martes, 30 de septiembre de 2014

Una opinión intolerable


El problema catalán ha conseguido restar protagonismo a una de las noticias más inauditas aparecidas en los medios la semana pasada, aunque no se debe consentir que pase desapercibida, por la gravedad de las afirmaciones que contiene.
El Obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Roig Pla, a quién ya conocemos por sus comentarios ciertamente ultra conservadores, se atreve a sugerir que habría que despojar del derecho a votar a las mujeres, porque, literalmente, “últimamente, piensan por sí mismas”.
La postura incalificable de este prohombre de la Iglesia, en pleno siglo XXI, resulta mucho más significativa, si se tiene en cuenta que ocupa un cargo de total relevancia en el mundo católico y que por tanto, su opinión ha de influir necesariamente en muchos de los feligreses a su cargo y también en todos aquellos que sintiéndose seguidores de su doctrina, ven en los poderes eclesiásticos un ejemplo a seguir, al haber sido designados por Roma como pastores de su rebaño.
 Pero ciertos pensamientos resultan ser claramente insufribles, desde el momento en que discriminan a las personas por razón de su sexo y siguen considerando a las mujeres como meros objetos destinados exclusivamente a la procreación, que han de estar eternamente al servicio de la superioridad de los hombres, como si la realidad no hubiera demostrado fehacientemente que la igualdad entre unos y otros es absolutamente indiscutible y que la valía de cada cual, la capacidad de razonar, la inteligencia y otras muchas cualidades, nada tienen que ver con la diferencia de sexos.
Estas declaraciones, que por sí mismas, atentan contra la dignidad de todas las mujeres, agrediendo sin paliativos todos los logros que en el campo de la igualdad se han conseguido, son sin embargo, admitidas sin discusión por la Iglesia, sin que el que las pronunció haya sido, como debiera ocurrir, inmediatamente destituido.
La reiterada negativa de la Iglesia Católica a admitir que la separación de poderes ha de ser absoluta y el afán de sus obispos y cardenales por intervenir en  los asuntos de los Estados, intentando que se deroguen o  se aprueben todas las leyes que de algún modo, incomodan a su doctrina, más parece propio de una época Medieval que, afortunadamente, quedó atrás y que por suerte para todos nosotros, no volverá nunca.
Este manifiesto machista del obispo de Alcalá, que se produce a colación del abandono del proyecto  de la ley Gallardón, demuestra que muchos prohombres de la Iglesia de Roma, preferirían que existiera una comunión permanente con unas instituciones políticas a las que poder manejar a su antojo, haciendo prevalecer su poder, según ellos emanado de Dios, sobre el que otorga el sufragio universal, establecido en todas las Democracias.
Acostumbrados a recibir del Estado español privilegios que para sí quisiera cualquier organismo de carácter social, de esos que ayudan verdaderamente a la gente, tener que soportar que se contradiga su voluntad, no entra dentro de lo que para ellos es admisible.
Y aunque como en el caso de este impresentable, odian a las mujeres y las consideran mercancía de usar y tirar, sin respetar en ningún momento el derecho a la dignidad que como personas tenemos, llegado el caso organizar protestas , por ejemplo contra el aborto,  aprovechan el enorme tirón  que tienen las opiniones de las encargadas de soportar los embarazos, poniéndolas en primera fila, junto a su prole, de todas las manifestaciones y actos que pudieran ser convenientes para lograr sus objetivos de poder.
No se entiende que el Papa actual, que pretende con la difusión de su imagen, hacer creer que está a favor de los marginados, conserve un solo minuto en su puesto a quien se atreve a poner en duda la inteligencia de las mujeres y que se le  permita, además, predicar sus incalificables opiniones a través de los medios de comunicación, en lugar de relegarlo a otras labores, más en consonancia con sus negros pensamientos.
Creer que se está por encima del bien y del mal, simplemente porque se ocupa un obispado, ha de restar obligatoriamente, fieles al tipo de Iglesia que preconiza quién se vanagloria de su superioridad sobre los demás, con voluntad claramente excluyente.
A las mujeres, quizá por estar desgraciadamente acostumbradas a escuchar con cierta asiduidad afirmaciones de este tipo, vertidas por individuos como éste, nada puede influirnos ya en nuestra carrera imparable hacia la igualdad, quizá porque enfrentarnos con determinados enemigos, sólo sirve para reafirmar que el camino escogido es el correcto, ya que hay opiniones que por sí mismas, desacreditan a quienes las asumen como suyas.


lunes, 29 de septiembre de 2014

Nada nuevo bajo el sol


La respuesta de Mariano Rajoy a la convocatoria del Referendum catalán, ni se ha hecho esperar, ni ha aportado ningún nuevo argumento, que pudiera hacer pensar que esté dispuesto a sentarse a negociar, sino más bien, a buscar el fácil amparo del respaldo de un Tribunal Constitucional, que todos sabemos que declarará nula la validez de la consulta.
Ni la reunión del Consejo de Estado de ayer, ni la urgencia con que fue convocada, han servido para que el gobierno popular dé un solo paso atrás en su negativa categórica a las propuestas de los nacionalistas catalanes y el discurso lanzado por el Presidente  ha sido un claro ejemplo de otro tipo de nacionalismo, éste español, basado en la premisa de que cualquier Referendum que pudiera ser legalmente convocado tendría, indefectiblemente, que poder ser votado por todos los ciudadanos del Estado.
Enrocado en su inaccesible posición, sin dar posibilidad de que puedan abrirse nuevas ventanas por las que dejar entrar un poco de sosiego para las aspiraciones de catalanes y españoles, Rajoy no está dispuesto a ceder y ha dejado meridianamente claro que al menos mientras que él gobierne, no habrá lugar a consultas que afecten a la unidad nacional que siempre ha sido defendida, a ultranza, por los gobiernos de derechas.
Algunos, han querido ver un atisbo de que pudiera abordarse una reforma de la Constitución, pero el contexto general de las palabras del Presidente ni siquiera contempla, respecto a este tema, una sola duda sobre la divisibilidad del Estado.
Mientras en los balcones de los Ayuntamientos catalanes cuelgan carteles alusivos a los días que faltan para la celebración del Referendum, el TC  se apresura a emitir un veredicto que ilegalizará  todo el proceso y solo habrá que esperar para ver la postura que adoptará el Gobierno catalán y sus socios, cuando  conozca la sentencia.
Seguramente, Mas acatará la ley y alegando que ya ha cumplido su compromiso de convocatoria, se retirará de la escena y, como mucho, convocará nuevas elecciones.
Pero ER, que se encuentra en el mejor momento que se le ha conocido desde su llegada a la política, con toda seguridad apelará a una desobediencia civil y ya veremos qué respuesta obtiene, por parte de la ciudadanía.
 Entretanto, la vía del diálogo continúa sin ser contemplada y la maraña crece  sin que ninguno de los líderes dé un paso al frente para buscar una solución.
La terquedad y la intolerancia no es, en este caso, patrimonio de uno solo.

Así que puede que todo vaya mucho peor a partir de hoy.

