoria de nuevas elecciones. Pero ni lo uno ni lo otro pasará.
Falta valor para poner en práctica ambas cosas.

miércoles, 10 de abril de 2013

La sonrisa eterna



Hace apenas un año que tuve el privilegio de ver a Héctor Alterio y Julieta Serrano interpretando la versión teatral de “La sonrisa etrusca” de José Luís Sampedro.
Yo había leído este libro mucho tiempo atrás y ya entonces se convirtió en una de esas obras que te enamoran para toda la vida, aunque por razones de edad y desde que soy abuela, los sentimientos descritos por su autor, me tocan mucho más de cerca ahora que entonces y he de reconocer que en muchas ocasiones, he vuelto a pensar en él, siempre en momentos relacionados con la ternura.
He seguido la carrera de Sampedro, primero motivada por meras cuestiones literarias y después, porque también consiguió enamorarme a través de su pensamiento, así que cuántas cosas tenía que decir, oralmente o por escrito, inmediatamente provocaban en mí una corriente de simpatía, quizá por las múltiples coincidencias existentes entre sus razonamientos y los míos.
Nos enteramos hoy de que  se marcha tan discretamente como vivió, dando un ejemplo de que es posible poner en práctica las teorías que nos acompañan toda la vida y a la vez, dando una lección a todos estos políticos actuales tan acostumbrados a prédicas y promesas incumplidas y que tanto tendrían que aprender de este soñador, que nunca se rindió al desaliento.
Nos deja una herencia que sin tener nada que ver con cuestiones crematísticas, constituye un valor incalculable para los que creemos en la bondad del hombre y con ello se asegura una presencia permanente entre nosotros, ya que a pesar de su valía personal y su dilatada carrera como autor de éxito, era uno de los nuestros.
 Todos recordaremos siempre su imagen, confundiéndose entre la de los indignados del 15M y alzando junto a ellos su voz, contra las injusticias que asolaban nuestras vidas, a consecuencia de la maldita crisis.
Y eso que debía entender sobre lo que estaba ocurriendo, pues su condición de economista de carrera le permitiría con toda seguridad, estar al tanto de los entresijos que manejan los que ahora ostentan el poder, aunque nunca estuviera de acuerdo con el cariz que estaban tomando los acontecimientos y a pesar de su avanzada edad, se atreviera a decirlo con voz alta y clara, cautivando inmediatamente a jóvenes que nunca habían considerado siquiera leerle y a los que habiéndole leído, no hicimos otra cosa que confirmar nuestra admiración por él, al encontrarle a nuestro lado en tan difíciles momentos.
Así que más que un escritor, hoy se nos marcha un compañero infatigable, al que reservamos un lugar en cada uno de los triunfos que obtengamos a través de la lucha y al que agradeceremos eternamente habernos dejado una obra absolutamente maravillosa y  su sonrisa eterna.




martes, 9 de abril de 2013

Así, no



Mientras el Tribunal Supremo da la razón a los trabajadores de Telemadrid, colocando en una situación difícil al gobierno de la Comunidad, otros jueces se niegan a revisar la Sentencia que absolvió a Camps y Costa, por el asunto de los trajes, a pesar de la existencia de serios indicios de irregularidad en el veredicto emitido por un jurado popular, extrañamente identificado con la causa del ex Presidente de la Comunidad de Valencia.
Una de cal y otra de arena que no ayudan a devolver la credibilidad perdida a un Sistema Judicial, claramente tocado por lo incomprensible de sus acciones, cada vez que se trata de juzgar  casos relacionados en mayor o menor grado con la corrupción, que a los ojos de la opinión pública, pone en un plano de evidente desigualdad, a los ciudadanos y a la clase política.
Así, no hay manera de recuperar la esperanza en que los jueces cumplan escrupulosamente las funciones propias de su cargo, cosa absolutamente perjudicial para la limpieza de su imagen, francamente deteriorada por estas sentencias aparentemente arbitrarias que dejan en libertad a encausados por delitos financieros que por sus actos parecen ser merecedores de castigos mucho más ejemplares, que pudieran persuadir a otros de embarcarse en aventuras delictivas de este corte y que, en cambio, confiados en la impunidad de que gozan sus compañeros de fechorías, continúan evadiendo, prevaricando y estafando, al amparo de unas leyes demasiado blandas con los autores de estos hechos.
Mientras, las sentencias que desahucian a las familias que por haberse quedado en paro, no pueden responder al pago de sus millonarias hipotecas, siguen su curso provocando un dolor demasiado intenso en el pueblo español, que no comprende que personas honradas sean empujadas a la calle, mientras aquellos que aprovecharon los privilegios de sus cargos para jugar con la hacienda pública o para enriquecerse a base de favores concedidos a gente como los de la trama Gurtel, son sistemáticamente perdonados por la Ley, en un terrible agravio comparativo con todos aquellos que no decidieron dedicarse profesionalmente a la política.
Esto ha de cambiar necesariamente y de no hacerse con urgencia, el distanciamiento que ya existe entre justicia y ciudadanía, terminará por convertirse en una brecha insalvable.
Habrá entonces que reinventar un concepto de justicia que revolucione todas las convicciones al uso y que partiendo de supuestos diametralmente opuestos a los que nos han llevado a la situación que padecemos, devuelva al redil a todos los que con su particular modo de hacer, colocaron en tan deleznable lugar, la imparcialidad de los jueces.
La desilusión que recorre los pueblos y ciudades del país, crece un poco más hoy, tras conocerse el contenido de esta nueva sentencia.
Al mismo tiempo, nos parece que el paso que se da en la resolución sobre el ERE de Telemadrid, sí va por el camino correcto.
Cualquier persona medianamente inteligente tiene muy clara la diferencia entre lo  justo  y lo injusto, aún sin haber estudiado nunca Derecho.




