lunes, 22 de abril de 2013

Un cambio moderado



Se revoluciona el PSOE con la noticia de que Eduardo Madina podría presentarse a las primarias, con la intención de tomar el relevo de Rubalcaba.
La hecatombe sufrida en las elecciones generales pasadas y la persistencia en el recuerdo de los españoles de las últimas políticas de Zapatero, han dejado al Partido centenario en una mala posición, que no ha mejorado en nada, según dicen las encuestas, con la gestión llevada a cabo por quien hoy lo dirige, pero que ya formaba parte del gobierno anterior.
Las voces discrepantes han reclamado desde dentro la dimisión de Rubalcaba por activa y pasiva, pero ya se sabe que el enganche al poder parece nublar incluso las mentes más inteligentes y cuesta un gran esfuerzo dar el paso atrás necesario, para que otros ocupen las posiciones de privilegio.
No es Madina precisamente un revulsivo  que rompa con la etapa anterior, pero al menos es una cara poco conocida y le acompaña el factor juventud, que hace ya tiempo abandonó a los pesos pesados de este socialismo escorado a la derecha, que ha conseguido decepcionar de manera continuada, a cientos de miles de españoles que apostaban por su quehacer, como suave contrapunto del conservadurismo recalcitrante.
Todo depende de cómo se jueguen las cartas, ya que el reto que tiene por delante quien sea elegido nuevo Secretario General, pasa por una regeneración absoluta de una ideología prácticamente olvidada, que en nada se parece a la que movió a sus antecesores del pasado, a pesar de que la situación actual se va pareciendo bastante a la que se vivía, cuando Pablo Iglesias se decidió a fundar UGT y después el Partido, con la intención de defender los derechos de los trabajadores.
Si es Madina el elegido finalmente, deberá enfrentarse al dilema de desprenderse a la mayor brevedad posible de todo el que recuerde con su presencia las últimas etapas del socialismo descafeinado que se ha rendido con enorme facilidad a las exigencias de Europa y procurar formar un equipo de gente nueva que en primer lugar, se halle dispuesta a admitir la enorme cantidad de errores cometidos y después, a proponer nuevas acciones mucho más agresivas que consigan atraer el voto perdido, sin hacer concesiones al poder económico y centrando su interés en políticas que transformen el triste panorama laboral que sacude al país, aunque ello suponga una ruptura con los líderes europeos y sus macabras exigencias.
Tendrá también que renovar a fondo un discurso que por su reiteración, resulta demasiado manido para quienes lo escuchan y olvidar la batalla campal que mantiene con el PP, ya que las formaciones ajenas al bipartidismo se van acercando peligrosamente al imperio electoral que durante años han mantenido los dos grandes partidos de ahora y que con sus acciones, han conseguido desencantar del todo a una ciudadanía, que vive presa de la indignación y que culpa de ella a la ineptitud de sus últimos gobernantes-
 A todo esto, aún no se han pronunciado los que sostienen con su parcela de poder lo poco o mucho que le queda al PSOE en el territorio español y que bien podrían protagonizar la sorpresa de querer dar el salto a la política nacional, como podría ser el caso de Griñán, el actual Presidente de la Comunidad andaluza.
De momento, parece que Madina cuenta con la aquiescencia del sector de Chacón y sólo Patxi López y el propio Rubalcaba, serían los más interesados en que su candidatura no prosperara, el uno por intentar “pacificar” también las aguas revueltas del panorama nacional y el otro, porque según palabras propias, aún no ha decidido si volverá a presentarse, aunque todo  parece indicar que puede que lo haga y no se rinda sin presentar batalla.
Y sin embargo, unos y otros debieran anteponer, porque su profesión así lo indica, el interés general de su partido a sus apetencias personales, si no quieren encontrarse en las próximas elecciones generales con una pérdida de votos aún mayor que la sufrida en las últimas y que finalmente, al PSOE termine pasándole como a UCD  y desaparezca.
Pero como es difícil la renuncia, todo hace prever que las Primarias serán, como poco, competitivas para todos los que decidan presentar su candidatura y que serán, en última instancia, los militantes, los que tengan la última palabra y los que aúpen a la Secretaría General, a quién a ellos les venga en gana.

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