domingo, 28 de septiembre de 2014

La campaña más corta del mundo


Estrechamente vigilado por los nacionalistas de ER, Artur Mas convoca formalmente el Referendum de Cataluña, mientras Mariano Rajoy, desde China, amenaza con poner en marcha todos los mecanismos del Estado, para impedir que tal consulta se celebre.
Entretanto, slogans a favor de la independencia empiezan a parecer en los medios de comunicación catalanes, en la que probablemente será la campaña electoral más corta de cuántas se han celebrado en el mundo, ya que durará lo que tarde en reunirse el Tribunal Constitucional y declarar nulo el decreto firmado por el líder de Convergencia y Unió.
La inexplicable parsimonia del PP, que en ningún momento se ha planteado la vía de un diálogo racional para hallar un camino de entendimiento entre las dos partes implicadas en este litigio, ha propiciado que ahora nos encontremos en un callejón sin salida, del que será difícil escapar, sin pagar un alto tributo en uno y otro territorio, por algo que debió resolverse, únicamente con diplomacia.
Ahora, se ha creado una ilusión masiva respaldada por millones de catalanes, que han visto en las propuestas nacionalistas un camino para huir de una crisis que también está arruinando sus vidas y cuya culpa se adjudica mayoritariamente, a la política económica llevada a cabo por el gobierno español.
Ahora, ya no se atiende a razones, si proceden de cualquiera que no se declare exclusivamente catalán y se desdeña por sistema a todos aquellos que nunca votarían la independencia, bien por considerarse españoles, bien por estar plenamente convencidos de la inviabilidad del proyecto de Mas, al considerar que una Cataluña independiente quedaría aislada del devenir de la Unión Europea y habría de bregar sola ante el peligro en el campo de la economía, tratando de financiarse poco menos que de una manera autóctona, sin ayuda de nadie y con su propia moneda.
Ahora, las cosas se han enquistado hasta tal punto, que en cualquier acción llevada a cabo por alguna de las partes, subyace una violencia psicológica que asusta, por el odio que representa, puesto que se ha conseguido enfrentar a vecinos que teóricamente debieran mantener relaciones de estrecha amistad, pero que se han convertido en enemigos acérrimos de una guerra incruenta, curiosamente iniciada por dos políticos, Mas y Rajoy, provenientes de un mismo tronco ideológico y que pudieran estar, de no ser por el asunto de la territorialidad, militando en un mismo partido de derechas y coincidiendo en todos sus planteamientos.
Ahora, no hay vuelta atrás y haya o no campaña electoral, se celebre o no el Referendum  y se desobedezcan o no las leyes del Estado español, la semilla del odio entre españoles y catalanes está plantada y empieza a florecer con virulencia, sin que nadie pueda parar su crecimiento y que posteriormente, de sus frutos.
Los nacionalismos exacerbados de Mas y Rajoy, que como todos los nacionalismos son indefectiblemente excluyentes, hacen que, por sistema, se imagine malo, en esencia, todo lo que proceda de los territorios considerados como enemigos y que se acabe por detestar, sin motivo aparente, a ciudadanos anónimos que nada tienen que ver con la encarnizada lucha que se libra entre líderes políticos cerrados al diálogo.
Así que al final, habrán conseguido que españoles y catalanes militemos en bandos enfrentados y que tampoco entre la gente normal sea posible un debate sosegado sobre los que consideramos nuestros intereses y otra vez, como ya ha sucedido infelizmente a lo largo de la historia, los hombres serán abducidos por la nimiedad de los colores de las banderas, abandonando la fuerza de la razón, para combatir las ideas de los otros con la razón de la fuerza.
No hemos aprendido nada de cuánto se ha vivido antes. Qué pena.



jueves, 25 de septiembre de 2014

La huida


Le ha faltado tiempo a Rajoy, tras la dimisión de Gallardón, para desaparecer del país y se ha marchado a China, con la intención de abrir mercados, dejando tras de sí las primeras protestas de las organizaciones anti abortistas, en contra de la retirada de la Ley e indignadas por la falta de explicaciones que les ha ofrecido el gobierno.
Tampoco está  contenta la oposición con la oscura maniobra que se ha llevado a cabo en relación a este tema y se ha tenido que conformar con el manido discurso que ha ofrecido Fátima Báñez en el Parlamento, aunque hubiera correspondido a Soraya Sainz de Santamaría ocupar su lugar, al haber asumido las competencias del recién dimitido Ministro.
Como si no tuviera suficientes colectivos en contra, el PP tendrá que lidiar ahora, además, con la ira furibunda de curas y beatos, a los que había prometido personalmente que la reforma de la ley del aborto sería aprobada en esta legislatura y que han sido desde siempre, votantes leales de la derecha española, que había representado todos sus intereses.
Esta bofetada que han recibido en plena cara, la consideran imperdonable y ya han amenazado, manifestándose ante las sedes del PP y en varias cadenas de televisión ligadas a su ideología, que se sienten traicionados por el Presidente y que su intención es la de no volver a votar a quien les mintió descaradamente sobre sus auténticas intenciones en relación con el aborto.
Se quejan además, de haber sido ninguneados por un Presidente que ni siquiera les había informado sobre lo que pensaba hacer y que parece haber optado por huir, en lugar de enfrentarse a las quejas de las organizaciones pro vida y de la propia Iglesia Católica, de la que se declara seguidor y practicante de su doctrina.
Tampoco la vicepresidenta está dispuesta a un encuentro con estas organizaciones, y menos aún, si es verdad que la idea de retirar la ley partió explícitamente de ella y como se dice en los mentideros, ha sido su enfrentamiento con Gallardón el que ha provocado finalmente su dimisión y retirada de la política.
No sé de qué se extrañan estos votantes del PP, a los que jamás se ha visto protestar de otros incumplimientos mucho más graves de las promesas electorales del Presidente, ni en todas aquellas manifestaciones que durante los casi tres años que dura su mandato, han estado reclamando derechos sociales y laborales que se han ido perdiendo, precisamente, por la incompetencia de este gobierno.
Ahora sin embargo, considerándose abandonados, se rasgan las vestiduras y arremeten contra quienes tanto les satisfacían hasta anteayer, amenazando con una macro protesta que denuncie este particular incumplimiento y que seguramente exhibirá, como otras veces, en primera línea, capelos cardenalicios y familias particularmente numerosas, que decidieron, ellas sí libremente, traer al mundo una numerosa prole.
Que el presidente no esté dónde debe, no es algo inusual para los que seguimos de cerca su manera de hacer política y estamos de sobra acostumbrados a  que no se nos dé explicación alguna de las medidas que se  están tomando en esta legislatura, por mucho que afecten a nuestros intereses personales y colectivos, de ciudadanos absolutamente normales.
Huir, esconderse para la prensa tras una pantalla de plasma y legislar a base de decreto sobre nuestro panorama laboral y social, es la tónica natural adoptada por este gobierno y por quién lo preside, particularmente.
Claro que nosotros hemos de acatar con sumisión cualquier disposición del tipo que sea, ya que nuestras protestas no sólo suelen ser reprimidas con extrema dureza por medios policiales y políticos, sino que son consideradas desde el poder, como intentos de desestabilizar el Sistema protagonizados, poco menos, que por peligrosos delincuentes.
Distinto será, de seguro, el tratamiento que reciban los antiabortistas cuando lleguen a Madrid y no hay más que esperar para ver qué clase de vigilancia se hace del futuro evento y cómo se comporta la policía teniendo en frente a curas, beatos y gente de las llamadas “buenas familias”.



miércoles, 24 de septiembre de 2014

Gente corriente


El mayor escollo que encuentra la policía cuando investiga casos como los del pederasta de Ciudad lineal, hoy detenido, es que quienes cometen este tipo de delitos son, por lo general, gente corriente.
Viven entre nosotros sin que podamos siquiera imaginar cuáles son sus actividades cuando se quedan a solas, compran en el mismo supermercado que nosotros y hasta puede que más de una vez, hayamos bromeado con ellos en algún bar del barrio en que vivimos, sobre temas triviales.
Suelen ser bastante discretos y educados, por lo que seguramente les permitiríamos sin sospechas acariciar a nuestros hijos y son capaces de mirarnos a los ojos aparentando cierta candidez, sin que en su manera de comportarse se atisbe siquiera, una brizna de sus oscuros pensamientos.
Por tanto resulta verdaderamente difícil dar con ellos y más de uno pondría la mano en el fuego por su inocencia, en el caso de ser preguntado sobre la opinión que les causa el sospechoso del delito.
Éste de Ciudad Lineal, cumple todos los requisitos mencionados y jamás habría sido descubierto si no hubiera fallado el narcótico que administró a una de sus pequeñas víctimas, que a pesar de su corta edad, fue capaz, superando el terror que le había causado su secuestro, de describir al detalle el rostro del delincuente y hasta el coche en que fue transportada, seguramente presa del pánico.
Se le ha buscado durante meses, pero la normalidad bien estudiada con que se movía entre sus vecinos, ha ido retrasando su detención y cerrando el círculo de las posibilidades que barajaban los agentes, hasta que  sabiéndose acorralado, huyó a Santander, con la esperanza de que las aguas volvieran a su cauce.
Pero la descripción facilitada por la pequeña víctima ha terminado dando sus frutos y para tranquilidad de padres y familiares del entorno en que se han producido las agresiones, este individuo ya se encuentra bajo arresto y se supone que pagará todos y cada uno de sus delitos, si los jueces se niegan en redondo a admitir el trastorno mental que probablemente alegará, como línea de defensa.
La lección que sacamos del suceso es que como decían nuestras madres, los niños no pueden perderse de vista un solo momento y conviene muy mucho recordarlo cuántas veces sean necesarias, ahora que los horarios de los padres y madres trabajadoras propician que en algunos casos, se vean obligados a pasar cierto tiempo en soledad, a pesar de ser aún bastante pequeños.
La conciliación laboral que se viene reclamando encarecidamente, paliaría, al menos en gran parte este tipo de historias que tanto se repiten y más aún desde que con la crisis, muchos padres se han visto obligados a aceptar un aumento de su jornada laboral, si no querían ser inmediatamente despedidos de sus empresas.
Muchos de estos niños regresan a casa de la escuela y si no tienen algún familiar que se haga cargo de su vigilancia, generalmente los abuelos, la única alternativa que les queda es la de armarse de paciencia y esperar la vuelta de alguno de sus progenitores, en la soledad de su cuarto.
 Precisamente esa soledad, resulta ser el caldo de cultivo adecuado para un temprano acercamiento a unas redes sociales, en las que se mueven con aparente impunidad la clase de individuos de los que estamos hablando y para los que es increíblemente fácil contactar con este tipo de niños, amparándose en falsas identidades, con las que les conducen hábilmente, exactamente, hasta dónde les interesa.
El vacío legal en el tema, hace que muchísimos menores sean agredidos de múltiples maneras a través de internet y al mismo tiempo, amenazados por individuos que simplemente por ser adultos, manejan la situación con mano experimentada y sin escrúpulos.
Por esta razón habría que exigir a nuestros gobernantes alguna solución que remedie el tremendo abandono que sufren a diario nuestros hijos, condenados por un sistema que sólo piensa en obtener el máximo de beneficios del trabajo de los españoles.
Y quizá no habría que esperar a que vuelvan a producirse agresiones físicas reales, como las de Ciudad Lineal, sino profundizar sin descanso  en la información que nos proporcionan las redes, pues a pesar  de ser gente corriente, estos delincuentes suelen pecar de vanidad, colgando sus oscuras proposiciones en foros dedicados a estos temas.
Detener a uno de ellos, no termina con el grave problema de la pederastia, sino que es una aguja en el pajar inmenso de este mundillo en el que habitan los que se atreven a cometer el más atroz de los delitos, de cuántos se conocen.
Matar la inocencia de un niño no puede ni debe nunca ser perdonado, porque de estos traumas, no se recupera uno jamás.