lunes, 8 de abril de 2013

Crónica de una Crisis



Cuando en Marzo de 2010 me decidí por crear un blog que colmara mi pretensión de poder dedicarme al periodismo, mi idea primera era la afrontar el reto diario de sentarme a escribir, para lanzar al mundo abierto de la Red, una opinión personal de aquellas noticias que me fueran pareciendo más interesantes o que en determinados casos, fueran despertando mi curiosidad, por lo insólito, descabalado o importante que resultara su contenido, también para el resto de la gente.
Desde ese momento, setecientos cuarenta y un artículos han ido saliendo de la soledad de mi alma y muchas personas, desde un sinfín de Países, algunos muy lejanos, han conectado con mi página en algún momento de sus vidas y leído, quizá con interés, aquello que también a ellos les resultaba inquietante.
No sabía yo entonces, sin embargo, que esta conexión cotidiana terminaría por convertirse en una crónica minuciosa de una Crisis, que se iba aproximando a nosotros de manera sibilina y que ha conseguido, mientras yo iba escribiendo en la tranquilidad de mi hogar, transformar aquel modo de vida alegre que nos había traído el falso Estado de Bienestar que habían creado para nosotros la Codicia de la Banca y la pasividad de los políticos.
Hay veces que los acontecimientos se encargan de ir cambiando el camino que uno se había trazado cuando empezó a poner en práctica una idea y van empujando a las musas hasta un segundo plano sin relevancia, convirtiéndose por su gravedad, en los indiscutibles protagonistas de todas las historias.
Es entonces cuando en el caso del escritor, la literatura deja paso a la urgencia de contar lo que nos va trayendo la vida y uno ha de renunciar a sus sueños de lucimiento personal, para convertirse en activista de la palabra, arrimando el hombro a las causas que considera justas y que al final, son las que atañen a las mayorías y por ende, a nosotros mismos.
He de reconocer que estos años han conseguido a pesar de su enorme tristeza, apasionarme y engancharme al teclado de este ordenador, muchas veces sin saber qué noticia elegir, de todas cuantas se iban produciendo en el entorno informativo en que nos encontramos inmersos y han sido, precisamente los sucesos diarios, los que han ido marcando la tónica que ha guiado mi mente para ir produciendo los artículos, aunque he de confesar, que yo me muevo la mayor parte del tiempo, guiada por los latidos del corazón y no por la frialdad de los pensamientos.
Me ha animado también encontrar entre las estadísticas, que mis artículos eran consultados desde un enorme listado de países, algunos de ellos donde el uso de Internet se encuentra expresamente prohibido y su consumo es castigado con penas de cárcel, comprobando así que el afán de libertad de los pueblos no conoce fronteras y agradeciendo que las personas que se han acercado hasta mis letras a través de este medio, lo han hecho poniendo en riesgo su propia seguridad, cosa que no podré olvidar, durante el resto de mi vida.
Juntos hemos visto infinidad de situaciones y compartido enormes tragedias, aunque siempre hemos intentado insuflar un halo de esperanza a la que agarrarse para soportar con dignidad, la acritud del momento. Al fin y al cabo, allá donde estemos, compartimos la inmensa alegría de seguir siendo humanos y hemos procurado no dejarnos arrastrar por el clima de miedo que nuestros gobernantes se han encargado de recrudecer, con sus acciones y sus palabras.
 Por esta valentía, me permito la licencia de sentirme orgullosa, si es que he contribuido de alguna manera, a paliar el sufrimiento colectivo y si las palabras salidas de mi pluma han conseguido terminar con el inmovilismo de algunos que hasta entonces, consideraban la lucha ciudadana como inútil e infructuosa.
Mal o bien, seguimos en la brecha y hemos conseguido comprender la necesidad de apoyarnos los unos en los otros, utilizando cada cual, los mecanismos que considere oportunos para aportar al bien común, lo mejor de sí mismo.
Gracias a todos por hacer posible la realización de un viejo sueño y gracias por apostar por un mundo mejor y por no permitir que la Crisis haya conseguido enterrar la capacidad de ilusión que aún nos queda y que nos permite creer firmemente que es posible cambiarlo todo, si nos esforzamos en hacerlo.


