En esto de la Información, es tan fina la línea que separa el
derecho a la libertad de expresión de la manipulación de los contenidos, que
parece del todo indispensable ser absolutamente meticuloso, si no se quiere
inducir a que los demás nos acusen o de radicales, o de totalitaristas.
El anuncio de la página Web que pretende fundar el
Ayuntamiento de Madrid, con la intención de aclarar aquellas noticias que
falten a la verdad, ha provocado inmediatamente un rechazo prácticamente
generalizado, precisamente por encontrarse justamente en la linde, sin que se
pueda precisar con exactitud si en algún momento llega a traspasarla.
Es evidente que al no hallarse nadie en posesión de la verdad
absoluta y estando como estamos en tiempos convulsos en que todo acontece con
celeridad extrema, puede resultar bastante normal que los que ejercen esta
profesión de informar, incurran, a veces sin saberlo y otras con plena
consciencia, en errores que pueden derivar más tarde en la elaboración de historias
que no se corresponden con la realidad, llegando en algunos casos, a lesionar
gravemente el honor de determinadas personas o Instituciones, de forma
irreparable.
Y aunque en estos casos sería verdaderamente urgente subsanar
la equivocación que llevó a la catástrofe, no correspondería a los Ayuntamientos,
sino a la Justicia, una reparación que empieza a ser necesaria, sobre todo,
para que los receptores aprendamos a distinguir a los buenos profesionales, de
los simples creadores de libelos.
Parece impensable que Carmena haya tomado la decisión de
crear esta Web con fines distintos que el esclarecimiento de la verdad, aunque
ha faltado tiempo a su opositora Esperanza Aguirre, para acusarla sin ningún
rubor de estar cayendo en un totalitarismo, que el PP se ha empeñado desde el
principio en relacionar con Podemos.
Yo creo sinceramente, que Carmena ha pecado quizá de cierta
deformación profesional relacionada con su pasado como Jueza y que más bien, ha
pretendido con esta iniciativa evitar que determinados bulos habituales en el
sucio mundo de la política consigan
consolidarse como certezas que después no son fáciles de desmentir, si no se
atajan a su debido tiempo.
La reacción recibida de parte de los profesionales de la
Información, ha motivado ya que se plantee, al menos, una rectificación por
parte del Ayuntamiento y ahora andan en
negociaciones con sus socios del PSOE para consensuar de algún modo, lo que la Alcaldesa y los suyos consideran como
un instrumento para impulsar la transparencia.
En este caso, además, habría que tener muy en cuenta el poco
recorrido político con que cuentan los recién llegados al Consistorio de la
capital y sería de recibo otorgarles un mínimo periodo de tiempo, para que se
familiaricen con el cumplimiento de sus funciones y aprendan a discernir con
objetividad qué cosas se pueden hacer y cuáles pueden parecer, aunque en el
fondo no lo sean, carentes de lógica, precisamente por encontrarse al límite de
lo señalado por las leyes.
Sin embargo, no parece dispuesto el PP a dar tregua a quiénes
acaban de arrebatarle el poder en este y otros Ayuntamientos, por lo que
cualquier mínimo error de cálculo será, lo vaticino, causa desencadenante de
guerras a muerte en contra de los que serán sus más directos rivales, de cara a
las Elecciones Generales.
No perdona Aguirre a Carmena su conquista de los votantes y
arde en deseos de poder vengar el agravio de la derrota, agarrándose con fuerza
a cualquier clavo ardiendo.
Conociéndola, podemos asegurar que no se rendirá. Siempre le
pudo su soberbia.
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