martes, 23 de septiembre de 2014

Retazos de soledad


Un rictus de profunda amargura se refleja esta tarde en la cara de Alberto Ruíz Gallardón, mientras comparece ante los medios para anunciar una dimisión que no por  esperada resulta para él menos incómoda, sobre todo si se tiene en cuenta que ha sido forzada a partir de una apuesta demasiado arriesgada, urdida para intentar un acercamiento a una facción de su Partido, que nunca demostró el menor afecto por la línea política del ex Alcalde de Madrid.
Decíamos el otro día que ese pretendido acercamiento le ha despojado a la vez de la confianza de los que antes eran los suyos y que su permanencia en el gobierno dependía ahora, exclusivamente, de la magnanimidad de Rajoy, que le colocó en el Ministerio de Justicia para ganar el encarnizado pulso que mantenía con Esperanza Aguirre y con el ala más conservadora que ella lideraba, tras la marcha de Aznar y con los apoyos de otra mucha gente.
Lo que no pudo la descarada inquina de la ex Presidenta de la Comunidad de Madrid, lo han podido ahora las amenazas de la Iglesia católica y sus más recalcitrantes fieles, que esperaban con ansiedad que la Reforma de la Ley del aborto fuera aprobada en esta legislatura y que han aprovechado conscientemente el compromiso de Gallardón, para manejarle a favor de sus intereses, poniendo ante sus ojos el espejismo de una adhesión que nunca existió y menos aún, ahora que no ha sido capaz de cumplir su promesa.
La carrera que hoy termina siempre estuvo salpicada de retazos de una soledad más patente, si cabe, en estos últimos momentos. La oposición a la aprobación de la Ley del aborto, de nombres mucho más importantes para línea de actuación de Mariano Rajoy, ha propiciado el abandono de los pocos apoyos con los que Gallardón contaba.
La intervención del Presidente de Gobierno, aparcando la aprobación de la ley, según él, por la falta de consenso, ha sido la muestra evidente de que Gallardón entró a formar parte del gabinete de prestado y de que los contados halagos que pudo recibir por parte de sus compañeros, eran simplemente, fingidos.
La emoción contenida que se ha hecho patente a lo largo de su discurso de despedida, no hace sino aclarar que su marcha no se debe a un ataque de pundonor, sino a que las presiones recibidas desde sus propias filas, de uno y otro lado, han convertido en insoportable una situación, sufrida durante demasiado tiempo, en silencio.
La mano de Soraya Saínz de Santamaría, se dice, está detrás de la decisión de rechazar la reforma de la Ley y por añadidura, de la dimisión del Ministro, pero esta medida que hoy toma Rajoy, podría acarrearle la pérdida total de los votos del ala más fanática del catolicismo, con sus obispos y cardenales a la cabeza.
Una deriva de estos votantes tradicionales del PP hacia fuerzas como VOX, que defiende la derogación total de la Ley, agudizaría aún más el fracaso del PP en las próximas elecciones municipales, al ser éstos, fieles seguidores conservadores de toda la vida.
Evidentemente, la marcha de Gallardón podría también ser interpretada como un triunfo de la oposición y de la lucha de las mujeres, que se han opuesto reiteradamente a la aprobación de su ley, en la calle.
Sin embargo, la experiencia nos dice que el enemigo lo tenía el Ministro dentro de casa y que nadie en el PP llorará su pérdida.
Pocas veces hemos conocido un político que contara con tan pocos afectos.

    

lunes, 22 de septiembre de 2014

El incidente


Acude Esperanza Aguirre a los juzgados, a declarar como imputada por el incidente que protagonizó frente a la Policia Local de Madrid y que erróneamente pensó que no pasaría nunca a mayores, amparándose en el renombre que le daba haber sido Presidenta de la Comunidad, a la que los agentes pertenecían.
Pero, afortunadamente, quedan vigilantes de la ley que no hacen distinciones entre ciudadanos y son capaces de denunciar a quienes cometan un delito, se llamen como se llamen y ocupen el cargo que ocupen.
Quizá creyó Aguirre que Madrid era suyo y que podía aparcar su coche en plena Gran vía, interrumpiendo la libre circulación de los demás, impunemente y que tampoco tenía por qué soportar, como cualquiera, el tiempo que los agentes consideraran oportuno mientras la sancionaban, por lo que decidió darse a la fuga.
También erró en el cálculo de las distancias durante la maniobra de evasión y fue a dar con la moto que llevaba uno de los agentes, al que estuvo a punto de tirar al suelo, en su apresurada huida.
Seguida hasta su domicilio y finalmente denunciada, la estrategia a seguir, fue inmediatamente perfeccionada por la ex presidenta y consistió en quitar importancia a lo sucedido ante las cámaras de todas las cadenas televisivas, definiéndose a sí misma como una pobre sexagenaria que había sido, poco menos, que acosada, por los rudos modales de los agentes.
La maniobra no pareció haber convencido en absoluto al juez encargado del caso, que optó finalmente por imputarla, estando como seguramente estaría, en el punto de mira de todos los medios informativos, ávidos de que alguna vez, al menos, se hiciera justicia.
Después llegaron los intentos de comparar el caso con otros, considerados como simples faltas y las demostraciones de estar deseosa por declarar, para contar una verdad, que sólo parece conocer ella  misma.
Y hoy por fin, Esperanza Aguirre se sentará ante el juez y ya veremos en que acaba esta historia,  cuyo desenlace podría perjudicar gravemente las pretensiones de acceder como candidata a la Alcaldía de Madrid, de esta incansable amante del poder, a la que todos tan bien conocemos.
Lo que parece que se olvida es que la gente que ocupa cargos de importancia deben, precisamente por ello, predicar con su ejemplo y que por tanto, han de ser los primeros en acatar las leyes rigurosamente, si no quieren que los ciudadanos a los que supuestamente representan, copien sus actitudes y actúen del mismo modo en que ellos lo hicieron.
Porque aprovechar los privilegios de un cargo en beneficio propio, tiene un nombre y saltarse las reglas que se escribieron para todos, reclamando por ser quién se es, una total impunidad, dice mucho de la catadura moral  del que se atreve a tal tropelía, pertenezca a la formación que pertenezca.
Así que todos esperamos que el peso de la ley, que en este caso será poco, caiga sobre Esperanza Aguirre, del mismo modo que hubiera caído sobre cualquiera de nosotros, con el agravante de que su renombre en el panorama político del país, hace que sea aún más grave su comportamiento y la desacredita para siempre, como posible representante nuestra.
Si el juez cumple con lo que se espera de su trabajo, no cederá a presiones externas, a la hora de aplicar estrictamente lo que la ley impone y la ilustre Presidenta habrá de aceptar, con sumisión, la sentencia que se le imponga, del mismo modo en que la tendría que aceptar un ciudadano de a pie, en circunstancias semejantes.
Entonces se podrá decir que existe igualdad entre nosotros, una igualdad que, desgraciadamente, se viene vulnerando con demasiada frecuencia, en los últimos tiempos.