domingo, 7 de abril de 2013

Justicia para el pueblo



El Tribunal Constitucional portugués acaba de ofrecer a Europa una auténtica lección sobre la independencia de la Justicia, al fallar a favor de los funcionarios y jubilados  del país vecino, a quienes su gobierno había convertido, igual que aquí, en blanco de sus políticas de recortes, al hurtarles el derecho a una de sus pagas extraordinarias, además de haberles rebajado con anterioridad, el salario que percibían.
Dice con todo fundamento la sentencia, que tales hechos vulneran gravemente el principio de igualdad entre los ciudadanos y coloca al gobierno luso y por ende a sus socios europeos, en la tesitura de tener que rehacer sus perspectivas de ahorro de otro modo, que nada tenga que ver con el claro incumplimiento de contrato que estaban practicando, con una parte de la población, sin responsabilidades en la gravedad de la crisis.
Mariano Rajoy no ha tardado en intentar establecer las que él considera enormes “diferencias” entre España y Portugal, a través de González Pons,  en previsión de que la sentencia empiece a movilizar a los funcionarios españoles, que se sienten idénticamente discriminados por las medidas aplicadas por el PP, para invitar a los jueces de nuestro Constitucional a fallar a favor de la ciudadanía, recuperando así una parte importantísima del prestigio perdido, durante unos años de clara connivencia con el poder, que le ha restado todo atisbo de imparcialidad, a los ojos de una población, absolutamente indignada por lo que viene sucediendo, sin que la Justicia haga nada por establecer veredictos en beneficio de la sociedad, en lugar de hacerlo, siempre, a favor de los políticos.
Con una opinión pública escandalizada por casos tan significativos como el de Bárcenas  y los sobresueldos o el de Urdangarín y la hija del Rey, ahora también imputada por el Juez Castro, un fallo del Constitucional que legalizara las políticas de Rajoy, podría complicar enormemente una estabilidad social, a punto de romperse como consecuencia de los numerosísimos casos de corrupción que se van descubriendo y que colocan a la clase política en el peor momento de su historia, a causa de su ineptitud para solucionar los problemas que aquejan a un  País, al que están llevando al borde del precipicio, con su errático gobierno.
La independencia del Poder judicial, resulta pues, en estos momentos, una baza absolutamente imprescindible para rebajar la tensión existente entre los ciudadanos, que al encontrarse durante este último año en total indefensión jurídica, como demuestran los casos de los desahucios o las Preferentes, ansían poder contar al menos con la idea de que llegadas sus quejas a los tribunales, éstos decidan, con total equidad, a favor de las víctimas y no de las frías Instituciones que las  colocaron, exactamente, en el punto en que están y que las abandonaron a su suerte, al mismo tiempo que les robaban de manera paulatina toda una suerte de derechos sociales tan necesarios como la educación o la salud.
Que hay jueces que están hartos de la situación que vivimos, es claro y notorio y no a todos ellos podrá hacerse lo que se hizo a Garzón en su momento, apartándoles de la judicatura con argumentos que nunca convencieron a nadie, sobren todo si van creciendo en número y no ceden a las presiones sobrevenidas desde un poder que se encuentra en sí mismo en el punto de mira, a merced de que su ex tesorero decida sacar un as de la manga, que demuestre la veracidad del asunto de los sobresueldos en un dinero negro, que no es precisamente una muestra de solidaridad con la situación que atraviesan los seis millones de parados que ha traído su reforma laboral hasta las oficinas del INEM.
Los argumentos de Rajoy son una huída hacia adelante, en previsión de males mayores y por el bien de todos nosotros, esperamos que no consigan el objetivo de presionar a los encargados de pronunciarse a favor o en contra de los funcionarios españoles y que ahora, además, ya cuentan con el precedente que han sentado los jueces lusos, sin que el mundo se haya hundido, ni Europa haya sido capaz de pronunciar una sola palabra en contra de su sentencia.
No todo le va a salir al líder del PP como tuviera previsto. Sobre todo porque es urgente que entienda que ser Presidente de una Nación no significa manipular en su favor el funcionamiento de todos los organismos ni estar siempre en posesión de la verdad, con una infalibilidad similar a la del Papa de Roma.
Ha de saber que unas veces se gana y otras se pierde y que los votos que le otorgaron los españoles y que le colocaron donde está no son un pasaporte vitalicio  a un lugar de privilegio desde el que manejar con total impunidad nuestras vidas.
Sentencias como la portuguesa empiezan a poner las cosas, justamente, en el lugar que les corresponde y ojala que la justicia brillara siempre igual, allá donde los hombres requirieran alguna vez de ella.