jueves, 4 de abril de 2013

Pretérito imperfecto



El Presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, pretende que se limite la libertad de prensa, cuando se trata de publicar fotos del estilo de las que acaban de demostrar que Feijoo tuvo en el pasado, una relación de amistad con uno de los mayores narcotraficantes de su querida Galicia.
Manifiesta González, que reportajes como éste pueden mancillar la reputación  de la gente e Instituciones, al considerar que quién los ve puede llegar a creer que el momento que plasman las fotos corresponde a la época actual y no, como en el caso de Feijoo, a algo que sucedió veinte años atrás.
Pero  poner coto a la libertad de información y expresión puede establecer un peligroso precedente, que bien pudiera saldarse con una pérdida paulatina de uno de los principales derechos que asiste a los ciudadanos y que no es otro que el de tener acceso a cualquier noticia que pueda resultar de interés, fundamentalmente si se refiere a Instituciones o personajes públicos, directamente relacionados con la vida política que, al fin y al cabo, a todos nos gobierna.
Es más, quién decide dedicarse profesionalmente a estas labores, ha de ser plenamente consciente de que desde el primer momento, se expone a ser exhaustivamente investigado y que cada una de sus acciones ha de ser absolutamente limpia y honesta, puesto que todos los objetivos de los fotógrafos y las plumas de los reporteros  gozan del inalienable derecho a cumplir con el deber que se les ha encomendado y que no es otro que el de ofrecer al público, los acontecimientos que vaya deparando la actualidad, sean o no agradables  para los que protagonizan las historias.
Hace veinte años, Feijoo ya ocupaba un cargo de importancia en Galicia, por lo que obligatoriamente había de estar informado de las actividades extralegales practicadas por su compañero de vacaciones y cuyo nombre se manejaba junto al de otros archiconocidos narcotraficantes, aunque ahora quiera negar por activa y por pasiva, lo ocurrido en su imperfecto pretérito.
Habrá que investigar además, si el narcotraficante obtuvo, como parece, algún trato de favor en negocios relacionados con el área sanitaria, que era precisamente competencia entonces, del que hoy es Presidente de la comunidad gallega y que tan mancillado se ha sentido por la publicación de estas fotos.
Puede que a Ignacio González y al PP, partido al que al igual que Feijoo pertenece, no les parezca el momento más oportuno para la aparición de esta noticia, dado los muchos frentes que tienen abiertos en casos de corrupción, incluido el escándalo Bárcenas, pero hurtar el derecho a la información a los ciudadanos y la libertad de expresión a los periodistas, no parece el camino más democrático para salvaguardar el supuesto honor de ningún político, sino más bien, tratar de demostrar a la mayor brevedad posible, la limpieza de las acciones  del personaje, cosa que será fácil si verdaderamente no tiene nada que ocultar y siempre actuó con limpieza, en el cumplimiento de sus funciones.
Otra cosa,  invita a malpensar y a hacer elucubraciones lógicas sobre el comportamiento de los aludidos, cuando tanto se empecinan en hacer desaparecer de las páginas de la prensa cualquier noticia  que no sea de su agrado, ahora que la profusión de corruptelas está, un día sí y otro también, llenando las primeras páginas de los medios de comunicación del país.
Como tendría que saber González por la edad que representa, a los hombres su pasado les acompaña durante toda la vida y es imposible desprenderse de él, aparezcan o no, reportajes  que lo corroboren  gráficamente.



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