domingo, 21 de septiembre de 2014

Voto de alivio y miedo


Respiran los prebostes europeos, por la victoria del no en Escocia, felices de que la productiva Unión que un día crearon, en nuestro detrimento, no sufra incómodas secesiones que pudieran acaso demostrar que es posible vivir mejor, sin el acoso que la macroeconomía de la globalización ejerce sobre los pueblos.
Respira Rajoy, creyendo ilusoriamente en un inexistente parecido entre Escocia y Cataluña, soñando que los ciudadanos de aquí, habrán de verse necesariamente reflejados en los de allí y se lo pensarán dos veces antes de seguir apoyando la alternativa Mas, que cada vez trae a los populares, dolores de cabeza más fuertes.
Resurge Mas, explicando a quienes le quieran oír, que poco o nada importa el resultado, si puede celebrarse un Referendum de manera legal y enviando un mensaje claro al gobierno de Madrid, de cómo han de hacerse las cosas para que parezcan y estén bien, si uno no quiere encontrarse de bruces con un llamamiento a la desobediencia civil, que le susurran en el oído, las voces de sus socios de Esquerra Republicana.
Suben de tono los debates televisivos, mostrando cada vez más desacuerdo entre los tertulianos de uno u otro signo y ofreciendo una imagen a los espectadores de lo que podría llamarse una degeneración general de los medios informativos, que en este país, hace ya mucho que dejaron de ser libres, para convertirse en esclavos, cada cual, de la ideología que lo patrocina.
 Entretanto, los escoceses, nos dan una lección de convivencia democrática y de acatamiento total a los resultados de las urnas, que bien pudiera enseñarnos todo un tratado de comportamiento, quizá porque su tradición en esta forma de gobierno viene de mucho más atrás que la nuestra y la costumbre impone reglas que terminan por convertirse en naturales, para la gente que durante siglos las practica.
Surge entonces la duda de qué hubiera pasado aquí, si en lugar de enzarzarse en mutuas acusaciones y descréditos, Rajoy  y Mas hubieran optado por la sencilla forma de dialogar, para intentar resolver sus problemas pacíficamente, evitando provocar un enfrentamiento permanente entre los catalanes y  un estado español, al que no parecen reconocer como suyo.
Porque dudamos, francamente, de que la situación hubiera llegado al punto en que se encuentra y sobre todo, se nos hace muy cuesta arriba pensar que el conflicto, si se hubiera discutido a fondo, fuera tal y tan grave como ahora mismo parece.
Además, hemos de confesar sin ningún tipo de rubor, que nos hubiera encantado ver qué pasaba si Escocia hubiera votado que sí y la madrastra Europa se hubiera visto obligada a rehacer, obligatoriamente, todos sus principios de funcionamiento.
A lo mejor, hasta era capaz Escocia de subsistir sin el apoyo de la Comunidad, dejando claro que a veces es mejor estar solo, que mal acompañado y dando pie a que otros muchos socios, probablemente de los países del sur, se aventuraran al intento de seguir su ejemplo, abandonando el sin vivir de tener que estar a expensas de préstamos multimillonarios, que no terminarán de pagar nunca.
Faltó valor, o quizá se impuso el voto del miedo que nos viene sugiriendo con sus amenazas, una Unión Europea que si un milagro no lo remedia, acabará por perder a alguno de sus miembros, hartos como estamos, de tanta manipulación en los asuntos internos de las naciones soberanas.
Centrándonos en lo que pasa aquí, el peor parado sin duda, será Mas, que ha quedado atrapado entre el muro inexpugnable de Madrid y las exigencias cada vez más imperativas de sus socios independentistas, que podrían ser los ganadores de las próximas elecciones autonómicas, si no le queda otro remedio que convocarlas, para escapar de su propia trampa.
A Rajoy, como todo, le dará igual. Los españoles, incluso, empezamos a dudar que este presidente nuestro exista realmente y algunos, hasta opinan que es una creación virtual que aparece siempre en pantallas de plasma y nunca presencialmente.


jueves, 18 de septiembre de 2014

Principios y negocios


Mientras los escoceses votan masivamente el Referendum sobre su independencia, el diario el Mundo lanza una bomba informativa relacionando directamente al marido de Cospedal con empresas de Jordi Pujol Ferrusola, hijo del ex President de la Comunidad de Cataluña.
Estando inmersos en la vorágine de uno de los escándalos financieros más sonados de los últimos tiempos, la noticia de esta relación de supuesta complicidad, de demostrarse, podría tener un gran calado, no solo porque implicaría a su protagonista en una situación aparentemente delictiva, siendo quién es, sino porque además, indicaría palpablemente que el anticatalanismo demostrado en numerosas ocasiones por Cospedal, termina justo donde puede empezar una oportunidad de negocio.
Empeñada en este momento en una campaña de ataque feroz contra la celebración del Referendum propuesto por Mas, la publicación de hoy ha debido caer como un jarro de agua fría entre las filas de un PP, que no conoce un solo día en el que alguno de sus miembros no se vea implicado, de una manera u otra, en algún caso de flagrante corrupción, de los muchos que vamos conociendo, casi siempre gracias a la labor de la prensa.
Cierto es que el diario el Mundo nunca ha tenido una relación fluida con la Presidenta de Castilla la Mancha y que sus simpatías se hallan situadas, precisamente, en la otra facción del partido popular que, como todos sabemos, encabeza Esperanza Aguirre, pero el mero atrevimiento de publicar la noticia ya sugiere que puede haber un trasfondo de verdad en lo que en ella se dice y que su contenido no puede por menos que perjudicar y mucho, a la conyugue de su protagonista.
Porque María Dolores de Cospedal es considerada, hoy por hoy. uno de los pilares más fuertes en los que se asienta el PP que nos gobierna y si finalmente llegara a demostrarse como cierto que su marido frecuentaba el trato de este personaje, actualmente investigado junto a su familia, en relación con multitud de delitos fiscales, su carrera política podría verse  gravemente dañada, obligándola, si el caso se agravara, a una dimisión forzada que dejaría a Rajoy sin uno de los apoyos más sólidos con que cuenta, dentro de su partido.
Flaco favor hace también esta información a la marcha de las relaciones con Cataluña, pues resta crédito a la postura de intolerancia permanente que sostiene el PP, alegando  una cuestión de principios, que quedarían absolutamente en entredicho si el marido de Cospedal, se hubiera beneficiado particularmente, de alguno de los sucios negocios del hijo de Pujol.
La reacción del PP será, como siempre, una huida hacia adelante y con toda probabilidad, se negarán los hechos que se sugieren en la publicación, aún no se sabe con qué argumentos.
Pero debemos recordar que también fue así en casos tan destacados como el de Bárcenas, en el que se defendió la inocencia del ex tesorero hasta que no se pudo más, incluyendo las famosas explicaciones de la misma Cospedal, sobre la indemnización en diferido.
 Quizá por tratarse ahora de una persona mucho más cercana en el plano íntimo, pueda Cospedal ofrecer una versión más real de lo que ocurrió realmente o puede que como otras muchas mujeres de implicados en casos de corrupción, acuda a la estrategia de la desmemoria o el desconocimiento.

Ya veremos, aunque mucho nos tememos que a partir de ahora, Cospedal pase a formar parte de ese grupo de esposas florero que no se enteran de lo que ocurre en la vida laboral de sus parejas, pero disfrutan de los viajes que reciben como regalo o del jaguar aparcado en el garaje, que nadie sabe cómo llegó allí.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Una ley archivada


Parece que finalmente la Ley del aborto propiciada por Gallardón, con la que ha estado tratando de ganarse las simpatías del ala más recalcitrante de su Partido, no verá la luz, dando la razón a los cientos de miles de españolas que han estado manifestándose por todas la ciudades del país, oponiéndose a la derogación de una Ley de plazos que respeta la total libertad de ser madre, como ocurre en la inmensa mayoría de naciones civilizadas.
Levantando polémica desde que se anunció su posible aprobación, ésta ley representaba para las mujeres españolas un bestial retroceso que equiparaba el derecho a decidir sobre la maternidad, con el que se disfrutaba incluso antes de la llegada de la primera ley, cuando era necesario marchar al extranjero, en el caso de no querer mantener, por la razón que fuere, un embarazo no deseado.
Muchas han sido las voces relevantes que se han alzado contra el contenido de la nueva Ley, incluidas algunas muy conocidas del Partido Popular, aunque sus defensores, fuertemente ligados a las posturas de la Iglesia católica, ya se frotaban las manos pensando que su aprobación quedaba a la vuelta de la esquina, como han manifestado en la prensa de corte más conservador, que ahora busca la manera de presionar al Ministro, para que siga adelante con su proyecto.
Parado en una encrucijada de la que seguramente acabará por no poder salir, Gallardón se debate ahora entre la necesidad de continuar defendiendo las que ha definido como sus convicciones o volver a una imagen de progresismo que contentaba mucho más al grupo más centrista de los suyos y que le había reportado una buena relación con otros partidos del arco político, que ahora parece haberse diluido, tras su giro forzado hacia la derecha.
El hecho de que los ciudadanos estén satisfechos con los supuestos que recoge la Ley en vigor, tampoco ayuda mucho a las supuestas pretensiones de un Ministro, muy ocupado en la actualidad con el tema del Referendum de Cataluña y que se está jugando además, su continuación o no en el gabinete de Mariano Rajoy, dada la clara oposición a su ley, que dicen, hace Soraya Sainz de Santamaría.
Porque Gallardón entró en el gobierno de una manera casi inesperada, tras ganar un reñido pulso a una Esperanza Aguirre que durante mucho tiempo había sido su más declarada enemiga y a todos los que como ella, veían en el ex alcalde de Madrid, un elemento más cercano a las tesis del ala derecha del PSOE, que a las de su propio partido.
Por tanto, buscar el apoyo perdido de corrientes conservadoras absolutamente indignadas con él, pareció convertirse en la primera necesidad a remediar, a su llegada al Ministerio.
Así que inició una  cruzada personal que le ha ido envolviendo en un tortuoso camino en el que ha tenido que dejar atrás a muchos antiguos incondicionales y aunque es verdad que también ha ganado un apoyo incipiente de algunos socios más cercanos a la corriente del ex Presidente Áznar y su querida esposa, el balance obtenido no termina de ser lo positivo que en un principio imaginó y al final, se ha quedado solo ante un peligro, cuya solución resulta ser bastante farragosa.
Si se atreve a dimitir o no, ya lo veremos, pero el varapalo de no ver aprobada su Ley estrella, mina profundamente la carrera política de Gallardón y lo devuelve a una línea de salida de la que partió al menos, con la aquiescencia de gente que ahora se ha ido bajando del tren que pilotaba, dejándole un poco, a la merced de las decisiones personales que sobre él quiera tomar un Rajoy, cada vez más presionado por sus  detractores.
Continuar defendiendo un proyecto inviable, seguramente, le costará el puesto y abandonarlo, dará la razón a todos aquellos que en su día, manifestaron abiertamente la desconfianza que sentían hacia él, algunos llegando al insulto personal, en determinados medios, como Jiménez Losantos.
Habrá que oír lo que dice ahora el periodista en su programa radiofónico, aunque todos podemos imaginar que no serán precisamente lindezas y lo que no sabemos es si Gallardón se encuentra preparado para empezar de cero o si terminará por rendirse a la evidencia de que empieza a estorbar seriamente a su partido, se coloque dónde se coloque.






martes, 16 de septiembre de 2014

Un reto peligroso


Por fin se destapan las intenciones ocultas del PP, en relación con la convocatoria del Referendum en Cataluña y el Ministro Margallo se atreve a lanzar una bomba informativa, amenazando directamente a Mas, con retirar la Autonomía a Cataluña, si perdiste en su intento.
Ya dijimos hace unos días que las palabras de Rajoy, en cuanto a las medidas que pensaba tomar si se mantenía la cita del 19 de Noviembre, guardaban un tono de amenaza y que precisamente su silencio estaba generando tensión entre los ciudadanos catalanes, incitándolos a recrudecer su lucha por conservar una identidad, tantas veces vituperada por los gobiernos de España.
Ya apuntamos que como consecuencia del miedo, estaba brotando allí un sentimiento nacionalista absolutamente inducido  por la falta de diálogo con Madrid y que nos parecía un error garrafal continuar por un camino de provocación, que estaba minando los sentimientos de los ciudadanos de españoles y catalanes, enfrentándolos en unas posturas de intolerancia, que bien podrían endurecerse aún más, si se seguía fomentando el odio entre ellos.
Llegar a suspender la Autonomía, o simplemente el hecho de mencionarlo, acarreará en breve, con toda probabilidad, una ristra de graves consecuencias y justificaría, en cierta medida, que los partidos nacionalistas más radicales respondieran con un llamamiento a la desobediencia civil, que podrían seguir cientos de miles de catalanes, al sentirse fuertemente atacados por las palabras de Margallo y el silencio cómplice del propio Rajoy.
Así, cada vez se antoja más lejos la resolución de un conflicto, que de haberse abordado por la vía diplomática y el diálogo, probablemente no habría nunca pasado de ser una mera anécdota en las relaciones entre Cataluña y Madrid, pero que ahora se está convirtiendo en una confrontación, cada vez más violenta.
Ignorando aún cuál será la  reacción nacionalista a las palabras de Margallo, el horizonte parece estarse oscureciendo por momentos y la cercanía de la convocatoria, al encontrarse los nervios tan crispados, augura que el 19 de Noviembre será, sin duda, una de las fechas más calientes de cuántas se recuerdan en nuestra historia reciente.
Este laberinto de intereses encontrados, de posturas intolerantes y velados insultos permanentes entre contendientes que jamás debieron serlo, va contribuyendo a agravar una cuestión cuya resolución se ha ido aplazando desde siempre, por meros  pactos políticos, pero que ahora está a punto de estallarle en las manos a Rajoy, que nunca quiso siquiera oír lo que desde Cataluña se le proponía.
Y vaticino que si su respuesta es la de suspender la Autonomía o medidas de semejante calado, perderá, porque la razón sólo conseguirá potenciar que posturas que en principio habrían podido ser erróneas, se asienten como verdades en el corazón de los que son oprimidos por el poder y a quienes se trata de arrebatar el bien más preciado que todos tenemos: la libertad de ser, cada cual, como buenamente decida.





lunes, 15 de septiembre de 2014

El fantasma de una nueva guerra


Mientras cobra cuerpo la posibilidad de una nueva guerra, ahora contra los yihadistas que luchan con enorme crudeza en Siria y en Irak, con la intención de constituir un  estado islámico, en la política española se libra otra clase de guerra entre partidos que va subiendo de tono, a medida que se va acercando la fecha de las nuevas elecciones municipales.
Esto no quiere decir que Mariano Rajoy no vaya a sumarse a la posibilidad de una nueva intervención armada, tal como hizo su antecesor y correligionario Áznar en el conflicto del gofo, siguiendo el mandato de su admirado Bush y  junto a su íntimo amigo Blair, aduciendo razones que con el tiempo se demostraron absolutamente falsas.
Evidentemente, las imágenes de los civiles degollados por estos grupos islámicos no pueden ser más duras y terribles, pero uno no tiene por menos que preguntarse cómo ha podido llegarse a esta situación, por ejemplo en Irak, después de que los americanos presumieran a bombo y platillo de haber acabado con la tiranía de Sadam Hussein, pacificando un territorio en el que hasta entonces, según ellos, resultaba imposible vivir y pensar abiertamente.
Sin embargo, su prolongada estancia en el país del petróleo, no parece haber dado los frutos apetecidos y en lugar de ayudar a los ciudadanos a reconstruir un territorio que quedó bastante devastado después de la contienda, lo que se ha potenciado es un sentimiento bastante generalizado de odio irracional hacia los poderosos Estados de Occidente, provocando un conflicto aparentemente mayor que el que pudiera existir, antes de la guerra del golfo.
También en Siria las cosas han ido a peor y a la contumacia de quien la gobierna en aferrarse al poder, habrá que añadir a partir de ahora, el probable avance de los fundamentalistas islámicos, a los que resultará prácticamente imposible convencer de alcanzar un acuerdo negociado, en el caso improbable de que fuera esto lo que se pretendiera.
Periódicamente, todo parece conjugarse para que los Estados Unidos hayan de acudir necesariamente en ayuda armada de alguna Nación del Oriente, cosa que podría demostrar la total ineficacia de los cuerpos diplomáticos de todos los países desarrollados de Occidente, que no logran jamás un solo triunfo que evite las absurdas guerras que últimamente se están produciendo en este Mundo nuestro.
 Tampoco el papel de  Europa, absolutamente enfrascada en superar su larguísima crisis y envuelta ahora también, en un tira y afloja de difícil resolución con la vecina Rusia, resulta comprensible para los ciudadanos de a pie, que miran con horror cómo cada cierto tiempo, sus ejércitos se ven abocados a combatir esas guerras de guerrillas que siempre terminan por perder, dada la dificultad que representa enfrentarse a pequeños grupos armados diseminados por un territorio que conocen como la palma de su mano, como ya pasó en Vietnam o en Corea, en enfrentamientos anteriores.
El espíritu pacifista de los europeos parece chocar frontalmente con el afán belicista de sus gobernantes y es probable que en un corto espacio de tiempo, nos toque volver a las calles a demostrar nuestra más rotunda oposición a que los soldados españoles vuelvan a verse en la tesitura de tener que marchar a estos nuevos focos de conflicto.
Porque Rajoy no tiene, ya lo sabemos, el empaque necesario para oponerse a las imposiciones de sus socios americanos y europeos y no me cabe la menor duda de que, de ser llamado, acudirá como un corderito, ofreciendo todos los medios a su alcance.
Estaría bien recordarle, antes de que ocurra, que la intervención en la guerra de Irak y fundamentalmente los atentados que se produjeron en Madrid como probable consecuencia de ella, costó a su compañero Áznar la pérdida de unas elecciones generales y la vergüenza de tener que salir de Moncloa, por la puerta pequeña.
Quizá si sopesa esta posibilidad, sienta repentinamente la necesidad de declararse neutral en el conflicto, aunque no creo, porque seguramente entonces se perdería la oportunidad de aparecer en una de esas fotos que se cuelan en los libros de historia y que convierten a sus protagonistas en tristes celebridades eternas.




domingo, 14 de septiembre de 2014

La lucha por Madrid


La renuncia de Ana Botella, a presentarse a las elecciones municipales encabezando la lista del PP por Madrid, abre extraoficialmente la próxima campaña electoral y acucia a Mariano Rajoy a inclinarse por alguno de los nombres que ya se manejan en las tertulias, aunque en principio su postura esté siendo la de guardar en torno a este tema, un inexplicable silencio.
La capital, que ha sido en los últimos años uno de los graneros de votos incondicionales para los populares, parece estarse rebelando con cierta contundencia contra las políticas de recortes del gobierno Rajoy y seguramente, sus habitantes no están dispuestos a consentir que se les sigan robando determinados derechos sociales y laborales, aunque para ello hayan de cambiar, radicalmente, su intención en las urnas.
La impopularidad de la esposa de Aznar y sus incomprensibles actuaciones en casos como el de Madrid Arenas, tampoco han ayudado a mantener la buena imagen que el PP tenía entre sus electores madrileños, sino que estaban empezando a transformar comprensiblemente su simpatía por las políticas conservadoras, en un  miedo cerval a que determinados privilegios muy instalados en las mismas entrañas de la ciudad, acabaran finalmente perdiéndose del todo, como ya ha pasado en otras Comunidades gobernadas por el PP, aunque se nieguen a reconocerlo.
Era de esperar que a raíz de esto, personajes como Esperanza Aguirre reaparecieran en escena y hasta que reclamaran volver a un panorama político que dijeron abandonar por motivos personales, pero que todos sabemos que dejaron, acuciados por ciertos problemas de corrupción, como es el caso Gúrtel o el de Bankia, en los que bien podrían haber sido imputados, de no haberse retirado a tiempo.
Que a Mariano Rajoy, sin embargo, no le parezca oportuno que una de sus peores enemigas deba encabezar las listas por Madrid, constituye sin duda una certeza, pero el dilema de que probablemente pueda ser la mejor de las candidatas, si no se quiere perder estrepitosamente el trono capitalino, debe estar provocando un tremendo dolor de cabeza a un Presidente de Gobierno que ha encontrado en callar hasta el último minuto, un punto de fuerza desde el que resistir a los ataques de los suyos y de los otros grupos políticos.
Frente a Aguirre, Cristina Cifuentes, que sin admitir abiertamente que ella puede ser quién contenta al ala más próxima a los que ahora gobiernan, parece esperar con paciencia a que Rajoy se pronuncie en su favor, estando felizmente dispuesta a competir con su compañera de partido, por la que no demuestra ni ha demostrado nunca, demasiada simpatía.
Entretanto, las encuestas siguen sin augurar buenos resultados para los populares y el ascenso de Podemos que se está reafirmando como tercera fuerza política en todo el país, es un hecho también en Madrid, dónde seguro cuenta con el voto de todo el que esté convencido de que hay que cambiar, radicalmente, la manera de llevar los Ayuntamientos.
La lucha por Madrid se presume, púes, encarnizada y hasta cruenta, ya que hacerse con el gobierno de la capital es, necesariamente, un primer paso, si lo que se intenta es una transformación total de lo que se ha venido haciendo hasta ahora y que tanto daño ha causado al bienestar de la ciudadanía.
Lo más probable, es que Aguirre, Cifuentes o quién sea finalmente el candidato que decida presentar el PP, acabe perdiendo el cetro de mando en Madrid, bien a favor de un PSOE que tampoco ha revelado aún el nombre del elegido, bien a favor de un exultante Podemos o incluso, sorpresivamente, a favor de UPD, que todavía no ha dicho la última palabra en esta cuestión, pero cuyo ideario comulga perfectamente, con la manera de pensar de muchos madrileños.
Todo dependerá del tirón que cada cual tenga cuando de verdad empiece la campaña y de la capacidad de olvidar que tengan los votantes llamados a las urnas, que son, en definitiva, quienes decidirán el destino que para sí mismos quieren, en un futuro próximo.
El paro, la corrupción y los recortes llevados a cabo en Educación y Sanidad, amén de otras pérdidas de derechos sociales, de momento irrecuperables, inclinarán, como no puede ser de otra manera, el peso de la balanza.
Los errores, como todos sabemos, acaban por pagarse.


jueves, 11 de septiembre de 2014

Un nacionalismo inducido


El problema catalán se le ha ido de las manos a un Rajoy empeñado en silenciar cuáles serían las medidas a adoptar, si Mas se empecina en celebrar su Referendum y se materializa hoy en forma de cientos de miles de personas que han convertido la celebración de la Diada, en un clamor por la independencia.
Acosados por la reiterada negativa al diálogo que vienen recibiendo desde Madrid, desde que el PP se hizo con el poder en las últimas elecciones generales, los catalanes han estado gestando la idea sutilmente inculcada por CIU de que la única causa de sus problemas actuales viene dada por la obligación de contribuir económicamente con el Estado y la esperanza de que en solitario les iría mejor, ha determinado un aumento generalizado de los simpatizantes independentistas, fomentado también, por otros partidos como ER, que ya llevaban esta reclamación en su programa,  desde que aparecieron en el panorama político.
La mala relación que los populares han tenido prácticamente desde siempre con Cataluña, a quién se han encargado de imponer una españolidad trasnochada que en nada coincide con el sentimiento general de los ciudadanos, no ha hecho más que echar leña a un fuego que se había mantenido en estado latente, mientras que los gobiernos españoles del pasado más reciente habían necesitado de los apoyos de los nacionalistas, para sacar adelante sus  gestiones.
Naturalmente, todo empezó a ir peor en el momento en que el PP obtuvo la mayoría absoluta y pudo por fin, comenzar una etapa de gobierno en solitario que repercutió gravemente sobre las exigencias de los nacionalistas catalanes, en forma de drásticos recortes.
Las caretas cayeron y cada cual sacó de dentro lo que realmente pensaba, sin que ninguna obligación de correspondencia hacia su adversario condicionara las verdaderas intenciones que durante tantos años, por puro interés, habían permanecido ocultas.
Así que se acabó el hablar catalán en la intimidad y el apoyo incondicional de Convergencia a todos las medidas adoptadas por los populares, que de hecho no aceptaron muy bien el hecho de quedarse solos ante el peligro de una oposición general, pensando tal vez con cierta ingenuidad, que la concurrencia ideológica con CIU, haría el milagro de que su colaboración fuera eterna.
Poco tardaron en comprender su error y  en cambiar radicalmente la estrategia de tolerancia que había conseguido en el pasado tan buenos resultados, pasando a recomendar a los suyos un ataque sin tregua a todo lo que recordara la identidad catalana y procurando, además, que esa semilla de odio fructificara, a ritmo acelerado, en el corazón de todos los españoles.
Puede que creyeran que los nacionalistas se amedrantarían al contemplar que se estaban quedando solos, pero está claro que se equivocaron radicalmente.
A los ataques, Artur Mas respondió con el órdago de su convocatoria de Referendum, consiguiendo aglutinar a una gran parte de la ciudadanía catalana en torno a este evento, herida como estaba, por los continuos desprecios y vejaciones hacia sus señas de identidad, propiciados desde Madrid.
Que la cita con las urnas propuestas fue, además, una maniobra para tapar las drásticas medidas que CIU estaba aplicando en sus labores de gobierno, es evidente, pero cuando se ataca reiteradamente el orgullo de una nación, intentando privarla de su idiosincrasia, a base de imposiciones que procuran impedirle hasta el uso cotidiano de su lengua, el efecto suele ser, justamente, el opuesto al deseado por el represor y las ansias de libertad acaban por multiplicarse por mil, si nada lo remedia.
Ahora estamos, donde estamos y lo más sensato sería que cada cual asumiera los errores que ha cometido, intentando que la situación se encauzara con la menor violencia posible.
Pero en lugar de eso, Rajoy sigue guardando un inexpugnable silencio y juega la baza de presumir ante las cámaras de tener preparado no se sabe qué plan, por si el empeño de Mas se convirtiera en desobediencia civil y, finalmente, lar urnas fueran sacadas a las calles el 19 de Noviembre.
Perdónenme, pero este silencio suena a amenaza y la respuesta del pueblo catalán, al que se le niega de continuo una vía alternativa de diálogo y negociación, no es otra que la de salir masivamente a la calle, para apoyar a los únicos que, teóricamente, asumen su defensa.
Qué verdad es que puede más una caricia que un azote, aunque Rajoy no parece haberse enterado aún y continúa con su teoría del garrote y tente tieso.  







miércoles, 10 de septiembre de 2014

Ataúdes sin bolsillos


La inesperada muerte de Emilio Botín, el banquero más conocido de España y dueño de una incalculable fortuna, copa esta mañana todas las portadas de los medios informativos, sin que se sepa aún qué consecuencias podría tener su desaparición, en la marcha de su vasto imperio.
Su sorpresiva defunción no permitirá al banquero llegar a conocer el final de esta larga crisis, ni saber si las recomendaciones que hizo junto a la clase empresarial serán finalmente llevadas a término por Rajoy, que  procuró mantener buena sintonía con quién representaba el poder en la banca privada y cuyos consejos siguió, casi siempre, dada la influencia que han tenido en  su manera de gobernar, las relaciones con este colectivo.
Sin embargo, la muerte no perdona y cualquier ambición que se hubiera tenido a lo largo de la vida, se convierte en inútil, cuando nos llega. Así que las tácticas empleadas por Botin para crearse una importancia trascendental en el mundo de los negocios, quedan hoy enterradas para siempre y pierden toda la influencia que tuvieron, mientras permaneció entre nosotros.
Ya nada interesará la marcha de la bolsa o si los ciudadanos devolverán o no, los créditos que  les concediera en su día y me atrevo a pensar que en estos momentos, el banquero habría dado lo que fuera, por encontrarse en la piel de cualquiera de los que durante la crisis, ha desahuciado su banco.
El tránsito, que nos iguala indefectiblemente a todos, independientemente de nuestra procedencia y que es el hecho más democrático de cuántos nos acontecen desde que nacemos, por ser irremediable, no puede ser resuelto ni siquiera por el más absoluto poder, recordándonos con su llegada, lo banal que resulta nuestra existencia.
De qué ha servido a Botín vivir como vivió, provocar en los últimos tiempos tanto sufrimiento a las clases populares que habían contraído deudas con su banco o haber forjado un imperio financiero que lo había colocado en la cresta del poder, nunca lo sabremos, pero conociendo hoy su repentina muerte, mucho nos tememos que, en realidad, su desmesurada ambición ha llegado sólo hasta aquí y ahora tendrá que enfrentarse, como todos, al pozo eterno de la nada.
Mi padre solía decir a menudo que los bienes terrenales había que disfrutarlos a tope, junto a los nuestros, porque ningún ataúd tiene bolsillos.
Hoy no puedo por menos que acordarme de él y volver a sonreír con la contundencia de esta frase, que es una de las verdades más grandes de cuántas se han dicho.


martes, 9 de septiembre de 2014

El curso de la vuelta atrás


Terminan las vacaciones escolares y nuestros niños más pequeños se incorporan a la rutina de un nuevo curso, fuertemente marcado por la entrada en vigor de la Ley Wert.
La reforma obligada del PP, que tantas quejas ha levantado en todos los colectivos que forman el mundo de la enseñanza, empieza su andadura amenazada ya por las movilizaciones propuestas por profesores, padres y alumnos que no se resignan a perder una gran parte de la calidad que hasta ahora ofrecía la escuela pública española y que están dispuestos a seguir luchando por conservar, fundamentalmente, la gratuidad en los cursos obligatorios, el sistema de becas que permitía estudiar a los hijos de las clases más desfavorecidas y la libertad de elegir sobre si seguir o no las clases de Religión que a partir de ahora, serán de carácter obligatorio y puntuarán en la media.
Mucho se ha hablado sobre el descarado clasismo de esta Ley y mucho queda aún por decir, sobre todo por parte de los que a partir de hoy, la sufrirán en carne propia de manera irrevocable.
Porque lo más probable es que lejos de mejorar el nivel de los estudiantes españoles, que es considerado ciertamente bajo en las encuestas realizadas a nivel europeo, lo que conseguirá será formar de manera sobresaliente a todos aquellos que puedan permitirse pagar un elevado precio por su educación, relegando a los jóvenes y niños procedentes de hogares humildes, a un tipo de enseñanza indiscutiblemente peor, negándoles además, su posible acceso a la Universidad, simplemente por motivos económicos.
Este hecho queda ampliamente demostrado al haberse aplicado ya una fuerte subida en las tasas universitarias, que ha obligado a miles de jóvenes de todas las especialidades a abandonar la carrera, al no poder hacer frente a los precios que el PP ha establecido y a la desaparición de un buen número de ayudas que hasta ahora les otorgaba la posibilidad de terminar lo que ahora se les niega.
Para los que empiezan en el colegio, como mi propio nieto, el futuro tampoco es demasiado esperanzador, sobre todo si sus familias han sido atacadas por el fantasma del paro que nos ha traído esta crisis.
A diferencia de sus padres, de momento, han tenido que hacer una fuerte inversión en libros y material escolar, que ronda en el caso de los niños de tres años los doscientos euros y a medida que vayan avanzando, habrán de  enfrentarse a un sinfín de pruebas académicas  que, de no superar, les colocarán al otro lado de la enseñanza de calidad que establece la Ley y que crea unas diferencias abismales en los niveles de las clases, discriminando fuertemente a los escolares que por la causa que sea, sufran algún tipo de retraso en las materias.
Los que ya vivimos el clasismo de la enseñanza franquista, estamos aterrorizados por la recesión que supone la entrada de este plan en la vida de nuestros niños.
Saber que todo su futuro dependerá de lo que buenamente puedan aportar sus padres para comprar su educación, nos hace recordar la impotencia que sufrimos cuando éramos jóvenes y nos veíamos obligados a tener que trabajar, aunque nuestro nivel de inteligencia nos permitiera afrontar cualquier reto, simplemente por no poder acceder a la Universidad por falta de medios.
También recordamos con horror la fuerte influencia que la obligatoriedad de la Religión tuvo sobre nosotros y que nos arrastraba queriéndolo o no, diariamente a las capillas de los colegios, en las que se nos imponía el rezo de un rosario diario y la misa de los domingos, llegando a preguntársenos sobre los colores que vestía el sacerdote durante la celebración de tales actos y a castigarnos si se descubría que habíamos faltado a tales eventos.
Las propuestas de esta Ley Wert, por tanto, nos recuerdan ineludiblemente una parte de nuestra infancia que nunca podríamos desear para nuestros descendientes y que puede marcar una notable diferencia en el camino por el que transcurran sus vidas.
Ganar para los que han sido nuestros hijos la oportunidad de una enseñanza pública de calidad, fue en los principios de la Democracia, una prioridad para nosotros y conseguirlo entonces, uno de los mayores triunfos para una generación de luchadores, a la que ahora se trata de arrebatar todas las metas logradas.
Por esta razón y porque todavía nos queda aliento para dar batalla ante cualquier injusticia, vamos a estar, también los que ahora somos abuelos, dónde haya que estar, para conseguir que esta Ley aberrante sea retirada.

Así que auguramos a Rajoy , en este tema y también en el de la sanidad y otros asuntos, un Otoño caliente, que empieza con la promesa de continuar la batalla por mantener todos nuestros derechos y que culminará más adelante con la certeza de no volver a votarle jamás, para que sea consciente de que así no se gobierna.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Negando lo evidente


Las declaraciones de Felipe González, afirmando que no cree que Jordi Pujol sea un corrupto, a pesar de haber confesado el ex President catalán que ha estado ocultando una herencia en paraísos fiscales durante más de treinta años, dejan claro que parece haber llegado la hora de que quién fuera Presidente de la nación española durante tantos años, tome con urgencia el camino del retiro político para dedicarse a otras cosas que no interfieran para nada en la vida de los ciudadanos, si quiere que se le recuerde por lo que fue y no por la penosa imagen que ofrece en la actualidad, cada vez que interviene ante las cámaras.
 Que quienes gobernaron alguna vez no se resignen al anonimato, una vez que abandonaron estas funciones, viene siendo una cosa habitual en esta parte del Mundo y su afán por opinar de todos y cada uno de los temas políticos que acontecen, se ha convertido en una constante, aunque a nadie interese ya, si ellos hubieran actuado de otra manera, en caso de continuar en activo.
Hay casos, que por su evidencia hablan por sí mismos y el revuelo que ha levantado el de la familia Pujol y la trama mafiosa que, presuntamente, traían entre manos, ha dejado bastante claro que los indicios de culpabilidad que sobre ellos recaen, parecen estar asentados jurídicamente. Por eso llama poderosamente la atención que alguien que profesionalmente pertenece al terreno de la justicia, como es el caso de González, se atreva a pronunciarse con tanta rotundidad, en contra de lo que se considera casi probado, por los investigadores encargados del tema.
Tal vez, su pretensión al salir en defensa de Pujol, se encuentre estrechamente relacionada con una presunta connivencia demostrada durante los años en que González se encontraba en el poder y en los que necesitó del apoyo del partido que entonces regentaba Pujol, para sacar su política adelante.
Naturalmente,  admitir que conocía las veleidades con el fisco del catalán, ya sugeridas en esa etapa por Maragall, sería como reconocer que cerró conscientemente los ojos ante sus supuestos delitos y asumir que se dio, de esta manera, cierta complicidad para que la trama de evasión siguiera funcionando, sin denunciar su existencia.
Así que conviene más convertirse en improvisado abogado defensor de Pujol para guardar la espalda, aunque con ello la imagen de seriedad que sobre él teníamos una gran parte de los españoles quede definitivamente deteriorada y en riesgo de no recuperarse nunca.
Pero como ya hemos dicho muchas veces, la verdad termina siempre por aflorar y es muy posible que en un corto espacio de tiempo, los ciudadanos lleguemos a conocer cuáles han sido las auténticas razones de esta defensa a ultranza de González sobre Jordi Pujol.
Aunque entretanto, haría muy bien el ex Presidente en callar lo que piensa, no sea que después tenga que arrepentirse de haber emitido ciertas opiniones, ya que como todos sabemos, el hombre, siempre, es esclavo de sus palabras.



domingo, 7 de septiembre de 2014

Tiempos de tragedia


La irrupción del virus de ébola en varios países de África y el elevado índice de mortalidad que trae consigo esta terrible plaga del siglo XXI, hace parecer a la crisis que padecemos en el mundo desarrollado, una mera cuestión sin importancia y se suma a otras muchas evidencias de que vivimos tiempos de tragedia.
Esta enfermedad, medicamente casi desconocida, para la que la avanzada tecnología de los hombres no ha encontrado ningún remedio, progresa imparable por los territorios más desfavorecidos del planeta, como si sus habitantes no tuvieran bastante con soportar la pobreza, el hambre y las desgracias que ya padecían a perpetuidad, prácticamente desde que los explotadores europeos decidieron abandonar sus asentamientos africanos, una vez cumplida la misión de esquilmar al máximo los recursos naturales del continente, para volver a establecerse en sus naciones de origen, mucho más ricos que cuando partieron.
Al horror de este drama sin solución, se suma además, la falta de recursos con que se enfrentan los profesionales que están gestionando de manera absolutamente altruista las consecuencias del virus, en hospitales y centros absolutamente tercermundistas, en los que hasta el agua es un bien escaso que no pueden ofrecer a los enfermos afectados, que terminan por morir olvidados de la mano de dios, hacinados en su propia tierra.
 Entretanto, los supuestos guardianes del bien estar del mundo, los poderosos que tienen en sus manos todos los recursos , continúan aún discutiendo si sería conveniente llevar a África el medicamento en fase de experimentación que ya ha salvado unas cuantas vidas de americanos infectados con el virus, argumentando que tal vez, podría resultar peligrosa su administración generalizada, al no haber finalizado la investigación sobre el remedio, ni conocerse los posibles efectos secundarios que pudieran sufrir después, quienes lo recibieran.
Como siempre, la ambición de las industrias farmacéuticas y su afán por anteponer la obtención de beneficios a la salud de las personas, se hace patente antes los atónitos ojos de los que no podemos comprender cómo se puede escatimar ningún tipo de recursos, por costosos que sean, cuando una enfermedad incurable amenaza con infectar a una gran parte de una humanidad, cuyo único deseo, ahora, es que el brote sea controlado, a la mayor brevedad posible.
 Tampoco se entiende que organismos como Naciones Unidas o la OMS, no cuenten, en casos como éste, con una cobertura legal que les permita tomar decisiones  drásticas, por encima de intereses políticos y económicos, para ejecutar las acciones que fuesen oportunas para luchar contra las enfermedades, obligando a las farmacéuticas a suministrar los medicamentos necesarios de forma gratuita, allí dónde se precisara de ellos.
Pero la locura del Mundo desarrollado es un hecho probado y los que tenemos la hipotética suerte de vivir en él, ya sabemos cuáles son las claves de su terrible funcionamiento.
Poco o nada importamos pues, los pobres humanos, ni el dolor que cada uno de nosotros haya tenido que soportar, de la especie que sea, en estos años oscuros en los que hemos quedado relegados al último lugar, en la lista de las prioridades políticas.
Vivir, morir, padecer enfermedades como el ébola, tener hambre o carecer de más o menos cosas, al final, se ha convertido en una mera cuestión de suerte, si se tiene en cuenta que todos dependemos de lo que nos quieran regalar, los que son ahora nuestros dueños.
He ahí la obligación de hallar otros caminos y la necesidad de hacer un frente común para terminar con situaciones como éstas, aunque solo sea por mera supervivencia.






jueves, 4 de septiembre de 2014

Elogio de la humildad


Las imágenes de Marta Ferrusola, esposa de Jordi Pujol, mandando a un periodista a la mierda, mientras se sube a un taxi, ponen en evidencia que a pesar de que su familia y ella misma se encuentran en el filo de la navaja, la soberbia de haber sido durante años primera dama de Cataluña, la ha impregnado con el desdén hacia los demás que suele ser propio de quién se considera superior, sin que muestre ninguna evidencia de arrepentimiento por los gravísimos delitos presuntamente cometidos, sino más bien, una mala educación impropia en sus  circunstancias actuales.
La humildad, que es un bien que escasea en los tiempos que vivimos, habría sido mucho más conveniente para la señora Ferrusola, ahora que junto a su marido e hijos le queda por delante un largo y farragoso camino que recorrer, si su implicación en el caso, como se presume, resulta tener una importancia capital para la acción de la justicia.
Puede que con cierta ignorancia, la mujer de Pujol haya creído que al pronunciar la frase en catalán, los españoles no seríamos capaces de saber el significado exacto de sus palabras, pero la similitud de estas en concreto, con el idioma que hablamos, nos ha permitido una traducción prácticamente simultánea, aunque ya los medios de comunicación que han ofrecido la información también hayan puesto en claro su contenido.
Sin embargo, parece que la señora Ferrusola no se ha enterado de que se han terminado sus privilegios y que toda la poca o mucha admiración que pudieran haber levantado los Pujol en Cataluña, hasta hace unos meses, ha quedado sepultada por la avalancha de la vileza de sus supuestos delitos, dando paso a un rechazo general del que probablemente, no podrán recuperarse nunca.
Así que le incomode o no, habrá de acostumbrarse a ser abordada por la prensa allá dónde vaya y a tener que escuchar preguntas que seguramente en casi ningún caso serán de su agrado, todas ellas relacionadas con el caso de corrupción que parece haber protagonizado el clan al que pertenece y que parece sacado de una novela de Mario Puzzo y no de los quehaceres normales de la historia familiar de un político.
Estafar el peculio de los ciudadanos manteniendo cuentas corrientes en el extranjero, con capitales de oscura procedencia, suele provocar una curiosidad natural en los que se dedican a informar como profesión y su obligación para obtener a cambio de ello un sueldo, no es otra que indagar a base de preguntas, en el mismo meollo de la cuestión y por añadidura, intentando ser contestados por los primeros actores del caso  que se trata.
Habrá que anticipar a Marta Ferrusola que le quedan meses de dura lidia con los medios de comunicación y que si nada lo remedia, hasta puede que tenga que responder ante la justicia como imputada, junto a los suyos, para lo que necesitará templar nervios y mantener la calma, porque si respondiera al juez de la misma manera en lo ha hecho hoy con la prensa, con toda probabilidad incurriría en un delito y no saldría tan bien parada  de tal suceso.
Hubo un tiempo en que los delincuentes, al cruzarse con otros por la calle, bajaban la cabeza avergonzándose de sus actos, como señal de respeto hacia la sociedad y hacia sí mismos.
Los de ahora, no solo no aparecen en público con la  cabeza alta e intentando situarse por encima del bien y del mal, sino que se permiten insultar a sus interlocutores, como si ellos tuvieran la culpa de sus problemas con la justicia.
Pues no. La culpa de cada cual, sólo a sí mismo corresponde y está claro que la señora Ferrusola podría vivir con total tranquilidad, si no se hubiera metido antes, por voluntad propia, en tamaño lío.